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BIOFÍSICA DE LA RESPIRACIÓN
- OBJETIVOS ESPECÍFICOS
● Dilucidar las alteraciones respiratorias y cardiacas involucradas en el registro del
pulso cardiaco y frecuencia respiratoria.
● Analizar los datos obtenidos para los dos individuos y compararlos con los valores
considerados normales por distintas fuentes de ciencias de la salud.
2. INTRODUCCIÓN
Los signos vitales son indicadores que reflejan el estado fisiológico de los órganos vitales
(cerebro, corazón, pulmones). Estos expresan de manera inmediata los cambios funcionales
que suceden en el organismo, cambios que de otra forma no podrían ser cualificados ni
cuantificados. Se pueden medir en el lugar en el que se produzca una emergencia médica.
Los principales cuatro signos vitales que los médicos y los profesionales de salud examinan
de forma rutinaria son: Frecuencia Cardiaca, Frecuencia Respiratoria, Presión Arterial,
Temperatura Corporal y Oximetría de Pulso (Aguayo & Lagos, s.f.).
Por otra parte la frecuencia cardiaca máxima es el valor máximo de frecuencia cardiaca que
se puede alcanzar, este se determina correctamente con la ayuda de una prueba de esfuerzo
máximo de laboratorio o de campo, o mediante referentes teóricos en los cuales se emplea
una fórmula para hallar este valor: Frecuencia cardiaca máxima = 220 - la edad (Pareja,
1998), el alcance de la frecuencia cardiaca máxima está influenciado por diferentes factores
como lo son la edad, la temperatura, la altitud, el tipo de ejercicio, el sueño, el tabaquismo,
Enfermedades cardiovasculares y neurológicas, entre otras (Zabala, s.f.).
El presente informe de laboratorio tiene como finalidad analizar y comparar los datos
correspondientes a frecuencia cardiaca y respiratoria de dos individuos y a su vez,
correlacionarlos con los valores óptimos reportados por fuentes de ciencias de la salud para
dichas frecuencias. De la misma forma se dilucidaran las alteraciones respiratorias y
cardiacas involucradas en el registro del pulso cardíaco y frecuencia respiratoria. También se
enunciaran las posibles fuentes de error introducidas en el procedimiento. Finalmente se
establecerán las respectivas conclusiones.
3. METODOLOGÍA
En primera instancia, con el fin de analizar el nivel de gasto cardiaco y respiratorio en el ser
humano se cuantificó la cantidad de latidos, inhalaciones y exhalaciones por minuto
correspondientes a frecuencia cardiaca y frecuencia respiratoria respectivamente. Por este
motivo se llevó a cabo la valoración del pulso cardiaco empleando las yemas de los dedos
índice y medio (corazón), presionando suavemente pero con firmeza sobre las arterias hasta
que se sintiese el pulso. En este caso, se determinó la frecuencia cardiaca en estado de poca
actividad física o reposo. De la misma forma, se midió la frecuencia respiratoria contando
cada vez que se eleva el pecho, lo que corresponde a un ciclo completo de inhalación-
exhalación. Posteriormente, se realizó actividad física por un lapso de tiempo de 12 minutos
con el fin de generar un esfuerzo en el organismo que permitiese evaluar las variaciones de
la frecuencia respiratoria y cardiaca en este con el propósito de mantener estables los signos
vitales. Luego de obtener los datos experimentales se analizó y evalúo el gasto cardiaco y
respiratorio en dichos estados (reposo y actividad física) los cuales permitieron determinar las
posibles alteraciones involucradas en estas variaciones. Por otro lado se determinaron las
diferentes fuentes de error introducidas en el procedimiento empleado.
4. CÁLCULOS
A) GASTO CARDIACO
5. RESULTADOS
6. DISCUSIÓN
El corazón tiene como tarea hacer fluir la sangre por el cuerpo, para esto necesita contraerse
y expandirse. La velocidad de contracción del corazón también se conoce como la frecuencia
cardiaca. Es por este motivo que se evaluó dicha frecuencia en estado de reposo y en
actividad física estableciendo el número de pulsaciones o contracciones por minuto que
realiza el corazón. En este caso, en estado de reposo se pudo observar un valor de 76 latidos
por minuto en el individuo 1 correspondiente a Frank Tiguaque, valor que nos indica que en
condiciones normales dicha persona se encuentra entre el rango de valores reportado por
(Luiza, 2019) siendo este entre 60-100 latidos por minuto para una persona adulta o joven
adulta. Esto nos indica que la persona tiene una frecuencia cardiaca estable y que a su vez
se encuentra en buen estado de salud.Sin embargo, hay que resaltar que la frecuencia
cardiaca se puedo ver afectada o puede variar dependiendo de los hábitos de vida de la
persona, si esta se encuentra influenciada por el entrenamiento, la recuperación de ejercicios
del día anterior, el sueño, el nivel de estrés mental y los hábitos alimenticios. A su vez, influye
considerablemente el sexo, la edad, el estado físico, el estado psicológico y la postura de la
persona, también pueden contribuir en las afecciones del pulso cardiaco las condiciones
ambientales.
De la misma forma, se analizó el gasto cardíaco mediante el producto del volumen impulsado
en cada latido cardíaco por la frecuencia cardiaca (número de latidos o ciclos cardíacos por
minuto) en estado de poca actividad física o reposo, obteniendo un valor correspondiente a
5320 mL/min (5,320 L/min), esto nos indica que el individuo 1 presenta un gasto cardíaco
apropiado respecto a las condiciones en las que se encuentra. A su vez, dicho valor también
fue comparado con el rango de datos reportado por (GARCIA, X. et al,2011) correspondiente
a 4-6,5 l/min (2,5 l/min por m2 de superficie corporal sería el índice cardíaco) en un adulto
sano en reposo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el gasto cardíaco, como principal
determinante del transporte de oxígeno al organismo, ha de adaptarse, en cada momento, a
las necesidades de este, por lo que un valor dentro del intervalo de normalidad estabelecido
no indica que la función cardíaca sea óptima. El valor de gasto cardíaco por sí solo no es
suficiente para valorar el estado de la función cardíaca de la persona.
Por otro lado, para el individuo 2 correspondiente a Geidi Gaona se obtuvo un valor de
frecuencia cardiaca en estado de reposo de 78 latidos/ min , el cual también se encuentra en
el rango de datos reportado en (Luiza, 2019) lo que nos infiere que dicho individuo también
presenta un buen estado de salud y que su frecuencia cardiaca es normal. De la misma forma,
dicho valor de frecuencia cardiaca se pudo ver afectado por los mismos factores que en el
caso del individuo 1. Posteriormente, se determinó el gasto cardíaco cuyo valor para dicho
individuo fue de 5460 mL/ min (5,46 L/ min), en base a esto podemos presumir que dicho
valor en este caso es el adecuado para los factores y/o condiciones del individuo, sin
embargo, como se enunció con anterioridad que el gasto cardiaco se encuentre dentro del
rango teórico con el cual fue comparado (GARCÍA, X. et al,2011), no significa que las
alteraciones o patologías relacionadas con este estén ausentes.
Al realizar una comparación entre los datos obtenidos de los dos individuos se pudo observar
que el individuo 2 presenta mayor frecuencia cardiaca y por tanto, mayor gasto cardiaco en
estado de reposo, lo que nos indica de mejor forma las diferencias en cuanto a sexo, edad,
hábitos alimenticios y demás.
Posteriormente, se realizó actividad física por un lapso de tiempo de 12 minutos, esto se llevó
a cabo debido a que cuando se realiza actividad física los músculos efectúan más
contracciones, lo que significa mayor requerimiento de energía y oxígeno, las pulsaciones
aumentan considerablemente y a su vez aumenta el gasto cardiaco. El mecanismo del cuerpo
para suplir la demanda excesiva de oxígeno es aumentar la frecuencia cardiaca y respiratoria.
En este caso se pudo observar una frecuencia cardiaca en el individuo de 126 latidos/ min, al
realizar una comparación del número de pulsaciones del individuo en estado de reposo y en
estado de actividad física se pudo observar una diferencia de 50 pulsaciones por minuto. A
su vez, se determinó el gasto cardiaco el cual fue de 12600 mL/min (12,6 L/ min), este valor
nos muestra un aumento considerable del volumen de sangre bombeada por el corazón en
un minuto.
Por otra parte, en el individuo 2 se obtuvo una frecuencia cardiaca de 102 latidos /min, al
analizar la diferencia de pulsaciones por minuto se obtuvo un valor diferencial de 24. De la
misma forma, al calcular el gasto cardiaco en este caso el valor fue de 10200 mL/min (L/ min),
el cual aumentó bastante con respecto al gasto cardiaco en reposo.
Realizando la comparación entre del gasto cardiaco después de haber realizado actividad
física por los dos individuos podemos observar que el individuo 1 presenta un mayor gasto
que el individuo 2, lo que nos permite presumir que esto se debió a que el individuo 1 sometió
el organismo a mucho más esfuerzo o trabajo físico que el individuo 2 ya que el ejercicio
físico o las situaciones de estrés provocan un aumento de la FC (taquicardia sinusal), que
evidentemente se considera normal ya que no sobrepasa los 160 latidos por minuto (Aguayo
& Lagos, s.f.). La FC máxima que una persona puede alcanzar durante un ejercicio físico
intenso es individual, siendo más baja conforme se avanza en edad (Sociedad Española de
Cardiología, 2018).
Por otra parte, al determinar la frecuencia respiratoria luego de realizar actividad física se
pudo ver un aumento de ésta por causas del metabolismo y los requerimientos energéticos
del organismo al estar expuesto a esfuerzo y /o trabajo. Es por esto que para el individuo 1
se obtuvo una frecuencia respiratoria después de la actividad física correspondiente a 51
respiraciones/min valor que tiene una diferencia de 37 ciclos completos de inhalación-
exhalación o sea de respiraciones por minuto respecto al valor determinado para el organismo
del individuo en reposo. A su vez al hallar el gasto respiratorio el valor fue equivalente a
25500 ml/min (25,5 L/min), valor bastante elevado si se compara con el primer valor hallado.
Para este caso se observó que el individuo 1 presentó mayor aumento en su frecuencia
respiratoria y gasto cardíaco luego del ejercicio, esto pudo ser causado como se mencionó
con anterioridad al mayor esfuerzo empleado por dicho individuo en comparación al individuo
2, sin embargo la variación entre los valores de los dos individuos es mínima. Las alteraciones
en la frecuencia respiratoria representadas mediante el aumento del gasto respiratorio
pueden corresponder a Taquipnea, la cual consiste en una frecuencia respiratoria persistente
superior a 20 respiraciones por minuto en adulto; es una respiración superficial y rápida. Se
observa en pacientes con dolor por fractura costal o pleuritis. y la Hiperpnea o
hiperventilación, que corresponde a una respiración profunda y rápida de frecuencia mayor a
20 respiraciones/minuto. Es producida por ansiedad, ejercicio, alteraciones metabólicas o del
sistema nervioso central (Aguayo & Lagos, s.f.).
7. CONCLUSIONES