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El funcionamiento

del sistema
monetario

Economía
Argentina

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El funcionamiento del sistema
monetario
Introducción
Tal como estudiamos en la lectura anterior, el crecimiento producido a partir
de 1880 tuvo su base en la inmigración de recursos productivos a Argentina.
Esto fue consecuencia de lo siguiente:

1) La disminución de la tasa de rentabilidad en los países centrales, lo cual


les exigió a los inversionistas europeos buscar mejores oportunidades de
inversión en los países exportadores de materias primas.
2) El auge económico, provocado por la expansión de las exportaciones con
un efecto multiplicador sobre el ingreso, inducía la inmigración de
personas hacia Argentina.

Rendimiento de los capitales


Los capitales se desplazan desde donde son abundantes y tienen
rendimientos más bajos hacia donde son escasos y tienen rendimientos más
altos.

La tasa de interés, medida como el rendimiento de los títulos argentinos, en


1880 fue más elevada respecto de los bonos consolidados del tesoro
británico. Parte de esa diferencia corresponde a una prima de riesgo que se
fija según la evaluación que hagan los inversores acerca de los factores
institucionales que pueden perjudicarlos, lo cual impide obtener la ganancia
que tendría un mercado donde esta correspondiera a la productividad del
factor.

Cuando la prima por riesgo es demasiado alta, se produce un efecto distinto


al esperado. A pesar de que los mayores rendimientos debieran atraer
capitales, ocurre lo contrario: el alto riesgo desalienta la inversión y solo
queda aquella que está dispuesta a asumir el riesgo a un cierto precio.

La prima de riesgo se estima como la diferencia entre los rendimientos de la


deuda pública en un país donde no se percibe la posibilidad de confiscación
o algún tipo de incumplimiento que baje la rentabilidad de capital y aquel en
que la percepción es, en diferentes grados, más negativa. La prima de riesgo
mantuvo muy elevadas tasas de interés en el país y fue la causa de la gran
escasez de capitales durante gran parte del siglo XIX.

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Durante la primera mitad del siglo XIX, los ahorros se atesoraban, no se
colocaban en el mercado; cuando en la segunda mitad comienzan los
períodos de estabilidad, se produce un aumento en los ahorros.

Las circunstancias que contribuyeron a cambiar las expectativas de los


capitales fueron generándose a partir de la sanción de la Constitución, que
decidió la asignación de jurisdicciones tributarias entre la Nación y las
provincias.

En definitiva, la puesta en explotación de la tierra que la tecnología de


transportes había acercado a los mercados europeos fue el resultado de la
incorporación de capital y trabajo, que se desplazaron debido a la posibilidad
de obtener remuneraciones más altas en Argentina, donde esos recursos
eran más escasos que en Europa, y a la disminución de costos de transporte,
información y otros costos institucionales que generaban la expectativa de
que los titulares de los factores podrían apropiarse de los beneficios que
esos produjeran.

Sistema monetario de Argentina


Gerchunoff y Llach (2018) señalan que la cuestión monetaria fue el punto
más inestable de la política económica aplicada durante el proceso de
consolidación del Estado nacional. Esto se debe a que, como el régimen
monetario tenía su base –desde la época de la colonia– en el uso de la
moneda metálica (el peso de plata de ocho reales), el Gobierno nacional no
tenía posibilidad de realizar una política monetaria. La moneda de curso
legal desde la organización nacional era el peso fuerte de una onza de plata
de 27 gramos y 900 de fino o su equivalente en otras monedas.

En Buenos Aires circulaba desde 1822, con curso forzoso desde 1826, el
papel moneda de la provincia (billetes de banco y de la Caja de la Moneda).
Los intentos de algunas provincias de emitir papel moneda por medio de
bancos de emisión fracasaron o tuvieron muy poca difusión. En ellas circuló
la moneda metálica, el boliviano, que tenía un valor inferior (alrededor de
un 80 %) al de la onza de plata.

De todos modos, el Gobierno nacional incidió en las fluctuaciones del dinero


cuando colocó deuda en el Banco Provincia en 1865 y en 1876, o cuando
colocó los fondos del empréstito en 1870 en el Banco Provincia de Buenos
Aires y luego en el Banco Nacional, con lo que produjo una expansión y una
retracción al retirarlos. También sucedió en 1882, cuando colocó deuda en
el Banco Nacional, y en 1887, cuando autorizó el funcionamiento de bancos
de emisión con la condición de que suscribiera una nueva deuda nacional
que concluyó en la grave crisis de 1890.

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En 1890 el Gobierno incidió en la oferta de dinero al pasar la emisión de los
bancos garantidos a la Nación y cuando se decidieron las restricciones a la
emisión, resultado del arreglo con el Banco de Inglaterra. Finalmente, en
1899 se entró en el régimen del patrón oro con la creación de la Caja de
Conversión.

El funcionamiento del sistema monetario antes de la


crisis de 1890

La negativa del Congreso de la Nación Argentina de emitir leyes que


controlaran la emisión de dinero, sumada a la necesidad de financiamiento
que tenía el Poder Ejecutivo, provocaba que no hubiera una moneda estable.

En 1867 se hizo un primer experimento de convertibilidad aplicable a todo


el país y durante algunos años funcionó, ya que existían entradas de
capitales para financiar inversiones públicas. Esto llevó a la generalización
del uso del billete de banco porque el Banco de la Provincia de Buenos Aires
emitía billetes y notas metálicas convertibles que eran recibidas en pago por
el Gobierno nacional.

Sin embargo, en 1873 hubo una reversión de los flujos de capital y, como
consecuencia, se produjo un déficit de la balanza de pagos. Ante esto, el
Gobierno decidió abandonar el esquema del patrón oro y comenzó a emitir
notas metálicas, que se utilizaban igual que los pesos papel, y terminó
derivando en problemas inflacionarios.

El gobierno de Nicolás Avellaneda decidió aplicar políticas fiscales y


monetarias contractivas para enfrentar el elevado déficit fiscal. También
hubo una reducción de la base monetaria. Las medidas aplicadas provocaron
que hacia 1880 mejoraran las cuentas externas y se pudiera considerar una
unificación seria de la moneda.

A partir de la sanción de la Ley N.° 11301, del año 1881, se creó el peso oro.
Así, todos los bancos de emisión que existían hasta el momento (como el
Banco de la Provincia de Buenos Aires o de otras provincias) estaban
obligados a sustituir sus viejas emisiones de billetes por los nuevos pesos
moneda nacional, que equivaldrían a un peso oro. Esta nueva moneda fue
acuñada por la recién creada Casa de la Moneda. Este avance económico
estaba acompañado por el crecimiento del sector agroexportador. Pero las
cuentas públicas eran deficitarias como consecuencia de las inversiones que

1Ley 1130. (1881). Ley de Monedas. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://goo.gl/moqJtB

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se realizaban en infraestructura, las cuales eran financiadas por créditos
externos.

En 1887 se creó el régimen de bancos nacionales garantidos2, que permitía


a los bancos que cumplieran con ciertas condiciones emitir billetes, siempre
que estuvieran respaldados por bonos del Gobierno. Los bancos financiaron
estas compras con préstamos del exterior.

El incremento del endeudamiento generó el temor de que Argentina no


pudiera honrar sus compromisos, lo cual primero derivó en una fuga de
capitales que depreciaba la moneda. Por esto, la autoridad monetaria
intervenía vendiendo reservas para mantener estable el valor del tipo de
cambio. Luego, cuando las reservas se agotaron, hubo una fuerte
depreciación que encareció el costo de pagar la deuda. Finalmente, el
Gobierno dejó de realizar los pagos, lo que derivó en lo que se conoció como
la crisis de 1890.

La crisis de 1890

La crisis generó un retiro masivo de los depósitos y una contracción crediticia


que afectó las actividades productivas. A su vez, se produjo la quiebra de la
banca Baring Brothers, que era uno de los principales acreedores de
Argentina.

Gerardo Martí (1990) considera que Argentina en 1880 “se caracterizó por
una etapa de vertiginosa prosperidad apoyada por la abundancia de
empréstitos externos” (https://goo.gl/9WjhTZ).

La mayoría de los fondos que los gobiernos y las empresas


obtuvieron… adoptaron la forma de préstamos a interés fijo
y, por consiguiente, implicaban el pago inmediato de un
servicio estipulado en oro…
Mientras los fondos continuaban afluyendo desde el
extranjero no hubo problemas con la balanza de pagos; es
decir, con las divisas necesarias para hacer frente al pago de
los servicios de deuda externa… Pero cuando la corriente de
préstamos se interrumpió los servicios de la deuda externa
más el pago de las importaciones recayeron sólo sobre el
producto de las exportaciones. (Martí, 1990,
https://goo.gl/9WjhTZ).

2Ley 2746. (1887). Ley Relativa a la Conversión de Billetes de Bancos Nacionales Garantidos.
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/MzqSaL

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De este modo, sobrevino la crisis, ya que el monto que obtenía el país a partir
de sus exportaciones no era suficiente como para cubrir los intereses de la
deuda y el pago de las importaciones.

Junto a la crisis económica, se generó una crisis política que derivó en la


renuncia del presidente Miguel Juárez Celman y la asunción de Carlos
Pellegrini, quien era hasta ese momento el vicepresidente. El nuevo
Gobierno negoció un acuerdo con el Banco de Inglaterra bajo la condición
de que se debía controlar estrictamente la utilización de las políticas fiscal y
monetaria. Para esto, se redujo el gasto público, recortando “el presupuesto
a los ministerios, los sueldos a los empleados estatales y las pensiones”
(Gerchunoff y Llach, 2018, p. 61). También se incrementaron los aranceles a
las importaciones, los cuales debían ser abonados en oro.

También hubo un cambio en la política monetaria, ya que se creó la Caja de


Conversión, cuyo objetivo era la reducción gradual de la base monetaria.
Esto fue acompañado por la creación del “Banco de la Nación Argentina para
ganar la batalla a la desconfianza en el sistema financiero nacional”
(Gerchunoff y Llach, 2018, p. 61). Para evitar que se cometieran los mismos
errores que en el pasado, se pusieron límites estrictos al crédito que dicho
banco podía otorgarle al Gobierno.

Las medidas tuvieron buenos resultados y, junto con el incremento de la


producción agropecuaria, hacia mediados de 1890 el país volvió a la senda
del crecimiento, lo que derivó en la obtención de nuevos préstamos del
extranjero.

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Referencias
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). La generación del progreso (1880-1914).
En Autor, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas
económicas argentinas (pp. 15-70). Buenos Aires, AR: Paidós.

Ley 1130. (1881). Ley de Monedas. Honorable Congreso de la Nación


Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=48867

Ley 2746. (1887). Ley Relativa a la Conversión de Billetes de Bancos


Nacionales Garantidos. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/280000-
284999/283957/norma.htm

Martí, G. M. (1990). Argentina: la Crisis de 1890: Endeudamiento externo y


crack financiero. El Trimestre Económico, 57(228), 933-965. Recuperado de
https://www.jstor.org/stable/23398315?read-
now=1&seq=5#page_scan_tab_contents

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