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ALTERACIONES VISUOESPACIALES

La Agnosia: conceptos y tipos

Es la interrupción en la capacidad para reconocer estímulos previamente


aprendidos o de aprender nuevos estímulos sin haber deficiencia en la alteración
de la percepción, lenguaje o intelecto y que resulta de una lesión cerebral
adquirida. La palabra agnosia proviene del griego y significa desconocimiento
("gnosis"= conocimiento; "a" = negación, ausencia).

Fue introducido por Sigmund Freud en 1891, en el curso de la discusión sobre las
afasias para designar la afectación del reconocimiento de un estímulo,
diferenciándolo del desconocimiento de su nombre o anomia.

Agnosia es entonces la pérdida de la capacidad para transformar las sensaciones


simples en percepciones propiamente dichas, por lo que el individuo (a pesar de
ver, oír o sentir) no puede reconocer los estímulos visuales, auditivos o táctiles. La
definición de agnosia supone una integridad sensorial primaria y la ausencia de
deterioro intelectual global.

Es causado por falta de atención y poco nivel mental. En este trastorno se


manifiesta cuando un niño para recordar o dar un significado es incapaz de
hacerlo, no lo comprende.

Para definir una agnosia se debe explorar la agudeza visual, la sensibilidad al


contraste espacial, la percepción de la textura, e incluso la capacidad de dibujar (a
través de la copia) el estímulo presentado. Este conjunto de elementos
perceptivos básicos son los necesarios para que un estímulo sea reconocido.1

La agnosia puede afectar a estímulos aislados dentro de una categoría o, por el


contrario, puede afectar a toda la categoría. La percepción del estímulo puede
alterarse de forma diferencial en relación a si se trata de un objeto real o
representado, y también si es estático o está en movimiento.

CLASIFICACIÓN DE LAS AGNOSIAS2

Atendiendo al canal sensorial podemos clasificar las agnosias en visuales,


auditivas, táctiles, gustativas u olfatorias; siendo la primera la más estudiada.

Se puede también dividir de acuerdo a la especificidad del material que no se


puede ser reconocido: para las caras= prosopagnosia, los colores= agnosia
cromática, los objetos= agnosia para los objetos, las letras, palabras, frases=

1
Damasio y Cols, 1989.
2
Ardila, A. Las Afasias
alexia agnósica, la música= amusia, lugares= espacial, objetos visualmente=
afasia óptica, lenguaje= sordera verbal, los dedos de la mano=agnosia digital,
etc.

La clasificación más clásica es la de Lissauer (1890), que divide las agnosias en


asociativas y aperceptivas. Esta clasificación aunque nunca se ajusta
exactamente a la realidad se facilita la comprensión de los síntomas de los
sujetos.

VISUALES
Agnosia visual de objetos
Acromatognosia
Alexia óptica
Prosopagnosia
Simultagnosia

ESPACIALES
Trastornos en la exploración espacial
Síndrome de Balint
Trastornos en la percepción espacial
Incapacidad para localizar estímulos
Alteraciones en la percepción de profundidad
Distorsiones en la orientación de líneas
Estimación errónea del número de estímulos
Trastornos en la manipulación espacial
Agnosia espacial unilateral
Perdida de los conceptos topográficos
Trastornos de orientación y memoria espacial
Agnosia topográfica
Amnesia topográfica

AUDITIVAS
Verbal
No verbal
Para sonidos
Amusia

TÁCTILES
Astereognosia
Primaria
Secundaria (asimbolia táctil, amorfosíntesis)

ASOMATOGNOSIAS
Unilaterales
Hemiasomatognosia
Anosognosia de la hemiplejía
Somatoparafrenia
Bilaterales
Autotopagnosia
Agnosia digital
Desorientación derecha-izquierda
Asimbolia al dolor

AGNOSIA VISUAL3: puede ser definida como una alteración del reconocimiento
visual de los objetos, abarcando otras categorías como caras, o colores, con una
agudeza visual, campos visuales, rastreo visual, función lingüística y funciones
mentales superiores intactas. Los objetos se detectan pero no se identifican,
fenómeno que se observa en los casos de ceguera psíquica y que se debe a
alguna lesión del lóbulo occipital.

En las agnosias visuales aperceptivas existen problemas a nivel perceptivo y de


reconocimiento evidentemente al no producirse la percepción.

La agnosia visual asociativa, persevera la agudeza visual, así como los campos
visuales el movimiento ocular. Su relevancia está determinada por que el sujeto
tiene una alteración del reconocimiento a pesar de la percepción normal.

Alexia: Básicamente el sujeto que tiene este tipo de alexia, tiene una pérdida de la
percepción visual de las figuras. El sujeto puede escribir y reconocer letras, pero
no logra secuenciarlas para la lectura de palabras. Las causas principales de este
síndrome son las lesiones que afectan la corteza visual izquierda y el rodete del
cuerpo calloso, así queda la corteza visual derecha desconectada del área de
integración visual (área 39) del hemisferio parietal dominante, que ha sido
denominada por otros autores como centro de la lectura y de la escritura.

AGNOSIA ESPACIAL: Incapacidad para localizar un objeto en el espacio;


desorientación; pérdida de la memoria topográfica (lesiones en la corteza del
lóbulo occipital). Por otro lado, usualmente resultan de alguna patología del
hemisferio derecho. Sin embargo, el síndrome de Balint (lesiones parieto-
occipitales bilaterales) si puede asociarse con dificultades en la lectura y olvido de
palabras.

PROSOPAGNOSIA: perturbación en el reconocimiento visual de caras, en


ausencia de deterioro intelectual y con agudeza visual conservada. Trastorno poco
común que se asocia a lesiones parietotemporooccipitales derechas, o más
frecuentemente bilaterales.

AGNOSIA TOPOGRÁFICA: El síndrome se caracteriza por una incapacidad de


reconocer los alrededores con una capacidad mental general intacta. Se observa
en lesiones bilaterales posteriores y en lesiones derechas temporo-mediales.
3
Junque (2001)
ACROMATOPSIA: Es la alteración cortical de la percepción del color. Las
lesiones que la ocasionan se observan en las circunvoluciones lingual y fusiforme
de ambos hemisferios.

AGNOSIA CRÓMATICA: refiere a la incapacidad de denominar y designar colores


siendo la ejecución en el test de percepción del coloro normal. Existen dos tipos
de agnosia cromática, una va asociada a la alexia pura y a la hemianopsia, y es
debida a la desconexión del córtex visual derecho de los centros del lenguaje.

AGNOSIA AUDITIVA: La incapacidad para identificar los sonidos verbales y no


verbales como consecuencia de una lesión cerebral y no va acompañada, por lo
general, de un trastorno de la inteligencia, sino más bien de trastornos del habla.

Para algunos autores la agnosia auditiva incluye únicamente la incapacidad para


reconocer la naturaleza de los estímulos no verbales4. Los defectos agnósicos
pueden observarse entonces en la dificultad para distinguir sonidos naturales, la
prosodia del lenguaje (aprosodia sensorial), tonos o melodías (amusia) o para
reconocer voces (fonoagnosia).

Agnosia auditiva verbal congénita. Audiomudez.

AGNOSIA TACTIL, ASTEREOGNOSIA: La pérdida en el reconocimiento táctil de


objetos, con una adecuada sensibilidad primaria, es un trastorno complejo
somatosensorial que tiene tres partes subsidiarias: La amorfognosias: que es la
incapacidad de reconocer tamaño y forma (extensidad). La ahilognosia: es la
incapacidad de descifrar la densidad, peso, conductividad termal, tosquedad
(intensidad). La asimbolia táctil, equivalente a la agnosia táctil, que es la
incapacidad de identificar, mediante los elementos proporcionados por la
palpación de un objeto, hacer de este objeto un esquema suficiente para
comprender la naturaleza de dicho objeto y la forma en que se utiliza, es decir en
ausencia de amorfognosia y ahilognosia

La astereognosia puede ser primaria o secundaria5. En la astereognosia


primaria el paciente presenta una incapacidad para reconocer las características
físicas del objeto, que le impide generar imágenes táctiles. En la astereognosia
secundaria, también conocida como astereognosia pura o asimbolia táctil, existe
memoria de las imágenes táctiles, pero se encuentran aisladas de otras
representaciones sensoriales.

El término asomatognosia se refiere a una alteración en el conocimiento del


esquema corporal como consecuencia de una lesión cerebral. Para algunos
autores el término "esquema corporal" es poco claro y los trastornos incluidos bajo
esta denominación podrían interpretarse como alteraciones afásicas y/o
espaciales. Los trastornos del esquema corporal se pueden agrupar en dos

4
Hécaen & Albert, 1978
5
Albert & Hécaen, 1978
categorías generales: las asomatognosias unilaterales, se refieren a la presencia
de asomatognosia solamente en un hemicuerpo, por lo que ha recibido el nombre
de hemiasomatognosia. Los pacientes con hemiasomatognosia presentan una
inadecuada percepción de la existencia de medio lado de su cuerpo, contralateral
a la lesión cerebral. Usual (pero no necesariamente) afecta el lado izquierdo y es
producido entonces más frecuentemente por lesiones hemisféricas derechas. Y
las asomatognosias bilaterales, se observan en ambos del cuerpo, a pesar de ser
resultado de una lesión unilateral, usualmente izquierda. Dentro de las
asomatognosias bilaterales se cuentan la autotopagnosia, la agnosia digital, la
desorientación derecha-izquierda y la asimbolia al dolor.

AGNOSIA DIGITAL. Dificultad o incapacidad del enfermo para distinguir los dedos
de su mano o los de la mano del que está efectuando su reconocimiento.
Concepto relacionado: síndrome de Gerstmann.

AGNOSIA PERCEPTIVA. Agnosia táctil caracterizada por una alteración en la


percepción de las sensaciones.

Mecanismos Neurales de la Visuoespacialidad.

Las funciones visuoespaciales engloban toda capacidad relacionada con la


ubicación en el espacio, la capacidad para utilizar las referencias del medio y
desenvolverse en él y la capacidad de orientación intrapsíquica, además del
conjunto de procesos relacionados con la percepción (capacidades gnósicas) y la
acción (capacidades práxicas).

A lo largo de las últimas décadas ha aumentado considerablemente el


conocimiento sobre el procesamiento visual, lo que ha permitido conocer con
mayor precisión las bases que lo regulan; se acepta de una manera general que
son los córtex parietal, occipital y temporal los encargados del análisis
visuoespacial y visuoperceptivo del mundo, análisis que abarca desde el
reconocimiento de las características de los objetos y su conocimiento, hasta la
capacidad de actuar sobre ellos.

PROCESAMIENTO VISUAL

Desde el momento en que la luz incide en la retina hasta que la persona reconoce
o se ubica correctamente en el espacio, ¿qué sucede en el cerebro para poder
procesar la información del medio y para percibirlo dentro de un todo de forma
coherente e integrada?

Los estudios con primates revelan que las áreas corticales encargadas
inicialmente de procesar la información visual y crear un primer esbozo de lo que
captemos en nuestro campo visual son el córtex visual primario (área 17 de
Brodmann), el córtex estriado y V1 (primera área cortical visual). Este primer
esbozo registra información referente a localizaciones particulares, la orientación y
las regiones de luz y oscuridad (contrastes). Como determinaron6, esta
información será la base para la formación de un objeto y, junto al procesamiento
del color en V2 y V4 (córtex visual secundario), proporcionará la apariencia de la
figura que estamos percibiendo. En cambio, el movimiento se determinará por el
procesamiento en V2 y MT (lóbulo temporal medial), y el reconocimiento de los
objetos se producirá cuando las diferentes rutas descritas se integren con las
áreas corticales que permiten el acceso al significado semántico (córtex temporal
inferior). De esta manera, se forma la imagen real y específica, tanto en cuanto a
la apariencia como al conocimiento de lo que estemos viendo. En definitiva, a lo
largo de este camino jerárquico hay un progresivo procesamiento del estímulo, en
el que operan dos sistemas diferenciados anatómica y funcionalmente, uno
encargado de percibir los objetos y otro relacionado con la orientación en el
espacio.

Todo este proceso por el que pasa el estímulo, hasta que se llegan a percibir los
objetos y el espacio, se lleva a cabo de una manera coordinada y precisa, y
requiere la colaboración de otros procesos cognitivos. Serán la atención y las FE
los mecanismos encargados de ejercer el control sobre estas (y otras) funciones
cognitivas.

RUTA VENTRAL Y DORSAL

En la década de los ochenta, algunos autores hablaban de dos mecanismos


diferenciados funcional y anatómicamente en el procesamiento visuoperceptivo:
uno encargado de la percepción de los objetos y otro que determina la dirección
que tomamos para alcanzarlos. El reconocimiento de los objetos, tal como se
mencionaba en el apartado anterior, requiere, además de la percepción de la
apariencia de las imagines visuales, el conocimiento semántico sobre ellas. Si no
fuera de este modo, al estar frente a un objeto tendríamos la sensación de verlo
por primera vez. La relevancia de esta integración perceptiva y semántica incide
en la finalidad con la que nos dirigimos a cualquier estímulo y, en definitiva, en la
intencionalidad, ya que si no supiéramos su significado pasaríamos
probablemente de largo. En este sentido, las dificultades en la percepción
provocarían una paralización a la hora de actuar sobre los objetos.

La red encargada de analizar las cuestiones relacionadas con la pregunta ¿qué


vemos? se denomina ruta ventral, y las lesiones en esta ruta provocarán la
ausencia de sentido de lo que estamos viendo, ya sea por fragmentación de la
apariencia de las cosas (agnosia aperceptiva) o por la disociación de la percepción
(apariencias) y el conocimiento del mundo (agnosia asociativa). En cambio, la ruta
dorsal, relacionada con el córtex estriado, se dirige al lóbulo parietal, relacionado
con la atención, y es responsable del análisis espacial. Permite el control de la
dirección de los movimientos en el momento de alcanzar los objetos en el espacio,
siendo necesaria la asociación del procesamiento motor y la coordinación de los

6
Hubel y Weisel en 1962
movimientos con nuestras intenciones. Esta ruta cerebral se activa respondiendo a
la pregunta ¿dónde miramos? y su alteración provoca déficit visuoespaciales
relacionados con las dificultades en la orientación, para alcanzar objetos y
reconocerlos si se exponen de una manera incompleta. Según esto, las
dificultades pueden deberse a problemas atencionales y motores o a su posible
disociación.

Alteraciones en visuoespacialidad.

La pérdida del campo visual (hemianopsias, cuadrantanopsias, etc.) afecta a la


amplitud del espacio visual percibido y se asocia en muchos casos a otros
problemas visuoespaciales, ya que afectan a la amplitud del campo visual.
Definiendo la amplitud del campo visual por los límites de las posiciones que el
sujeto detecte, las formas más frecuentes de trastornos del campo visual después
de un daño cerebral pueden ser la hemianopsia (pérdida de visión de un lado), la
cuadrantanopsia (pérdida de visión en un cuadrante) o el escotoma paracentral
(pérdida de visión en la parafóvea). En ocasiones, estas alteraciones cursan con
falta de conciencia, lo que agrava las dificultades de orientaciones en el espacio
(topográficas, interpersonales), dificultades ejecutivas y constructivas, dificultades
de lectura y escritura, problemas en la búsqueda de objetos o dificultades
práxicas, entre otras.

Las dificultades visuoespaciales pueden afectar a la localización visual de objetos,


a la capacidad de búsqueda visual, al rastreo visual y a un conjunto de habilidades
visuoperceptivas o visuoconstructivas implicadas en múltiples actividades de la
vida diaria. Este tipo de dificultades que se producen por lesiones
occipitoparietales, cuando se localizan unilateralmente se relacionan con
dificultades en la localización de objetos en el espacio y dificultades de orientación
y dirección contralaterales a la lesión cortical, y son más frecuentes en lesiones
derechas.

Por ejemplo, las lesiones en el córtex parietal derecho provocan problemas para
atender a determinadas localizaciones espaciales; es lo que comúnmente se
denomina heminegligencia o negligencia del campo visual izquierdo; en cambio, el
daño parietal bilateral suele relacionarse con dificultades más graves en la
percepción del espacio, como dificultades para discriminar la profundidad.

Estas dificultades espaciales afectan y se manifiestan en actividades que


requieren o exigen una adecuada percepción del espacio o guía visual
(localización y alcance, horizontalidad de la lectura, bajar escaleras, guiarse por un
camino). Las dificultades visuoespaciales relacionadas con la complejidad en la
búsqueda visual suelen provocar fatiga en la percepción, y producen en ocasiones
una errónea identificación de objetos o de lugares –no se han de confundir con
problemas para identificar ambientes u objetos, ya que entonces se trataría de una
agnosia.
Uno de los síndromes más conocidos entre los trastornos en la percepción del
espacio, con graves dificultades de desorientación visuoespacial, es el
denominado síndrome de Bálint, que algunos autores consideran más
relacionado con una alteración en la planificación de la visión espacial. Descrito
por primera vez7 y causado por lesiones bilaterales de la unión occipitoparietal y
desconexiones con el área frontal, se relaciona con una grave restricción de la
atención espacial –sólo puede ver un objeto a la vez, simultagnosia–, apraxia de la
mirada, dificultad para alcanzar los objetos mediante la guía visual a no ser que se
focalicen directamente (ataxia óptica) y dificultades en la localización visuoespacial
y la orientación, debido a una pérdida espontánea de los movimientos sacádicos o
de la guía visual que sólo se elicita mediante órdenes verbales, y que repercute en
grandes dificultades para guiar la mirada de un objeto a otro (tendencia a dirigirla a
la derecha). El síndrome de Bálint nos permite reflexionar sobre las posibles
causas que provocan dificultades visuoespaciales; por ejemplo, la posible
alteración de las áreas motoras de control motor (prefrontal) que provocarían una
anómala ejecución de los movimientos (apraxia), o dificultades en la búsqueda
visual, como un componente activo que selecciona, compara, analiza e integra
estímulos visuales o dificultades en la inercia de la mirada como una dificultad
para percibir los objetos cuando se presentan rápidamente, y que puede deberse
a problemas de cambio atencional; dificultades a este nivel provocan
simultagnosia.

En general, los problemas relacionados con las dificultades visuoespaciales se


deben a la pérdida de referencias espaciales, ya sea por problemas de pérdida del
campo visual, por problemas perceptivos (agnosias), por problemas atencionales o
por dificultades de planificación visuomotora y provocan una ineficaz búsqueda de
información. El procesamiento visuoespacial depende de un conjunto de procesos
diferentes y las dificultades pueden estar causadas por una deficiencia en
cualquiera de ellos.

Alteraciones visuoespaciales y visuoperceptivas

Las alteraciones en el procesamiento visuoespacial son un rasgo característico de


los pacientes con EH que permiten distinguirlas de las presentes en otro tipo de
demencias. En líneas generales, se observan alteraciones de las habilidades
visuoespaciales cuando se precisa la manipulación del espacio personal, mientras
que las funciones visuoconstructivas muestran un menor grado de deterioro. Las
lesiones en el caudado son las responsables de una serie de alteraciones del
procesamiento espacial, que pueden observarse cuando se examina a los
pacientes en la habilidad para poder tener una representación interna de su
posición en el espacio en relación con un parámetro ambiental o espacial.

En general, se asume que los pacientes de EH muestran alteraciones del


procesamiento visuoespacial general, de la integración perceptivo-motora, de la
manipulación de la información espacial, de la rotación mental espacial, del

7
Rezzo Bálint (1909)
sentido de la dirección, de la discriminación visuoespacial, y de la percepción
espacial egocéntrica, con una preservación del juicio visuoespacial. Este patrón de
alteraciones visuoespaciales se manifiesta tanto en los estadios iniciales de la
enfermedad como en los de moderado deterioro cognitivo. Precisamente el déficit
del procesamiento viuoespacial permite diferenciar entre los estadios iniciales,
intermedios y avanzados de la enfermedad.

Por último, se ha observado que, si bien los pacientes con EH no presentan


apraxias, pueden presentar ciertas alteraciones constructivas o de coordinación
visuomotora y visuoespaciales que requieren un componente motor. En líneas
generales, dicha función cognitiva suele mostrarse alterada significativamente en
los estadios avanzados de la enfermedad.

Tipos de Alteraciones Visuoespaciales

A.- Síndrome de balint

Este síndrome fue descrito en 1909 por el médico húngaro Rezsö Balint.

En el paciente que describió hizo hincapié en la presencia de una constricción de


la atención visual, resultando una incapacidad para percibir más de un objeto a la
vez; y en la "ataxia óptica" o incapacidad de alcanzar visualmente un objeto con
precisión.

El síndrome de Balint se distingue de la negligencia hemiespacial por la presencia


de una forma distintiva de negligencia basada en el objeto que es independiente
de la localización espacial. Esta constricción de la atención visual se acompaña de
desorientación espacial, y los efectos unidos de ambos síntomas dejan al paciente
desvalido en un mundo caótico y visualmente no significante.

El síndrome de Balint aparece por lesiones bilaterales de la unión parietooccipital,


no siendo necesaria la afectación de la encrucijada temporoparietal.

Característicamente están afectados:

• la circunvolución angular;

• la zona dorsolateral del lóbulo occipital (área 19);

• y a menudo el precúneo (lóbulo parietal superior), pero pueden estar respetadas


la circunvolución supramarginal y la temporal superior. Las revisiones recientes de
casos enfatizan la lesión de la circunvolución angular como crítica para la
producción del síndrome.

PATOLOGÍAS CAUSANTES (SÍNDROME DE BALINT)


En general se trata de procesos que producen lesiones bilaterales
aproximadamente simétricas:

• Heridas penetrantes de bala que entren lateralmente y atraviesen en el plano


coronal las regiones parietooccipitales.

• ACV típicamente debidos a émbolos cardíacos, afectando primero un hemisferio,


luego el otro, en la distribución de las ramas parietales posteriores de la cerebral
media.

• La unión parietooccipital se encuentra en la zona límite de riego entre las arterias


cerebral media y posterior, en consecuencia el infarto de zona frontera por
hipoperfusión cerebral global es quizá la entidad en la cual la aparición del
síndrome de Balint es más característica. Aunque este tipo de infarto se puede ver
tras parada cardíaca, es más típico en circunstancias en que, más que flujo
cerebral ausente, lo que hay es un flujo reducido (oligemia) asociado a una
saturación de oxígeno disminuida (hipoxemia), siendo la hiperglucemia, a menudo,
factor agravante; todas estas circunstancias se dan en pacientes sometidos a
cirugía extracorpórea, y en individuos, especialmente diabéticos, que sufren un
shock cardiogénico.

• Las degeneraciones cerebrales, de las que es prototipo el Alzheimer, pueden


iniciarse en la unión parietooccipital y debutar clínicamente con un síndrome de
Balint, pero a medida que el proceso degenerativo se extiende, la clínica pierde
sus rasgos distintivos.

• Otra posible causa es la presencia de un glioma en mariposa.

B. Síndrome de Heminegligencia espacial

Se habla de una heminegligencia espacial, cuando hay una falla para atender a un
estímulo en el espacio extracorporal, y toca además el conjunto de actividades del
paciente como el vestirse, la lectura, la escritura, etc.

La heminegligencia espacial puede centrarse en tres marcos de referencia: el


observador (ojos, cabeza o cuerpo), el medio externo o el objeto.

Una forma simple de ponerla de manifiesto es solicitarle al sujeto que señale o


tome objetos colocados en una mesa. Estos pacientes omiten todo lo colocado en
el lado izquierdo8.

8
Bisiach y Vallar, 1988
Diversos test simples pueden permitir cuantificar esta alteración, como el test de
cancelación de letras, el test de bisección de líneas, y el análisis de los dibujos a la
orden y a la copia.

En el test de bisección de líneas el paciente es colocado frente a una hoja con


líneas horizontales, en las cuales debe marcar el punto medio de cada una. Como
observamos en el ejemplo (fig. 1) los pacientes desplazan la marca hacia la
derecha de la línea. La negligencia es mayor en las líneas más largas.

Se define como el fallo para entender a un estímulo en el espacio extracorporal, y


toca, además, el conjunto de actividades del paciente como el vestirse la lectura,
la escritura, etc. Es un trastorno de la atención normalmente provocado por
lesiones en el hemisferio derecho. Es, como muchas, una alteración muy
particular, pues los órganos y vías sensoriales están intactos y sin embargo la
persona parece no ver (oír, o sentir) aquellos estímulos que pertenezcen al lado
contralateral a la lesión. Es el ejemplo que seguramente ya habréis oído en más
de una ocasión, cuando le pones un plato de comida a un paciente con Neglect y
se come sólo la mitad del plato, dejando la otra mitad intacta y protestando porque
sigue teniendo hambre; o cuando un paciente se peina o se maquilla frente al
espejo y lo hace sólo en la mitad de su cuerpo. A menudo en la consulta basta una
prueba sencilla para detectar esta desatención, consiste en pedirle al paciente que
realice un dibujo siguiendo la copia de un modelo que le ponemos delante, lo que
ocurrirá si efectivamente el paciente ignora los estímulos visuales de su
hemicampo izquierdo, os lo podéis imaginar: su dibujo quedaría mutilado.

C.- Trastorno de la Percepción espacial elemental

Ocurren en los primeros estadios de procesamiento visoespacial, pero su relación


con los trastornos sensoriales primarios sutiles y con los trastornos de más alto
nivel de procesamiento está poco delineada. A este tipo de trastorno corresponde,
por ejemplo, la alteración de la percepción de la profundidad, la orientación de
líneas y el no poder identificar partes de puntos en el espacio.

La percepción de la profundidad se ha examinado de varias formas. Se puede


pedir al sujeto que estime la distancia en el medio natural, o bien que enjuicie la
distancia relativa de los objetos reales tridimensionales bajo condiciones
controladas. También se puede medir la agudeza de la visión esteroscópica per se
o averiguar la capacidad de alcanzar la estereoscopia global viendo la forma y la
profundidad de los esterogramas.

D.- Trastorno de la cognición espacial

Consisten en alteración de las funciones visoespaciales de mayor complejidad que


no llegan a formar un síndrome, ya que se observan en forma aislada o en
diversas combinaciones. Incluyen tareas de aprendizaje, memoria o razonamiento
espacial. En tareas de rotación mental, los pacientes con lesiones parietales
derechas tienen una mayor alteración que las correspondientes izquierdas.

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