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(Interdisciplinaria)
LOS CONSTRUCTORES DE HERRAMIENTAS FORD/VERÓN:
UNA CARTOGRAFÍA SOBRE PRÁCTICAS DE ESCRITURA1

Graciana Vázquez Villanueva

Habíamos acordado con que persistiría mi trabajo sobre el léxico «Los

constructores de herramientas».2El objeto, sin embargo, cambiaría de escala para

desplazarme, de la interrelación entre discurso y experiencia, al vínculo entre un

proyecto de escritura y una práctica, el análisis de los discursos. Una caja dos, segunda

con respeto a la primera en la cronología de mi trabajo en la revista, un antes y un

después. No obstante no ha sido así en el mapa de los sucesos. La caja de herramientas

1 y la caja de herramientas 2 se trasladaron en la simultaneidad, en la coincidencia de

exploraciones. En el seminario de los martes que realizamos con el equipo, los

problemas de método –discursos, enacción, índice, abducción- tejieron una intersección

con las prácticas de la escritura y, de manera más específica, orientaron las indagaciones

que se focalizaron en el vínculo entre escritura-conocimiento. En esa oportunidad

resolví apelar a unos pocos textos. Nuevamente: Barthes, Verón, Ford. No quería

detenerme en el discurso académico, campo abordado desde múltiples perspectivas por

la lingüística sistémica- funcional y por las tipologías textuales. Simplemente quería

indagar aquellas huellas discursivas que en los textos de Barthes, Verón, Ford iluminan

la reciprocidad entre método y escritura. Apelé a mis notas elaboradas para el

seminario, puesto que, más allá de su fragmentariedad, me confirmaron lo que se ha


1
Una versión previa de este artículo salió en Alambre. Comunicación, información, cultura. Nº 2, marzo de
2009.
2
En su casa de Colegiales, una mañana de invierno, con Aníbal conversábamos sobre el lenguaje y una cita
de Roland Barthes: “Las palabras no son ni verdaderas ni falsas… pero pueden ser justas: un buen diccionario
nos invita a esa música de las relaciones del lenguaje” (Variaciones sobre la escritura, 2003: 190). Esto
motivó la escritura de los “Constructores de herramientas 2”.

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dicho tantas veces: «privilegiar la escritura es, de algún modo, la mejor manera de

pensar» (Marty 2007: 13)

Cuánto cuesta comenzar

ĺ «Jueves 26 1998. ¿Quién sabe? Introducción descartada después. Conviene que lo

diga francamente desde un comienzo: me llevó más de un año escribir estas páginas o,

mejor dicho, entre el proyecto de este artículo y el comienzo de su escritura transcurrió

más o menos un año… El único modo que encontré de comenzar ha sido decir cuánto

me ha costado comenzar»(Verón 1999: 13)

ĺ Verón narra, en esa 1° persona que nos remite a lo autobiográfico, la dificultad de su

escritura, de todo inicio de palabra, cuando la revista Communications lo invita a

participar en el número de homenaje a Roland Barthes. Enfrentado al compromiso

social –una ubicación que no ha sido producto de una elección- reflexiona sobre la

escritura como un acto de decisión que implica asumir una posición y una práctica. La

escritura, pareciera decir, se erige como el pasaje de su posición frente al mundo a un

acto en el mundo.

ĺ 2002. El personaje de Oxidación de Ford –Viator- «coloca sobre la foto satelitaria el

bloc que tiene a su costado y anota: Averiguar por qué… se abandonan las

explotaciones, quedan escombros, esqueletos, fragmentos… Había escrito en el bloc:

Está bien, no se sabe hasta donde son necesarias las precisiones»(Ford 2003: 12-13).

Viator lee lo que escribe y, luego, vuelve a escribir. Se vislumbra aquí el segundo pasaje

de la escritura –del sentido-: una transposición. Si el primer tránsito fue el deslizamiento

de una ubicación a una acción del sujeto, el segundo nos remite al proceso de

producción del sentido: producir-reconocer-producir/escribir-leer(se)-volver a escribir.

Un reconocerse en lo escrito como siendo otro: «Cada vez que paso del reconocimiento

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a la producción (de la lectura de mi propio texto a la escritura), es decir, cuando inicio

un nuevo posicionamiento enunciativo, aquel que yo era se vuelve otro» (Verón 1999:

17)

ĺ Volverse otro = un juego de posiciones: el analista que dice «me costó» y el

personaje Viator que escribe la mediación entre el pensar y el tomar nota. La travesía

entre el reconocimiento (leer-se como si fuera otro) y la producción ubican, en un

traslape, los cambios de escalas entre distintas posiciones enunciativas = «un acto

individual de apropiación de la lengua introduce al que habla en su habla» (Benveniste

1983: 85)

ĺ Hasta aquí: cuánto cuesta comenzar. Un bosquejo de dificultades iniciales frente a

una práctica «escribir». Primero, la decisión, la resolución casi acuciante que se toma.

Luego, la conjetura para poder descubrir, reconocer, efectuar sentidos. Con ello, la

ubicación de un sujeto que se encarna en su habla. Finalmente, leerse como si fuera

otro.

Pensar-escribir

ĺ En coincidencia con el comienzo de palabra se presenta el objeto (discurso, texto,

imagen) para el análisis. Releemos –Roland Barthes por Roland Barthes, la edición de

junio de 1978. p. 81-: «Y cuando hace una disertación “sobre” el Texto (para una

enciclopedia), sin renegar de ella… es una tarea de conocimiento, no de escritura» ĺ

Barthes formula una aserción: el trabajo que refiere una búsqueda: conocer, asir,

prender(se) a un objeto. Sin embargo, define un faena: el oficio de escribir ĺ Entonces:

pensar-escribir = un método/ una práctica

ĺ Método de análisis (el pensar, el conocer): «1) entrada en obra, 2) precio que hay que

pagar por la obra ĺ certeza de que la terminará y de que será importante… reunir

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materiales (observaciones, experiencias) = vida mundana, luego encerrarse para

componerlos: mito artesanal y agrícola ĺ colecta ĺ inmanencia (de la elaboración) ĺ

trascendencia del resultado» (Barthes 2004: 200) = La intimidad y el alcance de lo que

componemos ĺ El efecto de sentido de nuestra producción.

ĺ La metáfora de la colecta (focalizamos el placer de lectura): El analista emprende un

trabajo artesanal y agrícola ĺ Volvemos a leer una frase de Ford: «El rol de la metáfora

en la invención y la hipótesis es fuerte. Las metáforas nos permiten conjeturar y generar

leyes y explicaciones y también diseñar el itinerario de nuestras preguntas» (Ford 1984:

44) = Nuestro conocimiento se formula en metáforas: conocer = sembrar y luego

cosechar.

ĺ Una práctica (la escritura): «Desde hace cien años, toda escritura es un ejercicio de

domesticación o de repulsión frente a esa Forma-Objeto que el escritor encuentra

fatalmente en su camino, que necesita mirar, afrontar, asumir y que nunca puede

destruir sin destruirse a sí mismo como escritor. La Forma se suspende frente a la

mirada como un objeto, hágase lo que se haga es un escándalo; espléndida, aparece

pasada de moda; anárquica, es asocial; particular en relación con el tiempo o con los

hombres, de cualquier modo es soledad» (Barthes 1976: 13-14)

ĺ Indagamos el esfuerzo que conlleva todo acto de escritura. La escritura no es solo

una decisión y una posición. La escritura, frente al objeto que se mira, se despliega

como una apropiación y una domesticación = Ford y Verón reflexionan sobre estas

cualidades cuando debaten sobre la instancia que consuma discurso y experiencia.

ĺ Verón considera que la subjetividad, la vida personal, es la narración que cada uno

ha construido. Piensa en los tres registros de Peirce -simbólico, indicial e icónico- y

enfatiza «los tres registros, no uno solo» ĺ Ford, al dar lugar al proyecto de escritura

que reside en él, se interroga: «¿Qué diferencia hay entre el hundir las botas en los

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turbales que cubren las empinadas montañas de la Isla de los Estados, ultimo fragmento

de los Andes, y relatar esa experiencia? ¿Sólo la retórica, el “verosímil” del “yo estuve

allí” de CliffordGeertz? A veces las distinciones o los hermanajes entre experiencia y

discurso o entre diversos tipos de discurso no son tan claros como quisiéramos».

ĺ Sin embargo, esa instancia de tomar lo propio (¿el objeto que se mira? – el moi/je de

una subjetividad que ya es otra en la red producir-reconocer-producir) que ejerce todo

acto de escritura, esa tarea de absorción y penetración apela al otro, se suspende hacia el

otro = «la escritura es una forma sonora que espera un auditor y que suscita otra

enunciación a cambio» (Benveniste 1983: 84) = Entonces: se espera el reconocimiento.

ĺ La escritura, apropiación y reconocimiento, además un acto fraterno, solidario = 1)

Se piensa a partir de una palabra, un indicio, una señal = «Lo que puedo reconocer y

que por eso mismo son señales de mi espacio»(Barthes 2005: 131) ĺ 2) El deseo de ser

escuchado, leído. Un “hermanaje” entre discurso y experiencia (Ford) pero también

“entre dos” (Verón/Barthes) ĺ 3) El sentido que provoca la escritura, al dar señales del

propio espacio y de aquellos textos que se toman como referencia, hace emerger un

efecto el saber. «Allí está la red interdiscursiva de cada ciencia… el conocimiento no es

otra cosa que ese espacio de reenvíos (de lecturas)… es el poder del discurso

“retomado” que se realiza en el discurso “retomante” bajo la forma de saber» (Verón

1999: 35)

Enunciación

ĺ En cuanto se comienza con la tarea, en cuanto uno cautiva un objeto, tiene que

hacerse de un espacio en el mundo de los signos y de las palabras ĺ Tal vez decir

moi/je. Un gesto temerario pero que debe evitar la arrogancia ĺ Primera posibilidad, en

el discurso de la ciencia o de la academia, señalar el borramiento de la enunciación

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(siguiendo el dispositivo que regula el discurso académico y científico) ĺ Segunda

posibilidad: desmontar la propia enunciación y luego… re-escribir ĺ Intentar llegar a

las fronteras del lenguaje.

ĺ Volvemos a Barthes – «Nuevo sujeto, nueva ciencia»: «Se siente solidario de todo

escrito cuyo principio sea que el sujeto no es más que un efecto de lenguaje»ĺ A modo

de consejo Barthes sugiere que el sujeto, una vez capturadas las palabras, se atribuye y

se incorpora a través de ellas = Como Benveniste cuando dice que la enunciación es la

acción de apresar un objeto evanescente… el lenguaje (Benveniste 1983: 32) ĺ Sigue

Barthes: «Imagina una ciencia muy vasta en cuyo enunciado el sabio terminaría por

incluirse finalmente, y que sería la ciencia de los efectos de lenguaje» (Barthes 1978:

85).

ĺ Alguien se incluye = el enunciador ¿el sabio? = la decisión de incorporarse, de

inscribirse en lo que se dice ĺ nuevamente, la escritura: una decisión.

ĺ Releemos a Verón: «Pasando del enunciado a la enunciación se acentúa la

responsabilidad social del texto. ¿Qué texto, el texto analizado o el texto del analista?

Ambos» (Verón 1999: 21) = Para Verón la enunciación ocupa un lugar de privilegio en

el método: 1) La elección del corpus: el texto analizado, 2) El compromiso del analista:

un trabajo donde el investigador se incluye, 3) La subjetividad no tiene nada que ver con

la introspección ni con la supuesta intencionalidad de conciencia (Verón 1999: 139)

ĺ Bosquejamos una síntesis posible = La enunciación realiza la articulación entre

método/análisis/escritura: ¿Solo eso? ĺ Barthes sostiene que escribimos sobre lo que

amamos ĺ Verón vincula el texto analizado y el texto del analista. Ambos afirman que

el descubrimiento/la interpretación del sentido y el proceso liberador de la propia

enunciación se fusionan ĺ Ford, al observar a un joven con micro cámaras de video en

un ascensor del MIT que trasmite a Internet todo lo que ve, escribe: «No me

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equivocaba: estaba ante una investigación que abastecía a las nuevas formas de control

y vigilanciasocial». Ford elige en ese momento el título de uno de sus libros La marca

de la bestia (Ford 1999: 10)

ĺ A partir de Barthes, Verón, Ford se puede decir que, en la articulación

método/análisis/escritura, escribimos por diversas razones: 1) escuchamos al otro,

estamos abiertos, vemos la diferencia (Verón), 2) tenemos autoridad sobre ciertas cosas,

3) sostenemos un discurso y pensamos a partir de una palabra maná con significación

ardiente e inasible (Barthes), 4) porque queremos «retener a alguien, hacer que alguien

permanezca» (Ford 1994, Barthes 2005: 2002). En su texto sobre Conti, Ford escribe:

«Entonces, así como comencé este texto navegando el Anguilas lo cierro con la imagen

de Conti, en la cocina de su casa de la calle Fitz Roy, desgrabando sus cintas de la isla

Paulino y disfrutando y riendo al escuchar una y otra vez al tano que cantaba Galleguita.

Mientras, la muerte estaba ahí nomás, del otro lado de la puerta» (Ford, 2001: 111)

ĺ Retenemos dos frases –«responsabilidad social» y «del otro lado, la muerte ahí

nomás». ¿Dos muertes? Barthes para Verón y Conti para Ford. En ambos, la práctica de

la escritura emerge como una acción que busca la retención y la permanencia del otro.

No hay discurso gregario, no hay registro epidíctico, si discurso del saber. Allí emerge

una ética de la escritura por adherirse a aquello que se está escribiendo. Una decisión

premeditada se asume: producir conocimiento sin decir «yo sé» y dar lugar a la

incorporación «del otro en mi» ĺ Cuanto cuesta empezar ĺ el trabajo arduo con la

enunciación = Ford/Verón dos ejemplos de cómo se puede llegar a las fronteras del

lenguaje.

El ethos

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ĺ Fundar un espacio como sujeto de discurso requiere explorar las operaciones para su

inscripción ĺ Una de ellas, privilegiada por la retórica clásica y reformulada por el

Análisis del Discurso, es el ethos ĺ Cuando reflexiona sobre su escritura, Barthes dice

que «la lengua, desde el exterior, le impone un modo de ser, una subjetividad otra y que

entonces debe ser ese sujeto y no otro» (Barthes 2004: 92) ĺ Continúa: «en toda forma

literaria existe la elección general de un tono, de un ethos si se quiere, es aquí donde el

escritor se individualiza claramente porque es donde se compromete» (Barthes 1976:

21) = Ethos + subjetividad + compromiso.

ĺ El ethos se ubica en la inventiode la retórica clásica, aquella estrategia a través de la

que el sujeto intenta encontrar los argumentos para decir ĺ También, el ethos es la

imagen que ese sujeto quiere ser para otro –mostrarse, exponerse ĺ En este sentido

ethos aúna una posición de enunciación, el espacio de lo imaginario y lo que se dice

para construir un acto de identidad vinculado estrechamente con un lugar social. El

sujeto que quiere ser para el otro, emerge a partir de un gesto de elección entre libertad

(uno decide) y recuerdo (la memoria «otra» que se rememora): «Bajo la presión de la

Historia y de la Tradición se establecen las posibles escrituras de un escritor dado… la

escritura permanece todavía llena del recuerdo de sus usos anteriores, pues el lenguaje

no es nunca inocente: las palabras tienen una memoria segunda que se prolonga

misteriosamente en medio de las significaciones nuevas. La escritura es precisamente

ese compromiso entre una libertad y un recuerdo, es esa libertad recordante que sólo es

libertad en el gesto de elección, no ya en su duración»(Barthes 1976: 24)

ĺ Volvemos al discurso de la ciencia, de la academia. Opuesto a ese sujeto que se

asume en su discurso y lo sostiene, se ubica el borramiento del sujeto de la enunciación.

Verón señala que ese sujeto borrado es precisamente la característica de la doxa,

producto del efecto ideológico, de la banalidad de la opinión común. Ejemplo de la

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servilidad y de la repetición (Verón 1999: 35) ĺ Por eso afirma que, como

consecuencia de la dimensión ideológica, la sociedad nos da una ilusión: «la ilusión de

la libertad que consiste en convencerme de que hay una posición de enunciación que

sería mía (que sería mi propia posición)» (Verón 1999: 18). Enfrentado al borramiento

enunciativo se posiciona el discurso de la ciencia: «En el marco del contrato de no

ficcionalización propio del juego de la ciencia, cuanto más el sujeto se marca en su

enunciación, tanto más hace posible la reapropiación, y tanto más saber se realiza. El

mito del discurso científico como “discurso sin sujeto” es la doxa de los

científicos»(Verón 1999: 35)

ĺ El ethos, en la enunciación de un discurso de la ciencia, conforma la construcción de

una identidad enunciativa a través de los dos rasgos que lo conforman: un cuerpo y un

tono que son específicos de un sujeto. Así encarnado, el enunciador ejecuta el papel de

garante, la fuente legitimadora que certifica lo dicho.

ĺ Ejemplo 1: Un ethos que anuncia su función: «Quiero decir: aquí literatura y

experiencia se juntan, dialogan. Sudeste es un texto que habla de cosas que están, que

existen fuera del texto. Pero que se interroga también sobre cómo hablar de ellas,

horadando el representacionalismo» (Ford 1994: 89)

ĺ Ejemplo 2: Un ethos que se interroga: «¿Y después? He aquí por qué, al releer esta

introducción, comprendí lo que estaba en juego en mi incapacidad para escribir mi texto

¿Y después?… ¿por qué yo había sentido la necesidad de comenzar por una

introducción de este tipo? Por un lado, creo haber caído (magro consuelo: como muchos

otros después de su muerte) en una especie de trampa de la legitimación» (Verón 1999:

15)

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ĺ Ejemplo 3: Un ethos de placer: «Tengo una enfermedad: veo el lenguaje. Lo que

debería simplemente escuchar, una extraña pulsión, perversa porque en ella el deseo se

equivoca de objeto, me lo revela como una visión» (Barthes 1978: 176)

ĺ Ejemplos 1-3 = Modos de construir diferentes ethos señalan estrategias vinculadas al

ejercicio de la palabra: Ejemplo 1: Entre el «quiero decir» y lo que se ha analizado: el

texto (¿Sudeste de Conti o de Ford?) incorpora –horada, atraviesa, perfora- la relación

entre literatura y experiencia. Ejemplo 2: Entre «había sentido la necesidad» y lo que

interpreta: la reflexión minuciosa sobre la legitimidad. Ejemplo 3: «Veo y escucho» el

lenguaje = el cuerpo del analista se inscribe en la acción ĺ Los tres despliegan las

operaciones ethicasque rigen las posiciones enunciativas de estos sujetos en el marco de

determinadas prácticas institucionales y académicas.

La referenciación/la remanencia = ¿el discurso de la ciencia?

En un comienzo, un objeto de mirada, una posición y una identidad enunciativa

inscriben el contrato conocimiento-escritura definido como un dispositivo estructurado

a partir de reglas, prácticas, discursos que posee un fin estratégico en la medida en que

es productor de subjetividad, de saber, de poder (Foucault). Este dispositivo se

completa, además, con la pasión referencial, la retoma interdiscursiva, la remanencia, el

recuerdo, una serie de elementos azarosos dirá Barthes.

ĺ En el dispositivo «conocimiento-escritura» el ethos se legitima en sus referencias.

La pasión referencial, aquello que efectúa el sujeto de la enunciación que actúa entonces

como garante: «Se necesita una garantía que vaya mucho más allá de la forma

enunciativa: la referenciación, como el discurso social lo sugiere, remite a la autoridad;

dicho de otra manera, para producir referenciaciones se necesitan referencias. En el

discurso de la ciencia la referenciación, cuya forma de superficie es la aserción, está

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fundada en un contrato (implícito) que asegura (o busca asegurar) la legitimidad».

(Verón 1999: 29). También, en el dispositivo “conocimiento-escritura”, la remanencia

es el estado ideal de la sociabilidad:

ĺ Ejemplo 1: Ford en «Rodar tierra»: «A partir de aquí esto se abre en múltiples

encrucijadas, para tomar una metáfora de los caminos, cercana a los hipertextos… el

viaje del Boga (¿Conti? ¿Ford? en Sudeste) es en cierta medida mi viaje» (Ford 1999:

87).

ĺ Ejemplo 2: Barthes en El grado cero: «Sin duda puedo hoy elegirme tal o cual

escritura y con ese gesto afirmar mi libertad, pretender un frescor o una tradición; pero

no puedo ya desarrollarla en una duración sin volverme poco a poco prisionero de las

palabras del otro o incluso de mis propias palabras. Una obstinada remanencia, que

llega de todas las escrituras precedentes y del pasado mismo de mi propia escritura,

cubre la voz presente de mis palabras. Toda huella escrita se precipita como un

elemento químico, primero transparente, inocente y neutro, en el que la simple duración

hace aparecer poco a poco un pasado en suspensión, una criptografía cada vez más

densa» (Barthes 1976: 25)

ĺ Finalmente, el dispositivo conocimiento-escritura sustenta el discurso de la ciencia

ĺ «De eso quiero hablar ahora. Lo que llamamos el “conocimiento científico” no es

otra cosa que un efecto de sentido. Esto quiere decir que la problemática de la

referenciación –la relación metalingüística- concierne a la gramática de producción del

discurso científico, mientras que la cuestión del “conocimiento” tiene que ver con la

gramática del reconocimiento de ese mismo discurso. Si el anverso del juego de la

ciencia son las reglas de producción de su discurso, el reverso son las reglas de su

realización como saber»(Verón 1999: 33)

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ĺ De lo que se trata es efectuar el saber = el contrato de la remanencia, de la

referenciación = «un vasto y perpetuo murmullo anima sentidos innumerables que

estallan, crepitan, fulguran sin tomar nunca la forma definitiva de un signo tristemente

agobiado por su significado»(Barthes 1978: 107). El contrato de la referenciación hace a

la ciencia del moi/je y orienta la precisión de la escritura ĺ Precisión = incluir los

matices ĺ descubrir ĺ describir para lograr una penetración interpretativa ĺ sugerir

la inferencia (abducción) ĺ dar con las palabras “exactas” para intentar dar respuesta

(al menos, a una hipótesis) = La práctica de escritura se articula con el método y busca

un procedimiento de orden aleatorio, arbitrario, a veces en la sucesión.

ĺ Ejemplo 1: Ford: «La búsqueda de exactitud pero, al mismo tiempo, la

problematización de esta búsqueda desde otras series de conocimiento o del saber,

explícitas o subyacentes»(Ford 1994: 90)

ĺ Ejemplo 2: Barthes: «La exactitud hace que el escritor esté obligado a trabajar sin

interrupción sus sustituciones y sus elipsis en virtud de los mitos correlativos de la

“palabra exacta” y de la “concisión”, ambos garantes de la “claridad”, mientras que se

lo desvía de todo trabajo de expansión… Es una paradoja clásica –que en mi opinión

sería necesario explorar- el hecho de que la claridad esté dada como el producto natural

de la concisión» (Barthes 1976: 197-198)

ĺ Detención ĺ Suspensión ĺ Sustitución = el oficio de escribir ĺ Moi/je: las

posiciones enunciativas de un lado, la referenciación, del otro ĺ Método y escritura

sostenidos con el cuerpo, con la palabra.

Referencias bibliográficas

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cotidianos. Buenos Aires: Siglo XXI.

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______ (2004). Lo neutro. Buenos Aires: Siglo XXI

______ (2003). Variaciones sobre la escritura. Buenos Aires: Paidós.

______ (1978).Roland Barthes por Roland Barthes.Barcelona: Kairós

______ (1976). El grado cero de la escritura. Nuevos ensayos críticos. Buenos Aires:

Siglo XXI.

BENVENISTE, E. (1985). Problemas de lingüística general I. México: Siglo XXI.

______ (1983). Problemas de lingüística general II. México, Siglo XXI.

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______ (1994). Navegaciones. Comunicación, cultura y crisis. Buenos Aires:

Amorrortu.

MARTY, E. (2007). Roland Barthes, el oficio de escribir. Buenos Aires: Bordes

Manantial

VERÓN, E. (1999). Efectos de agenda. Buenos Aires: Gedisa.

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