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Por fortuna, hoy en día este fenómeno social se ha dejado de invisibilizar y se constituye
como uno de los temas de mayor relevancia en los debates sobre derechos humanos. De
hecho, organizaciones de relevancia global como la Organización Mundial de la Salud, OMS,
han reconocido que este trato diferencial entre hombres y mujeres existe —hecho que en sí
mismo ya constituye un gran avance— y lo han caracterizado, por un lado, como “violencia
de género” en abstracto, y por el otro, como “violencia contra la mujer” en concreto.
Con esto claro, el objeto del presente ensayo es darle solución —desde un punto de vista un
tanto social y un tanto jurídico—, a la pregunta de si ¿las medidas adoptadas en Colombia
para hacerle frente al asesinato de mujeres —específicamente la tipificación del feminicidio
como delito en 2015— han resultado eficaces a la hora de reducir este fenómeno en el país?
Para responder a esta pregunta, el presente texto desarrollará el tema en tres apartados
principales. En primer lugar, se intentará brindar una breve caracterización del feminicidio,
para ello se definirá que es propiamente el “feminicidio”, se lo diferenciará de otro concepto
muy similar que es el “femicidio” y se hablará un poco de su llegada a los países latinos en
general, y a El salvador en particular. En segundo lugar, se intentará explicar cómo y porqué
se tipificó al feminicidio como delito autónomo en Colombia, brindando también algunas
cifras y datos que permitan entender el contexto bajo el que se promulgó la Ley 1761. Y
finalmente, en tercer lugar, se mostrarán algunas de las cifras sobre feminicidios y femicidios
que han sido recolectadas con posterioridad a la promulgación de dicha Ley.
Para el claro desarrollo y entendimiento de este texto se deberá especificar a lo que se hace
alusión con la palabra “feminicidio”. Esto ya que, de esta manera, se podrán eliminar posibles
ambigüedades y vaguedades que se pueden presentar alrededor de este término.
Por otro lado, “femicidio” hace alusión a asesinatos de mujeres que no necesariamente fueron
intencionados y realizados por el hecho de que las víctimas hubieran sido mujeres así como
también estos asesinatos son considerados como femicidio independientemente de que haya
sido un hombre el victimario. Este término se utiliza tanto en casos aislados como en casos
de violencia comunitaria. Por ejemplo: si en un hipotético atentado el día xx de enero del año
3020, un artefacto explosivo detona en una plaza de la ciudad y este deja como resultado 3
hombres y 4 mujeres fallecidos, los casos de las 4 mujeres que fueron asesinadas no se
considerarían como feminicidios, sino como femicidios.
Con lo anterior claro, y teniendo ya definidos los límites en los que se va a tomar el término
“feminicidio” el desarrollo del texto se podrá hacer de una manera más acertada y
contextualizada.
Ahora bien, el feminicidio es uno de los problemas que más espacio ha ocupado en materia
de las luchas por la defensa de los derechos humanos, las cuales han adquirido mayor
importancia en las últimas décadas en la gran mayoría de los países latinoamericanos. La
preocupación por tomar conciencia de este crimen ha surgido en dichos países por el contexto
histórico en que se han venido desarrollando. Especialmente durante la década de 1990, el
contexto de estos países ha sido uno en el que se le da especial importancia a la defensa de
los derechos humanos, ya que se encontraban en un desarrollo posterior a los diversos
regímenes autoritarios o dictaduras que los ofuscaban y es durante esta década en la cual se
dan grandes avances por la defensa de la mujer.
Para poder llevar a cabo el desarrollo que menciona la Convención de Belém do Pará se
asigna la gran mayoría del espacio al territorio latinoamericano ya que este ha sido promotor
y receptor de los avances en esta lucha. En una serie de datos presentados por la CEPAL,
llama la atención el hecho de que de los 25 países con el índice de feminicidio más alto del
mundo, en el periodo 2007-2014, 14 de estos de estos sean latinoamericanos: Surinam, puesto
24 con 3 feminicidios por cada 100.000; México, puesto 23 con 3 por cada 100.000; Puerto
Rico, puesto 22 con 3; Panamá, puesto 19 con 4; República Dominicana, puesto 16 con 4;
Brasil, puesto 13 con 4; Antillas Menores, puesto 11 con 5; Colombia, puesto 10 con 5;
Venezuela, puesto 9 con 5; Guyana, puesto 7 con 6.5; Bahamas, puesto 5 con 7; Guatemala,
puesto 4 con 9; Honduras, puesto 2 con 11 y El Salvador, puesto 1 con 14. No obstante, hay
que resaltar dentro todos los países del mundo el caso de Costa Rica, pues este fue el primer
país que le dio importancia a este delito desde la política pública, a través de una medida
sancionada en 2007 (García , 2018).
[l]a presente ley tiene por objeto establecer, reconocer y garantizar el derecho de las
mujeres a una vida libre de violencia, por medio de Políticas Públicas orientadas a la
detección, prevención, atención, protección, reparación y sanción de la violencia
contra las mujeres; a fin de proteger su derecho a la vida, la integridad física y moral,
la libertad, la no discriminación, la dignidad, la tutela efectiva, la seguridad personal,
la igualdad real y la equidad. (Decreto N°520, 2011).
Desde la entrada en vigencia de esta ley en 2012, este país se ha convertido en uno de los
más recientes países latinoamericanos en enfrentar esta problemática. Esta ley ha evidenciado
una disminución en el número de feminicidios, mostrando así, en una estadística presentada
por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, que el número de
mujeres víctimas de feminicidio bajaron de 14 a 10.2 por cada 100.000 mujeres. Aún
representa una cifra bastante alta, sin embargo evidencia los resultados positivos de la
implementación de ese decreto.
La lucha por la creación e implementación de una ley que defendiera a las mujeres fue
liderada por la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz, ORMUSA, quienes,
apoyadas por ONU Mujeres, abogaron para este fin. La cooperación entre organizaciones
feministas fue de vital importancia a la hora de lograr estos cambios en la judicialización de
estos delitos. Según explica la abogada y miembro de ORMUSA, Silvia Juárez, “para
desarrollar la legislación en El Salvador, la experiencia mexicana sirvió como impulso. Fue
en los casos de homicidios de mujeres en Ciudad Juárez donde se comenzó a utilizar el
término feminicidio” (s.f.).
2. Feminicidio en Colombia
Con respecto al femicidio encontramos que desde 1999, en donde se registraron 1.610 casos
(Centro de Referencia Nacional sobre Violencia [CRNV], 2000, p. 24), la cantidad de
asesinatos de mujeres aumentó paulatinamente hasta 2002, en donde se registraron cerca de
2.282 casos2 (CRNV, 2003, pp. 26-29). Y, aunque posteriormente el número de casos
registrados comenzó a disminuir3 —siendo que en el 2003 se registraron 1.799 casos (CRNV,
2004, p. 40) mientras que en el 2014 la cifra se redujo a 1.158 (CRNV, 2015, p. 98)—, la
cantidad de mujeres asesinadas en el territorio nacional siguió siendo demasiado alta.
Ahora bien, con respecto al feminicidio, es muy difícil encontrar cifras sobre el tema que
sean anteriores a 2015 debido a que aún no se había tipificado este fenómeno como delito
autónomo, no obstante se encontró que en el 2009 dentro de los 1.523 femicidios registrados,
128 casos cumplían con las condiciones necesarias para ser considerados como feminicidios
—es decir, qué ese asesinato se realizó a razón de su género— (CRNV, 2010, pp. 26-31).
De lo anterior se pueden concluir de forma preliminar dos cosas. En primer lugar, el número
de femicidios registrados por el INMLCF se reducía año tras año desde 2003 hasta 2014, y
en segundo lugar, es posible hacer la inferencia —no muy desacertada— de que esta situación
sería la que motivaría al congreso a tomar medidas necesarias que permitieran proteger los
derechos y la integridad de las mujeres.
Ahora bien, con respecto a las medidas que ha tomado el Estado para hacerle frente a esta
situación podemos señalar que de todas ellas algunas han sido más importantes que otras. En
ese sentido, aunque las tres ramas del poder han expedido diversas normas que pretenden
mejorar la calidad de vida de las mujeres protegiendo sus derechos fundamentales4, “entre
dichas normas destacan de manera especial, la ley 1257 de 2008, la ley 1761 del 2015; así
1
Cabe aclarar que como tales cifras fueron publicadas antes del 2015 (año en que se expidió la Ley 1761), los
casos que se tuvieron en cuenta fueron aquellos que se podían enmarcar como “feminicidios” aun cuando
este término todavía no había sido incorporado a la legislación del país, lo que a su vez, también hizo que
fuera difícil recopilar dicha información estadística.
2
El sistema médico forense no especifica cuantos casos de femicidios se dieron en ese año, pero dado que se
registraron 28.534 homicidios en donde el 92% de las víctimas fueron hombres, se puede inferir que cerca de
2.282 corresponden a asesinatos de mujeres.
3
No obstante, el 2009 es la excepción a la regla, pues fue el único año entre 2003 y 2014 en dónde la cifra
aumentó en vez de disminuir (Véase CRNV, 2015, p. 97).
4
El presidente contribuyó con el Decreto 1930 de 2013, la Corte Constitucional lo hizo con la Sentencia T-
652 de 2016 y el congreso con leyes como la Ley 294 de 1996, 823 de 2003, 1009 de 2006, 542 de 2012,
1639 de 2013,1761 de 2015 o ley Rosa Elvira Cely y la 1773 de 2016 o ley Natalia Ponce de León (Véase
Suárez, s. f.)
como también las sentencias proferidas por la Corte Constitucional y por la Corte Suprema
de Justicia” (Jaimes Niño, 2016).
Es por ello que, siguiendo el concepto de Jaimes, la primera ley que se analizará por ser
esencial a la hora de explicar el fenómeno del feminicidio en el país es la Ley 1257 del 2008.
Esta disposición es una reforma al Código Penal, CP, a través de la cual se pretendía “adoptar
normas que permitan garantizar para todas las mujeres una vida libre de violencia, tanto en
el ámbito público como en el privado” (Gómez & Sánchez, 2013). Lo que resulta interesante
de esta norma es que a través de su artículo 26 se trató de incluir al feminicidio dentro del
CP adicionando a su artículo 104 el numeral 11, el cual determina que: el homicidio se agrava
si “se comete contra una mujer por el hecho de ser mujer” (Ley 1257 de 2008).
No obstante, aún después de la entrada en vigencia de la ley, las cosas no cambiaron mucho
por varias razones. En primer lugar, los fiscales del Ministerio Público normalmente no
invocaban el agravante del numeral 11 “ni en la imputación judicial ni en pronunciamiento
alguno (…) lo cual deja en evidencia la limitada comprensión de una de las formas más claras
de violencia contra las mujeres” (Toledo Vásquez, 2012, p. 407). Y en segundo lugar, esto
“es insuficiente en tanto se debe estipular más como un tipo penal independiente que como
un agravante de la pena” (Zuluaga Muñoz, 2009).
Teniendo claro todo lo anterior, es posible finalmente abordar y analizar la mencionada Ley
1761 del 2015 también conocida como “ley Rosa Elvira Cely”. Esta ley fue promulgada en
general como respuesta al fenómeno de femicidios y feminicidios que estaba viviendo el país.
No obstante, en particular, lo que realmente motivó su expedición fue el asesinato de Rosa
Elvira Cely perpetrado el 23 de mayo de 2012. Al respecto, en un artículo del periódico Nova
et Vetera de la Universidad del Rosario se menciona que
Con respecto a su contenido normativo, grosso modo, se puede decir que esta norma tipificó
al delito como delito autónomo a partir de su entrada en vigencia. No obstante, de forma más
específica y detallada, se puede afirmar que “la Ley Rosa Elvira Cely en su contenido prevé
la creación del ‘Feminicidio’ como tipo penal autónomo que se integra al Código Penal
colombiano, Ley 599 de 2000, artículo 104 A, en el que se consagra la comisión de un delito:
a quien causare la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer o por motivos de su
identidad de género” (Arévalo Mutiz, 2018). Además, se puede añadir que a través de ella se
derogó “el numeral 11 del artículo 104 del código penal, que había sido adicionado por la ley
1257 de 2008, para dar paso a la creación de este nuevo delito” (Jaimes Niño, 2016, p. 18).
Llegados a este punto se puede entender y esclarecer hasta cierto punto el contexto en el que
estaba Colombia antes de que se promulgara de la Ley 1761, sin embargo, aún queda una
pregunta muy importante por responder, y es ¿si desde la tipificación del feminicidio se han
reducido los casos de femicidios y feminicidios en el país?
Para poder dar respuesta a la pregunta planteada en el acápite anterior —que vendría a ser
una reformulación de la pregunta central de este texto—, en esta sección se presentará la
situación actual del país en materia de femicidios y feminicidios. Para ello se presentarán
algunas de las cifras más relevantes sobre el tema que permitan analizar los distintos
movimientos que ha tenido este fenómeno desde al año 2015 hasta el mes de mayo del 2019.
Dichas cifras y estadísticas fueron obtenidas principalmente de informes anuales y mensuales
que hace el INMLCF, así como también, de los informes mensuales del Observatorio
Feminicidios Colombia, en adelante OFC,
3.1 Femicidios
En el periodo de tiempo comprendido entre 2015 y 2018 los datos relacionados con
femicidios fueron los siguientes: en 2015 se registró un total de 970 casos (CRNV, 2016, p.
80); en el 2016 fueron 997 (CRNV, 2017, p. 110); en el 2017 1.002 (CRNV, 2018, p. 91) y
finalmente en el 2018 se registró un total de 1.042 casos (CRNV, 2019, p. 74).
Ahora bien, lo que respecta a 2019 en los Boletines Estadísticos Mensuales (también del
INMLCF) se obtuvo que: en enero el número de femicidios fue de 63 (CRNV, 2019b, p. 2);
en febrero 135 (CRNV, 2019c, p. 2); en marzo 217 (CRNV, 2019d, p. 2); en abril 293
(CRNV, 2019a, p. 2) y en mayo 388 (CRNV, 2019e, p. 2). Estas cifras son bastante
alarmantes, pues desde enero hasta mayo la cifra total asciende hasta los 1.096 casos
registrados, lo que quiere decir que en menos de la mitad del año ya se superó la cifra del
2018. Si las cosas siguen así se podría proyectar entonces que a finales del año la cifra ronde
los 2.630 casos, cosa que supondría que se superaría el tope alcanzado en 2002 con 2.282
casos. La siguiente tabla desagrega las cifras antes señaladas:
Tabla 1
Número de femicidios registrados desde 2015 hasta 2019
2019
Año 2015 2016 2017 2018 (entre enero
y mayo)
No. de
970 997 1.002 1.042 1.096
Femicidios
Nota: Elaboración propia a partir de los datos recopilados del INMLCF.
3.2 Feminicidios
Por otro lado, a continuación, se presentarán los principales datos encontrados sobre
feminicidios en el país posteriores a la promulgación de la Ley Rosa Elvira Cely en el 2015.
Con respecto a esto, las cifras correspondientes al número de feminicidios registrados en
Colombia fueron obtenidos de un informe mensual que hace el OFC llamado “Vivas nos
queremos”. De estos se han podido recopilar los siguientes datos:
Con respecto a los datos posteriores a 2015 e inferiores a 2018, es necesario mencionar que
el OFC no cuenta con cifras anteriores a Julio del 2017, por ello a continuación se muestran
los datos que estaban disponibles:
Tabla 2
Número de feminicidios registrados entre Julio de 2017 y diciembre de 2018
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sept Oct Nov Dic Total
2017 29 66 42 48 57 51 293
2018 52 72 58 44 56 67 67 69 38 62 40 41 663
Nota: Elaboración propia a partir de los datos recopilados del OFC.
Ahora bien, los datos recopilados durante los primeros 5 meses del año 2019 son los
siguientes: en enero se registraron 39 feminicidios (OFC, 2019, p. 4); en febrero 51 (OFC,
2019b, p. 4); en marzo 38 (OFC, 2019c, p. 66); en abril 50 (OFC, 2019a, p. 6) y finalmente
en mayo se registraron 70 (OFC, 2019d, p. 4). De lo anterior se puede afirmar que el pico
más alto en materia de feminicidios se alcanzó en el mes de mayo alejándose gruesamente
de los casos registrados en los meses anteriores y el pico menor fue el registrado en el mes
de marzo, diferenciada solo por 1 feminicidio del mes de enero. La siguiente tabla desagrega
las cifras antes señaladas:
Tabla 3
Número de feminicidios registrados entre enero y mayo 2019
No. de
Mes del 2019
feminicidios
Enero 39
Febrero 51
Marzo 38
Abril 50
Mayo 70
Total 248
Nota: Elaboración propia a partir de los datos recopilados del OFC.
4. Conclusiones
Llegados a este punto, todo lo que se ha mencionado permite comprender de mejor manera
el pasado y el presente del feminicidio y del femicidio en el país y esta comprensión es la
que permite realizar la siguiente serie de conclusiones específicas.
En primer lugar, como se observa con los datos de feminicidios en el país, éste fenómeno era
muy difícil de cuantificar antes del 2015, no obstante, gracias a que el INMLCF menciona
que en el 2009 se presentaron cerca de 128 casos, se hace posible hacer una comparación
entre este dato y los correspondientes al 2017, 2018 y 2019. En este sentido, ya que en la
segunda mitad del 2017 se reportaron 293 casos de feminicidios, en el 2018 se registraron
663 y en la primera mitad del presente año la cantidad de feminicidios asciende a 248, es
posible concluir, prima facie, que aunque la tipificación del feminicidio como delito
autónomo en 2015 permitió que el número de casos registrados en la primera mitad del 2019
fuera menor al obtenido en la primera mitad del 2018, ésta, a nivel general, no ha contribuido
prácticamente en nada a la hora de reducir este tipo de asesinatos.
En segundo lugar, las conclusiones a las que se puede llegar analizando los datos de
femicidios desde 1999 hasta el presente año son bastante interesantes, debido a que éstas son
muy similares a las que se llegó con el análisis de las cifras del feminicidio. Por un lado, el
número de femicidios había venido incrementando hasta alcanzar su pico más alto en 2002,
cosa que de una u otra forma se puede relacionar con el contexto de conflicto armado que
coincide con estas fechas. No obstante, desde el 2003 hasta el 2014, esta cifra había
disminuido paulatinamente. Lo que ahora resulta interesante es que bajo ese contexto (en el
que cada año había menos asesinatos de mujeres) fue que se promulgaron tanto la Ley 1257
de 2008, como la Ley 1761 de 2015, y, de manera completamente inesperada, tras la
promulgación de la “Ley Rosa Elvira Cely”, el número de asesinatos de mujeres, o
simplemente femicidios, lejos de disminuir con más fuerza, empezó a aumentar año tras año.
Tanto es así que en lo corrido del presente año ya se superó la cifra correspondiente al 2018,
y, si esto sigue así, al finalizar el año se podría superar el tope establecido en 2002.
Finalmente, se podría afirmar que de forma análoga con lo que ocurría con los feminicidios,
ni la Ley 1257 de 2008 ni la Ley 1761 de 2015 contribuyeron a reducir el número de
femicidios en el país.
Por último, atendiendo a la pregunta problema que guio el desarrollo del presente texto, se
puede concluir que las medidas adoptadas en Colombia no fueron eficaces a la hora de
reducir el fenómeno del feminicidio en el país.
Bibliografía:
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Suárez, S. (s. f.). ¿De qué sirve tipificar el feminicidio? | Especiales Datasketch.
http://especiales.datasketch.co/sobrevivientes/tipificacion-del-feminicidio.html