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Peronismo?1
Por Macarena Brechner Vega
maquis_b@hotmail.com
Introducción
Desde la década del ´50, la cuestión de la participación política de las mujeres en
la toma de decisiones políticas y en la democratización de las relaciones sociales,
comenzó a ser el centro de atención a la hora de hablar de igualdad de oportunidades, de
derechos, y de responsabilidades.
Debemos notar que en estos últimos años proliferaron una serie de publicaciones
que tratan sobre la cuestión de género y de participación política de la mujer en Latino
América (y especialmente en nuestro país). Los mismos ofrecen la posibilidad de
enriquecer aún más el análisis, gracias a la cantidad de estudios de caso y comparados,
que proveen a la Ciencia Política de teorías de alcance medio, y de una copiosa base de
datos.
Por ende, la ley 13.010 (1947), que consagra los derechos cívicos y políticos a
las mujeres de nuestro país, como la ley de cuotas, 24.012 (1991) configuran en
1
Agradezco los comentarios, aportes y correcciones que Carla Carrizo hizo a un primer borrador de este
trabajo.
2
Los avances en la legislación se dan solamente en el plano legal, sin obtener correlato alguno en la
realidad.
1
palabras de Nélida Archenti y María Inés Tula (2008: Pág. 8): “oportunidades
institucionalizadas para la construcción de un sistema de representación equitativo en
términos de género, y aunque estas no constituyen su garantía legal, son su condición de
posibilidad”. Dan fin, de esta forma, a la exclusión cívica y a cualquier intento por
atentar contra el principio de representatividad y legitimidad de nuestra democracia.
Para ello, tomaremos como ejemplo, tanto la norma 24.012, ley de cuotas; como
la norma 13.010, que reconoció el derecho a votar y a ser representadas en el congreso
nacional de 4.225.467 mujeres. Intentaremos demostrar entonces, que la incorporación
de alrededor del 48 % de la población (el 90% del padrón femenino concurrió a votar),
3
El artículo 1 de la Ley de Voto Femenino Nº 13.010/47 dispuso que las mujeres argentinas tienen los
mismos derechos políticos y las mismas obligaciones que las leyes les acuerdan o imponen a los varones
argentinos. Declaraba que “las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas
a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos”.
4
Discurso radial de Eva Perón.
2
funcionó como un cálculo electoralista por parte del Justicialismo, ya que dicha
participación fue determinante a la hora de que el peronismo obtenga mayorías en los
comicios nacionales del 11 de Noviembre de 1951. Asimismo, el hecho de generar y
consolidar un nuevo grupo de adhesión al liderazgo presidencial, contribuyó a aumentar
los márgenes de maniobra del ejecutivo.
Por lo tanto, buscaremos dar respuesta a una serie de interrogantes que guían
esta investigación: ¿cuales son las estrategias que utiliza el partido para incluir a la
mujer al ámbito decisional?, ¿porqué las reformas que permiten la inclusión política de
la mujer ocurren durante los gobiernos peronistas, y no en otros de distinto signo
político y cuales son los factores políticos que inciden en la decisión política de los
presidentes peronistas para integrarlas efectivamente?, ¿cómo ante un cambio en el
ambiente, la incorporación del genero femenino a la arena política contribuye a la
adaptación y reconversión del Partido Justicialista?
Una explicación convencional pero que no logra dar una respuesta acabada a
nuestra inquietud es que la inclusión de las mujeres a la política ocurre bajo gobiernos
peronistas por una cuestión programática o de incentivos simbólicos-ideológicos
vinculados a la tradición política y a la liturgia justicialista, (pensemos en la relación:
cuestión de género y la figura de Eva Perón, como así también en la tradición erigida en
torno a los lemas de igualdad, soberanía política y de justicia social). No obstante ello,
esta explicación “popularmente aceptada” se torna insuficiente a la hora de encontrar
una salida a nuestras inquietudes propias de la Ciencia Política.
Cabe señalar antes de proseguir con el desarrollo de este trabajo que los arreglos
institucionales implementados tanto por Juan Domingo Perón, como por Carlos Menem,
con respecto a la efectividad de la participación igualitaria de la mujer en la arena
política, (medidas tendientes a aumentar la participación política de las mujeres en los
5
Ambas políticas constituirán una ventaja electoral para el Partido Justicialista.
La hipótesis de trabajo fue mejorada gracias a las sugerencias de Carla Carrizo.
3
procesos decisorios de la Nación y del gobierno), produjeron un impacto positivo en el
incremento cuantitativo de las mujeres en el acto electoral, en los órganos legislativos,
en los cargos de gobierno, como así también contribuyeron a la capacidad adaptativa del
partido mayoritario.
Contemplemos que hoy en día las mujeres son mayoría poblacional, y por ende
mayoría en los padrones electorales. Con el pasar de las décadas, crecieron y
progresaron económicamente, constituyéndose en una fuerza más del mercado que
compite en igualdad de condiciones; aumentaron la cantidad de mujeres con matrículas
profesionales, en escolaridad, en las filas partidarias, en movimientos sociales, y hasta
en el Parlamento. De este modo, las mujeres quedan incorporadas a aquellos ámbitos
donde tradicionalmente estaban relegadas, a través de determinadas estrategias
institucionales (promovidas por líderes carismáticos) que incentivan el acceso de las
mismas a los procesos de decisión (Archentti & Tula, 2008). Se erigen entonces, como
un sector determinante a la hora de elegir a sus representantes y de tomar medidas.
6
Sus tareas se desarrollan en los cargos de menor jerarquía y poder decisional. Por lo que podríamos
afirmar que la ley de cupos, no fue acompañada por transformaciones profundas de carácter cualitativo.
7
“Hasta la actualidad la mujer argentina no está representada proporcionalmente en las Instituciones
públicas, llámese partidos políticos, gobierno, ni tampoco en puestos de decisión en la educación
superior”. Ver ( Frisch-Soto, 2006,Pág.424)
4
Estado de la cuestión.
Sin embargo, es en el año 1919, que el diputado radical Rogelio Araya presenta
la primera iniciativa en el Congreso sobre la concesión del voto a la mujer. 10
Tras una serie de avances en tanto los derechos cívicos de la mujer, en el año
1928 el Diputado Mario Bravo por el partido Socialista, presenta un proyecto de ley
acerca del sufragio femenino obligatorio. Tras insistir en el año 1932, el proyecto fue
aprobado en la Cámara Baja. No obstante ello, la Cámara Alta dilató su sanción, dando
fin al reclamo. Igual suerte corrieron los proyectos presentados en el año 1935 por éste
mismo diputado y por Palacios.
8
Aunque como la historia lo demuestra, la actuación pública de las mujeres remonta al siglo XIX.
9
Entre estas mujeres encontramos a Elvira Rawson de Dellepiane (primer médica en el país que organizó
el primer centro feminista), Cecilia Grierson Julieta Lantieri; (fundadora del Partido Feminista Nacional),
Carmela Horne, Ema Costa, Carolina Muzzilli (militante socialista), Victoria Ocampo y Alicia Moreau
de Justo, entre otras tantas.
10
En el año 1922 y 1925 se presentaron nuevamente proyectos de ley con ese fin, pero ambos fueron
rechazados.
5
Queda expuesto entonces, que con el correr de los años fueron presentadas
diversas iniciativas legislativas en el Congreso, por parte de múltiples partidos, con el
fin de reglamentar el voto femenino. Ninguna de ellas alcanzó su cometido hasta que en
1947, y de la mano de Eva Perón, la mujer logró quedar finalmente reconocida en
igualdad de condiciones ante la ley madre, adquiriendo de este modo, un rol
protagónico en la escena política nacional y obteniendo los medios necesarios para
canalizar la efervescencia política del sector, mediante la creación de un partido
paralelo, único en la historia política latinoamericana, que logra institucionalizar a la
mujer argentina como sujeto político, en plano de igualdad con el género masculino 11.
11
Ya desde el año 1946 “se piensa en la creación de estructuras especiales para incorporar a las mujeres.
El peronismo le abre la posibilidad de conformar un partido político nuevo” (Frisch-Soto, 2006, Pág.426)
que por un lado contribuya a romper el rol tradicional de la mujer y por el otro, que coordine y colabore
en la extensión de la obra y la doctrina de Perón.
6
Después de varios vaivenes, la ley fue aprobada por unanimidad de los diputados
presentes. Los radicales propusieron enmiendas, sin embargo ante el poder mayoritario
e inquebrantable del peronismo, terminaron desistiendo sus ansias de reformar
determinados artículos, quedando finalmente la ley 13.010 sobre voto femenino,
sancionada. 12
Por ende, ante el miedo de pensar el sufragio como un problema que podía llevar
a socavar las bases sociales y generar divisiones irresolubles, se privilegió pensarlo
como “peronista”, dejando sin objeto de lucha al resto de los partidos y especialmente
al feminismo.
12
Sería insuficiente afirmar que la ley de voto constituye el único modo de ampliación de las bases de
sustentación del movimiento peronista. No debemos olvidar que el mismo, erigió nuevas formas de
integración y participación de las mujeres, por ejemplo a través de la creación de las Unidades Básicas
Femeninas. Ver (Levitsky, 2008)
13
Un fiel ejemplo de ello, es el propio “renunciamiento” de Eva Duarte de Perón a su candidatura en el
mes de Agosto de 1951. Paralelamente en la actualidad son pocos y raros los casos de mujeres que han
alcanzado posiciones de poder en las instituciones públicas. Aquellas que lo han logrado, se vieron
obligadas a adoptar una posición masculina o bien ambivalente. Por ende, siguiendo lo expuesto por
LLano (2006, Pág. 14) “no se trata de darles un lugar formal (…) sino más bien de darles a tales sectores
participación efectiva”.
7
De esta forma se inicia un nuevo período de cambio en tanto la estructura de
oportunidades electorales para las mujeres. Se modifica el panorama existente desde
1947 (siendo esta fecha el puntapié inicial de una serie de conquistas cívicas y
sinónimo de la herencia social y política de Eva Perón) lo cual brinda nuevas
posibilidades para que el género femenino vuelva a reposicionarse.
Dado este contexto, se establecerán las cuotas como una medida compensatoria
y redistributiva para el sexo femenino. Según Moreira y Johnson (2003, Pág. 18) “la
cuota por sexo se justifica como una medida temporaria y correctiva para hacer efectivo
el derecho político de las mujeres a ser elegidas, un derecho que se ha visto coartado en
los hechos por la incidencia de relaciones históricas de subordinación y discriminación
en las posibilidades reales que tengan de competir en condiciones de igualdad con los
hombres”.
Paralelamente, como destaca María Inés Tula (2001, Pág. 211). “Después del
sufragio femenino, el cambio más importante en la representación política de las
Mujeres argentinas se produjo el 6 de noviembre de 1991 cuando el Congreso de la
Nación sancionó la ley 24.012 “.
14
Tanto la ley 13.010 como la 24.012, no tuvieron una aplicación inmediata, sino que se aplicaron al
tiempo que fueron sancionadas, en los comicios Nacionales de 1951 y en 1993 (renovación parcial de la
Cámara de Diputados de la Nación), respectivamente.
15
Las mujeres se enfrentaron con grandes dificultades para generar su propio espacio de poder partidario.
Como ser la reacción negativa de los partidos mayoritarios a la introducción de las cuotas en las cartas
orgánicas partidarias. Flavia Freidenberg (2006, Pág. 7) afirma –refiriéndose a las cuotas- que en la
práctica “muchos de los esfuerzos no se han traducido en una mayor participación de las mujeres en las
decisiones partidarias”.
8
De este modo, mediante la ley 24.012 se buscó disminuir la brecha entre ambos
géneros, corrigiendo las desigualdades y posibilitando la competencia por recursos,
cargos o posiciones en igualdad de condiciones.
Siguiendo lo argumentado por diversos autores “en pocos casos los partidos
políticos asumen la responsabilidad de cambiar estas prácticas y normas
discriminatorias, o de implementar una política activa de reclutamiento y promoción de
mujeres entre sus cuadros de más jerarquía, y por lo tanto se lucha por la adopción de
medidas de discriminación positiva como una estrategia de último recurso”. (Moreira &
Jonson: 2003. Pág. 22). 17
16
Entendemos por acción afirmativa “al conjunto coherente de medidas de carácter temporal dirigidas a
corregir la situación de los miembros del grupo al que están destinadas en un aspecto o varios de su vida
social para alcanzar la igualdad efectiva”. (Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos
Humanos, 2001).
17
Meléndez (2007, Pág. 62-65) destacará una tendencia: en las organizaciones más antiguas, como ser
por ejemplo el PJ, y en comparación con las más jóvenes, la participación femenina se encuentra con
mayores niveles de institucionalización.
9
internacionales que tratan del tema 18. Finalmente, en el artículo 75, inciso 2319, se
unifica el principio de igualdad junto al de no discriminación20, de esta manera las
mujeres adquirieron un reconocimiento normativo para un accionar equitativo en la
esfera pública.
Marco Teórico
Antes de proseguir y teniendo en cuenta la tradición de Downs (1973),
definiremos que entendemos por partido político. Los concebiremos como agentes
maximizadores de votos, escaños o puestos. De este modo, los mismos “desarrollan
estrategias, invierten recursos (políticos, económicos, organizativos, etcétera) y
eventualmente conforman coaliciones con el fin de lograr la cantidad de votos
necesarios para lograr la mayor cantidad de cargos políticos posibles, con los menores
costos que sea posible.” (Alles, 2007, Pág. 3)
Es por ello que los partidos, intentarán incorporar a los padrones y/o a sus listas
partidarias candidatos capaces de representar a diversos sectores sociales como forma
de tener mayores posibilidades de ganar una elección, y hasta de obtener mayoría en las
cámaras21. En nuestros casos de análisis, mediante la incorporación de mujeres a los
ámbitos políticos, se contribuye a que este sector obtenga un mayor nivel de
representación, pero también a que muchas de las mujeres votantes apoyen al partido
que inicie o motorice la “causa”. Es decir, que las medidas de incorporación femenina,
configuran políticas que reportan un beneficio electoral redituable al gobierno.
18
Entre ellos El Pacto de Dan José de Costa Rica, El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
y su protocolo Facultativo, La Declaración Americana de Derechos del Hombre, La Declaración
Universal de Derechos Humanos, y la Convención sobre la eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra las Mujeres.
19
Se ordena al Congreso “legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real
de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitución
y los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos, en particular respecto de los niños, las
mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad”. (Dromi, Roberto y Menem, Eduardo ,1994).
20
A su vez mediante el recurso de amparo, ya sea individual o colectivo, (artículo 43 de la CN- sección
Nuevos Derechos y Garantías) se puede combatir a través de la vía judicial los actos anticonstitucionales
de discriminación. Ejemplo de ello, fue la causa “Merciadri Maria Teresa s/ presentación- Unión Cívica
Radical” (Fallo CNE 1.565/93), “Darci Beatriz Sampiero s/ impugnación lista de candidatos a diputado
nacional del PJ, distrito Entre Ríos (Fallo nº 1.602/93) entre otras tantas.
21
Ejemplo de ello, es el caso del presidente Perón quien decidía que candidatos serían los adecuados para
los cargos electivos a ocupar, generando de este modo un mecanismo de selección de candidatos
arbitrario y estratégico. A su vez, en el caso del cupo femenino a ocupar en el Congreso, muchas de las
legisladoras son seleccionadas en tanto, sean mujeres obedientes o las mujeres “de” o las hijas “de”.
Queda definido entonces, al cupo como un bien ganancial o de familia, lo cual muchas veces evita los
lazos de solidaridad y de compromiso con el género.
10
Una vez expuesto nuestro argumento, debemos poner foco en las variables
relevantes a fin de evaluar porque ambas leyes de integración efectiva ocurren en
gestiones peronistas y porqué el partido busca adaptarse en contextos tanto de
estabilidad como de inestabilidad política, electoral y económica. Dichos contextos se
erigirán como desafíos planteados por el ambiente o bien como factores que afectan a la
toma de decisión.
Para ello, debemos ordenar los datos recolectados con el fin de construir
determinadas dimensiones o indicadores (tres) que den cuenta del proceso de
incorporación de la mujer.
De este modo, consideramos en este trabajo, que el Peronismo toma dos medidas
que le permiten llevar a cabo su adaptación22 con la finalidad de sobrevivir y
reconvertirse; ya sea a través de una primera estrategia electoral: La incorporación de la
mujer como ciudadana (1947) y la creación del Partido Peronista Femenino. Ya sea a
través de una segunda instancia de adaptación, una estrategia de gobierno, que implica
la incorporación de la mujer en las listas partidarias: ley de cuotas (1991) 23.
22
Esta fuerte adaptabilidad o bajo grado de institucionalización que posee el partido (Burgess y Levitsky,
2003), le permite adecuarse rápidamente a la coyuntura sin sufrir cuestionamiento alguno hacia el
interior. (Pensemos que es un partido caracterizado por poseer un alto grado de verticalidad y una fuerte
lealtad al líder, lo cual fomenta la toma de decisiones arbitrarias y la prevención de posibles planteos).
23
Siguiendo a Malamud en “A two tier approach to party adaptation (with application to Argentina, 1983-
2003) intentaremos definir a la estrategia electoral como la capacidad de determinado partido, (mediante
determinadas medidas y el apoyo de un sector), de ganar cargos políticos,-ya sea la presidencia o cargos
legislativos- a través de elecciones libres, plurales y competitivas. La estrategia gubernamental queda
definida como aquella capacidad del partido para finalizar su mandato presidencial en el cargo, (y según
lo establecido en la Constitución), dada su capacidad de cambiar, adaptarse y de flexibilizarse,
respondiendo siempre a los nuevos desafíos que impone el ambiente y sin tener la necesidad de alienar a
su electorado tradicional.
11
Por lo tanto, podríamos señalar que a pesar de contemplar períodos de tiempo
distantes en tanto la sanción de las leyes y su aplicación (1947-1951 y 1991-1993)
ambas políticas podrán ser ordenadas en un continuum de inclusión femenina, ya que
constituyen hitos de un proceso de evolución política y de perfeccionamiento en las
prácticas democráticas. Sostenemos entonces, teniendo a estos casos como ejemplos,
que cuando el Partido Justicialista controla el Poder Ejecutivo Nacional y posee
mayoría en las cámaras Legislativas, se sancionan políticas que incorporan a la mujer24.
Para obtener una visión holística, tratamos de capturar las perspectivas de los
actores frente a la incorporación de la mujer a la arena política, a través de la
realización de entrevistas personales y exploratorias a informantes claves, que hayan
24
La adhesión a la política presidencial en el Congreso es más fácil cuando el partido que gobierna posee
una baja institucionalización. De allí que Mustapic afirma que los sistemas que aseguran a los partidos el
control de la nominación de los candidatos y el control del orden en la lista tienden también a asegurar al
liderazgo del partido el control sobre el comportamiento de los legisladores” Ver en Mustapic Ana María
(2000b, Pág. 574) “Oficialistas y Diputados: las relaciones ejecutivo-legislativo en la Argentina”.
12
tenido una participación activa en el proceso.
El Partido Justicialista, es uno con una amplia base de apoyo electoral (fiel e
incondicional), que le permite una rápida conversión en los momentos más álgidos y
de crisis.
25
Siguiendo a Levitsky (2003), para que un partido se adapte de manera exitosa, se debe cumplir con tres
requerimientos, a saber:
1. Los líderes deben elegir una estrategia apropiada.
2. Los reformistas deben “vender la estrategia” (o bien imponérsela al resto del partido).
3. El partido debe ofrecer la nueva estrategia al electorado, ya que ninguna será exitosa si no gana
votos.
Paralelamente, los incentivos para adaptarse, según Levitsky y Burgess (2003) serán :
1. Una crisis económica profunda.
2. La ausencia de un partido político de izquierda con posibilidad real de ganar las
elecciones.
3. Los altos grados de autonomía del Poder Ejecutivo.
4. Fluidez organizativa al interior del partido de gobierno.
13
1998c).Es así, que “el partido combina fuertes incentivos para adaptarse con una
sustancial capacidad para hacerlo”. (Levitsky & Burgess, 2003, Pág. 905).
Siguiendo lo expuesto por Melendez (2007), acerca de que los partidos previos a
las tercer ola democratizadora (“los partidos antiguos” 29) son los que mayor
26
Por ejemplo, el giro programático neoliberal del presidente Carlos Saúl Menem, en la década del ´90,
ante los cambios rápidos, económicos y sociales, del ambiente.
A pesar del abandono del proyecto socioeconómico tradicional del PJ y de la manipulación constante de
las reglas, la mayoría de los líderes partidarios como así también los activistas, quedaron ligados al
partido. (Levitsky, 1998). Por ende, podríamos afirmar, que el partido no enfrentó un desafío electoral-
partidario serio ni decisivo, ya que conservó sus bases de apoyo.
27
Son las subunidades autoorganizadas quienes controlan el poder, los recursos, la información, las
carreras y la asignación de cargos políticos de menor rango. Las mismas poseen vínculos débiles, no
burocráticos, informales y altamente descentralizados, ya que no son creadas ni financiadas por el
partido. Ejemplo de ello, son las unidades básicas femeninas que se encontraban instaladas en todos los
barrios. Las mismas no recibían dinero para el mantenimiento cubriendo los gastos con sus propios
ingresos.
28
Pensemos que la idea de “movimiento” denota un cambio de posición experimentado por un cuerpo
con respecto al mismo, o con arreglo a otro. Describiendo de este modo una trayectoria.
29
El Partido Justicialista se caracteriza por ser uno de ellos ya que posee un alto grado de
institucionalización en tanto sus niveles de inclusión de la mujer.
14
institucionalizan la participación femenina, creemos pertinente analizar primero, el
proceso mismo de integración de la mujer argentina al mercado de trabajo pago y las
reacciones que trajo aparejado a nivel político e ideológico.
15
determinada elección, para contribuir a aumentar el peso cuantitativo de las mujeres en
cámara.
En la década del '90 ante una profundización de la desigualdad entre los sexos,
las mujeres se vieron perjudicadas y tomaron conciencia que eran un grupo que corría
en desventaja a la hora de tomar decisiones. Los movimientos de mujeres, con apoyo de
determinados partidos políticos y demás sectores, conquistaron la Ley de Cuotas o de
Cupo Femenino en los cuerpos colegiados electivos, (es decir, tanto en el Parlamento
como en las Legislaturas Provinciales).
"En los '90, la lucha por el reconocimiento de los derechos políticos de las
mujeres se orientó hacia el proceso de toma de decisiones, en particular hacia los cargos
de representación legislativa. La exclusión de las mujeres del proceso decisional que se
traducía en un ejercicio incompleto de su ciudadanía fue considerado un déficit de la
democracia” (Archenti, 2002, Pág.4).
30
Tomaremos el concepto de ciudadanía de Marshall (1998), entendiendo por este un status legal
determinado compuesto por tres elementos, los derechos civiles, los derechos políticos y los derechos
sociales. Se la concibe entonces, como una práctica de derechos y responsabilidades que se desarrolla y
extiende en un tiempo y espacio específico. La igualdad ante la ley y la participación en una comunidad
son dos rasgos definitorios del concepto, que se materializan en la adquisición y ejercicio de derechos y
deberes. Siguiendo los lineamientos de Marshall, en este trabajo me propongo a analizar específicamente
la ciudadanía política femenina.
31
Datos obtenidos del Consejo Nacional de la mujer.
16
La estrategia electoral del PJ
Como sabemos, las causas que llevan a un partido a adaptarse, pueden ser por
cambios en “el ambiente electoral” (Levitsky, 2003, Pág.10), por ejemplo en las
preferencias de los electores o en la composición del mismo, es decir en su estructura,
como así también puede responder a los cambios en el “ambiente económico”, por
ejemplo ante una crisis de gran envergadura, como la acaecida en los ´90 en la
Argentina. (Levitsky, 2003, Pág. 10.)
Carolina Barry, especialista en el tema, afirma que “este tipo de partido busca
organizar y movilizar a nuevos sectores antes excluidos de la competencia política, tarea
que los partidos tradicionales de representación individual no pueden llevar a cabo”
(Barry, Carolina, “Puntos y contrapuntos de la militancia femenina peronista en el
barrio de Belgrano (1946-1955)”).
Evita presidía al movimiento que supuestamente “no hacía política sino acción
social” (Barry, 2008, Pág. 3).El mismo formaba parte del movimiento peronista junto al
Partido Peronista y a Confederación General de Trabajo33, sin embargo la creación de
este partido paralelo, de esta organización política dividida por sexos y autónoma, no
era una parte accesoria o un simple derivado, sino que una entidad en sí misma y
diferenciada, con objetivos diversos y metas establecidas, todas ellas referidas a
políticas destinadas a las mujeres.
Erigiéndose Eva como nueva y única líder carismática a la par de la figura del
General Perón, se buscaba evitar toda corriente interna que quisiera disputarle su
preeminencia. De tal modo, se fomentaba la unidad de todos los centros femeninos
ubicados a lo largo y ancho del país y por medio de la ejecución de un censo “de
mujeres peronistas” se buscaba sumar nuevas y potenciales electoras para aumentar el
32
Discurso pronunciado por Eva Duarte de Perón, en el teatro Cervantes el 26 de Julio de 1949
33
Se establece que las tres ramas actuarán de manera independiente una de la otra, teniendo sus propias
autoridades, sedes y unidades básicas –“estructuras políticas y celulares” (Barry, 2008. Pág. 7)-. A pesar
de que tuviesen los mismos objetivos generales se ocuparían de sectores diferentes y de problemas
distintos. De esta manera, se fomenta la creación de un formato organizativo, nunca antes dado en la
historia argentina, ya que era un fiel reflejo de la diversidad tanto política como social de los integrantes
del movimiento.
17
número de mujeres que apoyarían la reelección de Perón en las elecciones nacionales de
195134.
Para esto las unidades Básicas femeninas, que poseían una fuerte presencia
política en todo el territorio argentino, funcionaban como el órgano centralizador para
capacitar, adoctrinar, difundir, adherir, afiliar y especialmente generar identidad y
conciencia de “clase”o de “genero”.
34
Carolina Barry (2008) afirma que la “incursión política (de las mujeres) fue determinante para el
triunfo de Perón a la segunda presidencia”, siendo este “uno de los objetivos políticos mas importantes
del partido” (Barry, 2008, Pág. 7). Es así que la creación del PPF, funciona no solo como un método de
control social sino también como una táctica electoral El propio partido construye su base política para la
reelección y refuerza de manera conjunta, la adhesión a la causa peronista.
18
uno de los pocos partidos35 que decidió implementar la decisión. Esto modificó el
carácter de “espacio cerrado a la participación femenina” de la arena parlamentaria)36.
La estrategia gubernamental.
A pesar de que tanto las mujeres justicialistas como las radicales y las
pertenecientes a otras organizaciones políticas y sociales - tanto gubernamentales como
no-, cooperaron con la aprobación unánime y sin enmiendas de la ley 24.012, podemos
considerar la obtención de la ley de cupos, como una estrategia gubernamental
conservadora por parte del Ejecutivo peronista37, ya que como demostraremos luego, la
misma no garantiza una llegada efectiva al poder por parte de las mismas. En tal
sentido, “se cambia algo para que nada cambie”.
El apoyo a la ley por parte del Presidente Menem figura ser una simple
respuesta a los reclamos de las mujeres del partido (Barrancos, 2002), una forma de
mantener el status quo en tanto la asignación de posiciones de poder, como así también
una forma de generar grados de cohesión y disciplina hacia el interior del partido, y
hacia el interior de las cámaras38. Debemos notar a su vez, que gracias a la
subinstitucionalización propia del PJ, se ve facilitada la remoción de determinados
líderes y la entrada de nuevos, en nuestro caso, las mujeres.
35
Cabe aclara aquí, que el radicalismo no tuvo mujeres en las listas de 1951. Aquellas que votaron por
dicho partido, lo hicieron pero en menor medida que el sector masculino. El socialismo y comunismo
también llevaron muchas mujeres en las listas, pero las mismas no consiguieron banca alguna.
36
En el año 1952, sólo las peronistas lograron acceder a puestos en la Cámara de Diputados y Senadores.
Ocuparon sus bancas 23 diputadas (15.5 %) y 6 senadoras (9%). Sumando legisladoras nacionales,
provinciales y delegadas se contabilizaron 109 mujeres electas. Ver en
http://www.cnm.gov.ar/areainterv/particpolit/lugdedecis.htm
37
El propio Presidente Carlos S. Menem hizo suya la demanda por la introducción de acciones
afirmativas. Creemos que su apoyo se debió, además de ser un símbolo de modernización, a la necesidad
de dar respuesta a los reclamos planteados por las mujeres de su propio partido (Barrancos, 2002) y a la
de capitalizar el voto femenino, tanto al interior de la Cámara de Diputados, como hacia el exterior.
38
Según Jones, durante el período 1989-1991 la disciplina en el Congreso ha sido relativamente alta.
( Jones, 1998)
19
cabo políticas públicas que promuevan cambios profundos en las condiciones de vida
de las mujeres, y especialmente en la política.
En síntesis, las mujeres siguen relegadas a la hora de obtener una cuota de poder
al interior del parlamento, muchas de ellas, como hemos afirmado anteriormente, han
sido designadas gracias a las relaciones de parentesco- hijas, hermanas, esposas-”o
“vínculos de confianza” con hombres relacionados a la esfera pública. Esto implica en
cierto modo, controlar informalmente cualquier instancia de oposición a la hora de
aprobar una ley.
39
En el período que va de 1983 a 1991 las mujeres ocuparon -en promedio- el 4% de las bancas.
Paralelamente, el registro más alto alcanzado fue el año 1989 con el 6,7%.
Ante la aplicación de la ley de cupos, la tendencia se revierte: las mujeres ocuparon el 13,6% de los
escaños para subir al 27,2% en 1995, mantenerse en un 28% en 1997, descender al 26,2% en 1999 y
finalmente aumentar en el 2001 – a partir de este año la ley de cupo opera también para el Senado- al
30,4%. (Tula, 2001). Gracias al decreto reglamentario numero 379/93 se dispuso que se amplíe la
participación femenina a todos los ámbitos parlamentarios, sean éstos nacionales, provinciales,
municipales y/o vecinales, siendo el 30% un porcentaje minino y no un techo máximo como llegó a ser
considerado por la oposición
40
Ejemplo de ello, es que los bloques y las comisiones más importantes y de mayor peso político están
presididos por varones (pocas mujeres pudieron ubicarse en las posiciones de liderazgo pero ninguna en
el cargo de mayor jerarquía del bloque partidario: la presidencia), lo que implicaría un retroceso en la
participación de las mujeres en los lugares claves de las diversas instituciones y su designación para las
comisiones consideradas femeninas o menores.
20
Podríamos finalmente, afirmar que en el Partido Justicialista, prevalecen
conductas reacias, conservadoras, tradicionalistas, y arraigadas, al armar sus listas
partidarias y efectivizar la representación estipulada por la ley. Es por esto, que la
sanción de la misma, no tiene un correlato categórico, sino que funciona como un
simple “cumplimiento burocrático”.
Más allá de hacer una breve descripción acerca de las dos estrategias, nuestra
motivación también es darle un marco a ambas leyes en el entorno de la política
argentina, es decir que procuraremos entender cuales son los factores políticos que
inciden (tanto de manera directa, como indirecta) en la decisión de incluir (y de normar)
la participación efectiva de la mujer.
Es por ello que consideraremos relevantes ciertos aspectos que se asocian con
esta regularidad originada durante los procesos democráticos peronistas, como ser:
Es así que autores como Germani, Mora y Araujo y Llorente (1980), señalan que
en las elecciones de 1946, Perón obtuvo votos provenientes de variados sectores: de los
trabajadores manuales “viejos” del ámbito urbano41, de los trabajadores rurales
41
A pesar de que el Partido peronista abarca un amplio espectro de sectores y de variadas corrientes
ideológicas, Perón obtuvo su apoyo más fuerte en las zonas industriales de las grandes ciudades, que se
encontraban densamente pobladas y con una gran cantidad de analfabetos y de desplazados. (Las mismas
poseían una estructura ocupacional más bien tradicional) Es así, que el proletariado industrial nativo, fue
el actor que cumplió el papel político más decisivo y consecuente.
21
(pequeños hacendados y empresarios agrícolas de las zonas rurales relativamente
pequeñas, atrasadas económicamente y poco desarrolladas- más que de un proletariado
rural o campesinado-) y finalmente de lo migrantes internos (que habían sido
desplazados a las grandes ciudades producto de lo grandes cambios socioeconómicos y
socioculturales que atravesaba en país42.
Por ende, podríamos afirmar que Perón tuvo éxito con dos clases específicas de
trabajadores, aquellos que se encontraban desocupados e iban a incorporarse a la nueva
industria, y aquellos bien pagos; “ambos (sectores) vivamente susceptibles a los temas
económicos” (Mora y Araujo, 1980, Pág. 69).
42
Luego los mismos pasarán a constituir el “nuevo” proletariado industrial.
43
Gervasoni (1998) considera al “nuevo” PJ, como un partido liberal conservador.
44
Este ultimo, cede parte de sus votos -un 21.2%- , al Partido Justicialista.
22
logra retener a sus votantes anteriores (los del ´83), y a su vez se nutre de los votos de
los ex radicales y Alfonsinistas y ya para el año 1995, cautiva los votos de la derecha
liberal. (Gervasoni, 1998).
45
Cabe aclarar, que en 1989, la lealtad y la identificación partidaria para con el PJ fue mayor que en el
año 1995. Dicho resultado está asociado con el giro programático implementado por Menem. Por lo tanto,
cualquier acercamiento al peronismo en estas épocas, se relaciona más con la aceptación a las políticas
introducidas, que con “la opinión que se tiene acerca del partido”.(Gervasoni, 1998, Pág. 19)
23
El rol de los partidos de oposición.
46
Tanto el partido radical como los demócratas progresistas presentaron proyectos que trataban acerca del
tema.
47
En tanto el rol de la oposición o minoría parlamentaria, quedó en manos de los radicales, los
conservadores, los demócratas progresistas, los Bloquistas de San Juan y a los radicales antipersonalistas
de Corrientes.
48
De este modo, el derecho de la mujer argentina a sufragar y a ser elegida quedó fuertemente asociado
al peronismo y especialmente, a la figura de Eva Perón
24
que pretendieran o simulasen disputarse la mayoría y la minoría de un comicio”. (Barry,
2008, Pág. 11).
Dado que el derecho al sufragio no había sido suficiente para que las mujeres
pudieran efectivamente participar en las estructuras decisorias de la Nación y de los
partidos políticos, en los noventa, se comenzaron a generar argumentos en el Congreso
tanto a favor como en contra de la participación de las mujeres en dicho ámbito. De este
modo, algunos de nuestros representantes se vieron ante la necesidad de llevar a cabo
una medida de acción afirmativa ya que las mujeres - más de la mitad del electorado-
constituían una pequeña minoría en el Parlamento, no estando debidamente
representadas en el recinto.
49
A pesar de ello la sanción de la ley contó con el apoyo de los partidos mayoritarios y el respaldo del
presidente Menem. En tanto los partidos de oposición que impugnan la sanción de la ley encontramos a:
Unión del Centro Democrático (UCeDé)- que votó en contra-, y Movimiento al Socialismo (MAS)- que
se abstuvo-.
50
Ver también en Diario de Sesiones, Cámara de Diputados de la Nación. Reunión 46.Sesión ordinaria de
prórroga (especial).Ciudad de Buenos Aires, 6-7 de Noviembre de 1991
25
política. No tienen tiempo para hacer política dado que viven totalmente explotadas”.
(Diario de Sesiones, Cámara de Diputados de la Nación. Reunión 46.Sesión ordinaria de
prórroga (especial).Ciudad de Buenos Aires, 6-7 de Noviembre de 1991). Claramente,
concebían a la ley de cupos como una mera concesión otorgada por los hombres.
Con el fin de dar cuenta la manera en que el líder, ya sea este Perón o Menem,
controlan al partido, primero debemos señalar que es lo que entendemos por liderazgo
presidencial, y cuales son las características primordiales de los liderazgos durante los
gobiernos justicialistas.
Sin embargo, y a pesar del arduo intento por mantener la estabilidad del partido y
de neutralizar las disidencias (dadas mayoritariamente por las diferencias sociales,
políticas, e ideológicas -pensemos en la heterogeneidad de sus integrantes-), las
divisiones no desaparecieron.
26
El líder (sinónimo de partido 51) se vio ante la necesidad de encauzarlas mediante
un arreglo institucional nunca antes visto en la realidad latinoamericana: la creación de
tres ramas, (entre ellas la femenina, que hemos tratado anteriormente). Ello genera
espacios propios, recursos diferenciados para cada sector, y sobre todo contribuye a la
consolidación de una posición de “líder indiscutido” con poder casi absoluto sobre la
organización que monopoliza, controla y centraliza.
Moira Mackinnon afirma que el partido peronista se mueve hacia una salida
organizativa que”legitima las diferencias y se propone administrarlas, dándoles una
organización separada dentro de la rama Sindical, la Política, y la Femenina”.
(Mackinnon, 2002, Pág. 121)
Sin embargo, con la llegada del Menem al poder, se colapsa con los altos niveles
de centralismo propio de Perón, ya que no hay una estructura que logre coordinar las
actividades de los diferentes grupos que integran al peronismo. Ante esta situación de
segmentación y semianarquía, Menem busca (muchas veces invocando a la figura de
Perón) proveer de dirección al partido y otorgar centralidad y estabilidad política a su
conducción. De este modo, busca acumular recursos políticos e institucionales, como
ser aquellos arreglos establecidos en la Constitución Nacional.
51
Siguiendo a Mustapic (2000a) el partido se identifica y se compenetra con el líder, se subordina a su
voluntad, generando vínculos personales y de lealtad. Pues entonces, el líder será “el único interprete de
la doctrina” (Mustapic, 2000a, Pág. 7).
52
Pensemos que luego del ascenso de Perón a la presidencia, se inicia un proceso conflictivo entre los
distintos sectores que dieron apoyo a su candidatura. El conflicto de intereses y de ideologías entre los
grupos que habían formados la coalición peronista, se inicia tras el desacuerdo en torno al formato
organizativo y en torno a la dirección del partido (Mackinnon, 2002).
De este modo, el liderazgo carismático de Perón surge, como fuerza unitiva, como nexo que imposibilita
la formación de líneas internas de fractura.
53
Las mismas controlan el poder, los recursos, la información, las carreras políticas e incluso la selección
de los candidatos.
27
Dado el apoyo y la legitimidad popular y partidaria (en este caso Menem
impone estrategias y hasta candidatos a los lideres locales del partido, mediante
practicas disciplinantes como ser el mecanismo de premios y castigos, es decir
mecanismos basados en el carisma y en el patronazgo tradicional) sumado a la ausencia
de un alternativa opositora, logra el éxito en las cámaras, contribuyendo de esta forma, a
la construcción de una posición de liderazgo tanto al interior del PJ como en el
Parlamento, (que luego refrendará su giro programático).
54
La polarización llega a su clímax, en el año 1949, con la radicalización de la oposición, ante la negativa
a la reforma de la Constitución Nacional. Ver en Abal Medina & Cao, 2002.
55
“A lo nacional y popular, se opone la dominación, la oligarquía antipatria” (Grossi & Gritti, 1989, Pág.
40).
28
proseguir, que entre ambos “concentraban mas del 90% del caudal electoral” (Zelaznik
& Rovner, 1995, Pág. 201).
Este periodo se caracterizo por ser uno donde había “competencia pero con (un)
bajo grado de competitividad” (Grossi & Gritti, 1989, Pág. 30), ya que se buscaba
restringir los márgenes de la oposición política, es decir, se buscaba constantemente
negar al adversario y erigirse como dominante. De esta forma, tanto el PJ como la UCR,
buscaba crear un sistema de partido predominante excluyendo al otro.56 El peronismo se
postulara como el partido que represente lo popular, y de las mayorías nacionales, y el
radicalismo como única oposición posible.
Ya a partir del año 1951, podemos notar el transito hacia un sistema de partido
hegemónico. (Nuevamente la dimensión competitiva sobre la cual se desarrolla, fue la
oposición Peronismo/ antipernosimo). Como afirmamos anteriormente y señalan
Zelaznik & Rovner, “tal polarización se siguió basando principalmente en “visiones
alternativas de la política y de la sociedad” (Zelaznik & Rovner, 1995, Pág. 202)).
56
Siguiendo el planteo de Grossi y Gritti (1989, Pág. 52) “el sistema a doble partido con intención
dominante es un sistema con un formato bipolar en el cual los partidos en competencia reclaman para si la
representación de las mayorías nacionales y operan con la lógica de partido dominante”. El mismo “puede
transformarse según cualquiera de las tipologías propuestas por Sartori, aunque el resultado mas probable
(especialmente en un sistema presidencialista) es el bipartidismo o el sistema predominante”. En síntesis,
a partir de 1949, este sistema de doble partido tiende a comportarse como uno de partido predominante
como fuerte tendencia a la hegemonía.
57
“El problema era como alcanzar la tan necesaria estabilidad organizativa en un partido cuyos
integrantes, con sus distintos orígenes sociales y diversas experiencias políticas, no solo se miraban con
profunda desconfianza y hostilidad, sino que también tenían visiones muy diferentes sobre la forma que
debía adoptar la organización partidaria” ( Mackinnon, 2002, Pág. 119)
29
de elecciones libres y competitivas, es decir sin proscripciones. Las distancias
ideológicas se acortan, moderándose el sistema y perdiendo así su condición de
polarizado.
De este modo, este formato logra poner fin al de partido dominante que venia
gestándose desde la aparición del peronismo en la esfera pública, allá por 1946, y a su
vez, impide el surgimiento de otra fuerza que busque disputarle a los partidos
mayoritarios su predominio a nivel nacional.
Es por ello que Adrogue señala que “la fragmentación de la vida política a nivel
provincial y el bipartidismo nacional no han significado ingobernabilidad o fragilidad
del sistema en su conjunto” es decir, que la misma fragmentación no ha “afectado la
estabilidad del sistema de partidos, por lo que ambas realidades podrían seguir
coexistiendo en forma paralela” (Adrogue, 1995).
58
La clara declinación del potencial político de la UCR, la perdida de su rol de oposición y la
consecuente división del voto opositor hacia otras fuerzas políticas, se vio acompañado por un leve
incremento del potencial y de la performance del PJ (De Riz & Adrogue, 1990, Zelaznik & Rovner,
1995). Es así, que el radicalismo vio reducido su margen de maniobra al “no poder canalizar el voto de la
oposición al gobierno”. ( Zelaznik & Rovener, 1995, Pág. 209)
59
Pensemos que al poseer ambos partidos mayoritarios, ideologías difusas y ubicarse en el centro del
espectro ideológico, comparten gran parte del electorado, lo que hace que una gran porción del mismo
pueda cuestionar la mala gestión de gobierno y castigue al partido, votando a la oposición, sea este el PJ o
terceras fuerzas.
30
Paralelamente, y en tanto a la competencia intrapartidaria del PJ en la década del
`90, esta posee rasgos característicos como ser la posibilidad de poder escindirse y
conformar un nuevo partido político sin renunciar al peronismo como identidad 60
(Mustapic, 2000a). En palabras de Mustapic, “el Justicialismo admite, entonces, la
posibilidad de reformular los términos de la competencia”. (Mustapic, 2000a, Pág. 21),
transformándose el propio partido, en un espacio más para la competencia. De este
modo la sub-unidades que componen al partido, poseen altos grados de autonomía,
permitiendo la creación de líneas internas con poder y recursos, que contribuyen a la
supervivencia de la organización.
Queda así demostrado que la escisiones al interior del PJ (sea ésta en ramas o en
sub-unidades) son funcionales a la reconversión y conservación del partido en la arena
electoral y también gubernamental. Claramente, el líder es determinante a la hora de
soldar las líneas de fractura.
Conclusión
En conclusión, este estudio constituye una primera aproximación en la
búsqueda por resolver mi hipótesis de trabajo, a partir de la sistematización de la
información acerca de lo que las leyes prescribían para la participación efectiva de la
mujer en la esfera política.
Como hemos constatado, las mujeres de nuestro país traen consigo una historia
de exclusión y marginación de la arena político institucional.
60
Se evita que la escisión sea penalizada, para un posible retorno del candidato al partido ante un
potencial éxito electoral. De esta formar se suma o acumula apoyos. ( Mustapic, 2000)
61
Ver Gervasoni, Carlos (1998), “Del Distribucionismo al Neoliberalismo: los Cambios en la Coalición
Electoral Peronista Durante el Gobierno de Menem”. Latin American Studies Association. Chicago.
September 24-26
31
Es así, que la incorporación femenina y la creación de una rama particular para
aglutinar al sector, significaron una nueva distribución del poder político (favoreciendo
y fortaleciendo el liderazgo de Perón y Evita). Además, representó una nueva estrategia
electoral que le permitía al partido hacerse de la hegemonía, siendo en aquel momento
la única opción viable y posible, al quedar la oposición relegada a un segundo plano por
no poseer los recursos necesarios para competir en igualdad de condiciones.
En el año 1991, ante un nuevo panorama político más moderado, y signado por
una creciente despolarización y una alta volatilidad, se realiza la reforma a la legislación
electoral y se sanciona la Ley de Cupo Femenino -24.012 –. La misma implicaba que el
conjunto de partidos políticos se vea obligado a incorporar mujeres en sus listas
electorales “en un mínimo del 30% de los candidatos a los cargos a elegir y en
proporciones con posibilidad de resultar electas”63; de esta manera la Argentina se
transformó en el primer país del mundo que adoptó una cuota mínima de candidaturas
legislativas para el sexo femenino, intentado poner fin y reconociendo la necesidad de
superar los déficit estructurales que atravesaban a las mujeres a la hora de competir por
un puesto.
62
A pesar de que hoy en día muchas de las mujeres que posen una banca en las cámaras, poseen elevados
niveles educativos y amplias trayectorias en la participación política en las arenas de socialización
política.
63
En un principio, esta norma solamente se aplicó para las listas de candidatos a diputados nacionales,
dada la elección indirecta de los senadores. Sin embargo, en el año 2001, la ley de Cupo comenzó a
aplicarse a las candidaturas también de la Cámara Alta, ante el cambio en la forma de elegir a los
Senadores: de indirecta a directa.
32
Por lo tanto, a lo largo de este trabajo de investigación, consideramos a la ley de
voto femenino y a las cuotas, como políticas de acción afirmativa y a su vez como
estrategias en manos del PJ, cuyos objetivos eran: delimitar modestamente el
predominio histórico y político del hombre moderno (dando, de este modo, fin a los
obstáculos que se erigían en contra de la mujer); y contribuir a la supervivencia de la
organización.
“Muchas veces el cupo se utiliza para que [las candidatas] sean las parientes de,
las mujeres de, las novias, las esposas, las primas, y no realmente por la capacidad que
tiene que tener la mujer” (PNUD, 2008, Pág. 155). Por ende, varias mujeres
parlamentarias tienen una posición podríamos denominarla, “machista” y muy pocas
veces, presentaron proyectos “feministas” o a favor a los de los derechos de las mujeres.
33
el poder en “ buenas manos”, ya que como pudimos observar mediante las entrevistas
realizadas, la incorporación de ciertas mujeres gracias al cupo femenino, posiciona y
aumenta el poder de algunos lideres partidarios tradicionales.
Es así, que como pudimos constatar, existen determinados factores políticos que
deben ser tenidos en cuenta al describir y explicar el proceso de incorporación de la
mujer, ya que son relevantes a la hora de que los líderes evalúen y tomen posteriormente
una decisión política de tal envergadura.
34
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39
Debate Legislativo del proyecto de ley contenido en la Orden del Día ° 1582, por el cual
se modifica el artículo 60 del Código Electoral - Diario de Sesiones, Cámara de
Diputados de la Nación – 46ª. Reunión – Sesión Ordinaria de Prórroga (Especial) –
Noviembre 6 y 7 de 1991-.
Informe especial para la Sra. Senadora Ada Maza, sobre la reforma electoral en la
provincia de La Rioja. “Hacia una mayor participación de la mujer en la representación
legislativa de la provincia”.
Carta Orgánica.
Partido Justicialista
Partido Peronista Femenino
Notas periodísticas.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-3604-2007-09-14.html
http://www.clarin.com/suplementos/especiales/2005/08/28/l-00401.htm
Internet.
http://www.mindef.gov.ar/image/Libros%20index/libro%20mujeres.pdf
http://www.cnm.gov.ar/areainterv/particpolit/lugdedecis.htm
http://www.idea.int/publications/wip/upload/chapter_03a-CS-Argentina.pdf
40
Anexo
Legislación
Ley 13.010
Ley del voto femenino.
Art. 1 - Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a
las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos.
Art. 2 - Las mujeres extranjeras residentes en el país tendrán los mismos derechos
políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las
leyes a los varones extranjeros, en caso de que éstos tuvieran tales derechos políticos.
Art. 3 - Para la mujer regirá la misma ley electoral que para el hombre, debiéndosele dar
su libreta cívica correspondiente como documento de identidad indispensable para todos
los actos cívicos y electorales.
Reforma de la Ley
En el año 1948 fue modificado el artículo 4°, que sufrió el siguiente agregado: "Con la
sola excepción de que en la impresión del padrón femenino no se consignará el año de
nacimiento".
41
Sanción: 6 de Noviembre de 1991
Publicación: BO 3/12/91
Citas legales: Ley 23247 XLV-D 3531; Ley 23476: XLVII-A, 109;d 2135/83: XLIIIC,
2815
Art.1º - Sustituyese el art. 60 del dec. 2135/83 del 18 de agosto de 1983, con las
modificaciones introducidas por las leyes 23247 y 23476, por el siguiente:
Las listas que se presenten deberán tener mujeres en un mínimo del 30% de los
candidatos a los cargos a elegir y en proporciones con posibilidad de resultar electas. No
será oficializada ninguna lista que no cumpla estos requisitos.
42
EL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA DECRETA
Artículo 1º: El ámbito de aplicación de la Ley 24012 abarcará la totalidad de los cargos
electivos de parlamentarios nacionales y en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires de Concejales y Consejeros Vecinales.
Artículo 2º: El TREINTA POR CIENTO (30%) de los cargos a integrarse por mujeres,
según lo prescrito por la ley 24012, debe interpretarse como una cantidad mínima. En
los casos en que la aplicación matemática de este porcentaje determinara fracciones
menores a la unidad, el concepto de cantidad mínima se regirá por la tabla que como
Anexo A integra el presente decreto.
Artículo 7º: Los Partidos Políticos, Confederaciones y fusiones tanto de distrito como el
orden nacional deberán adecuar sus respectivas normas internas para posibilitar la plena
vigencia del régimen establecido en la Ley 24.024 antes de la elección de renovación
legislativa de 1993.
Artículo 8º: Si por el procedimiento del Artículo 61 del decreto Nº 2135 del 18 de
agosto de 1983 modificado por las Leyes 23247, 23476 y 24012 el Juez con
competencia electoral determinara, que algunas de las candidatas que componen el
mínimo exigido del TREINTA POR CIENTO (30%) no reúnen las calidades exigidas
por la Ley, el Partido Político, Confederación o Alianza Transitoria deberá proceder a
su sustitución en el término de cuarenta y ocho horas (48hs).
Artículo 9º: Regístrese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y
archívese.
43