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Esta guía fue confeccionada por el grupo asesor de cardiología y farmacoepidemiología de la misión en el
año 2008, quienes se dieron a la tarea de revisar bibliografías basadas en evidencias científicas y la
adaptaron a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la República Bolivariana de Venezuela
tomando como base los medicamentos disponibles en el listado básico de la misión.
Introducción.
La Hipertensión Arterial (HTA) es una afección altamente prevalente y origina numerosas complicaciones,
entre éstas las más frecuentes e importantes son las cardiacas. La HTA provoca alteraciones estructurales
y funcionales del corazón que afectan el miocardio auricular y ventricular y a las arterias coronarias
epicárdicas e intramurales, de aquí se derivan las 3 principales cardiopatías de la HTA: Insuficiencia
cardiaca, isquemia miocárdica y fibrilación auricular, que pueden aparecer solas o combinadas, con
diferentes grados de gravedad y en diferentes fases evolutivas.
Definición de Cardiopatía Hipertensiva (CHTA):
Es el conjunto de efectos complejos y variables que provoca en el corazón la elevación crónica de la
presión arterial en el paciente con HTA, estos incluyen la presencia de signos anatómicos o bioquímicos de
hipertrofia ventricular izquierda, disfunción ventricular diastólica o sistólica, isquemia miocárdica y
alteraciones del ritmo.
Clasificación Clínica de la CHTA
En esta revisión nos proponemos llevar a nuestros médicos de la atención primaria 4 aspectos
fundamentales para mayor conocimiento de esta entidad, que es consecuencia de una de las
enfermedades crónicas más frecuentes atendidas en este nivel, la hipertensión arterial.
Los aspectos a considerar son:
Hipertrofia ventricular
Relación de la HTA con la circulación coronaria
Hipertrofia ventricular y arritmia
Examen cardiovascular y diagnóstico de la CHT
ARA II
Losartan 25 a 100 12 – 24
Valsartan 80 a 320 24
Se debe destacar que en las tablas anterioriores sólo se mencionaron algunos de los fármacos
representativos por grupo, y se resaltaron (en letras negritas) los que forman parte del listado
farmacológico con que cuenta el médico de Barrio Adentro.
Dentro de otros fármacos que pueden ser utilizados en el manejo del paciente con CHTA también esta la
amiodarona y la digoxina con efecto antiarrítmicos (cardioversión farmacológica y control -
mantenimiento del ritmo), así como los nitratos (dinitrato de isosorbide y nitropental) de gran utilidad
en los cuadro de isquemia microvascular y de arterias epicárdicas que forman parte de las
manifestaciones clínica de esta enfermedad.
Conclusiones.
La CHTA en sus diferentes formas de presentación clínica representa una proporción elevada de casos
con enfermedad cardiovascular en la práctica médica de Clínicos, Cardiólogos y Médicos a nivel de los
consultorios populares y CDI. Una evaluación clínica correcta y la interpretación adecuada de pruebas
complementarias nos permitirán sospechar o diagnosticar esta enfermedad.
El control estricto de la TA constituye el pilar fundamental de la estrategia a seguir con estos pacientes,
buscando además el fármaco adecuado para cada paciente y el que represente mayor beneficio y mejor
pronóstico. Existen en las manos de nuestros médicos de la comunidad un arsenal terapéutico de gran
valor para abordar esta enfermedad, que es motivo frecuente de consulta y que con el adecuado control
estamos contribuyendo a la reducción de la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares, y por tanto
brindar una atención de calidad a los pacientes.
Referencias bibliográficas.
1. Armario P., Banegas JR, Campo C, de la Sierra A, Gorostidi M, Hernández R. Guía Española de
Hipertensión Arterial 2005. Sociedad Española de Hipertensión Arterial (SEH-LELHA),
http://www.seh-lelha.org/guiahta05.htm [Leído en Mayo 2 de 2006].
2. Akaki B. JL, D’Achiardi Rey R, Pérez Caballero MD, Cordiés Jackson L, Rivera Flores A, Vázquez
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Intersistemas SA de CV, 2003: 5-66
3. González-Juanatey JR, Mazón Ramos P, Soria Arcos F, Barrios Alonso V, Rodríguez Padial L,
Bertoneu Martínez V,. Actualización (2003) de la Guías de Práctica Clínica de la Sociedad Española
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4. P. Armario et al. Guía Española de hipertensión arterial 2005.
5. P. Ordúñez-Garcíaa, J. L.Bernal Muñoza, D. Pedrazab, A. Espinosa-Britoa, L. C. Silva y R. S.
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6. Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial.
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7. Bendersky M, Piskorz D, Boccardo D. Cardiopatía Hipertensiva. Rev Fed. Arg Cardiol 2002;31:321-
334.
8. Formulario Nacional de Medicamentos. Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología en
Cuba. MINSAP, 2006.
Autores: Dr. Abel Salas*, Dr. Raúl Hernández*, Dr. José A. González*, Dr. Manuel Lage*. Dra Damara
Acosta Reynaldo**, Lic Francisco Debesa García***.
(*). Especialista en Cardiología.
(**) Especialista en Farmacología, MSc en Farmacoepidemiología.
(***) Lic en Ciencias Farmacéuticas, MSc. en Economía de la salud
Revisado y consultado para su implementación por el frente de farmacoepidemiología. Grupo Nacional de
Aseguramiento Médico. Abril del 2010.
Guía de de la práctica clínica. Angina de Pecho Estable.
Esta guía fue confeccionada por el grupo asesor de cardiología y farmacoepidemiología de la misión en el
año 2008, quienes se dieron a la tarea de revisar bibliografías basadas en evidencias científicas y la
adaptaron a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la República Bolivariana de Venezuela
tomando como base los medicamentos disponibles en el listado básico de la misión.
Introducción.
Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en los países occidentales. Entre éstas la
Cardiopatía Isquémica por su elevada morbilidad tiene una importancia primordial y constituye un
problema de salud en el mundo contemporáneo. Se considera una pandemia que afecta cada vez más a
individuos en plena capacidades físicas e intelectuales, lo que significa un considerable costo para la
sociedad. Se presenta frecuentemente en sus formas dolorosas: el infarto del miocardio y la angina de
pecho, esta última es la manifestación inicial de la enfermedad coronaria en el 50% de los pacientes.
La angina de pecho estable es la manifestación clínica más común de la cardiopatía isquémica crónica y
tiene mejor pronóstico que las demás formas de manifestación de la enfermedad isquémica del corazón.
Las cifras de mortalidad oscilan entre el 0,5 y el 4% por año.
La historia natural de estas enfermedades se ha modificado positivamente en los últimos años como
consecuencia de los avances tecnológicos en el diagnóstico y la terapéutica, no obstante aun se
mantienen en la cima de la morbilidad en muchos países. En Venezuela las cardiopatías en el adulto
ocupan igual lugar cimero, y son las responsables de más del 20 % de la mortalidad general del país. Así
mismo existe una elevada incidencia de factores de riesgo coronario en la población como el hábito de
fumar, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, situación que nos sugiere un
aumento progresivo en el número de individuos que enfermarán en los próximos años.
Los médicos que laboran en los consultorios populares enmarcados en la Misión Barrio Adentro atienden
una población con problemas sanitarios acumulados por décadas de abandono por parte de las
autoridades responsables de su atención. Por supuesto que entre éstos se encuentran las enfermedades
isquémicas del corazón, que en una parte son manifiestas y en otra están encubiertas y en espera de que
el trabajo médico de pesquisa comunitaria devele la verdadera magnitud del problema. Por estas
razones los médicos que están realizando la abnegada tarea de atender estos grupos poblacionales,
deben poseer un conocimiento profundo del manejo de los pacientes con afecciones cardíacas, así como
una información completa de los medios y recursos con que cuentan para el diagnóstico y tratamiento
oportuno de los mismos.
Con la apertura progresiva de los nuevos centros de salud en todos los estados del país: Centros
Diagnósticos Integrales, Salas de Rehabilitación y Centros de Diagnóstico de Alta Tecnología, se han
creado magníficas oportunidades para brindarle una atención de calidad, gratuita y con amplio acceso de
toda la población necesitada.
Con la revisión de estos temas dirigidos a elevar la preparación del personal médico comunitario,
queremos contribuir al noble empeño del gobierno bolivariano de mejorar la salud del pueblo venezolano.
Definiciones y clasificación.
La angina de pecho se clasifica en dos grandes grupos de acuerdo a su comportamiento clínico: estable e
inestable, que tienen implicaciones pronósticas y determina el manejo terapéutico diferenciado. En
términos generales puede considerase como estable si el dolor aparece siempre a una intensidad de
esfuerzo similar, con una duración más o menos parecida, y con una demanda de nitroglicerina semejante.
Se define por un patrón sintomático que ha permanecido invariable durante, al menos, los últimos tres
meses.
La clasificación realizada por la Sociedad Cardiovascular Canadiense tiene una gran aceptación, es bien
conocida y citada por muchos autores. Se basa en la intensidad de la actividad física que desencadena la
angina:
Grado I La actividad física ordinaria, como andar o subir escaleras, no produce angina. La angina es consecuencia de ejercicios
extenuantes, rápidos o prolongados.
Grado II Limitación ligera de la actividad ordinaria. La angina aparece en las siguientes circunstancias: andando o subiendo
escaleras de forma rápida, subiendo cuestas, paseando o subiendo escaleras después de las comidas, con frío o viento, bajo
estrés emocional o sólo durante las primeras horas del día. Bajo circunstancias normales y a un paso normal, el paciente es
capaz de andar por llano más de dos manzanas y subir más de un piso de escaleras.
Grado III Limitaciones manifiestas en la actividad física ordinaria La angina puede aparecer al andar una o dos manzanas o subir
un piso de escaleras.
Grado IV El paciente es incapaz de llevar a cabo, sin angina, ningún tipo de actividad física. De forma ocasional, puede aparecer
angina en reposo.
Etiopatogenia.
La aterosclerosis coronaria es la causa más común de la angina crónica estable. Se definen como
hemodinámicamente significativas a las lesiones coronarias que obstruyen un 70% o más el lumen de las
arterias epicárdicas principales, o al menos el 50% del tronco común coronario izquierdo. Las placas
ateroscleróticas características de la angina estable son las denominadas "duras", compuestas por un alto
contenido fibrótico y una baja concentración de lípidos y de elementos inflamatorios
La reducción del flujo coronario es el fenómeno común en todas las manifestaciones de la cardiopatía
isquémica. La reducción de flujo originada por lesiones obstructivas ateroscleróticas estables suele
manifestarse por síntomas también estables, con un umbral de esfuerzo más o menos fijo de aparición de
la angina excepto por situaciones en las que la vasoconstricción local u otras circunstancias produzcan un
aumento episódico del consumo de oxígeno miocárdico. La consecuencia final principal de la reducción de
flujo al miocardio es la pérdida de función contráctil del músculo cardíaco.
Por otro lado, no todas las situaciones en las que se produce reducción significativa del flujo coronario
originan angina de pecho. La detección mediante pruebas complementarias de este fenómeno se ha
denominado isquemia silente, que por no emitir señal de enfermedad isquémica se ha considerado un
marcador de mal pronóstico.
La presencia de síntomas típicos y signos electrocardiográficos de isquemia miocárdica en ausencia de
estenosis coronarias angiográficamente significativas se produce en dos contextos clínicos que son la
angina vasospástica y el denominado síndrome X.
Durante el presente año se han ido conociendo nuevos datos sobre el papel de la inmunidad como
mecanismo fisiopatológico de la aterogénesis. La activación de las células T desempeña un papel
importante en el desarrollo de las lesiones ateroscleróticas
Cuadro clínico.
Anamnesis: El interrogatorio es la llave del diagnóstico. La historia remota y la reciente del paciente
permiten establecer el diagnóstico en la mayoría de los casos. Es necesario tener en cuenta diferentes
aspectos como la edad y el sexo del paciente. La enfermedad es más frecuentes en hombres después de
la cuarta década, y menos frecuentes en mujeres en edad reproductiva por el conocido efecto
cardioprotector de los estrógenos. Así como la coexistencia de otros factores de riesgo como la arteriopatía
en miembros inferiores y/o enfermedad cerebrovascular cerebral, hipertensión arterial, hiperlipemia,
tabaquismo, diabetes, obesidad y antecedentes familiares de enfermedad coronaria.
Una historia típica es aquella donde el dolor es de carácter opresivo, frecuentemente retroesternal, de
comienzo gradual, llegando a una intensidad máxima en un período de 2 a 3 min. Que aparece después de
un ejercicio o actividad intensa o desacostumbrada y desaparece de 2 a 5 min después de suspendido el
ejercicio o con la administración de nitroglicerina. Con irradiación generalmente al cuello, la mandíbula,
hombros y brazo izquierdo, acompañado de sudoración, frialdad, nauseas y sensación de ahogo. La
presencia de dolor característico como éste, en un grupo de alta prevalencia de cardiopatía isquémica
prácticamente establece el diagnóstico.
Pero no siempre se encuentra una historia clara e inequívoca, a veces el dolor puede estar ausente o
pasar inadvertido. En otros casos se presenta inicialmente o de forma definitiva en localizaciones fuera
del precordio como en el abdomen superior, el brazo derecho, o espalda. La descripción de la
sintomatología está influida por la personalidad y el umbral doloroso de cada paciente. No obstante en los
cuadros atípicos con varios factores de riesgo es siempre aconsejable indicar las pruebas diagnósticas
complementarias.
La angina típica o definitiva puede ser planteada cuando están presentes las siguientes condiciones:
a) dolor o molestia torácica; b) que aparece con el esfuerzo o con estrés emocional, y c) que se alivia con
el reposo o con nitroglicerina.
La angina atípica o dolor torácico atípico se define por el dolor torácico con dos de las tres características,
mientras que dolor no anginoso se refiere al que cumple sólo una de las tres características.
Examen Físico:
En el examen del sistema arterial periférico pueden encontrarse alteraciones de la tensión arterial y el
pulso. La presión arterial elevada puede deberse a hipertensión arterial sistémica previa o aparecer
después del inicio del dolor. Puede haber hipotensión arterial si existe disfunción importante del ventrículo
izquierdo El ascenso retrasado de la onda de pulso puede revelar una estenosis aórtica como causa de de
angina. Una taquicardia puede ser el indicio de un factor desencadenante como el hipertiroidismo, la
anemia u otro estado de gasto cardiaco elevado .Puede auscultarse un tercer o cuarto ruido o ambos,
como indicativos de la disminución de la adaptabilidad o función del ventrículo izquierdo. La presencia de
un soplo de regurgitación valvular mitral puede ser debido a la disfunción isquemica de un músculo papilar.
Si se examina la piel, es posible que algunos pacientes con hiperlipidemia notoria presenten xantomas o
xantelasmas.
Exámenes complementarios:
Exámenes de laboratorio clínico: El conocimiento del perfil hematológico y bioquímico básico, que incluya
un perfil lipídico, es útil para descartar enfermedades concomitantes y facilitar el manejo terapéutico. En
los laboratorios de los centros diagnósticos de Barrio Adentro es posible la realización de estos exámenes.
Radiografía de tórax: La radiografía de tórax casi siempre es normal. El examen de los campos pulmonares
puede demostrar otras causas posibles de dolor torácico.
Electrocardiograma basal. En ausencia de dolor, en un porcentaje considerable de los casos el trazo es
normal. Durante el episodio doloroso se pueden observar, alteraciones del segmento ST: infra o
supradesnivel (lesión subendocárdica o subepicárdica) y alteraciones de la onda T: negativa, simétrica y
profunda de isquemia subepicárdica; positiva, simétrica y acuminada de isquemia subendocárdica;
seudonormalización en donde se observa onda T previamente negativa, que se hace positiva durante el
evento isquémico. La presencia de un bloqueo de rama izquierda intermitente durante la angina puede ser
un signo de isquemia miocárdica.
Estudio de Holter: La electrocardiografía ambulatoria de 24 ó 48 horas pocas veces añade una información
clínica importante para el diagnóstico de la angina estable. Para la evaluación de los cambios en la
repolarización se precisa un equipo con una respuesta de frecuencia adecuada, que se puedan visualizar al
menos 2 derivaciones del electrocardiograma, y que una de ellas sea siempre una derivación bipolar V5.
Más de un episodio de infradesnivel del segmento ST mayor de 1 mm , por un tiempo de un minuto o más,
puede ser sospechoso de isquemia miocárdica.
Prueba de Esfuerzo: En la gran mayoría de los casos, excluyendo algunos grupos como los ancianos con
síntomas ligeros, estará indicado realizar una prueba de esfuerzo para establecer el diagnóstico de
cardiopatía isquémica. Esta debe llevarse a cabo sin que el paciente tome medicación antianginosa con el
fin de no alterar el resultado de la misma, dado que una prueba negativa bajo medicación no permite excluir
la enfermedad. Son pruebas seguras con una baja incidencia de complicaciones que pueden realizarse en
los Centros Cardiológicos instalados en ocho municipios por la Misión Barrio Adentro, que cuentan con
bicicletas ergométricas, y personal calificado.
Los objetivos básicos de la prueba de esfuerzo en la cardiopatía isquémica son:
Valorar la probabilidad de que un individuo determinado presente cardiopatía isquémica significativa
(valoración diagnóstica).
Estimar la severidad y probabilidad de complicaciones cardiovasculares posteriores (valoración
pronóstica)
Analizar la capacidad funcional del individuo (valoración funcional).
Documentar los efectos de un tratamiento aplicado (valoración terapéutica).
II.-Tratamiento farmacológico:
Como guía general para el tratamiento con fármacos debemos tener en cuenta el grado de angina:
– Grado I: No requiere tratamiento antianginoso generalmente. En los casos que éste sea necesario debe
emplearse nitroglicerina sublingual o en parche transdérmico y ácido acetilsalicílico en ausencia de
contraindicaciones.
– Grado II: En la angina de esfuerzo de grado moderado se ha demostrado que cualquiera de los tres tipos:
nitratos, antagonistas del calcio o betabloqueadores son igualmente útiles, los que pueden ser combinados
en dependencia de la severidad del cuadro clínico
– Grados III y IV: En la angina más severa se consigue un mayor beneficio con betabloqueadores, bien
solos o asociados a un antagonista del calcio (dihidropiridina), que con antagonistas del calcio o nitratos
empleados aisladamente.
III.-Antagonistas adrenérgicos α1 y β
Carvedilol 3,125-50 mg 2 veces al día
Labetalol 200-800 mg 2 veces al día
Bibliografía consultada.
1. Armario P., Banegas JR, Campo C, de la Sierra A, Gorostidi M, Hernández R. Guía Española de
Hipertensión Arterial 2005. Sociedad Española de Hipertensión Arterial (SEH-LELHA),
http://www.seh-lelha.org/guiahta05.htm [Leído en Mayo 2 de 2006].
2. Fox K, García MA, Ardissino D, Buszman P, Camici PG, Crea F, et al. Grupo de Trabajo de la
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Can J Cardiol. 2006;22:23-45.
4. Formulario Nacional de Medicamentos. Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología en
Cuba. MINSAP, 2006.
Autores: Dr. Angel Olivera.*, Dr. Víctor Tórnes*, Dr. Manuel Lage*, Dra Damara Acosta Reynaldo**, Lic
Francisco Debesa García***.
(*). Especialista en Cardiología.
(**) Especialista en Farmacología, MSc en Farmacoepidemiología.
(***) Lic en Ciencias Farmacéuticas, MSc. en Economía de la Salud
Revisado y consultado para su implementación por el frente de farmacoepidemiología. Grupo Nacional de
Aseguramiento Médico. Abril del 2010
Hipertensión arterial. Necesidad de su control en la comunidad.
Esta guía fue confeccionada por el grupo asesor de cardiología y farmacoepidemiología de la misión en el
año 2008, quienes se dieron a la tarea de revisar bibliografías basadas en evidencias científicas y la
adaptaron a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la República Bolivariana de Venezuela
tomando como base los medicamentos disponibles en el listado básico de la misión.
Introducción
La hipertensión arterial (HTA) constituye un problema de salud pública en casi todo el mundo (se calcula
que 691 millones de personas la padecen), no sólo porque es una causa directa de discapacidad y muerte,
sino porque ella constituye el factor de riesgo modificable más importante para la cardiopatía coronaria
(primera causa de muerte en el hemisferio occidental), enfermedad cerebrovascular, insuficiencia cardíaca
congestiva, nefropatía terminal y la enfermedad vascular periférica. Su prevalencia ha aumentado
significativamente en todas las latitudes, lo cual se explica en parte por los nuevos valores de presión
arterial que en la actualidad se aceptan. También varía de un lugar a otro, y dicha variabilidad está en
dependencia de las particularidades genéticas y ambientales que caracterizan cada región. Así, por
ejemplo, en los Estados Unidos de América (EUA) oscila entre 30 y 37,9 %; es un poco mayor en el hombre
que en la mujer, y los afroestadounidenses tienen una prevalencia e incidencia mayores en comparación
con sectores de la población blanca. En Cuba la prevalencia es de 30 % en zonas urbanas y 15 % en las
rurales. En nuestro país hay alrededor de 2 millones de hipertensos. Como se trata de una enfermedad
crónica que evoluciona en forma silente durante muchos años, no resulta fácil establecer el número de
personas que se convierten en hipertensos cada año, por lo cual la incidencia de la HTA es difícil de
precisar.
La mortalidad por HTA se produce por la enfermedad cerebrovascular, infarto del miocardio, insuficiencia
cardíaca, insuficiencia renal terminal y por complicaciones de la enfermedad vascular periférica.
Generalmente, las estadísticas de mortalidad se confeccionan basadas en los certificados de defunción,
donde no se recoge la hipertensión como causa básica y, por tanto, no se refleja el impacto de esta
afección en la mortalidad de un país.
En el caso específico de Venezuela, la situación no difiere de lo planteado anteriormente. Según el
Ministerio de Sanidad y Desarrollo Social (M.S.D.S), (2003), dentro de las tres primeras causas de muerte
en Venezuela se encuentran "...en orden decreciente las enfermedades del corazón con un 21 %, seguida
por el cáncer con 12,92%, encontrándose los accidentes en el tercer lugar con un 8.67%", la primera y
tercera causa muy relacionada con este factor de riesgo como habíamos referido anteriormente.
Concepto y clasificación
Concepto:
La hipertensión arterial (HTA) es la elevación crónica de una o de las dos presiones arteriales, sistólica o
diastólica. Debe considerarse a un paciente portador de hipertensión arterial, cuando las cifras estén
elevadas, al menos en tres ocasiones distintas igual o mayor a 140 mmHg para la presión arterial sistólica
(TAS) y 80 mmHg para la presión arterial diastólica (TAD). Para pacientes diabéticos o con nefropatías
estas cifras bajan a 130 mmHg para la TAS y 80 mmHg para la TAD.
Hay una categoría de hipertensión que por su repercusión y prevalencia en la tercera edad tiene vital
importancia reconocer y tratar, la hipertensión sistólica aislada, la que se diagnostica cuando la TAS es
igual o superior a 140 mmhg siendo la TAD normal; se ha demostrado la asociación de la misma con la
incidencia de complicaciones cardiovasculares especialmente la enfermedad cerebrovascular.
Se deben cumplir las siguientes normas para realizar el diagnóstico de HTA:
Toma de la presión arterial (PA) elevada en 3 ocasiones, en días y horas diferentes, con intervalos no
mayores de 7 días. No café ni cigarros 30 minutos antes de la toma de PA.
Esfigmomanómetro con el manguito adecuado: En todos los casos el manguito debe abarcar las 2/3 partes
de la longitud del brazo (circunferencia).
Rectificar 2 o más veces la PA que se toma. La primera siempre se desecha, y se toma como cifra el
promedio de las TA posteriores; si las cifras caen en diferentes rangos, se toma siempre la más elevada
para hacer la clasificación.
Una evaluación correcta del enfermo diagnosticado de HTA con implicaciones terapéuticas y pronósticas,
conlleva a la clasificación de la misma atendiendo a las cifras de tensión arterial, los factores de riesgo
cardiovascular asociados y a la presencia de daños en órganos diana. La más reciente revisión de la
clasificación hecha por el VII Reporte del JNC-2003 se muestra a continuación:
Situaciones especiales:
En los pacientes geriátricos el tratamiento debe ser más cauteloso. Los fármacos que provocan hipotensión
ortostática o depresión psíquica deben evitarse o utilizarse con suma prudencia ( Ej: Reserpina y Alfa Metil
Dopa ).
Es imprescindible que el médico al confeccionar un tratamiento antihipertensivo tenga en cuenta la
interacción de drogas. Por ej: si se utilizan drogas de acción central ( Clonidina, Metildopa o Ralwolfia ) se
debe advertir al paciente sobre el efecto potenciador del alcohol o los agentes depresores del S.N.C, otra
situación que debe tenerse en cuenta es el efecto depletor de potasio de los diuréticos, especialmente en
pacientes que reciben digitálicos porque la hipopotasemia aumenta la posibilidad de intoxicación digitálica,
mientras los que reciben captopril no deben recibir potasio, ni diuréticos ahorradores de potasio.
Al cabo de un año de tratamiento, habiéndose logrado el adecuado control de las cifras de presión, puede
intentarse, en aquellos pacientes que reciben dos o tres drogas antihipertensivas, reducir gradualmente la
dosis de cada una de ellas, consecutivamente, siempre y cuando se mantengan normales las cifras de
presión.
El tratamiento antihipertensivo deberá administrarse en forma crónica, por lo que se tratará que no afecte la
calidad de vida del paciente hipertenso. La calidad de vida se define como la sensación de bienestar físico
y de satisfacción emocional, psíquica y social de un individuo.
El efecto de los medicamentos antihipertensivos en la calidad de vida se puede medir por los siguientes
parámetros:
a) Actividad mental.
b) Memoria visual y verbal.
c) Capacidad de ejercicio.
d) Actividad sexual.
Esquema terapéutico (ver esquema al final).
Recomendaciones. . En todos los pacientes con hipertensión arterial el tratamiento se iniciará con medidas
no farmacológicas asociadas o no a drogas antihipertensivas tales como diuréticos, betabloqueadores,
inhibidores de la enzima de conversión o bloqueadores cálcicos. La selección de la droga hipotensora
dependerá de las características del paciente.
De acuerdo con la respuesta del paciente al tratamiento, éste podrá ser continuado con combinaciones o
con asociaciones fijas de drogas antihipertensivas. . El tratamiento deberá ser administrado en la forma
más simple posible para favorecer la adherencia del paciente y evitar la aparición de efectos colaterales
adversos.
Hipertensión Arterial refractaria
Cuando la indicación de tratamiento con 3 drogas en dosis optimas siendo una de ellas un diurético no
controla los niveles de la presión arterial en forma adecuada se investigará primero si el paciente cumple
con el tratamiento. Si se demuestra la resistencia real al tratamiento se deberá corregir las causas. En el
caso de no obtener una buena respuesta terapéutica el paciente deberá ser investigado para determinar la
posible ocurrencia de hipertensión secundaria. . El seguimiento del paciente deberá ser realizado, de ser
posible, por el mismo médico quien estimulará de acuerdo con las características del paciente la
adherencia al tratamiento.
Causas de Hipertensión Arterial refractaria
1- Falta de adherencia al tratamiento.
2- Combinaciones terapéuticas no efectivas.
3- Rápida metabolización de las drogas antihipertensivas.
4- Antagonismo contra la acción hipotensora por interacción de drogas. . Antiinflamatorios no esteroideos. .
Esteroides. . Anovulatorios. . Efedrina. . Antidepresivos tricíclicos. . Fenotiazinas. . Inhibidores de la IMAO. .
ACTH.
5- Enfermedades asociadas. . Obesidad. . Alcoholismo. . Insuficiencia renal.
6- Aumento del volumen extracelular. . Exceso de ingestión de sodio. . Insuficiencia renal progresiva.
7- Hipertensión secundaria.
Tratamiento no farmacológico
En todos los pacientes se deberán instituir las medidas no farmacológicas para el control inicial de la
hipertensión arterial. - Se recomienda un período de tiempo con tratamiento no farmacológico que varía de
acuerdo al estadio y las características individuales del paciente hipertenso.
En la hipertensión arterial sistólica aislada se utiliza durante 3 meses el tratamiento no farmacológico
cuando la P.A. sistólica está entre 140 y 159 mmhg.
1- Reducir el peso corporal. (cálculo del IMC ideal según la fórmula peso en kg dividido entre la talla al
cuadrado).
2- Reducir la ingesta de sal: a 70-100 mEq/día de sodio = 1,5 a 2,5 g/día de sodio = 4-6 g de sal por día.
3- Disminuir el consumo de alcohol: La ingesta de bebidas alcohólicas deberá ser moderada. Se
recomienda no exceder de 30 ml de etanol por día. Esta concentración equivale a 60 ml de ron, 240 ml de
vino o 720 ml de cerveza.
4- Evitar el consumo de tabaco.
5- Disminuir el sedentarismo. Realizar ejercicios dinámicos o aeróbicos (isotónicos), entre ellos se
recomienda caminar, andar en bicicleta, calistenia y nadar. En los ancianos los ejercicios se indican según
plan controlado por el médico de la familia. Los ejercicios deberán ser limitados en pacientes con: -
Insuficiencia cardíaca congestiva. - Cardiopatía isquémica coronaria. - Arritmias. - Enfermedades
pulmonares obstructivas crónicas. - Enfermedades musculoesqueléticas.
A continuación de este texto se muestra un algoritmo terapéutico para la HTA, y las principales drogas
antihipertensivas con sus respectivas dosis, destacándose en letras negritas los fármacos disponibles en
las instituciones de salud de Barrio Adentro para enfrentar esta nociva enfermedad, que si bien no tenemos
todos los medicamentos que circulan en el mercado internacional, con este importante arsenal podemos
lograr el control de la TA en la inmensa mayoría de nuestros pacientes logrando reducir la mortalidad y
mejorando la calidad de vida.
Fármacos Antihipertensivos.
.I- Diuréticos.
a) Tiacidas y derivados
. Hidroclorotiazida: 25-50 mg/día
· Clortalidona: 25 – 50 mg/día
· Diurotiazida: 12,5 – 50 mg c/12h
· Clorotiazida: 500 mg c/12h
· Indapamina: 2,5 – 5 mg/día
· Metalazona: 0,5 – 5 mg/día
b) Diuréticos del asa
· Furosemida: 20 – 320 mg/día en 2 dosis.
· Ácido etacrínico: 25 – 100 mg/día en 2 dosis
· Bumetanida: 0,5 – 5 mg/día en 2 dosis
· Torasemida: 5 – 20 mg/día
c) Ahorradores de K+
· Espironolactona: 25 – 100 mg c/ 8 – 12h
· Triamterene: 50 – 100 mg c/ 8 – 12h ó 24h
· Amilorida: 5 – 10 mg c/12h
II. Betabloqueadores: Se recomienda en hipertensos con enfermedad coronaria asociada:
· Atenolol: 25 – 100 mg/día
· Propranolol: 40 – 320 mg/día en 2 ó 3 dosis
· Betaxolol: 5 – 40 mg/día
· Bisoprolol: 5 – 40 mg/día
· Metoprolol: 50 – 200 mg/día
· Nadolol: 20 – 240 mg/día
III. Calcioantagonistas:
Dihidropiridinas:
· Nifedipino: 30-60 mg diarios en 3 dosis
· Amlodipino: 2,5 – 10 mg/día
· Felodipino: 5 – 20 mg/día
· Isradipino: 2,5 – 10 mg/día en 2 dosis
· Nicardipino: 60 – 120 mg/día en 3 dosis
· Nisoldipino: 10 – 60 mg/día
Derivados de la difenilalquilaminas:
· Verapamilo: 80 – 480 mg/día en 1 ó 2 dosis
Derivados de las benzotiazepinas:
· Diltiazen: 60 – 180 mg c/8h
· Diltiazen - Retard: 120 – 360 mg diarios
IV.Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina II (IECA)
· Captopril: 12,5 – 150 mg/día en 2 ó 3 dosis
· Enalapril: 2,5 – 40 mg/día en 1 - 2 dosis
· Benazepril: 10 – 40 mg/día en 1 - 2 dosis
· Cilazapril: 2,5 – 5 mg/día en 1 - 2 dosis
· Fosinopril: 10 – 40 mg/día en 1 - 2 dosis
· Lisinopril: 5 – 40 mg/día en 1 - 2 dosis
· Perindopril: 1 – 16 mg/día en 1 - 2 dosis
· Quinapril: 5 – 10 mg/día en 1 - 2 dosis
· Ramipril: 1,25 – 20 mg/día en 1 dosis
· Espirapril: 12,5 – 50 mg/día en 1 dosis
V. Bloqueadores de los receptores de la angiotensina II (ARA II)
· Losartán: 25 – 100 mg/día en 2 dosis
· Valsartán: 80 – 300 mg/día en 2 dosis
· Telmisartan: 40-80 mg/dia en 2 dosis
· Candesartan: 4-16 mg/dia en 2 dosis
· Irbesartan: 75-150 mg/dia en 2 dosis
VI. Otros fármacos
a) Bloqueadores de los receptores a 1
· Prazosina: 1 – 20 mg/día
· Terazosina: 1 – 20 mg/día
· Doxazosina: 1 – 16 mg/día en 2 dosis
b) Bloqueadores a y b
Labetalol: 200 – 1200 mg/día en 2 dosis
· Carvedilol: 12,5 – 50 mg/día en 2 dosis.
c) Agonistas a 2 de acción central
· Metildopa: 250 – 2000 mg/día en 2 dosis
· Clonidina: 0,1 – 1,2 mg c/12h (en parche, una semanal)
· Guanabenz: 4 – 64 mg/día en 2 dosis
· Guanfacina: 1 – 34 mg/día
d) Antagonistas adrenérgicos de acción periférica
· Guanetidina: 10 – 150 mg/día. Empezar con dosis mínima e ir aumentando cada 15 días hasta lograr la
respuesta deseada.
· Guanadrel: 10 – 75 mg/día en 2 dosis
e) Vasodilatadores directos
· Hidralazina: 50 – 300 mg/día en 2, 3 ó 4 dosis
· Minoxidil: 2,5 – 80 mg/día en 2 dosis
f) Alcaloides de la Rawolfia
· Reserpina: 0,25 mg/día
g) Inhibidor de Renina
· Aliskiren: 75, 150, y 300 mg (dosis única diaria, que se prescribirá según la Clasificación de la hipertensión
del paciente).
Bibliografía consultada.
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Hipertensión Arterial 2005. Sociedad Española de Hipertensión Arterial (SEH-LELHA),
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8. Formulario Nacional de Medicamentos. Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología en
Cuba. MINSAP, 2006.
Autores: Dr. Eloy Prado.*, Raúl Hernández*, Dr. José A. González, Dr. Abel Salas*, Dra Damara Acosta
Reynaldo** y Lic Francisco Debesa García***
(*). Especialista en Cardiología.
(**) Especialista en Farmacología, MSc en Farmacoepidemiología.
(***) Lic en Ciencias Farmacéuticas, MSc. en Economía de la salud
Revisado y consultado para su implementación por el frente de farmacoepidemiología. Grupo Nacional de
Aseguramiento Médico. Abril del 2010.
Guía para la práctica clínica: Manejo terapéutico de las Infecciones del Tracto Urinario.
Esta guía toma como base la “Guía de práctica clínica para el tratamiento de las infecciones del tracto
urinario”, elaborada por el Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología, última actualización año
2007, además de búsquedas realizadas en motores de búsqueda como el tripdatabase, base de datos
como Medline, así como en fuentes de evidencia científica como el Clinical evidence y The Cochrane
Library.
Toda esta información ha sido revisada y adaptada a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la
Republica Bolivariana de Venezuela tomando como base los medicamentos con que cuenta el listado
básico de medicamentos de la misión.
Introducción.
La infección del tracto urinario (ITU) es un proceso inflamatorio determinado por la invasión y multiplicación
de cualquier microorganismo, desde la uretra hasta el riñón. 1, 2,3 Es un problema de salud frecuente (6% de
las consultas médicas)1. Su incidencia varía según la edad y el sexo. La frecuencia de ITU en la infancia es
de 1-2%, los varones lactantes presentan una mayor incidencia y con frecuencia están asociadas a
anomalías congénitas subyacentes del tracto urinario. Es en la edad preescolar cuando se producen
muchas de las lesiones renales atribuidas a la ITU (a menudo asintomática) y/o a reflujo vesicouretral en
ambos sexos, aunque es más frecuente en las hembras. La bacteriuria es común en las niñas de edad
escolar, con frecuencia asintomática y recurrente, y define un mayor riesgo de sufrir ITU en épocas
posteriores.1,3
En la adultez, la prevalencia en varones disminuye a menos del 0,1%, hasta la quinta década de la vida, en
que aumenta hasta un 20%, debido a la aparición de procesos prostáticos. 3 En la mujer la incidencia de ITU
es mayor en los períodos de actividad sexual y el embarazo.
Las complicaciones asociadas a la ITU durante el embarazo son: el parto pretérmino, el bajo peso al nacer
y el retardo del crecimiento intrauterino. Aproximadamente el 50% de la población femenina adulta declara
haber tenido algún episodio de ITU durante su vida. 4 Con una prevalencia del 40%, la ITU es la infección
nosocomial más frecuente y el origen más importante de sepsis por gramnegativos entre los pacientes
hospitalizados.3,5,6 Del 1 al 4% de los pacientes con ITU desarrollan bacteriemia, con una tasa de mortalidad
de un 13-30%.
Situaciones que favorecen la ITU:
El reflujo vesicoureteral, litiasis, obstrucción al flujo de la orina, las instrumentaciones urológicas, los malos
hábitos higiénico dietéticos, la constipación, las fístulas digestivas y los pacientes inmunodeprimidos entre
otros.3
Etiología y patogenia de la ITU:
Más del 95% de las ITU no complicadas están causadas por bacilos gramnegativos y dentro de ellas las
enterobacterias, siendo la Escherichia coli el más frecuente.2,5,6 Los gérmenes (no siempre patógenos),
colonizan habitualmente el meato y el área periuretral, la vagina y el intestino desde donde alcanzan la luz
uretral, la vejiga y el resto del tracto urinario. A este nivel se multiplican y resultan patógenos en
circunstancias apropiadas. Un 2-3% alcanzan el parénquima renal por vía hematógena.1-3
Formas de presentación de la ITU:
I. Cistitis aguda (ITU baja)
Manifestaciones clínicas: disuria, polaquiuria, micción imperiosa y, en ocasiones, tensión suprapúbica;
puede cursar sin fiebre. En presencia de disuria en la mujer, con bacteriuria no significativa (menos de 100
000 colonias por ml), conviene descartar la existencia de vaginitis que también puede ocasionar un
síndrome disúrico.1-3 Factores de riesgo: historia personal o familiar de ITU, uso de espermicidas durante el
contacto sexual, los DIU, el uso de tampones y las instrumentaciones genitourinarias .3
II. Infección urinaria alta (Pielonefritis aguda): manifestaciones clínicas: dolor lumbar, fiebre, escalofríos,
náuseas y vómitos, en ocasiones diarreas. La sintomatología urinaria baja es común. Se presenta
leucocitosis, piuria y bacteriuria. La ITU no complicada: aparece sin presencia de alteraciones anatomo-
funcionales del tracto urinario y/o sistémicas. La ITU complicada: aparece en presencia de alteraciones
anatomo-funcionales del tracto urinario y/o sistémicas .1,3
III. Infección urinaria recurrente (3 o más episodios en un año): pueden estar asociadas a recaídas o a
reinfecciones. Las recaídas son recurrencias por el mismo germen que originó el episodio anterior, dentro
de las dos semanas siguientes al término del tratamiento. Las reinfecciones son recurrencias producidas
por gérmenes diferentes al que determinó el episodio inicial y se asocian con mayor frecuencia a una
patología subyacente del aparato urinario. Factores de riesgo: reflujo vesicoureteral, obstrucciones,
malformaciones congénitas, cateterismo e instrumentaciones inadecuadas; diabetes; embarazo y déficit
inmunológico.1,3
IV. Bacteriuria asintomática: es la presencia de un mismo germen en dos cultivos consecutivos, sin
síntomas clínicos de ITU.1, 3
Objetivos del tratamiento: erradicar los síntomas, prevenir las recidivas, evitar la
cronicididad, esterilizar la orina.
Recomendaciones generales.
Ingerir abundante líquido y favorecer el vaciamiento adecuado de la vejiga2, 3,7 Corregir las anomalías
anatomo-funcionales asociadas3,4,8. Mantener higiene perineal y un adecuado vaciamiento de la vejiga
después del contacto sexual, puede ayudar a prevenir recurrencias 2, 3, 6,8. El uso de estrógenos
intravaginales durante la postmenopáusia, puede reducir las infecciones recurrentes. 2 Seleccionar un
fármaco que alcance el riñón en concentraciones adecuadas y que se excrete por vía renal en forma
activa.2,9
Ante criterios clínicos para el diagnóstico de ITU y de acuerdo a su tipo, se podrá prescribir el tratamiento
inicial con antimicrobianos empíricamente. Si persisten los síntomas después del cumplimiento del
tratamiento empírico se deberá realizar urocultivo (UC) y ultrasonido renal (USR) .2, 3,6, 7,8
Antes de comenzar tratamiento empírico se debe realizar urocultivo en: ITU adquiridas en el hospital,
hombres con síntomas urinarios obstructivos bajos y/o cateterismo, embarazo, presencia o sospecha de
anomalías del tracto genitourinario, uso de antibióticos recientes, cateterismo uretral prolongado, presencia
de síntomas por más de 7 días, diabetes mellitus, inmunodepresión y niños de ambos sexos.2,3,6,7,8
En los pacientes enfermos graves, que requieren tratamiento parenteral, se deberá pasar a la vía oral tan
pronto como la situación clínica del paciente lo permita (paciente sin fiebre por 24 a 48 horas).2,7
Criterios terapéuticos por grupos de pacientes:
A) Mujer no embarazada:
Cistitis aguda (ITU baja no complicada).
No se deben indicar esquemas con monodosis pues se asocian a bajas tasas de curación y a mayor
número de recurrencias.1, 3,10-15
Tratamiento de 1ra elección:
Medicamento Dosis Duración
Cotrimoxazol (tab 400/80 2 tab/12 h (V.O) 3 días
mg)
Alternativas:
Nitrofurantoína (tab. 100 50 mg/6 h (V.O) 5 días
mg.)
Cefalexina (tab. 250 mg.) 500 mg/12 h (V.O) 3-5 días
Las fluoroquinolonas no deberán usarse como fármacos de primera línea para evitar la aparición de
resistencia bacteriana.4, 8,15 No es aconsejable emplear las aminopenicilinas (amoxicilina y ampicilina)
porque se asocian a una elevada tasa de resistencia de las cepas de E. Coli. 3, 8, 9,13-18. Pacientes con
factores de riesgo asociados tales como diabetes, síntomas por más de 7 días; ITU reciente o > de 65 años
podrán requerir tratamiento por 7 días con los mismos antimicrobianos.2, 8,14
Infección urinaria alta no complicada: Tratamiento oral ambulatorio.
Tratamiento de 1ra elección17:
Medicamento Dosis Duración
Ciprofloxacina (tab 250 mg) 500 mg/12 h 7 días
Alternativas8, 10, 15,16
Cotrimoxazol (tab 400/80 2 tab/12 h 14 días
mg)
Nitrofurantoína (tab 100 50 mg/ 6 h 14 días
mg.)
Acido nalidíxico (tab. 500 1 tab/6-8 h 14 días
mg.)
Cefalexina (tab 500 mg.) 500 mgc /12 h 3-5 días
Criterio de ingreso: presencia de vómitos; necesidad de tratamiento parenteral. Se recomienda iniciar
tratamiento antimicrobiano empírico previa toma de muestra para urocultivo y realizar ultrasonido
renal.1,3,8,9,15,16
Infección urinaria alta complicada:
Tratamiento inicial de elección:
Gentamicina 1 mg/kg/ 8 h / IV (+/-) Ampicilina 1- 2 gr. / 6 h, IV* o Gentamicina 3-5 mg/kg/día (dosis única
diaria) IV.10, 15,16
*No administrar conjuntamente en la misma jeringuilla. En pacientes hipersensibles a las penicilinas se
recomienda emplear el aminoglucósido solo.15 El tratamiento será durante 14 días. Se realizará seguimiento
con USR y UC hasta la negativización del mismo.3, 8, 9, 15,16
En pacientes de la tercera edad, o en casos donde el uso del aminoglucósido no se considere adecuado,
se podrá iniciar tratamiento con un solo antimicrobiano:
Cefotaxima 1gr. / 8 h / IV o Ceftriaxona 1-2 gr. IV al día.15, 16
Otras alternativas:
Ciprofloxacina 400 mg / 12hrs / IV
Cotrimoxazol 960 mg / 12 hrs, IV.9, 15
En todos los casos la terapéutica podrá ser modificada de acuerdo a los resultados de sensibilidad y
resistencia obtenidos del UC.1,3, 8, 9, 15,16
B) Embarazadas:
Cistitis aguda
Tratamiento de 1ra elección 1,3, 9,15
Medicamento Dosis Duración
Cefalexina (tab 250 mg) 250 mg/6 h (VO) 10 - 14 días
Amoxicilina (tab 250 o 500 250 on 500 mg c/8 h (VO) 10 - 14 días
mg)
Nitrofurantoína tab 100mg 50 mg/6h (VO) 10 - 14 días
El Cotrimoxazol (tab 480 mg) 2 tab/12 h (VO) x 7 días (Administrar solo en el segundo trimestre del
embarazo)9, no se debe administrar en el 1er y 3er trimestre del embarazo porque la trimetoprima
antagoniza la absorción del ácido fólico
Pielonefritis aguda
Tratamiento inicial de elección 10, 15,16: se sugiere iniciar tratamiento parenteral, empírico y modificarlo de
acuerdo a los hallazgos microbiológicos y la situación clínica del paciente. Se realizará seguimiento con
USR y UC hasta la negativización del mismo.
Gentamicina 3-5mg/kg/día (dosis única diaria) IV o Gentamicina 1mg/ kg/8h IV + Ampicillina 1- 2 g, / 6 h, IV
En pacientes hipersensibles a las penicilinas se recomienda emplear el aminoglucósido solo.
Otras alternativas15,16
Ampicillina (categoría A en el embarazo) 1-2 g/6 h IV
Cefotaxima (categoría B1) 1g/8 h IV
Ceftriaxona (categoría B1) 1-2 g/día IV
Los aminoglucósidos tienen categoría C (gentamicina) y D (kanamicina y estreptomicina) y pueden producir
daño en el feto humano: sordera e hipoacusia, por lo que no deberán emplearse estas últimos dos
aminoglucósidos en las embarazadas. La amikacina, esta clasificada como categoría C, pero algunos
productores la clasifican como D, por posible efecto ototóxico.15, 19
Para el tratamiento de mantenimiento se sugieren las siguientes pautas15, 16
Amoxicilina tab 500 mg c/8 h (VO) 14 días
Alternativa:
Cefalexina tab 250 mg 250 mg/6 h (VO) 14 días
Bacteriuria: se recomienda que las embarazadas en su primera consulta prenatal sean estudiadas
buscando la existencia de bacteriuria asintomática por el riesgo de desarrollar una pielonefritis (20 -
40%).15. Para este caso se recomiendan las mismas pautas terapéuticas que para la cistitis aguda
(amoxicilina, cefalexina o nitrofurantoína).1,4,10,15, 16,17,18,19
ITU recurrente: durante la gestación se podrán recomendar los mismos agentes antimicrobianos
empleados en el tratamiento de la cistitis aguda.15,19
Profilaxis: Nitrofurantoína 50 mg o Cefalexina 250 mg por la noche, hasta el momento del parto.4, 15,19
C) Niños (ambos sexos):
Cistitis aguda
Tratamiento de 1ra elección10, 15,20,21
Medicamento Dosis Duración
Cotrimoxazol 40/80mg /kg/día 7-10 días (tab 480 mg) cada 12 h, vía oral (susp. 120 mg./ 5 ml)
Alternativas:
Amoxicillina (tab 500 mg) 50 mg/kg/día cada 8 h por 7-10 días (susp 125 mg/ 5 ml)
Cefalexina 50 mg/kg/día cada 6 h 7-10 días
Niños < 5 años con reflujo de intensidad 3-44,10, 20,21:
Cotrimoxazol 12mg/kg/día 7-14 días vía oral
Nitrofurantoína (Tab. 100 mg) 2 mg/kg/día vía oral 7-14 días
Infección urinaria alta (Pielonefritis aguda):
El tratamiento puede variar a las 48 horas de iniciado el tratamiento según la respuesta clínica y el
urocultivo. Se sugiere realizar Ultrasonido Renal y además buscar información sobre ultrasonido prenatal,
para descartar la existencia de malformaciones congénitas.10,15,20,21
Criterio de ingreso: el lactante pequeño (menor de 6 meses) con ITU tiene particular riesgo de desarrollar
secuelas, incluyendo shock séptico y puede requerir antibiótico parenteral e ingreso hospitalario. 20
En todo lactante menor de 6 meses el tratamiento de elección es por vía parenteral, sea en consultorio u
hospital durante 5 días, pasando posteriormente a la vía oral a completar 10 días de tratamiento,
continuando con dosis de mantenimiento nocturno (1/3 de la dosis en dosis única por vía oral) por 10 días.
Antibióticos de elección:
10,15,20
Medicamento Dosis Duración
Ampicilina * 50mg/Kg/Día (IV, Oral) c/6 u 8h Hasta 10 días
Amoxicilina** 50mg/Kg/Día (IV, Oral) c/6 u 8h Hasta 10 días
Cotrimoxazol** 40 - 80 mg/kg/día c/12 h Hasta 7 días
Gentamicina** 5 – 7 mg/Kg/ dia c/8 o 12 h ( EV o IM) Hasta 7 días
Ceftriaxona** 80-100 mg/kg/ dia c/24h ( EV o IM) Hasta 10 días
Cefazolina** 50-80 mg/kg/dia c/8h o 12 h ( EV o IM) Hasta 10 dias
Cefuroxima** 100 mg/kg/día c/8h ( EV o IM) Hasta 10 dias
(*) De primera elección
(**) De segunda elección
El tratamiento puede variar según la respuesta clínica y el cultivo de orina a las 48 horas de iniciado el
mismo. 3, 20,21. Se pueden requerir cursos de tratamiento hasta de tres semanas en pacientes muy enfermos
y aquellos con anomalías congénitas.
Niños de 6 a 12 meses si no hay anomalías del tracto urinario pueden comenzar con antibióticos orales:
(Cotrimoxazol 40/80 mg/kg día), ampicilina o amoxicilina (50 mg/kg/día c/8 h), amoxicilina/ ac. clavulánico
(Augmentin) (40 mg/kg/día).
Debe mantenerse el tratamiento 10 días y continuar con dosis de mantenimiento, pues cursos cortos se
asocian a altas tasa de recurrencia. 8,14,19.
En el hospital el manejo varía y se prefiere un aminoglucósido o una cefalosporina. Como alternativa en
casos complicados una opción puede ser: Imipenem a 20 mg /kg/día cada 8 horas vía IV .20,21
D) Hombres: la infección urinaria baja es más frecuente en el hombre que es objeto de instrumentación.
Los pacientes del sexo masculino con ITU deberán ser investigados para excluir la presencia de trastornos
anatómicos y/o funcionales del tracto urinario subyacentes.1,3,9,15,16. Se podrá recomendar cualquiera de los
tratamientos descritos para la cistitis aguda en la mujer no embarazada, pero deberán prescribirse por 14
días.15
ITU recurrente (3 o más episodios en un año). Para todos los grupos de pacientes
Para la ITU recurrente se puede seleccionar uno de los antimicrobianos recomendados en el tratamiento de
la cistitis aguda, pero el tratamiento deberá extenderse por 10 a 14 días. Se requiere seguimiento por
urocultivo (UC) hasta la negativización del mismo. 15,16,17
Profilaxis de la ITU.
La recomendación de uso profiláctico después de un tratamiento adecuado puede reducir o prevenir
episodios subsecuentes.15,.
Criterios para la profilaxis de la ITU: mujer con ITU recurrente asociada a la actividad sexual (postcoital),
después de una pielonefritis aguda en el embarazo, antes de una instrumentación del tracto urinario,
cateterismo urinario de corta duración, después de una litotrícia extracorpórea, niños con malformaciones
congénitas del tracto urinario o con infecciones recurrentes. 1,3,9,5,20,22
Tipos de profilaxis recomendada:
Profilaxis continúa
Profilaxis postcoital
Tratamiento intermitente.
Pautas generales de tratamiento: Nitrofurantoína 50 mg; o cotrimoxazol 480 mg, tomados de forma
continua en la noche, o en días alternos o 3 veces por semana, por 3-6 meses. 15
Pautas postcoitales:
Cotrimoxazol (480 mg), 2 tab; o Nitrofurantoína 50-100 mg; o Cefalexina 250 mg.9,15
La profilaxis para la recurrencia de la bacteriuria en niños se puede realizar con: Nitrofurantoina 1-2
mg/kg/dosis oral antes de acostarse cada 1 o 2 días; o Cotrimoxazol 12 mg/kg/dosis oral antes de
acostarse cada 1 o 2 días. Se deberá mantener por 3 a 6 meses 10, 15,20,21; o Cefalexina 12,5 mg/kg, una
dosis diaria, oral al acostarse. Se deberá mantener por 3 a 6 meses. 15,20,21
Bacteriuria asintomática. Para todos los grupos de pacientes
Como la prevalencia de bacteriuria asintomática varía de acuerdo a la edad y estado del paciente y no en
todos los casos requerirá de un tratamiento antimicrobiano, se aconseja establecer una pauta terapéutica
en los casos siguientes: embarazada, después de un transplante renal, antes y después de una
intervención urológica, episodios frecuentes de ITU sintomática, anomalías congénitas del tracto
urinario.1,3,8,9,15,20,22,24-26 Se recomiendan las mismas pautas terapéuticas que para la cistitis aguda, previa
toma de muestra para urocultivo.15 (excepto en el embarazo).
En casos de bacteriuria asintomática en el lactante y niño pre-escolar (cuyos síntomas no son tan
evidentes) debe tratarse siempre que reúna la condición del cultivo de orina con 100,000 col x ml con una
misma bacteria en dos muestras obtenidas con un intervalo de tres a siete días. Además es conveniente la
realización de un ultrasonido renal.20,21
Los niños escolares no requieren tratamiento si el tracto urinario es normal y se aconseja tratamiento si hay
anomalías congénitas, cateterización o instrumentación. 15, 22,23, 24
ITU asociada a cateterismo25. Para todos los grupos de pacientes
Se aconseja iniciar tratamiento en el paciente que presente signos de infección sistémica (fiebre,
escalofríos, etc). Se requerirá de la toma de muestra para urocultivo. La presencia de infección sistémica
con frecuencia se asocia a bloqueo del catéter.
Hay dos recomendaciones principales para el paciente que usa catéter: Debe ingerir abundantes líquidos y
cambiar el catéter inmediatamente ante signos de poco funcionamiento. Mientras el catéter permanezca
colocado, son usualmente poco exitosos los cursos secuenciales o prolongados de antibióticos para el
tratamiento de ITU asociada a cateterismo, y se asocian a la aparición de microorganismos resistentes 25,26.
Por razones similares el uso de irrigaciones locales con antibióticos deberá evitarse.
Del arsenal terapéutico para el tratamiento de las ITU, a continuación se muestran los
medicamentos del listado básico disponibles en la Misión Médica Cubana en la república
Bolivariana de Venezuela.
1. Amoxicilina tab 500 mg y suspensión oral 125 mg x 60 ml (para la vía oral)
2. Cefalexina tab 500 mg y suspensión oral 125 mg x 60 ml (para la vía oral)
3. Cotrimoxazol tab 400/80 mg y polvo para suspensión oral x 60 ml (para la vía oral)
4. Ciprofloxacina tab 250 mg (vía oral) y bulbo de 200 mg/100 ml(vía parenteral)
5. Gentamicina 80 mg amp/ 2ml (vía parenteral)
6. Cefotaxima bulbo 1g (vía parenteral)
7. Ceftriaxona bulbo 1 g (vía parenteral)
En caso de que el paciente requiera de tratamiento por vía parenteral con ciprofloxacina bulbo de
200 mg/100 ml, Gentamicina 80 mg amp/ 2ml, Cefotaxima bulbo 1g y Ceftriaxona bulbo 1 g, debe ser
ingresado en el CMDI, ya que estos antibióticos solo están disponibles en este nivel de atención.
Observaciones: A nivel de los CMDI no se realiza urocultivo, por lo que el tratamiento empírico de la
ITU debe evaluarse, teniendo en cuenta antecedentes patológicos personales del paciente, exámen
físico minucioso, exámenes disponibles en los CMDI (parcial de orina, hemograma con diferencial),
otras pruebas de laboratorio que evalúan la función renal como urea y creatinina y nos permiten
descartar otras causas de daño renal que orienten hacia un diagnóstico definitivo de ITU, tambien
disponemos del ultrasonido renal y la TAC a nivel de CMAT, esta última para los casos que así lo
requieran.
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Autores de la guía: Dra. Ismary Alfonso Esp. en Farmacología, Dr. Adrián Borrero Esp. en Farmacología,
Dr. Andrés Breto Esp. en Ginecología y Obstetricia, Dr. Dámaso Hernández, Esp. en Urología, Dr. Otto
Machado Esp. en Pediatría, Dr. Leonardo Reyes Esp. En Nefrología, Dra. Lisset Salas Esp. en
Farmacología, Dr. Félix Sanso Esp. en MGI.
Adecuación de la Guía en la Misión Médica Cubana en La República Bolivariana de Venezuela. Dra.
Damara Acosta Reynaldo Especialista en Farmacología, MSc. en Enfermedades infecciosas y
Farmacoepidemiología. MSc. Francisco Debesa García, Licenciado en Ciencias Farmacéuticas, MSc.
Milene Linares Ibarra Licenciada en Ciencias Farmacéuticas, MSc Lázaro Sabino Roque Mendoza, Lic. en
Ciencias Farmacéuticas, Lic en Ciencias farmacéuticas Iselda Fajardo Cabrera, Dr. Raúl Daniel Lagar
Martínez, Especialista en Pediatría, MSc. en Atención Integral al Niño.
Guía de práctica clínica para el manejo terapéutico de la Neumonía Adquirida en la Comunidad
(NAC).
Este guía de tratamiento toma como base la “Guía de práctica clínica para el tratamiento de Neumonía
Adquirida en la Comunidad”, elaborada por el Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología,
además de búsquedas realizadas en fuentes de evidencia científica como el Clinical evidence y The
Cochrane Library. Toda esta información ha sido revisada y adaptada a las condiciones de la misión médica
Cubana en la Republica Bolivariana de Venezuela tomando como base los medicamentos con que cuenta
el listado básico de medicamentos de la misión.
Introducción.
La neumonía adquirida en la comunidad es una inflamación aguda de causa infecciosa del parénquima
pulmonar caracterizada por fiebre, escalofríos, tos con expectoración o no, dolor pleurítico, taquipnea,
evidencias de infiltrado inflamatorio en la imagen radiológica pulmonar y de estertores crepitantes a la
auscultación. Según la OMS constituye la principal causa de muerte de origen infeccioso en países
subdesarrollados y la cuarta en países desarrollados (1, 2).
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es la que se adquiere fuera del ambiente hospitalario por un
paciente que no ha sido hospitalizado en los 14 días anteriores a la aparición de los síntomas o cuya
sintomatología surge dentro de los primeros 4 días posteriores a una hospitalización. Enfermedad frecuente
con una incidencia global de 5-15 /1000 habitantes/año, particularmente en los meses de invierno y en las
edades extremas de la vida. La mortalidad en ancianos es de 7-35% en Europa y Norte América en las dos
últimas décadas (2). En Cuba, la neumonía y la influenza constituyeron la 4ta causa de muerte en el 2008
con 6115 fallecidos y una tasa bruta de 54.4/100 000 habitantes. La razón de tasas por sexo es de 1:1.
Cienfuegos, Granma y Villa Clara fueron las de mayor mortalidad con tasas brutas de 87.0, 72.7 y 64.8 por
cada 100 000 habitantes, respectivamente (3). En los niños, las neumonías son las principales causas de
hospitalización y defunción de los menores de 5 años de edad en los países en desarrollo. Existe una
incidencia anual de 150,7 millones y entre 11-20 millones (7% –13%) requieren hospitalización (4). En
Cuba, en el grupo de 1-4 años, la influenza y la neumonía fueron la 4ta causa de muerte en el 2008 con 12
fallecidos (tasa de 0.2/10 000 habitantes de esa población). Fue la 5ta causa de muerte en los niños de 4 a
15 años de edad (9 fallecidos y tasa de 0.6 por cada 100 000 habitantes de 5-14 años) (3). En Venezuela
en el 2007 la NAC ocupó la novena posición entre las causas de muerte por enfermedades infecciosas.
Diversos gérmenes pueden ocasionarla, pero alrededor del 50% de los casos son causados por
Streptococcus pneumoniae. El Mycoplasma pneumoniae, la Chlamydophila pneumoniae, y el Haemophilus
influenzae son frecuentes en la NAC leve, menos frecuentes son la Legionella. Pneumophila y el
Staphylococcus aureus (4). Las infecciones por M pneumoniae son más comunes en pacientes menores de
50 años, sin comorbilidades, mientras que S. pneumoniae lo es en pacientes ancianos y con enfermedades
subyacentes. En alrededor de un 5% de los pacientes con comorbilidades es el H. influenzae el más
común. La infección por C. pneumoniae, es la 2da causa más frecuente en pacientes sanos entre 5 y 35
años de edad. Los virus de la Influenza, Parainfluenza, Adenovirus y Sincitial respiratorio ocasionan el 10%
de las NAC en adultos (4, 5).
En la población pediátrica los virus (sincitial respiratorio, adenovirus, influenza y parainfluenza), causan
hasta el 80 % de las neumonías en menores de 2 años; recientemente, el nuevo virus A (H1N1) que puede
derivar hacia una neumonía grave con riesgo para la vida del enfermo. El 33,5% de los pacientes que
inicialmente presentan una neumonía viral se infecta, secundariamente, con bacterias. Para todas las
edades el S. pneumoniae, es la bacteria más frecuentemente implicada. El H. influenzae es más frecuente
en menores de 2 años y M. pneumoniae y C. pneumoniae en mayores de 5 años. No obstante, el germen
causal no se logra determinar en el 30 – 60% de los casos y suele ser difícil distinguir por la clínica, el
origen etiológico (6).
Los factores de riesgo señalados son: edades extremas de la vida, hábito de fumar (riesgo doble de
padecer neumonía severa), alcoholismo, asma bronquial, inmunosupresión, enfermedades del corazón,
enfermedades pulmonares (EPOC), personas institucionalizadas, post esplenectomía y malnutrición. Lo es
también el uso de antibióticos betalactámicos, macrólidos o de quinolonas en los 3 meses previos a la
infección, por el riesgo de desarrollar resistencia bacteriana, (7).
En la infancia los factores de riesgo para el desarrollo de neumonía incluyen: prematuridad, no recibir
lactancia materna, malnutrición, bajo nivel socioeconómico, asistencia a jardines de infancia u otras
instituciones infantiles, exposición pasiva al humo de tabaco, infecciones respiratorias recurrentes en el año
anterior y antecedentes de episodios de sibilancias o de otitis media (6).
Medidas preventivas
Estas se utilizan para disminuir la incidencia de la NAC, como por ejemplo: Vacunación vs H. influenzae tipo
B: se recomienda en todos los niños (5, 8, 9). (Rec. A). Vacunación antineumocócica: recomendada en
niños de alto riesgo mayores de 2 años (asplenia, disfunción esplénica o sicklemia) (9). (Rec. A). Se
aconseja también en todas las personas mayores de 65 años. Altamente recomendada en pacientes
inmunocomprometidos o con antecedentes de asplenia, disfunción esplénica o sicklemia; así como en
aquellos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares, cirrosis, alcoholismo, enfermedad
renal crónica, diabetes y fumadores. La vacuna antineumocócica de polisacáridos en uso es considerada
segura y protege contra el 85 y 90% de los serotipos que causan infección neumocócica invasiva (10) (Rec.
B).
Vacunación contra Influenza: recomendada anualmente en niños de alto riesgo (enfermedades crónicas
cardíacas o pulmonares, diabetes, cáncer, inmunodeficiencias o anemia). Debe recibirla todo adulto con
enfermedades crónicas cardíacas o pulmonares, diabetes, cáncer, inmunodeficiencias o anemia y/o
fumador. En el personal de salud continuamente en contacto con estos grupos de riesgo y en adultos
mayores de 65 años debe ser indicada. La vacunación anual, antes de la temporada de influenza,
constituye el método principal de prevención frente a la influenza y sus complicaciones (10) (Rec. B). Se
requiere mantener las medidas de prevención e higiene, como: lavado frecuente de las manos, no llevarse
los dedos a la boca, evitar el contacto con enfermos, no intercambiar objetos de uso personal, reducir la
concurrencia a lugares cerrados con gran aglomeración de personas durante epidemias de gripe y usar
máscaras en pacientes con tos.
Medidas generales:
Se debe asegurar una adecuada hidratación, así como prestar atención al estado nutricional,
especialmente en ancianos y niños (la pérdida de peso mayor del 5-10% puede resultar en incremento de
la mortalidad). Uso de analgésicos antipiréticos (paracetamol o ibuprofeno, en el caso de la misión solo
cuenta con el primero) para el alivio del dolor o la fiebre. En adultos la dosis de paracetamol es de 0.5-1g
por v.o. c/ 4-6 h (máximo 4 g/d); en niños de 10-15 mg/kg por v.o. c/ 4-6 h, sin exceder 5 tomas en 24 h. El
ibuprofeno en adultos y niños mayores de 12 años se administra 200 mg c/ 4-6 h por v.o. (máximo 1.6 g/d);
en niños de 6 meses a 2 años: 50 mg c/ 6-8 h (máximo 300 mg/d); entre 3 y 7 años: 100 mg c/ 6-8 h
(máximo 400 mg/d) y de 8 a 12 años: 200 mg c/6-8 h (máximo de 800 mg/d). Se recomienda reposo, no
emplear antitusivos (salvo en casos donde exista tos irritativa que interfiera con el sueño) y no fumar o
exponerse al humo del tabaco; así como extremar las medidas higiénicas. La fisioterapia respiratoria no es
beneficiosa e incluso puede condicionar una duración mayor de la fiebre (7, 9, 10). Se debe ofrecer
información a los pacientes y sus familiares acerca de la enfermedad y su tratamiento.
Evaluación pronóstica en adultos: es esencial realizar una valoración pronóstica de la severidad de la NAC
que permita establecer el riesgo de mortalidad y determinar si se realiza tratamiento ambulatorio o se
deriva al paciente para ingreso. Para ello se han desarrollado varias escalas de severidad a nivel mundial,
una de las más utilizadas es la desarrollada por Fine y colaboradores (Índice de Severidad de la
Neumonía), aunque esta es de poca aplicación práctica en APS al utilizar 20 variables para su cálculo y
muchas de ellas disponibles su análisis a nivel hospitalario (11, 12, 13).Es más útil emplear la escala de la
BTS (British Thoracic Society) simplificada y posteriormente modificada, denominada CRB-65. Esta utiliza
solo 3 variables además de la edad: confusión (examinar el nivel de conciencia del paciente y su ubicación
en tiempo, espacio y persona), frecuencia respiratoria (> de 30/min, tensión arterial (diastólica < de 60 mm
Hg o sistólica < de 90 mm Hg) y la edad (mayor o igual a 65 años) (12, 13, 14). La presencia de positividad
de cada variable equivale a 1 por lo que la puntuación final oscila entre 0 y 4 y la probabilidad de muerte
que corresponde con cada valor es la siguiente:
Puntuación 0: 1.2%
Puntuación 1-2: 8.5%
Puntuación 3-4: 31%
Se aconseja el ingreso hospitalario cuando el valor de la puntuación es igual o superior a 1, más aún
cuando existen otros factores de gravedad como hipoxemia o afectación multilobar. Si la puntuación fuese
mayor de 3 debe valorarse el ingreso en una unidad de cuidados intensivos.
A pesar del desarrollo de estas escalas de valoración, en la decisión del ingreso debe prevalecer el
juicio clínico y las características individuales del paciente (2, 6, 7, 8, 10, 11, 12).
Evaluación pronóstica en niños: para el pronóstico en niños no se han desarrollado escalas de valoración
de la gravedad como se ha realizado en adultos. No obstante, existen varias circunstancias que se deben
tomar en cuenta, aunque la decisión de ingreso debe realizarse de forma individualizada. Entre estas
tenemos: edad < 6 meses (algunos autores incluyen hasta los 12 meses); intolerancia oral que obligue al
tratamiento parenteral; enfermedades subyacentes (displasia broncopulmonar, fibrosis quística,
malnutrición, inmunodeficiencia, síndrome de Down); sospecha de sepsis o deshidratación; signos de
gravedad (inestabilidad hemodinámica, distress respiratorio, afectación de la conciencia, convulsiones);
complicaciones pulmonares (absceso, neumotórax); falta de respuesta al tratamiento empírico en 48 h;
problema social familiar (incapacidad para el cuidado del niño, drogadicción) y falta de seguridad en el
cumplimiento del tratamiento (6).
Azitromicina : 500 mg el 1er día y 250 Doxiciclina: 200 mg inicialmente y luego 100
mg 1v/d durante 4 d (vía oral) mg 2v/d por 7-10 d (vo.). Esta opción no está
o Claritromicina : 250-500 mg 2v/d durante 7-10 días (v.o.) o disponible en el listado básico de la misión
Eritromicina (Rec. A): 500 mg 4v/d durante 7-10 d (v.o.). médica en Venezuela, si el paciente no
Las 2 últimas opciones no están disponibles en el listado resuelve con la primera opción(Azitromicina),
básico de la misión médica en Venezuela se debe evaluar ingreso en CMDI
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16. Formulario Nacional de Medicamentos. Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología en Cuba.
MINSAP, 2006.
Autores de la Guía: Dr. José Luis Domínguez Caballero, especialista en Farmacología. Dra. Ibis Delgado
Martínez, especialista en Medicina Interna, Dr. Alfredo Hernández Núñez, especialista en Pediatría, Dra.
Yanet López, especialista en Farmacología, Dr. Norberto Torriente Bárzaga, especialista en Pediatría.
Adecuación de la Guía en la Misión Médica Cubana en La República Bolivariana de Venezuela. Dra.
Damara Acosta Reynaldo Especialista en Farmacología, MSc. en Enfermedades infecciosas y
Farmacoepidemiología. MSc. Francisco Debesa García, Licenciado en Ciencias Farmacéuticas.
Terapéutica del Asma Bronquial en Atención Primaria de Salud (APS).
Este documento toma como base el boletín referente a la terapéutica del Asma Bronquial para la APS,
elaborado por el Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología, además de búsquedas realizadas
en fuentes de evidencia científica como el Clinical evidence y The Cochrane Library. Toda la información
ha sido revisada y adaptada a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la Republica Bolivariana de
Venezuela tomando como base los medicamentos con que cuenta el listado básico de la misión que para el
caso del Asma Bronquial cuenta con dos productos para la atención ambulatoria de la crisis aguda:
Salbutamol spray y Aminofilina tableta.
Introducción.
El asma bronquial es una enfermedad recurrente de evolución crónica y de distribución universal, que se
presenta tanto en la población pediátrica como adulta. La prevalencia del asma en Cuba es de 8,2 %. En
los últimos años se ha producido un incremento de la morbilidad y la mortalidad por asma en varios países
incluyendo el nuestro. Estudios realizados en Cuba, sugieren los factores que pudieran estar contribuyendo
a incrementar la morbilidad y la mortalidad por asma como son: la dificultad del diagnóstico en ciertos
casos, la falta de apreciación por parte del paciente, familiares y médico de la severidad de la enfermedad,
tratamiento profiláctico inadecuado o suspensión del mismo, falta de seguimiento del tratamiento y la
introducción tardía de corticoides.
La necesidad de una atención integral y continuada, unido a la importancia de una
educación sanitaria al paciente asmático, hacen de la atención primaria el ámbito adecuado para el
diagnóstico precoz, tratamiento y seguimiento de los pacientes asmáticos.
Definición
El asma ha sido definida como una enfermedad respiratoria inflamatoria crónica de
origen multifactorial. Como resultado de la inflamación la vía aérea se estrecha fácilmente en respuesta a
diferentes estímulos (hiperreactividad bronquial). Esta obstrucción bronquial ocasiona tos, sibilancia, disnea
de grado variable y opresión torácica, que suele empeorar por la noche. Este cuadro es casi siempre
reversible de forma espontánea o con tratamiento.
Diagnóstico
El cuadro sintomático descrito se presenta con diversos grados de severidad y puede repetirse durante
años o persistir toda la vida. Un adecuado manejo de la enfermedad puede aliviar los síntomas y permitir al
paciente hacer una vida social y profesional normal. Si el asma no es correctamente controlada puede:
1. Desarrollar una limitación permanente del flujo aéreo;
2. Conducir a una significativa incapacidad física y social;
3. Causar la muerte debido a crisis graves.
La presencia de síntomas y signos característicos, una anamnesis personal, familiar y socioambiental
adecuada, así como la exploración física son los elementos básicos para el diagnóstico.
Factores de riesgo: El asma es provocada por múltiples factores en personas con una tendencia
hereditaria a desarrollar la enfermedad.
Factores predisponentes:
- Historia familiar de asma (y de otras manifestaciones alérgicas)
- Antecedentes personales de manifestaciones alérgicas
- Humo de tabaco (importante en niños pequeños)
- Infecciones respiratorias virales (sobre todo en niños)
- Alergenos domésticos (ácaros y animales afectivos)
- Alergenos ambientales (pólenes y mohos)
- Sensibilizantes ocupacionales (productos químicos y polvos)
- Medicamentos (aspirina, otros AINEs y algunos antibióticos)
- Bajo peso al nacer
Factores desencadenantes:
- Alergenos
- Infecciones respiratorias virales
- Ejercicio físico
- Cambios climáticos
- Contaminantes ambientales
Tratamiento.
Objetivos del tratamiento:
- Prevenir los síntomas.
- Mantener la función respiratoria lo más cercana posible a la normalidad.
- Mantener una actividad normal.
- Prevenir las exacerbaciones y minimizar el número de veces de asistencia al cuerpo de guardia y la
frecuencia de ingresos.
- Uso óptimo de los fármacos con un mínimo riesgo de efectos indeseables.
- Evitar la mortalidad por asma.
Tratamiento no farmacológico:
- La educación sanitaria se debe dirigir al paciente, familiares y maestros de forma sistemática:
comprender la enfermedad, monitorear los síntomas, flujo pico y el uso de los medicamentos, tener
previamente establecido un plan de acción en cada etapa, poseer una guía escrita al respecto.
- Control ambiental: Medidas generales que se deben aconsejar a los pacientes asmáticos: no
fumar y evitar la exposición al humo del tabaco de otros fumadores, evitar la exposición al polvo
doméstico y a otros irritantes como perfumes, talco, insecticidas, contaminantes domésticos, etc,
evitar animales domésticos en el hogar ( aves, perro, gato), evitar el uso de fármacos y la ingestión
de alimentos que pueden producir asma.
- Manejo de los aspectos psicosociales: deben ser abordados en primera línea por el médico de
familia y en casos necesarios, se solicitará el apoyo de personal especializado (psicólogos,
psiquiatras, trabajadores sociales).
Consideraciones generales
La vía inhalatoria es de elección para la mayoría de los fármacos. Se debe entrenar al enfermo en el uso de
esta vía y evaluar el dominio de la misma por parte del paciente.
El tratamiento debe recomendarse de acuerdo al nivel de gravedad de la enfermedad. Se debe modificar
de forma escalonada, en función de la severidad de la enfermedad para conseguir el control óptimo con la
menor medicación posible.
En el momento de decidir un tratamiento puede ser necesario comenzar con una
pauta (en ocasiones agresiva) que permita alcanzar un buen control de la enfermedad lo más rápido
posible y disminuir el tratamiento gradualmente hasta
establecer la pauta definitiva.
Los antihistamínicos tipo I no deben ser recomendados como monoterapia en el tratamiento a largo plazo
del asma. Son de valor donde esté asociado a la enfermedad una manifestación alérgica (rinitis o
conjuntivitis alérgica estacional, urticaria alérgica).
Asma intermitente: Salbutamol o terbutalina: 1-2 inhalaciones del aerosol dosificado (spray), para el alivio
de los síntomas. Si necesita más de una aplicación al día se sugiere pasar a la siguiente etapa de
tratamiento.
En la misión contamos con el Salbutamol spray.
En niños se debe usar la vía inhalatoria siempre que sea posible (nebulizaciones y/o spray). El
broncodilatador por vía oral es menos efectivo que inhalado y tiene más efectos indeseables (salbutamol
0,1 mg/kg por dosis cada 6-8 h).
Asma persistente leve: Salbutamol o terbutalina: 1-2 inhalaciones a requerimiento, no más de 2 por hora,
dosis máxima 6-8 inhalaciones al día. Se asocia además el cromoglicato disódico (1 cap.inhalada cada 6-8
hrs, o 1-2 inhalaciones cada 6-8 hrs).
Retirar al cabo de 3 meses si no se consigue control y acudir a corticoides inhalados. Si se dispone de
corticoides inhalados, se sugiere iniciar con beclometasona (100-400 mcg cada 12 horas). En niños se
recomienda iniciar con cromoglicato disódico a la dosis antes señalada. Si no hay mejoría y se requiere
emplear corticoides inhalados, las dosis recomendadas de beclometasona es de 50 - 200 mcg, dos veces
al día.
El ketotifeno (1-2 mg cada 12 h, por vía oral) se recomienda solamente en niños que por la edad no
pueden aprender la técnica inhalatoria para el uso de otros fármacos (en la misión está disponible
este producto).
Asma persistente severa: salbutamol o terbutalina: 1-2 inhalaciones a requerimiento no más de 2 por
hora, dosis máxima 6-8 al día. Se asocia además beclometasona (800-1800 mcg/día, cada 12 h). En niños
la beclometasona se recomienda a dosis de 400-800 mcg al día, cada 12 h. Se podrá asociar un
tratamiento secuencial con uno o másde los siguientes fármacos:
- Broncodilatador de acción prolongada (salmeterol o teofilina) a las dosis antes señaladas.
- Cromoglicato disódico a las dosis antes señaladas.
- Valorar ciclo con corticoides orales: corto (5 días) o de mayor duración (2 a 3 semanas),
administrados diariamente o en días alternos:
Adultos: prednisona 20-40 mg (oral) en una dosis diaria por la mañana.
Niños: prednisona 1 -2 mg/kg (oral) en una dosis diaria por la mañana.
En el listado de medicamentos de la misión contamos con prednisona tabletas La administración
de corticoides por vía oral puede ser necesaria como tratamiento de rescate en cualquier nivel de
severidad de la enfermedad para lograr un control rápido de la misma.
La teofilina administrada por vía oral (producto disponible en el listado de medicamentos de la
misión) es eficaz para suprimir los síntomas de asma crónica, si la dosis administrada da lugar a una
concentración sérica terapéutica (10-20 mcg/ml). No obstante, son comunes su falta de eficacia y su
toxicidad a causa de su estrecho margen de terapéutico y de la variabilidad interindividual en su velocidad
de metabolización. Las dosis diarias recomendadas de los preparados de acción corta son:
- Niños de 6 meses a 9 años, 4 mg/kg cada 6 h; de 9 a 16 años y adultos
- Fumadores, 3 mg/kg cada 6 h.
- Adultos nos fumadores, 3 mg/kg cada 8 h.
- Ancianos o pacientes con cor pulmonale, 2 mg/kg, cada 6-8 h
- Pacientes con insuficiencia cardiaca o enfermedad hepática, 1-2 mg/kg, cada 8-12 h.
Cuando sea posible, es recomendable determinar la concentración sérica del fármaco en las primeras
semanas de tratamiento; si no es posible se debe supervisar estrechamente al paciente. Como parte del
tratamiento escalonado, se recomienda evaluar los resultados del mismo, cada 3 a 6 meses. Si el control
de los síntomas se logra, se puede valorar el paso del paciente a una etapa inferior del tratamiento.
Asma y embarazo
El asma mal controlada durante la gestación (sobre todo el asma grave), se asocia a parto pretérmino, bajo
peso al nacer y aumento de la morbilidad y mortalidad neonatal y perinatal. El tratamiento del asma en la
mujer gestante es similar al de cualquier asmático. No hay evidencias que sugieran riesgo fetal para la
mayoría de fármacos utilizados. Es fundamental insistir en las medidas de higiene ambiental,
especialmente en el hábito tabáquico. El objetivo más importante del tratamiento es evitar la hipoxia fetal.
Los medicamentos utilizados se incluyen en los grupos B y C de la FDA (Food and
Drug Administration). La categoría B indica que no se observa riesgo en humanos y la categoría C señala
que no puede descartarse el riesgo. Los beta 2 agonistas por vía inhalada pueden ser utilizados durante la
gestación. La terbutalina (grupo B) ha sido la más experimentada, utilizados por vía sistémica pueden
producir relajación de la musculatura uterina, por lo que hay que evitar su uso en la semana antes del
parto.
Los corticoides inhalados se pueden administrar ya que no han demostrado ninguna teratogenicidad. Por
vía sistémica (prednisona y metilprednisolona: grupo B) se pueden utilizar cuando estén indicados, ya que
el riesgo de hipoxia fetal es más importante que los potenciales efectos secundarios (bajo peso al nacer,
prematuridad, insuficiencia renal aguda). El cromoglicato disódico está incluido en la categoría B de la FDA.
Bibliografía consultada.
1. Boletín de información terapéutica para la APS. Terapéutica del Asma Bronquial en la APS. Centro
para el desarrollo de la farmacoepidemiología en Cuba. Boletín no. 9 marzo-abril, 1999.
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4. González L A. Guías Clínicas del asma bronquial. 2004; (4), 15. disponible en www.fisterra.com
5. Formulario Nacional de Medicamentos. Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología en
Cuba. MINSAP, 2006.
Adecuación de la Guía en la Misión Médica Cubana. República Bolivariana de Venezuela: Dra. Damara
Acosta Reynaldo Especialista en Farmacología, MSc. en Enfermedades infecciosas y
Farmacoepidemiología. MSc. Francisco Debesa García, Licenciado en Ciencias Farmacéuticas.
Protocolo de tratamiento de las infecciones respiratorias agudas: catarro común y otitis.
Este protocolo de tratamiento toma como base la “Guía de práctica clínica para el tratamiento de de las
infecciones respiratorias agudas: Catarro común y otitis.”, elaborada por el Centro para el Desarrollo de la
Farmacoepidemiología, además de búsquedas realizadas en motores de búsqueda como el tripdatabase,
base de datos como Medline, así como en fuentes de evidencia científica como el Clinical evidence y The
Cochrane Library.
Toda esta información ha sido revisada y adaptada a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la
Republica Bolivariana de Venezuela tomando como base los medicamentos con que cuenta el listado
básico de medicamentos de la misión.
Introducción.
El catarro común y la enfermedad inflamatoria aguda del oído son dos de las infecciones respiratorias altas
que con mayor frecuencia se observan en la práctica clínica habitual, por lo que se necesario establecer
unas adecuadas recomendaciones de tratamiento.
Catarro común
El catarro o resfriado común es una enfermedad autolimitada que afecta el tracto respiratorio superior, en la
que las 2/3 partes de quienes la sufren se recuperan dentro de una semana. Sin embargo el impacto
económico es enorme, por ejemplo en un año, en los E.U.A esta enfermedad motivo 62 millones de
consultas médicas, así como 45 millones de días de restricción de actividad y 22 millones de días de
escuela perdidos. 1,2,3,4,5
En Cuba la atenciones médicas por enfermedades respiratorias agudas en el año 2006 fueron de 5 074
693 para una tasa de 450 pacientes por 1000 hab. en 2006.
La etiología de la misma es viral, entre el 30 y el 35 % de ellos es por uno o más de 100 serotipos de
rhinovirus diferentes. Un menor número de casos es provocado por coronavirus, virus sincitial respiratorio,
influenza y parainfluenza. Puede transmitirse hacia el epitelio nasal a través de las microgotas de Flugge,
aunque actualmente se reconoce que la transmisión manos – manos es la vía más importante. 5, 6 Las
manifestaciones clínicas más frecuentes de la enfermedad son fiebre, coriza, tos, secreción nasal y
manifestaciones generales. 6
Objetivos del tratamiento:
1. Aliviar los síntomas y signos de la enfermedad y acortar la duración de la misma.
2. Reducir la transmisión de la enfermedad a otras personas sanas.
3. Evitar las complicaciones de la enfermedad con un mínimo de efectos adversos.
Tratamiento no farmacológico.
Los expertos recomiendan mantener una ingesta adecuada de líquidos, fundamentalmente agua, para
fluidificar las secreciones y que puedan ser eliminadas con mayor facilidad, aunque esta medida no ha sido
contrastada adecuadamente con la realización de estudios controlados y aleatorizados.
La inhalación de vapor de agua 3 ó más veces al día ha sido una alternativa terapéutica recomendada
empíricamente en el tratamiento del catarro común. Sin embargo, en una revisión sistemática realizada,
donde se analizaron los resultados de 6 ensayos clínicos con un total de 319 participantes para evaluar su
eficacia en la resolución de los síntomas y la disminución de la resistencia nasal se observaron resultados
contradictorios, por lo que no existen evidencias suficientes para recomendar su uso. 7, 8
Tratamiento farmacológico.
Para el tratamiento del catarro común, se han empleado diferentes grupos farmacológicos como
antihistamínicos H1, descongestionantes nasales, expectorantes, mucolitícos, antitúsigenos y vitamina C.
En general se dispone de pocas evidencias provenientes de estudios contrastados que demuestren los
beneficios de estos fármacos en la resolución de los síntomas y signos de la enfermedad. No existe ningún
tratamiento específico disponible que haya demostrado eficacia en disminuir la duración e intensidad de los
síntomas de esta enfermedad.
El control de la fiebre, mediante la administración de antipiréticos si la temperatura es superiora 38,5° C es
uno de las terapias farmacológicas recomendadas 7. Los fármacos de elección son el paracetamol y el
ibuprofeno, en el caso de la misión solo cuenta con el primero de ellos para estos fines.
El paracetamol se administra a una dosis oral en el adulto de 0,5 -1 g c/ 4 a 6 h (máximo 4g/d), y en niños
de 10-15 mg/kg por dosis c/4-6 h, sin exceder 5 dosis en 24 horas.
Una alternativa es la dipirona a una dosis oral
Adultos y niños > 12 años de 600 mg c/ 6 - 12 h.
Niños hasta 3 años 250 mg c / 6- 8 h,
Niños de 4 - 11 años 300 - 600 mg c/ 6 h por v.o. o i.m.
Por via parenteral (i.m.)
Adultos 0,5 -1 g por dosis;
Niños 10 - 12 mg/kg por dosis.
No se aconseja sobrepasar los 400 mg/d.
Una revisión sistemática publicada por la Cochrane Library, la que evaluaba el empleo de los
antihistamínicos en monoterapia y combinados con descongestionantes nasales concluyó que la
administración de antihistamínicos en monoterapia, tanto en niños como en adultos no aportaba ninguna
mejoría sobre la congestión nasal, rinorrea y otros síntomas de la enfermedad. Por otra parte los
antihistamínicos de primera generación en monoterapia causaron un mayor número de eventos adversos
que el placebo, fundamentalmente los relacionados con la sedación, los que han sido recomendados como
monoterapia. 8, 9
La administración de descongestionantes nasales reduce los signos de congestión nasal durante un
período de 3 a 10 horas, pero no se conoce su efectividad por períodos de tiempo mayores de 10 horas. 9,10
Los descongestionantes no deben administrarse por períodos prolongados de tiempo (más de 7 días), pues
pueden provocar irritación local, así como tolerancia con disminución del efecto, congestión nasal de rebote
y efectos adversos cardiovasculares11. En niños menores de 12 años se recomienda administrar las
soluciones de suero fisiológico o de cloro bicarbonatadas.
Sin embargo, la combinación de antihistamínicos y descongestionantes nasales aportó discretos beneficios
en niños mayores > 2 años y adultos en cuanto a la recuperación general de la enfermedad y a la mejoría
de los síntomas nasales, aunque no está totalmente claro la significación clínica de estos beneficios . 8, 9, 10
.Para niños pequeños, menores de 2 años, no existen evidencias de beneficios en relación a la mejoría de
los signos y síntomas de la enfermedad de esta combinación. 8,9
El esquema terapéutico de los antihistamínicos y descongestionantes nasales disponibles en nuestro
cuadro básico se pueden apreciar en la tabla 1.
6 a 12 años: 2 mg c/ 4
ó 6 h, máximo 12
mg /d
Peso < 9 Kg: 6,25 - 25-50 mg cada
Difenhidramina 12,5 mg 3 ó 4 veces/d 6 u 8 h.
por vía oral. máximo: 300
(tabletas 25 mg y mg/d.
jarabe 12.5 mg / Peso > 9 Kg: 12,5 -25
5mL) mg 3 ó 4 veces/d por
vía oral.
1. No se recomienda la administración de estos medicamentos a niños menores de 2 años.
Los descongestionantes nasales (Efedrina) y Antitusígenos, como los derivados del opio (codeína), han
sido medicamentos utilizados con frecuencia en el alivio de este signo, están recomendados pero no se
cuenta con ellos en el listado de medicamentos de la misión.
Se debe destacar en este punto que aunque la tos constituye una manifestación clínica frecuente del
catarro común, el empleo de fármacos para el alivio de la misma no ha sido sostenido por evidencias
consistentes de eficacia.
En un metanálisis publicado, donde se evaluaban 6 ensayos clínicos con diferentes diseños en los que se
comparaban la codeína y el dextrometorfan con placebo, los resultados fueron contradictorios.
Estudios en niños no han demostrado que el uso de antitusígenos sea superior al placebo para el alivio de
la tos, aun cuando estos ensayos tenían problemas de diseño. 11
Los expectorantes y mucolíticos han sido ampliamente empleados y aún se recomiendan por los expertos
para el tratamiento del catarro común con el propósito de resolver los signos y síntomas de la enfermedad
9
. Los ensayos clínicos existentes en los que se comparan estos medicamentos con placebo tienen
problemas metodológicos y resultados contradictorios, por lo que no existen evidencias sustentables que
apoyen esta recomendación.
La vitamina C ha sido muy recomendada para el tratamiento del catarro común, sin embargo, en una
revisión sistemática de 30 ensayos clínicos con diferentes diseños metodológicos se llegó a concluir que la
administración desde el comienzo de los síntomas hasta 10 días después de altas dosis diarias de
vitamina C para prevenir la aparición del catarro común no está sustentada. Sin embargo, se demostró un
modesto, pero consistente efecto beneficioso en términos de duración de los síntomas que puede deberse
a la administración de dosis únicas elevadas (1 a 1,5 g/d), tras la aparición de los síntomas. 9, 12
A pesar que los agentes antimicrobianos han sido y son aún ampliamente prescritos para el tratamiento del
catarro común, no existe ninguna evidencia que su empleo ofrezca beneficio alguno, debido a la etiología
viral de la enfermedad. En una revisión sistemática publicada por la Cochrane Library, que incluyó 7
ensayos clínicos, con un total de 2056 pacientes entre 6 meses y 49 años de edad con una calidad
variable, se concluyó que no existen evidencias suficientes de que estos fármacos aporten beneficios
importantes en el tratamiento del catarro común y si provocan un incremento significativo de
efectos adversos, por lo que no se recomienda prescribir antimicrobianos para su tratamiento. 9, 13
La otitis media aguda (OMA) es la inflamación de la mucosa del oído medio con un inicio rápido de signos y
síntomas, signos de efusión e inflamación del oído medio (abombamiento, enrojecimiento e inmovilidad de
membrana timpánica, nivel hidroaéreo tras la membrana timpánica, otorrea, y otalgia que interfiere en
las actividades de la vida diaria). Las formas de presentación pueden ser: con o sin derrame, y la recurrente
(3 o más episodios en 6 a 12 meses).
Es una enfermedad muy común en la edad pediátrica, la lactancia y la primera infancia, con un pico entre
los 6 y 18 meses. Entre el 50 y el 83 % de los niños la han padecido a los 3 años de edad; es poco
frecuente en adolescentes y adultos. Cada año en Latinoamérica 1,3 millones de menores de cinco años de
edad sufren de OMA que puede conducir a la hipoacusia y resulta además la primera causa de prescripción
de antibióticos en la infancia. El 5% de los niños están predispuestos a desarrollar OMA a repetición y una
tercera parte de los afectados con OMA tendrán un nuevo episodio en el primer mes.
La etiología bacteriana es la responsables del 65 % de estos episodios, los gérmenes más frecuentes son:
Streptococcus pneumoniae (20-40%), Haemophilus influenzae (10-30%) y Moraxella catarrhalis (5-15%).
Las infecciones virales por sincitial respiratorio, rinovirus, influenza, parainfluenza y adenovirus originan las
dos terceras partes de las OMA. Pueden observarse infecciones mixtas: virales y bacterianas, y de
bacterias aerobias y anaerobias. Las infecciones mixtas tienen una evolución más tórpida. 14
Los factores predisponentes son: infección respiratoria viral, colonización nasofaríngea con los patógenos
habituales, asistencia a círculo infantil, lactancia artificial, uso de chupete, predisposición familiar, bajo nivel
socioeconómico, hacinamiento, tabaquismo pasivo, inmunodeficiencias, malformaciones craneofaciales y
alergia respiratoria 15.
Tratamiento no farmacológico: No instilar nada en el oído, evitar mojar el interior del oído, prevenir los
episodios al eliminar los factores de riesgo y propiciar una lactancia materna adecuada.
Tratamiento farmacológico
Tratamiento del dolor: El alivio sintomático del dolor no debe dejarse de lado en el tratamiento de las otitis
y debe procurarse en toda otalgia independientemente de si se instaura o no tratamiento antibiótico.
El ibuprofeno es de elección frente al paracetamol, por su efecto antinflamatorio, pero no esta presente en
el listado de medicamentos de la misión, por este motivo se recomienda la utilización del paracetamol que
puede emplearse en dosis de 0,5 a 1 g por vía oral c/4 a 6 h, hasta un máximo de 4 g/d en los adultos, y en
niños 10-15 mg/kg por vía oral c/4 a 6 h, sin exceder 5 tomas en 24 h. No se aconseja administrar por más
de 5 días consecutivos. Otra alternativa en nuestro medio es la dipirona en dosis de 500 – 575 mg cada 6-
12h en adultos y niños mayores de 12 años, niños de 1-3 años: 250 mg cada 6-8 horas, si ello fuera
necesario, niños de 4-11 años: 300-500 mg cada 6 horas.
Muchos autores recomiendan, además, utilizar calor seco local como coadyuvante; aunque no hay estudios
sistemáticos que avalen su eficacia, se trata de una medida sencilla y segura por lo que podría utilizarse. 16
En caso de otorrea espesa el secado gentil del conducto es recomendable. Si aparece alergia se trata con
antihistamínicos y control ambiental. El uso de analgésicos tópicos, antihistamínicos y descongestivos
nasales no tiene claros beneficios 17,18.
Tratamiento específico
Antibióticos: la decisión de usar o no antimicrobianos dependerá de la edad del paciente, su estado
general de salud y la presencia de factores de riesgos. El retraso en la prescripción de antibióticos
parece ser una estrategia eficaz en pacientes de atención primaria con estado general conservado y
que no presenten factores de riesgo, para reducir el uso de antibióticos y evitar la resistencia
bacteriana. Se recomienda esperar 48 horas en el niño mayor de 2 años y 24 horas en el menor
antes de la decisión de su administración.16. La prescripción correcta determina la mejoría clínica de
la OMA en 72 horas.16 (ver tabla 2).
Terapia Antimicrobiana: individualizar
Indicaciones Antibiótico Posología Tiempo
(mg/kg/día/dosis)
< de 2 años Dosis Habitual 10 d < 2ª
(siempre) 40 – 50 vía oral
> de 2 años de elección Amoxicilina 500 mg cap. 3 dosis
en los
que la Dosis alta 5-7 d > 2ª
observación 80 – 90 vía oral
no se 3 dosis
recomienda* alérgicos Trimetroprín/sulfametoxazol 10 – 40 vía oral 10 - 14 d
2 dosis
malos Azitromicina 250 mg cap. 10 v.o 1 dosis 5d
cumplidores Ceftriaxona 1 g Bbo 50 i.m dosis única 1 a 3 d
* Observación no recomendada si otalgia severa, fiebre > 39oC, formas recurrentes, seguimiento no
asegurado, falta de respuesta a tratamiento conservador, factores de mal pronóstico.
En el caso de los pacientes que presentan mas de 48 horas con enfermedad severa y las formas
recurrentes de la enfermedad la evidencia recomienda utilizar la Amoxicilina – clavulánico, en dosis de 90
mg/kg/dia vía oral 3 dosis durante 10 días, en el caso de la misión no es posible utilizar esta alternativa al
no tener este medicamento, por lo que se debe seguir con la amoxicilina 500 mg.
En adultos, la indicación o no de antibiótico terapia no está bien establecida, la práctica habitual suele ser la
administración antibiótica, amoxicilina 250 mg oral cada 8 horas durante 5 días.
Para los niños con Otitis Media Aguda recurrente puede utilizarse la amoxicilina en una dosis diaria de 20
mg/kg./día o cotrimoxazol 12mg/Kg. La duración de la profilaxis es de 3 a 6 meses, principalmente durante
la época de mayor incidencia de infecciones respiratorias altas.
Se deberá remitir al paciente en caso de perforación del tímpano, si no hay mejoría después de 5 días de
tratamiento, si no se alivia el dolor, si el tímpano continúa abultado sin mejoría después de 24 horas o
cuando exista evidencia de complicaciones.
Otitis externa
La otitis externa se define como la inflamación del pabellón auricular y el conducto auditivo externo (CAE).
Se pueden clasificar según su etiología en bacterianas, víricas y micóticas. Las bacterianas son las más
frecuentes y representan, aproximadamente, el 80% de los casos. Dentro del grupo de las bacterianas se
distinguen la otitis externa difusa infección generalmente causada por: infecciones mixtas, dermatitis
alérgica (por champús o jabones), agua contaminada, por ejemplo de piscinas, etc y la furuncular
(circunscrita) que puede ser causada por alguno de estos microorganismos, Staphylococcus,
Streptococcus, Pseudomonas aeruginosa, Proteus species, Escherichia coli.
La otitis externa difusa cursa con otalgia, otorrea, hipoacusia, dolor de la región periauricular y mandibular y
signo del trago. La afectación variable del pabellón (pericondritis) indica mayor gravedad del proceso y la
posibilidad de aparecer complicaciones.
Tratamiento específico
Antibióticos: el tratamiento de elección para la otitis externa difusa es el antibiótico tópico, porque con él
se consigue una alta concentración del mismo en el lugar de la infección, minimiza el riesgo de resistencias
bacterianas y se consigue una rápida disminución cuantitativa de microorganismos.
• En pacientes alérgicos a la
penicilina: azitromicina adultos:
dosis única de 500 mg el 1er. día,
seguido de 250 mg 1 vez/d
durante 5 días. Niños: dosis única
inicial de 10 mg/kg/d y continuar
con 5 mg/kg/d durante 5 días.
* No aplicar pomadas en el oído. No usar neomicina si hay perforación de membrana timpánica. La
duración aconsejada es de 5-7 días, pero se debe mantener 3-4 días tras la mejoría. La mayoría de los
preparados tópicos no deben administrarse más de 10 días.17
Tratamiento sistémico
Solo se indicarán los antimicrobianos orales si diseminación de la infección más allá del CAE (celulitis facial
o del pabellón auricular), adenitis parotídea o de la cadena laterosuperior del cuello. Se recomiendan
quinolonas ciprofloxacina 500mg/12h por 10 días
Si no hay respuesta al tratamiento en 7 días, deberá remitirse al paciente al especialista.
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19. Sandford PJ. Guia de terapéutica antimicrobiana 36th edition. 2006.
Autores del Protocolo: Dra. Liuba Alonso Carbonell, Especialista en Medicina General Integral y
Farmacología, Dra. Ana Julia García Milián, especialista en Farmacología, Dr. Norberto Torrientes Barzaga,
especialista en Pediatría, Dra. Ibis Delgado Martínez, especialista en Medicina Interna, Dra. Dulce M. Calvo
Barbado, especialista en Farmacología, MSc. Francisco Debesa García Lic. Ciencias Farmacéuticas, Dra
Damara Acosta Reynaldo, Especialista en Farmacología y MSc Enfermedades infecciosas y
Farmacoepidemiología.
Introducción.
La infección por helmintos es una de las mayores causas de enfermedad y de incapacidad en diversas
áreas del mundo, especialmente en las regiones tropicales y subtropicales. Los más recientes estimados
señalan que alrededor de 1273 millones de personas en todo el mundo están infectadas por A.
lumbricoides, 902 millones por Trichuris trichiura y 1277 millones por ancylostomídeos (o gusanos
ganchudos). Las infecciones por protozoos (Entamoeba histolytica, Giardia lamblia) poseen también una
distribución universal y cosmopolita, se conoce que alrededor de 480 millones de personas sufren de
amebiasis.
En Venezuela se plantea el parasitismo como una de las afecciones mas frecuentes, sobre todo en la
población indígena, se ha determinado una elevada prevalencia de parasitosis intestinales entre los
indígenas, destacando A. lumbricoides, E. coli y B. hominis. Las condiciones sociosanitarias precarias, el
saneamiento ambiental básico deficiente y en general el estilo de vida tan particular de estas personas son
los determinantes de estas elevadas tasas de prevalencia (1).
Tratamiento Farmacológico
Amebiasis invasiva
Tratamiento de las formas severas (disentería amebiana) y extraintestinales (absceso hepático). (13,14)
Para los pacientes gravemente enfermos o con absceso hepático amebiano con peligro de ruptura o
tamaño mayor de 10 cm, la literatura plantea como medicamentos de elección la Emetina y de ser
necesario asociarla a un ciclo de diloxanida, seguido de un tratamiento de cloroquina, en el listado de la
misión no se encuentra ninguno de estos dos medicamentos. Por tanto se recomienda utilizar Metronidazol
amp 500-750 mg (infusión intravenosa en 1 h)
Aspiración del absceso si peligro de ruptura o tamaño mayor de 10 cm y no se produce mejoría después de
72 horas (8, 9)
Giardiasis.
Es la infección por el protozoo flagelado Giardia lamblia de partes altas del intestino delgado (duodeno,
yeyuno), también puede afectar vías biliares. Su transmisión es fecal-oral (de persona a persona,
contaminación de fuentes de agua y alimentos), aunque la transmisión por contacto sexual en personas
que practican sexo oro-anal, es otra de las vías posibles. La infección por este parásito produce cuadros
sintomáticos y/o portadores sanos.
Manifestaciones clínicas: se caracteriza por diarreas, que inicialmente puede ser aguda, hacerse
persistente o llegar hasta la cronicidad, febrícula, distensión abdominal y heces explosivas. Tiene varias
formas clínicas de presentación: asintomática, síndrome diarreico agudo y crónico, dolor abdominal
recurrente, síndrome dispéptico y síndrome de mala-absorción con desnutrición proteico-energética. (15, 16,17)
Tratamiento preventivo (2,6)
1. Suministro de agua adecuadamente protegida, filtrada o esterilizada
2. Eliminación correcta de las aguas residuales o albañales
3. Educación sanitaria
4. Chequeo y control del personal que maneja alimentos e instituciones infantiles
5. Higiene personal (lavar las manos, cortar las uñas).
Tratamiento farmacológico
Otras posibles alternativas (si asociación de infección por helmintos y Giardia lamblia o intolerancia a 5-
nitroimidazoles)
Mebendazol (tab 100mg): Niños > 2 años: 200 mg c/8 horas por 3 a 7 días. (19, 20)
Infección por nematodos intestinales: Ascariasis
La infección por Ascaris lumbricoides es la geohelmintiasis más frecuente y cosmopolita de todas las
helmintiasis humanas. La ascariasis es endémica en áreas tropicales de África, América Central,
Suramérica y Lejano Oriente.
Manifestaciones clínicas: puede tener un curso asintomático; sin embargo, suele afectar un amplio grupo
de pacientes observándose manifestaciones de diversos sistemas y órganos: (21, 22)
1. Respiratorias: en el estadio larval pueden ser leves y confundirse con un estado gripal.
2. Intestinales: dolor abdominal difuso como síntoma más frecuente y distensión abdominal. Puede producir
náuseas, vómitos y diarreas, pero no es lo más frecuente. La gravedad de la enfermedad es proporcional al
número de
parásitos, pueden aparecer cuadros obstructivos a partir de infecciones masivas.
3. Nutricionales: malnutrición, frecuente en niños.
4. Neurológicas: granulomas en el ojo y en el sistema nervioso central.
5. Migraciones: la invasión a vías biliares es una de las complicaciones más severas. Puede cursar con
apendicitis, peritonitis, pericarditis, pleuritis y pancreatitis.
Tratamiento preventivo (2,6)
1. Adecuada eliminación y prácticas sanitarias de las materias fecales.
2. Ebullición del agua.
3. Buen lavado de verduras y frutas.
4. Control de vectores mecánicos y buena higiene personal.
5. Educación sanitaria.
Tratamiento farmacológico
Trichuriasis.
Trichuris trichiura es otro de los nemátodos intestinales incluidos en el grupo de los que son transmitidos
por el suelo. A la enfermedad también se le denomina tricocefalosis. Afecta al hombre y tiene una amplia
distribución geográfica, con predominio en zonas cálidas y húmedas de los países tropicales.
Manifestaciones clínicas: la gravedad de la enfermedad es proporcional al número de parásitos. Al parecer
las infecciones leves pasan inadvertidas o son asintomáticas. Los síntomas francos se encuentran en
casos de parasitismo intenso, y es especialmente grave en niños desnutridos. En infecciones intensas en
las que se observan más de 30 huevos por miligramo de materias fecales, producen colitis con un cuadro
disentérico con abundante moco y sangre, dolor abdominal, tenesmo y prolapso rectal, sobre todo en niños
desnutridos.(23)
Tratamiento preventivo (2,6)
1. Adecuada eliminación y prácticas sanitarias de las materias fecales.
2. Ebullición del agua.
3. Buen lavado de hortalizas.
4. Control de vectores mecánicos
5. Buena higiene personal (lavar las manos y cortar la uñas).
6. Educación sanitaria.
Tratamiento farmacológico
Las infecciones leves sin manifestaciones clínicas no requieren obligatoriamente tratamiento. Sin embargo, para su
control, debido a su alta prevalencia mundial (ya que ocupa el tercer lugar dentro de los geohelmintos), debe tratarse
porque se disminuye la cantidad de huevos que contaminan el suelo, lo que a su vez reduce el riesgo de infección.
Medicamento (1era Dosis Duración
elección)
Mebendazol (tab 100 mg) Adultos y Niños > 2 años:
100 3 días (via oral)
mg c/12h ó 500mg (dosis
única)
Tratamiento farmacológico
Medicamento (1era Dosis Duración
elección)
Mebendazol * Adultos: 100 mg c/12 horas ó dosis única de 3 días (vía oral)
500 mg.
Niños > 2 años: 100 mg c/12 horas
N < 2 años: 50 mg c/12h
Alternativa
Albendazol Adultos y Niños > 2 años: 400 mg/d. dosis 1 día ( vía oral)
(tab.200mg) única
*No administrar en primer trimestre de embarazo, categoría de riesgo: C
Enterobiasis
Es una infección producida por Enterobius vermiculares, parásito más frecuente entre los niños que viven
en climas templados y lo tienen al menos el 20 % de todos los niños y el 90 % de los niños que frecuentan
guarderías u otras instituciones. La forma de transmisión se produce, primero por la transferencia de los
huevos del área perianal a las prendas de vestir, la ropa de cama o a los juguetes. Más tarde son
transmitidos por los dedos a la boca de otro niño, que los traga. Los huevos pueden también ser inhalados
procedentes del aire y ser deglutidos. La reinfección puede ocurrir al pasar los huevos de
alrededor del ano hasta la boca, a través de sus manos, especialmente bajo las uñas. (24,25)
Manifestaciones clínicas: curso asintomático en la mayoría de los casos. El síntoma mas frecuentes es
prurito anal intenso, acompañado de comportamiento hiperactivo y labilidad emocional. Si infecciones
repetidas puede presentar vulvovaginitis. (25)
Tratamiento preventivo (2,6)
1. Educación sanitaria sobre higiene personal, familiar y en la comunidad.
2. Lavado de manos antes de comer y después de ir al baño.
3. Cortar y cepillar las uñas de las manos.
4. En los individuos infectados, se deberá lavar diariamente la ropa de cama y la ropa interior
5. Tratamiento de todos los miembros de la familia cuando alguno de ellos ha sido infectados.
6. Evitar el rascado de las márgenes del ano de niños infectados.
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Autores: Dra. Dulce Ma. Calvo Barbado, Especialista en Farmacología -Dra. Ibis Delgado Martínez,
Especialista en Medicina interna -Dra. Giset Jiménez López, Especialista en Farmacología -Dr. Angel
Escobedo Carbonell, Especialista en Parasitología - Dr. Juan C. Valdés Rojas Especialista en
Parasitología. MSc Francisco Debesa Garcia, Lic. Ciencias Farmacéuticas, Dra. Damara Acosta Reynaldo,
Especialista en Farmacología y MSc Enfermedades infecciosas y Farmacoepidemiología
Este protocolo de tratamiento toma como base la “Guía de práctica clínica para el tratamiento de las
infecciones respiratorias agudas: Faringoamigdalitis y Sinusitis aguda”, elaborada por el Centro para el
Desarrollo de la Farmacoepidemiología, además de búsquedas realizadas en fuentes de evidencia
científica como el Clinical evidence y The Cochrane Library y la US Nacional Guideline of Clearinghouse.
Esta información ha sido revisada y adaptada a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la
Republica Bolivariana de Venezuela tomando como base los medicamentos con que cuenta el listado
básico de medicamentos de la misión.
Introducción.
Las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) altas constituyen uno de los principales problemas de salud a
nivel mundial en niños menores de 5 años por ser una de las primeras causas de mortalidad y morbilidad.
Los niños suelen padecer de 4 a 8 episodios de IRA alta en un año. Según estimados, estas infecciones
representan en éste grupo etáreo, entre el 30% y el 50% de las visitas a las instituciones de salud, así
como entre el 20% y 40% de las hospitalizaciones pediátricas en la mayoría de los países en vías de
desarrollo.1, 2Anualmente las infecciones respiratorias causan cerca de 3,6 millones de fallecidos entre niños
menores de 5 años y son la principal causa de muerte en este grupo de edad. Cerca del 1% de los casos
que padecen afecciones respiratorias finalmente queda con secuelas, las cuales aumentan el riesgo de
infecciones recurrentes. 3
Las IRA altas, constituyen un variado grupo de enfermedades causadas por diversos agentes biológicos
que afectan las vías respiratorias altas, cuyas manifestaciones clínicas son bastante evidentes y de alguna
forma se repiten en cada una de ellas. 4
Este protocolo de tratamiento intenta describir el abordaje farmacológico y no farmacológico de la
faringoamigdalitis aguda y la sinusitis aguda y tiene como objetivos esenciales disminuir la morbilidad y las
afectaciones laborales y escolares en los pacientes tratados por los médicos cubanos en Venezuela. Por
tanto los destinatarios de la guía son los médicos que brindan atención en los consultorios populares y los
CDI. Los beneficiarios son todos los pacientes diagnosticados de alguna infección respiratoria alta en la
atención primaria. Para la elaboración de las recomendaciones que fueron propuestas por este panel de
expertos se realizó una revisión extensa de la literatura disponible con el objetivo de encontrar las mejores
evidencias científicas sobre el tratamiento no farmacológico y farmacológico de la enfermedad en
dependencia de la forma clínica de la misma. La búsqueda sistemática de la evidencia se realizó en
diversas bases de datos, siguiendo como modelo de trabajo el método BIG 6. Las palabras claves
empleadas fueron: acute sinusitis, sore throat, acute respiratory infection. El período de pesquisa fue desde
enero de 1998 hasta septiembre de 2008.
Faringoamigdalitis Aguda
La faringoamigdalitis aguda es la inflamación aguda de las amígdalas y faringe. Puede presentarse como
un cuadro amigdalino puro o una faringitis. Se excluye de esta definición al dolor de garganta que se
presenta durante las primeras 24 - 48 h de otras infecciones agudas del tracto respiratorio superior. Su
etiología es viral en un 80% de los casos (con frecuencia por adenovirus); el 20% restante es
predominantemente de origen bacteriano. Las bacterias patógenas que más comúnmente causan esta
entidad son los estreptococos, principalmente el Estreptococo beta hemolítico grupo A, responsable del 5-
20% de todos los casos (puede alcanzar hasta un 40% en epidemias); de aquí se deriva que pueda
clasificárseles en estreptocócicas y no estreptocócicas, atendiendo al germen causal. Ocasionalmente
pueden causar la enfermedad otros gérmenes como el Micoplasma pneumoniae o agentes químicos,
humos o vapores 5,6.
Se presenta predominantemente en niños de 5 a 15 años (rango 3 a 18 años) y muy raramente aparece en
menores de 2 años, sobre todo al final del invierno y comienzo de primavera. La enfermedad es
autolimitada, y los pacientes suelen resolver al 3er día en un 40 % de los casos, y a la semana en el 85 %,
sea o no de etiología estreptocócica.
Su diagnóstico es esencialmente clínico aunque en ocasiones puede resultar difícil diferenciar entre la
etiología viral y la bacteriana, solamente por observación directa. 5,6 No obstante, existen algunos síntomas
y signos que nos pueden orientar hacia la etiología bacteriana estreptocócica, entre los que se cuentan: la
edad del paciente (niños mayores de 3 años y adultos jóvenes, entre 15 y 24 años), dolor de garganta,
odinofagia, fiebre mayor de 38.5 o C, cefalea, inflamación y exudado amigdalar o faríngeo, náuseas,
vómitos, dolor abdominal y la presencia de adenopatías cervicales dolorosas. El exudado faríngeo y cultivo
precisa con mayor exactitud el germen responsable de la faringoamigdalitis, en función de lo cual se
establece o no el tratamiento con antimicrobianos. También existen técnicas de diagnóstico microbiológico
rápido, que pueden ser empleadas para un diagnóstico etiológico preciso, y una terapéutica más adecuada
Las complicaciones de las faringoamigdalitis bacterianas pueden ser supurativas o no supurativas, en el
primer grupo se encuentran la otitis media y el absceso periamigdalino. Cuando la etiología es el
Estreptococo beta hemolítico del grupo A, la fiebre reumática y la glomerulonefritis pos-estreptocócica
pueden aparecer entre las complicaciones no supurativas. En caso de presentarse estas complicaciones, el
paciente debe ser remitido a los especialistas correspondientes para su mejor evaluación y tratamiento. 7, 8,9
Tratamiento no farmacológico
Los pacientes con diagnóstico de faringoamigdalitis estreptocócica deben ser educados en la importancia
de seguir la prescripción médica, así como la conducta ante el agravamiento del cuadro clínico y la
importancia de evitar el contacto con el resto de los convivientes en el período de contagiosidad. En los
casos en que el exudado sea negativo los pacientes deben ser informados de la inefectividad del
tratamiento antimicrobiano, y de los riesgos que implica la administración innecesaria de éstos.
Los expertos recomiendan algunas medidas no farmacológicas para aliviar los signos y síntomas de la
enfermedad, fundamentalmente el dolor de garganta. Entre ellas resaltan las medidas locales. Es
controvertida la recomendación de gargarismos de suero fisiológico (1/4 cucharadita de sal en 8 onzas de
agua), o con agua tibia. Por el contrario otros señalan que los gargarismos con agua helada pueden causar
alivio del dolor.10
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico de esta enfermedad incluye diferentes grupos de medicamentos, aunque no
todos cuentan con evidencias provenientes de estudios contrastados que demuestren los beneficios de su
utilización en la resolución de los síntomas y signos de la enfermedad y prevenir las complicaciones de la
misma. La mayor evidencia se dispone sobre los analgésicos - antipiréticos y los antimicrobianos,
recomendados en el tratamiento de las faringoamigdalitis producidas por el estreptococo beta hemolítico 2.
Una revisión sistemática encontró que el paracetamol reduce significativamente el dolor de garganta
asociado a la amigdalitis aguda en comparación con placebo. 11,12 El uso de otros AINEs no reporta
beneficios superiores y se asocian con la aparición de reacciones adversas, sobre todo gastrointestinales
más severas, por lo que su uso rutinario en esta enfermedad no es recomendado. El paracetamol se
considera el fármaco de elección administrado en dosis de 500 mg -1gr c/4 h hasta un máximo de 4 g/d en
adultos y 10 -15 mg/kg cada 4 -6 h en niños, no debe administrarse por más de 5 días. En niños y
adolescentes no debe usarse el AAS por el peligro de desarrollar el Síndrome de Reye.
Los antimicrobianos son recomendados a los pacientes con infección por Estreptococo beta hemolítico del
grupo A. Un metaanálisis de 25 ensayos clínicos, la mayoría con penicilina, indica que el tratamiento con
antibióticos produce una modesta mejoría sintomática (disminuye la duración de los síntomas unas 16
horas) y reduce la incidencia de las complicaciones supurativas y no supurativas. 10, 12, 13,14.
Se recomienda la administración inmediata de antimicrobianos en los niños menores de 2 años de edad y
en pacientes que presentan un elevado riesgo de desarrollar complicaciones con signos y síntomas de
enfermedad severa, sistemicamente comprometidos o que presentan alguna comorbilidad preexistente que
incremente el riesgo de sufrir complicaciones. También se recomienda la administración inmediata de
antimicrobianos a todo paciente con diagnóstico de faringoamigdalitis con 3 ó más de los siguientes
criterios altamente indicativos de que se en presencia de una infección por Estreptococo beta hemolítico del
grupo A:
Presencia de exudado amigdalino.
Linfoadenopatías cervicales anteriores dolorosas.
Fiebre >38 ºC
Ausencia de tos.
En el listado básico de medicamentos de Venezuela, no se cuenta con ninguno de los medicamentos de
elección en esta enfermedad que son la fenoximetilpenicilina, administrada en 3 ó 4 dosis diarias por vía
oral que es el antimicrobiano oral de elección. También se recomienda la penicilina G benzatínica,
especialmente en menores de 15 años, o cuando se sospeche que el paciente no seguirá el tratamiento.
12,15
Los macrólidos constituyen la alternativa en los casos alérgicos a las penicilinas, aunque solo deben
reservarse para estos casos, ya que existen reportes de cepas resistentes, fundamentalmente a la
eritromicina. En el caso de la misión no cuenta en su listado con la eritromicina pero si con la azitromicina,
que presenta un esquema de administración mucho más adecuado y conveniente y con una menor
incidencia de efectos adversos gastrointestinales, aunque se le plantea como desventaja su mayor costo.
12,15
Sinusitis aguda.
La sinusitis aguda esta definida como la inflamación de la mucosa de los senos paranasales por menos de
4 semanas. Desde el punto de vista etiológico los gérmenes más frecuentes son: Sreptococcus
pneumoniae y Haemophilus influenzae, ocasionalmente puede ser debido a la infección por Moraxella
catarrhalis. Clínicamente se caracteriza por congestión nasal, rinorrea, estornudos, hiposmia y dolor facial
cuya localización varía en dependencia del seno inflamado. En casos más severos puede aparecer fiebre y
malestar general. El diagnóstico es usualmente clínico basado en el interrogatorio y el examen físico y
puede ser confirmado por la investigación radiológica o bacteriológica. 16
Los síntomas de sinusitis en niños difieren a la que se presenta en adultos. En la edad pediátrica no suele
haber síntomas y signos derivados de la supuración aguda (dolor local, cefalea unilateral, picos febriles), ni
tampoco manifiesta signos radiológicos de colección supurada; por el contrario, los síntomas suelen ser
debidos al goteo nasal posterior (tos, rinorrea), y las manifestaciones radiológicas son más propias de la
inflamación de la mucosa que puede observarse en niños sin síntomas sinusales. Por todos estos motivos,
el método diagnóstico de la sinusitis en la infancia es controvertido, la tomografía computarizada (TAC)
parece aportar información útil para este diagnóstico pero, dado su alto costo, no se recomienda indicarse
como método diagnóstico rutinario. 17
Tratamiento no farmacológico
No existen en la literatura revisada ensayos clínicos, ni otros estudios que evalúen el tratamiento no
farmacológico recomendado por expertos para la sinusitis aguda. Estos consisten en aumento de la
ingestión de líquidos, humidificar el ambiente mediante inhalaciones de vapor de agua y aplicación nasal de
solución salina fisiológica para disminuir la congestión nasal y facilitar la expulsión de secreciones por esta
vía. También se recomienda evitar el consumo de tabaco y alcohol, para prever la irritación de las mucosas
producida por estos agentes nocivos. 4
Tratamiento farmacológico
Esteroides intranasales
La administración intranasal de esteroides inhalados es una opción terapéutica que puede ser beneficiosa
al disminuir las manifestaciones clínicas de pacientes portadores de sinusitis aguda, ya sea diagnosticada
clínicamente o mediante diagnóstico bacteriológico-radiológico18,19 . Sin embargo, se requiere contar con un
mayor número de ensayos clínicos para elevar aún más el nivel de evidencia de esta recomendación, no
obstante en los ensayos evaluados en una revisión sistemática realizada y publicada en la Cochrane
Library en agosto del 2007 se evidenciaba que la administración de mometasona intranasal confería
beneficios terapéuticos en términos de reducción de síntomas en comparación con placebo.18,19.
Antihistamínicos H1
No se encontraron revisiones sistemáticas, ni ensayos clínicos controlados que avalen la efectividad de los
antihistamínicos en el tratamiento de la sinusitis tanto con diagnostico clínico como radiológico-
bacteriológico, sin embargo algunos expertos recomiendan su administración con el propósito de reducir los
síntomas y signos asociados a la enfermedad. 20,21 Los antihistamínicos aprobados en el listado de
medicamentos y su esquema terapéutico pueden observarse en la tabla 2.
Descongestionantes nasales
Los beneficios y los riesgos del uso de descongestionantes nasales en el tratamiento de la sinusitis con
diagnóstico clínico y/o radiológico-bacteriológico, no dispone de evaluación por revisiones sistemáticas o
ensayos clínicos, sin embargo han sido empleados en el tratamiento de la enfermedad con el objetivo de
mejorar los signos y síntomas de la misma, fundamentalmente la congestión nasal. 21
Antimicrobianos
La selección del tratamiento antimicrobiano es en la mayor parte de los casos empírico por tanto debe
sustentarse sobre el conocimiento previo de la resistencia bacteriana local (mapas microbiológicos) y el
espectro de actividad antibacteriana del fármaco frente a los gérmenes patógenos más comunes, así como
la potencia farmacodinámica.
La amoxicilina asociada a un inhibidor de betalactamasa se recomienda en pacientes con diagnóstico
radiológico y bacteriológico de sinusitis aguda. La terapéutica con este antimicrobiano durante 7–10 días
incrementó significativamente la resolución de los síntomas en comparación con el placebo 20, 21,22.
Debe considerarse que su uso esta asociado con efectos adversos principalmente gastrointestinales. La
cefuroxima, cefalexina claritromicina, azitromicina, y eritromicina pueden ser igual de eficaces que la
amoxicilina en la resolución del cuadro clínico pero con menor frecuencia de efectos adversos 20, 21,22.
Una revisión sistemática encontró que el riesgo de detener el tratamiento debido a los efectos adversos era
significativamente mas bajo con las cefalosporinas y los macrólidos que con amoxicilina 21 El efecto adverso
más común fue la diarrea. La duración del tratamiento antimicrobiano tampoco parece influir en la
frecuencia de curación según lo encontrado en un ensayo clínico donde se compararon regimenes de 5 y
10 días con cefalosporinas 22. No hay ninguna evidencia clara de ensayos clínicos controlados de que
algunos de los antimicrobianos antes mencionados sea superior a otro, por lo que la selección deberá
basarse en los patrones de sensibilidad, resistencia local y a los eventos adversos asociados a cada uno
de estos fármacos, así como también debe tenerse en cuenta las características individuales del paciente
tributario de estos tratamientos y el costo de los mismos.
Este documento toma como base el boletín de información terapéutica sobre el tratamiento de la Diabetes
Mellitus para la APS, elaborado por el Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología, además de
búsquedas realizadas en fuentes de evidencia científica como el Clinical evidence y The Cochrane Library.
Toda la información ha sido revisada y adaptada a las condiciones de la Misión Médica Cubana en la
Republica Bolivariana de Venezuela tomando como base los medicamentos disponibles en el listado básico
de la misión para el tratamiento ambulatorio de la Diabetes Mellitus: Insulina Humana 100 uds NPH bulbo
x 10 ml y Glibenclamida 5 mg tab.
Introducción.
La diabetes es una enfermedad crónica que se debe a un decrecimiento de la concentración de insulina en
circulación (deficiencia de insulina) y/o una disminución de la respuesta de los tejidos periféricos a esta
sustancia (resistencia a la insulina). Estas disfunciones provocan alteraciones del metabolismo de
carbohidratos, lípidos y aminoácidos, pero la característica fundamental son las altas concentraciones
sanguíneas de glucosa, que con el decursar del tiempo provoca cambios en órganos y tejidos dando lugar
a complicaciones devastadoras.
No obstante se ha demostrado que un control meticuloso de la glicemia reduce el riesgo de
complicaciones, pero lamentablemente la mayoría de los pacientes no hacen el tratamiento diseñado para
alcanzar este fin, es sobre todo por esto que la diabetes tiene un gran impacto en los pacientes, la familia y
la sociedad, por tanto evitar las complicaciones de la diabetes es el objetivo esencial del seguimiento y
tratamiento de estos pacientes, para lograrlo es fundamental entonces el control minucioso de la glicemia,
control meticuloso de la presión arterial, examen oftalmológico sistemático para detectar problemas
oculares a tiempo, seguir las tasas de excreción renal de albúmina, hacer examen del sistema nervioso y
titulaciones de lípidos.
Los resultados publicados del "Diabetes Control and Complications Trial" (DCCT) en 1993 demostraron que
el control intensivo de la glucosa en diabéticos insulinodependientes (tipo I) previene el inicio y retrasa la
progresión de complicaciones microvasculares a partir de los 3 o 4 años de tratamiento. La importancia del
control de la glicemia en la diabetes tipo II no está tan bien probado como en el tipo I, pues es más
heterogénea y tiene otras anomalías cardiovasculares y metabólicas relacionadas, que dificultan el diseño y
la interpretación de los estudios. Sin embargo, la mayoría de los que se han realizado sugieren que el
control adecuado de las cifras de glicemia previene y retrasa las complicaciones microvasculares. En
cuanto a las complicaciones macrovasculares (enfermedad cardiovascular aterosclerótica y vascular
periférica) existen varios informes que corroboran que hay una relevante correlación entre el grado de
control de la glicemia, la aparición y progresión de estas enfermedades para ambos tipos de diabetes.
Farmacología de la insulina.
Existen varios factores que afectan la absorción cutánea de la insulina y que explican gran parte de la
glicemia inestable (cuadro 1), pero en general se puede decir que mientras más prolongado es el efecto de
la insulina más impredecible es la absorción, entre mayor es la dosis más prolongada es la absorción y esto
explica porqué la sobredosis de insulina provoca hipoglicemia prolongada. El sitio de inyección es decisivo
para la absorción, pues las variaciones entre las zonas son de suficiente magnitud para que la rotación
aleatoria produzca glicemias inesperadas, a tal punto afecta este detalle que en la actualidad se
recomienda utilizar una región para las inyecciones o a lo sumo dos, en lugar de la antigua rotación. Estos
conocimientos también permiten adecuar estrategias, por ejemplo, usar el abdomen para corregir una
hiperglicemia con insulina regular o usar el muslo para insulina NPH si se quiere prolongar la duración del
efecto. Otro factor importante es la duración del tiempo entre la administración de insulina previa a las
comidas y el consumo de alimentos, lo más común es administrar la insulina regular 20 a 30 minutos antes
de comer. Cuando se requiere, la insulina se puede administrar por vía IM o IV, pero el tratamiento a largo
plazo se fundamenta en la inyección subcutánea. Existen varios tipos de insulina (cuadro 2) que se utilizan
o se combinan en dependencia del tipo de paciente, otro aspecto a tener en cuenta
es que las insulinas humanas de acción intermedia (las cuales se producen por medio de tecnología de
DNA recombinante) difieren de las porcinas y bovinas en que su inicio de acciones más rápido y la duración
de acción más breve.
Hipoglicemiantes orales
Las Sulfonilureas actúan estimulando en las células ß la liberación de insulina, en nuestro medio tenemos
de 1ra generación Tolbutamida y Clorpropamida, y de 2da generación la Glibenclamida esta última mucho
más potente. Para seleccionar a los pacientes que con mayor probabilidad responderán bien al tratamiento
se puede tener en cuenta las siguientes características: edad mayor de 40 años, diabetes con menos de 5
años de evolución, peso corporal entre 110 y 160 % del peso ideal, sin tratamiento previo con insulina y
glucosa en ayunas de menos de 10 mmol/l. La tasa de fracaso primario en estos pacientes suele ser de
alrededor de un 10 a un 15 %. Todas se deben indicar 15 a 30 minutos antes de comer.
El efecto adverso más frecuente de las sulfonilureas es la hipoglicemia sobre todo en los primeros 4 meses
del tratamiento, luego declina la incidencia. Con clorpropamida es más prolongada y peligrosa. Los efectos
cardiovasculares han sido un tema de controversia pues teóricamente tienen efecto sobre el corazón a
largo plazo sin embargo no se dispone de evidencias clínicas concluyentes que justifiquen el no uso de
estos medicamentos en pacientes cardiacos con Diabetes Mellitus no insulinodependientes(DMNID).
Las sulfonilureas deben usarse con cautela en pacientes con disfunción hepática y
en pacientes con insuficiencia renal. Las de vida media larga como son la clorpropamida y la glibenclamida
deben evitarse. Esta orientación es valida también cuando se trata de pacientes ancianos. La
clorpropamida puede inducir a una reacción tipo disulfirán cuando se ingiere alcohol y también a
hiponatremia al potenciar los efectos de la hormona antidiurética.
El efecto hipoglicemiante de las sulfonilureas se potencia por desplazamiento de su unión con las proteínas
plasmáticas al administrarlas con los AINE, salicilatos, sulfonamidas, cloranfenicol, cumarínicos,
probenecid, IMAO, bloquedores ß-adrenérgicos, heparina, clofibrato y alcohol. Tales productos deben
utilizarse con cautela en quienes reciben sulfonilureas y debe vigilarse estrechamente al paciente en
búsqueda de síntomas y signos de hipoglicemia. Del mismo modo al suprimir la administración de estos
fármacos debe monitoriarse la perdida del control de la glucosa.
No es infrecuente el uso del tratamiento combinado con sulfonilureas e insulina para el tratamiento del
paciente diabético tipo II, en los que ha fracasado el tratamiento con dieta e hipoglicemiantes orales, esto
se hace más común a medida que avanza la evolución de estos pacientes sobre todo entre los 5 y los 15
años de diagnosticado por lo que se nos plantea conocer que datos de eficacia disponemos para esta
combinación y cuáles son las dosis de insulina y antidiabéticos orales utilizadas.
Datos de eficacia.
Desde el año 1957 se ha sugerido la terapia combinada para la DMNID con el objetivo de normalizar los
niveles de glicemia en sangre; desde entonces se han realizado varios estudios para valorar dicha eficacia.
Hay publicados tres metaanálisis que incluyen ensayos clínicos realizados antes de los años 90 que
comparan el tratamiento de insulina sola con insulina asociada a sulfonilureas. El número de pacientes
incluidos en los estudios fue pequeño (entre 9 y 64). Las variables de medidas analizadas son: glicemia en
sangre, concentraciones de HbAlc y valores del péptido C. Los pacientes incluidos tenían una media de
edad de 50-60 años, con sobrepeso, el tiempo de duración de la diabetes mellitus era de unos 10 años y
requerían una dosis de insulina entre 50 y 56 unidades al día. Los resultados de los dos primeros estudios
mostraron una discreta mejoría en el control glicémico en los pacientes que recibieron el tratamiento
combinado con hipoglicemiantes orales e insulinoterapia. Las dosis de insulina fueron menores en los
pacientes con tratamiento combinado.
En el último metaanálisis publicado, (año 1996), los autores fueron más estrictos en los criterios de
inclusión de los ensayos clínicos: estudios randomizados, con variables bien definidas y población más
homogénea. Incluyen estudios cruzados o paralelos; presentan un análisis de la calidad de los estudios y
más de la mitad se consideran de calidad media (3-4/6). En este metaanálisis, los resultados muestran que
en el grupo de tratamiento combinado con dosis de insulina menores (38 unidades frente a 50 unidades el
grupo con insulina sola) se logra una disminución tanto de la glicemia basal como de la HbAlc y no modifica
el peso de los pacientes. En estos metaanálisis no queda claro cuáles son las dosis óptimas tanto de
hipoglicemiantes orales como de insulina utilizadas, ya que esto varía de unos estudios a otros.
Cuando se analiza el coste, plantean que al comparar ambos tratamientos por separado, el tratamiento
combinado es más caro que la monoterapia. Pero si se tienen en cuenta otros factores asociados al uso de
la insulina a dosis altas, tanto con relación a la técnica (mayor número de inyecciones al día), como
mayores controles y mayor riesgo de hipoglicemias, el tratamiento combinado resulta menos costoso que el
tratamiento con insulina sola. En el UKPDS se compara el control estricto (glicemia < 6 mmol/I) con un
control moderado (glicemia 6-15 mmol/I) de la DMNID en relación con la aparición de complicaciones micro
y macrovasculares. El control estricto redujo fundamentalmente las complicaciones microvasculares y el
infarto. Los fármacos utilizados en el grupo de mayor control glicémico fueron sulfonilureas, metformina e
insulina. Para conseguir este control estricto, algunos pacientes necesitaron de la combinación de varios
fármacos. Aunque no disponemos de los resultados de la comparación entre la combinación con
sulfonilureas frente a la insulina sola, el estudio muestra que la reducción de las complicaciones es
independiente de los fármacos empleados y se relaciona más con el buen control de la glicemia.
Recientemente se ha publicado un ensayo clínico (1998) "Respuesta al tratamiento intensivo en la DMNID
con la combinación de insulina y glipizida", donde se analiza el comportamiento de la HbAlc cuando se
administra una dosis de insulina al día, insulina con glipizida, dos dosis de insulina al día o múltiples dosis
de insulina (64 ± 34 unidades) o con la asociación de insulina (61 ± 36 unidades) y glipizida (2,5-10mg/d) en
bajas dosis y esta disminución no era mayor cuando se suministraban múltiples dosis de insulina o dosis
altas de glipizida.
El tema referente a Diabetes y embarazo está muy bien detallado en el protocolo de atención dirigido al
diagnóstico y tratamiento de la Diabetes gestacional. Instructivo de la Dirección Nacional de Atención a la
Salud Materno – Infantil de la Misión Médica Cubana. De aplicación en CMP y CMDI
Bibliografía consultada.
Autores: Dra. Broche Villarreal, Lourdes Especialista en MGI. -Dr. Furones Mourelle, Juan Antonio,
Especialista en Farmacología, Dr. Pérez Peña Julián Especialista en Administración de Salud, Dr. Silva
Herrera, Lázaro Especialista en MGI.
Adecuación del documento: Dra. Damara Acosta Reynaldo Especialista en Farmacología, MSc. en
Enfermedades infecciosas y Farmacoepidemiología. MSc. Francisco Debesa García, Licenciado en
Ciencias Farmacéuticas.