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Márketing verde

haMann A. afirma: En los últimos años, hemos notado una creciente toma de conciencia con
respecto a los problemas ambientales que afectan a nuestro planeta. Los gobiernos han
dictado normas para la protección del medio ambiente; y en cuanto a los consumidores,
hemos ido cambiando nuestros hábitos para optar por productos eco amigables. Ello ha
ocasionado, en consecuencia, la aparición y el desarrollo de nuevos mercados, y para conocer
mejor cuáles son las características de las personas interesadas en productos que no dañan el
medio ambiente, así como la introducción de estos en el mercado, las empresas deben
orientar su gestión hacia el cuidado ambiental y diseñar estrategias en el ámbito del márketing
verde. (p.38)

Consumidor verde

haMann A. afirma: El consumidor verde parte de su actitud hacia la ecología, dada la


conciencia que ha adquirido con respecto a la preservación del entorno natural, y en su
comportamiento intervienen variables internas —como los valores, la personalidad, la
disposición—, y externas, que comprenden la información, la publicidad, los grupos sociales, la
familia. Con ello, unos consumidores se diferencian de otros, y se generan diferentes grupos
de acuerdo con sus actitudes ecológicas. (p. 40)

Conciencia ecológica:

haMann A. afirma: los conocimientos y creencias ecológicos que el consumidor mantiene, así
como el nivel de información recibida y recordada. (p. 40)

Ecopostura

haMann A. afirma: es una dimensión afectiva hacia los productos ecológicos. Está influida por
la cultura del grupo social al que pertenece o aspira pertenecer el consumidor, así como
también por la educación e información recibida. (p. 40)

Ecoactividad

haMann A. afirma: reside en la personalidad del individuo. Es la tendencia a actuar


ecológicamente. Sobre esta base, se plantea la existencia de distintos grupos de consumidores
(segmentación), lo que permitirá aplicar estrategias de márketing diferenciadas. En el siguiente
cuadro, presentamos tres resultados de investigaciones académicas que muestran rasgos
comunes en cuanto a niveles de preocupación ecológica. (p. 40)

codex alimentarius (2010) afirma: La agricultura orgánica forma parte de una vasta gama de
metodologías que apoyan la protección del medio ambiente. Los sistemas de producción
orgánica se basan en normas de producción específicas y precisas cuya finalidad es lograr
agroecosistemas óptimos, que sean sostenibles desde el punto de vista social, ecológico y
económico. En el intento de describir más claramente el sistema orgánico se usan también
términos como “biológico” y “ecológico”. Los requisitos para los alimentos producidos
orgánicamente difieren de los relativos a otros productos agrícolas en el hecho de que los
procedimientos de producción son parte intrínseca de la identificación y etiquetado de tales
productos, así como de las declaraciones de propiedades atribuidas a los mismos. (p. 10)

codex alimentarius (2010) afirma: “Orgánico” es un término de etiquetado que indica que los
productos se han producido con arreglo a las normas de la producción orgánica, y que están
certificados por un organismo o autoridad de certificación debidamente constituido. La
agricultura orgánica se basa en la reducción al mínimo del empleo de insumos externos, y evita
el empleo de fertilizantes y abonos sintéticos. Debido a la contaminación ambiental
generalizada las prácticas de agricultura orgánica no pueden garantizar la ausencia total de
residuos. Sin embargo, se aplican métodos destinados a reducir al mínimo la contaminación
del aire, el suelo y el agua. Los manipuladores, elaboradores y vendedores al por menor
adhieren a normas que mantienen la integridad de los productos de agricultura orgánica. La
meta principal de la agricultura orgánica es lograr un nivel óptimo de salud y productividad de
las comunidades interdependientes de organismos del suelo, plantas, animales y seres
humanos. (p. 11)

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