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METODOLOGIA ACTIVA Y PENSAMIENTO

CRÍTICO EN EL APRENDIZAJE
28 DICIEMBRE, 2017
POR: PATRICIO MELLER

El pensamiento creativo es divergente y el pensamiento crítico es convergente; el pensamiento


crítico evalúa la validez de algo que existe y el pensamiento creativo trata de generar algo nuevo;
el pensamiento crítico se apoya en métodos y principios establecidos (lógica y racionalidad) y el
pensamiento creativo privilegia transgredir tradiciones y paradigmas vigentes.

El pensamiento creativo supera las restricciones existentes para lograr su propósito de generar
algo original; para esto se recurre a la intuición y a procesos subconscientes (o inconscientes).
Corresponde a “pensar fuera de la caja” (“out of the box”). Por su parte, el pensamiento crítico
evalúa y examina la validez analítica de un argumento o de una hipótesis; para este efecto se
utilizan los marcos conceptuales y los procedimientos metodológicos existentes.

Si bien ambos tipos de pensamiento son obviamente distintos, se privilegia su


complementariedad. Según Crane (1983), “cuando el razonamiento falla, nos salva la
imaginación. Cuando la intuición falla, nos salva el razonamiento”.

Desde el punto de vista educativo y del aprendizaje no es conveniente ni útil la dicotomía entre
pensamiento crítico y creativo; incluso si se privilegia uno en desmedro del otro, puede ser
contraproductivo (Forrester, 2008).

Para la resolución de problemas complejos y para generar innovaciones se requiere la


combinación de la creatividad con el pensamiento crítico. Aún más, ambos tipos de
conocimiento están íntimamente conectados para poder “pensar bien en cualquier área”. Para
la resolución de un problema complejo se requieren las restricciones que impone la lógica y las
ideas generadas por la imaginación. Existe evidencia que muestra que hay un mejoramiento de
los estudiantes en el desempeño en los test convencionales cuando se han potenciado sus
habilidades creativas (Amabile, 1996).

Por otra parte, dada la avalancha de información que se está generando, se requiere una buena
mezcla de pensamiento crítico y creatividad para diferenciar lo que es relevante de lo irrelevante
(o “basura”). Para que los estudiantes vayan más allá de repetir lo que otros dicen y en cambio
puedan generar nuevas y valiosas ideas, tienen que dominar la creatividad y el pensamiento
crítico.

En breve, hay una complementariedad entre ambos pensamientos (Bailin, 1987): (a) La
creatividad desempeña el rol central en generar innovaciones; pero no se trata de crear cosas
originales por el prurito de que sean nuevas y diferentes. Además, esta originalidad tiene que
ser efectiva y significativa; para este efecto, el pensamiento crítico cumple un importante rol
evaluador. (b) El proceso de decisión entre diferentes hipótesis no es tan mecánico y directo. En
muchas ocasiones, el pensamiento crítico requiere una interacción con la intuición y la
imaginación.

La supuesta dicotomía pensamiento creativo-pensamiento crítico se replica en la supuesta


dicotomía arte-ciencia; en este caso, esto tiene complicadas consecuencias sobre el currículo
escolar. La presión por el aumento de clases de ramos científicos (STEM) se sugiere que vaya a
expensas de las pocas clases de ramos artísticos. Así como necesitamos los dos pies para
caminar, necesitamos las dos partes del cerebro para la creatividad (lado derecho) y el
pensamiento crítico (lado izquierdo).

COMPRENSION Y PRODUCCION DE TEXTOS

ESTUDIANTE: MONICA RODRIGUEZ TORRES. COD. 0437925.

RESEÑA CRÍTICA

TEMA: PENSAMIENTO CRÍTICO Y CREATIVO

TEXTO: LOPEZ, FRIAS, Blanca Silvia. Pensamiento Crítico y creativo. Editorial trillas. Mexico.
1999. P. 138.

Este tema nos ha interesado, pues tiene un componente, bien interesante en la labor del
docente, ya que un docente debe hacer que sus estudiantes no traguen entero cualquier
información sino que siempre estén en la búsqueda de respuesta a sus interrogantes. El tener
estudiantes que cuestionen vuelve la clase más amena e interesante. Queremos con este
tema que el docente aprenda más sobre su labor como profesional, y pueda mejorar sus clases.

Cuando hablamos, de pensamiento crítico y creativo, nos referimos a un pensamiento que


cuestiona, que indaga, que hace preguntas y que busca respuestas. El estudiante debe ser
participativo, e interesado de su formación. La autora que habla de este tema Blanca Silvia López
Frías es una experta del tema, estudio Psicología y educación, que ha estudiado el desarrollo
cognitivo en los niños y jóvenes. Describe los siguientes temas como son: La conceptualización
del pensamiento crítico y creativo, la labor del docente, los elementos cognitivos que se
necesitan para tener un pensamiento crítico, según algunos autores, talleres para el aprendizaje
y evaluación.

El texto presenta los aportes de diferentes autores que han hablado de la enseñanza. Como
John Dewey, Richard Paul, y Meyer, La capacidad del pensamiento es ilimitada, y la tarea del
docente es desarrollar las capacidades cognitivas en los estudiantes para que se cuestionen y
crean soluciones a sus problemas. Es importante que todos esos aspectos sean tenidos en
cuenta en la creación del currículo y también en el plan de estudios. El objetivo del texto es
lograr que la labor del docente más significativo para el educando, que sea un aprendizaje
significativo, y el estudiante sea capaz de criticar, cuestionar y participar para interiorizar su
propio aprendizaje.

1* ¿Qué es pensamiento Crítico?. Ella aclara que ser crítico no quiere decir hacer juicios
negativos, más bien se mira desde el punto de vista de ser juez y evaluar lo que leemos. El
pensamiento crítico debe ser disciplinado, autodirigido, tener dominio del pensamiento. Este
pensamiento logra destrezas, habilidades intelectuales, y su fin es aprender a interpretar,
analizar, sintetizar y evaluar la información que se recibe desde la observación hasta la
comunicación. El pensamiento crítico se utiliza en el pensamiento matemático, histórico,
antropológico, el científico, económico y filosófico.

Según el texto es pensamiento crítico es un pensamiento que tiene destreza, habilidades


intelectuales para interpretar lo que lee y estudia. Para tener un pensamiento crítico hay que
conocer el tema, como proceso intelectual, que le permite conceptualizar, analizar, sintetizar
y evaluar la información que recibe. Este debe ser disciplinado, auto dirigido y dominio propio.
El pensamiento crítico tiene la habilidad de procesar y crear un nuevo conocimiento y opinión.
Este pensamiento es productivo, positivo, es un proceso emotivo y racional. Según John Dewey
(1982), en libro ¿Cómo pensamos? “Lo asocia también con suspender juicios, ejercitar una
mente abierta, con un escepticismo sano y como pensamiento reflexivo.”(p.18).

Según la autora este pensamiento implica suposiciones, y explorar alternativas. “el


pensamiento crítico es la habilidad para pensar acerca de lo que uno está pensando.”(p.16). Los
elementos básicos del pensamiento son el propósito, al información, suposición, interpretación,
conceptos, implicaciones y puntos de vista. El texto presenta diferentes talleres de preguntas
para cuestionar la labor del estudiante presenta muchas actividades, practicas, y dirigidas para
realizar en clase y así fomentar el ambiente de cuestionar algunos son síntesis breve, analizar
artículos cortos, ejercicios de resolución de problemas usándolos medio de comunicación,
proyectos externos.

El papel del docente es ser un facilitador y orientador para que el estudiante, pueda ser un
pensador critico. Las clases deben comenzar con una pregunta o un problema para que sea mas
amena y divertida la clase. Es importante el ambiente físico y psicológica del aula, el cual es un
componente primordial para facilitar el aprendizaje. El trabajo en grupo también es esencial
para poderse relacionar, interactuar, y desenvolverse en la comunidad. El docente debe ser
motivador y respetar las opiniones de sus estudiantes, fomentando en clase un ambiente de
respeto y colaboración. Crear un ambiente de discusión y debate donde el estudiante participe
con respeto, mente abierta y disposición para interactuar con sus compañeros. (p.22).

El maestro dejara que el estudiante piense por si mismo. La forma como se pregunta, que se
pregunta, es fundamental para la participación de los educandos, y nunca insultar, ridiculizar o
burlarse por lo que digan los estudiantes. “el facilitador debe tener cuidado de no demostrar
con arrogancia el conocimiento de las alternativas correctas para el pensador critico.” (p.26). El
texto muestra los enfoques teóricos de Richar Paul(1982) donde hace una comparación entre
la didáctica y la teoría crítica , en donde en esta última se valora más la labor del docente.

2* Que es Pensamiento creativo? Según el autor Sternberg (1997), presenta un enfoque global
de la creatividad, y dice que existen tres tipos de inteligencia: La creativa, la analítica, y la
práctica. (69). La creatividad es la capacidad de ir mas allá de lo dado y de crear nuevas ideas y
soluciones. La autora plantea a diferentes autores como Sternberg, Robert J. De bono, Edward,
Gardner, H. entre otros.
Según Gardner la persona creativa “genera productos o define nuevos cuestionamientos en un
dominio, en una forma que en un principio es considerada nueva pero que al finas llega a ser
aceptada en grupo cultural particular”(p.70).

Para desarrollar la creatividad se deben realizar talleres, que involucren operaciones


cognoscitivas este pensamiento creativo se presenta para resolver problemas, y tomar
decisiones acertadas. El ambiente escolar debe permitir imaginar, transformar, idealizar,
reestructurar. La actitud del maestro también es muy importante en las actividades que se
realicen en el aula. Según Sternberg hay tres clasificaciones de estilo: El estilo legislativo como
son los escritores, artistas, políticos, y arquitectos. El estilo ejecutivo como son los abogados,
policía, constructor, cirujano, etc. Y el estilo judicial como el juez, asesor, el analista etc.

El aspecto emocional, y afectivo esta vinculado con lo cognitivo. Como por ejemplo el buen
humor, el entusiasmo, la expresividad, la confianza, etc., hacen parte fundamental con la
creatividad y está ligada según Penagos a un proceso que depende de fases, como la
preparación, incubación, iluminación, y la verificación (p.87) El texto presenta varios análisis de
algunos autores que han estudiado la creatividad. El docente debe hacer que el estudiantado
se motive a creer nuevo conocimiento, a través de conocer primero lo que le interesa y luego
partiendo de su conocimiento pueda desarrollar algo nuevo. La creatividad sirve para resolver
problemas, crear una idea o un producto nuevo con una mente abierta y activa para estar
dispuesto a asumir nuevos retos.Algunos pasos para la creatividad: Analizar el problema,
Analizar las posibles soluciones, Tomar de decisiones y Planeación.

La realidad es que este libro me ha dado una visión más clara de que es el pensamiento crítico y
creativo. Como nuestra labor como docente, es fundamental en la formación de los estudiantes,
y como la educación debe ser cada enfocada al aprendizaje significativo. La metodología que la
autora plantea es expositiva donde ella presenta muchos autores que trabajan el tema de la
formación del pensamiento, y sus argumentos están enfocados en todo lo que dicen estos
autores. Es un libro muy completo que explica el tema en cuestión bien detalladito y da también
herramientas para implementar este pensamiento en los educandos.

La forma como se organiza la lectura es muy compleja ya que explica los tipos de pensamientos
crítico y creativo por aparte, y creo a mi parecer que estos dos pensamientos van de la mano.
La autora reconoce en una parte del texto que es importante tener un pensamiento crítico para
poder ser creativo. (p.88). La creatividad se presenta como un proceso y como un producto.
Para mí la creatividad es un proceso como lo explica la autora atreves de la autora Penagos
(p.87). y el autor Rodríguez Estrada, Mauro. El texto presenta 22 actividades de las cuales 9
actividades o talleres son para el pensamiento crítico y 13 actividades son del pensamiento
creativo, el cual me parece muy completo pues al tener todas estas actividades el docente tiene
muchas ideas para trabajar con los estudiantes.

* La enseñanza debe estar enfocada hacia un aprendizaje significativo donde el pensamiento


crítico y creativo son muy importantes.

* Lograr que los estudiantes sean competitivos significa que sean críticos y creativos partiendo
que la crítica se pueda construir algo nuevo que produzca un cambio positivo para solucionar
problemas.
* El docente debe tener la capacidad de crear ambientes propicios para el pensamiento crítico
y creativo.

* Estos dos pensamientos planteados en texto parten del pensamiento reflexivo, y necesita de
una mente abierta para cambiar paradigmas y creencias.

* Todos los profesionales deben tener este pensamiento ya que solo a partir de la crítica se
puede analizar, cuestionar, reflexionar, y reconstruir un nuevo pensamiento y conocimiento.

Pensamiento convergente / Pensamiento divergente

El punto de partida para comprender las técnicas creativas, así como el proceso de
enfrentamiento y solución de problemas, es la distinción entre pensamiento divergente y
convergente. Guilford, en 1951, clasificó el pensamiento productivo en dos clases: Divergente y
Convergente. Además de Guilford, autores como De Bono recogieron estos conceptos usando
expresiones propias como el pensamiento lateral y vertical.

El Pensamiento Divergente no se restringe a un plano único, sino que se mueve en planos


múltiples y simultáneos. Se caracteriza por mirar desde diferentes perspectivas y encontrar más
de una solución frente a un desafío o problema. Actúa removiendo supuestos, desarticulando
esquemas, flexibilizando posiciones y produciendo nuevas conexiones. Es un pensamiento sin
límites que explora y abre caminos, frecuentemente hacia lo insólito y original. De esta manera
y en un sentido similar, De Bono habla de pensamiento lateral orientado a la destrucción de
esquemas y a un conjunto de procesos para generar nuevas ideas mediante una estructuración
perspicaz de los conceptos disponibles en la mente. La divergencia es un aspecto fundamental
del proceso creativo, sin embargo, la propia definición de creatividad requiere de la
convergencia para alcanzar un resultado.

El Pensamiento Convergente se emplea para resolver problemas bien definidos cuya


característica es tener una solución única, se mueve en una dirección, en un plano. En estos
casos se enfrenta un universo cerrado, con límites definidos, con elementos y propiedades
conocidas desde el comienzo, que no varían a medida que avanza el proceso de búsqueda de
una solución. Un problema característico de tipo convergente es la pregunta de selección
múltiple, que es en su totalidad cerrada. En este caso no se construye una respuesta sino que se
identifica la correcta. El pensamiento se desplaza siguiendo una secuencia prevista, es
conducido por un camino ya trazado. El énfasis exagerado en situaciones de este tipo puede
llegar a ser extremadamente limitante, debido a que salvo situaciones matemáticas, lógicas u
otras similares, lo usual es que muchos problemas admitan numerosas respuestas, y no es
esperable que estén definidas en alguna parte (por ejemplo los problemas personales o de
convivencia no tienen nunca respuesta correcta, tienen respuestas o soluciones adecuadas
según las personas comprometidas, las variables que se consideren y las consecuencias
esperadas).

Lo que se plantea no concluye en un pronunciamiento a favor o en contra de ninguna de las


formas de pensamiento sino que se trata de acentuar en el grado de complementariedad,
encuentro, continuidad y conflicto que se produce entre ambas.
El pensamiento crítico es el proceso de analizar y evaluar el pensamiento con el propósito de
mejorarlo. El pensamiento crítico presupone el conocimiento de las estructuras más básicas
del pensamiento (los elementos del pensamiento) y los estándares intelectuales más básicos
del pensamiento (estándares intelectuales universales). La clave para desencadenar el lado
creativo del pensamiento crítico (la verdadera mejora del pensamiento) está en reestructurar
el pensamiento como resultado de analizarlo y evaluarlo de manera efectiva.

Todas las personas pensamos, pero no siempre somos conscientes de nuestro pensamiento y,
menos aún, de nuestro propio proceso de pensar. Emitimos juicios o tomamos decisiones sin
sopesar si nos faltan datos, si nos dejamos llevar por prejuicios y creencias previas, o si nos
basamos en fundamentos erróneos ajenos a la evidencia de los hechos, a la reflexión de las
opciones posibles y al argumentario del propio razonamiento. “Necesitamos reflexionar sobre
nuestro pensamiento y al mismo tiempo pensar en cómo mejorarlo” , nos dicen Linda Elder y
Richard Paul, de la Fundación para el Pensamiento Crítico creada en EE.UU. (1)

¿Por qué es tan importante desarrollar esta competencia, especialmente desde la Educación
familiar y escolar?

La respuesta más remota nos viene de Sócrates y sus preguntas socráticas cuando afirmaba que
una vida sin reflexión sobre ella misma, sin examinarse, no vale la pena vivirla.

También me recuerda la sabia actitud de Harún al-Raschid, califa de Bagdad, -con un


esplendoroso reinado cultural, científico y económico- cuando, según se nos cuenta en “Las Mil
y Una Noches”, disfrazados de comerciantes él y su emir se mezclaban por la medina y los
arrabales de la ciudad para saber qué opinaban sus súbditos de su gestión o de su reino, con el
afán de ser más justo en su gobierno. Él “abandonaba” su trono momentáneamente para ser
más merecedor del mismo. De otra forma, pero con ese “distanciamiento” táctico, el
pensamiento crítico nos sugiere que cambiemos de perspectiva, nos hagamos preguntas,
reflexionemos sobre nuestro propio pensamiento y lo mejoremos. Nuestro cerebro es, sin duda,
el trono desde donde gobernamos nuestro destino porque la mente no sólo piensa, sino que
también siente y quiere.

No es una cuestión menor. La vida de las personas se ve condicionado, para bien o para mal, por
las decisiones acertadas o erróneas que toman en cada momento. De modo similar, el futuro de
las sociedades democráticas depende de los “estados de opinión” y de las “decisiones” públicas,
asociativas, reivindicativas o electorales por parte de la ciudadanía. ¿Pero qué ocurre cuando
actuamos sin pensar, sin valorar, sin reflexionar o sin prever las consecuencias? ¿Qué puede
pasar cuando una mayoría ciudadana desinformada, crédula o irreflexiva elije opciones que
determinen el desarrollo de nuestra propia vida o de la de nuestros hijos? ¿Qué puede aportar
la educación y el pensamiento crítico para evitar las decisiones erróneas y orientarlo para tener
mejores hábitos mentales y disposiciones hacia el compromiso cívico, la responsabilidad social
y el bien común?
“Enseñe a las personas a tomar decisiones acertadas y las equipara para mejorar su propio
futuro y para convertirse en miembros que contribuyen a la sociedad, en lugar de ser una carga
para ellos”, nos dice Peter A. Facione, Rector de la Universidad Loyola de Chicago. (2).

Desde Movilización Educativa hemos propuesto una 9ª Competencia Educativa que


denominamos “Aprender a pensar”. Una competencia complementaria y transversal a las ocho
promovidas por la Unión Europea y el Ministerio de Educación Español: competencias
lingüística, científico-matemática, de interacción con el medio, digital, social y ciudadana,
cultural y artística, aprender a aprender, y capacidad para emprender. ¿Es necesario esta nueva
competencia o está cubierta por las otras?

Desde la Universidad de Padres y su modelo de educación para el talento y los recursos


educativos promovemos la filosofía para niños, la inteligencia intelectual, emocional, social y
ética. Entrenar a nuestros hijos en estas capacidades, sin duda, incrementará la inteligencia
compartida y la responsabilidad social para mejorar nuestra realidad.

¿Cómo lograr que nuestros hijos o alumnos aprendan a pensar formal y éticamente mejor con
las técnicas del pensamiento crítico? Antes de sugerir algunas respuestas a esta pregunta clave,
quiero hacer observar que estamos en una sociedad que muchas veces pervierte el verdadero
significado de las palabras, devaluado por la publicidad y la demagogia de algunos políticos o
medios de comunicación. ¿Qué pensamos de una persona cuando se dice de ella que es “muy
crítica”? ¿La ensalzamos o devaluamos por ello? ¿Lo es realmente? ¿Somos “apocalipticos o
integrados”, como expuso Umberto Eco? La necesidad de ser “crítico” ha derivado, muchas
veces, hacia el “hipercriticismo” irredento y disolvente. Este enfoque erróneo impide toda
posibilidad real de razonamiento y consenso, haciendo inviable el necesario diálogo social,
llegando a producir efectos globales contrarios: un pensamiento contraproducente, pobre, no
crítico y por tanto, difuso y “único”. Frente a esta situación de caos edu-cultural y babélico,
donde es imposible entenderse, necesitamos trabajar unidos para resolver los problemas
comunes, presentar datos y evidencias, escuchar todas las partes de un conflicto, considerar
todos los hechos, concebir alternativas valiosas. Urge un pensamiento crítico que, consciente de
sus limitaciones, “se esfuerce por disminuir el poder de nuestras tendencias egocéntricas y
sociocéntricas” (Elder y Paul). (3).

Sin duda el personaje literario que mejor podría ayudarnos a representar el pensamiento crítico
sería el detective Sherlock Holmes, por su capacidad de observación y por su razonamiento
deductivo para resolver casos difíciles.

Las habilidades cognitivas y disposiciones del pensamiento crítico serían: interpretación,


análisis, evaluación, inferencia, explicación y autorregulación. Para construir el mapa conceptual
de esta teoría cuarenta y seis personas de Estados Unidos, representantes de muchas disciplinas
académicas, siguieron el método Delphi durante dos años, coordinados por la Asociación
Filosófica Americana y se publicó en 1990 con el título: “Pensamiento Crítico: Una declaración
de consenso de expertos con fines de evaluación e instrucción educativa”. (4).
Según este informe, una persona con pensamiento crítico posee: confianza en la razón y en la
integridad intelectual, una mente abierta, es inquisitivo, humilde y empático, muestra coraje
intelectual, tiene agudeza perceptiva, se cuestiona permanentemente, es capaz de mantener un
control emotivo y valorar de forma justa, y posee autonomía para decidir y para hacerse
responsable de ello. Esto no significa que sea una persona racionalmente fría. El pensamiento
crítico ha estudiado cómo integrar el sistema más intuitivo (heurístico) con el sistema más
reflexivo (racional) para dar a las personas herramientas vitales para su toma de decisiones.

¿Qué recursos educativos concretos podríamos usar en la familia o la escuela?


El pensamiento crítico en educación es heredero de la llamada Escuela Activa o Nueva que tiene
entre sus promotores a John Dewey, en su obra. “Cómo pensamos: pensamiento reflexivo y
proceso educativo”. (5). Una corriente educativa que impulsó los métodos activos para
“aprender haciendo o pensando” con el mayor protagonismo posible del estudiante.

En este sentido, para situar las siguientes propuestas que nos hace la Fundación para el
Pensamiento Crítico (6), debemos considerar que la estrategia básica es transferir la
responsabilidad sobre el aprendizaje del maestro al alumno. No enseñamos nosotros, aprenden
ellos. Nosotros somos modelos, facilitadores y entrenadores del proceso. Veamos algunas de
sus recomendaciones para incentivar al alumno a construir su propio conocimiento:

 Haga preguntas en casa o en la clase para estimular la curiosidad. Introduzca alguna


pregunta guía para orientar el proceso de observación o las cuestiones clave.

 Parta de saber los conocimientos previos sobre lo que van a estudiar posteriormente.
Invite a recoger datos y pruebas.

 Introduzca principios del pensamiento crítico a la vez que enseña su materia. Invite a
proponer hipótesis para luego comprobarlas.

 Facilite la participación de todos, no solo de los voluntarios.

 Fomente la “escucha atenta” y la “escucha activa”.

 Hable menos para que los estudiantes piensen más.

 Sea un modelo. Utilice el método socrático para hacer preguntas y para reflexionar.

 Pida que los estudiantes expliquen sus tareas y sus propósitos.

 Descomponga proyectos en partes más pequeñas y documente su progreso.

 Fomente los debates respetuosos y argumentados, y elabore mapas conceptuales que


ordenen los elementos tratados con claridad y lógica.
En suma, según Paul y Helder, el pensamiento crítico permite “brindar información, definir,
formular hipótesis, resolver problemas, evaluar las pruebas aplicadas y obtener conclusiones”.

Necesitamos hijos, alumnos y ciudadanos más capacitados para pensar y más competentes para
actuar en esta época compleja en que vivimos. Sin duda, si aplicamos lo que he dado en llamar
el método N.A.S.A. de evaluar proyectos sistémicamente, la competencia para “Aprender a
pensar” (recogiendo –entre otras – las documentadas propuestas del pensamiento crítico como
corriente educadora y social) es Necesaria para una sociedad civil más consciente de sí misma,
Adecuada para estos momentos difíciles, Suficiente como metodología esencial y está Abierta a
nuevas aportaciones prácticas que faciliten su transferencia de ideas, actitudes, recursos y
hábitos a nuestros jóvenes.

Bibliografía:

(1). Linda Elder y Richar Paul. Fundación para el Pensamiento Crítico, en “Revista El educador”,
Perú.
(2). Peter A. Facione: “Pensamiento Crítico: ¿Qué es y por qué es importante?”.
(3). Linda Elder y Richar Paul. Fundación para el Pensamiento Crítico, en “Revista El educador”,
Perú.
(4).Informe: “Pensamiento Crítico: Una declaración de consenso de expertos con fines de
evaluación e instrucción educativa”. 1990.
(5) John Dewey, “Como pensamos: una reafirmación de la relación del pensamiento reflexivo en
el proceso de educación”. D.C. Health Publishing. Lexington, 1933.
(6). Wesley Hiler y Richard Paul y “Ideas prácticas para promover el aprendizaje activo y
cooperativo: 27 maneras para mejorar la enseñanza”. Fundación del Pensamiento Crítico

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