Sie sind auf Seite 1von 2

El creacionismo literario fue un movimiento que se desarrolló a comienzos del siglo XX entre

escritores hispanos en Francia, España y Latinoamérica. Se considera que su fundación se dio


alrededor de 1916 en París por el poeta chileno Vicente Huidobro.
Desde Francia, país en donde vivió Huidobro hasta la Segunda Guerra Mundial, el
creacionismo influyó en poetas españoles como Diego Cendoya y Juan Larrea, hasta lograr
una gran influencia en poetas de vanguardia en Francia, España y Latinoamérica.
Para los escritores creacionistas, la función del poeta era crear un mundo imaginario y personal
en vez de describir el mundo que les ofrecía la realidad.

Estos escritores combinaban imágenes y metáforas, usando un vocabulario original y


combinando palabras de forma irracional.

Inicios
Según Huidobro, el creacionismo no fue una escuela que él buscara fundar y difundir, sino una
teoría que él mismo empezó a elaborar hacia 1912.

De acuerdo con esto, las primeras obras de este autor no eran plenamente creacionistas, pero
ya se podía percibir en ellas los primeros pasos de la corriente literaria.

El nombre de “creacionismo” viene de las doctrinas religiosas que estiman que todos los seres
vivos provienen de la mano de un dios creador.
En este sentido, Huidobro proponía que el autor debería cumplir el rol de un dios creador de los
universos y lógicas de su propia obra.

Sin embargo, éste no debe confundirse con las doctrinas “creacionistas”. Es decir, aquellas
opuestas a las teorías evolucionistas que mantienen la creencia religiosa de que existe un dios
creador.

Características
La principal característica del creacionismo era el rechazo de la mímesis, es decir, el reflejo de
la realidad de una forma verosímil. Según la ideología de los poetas creacionistas, referirse a la
realidad existente implica no crear nada.

En los mundos que crean los poetas para sus obras asumen el papel de “un pequeño Dios”,
como describió Huidobro en su poema «Arte poética». Por este motivo, dentro de sus obras
estaba todo permitido, inclusive la creación de palabras nuevas o el uso de metáforas sin bases
lógicas.

Para los creacionistas, el poeta debía dejar de retratar la naturaleza en sus obras para empezar
a crear su propio mundo. Por lo tanto, la poesía creacionista implicaba la necesidad de crear
nuevas imágenes que fueran suficientemente vívidas como para constituir en sí mismas una
nueva realidad.
Por esta razón, el creacionismo se valía de diversas técnicas para abordar esos nuevos
mundos que se creaban en la obra de cada autor.

Algunos de estos mundos incluían lenguajes novedosos que rompían con las normas y la
estética de la lengua, al igual que con la sintaxis.

Asimismo, se valían de juegos de palabras, largas secuencias de enumeraciones, juegos


irracionales y la falta de una línea narrativa, que le daba a sus creaciones la apariencia de un
objeto aleatorio que surge de la mano de un dios creador.

Esa estructura irracional, carente de sentido y divorciada de las normas estéticas, estuvo
bastante influenciada por otras vanguardias como el ultraísmo y el dadaísmo.

Otra característica clave era su naturaleza políglota. Dado que esta corriente es creada
principalmente por autores de habla hispana establecidos en París, en sus obras confluían
diversas lenguas que en ocasiones se usaban de forma indiferenciada.

Das könnte Ihnen auch gefallen