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FRANCIA

Uno de los países más reconocidos e influyentes a nivel mundial, Francia es una
nación rica y diversa culturalmente. En los últimos siglos, Francia se ha erguido
como una de las principales potencias mundiales y su imperio logró dominar gran
parte de Europa, África, Asia, Oceanía y América del Norte. Fue en este país en
que conceptos como la república y los derechos humanos pudieron desarrollarse y
ser exportados a las diferentes democracias del mundo. Aquí se desarrollaron
vanguardias literarias y musicales, se crearon inventos que revolucionaron al
mundo y la gastronomía se convirtió en un arte.
Es por ello que, caminar por las ciudades francesas, disfrutar de sus campos o
probar un plato atrae a millones de personas de diferentes rincones de la Tierra.
En 2012, más de 83 millones de personas visitaron Francia, siendo el destino más
popular del mundo. París, su capital, es un clásico destino para quienes conocer
sus museos o sentir el romanticismo de sus calles. Los valles centrales del país son
famosos tanto por sus vinos como sus castillos, mientras la Riviera francesa sigue
atrayendo millones de turistas a sus glamorosas playas.
La República Francesa está compuesta administrativamente por 27 regiones. De
estas 27 regiones, 22 se encuentran en el territorio europeo, que corresponden al
llamado "Hexágono" más la isla de Córcega. Tres regiones administrativas están en
América (Guadalupe, Guayana y Martinica) y dos en islas africanas del Océano
Índico (Reunión y Mayotte). Todas estas regiones tienen los mismos derechos e
incluso forman parte de la Unión Europea. A ellas se suman diversas unidades
territoriales especiales, con diversos tipos de autonomía: Nueva Caledonia,
la Polinesia Francesa y Wallis y Futuna en Oceanía, Saint-Martin y San
Bartolomé en el Caribe, y San Pedro y Miguelón en Norteamérica. La isla
Clipperton y los Territorios Australes Franceses no poseen población nativa y son
administrados directamente por el gobierno francés. Aunque todos estos territorios
estrictamente forman Francia, por razones de claridad trataremos en este artículo
como «Francia» sólo al territorio ubicado en Europa, conocido como «Francia
Metropolitana». Las regiones de ultramar y territorios autónomos mencionados
anteriormente son tratados en sus artículos respectivos.
Historia
El actual territorio francés ha sido habitado desde la prehistoria por diversos
grupos humanos, que han dejado huella de su existencia en algunas pinturas
rupestres como las de Lascaux y de Font de Gaume. El hombre de Cro-Magnon,
uno de los primeros registros del ser humano, fue encontrado en cuevas del
sudoeste de Francia.
En la edad antigua, tribus celtas habitaron la actual Francia, siendo conocidos
como galos. En el siglo I a. C., fueron conquistados e incorporados al Imperio
romano, adoptando el latín como su idioma y el cristianismo como su religión. Sin
embargo, diversas tribus bárbaras invadieron la Galia en los siglos posteriores, en
particular hunos y germanos. La principal tribu germánica establecida en la Galia,
los francos, serían los que le otorgarían el nombre actual a dicha región. Los
francos establecieron un dominio feudal alrededor de la actual París. Tras la
conversión del rey Clodoveo al cristianismo en 498, la Iglesia mantendría un rol
predominante en la política y la vida francesa. El reino de los francos logró
expandirse por Europa, llegando a su clímax bajo Carlomagno, conquistando lo
que hoy corresponde a Alemania, Austria, Croacia y el norte de Italia con el fin de
revivir el Imperio romano. Aunque Carlomagno se coronó como el
primer emperador romano germánico, a su muerte sus territorios fueron divididos
entre sus sucesores. Esto marcaría la creación nuevamente del Reino de Francia y
su separación de Alemania.
Las invasiones vikingas de los siglos IX y X afectaron seriamente al Reino de
Francia, quien debió descentralizarse en un conjunto de feudos vasallos para
enfrentar la amenaza. Finalmente, en 911 un grupo de vikingos lograron un
acuerdo con el rey francés y establecieron el Ducado de Normandía, nominalmente
vasallo pero con gran autonomía. En 1098, los normandos cruzarían el canal de La
Mancha y conquistaron Inglaterra.
Bajo la dinastía capeta, el Reino de Francia comenzaría un proceso de
centralización que le otorgaría gran poder al rey y su corte, para acabar con el
feudalismo hacia el siglo XIII. Una crisis dinástica enfrentaría a Francia con
Inglaterra, dando inicio a la Guerra de los Cien Años. Sumada a la peste negra,
gran parte de Francia quedó desolada. Sin embargo, la guerra fue la primera
oportunidad para forjar el concepto de nación en Francia, especialmente gracias a
la figura de Juana de Arco. La victoria francesa en 1453 permitió consolidar al
Reino de Francia y dar inicio a la modernización del país.
En los siglos posteriores, el Renacimiento permitió el desarrollo de la cultura y las
ciencias en Francia. La lengua francesa se estandarizó y expandió a otras latitudes
gracias a los navegantes y exploradores que llegaron al Nuevo Mundo. Francia
inició una serie de conflictos con otras potencias de la época, como Inglaterra,
España o el Sacro Imperio, con el fin de establecer su preponderancia en la Europa
renacentista y las nuevas colonias en el resto del mundo. Así, Francia logró
establecer colonias en el corazón de Norteamérica, la India y el norte de África. El
clímax del Ancien Régime (Antiguo Régimen) se alcanzó con Luis XIV, el "Rey Sol",
quien sometió a los señores feudales y asumió un poder incontestable. Francia se
convirtió en el país más poblado e influyente de Europa, y su idioma nativo se
convirtió en la lengua más usada en la diplomacia, la ciencia y la literatura. Sin
embargo, sus sucesores no tendrían la misma suerte del "Rey Sol". El débil
gobierno de Luis XV vio la pérdida de las colonias norteamericanas y un declive en
la popularidad del rey.
La Ilustración permitió el desarrollo de las artes y las ciencias, pero también de la
filosofía y el pensamiento político. Las ideas de libertad, igualdad y
fraternidad permearon en la sociedad y se contrapusieron al dominio absolutista de
los Borbones. La crisis económica bajo el gobierno de Luis XVI fue el chispazo que
encendió la Revolución francesa, uno de los eventos más relevantes de la historia
de la humanidad. La Toma de la Bastilla de 1879 fue el inicio de una serie de
cambios que llevarían a la decapitación del rey, el establecimiento de una
república, diversas guerras con los estados vecinos y el establecimiento finalmente
de Napoleón Bonaparte como emperador.

Bajo el gobierno de Napoleón (1799-1814), Francia logró estabilizarse tras los


eventos de la Revolución. Con su talento militar, Napoleón conquistó gran parte de
la Europa Occidental y construyó el marco jurídico y administrativo del Estado
francés moderno. En 1815, Napoleón fue derrotado en Waterloo y su imperio,
desmembrado. Los Borbones fueron reinstaurados por las otras potencias
europeas, pero bajo una monarquía constitucional. Esto no dejó contento a los
ciudadanos franceses, que derrocaron a su rey en 1830 y 1848. La Segunda
República, establecida ese año, duró hasta 1852, cuando Napoleón III dio un
golpe de Estado y proclamó el Segundo Imperio francés.
El nuevo imperio tuvo un importante éxito económico y comenzó un proceso de
expansión colonial, principalmente en África, Oceanía y el Sudeste Asiático. La
derrota de Napoleón III en la Guerra franco-prusiana de 1870 puso fin a la
monarquía y consolidó al país como la única república de ese tiempo en Europa.
En el siglo XX, Francia continuó su crecimiento económico y su rivalidad con
Alemania provocó la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Millones de franceses se
enfrentaron en las trincheras del norte a los ejércitos alemanes y gran parte del
país quedó destruida. Aunque Francia logró vencer en este enfrentamiento, no
logró reponerse de la guerra antes de enfrentar nuevamente a Alemania en
la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Las tropas nazis de Adolf
Hitler invadieron el país y establecieron un gobierno títere en el sur, que enfrentó
una fuerte resistencia local. El desembarco de Normandía (6 de junio de 1944) fue
el primer paso para la liberación de Francia y la derrota definitiva de Hitler.

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