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INTRODUCCIÓN AL DERECHO DIVINO Y AL DERECHO RACIONAL

DERECHO ABSOLUTO
Podríamos decir que “todo derecho viene de Dios”, e la misma manera como se
dice que “todo poder viene de Dios”. Esta afirmación, sin embargo, es relativa. Si todo
derecho proviene de Dios. Entonces todo derecho es divino. Y si admitimos que no es
un pleonasmo decir derecho justo, implícitamente estamos admitiendo que puede existir
un derecho injusto. Ahora bien, ¿es concebible que este último también provenga de
Dios?
Entre los diversos atributos que los filósofos de mayor fuente están acordes en
reconocer al ser Divino, se encuentra el de la Omnipotencia. El sumo Hacedor, se dice,
todo lo puede; es todopoderoso. No se puede imaginar que por encima de él exista un
poder superior, pues entonces dejaría de tener el carácter de divino, el cual pasaría al
ser en cuyas manos estuviera el poder supremo. De manera que si el poder de Dios es
ilimitado, ilimitado es también su derecho. ¿Quiere esto decir que el derecho divino
queda al libre arbitro de la voluntad divina? Más que de la voluntad divina, este derecho
depende de la sapientísima razón del Altísimo, si tenemos en cuenta que también son
atributos de éste, la suma sabiduría y la suma bondad.i Así como un hombre honrado y
bueno podría cometer un crimen si quisiera, pero no lo comete porque su conciencia y
su razón se lo impiden, así la razón y la bondad divina controlan, por así decirlo, la
suma voluntad, formando con ella un todo armónico. Lógico sería pensar que la acción
divina contraviniera los dictados de la razón suprema. Todo en dios es armonía. La
razón ordena, y la voluntad ejecuta.
Llegamos así a la conclusión de que el derecho divino es el sumo derecho, el
derecho absoluto, el derecho total, que Dios posee. Dios posee todo derecho y, sin
embargo, no tiene frente a nadie ninguna obligación. Kant, entre otros, ha hecho notar
igualmente esta carencia de obligación correlativa al derecho divino. ii

ORIGEN DIVINO DE LA NATURALEZA


El supremo creador, con todo el poder y todo el derecho que posee, formó el
universo. En una particular de éste encerró al hombre y lo rodeó de una circunferencia
irrompible, incambiable por la voluntad humana: la naturaleza. iii Esta circunferencia se
rige por leyes naturales que imponen, por decirlo así, obligaciones estrictas e
inviolables a todos los seres de la creación. Pero dentro de toda circunferencia
encontramos siempre el espacio libre del círculo. Dentro de los límites fijados por las
leyes naturales, encontramos un área en la que los entes racionales tienen cierta
libertad de arbitrio (tanto física como psicológica), y los entes irracionales cierta libertad
de movimientos animados o de desplazamiento inanimados. Es precisamente esta
superficie libre a la que hemos denominado derecho natural, o sea, el derecho de hacer
todo lo que la naturaleza permite. (Frente a las obligaciones naturales, aparecen los
derechos naturales.)

Este derecho, según hemos visto, se mide por la fuerza (cualquiera que ella sea:
energía física, inteligencia, habilidad, grande o pequeña) del ser racional o irracional.
De acuerdo con esta idea, si sé acapta que los animales tienen voluntad,
también tiene entonces derecho: podría decirse, por ejemplo, que el tigre tiene derecho
a caminar, a sentarse, a matar, etc. Todo esto, naturalmente, tomando en un sentido
excesivamente amplio la palabra derecho. Aun cuando estos seres animados ignoren
por decirlo así, sus derechos, los ejercitan digamos, inconsciente e instintivamente. No
es la misma situación la que se presenta en los seres inanimados: no podemos decir,
por ejemplo, que la hoja que se pone en movimiento al ser impulsada por el aire,
ejercita un derecho, sino más bien podría decirse que cumple una obligación de
desplazamiento; la hoja es obligada, dijéramos, por el aire a mover. Sólo el hombre está
capacitado para conocer su derecho de fuerza, que puede ejercitar o no ejercitar, y con
respecto al cual no existe, propiamente hablando, una obligación.
Guillermo de Auxerre expone una concepción semejante del derecho natural.
Distingue tras clases de éste: el ius naturale universalissimum, el universalius y el
speciale. Universalissimum es el derecho natural “que se encuentra en todas las
cosas”. De esta justicia natural trata Platón en el timeo. Universalius es el derecho
natural que la naturaleza dicta a todos los seres animados, y del cual había hablado
Ulpiano. El speciale es el derecho natural que ha sido dictado por la recta razón.iv

EL DERECHO RACIONAL
El derecho racional es aquel concebido por la razón. Es exclusivo, pues de todo
ser pensante. Frente a la naturaleza egoísta del hombre, Dios colocó su naturaleza
altruista; frente a la pasión, la razón; frente a lo absurdo, lo lógico.
De acuerdo con este concepto, se tiene derecho a todo lo que no vaya en contra
de la razón; no importa que no sea justo, con tal de que sea tampoco injusto. Como ya
dijimos, todo lo justo es racional, pero no todo lo racional es justo: puede ser ajusto, es
decir, ni justo ni injusto; todo injusto, en cambio, es irracional. Ejemplo de derecho
racional ajusta es el caso que ya hemos citado de la regla de tránsito que ordena según
tal o cual sentido: no es ni justa ni injusta; es simplemente una “norma de ordenación”,
según el nombre que le da Radbruch, desde el punto de vista del derecho estatal, este
precepto es más bien una obligación; desde el punto de vista del derecho racional, es
más bien un derecho, pues la razón no lo ordena ni lo prohíbe, sino simplemente lo
permite. En último análisis, sin embargo, toda obligación entraña o implica un derecho:
el derecho, cuando menos, de cumplirla; pero no todo derecho entraña o implica una
obligación, a menos que sea la de no impedir que se ejercite ese derecho. Estas
obligaciones de “no impedir” se asemejarían bastante a las correlativas de los derechos
positivos llamados reales.
De manera que en el derecho racional encontramos, por vez primera, una
obligación correlativa a un derecho. Al derecho de no hacer injusticia (derecho racional
en sentido amplio) corresponde la obligación de no forzar a cometer injusticia; a la
obligación de hacer justicia (derecho racional en sentido estricto: derecho justo)
corresponde el derecho de recibir justicia. Un ejemplo nos aclarará mejor estas
ideas: frente a la obligación justa que tiene el deudor de pagar su crédito al
acreedor (obligación de recibir justicia); frente al derecho de pagar el adeudo
(derecho de no hacer injusticia), existe la obligación de no impedir esta actitud,
es decir, que el deudor pague su deuda a su acreedor (obligación de no forzar a
hacer injusticia). Podría decirse que el acreedor tiene también derecho a no ser
impedido a recibir el pago de su prestación.

FORMACIÓN HUMANA DEL DERECHO


Finalmente, el hombre, siguiendo la ley natural del más fuerte, se
organiza en estados y forma un derecho político que debe regir su vida en
sociedad. Es siempre el elemento más fuerte de la organización social el que
impone este derecho: o bien u grupo reducido de hombres o un solo hombre
que se impone a la mayor (monarquía o dictadura), o bien la mayoría que se
impone a la minoría (democracia o demagogia). Podríamos decir que este
derecho, que hemos llamado estatal, es el que se encuentra más alejado de
Dios, en la escala que hemos venido siguiendo. Sin embargo, tiene también
algo de divino en cuanto que debe aspirarse en la razón y en la idea de justicia
que ha sido puesta por Dios en la naturaleza humana.
Hemos de advertir que, desde luego, estos varios aspectos del derecho
en general que hemos enfocado, no han de hallarse forzosamente separados
unos de otros, sino que pueden estar, y de hecho están muchas veces,
entremezclados.

NOTAS

i
Cfr. LEIBNIZ, Gottfried Wilhelm, tres ensayos: el derecho y la equidad, la justicia, la sabiduría, trad.
Eduardo García Máynez, centro de estudios filosóficos, cuaderno 7, Universidad nacional autónoma de
México, 1960, pp. 7 y siguientes.
ii
KANT, op. Cit., “División de la metafísica de las costumbres en general”, III, p. 59; La Paz perpetua

(tratado político-filosófico), trad. R.I. Suh, Araujo, Buenos Aires, 1938, sec. 2ª. 1er. Art. Definitivo, p. 31,
nota.
iii
Naturaleza: conjunto de “cosas” en cuya creación no ha intervenido para nada la voluntad del hombre.

En una estatua, el material, si es puro, es natural; la forma no lo es, porque ha sido creada por
la voluntad humana.
iv
Véase FASSO, Guido, op. Cit., t. 1, cap. 15, núm. 4, p. 174.
1. El derecho divino de los reyes

1.1. Escocia e Inglaterra

1.1.1. Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra


Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra (1566-1625) publicó dos obras de interés
para la teoría política:

 La verdadera ley de las monarquías libres (The True Law of Free Monarchies),
en la que desarrolló la doctrina del derecho divino de los reyes.
 El don real (Basilikon Doron), en la que instruía a su hijo y heredero, el duque
de Rothesay, en el arte de gobernar.

Jacobo VI presenta una monarquía absoluta, que asume directamente el poder
supremo de la sociedad. Apoyándose en una falsa argumentación histórica,
mantiene que el poder de la monarquía es anterior a la existencia de la sociedad y
sus estamentos. La monarquía libre es la independiente de reyes extranjeros y,
sobre todo, de resistencias internas (como el Parlamento, la nobleza o las
ciudades). El poder del rey es semejante al poder de Dios, del que procede. Por
ello, el monarca es el creador de la ley y el Parlamento no puede ser más que un
consejo asesor. Los súbditos han de obedecer el poder ilimitado del rey por
obligación cristiana. El derecho de resistencia no existe en el planteamiento del
monarca escocés.

1.1.2. Robert Filmer

Robert Filmer (1588-1653) es recordado en la Historía Política por su


obra Patriarcha, or the Natural Power of Kings, publicada de forma póstuma en
1680 a iniciativa de los tories, con la intención de reforzar ideológicamente la
posición del rey Carlos II frente al Parlamento.
Filmer defendía que la soberanía era indivisible y que pertenecía al rey,
basándose en una doctrina patriarcal y religiosa del poder. Partía de la idea de
que Dios creó al hombre y le dio poder sobre todas las cosas de la Tierra. De esta
afirmación se desprenden dos consecuencias:

 El poder es sagrado, porque fue recibido de Dios y no creado por el hombre.


 El poder es absoluto, porque no está sometido a ninguna limitación humana.

Según Filmer, Dios le concedió el poder a Adán, al patriarca, para que gobernase
sobre Eva y sus hijos, y sobre los hijos de sus hijos. Vemos, pues, que la familia
es el germen de la sociedad civil y el patriarca el del rey.
1.2. Francia

1.2.1. Luis XIV


Luis XIV (1638-1715) publicó algunos libros que llevan su autoría, pero que no
fueron redactados por él. De ellos, el más conocido son las Memorias para la
instrucción del Delfín. A través de estos escritos, se puede captar la personalidad
del Rey Sol. La expresión “El Estado soy yo” refleja claramente su mentalidad:
 Se considera soberano absoluto, armado con la razón de Estado y contra
quien no cabe el derecho de resistencia.
 Y se cree lugarteniente de Dios, y solo responsable de sus acciones ante él.

1.2.2. Bossuet
Jacques-Benigne Bossuet (1627-1704) fue el intelectual más importante de la
época de Luis XIV. Entre sus obras, podemos destacar dos grandes líneas:
 Las redactadas mientras desempeñaba las funciones de preceptor del
Delfín: Política sacada de las mismas palabras de las Sagradas
Escrituras y Discurso sobre la Historia Universal.
 Las motivadas por la polémica con los protestantes, tras la revocación
del Edicto de Nantes: Historia de las variaciones de las iglesias
protestantes y Avisos a los protestantes sobre las cartas del ministro Jurieu.
Bossuet parte de la creencia agustiniana de que la Historia es el resultado de un
plan providencial que puede ser descubierto por la inteligencia humana y cuyo
conocimiento tiene una importancia para los gobernantes.

En la misma línea, el pensador cree que los principios de la política están


contenidos en la Sagradas Escrituras y que el origen del poder es divino. Al
principio de los tiempos, Dios le otorgó el poder al patriarca. Ese poder se fue
transmitiendo hereditariamente. Y de la unión voluntaria de grupos patriarcales
surgió la monarquía, la forma de gobierno más antigua y más natural.

Bossuet señala cuatro características de la autoridad real:

 Es sagrada, porque el rey es lugarteniendo de Dios en su reino.


 Es paternal, porque está inspirada por la bondad.
 Es absoluta, porque el monarca no tiene que dar cuentas a ningún súbdito.
 Es racional, porque el monarca debe actuar conforme a la razón y no de forma
arbitraria.
Los deberes del monarca se dividen en dos vertientes:

 El rey debe administrar justicia.


 El monarca debe auxiliar a la Iglesia católica de su reino, ya que necesita
apoyarse en ella.
2. El derecho natural racionalista

2.1. Althusius

2.1.1. Vida y obra


Johannes Althaus, también conocido por sus variaciones latina –Althusius- y
castellana –Altusio- (1557-1638) nació en Diedenhausen, una ciudad calvinista de
Westfalia. Estudió Derecho, Teología y Filosofía en las universidades de Colonia,
París, Basilea y Ginebra. Tras doctorarse, fue nombrado profesor de Derecho en
la Universidad de Herborn, la única universidad calvinista existente en Alemania.
Su prestigio académico y su profesión calvinista le sirvieron para ser llamado por
las autoridades de la ciudad frisia de Emden, la llamada Ginebra del norte, para
participar en la administración de la ciudad y en la gestión de la iglesia local. Allí
vivió hasta su muerte.
Las tres obras principales de Althusius son:

 Política metódicamente ordenada e ilustrada con ejemplos sagrados y


profanos.
 Convivencia civil.
 Dicaelogica.
2.1.2. Sociedad
Para Althusius, la Política es la ciencia que estudia la sociedad. Por ello, parte del
análisis de la sociedad, poniendo de manifiesto en todo momento su mentalidad
calvinista. El origen de la sociedad es divino, ya que la vida en sociedad es el
modo de vida que Dios ha querido para los hombres de acuerdo con su
naturaleza. Dios quiere que los individuos vivan en symbiosis, en una convivencia
santa (o piadosa) y justa, es decir, conforme a la ley de Dios y al Derecho natural.
La sociedad humana se construye a través de pactos o actos de consentimiento,
mediante asociaciones que van creciendo en complejidad y tamaño. Althusius
distingue entre dos tipos de asociaciones:
 Las asociaciones simples y privadas; son las que establecen varias personas
para satisfacer directamente necesidades vitales. También las llama
primarias, porque de ellas derivan las demás asociaciones. Entre estas,
distingue la familia (la asociación primaria natural) y el collegium (gremio o
corporación, que es la asociación primaria civil).
 Las asociaciones compuestas y públicas; son agrupaciones de asociaciones
privadas que constituyen un cuerpo político (politeuma), cuyo fin es la
colectividad, no los individuos. El politeuma es el sistema de derechos que
regula las aportaciones y participaciones de los miembros. Hay distintos
niveles de politeumas. El primero es la ciudad, que es una asociación
compuesta por muchas familias y colegios que viven en el mismo lugar. El
segundo es la provincia, formada por varias ciudades. Y el tercero es la
sociedad pública universal, la república, el reino o el imperio, que se
caracteriza por disponer de un poder jurisdiccional supremo, la maiestas, que
no reconoce ninguna autoridad política superior.
2.1.3. Gobierno
Para Althusius, la soberanía pertenece al pueblo organizado en sociedad. El
gobernante o “magistrado supremo” solo tiene la administración del poder, por
delegación del pueblo, y está obligado a cumplir el Derecho natural y la ley divina.

Althusius concede el gobierno de la asociación universal al magistrado supremo y


a los éforos:

 El “magistrado supremo” puede ser una institución unipersonal (un rey al


frente de una monarquía electiva –su preferida, al estilo del Imperio- o
hereditaria) o pluripersonal (una “poliarquía”, que puede ser aristocrática o
democrática, en función del tiempo que los gobernantes se mantengan en el
poder –en la aristocrática la persistencia es mayor-).
 Los “éforos” son una institución de influencia claramente calvinista. Actuando
en representación del pueblo, tienen la doble misión de “contratar” al
magistrado supremo y de fiscalizar su gestión, ejerciendo legítimamente el
derecho de resistencia si el gobernante incumple el contrato y se convierte en
tirano.
2.1.4. Estado federal y confesional
Althusius concibe el Estado como una federación libre y pacífica de asociaciones
de nivel inferior. Según el tipo de pacto, la asociación de las asociaciones puede
ser plena o no, en función del grado de cesión de sus respectivas soberanías: si
las ceden, se convierten en miembros de un Estado federal; si no las ceden, son
reinos distintos unidos por una alianza de intensidad acordada por las partes; es
decir, forman parte de una confederación de Estados. Althusius propuso su
política federalista en una época en que la forma estatal predominante era la
monarquía absolutista y centralizadora. Solo se realizó su ideal político en las
Provincias Unidas. Por ello, fue un pensador olvidado.

Por otra parte, Althusius concibe un Estado federal y confesional, de acuerdo con
su profesión calvinista. La república tiene el deber de promover la salud del alma,
la misión de vigilar y actuar para que se cumpla la ley de Dios, la obligación de
proteger la verdadera religión. Para llevar a cabo las funciones religiosas, el
Estado debe contar con una organización eclesiástica dirigida por un presbiterio, al
estilo del gobierno de Ginebra.

2.2. Grocio
2.2.1. Vida y obra
El holandés Huig de Groot (1583-1645), también conocido como Hugo Grotius
o Hugo Grocio, fue un niño prodigio que comenzó a cursar estudios universitarios
de Lenguas clásicas, Filosofía y Derecho a los 11 años en Leiden y Orleans. Con
16 años comenzó a ejercer como jurista. Partidario de la teología arminiana, se
enfrentó a los calvinistas monárquicos en diversas disputas religiosas y políticas, y
en 1618 fue condenado a cadena perpetua y a la confiscación de todos sus
bienes. En 1621 consiguió escapar de la cárcel y se refugió en París, donde vivió
exiliado hasta su muerte.
Formado en la tradición humanista holandesa, la obra de Grocio muestra aspectos
que encontrábamos ya en Erasmo, como un gran dominio del latín, la confianza en
la razón humana, la búsqueda de la conciliación, la paz y el entendimiento entre
los pueblos, o la importancia del Derecho para regular las relaciones
internacionales.

Entre sus obras, podemos destacar dos:

 El derecho de presa (De iure praedae commentarius), del que solo fue
publicado un capítulo titulado El mar libre (Mare liberum). En él, Grocio se
opone a la legitimación del monopolio transatlántico hispano-portugués por
medio las bulas alejandrinas, argumentando que la donación pontificia no
puede tener valor jurídico y que únicamente puede ser considerada como un
arbitraje que obligaba a las partes y no a terceros. Grocio defiende la libertad
de los mares y el derecho natural de comunicación (en la línea de Vitoria).
 El derecho de la guerra y de la paz (De iure belli ac pacis), su obra más
importante, que ha sido considerada como el primer tratado sistemático sobre
el derecho internacional y, además, recoge su teoría sobre el Derecho natural.
2.2.2. Derecho natural
Grocio tiene un papel fundamental en la filosofía porque evoluciona la concepción
escolástica teológica del Derecho natural a una nueva percepción racionalista,
independiente y secularizada.

El pensador parte de la premisa de que una creencia religiosa (el origen divino del
Derecho natural) no podía ser la base de su obligatoriedad global, en un mundo
que no solo acogía a cristianos de distintas confesiones, sino también a paganos,
que profesaban otras religiones.

En busca de solución al problema, Grocio analiza la sociedad. Reconoce la


sociabilidad natural del individuo y afirma la existencia en las agrupaciones de un
orden social básico, elemental, que se fundamenta en una serie de normas que
forman el Derecho natural. Estos principios son una consecuencia directa de las
necesidades y exigencias de los miembros de la sociedad y no del orden del
Universo, que admite haber sido creado por Dios. Por tanto, para Grocio, el
Derecho natural rige la vida social y existe de forma independiente a la voluntad
de Dios.

De esta forma, Grocio afirma la existencia del Derecho natural como un orden
objetivo autónomo e independiente del dogma teológico (y, consecuentemente, del
poder de la Iglesia) y de la autoridad del Estado absolutista. Así, tanto la jerarquía
eclesiástica como los monarcas habían de someterse al Derecho natural.

Para el holandés, la cognoscibilidad del Derecho natural se fundamenta en la


capacidad de la razón humana para definir con rectitud la conformidad o
disconformidad con la naturaleza de las distintas acciones del individuo.
2.2.3. Derecho internacional
En cuanto al Derecho internacional, las aportaciones de Grocio son inferiores a las
de los pensadores españoles:

 Dedica una especial atención al Derecho de gentes, movido por los múltiples
conflictos causados en su época tanto por la fragmentación religiosa, como
por los procesos expansivos europeos y coloniales de las monarquías
absolutas.
 Y trata también el derecho de la guerra:
o Piensa que la declaración de guerra es una competencia de la autoridad
pública, afirmando así la legitimidad de cualquier declaración formal de
guerra realizada por el gobernante, independientemente de la justicia de
la causa.
o Intenta reducir los efectos de las guerras, limitando los daños que es lícito
infligir al adversario en función de los principios de necesidad y
humanidad, y ante la posibilidad de tener que contar a largo plazo, en el
futuro, con la alianza de los vencidos en un enfrentamiento venidero
contra otra u otras potencias.
o Y, por último, concede gran importancia al arbitraje internacional.
2.3. Pufendorf
2.3.1. Vida y obra
Samuel Pufendorf (1632-1694) es la primera gran figura de los pensadores
iusnaturalistas alemanes del siglo XVII. Nació en Sajonia en el seno de una familia
protestante. Estudió Teología y Derecho en la Universidad de Leigzip, y Filosofía y
Matemáticas en la de Jena. Desempeñó trabajos diplomáticos hasta que en 1661
fue llamado por la Universidad de Heidelberg para impartir docencia en la primera
cátedra universitaria de Derecho natural y de gentes. En 1570 aceptó la invitación
de Carlos XI de Suecia para ocupar una cátedra en la Universidad de Lund.
Posteriormente, fue nombrado miembro del Consejo privado del citado monarca.
En 1688 volvió a Alemania, al servicio del príncipe elector de Brandenburgo. Murió
en 1694 en Berlín.
Entre las principales obras de Pufendorf, podemos señalar las siguientes:

 De statu imperii germanici.


 De iure naturae et gentium (su obra más importante, traducida con el
título Derecho natural y de gentes).
 Introducción a la Historia de los más importantes reinos y estados de Europa.
El mérito principal de Pufendorf es que consiguió sistematizar y exponer con gran
claridad y de forma muy metódica las ideas de otros iusnaturalistas coetáneos
(especialmente las de Grocio). El pensador alemán reforzó con sus ideas la
concepción del Derecho natural necesario, inmutable, derivado de la naturaleza
humana y plenamente secular.

2.3.2. Estado, soberanía y forma de gobierno


Pufendorf valora el Estado como la forma más perfecta de sociedad y lo considera
necesario y obligatorio. El Derecho natural es el que rige la vida social en el
Estado.

El alemán explica el origen del Estado partiendo de la sociabilidad natural del


hombre. Cree que se forma en virtud de un doble contrato, social y político. Los
individuos se constituyen en pueblo por medio de un primer contrato social y,
posteriormente, definen en un nuevo contrato político tanto las atribuciones del
gobernante como la existencia de instituciones que limiten su autoridad y controlen
su poder.

El contrato político es origen de deberes recíprocos:

 Por una parte, el deber de obediencia de los ciudadanos.


 Y por otra, el deber del gobernante de promover el orden y el bienestar de sus
súbditos, según su percepción de ambos conceptos (lo que refuerza en gran
medida su poder).
Para Pufendorf, la soberanía es un poder subordinado al Derecho natural, a los
pactos contraídos y a las leyes fundamentales del Estado.

Sobre la forma de gobierno, afirma que el pueblo es quien la decide y recomienda


la monarquía. Sobre el Imperio, concluye que no es un Estado, sino una
confederación de Estados en las que la soberanía queda en manos de los
príncipes electores.

2.3. Leibniz
2.3.1. Vida y obra
Gottfried Wilhelm von Leibniz (1646-1716) nació en Leipzig en el seno de una
familia de profesores universitarios. Desde la niñez mostró dotes para el estudio,
aprendiendo latín por sí solo a los 12 años. Con 14 años inició los estudios
universitarios en su ciudad natal y con 20 ya se había especializado en Derecho y
Filosofía. Tras doctorarse en la Universidad de Altdorf prefirió no dedicarse a la
docencia universitaria y empezó a trabajar para el elector de Mainz. Aunque en un
primer momento desarrolló tareas jurídicas, posteriormente trabajó en temas
diplomáticos. Ello permitió a Leibniz vivir durante un tiempo en París, Londres y La
Haya, lugares en los que entabló contacto y conoció la obra de muchos de los
intelectuales más destacados de su época. Tras la muerte del elector de Mainz,
Leibniz comenzó a trabajar en Hannover para los duques de Brunswick como
historiador, consejero político y bibliotecario. Leibniz pudo dedicarse también a la
realización de investigaciones y a la redacción de escritos sobre distintas
disciplinas: matemática, lógica, física y filosofía. Leibniz falleció en Hannover en
1716.
Durante su vida, Leibniz publicó innumerables panfletos y artículos académicos
sobre Filosofía, Teología, Derecho, Historia, Matemáticas, Física o Biología en
alemán, francés y latín. Mantuvo una correspondencia muy activa, escribiendo a lo
largo de su vida unas 15.000 cartas. Solo publicó tres libros:
 Essais de Théodicée (Ensayos de Teodicea).
 De Ars combinatoria.
 Nouveaux essais sur l’entendement humain (Nuevos ensayos sobre el
entendimiento humano),
2.3.2. Optimismo y reconciliación
Las bases del pensamiento de Leibniz son el optimismo y la reconciliación:

 Toda su producción intelectual de Leibniz está marcada por un profundo


optimismo existencial. Por ejemplo, en sus Ensayos de Teodicea afirma que el
mundo es el mejor de los posibles, defendiendo a Dios de los ataques que
venía sufriendo por la existencia del mal.
 El mismo optimismo le lleva a valorar la capacidad cognoscitiva del hombre y
a creer en la posibilidad de reconciliar y armonizar las ideas de los
pensadores para construir un saber universal.
2.3.3. Filosofía del Derecho
La base del pensamiento político de Leibniz se encuentra en su filosofía del
derecho. El intelectual alemán trató de definir una jurisprudencia universal, un
sistema de derecho común a Dios y los hombres, conciliando y sintetizando
conceptos procedentes de tres perspectivas de la justicia:
 El concepto cristiano (agustiniano): la justicia es concebida como una virtud
universal y suprema, que marca la forma de obrar de los creyentes.
 El concepto platónico: la justicia es el orden eterno e inmutable que los
individuos han de respetar en sus relaciones.
 Y el concepto jurídico romano: la justicia se expresa en la fórmula “neminem
laedere, suum cuique tribuere, honeste vivere”, es decir: no hacer a nadie
(justicia conmutativa, la forma más elemental de justicia), dar a cada uno lo
suyo (justicia distributiva, que trata a cada uno según sus méritos), vivir
honestamente (justicia universal, el grado más alto de justicia).
El segundo principio de la justicia romana, “suum cuique tribuere” (dar a cada uno
lo suyo), constituye el núcleo de la justicia política, la que debe administrar al
Estado. Leibniz reflexiona sobre la propiedad y cree que la mejor forma de
sociedad es la comunista, en la que todos los bienes deberían ser comunes y
distribuidos entre las personas por la autoridad pública. No obstante, afirma que
no es posible tanto por la falta de educación de los individuos, como por la
imposibilidad de que los administradores públicos garanticen una correcta
distribución. Por tanto, la propiedad privada es necesaria y debe ser un derecho
protegido por la ley.

2.3.4. Estado, poder y soberanía


Para Leibniz, el Estado es una sociedad ilimitada y desigual:

 Ilimitada porque su fin es el bien común y no unos bienes concretos.


 Desigual porque unos mandan (los más sabios) y otros obedecen.
Leibniz no utiliza, por tanto, la teoría del contrato social ni le interesa el problema
del origen del Estado. Sí le preocupa que el Estado esté regido por la razón y, en
consecuencia, que no haya lugar para la arbitrariedad. Para evitar esta última,
considera necesaria la existencia de las leyes y la intervención de consejeros en la
toma de decisiones estatales.

Tampoco le preocupa la definición del poder, sino su uso para el fomento de la


economía y de la educación de los súbditos.

Tampoco concede una gran atención al tema de la soberanía, tan debatido y


analizado por sus coetáneos. La define como el supremo poder sobre un territorio,
pero no le importa si el titular de ese poder tiene a su vez que reconocer a un jefe
superior. De hecho, trata de compatibilizar la soberanía de un Estado con el
reconocimiento de la autoridad del emperador, ya que considera que la idea
medieval del Imperio era un sistema mucho mejor que el moderno sistema de
Estados.

2.3.5. La república cristiana


Leibniz cree que el Estado, además de asegurar la convivencia pacifica, basada
en el orden jurídico, debe promover la armonía religiosa, convirtiéndose en una
“res publica christiana”. Por ello, dedicó escritos a la restauración de la unidad de
la Iglesia, elaborando exposiciones doctrinales lo suficientemente imprecisas como
para que pudiesen ser aceptadas por todas las confesiones cristianas. En su
obra Caesarinus Fürstenerius incluso llega a defender la dualidad papa-emperador
al frente de la Cristiandad y la posibilidad de que un concilio pudiese ejercer como
institución reguladora de las relaciones estatales internacionales.

MIGRACIÓN

La migración, a través de los años ha venido evolucionando, trayendo consigo el


progreso y el desarrollo del hombre, la que implica un intercambio de personas,
objetos, recursos económicos, tecnología, cultura, valores, idiomas, etc.

Los movimientos migratorios han estado presente a lo largo de toda la historia del
ser humano, para Douglas Massey citado por Andrés Alejandro Robles Chong1,
históricamente tienen sus orígenes en Europa y han cobrado relevancia desde las
épocas de conquistas, colonias, revolución industrial y mitad del siglo XX, dentro
de las cuales han existido flujos migratorios de europeos hacia África, Asia,
América y Oceanía.

de las Naciones Unidas para los Refugiados inicia su papel en la protección de los
derechos humanos de los desplazados en nuestra región.

Por su parte, la historia migratoria de Estados Unidos de América, se enmarca en


la recepción de millones de personas de alrededor del mundo, quienes han dejado
su país de origen por distintas causas, situándolo entre los principales países
receptores de los flujos migratorios internacionales que ha tenido la historia de la
humanidad, así mismo se convirtió en modelo en la regulación de la inmigración y
prevención de la inmigración irregular.

La Constitución Política de la República de Guatemala no tiene disposición


concreta relativa a la migración, sin embargo el artículo 26 establece la libertad de
locomoción al afirmar que: “Toda persona tiene libertad de entrar, permanecer,
transitar y salir del territorio nacional y cambiar de domicilio o residencia, sin más
limitaciones que las establecidas en la ley (…)”. Por lo que expresa que cualquier
ser humano que se encuentre en Guatemala tiene la libertad de circular en él, sin
más restricciones que las estipuladas en la legislación nacional.

La protección de las personas involucradas en el movimiento migratorio, se deriva


de los compromisos adquiridos en los convenios internacionales en materia de
Derechos Humanos ratificados por Guatemala y Estados Unidos de América,
específicamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, la Convención Internacional
Sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención
Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y la
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.

Dentro de los elementos de estudio de esta investigación se encuentran: la


migración, definida por Víctor Manuel Alfaro Jiménez2 como: “El desplazamiento
de personas o de grupos sociales que se trasladan de un lugar a otro”, respecto a

las causas, la emigración, inmigración y el migrante, el mismo autor indica: “Por


causas de la migración se encuentran las de carácter económico, cultural, de
trabajo o de cualquier otra índole. También se dan esos desplazamientos por
razones políticas o religiosas. El movimiento migratorio es de dos clases, de
adentro hacia afuera, en cuyo caso recibe el nombre de emigración, o a la inversa,
de afuera hacia adentro que se llama inmigración. A quienes se trasladan en uno u
otro sentido genéricamente se los denomina migrantes”.

La migración irregular, como una de las distintas formas de migración, es descrita


por la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala3, al indicar que un
migrante irregular es conocido también como “indocumentado” e “ilegal”, y es
aquella persona que carece de documentos de viaje (pasaporte y/o visa) para el
ingreso y estancia en el país de destino, así como en los países de tránsito,
evadiendo controles migratorios para ingresar a un país y permanecer en él sin
autorización; o persona que habiendo ingresando al país de manera legal,
permanece en el mismo después del vencimiento de su visa, por lo que deja de
tener estatus migratorio legal en el país receptor o de destino.
La Ley de Migración y su reglamento son las disposiciones legales que regulan el
movimiento de personas en el territorio nacional de Guatemala a ellas se adiciona
la Ley del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala, la Ley contra
la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, el Reglamento para la
Protección y Determinación del Estatuto del Refugiado en el territorio del Estado
de Guatemala y el Reglamento de autorización del trabajo de personas extranjeras
a empleadores del sector privado. El Código Federal, la Ley de Inmigración y
Nacionalidad y las leyes estatales, son la legislación específica de Estados Unidos
de América.

Las políticas públicas migratorias, son los lineamientos de actividades y acciones


emitidas por cada país para tratar la migración en su respectivo territorio, para el
caso de Guatemala, la Dirección General de Migración es la encargada de
realizarla en coordinación con las demás instituciones del Estado.

Los Derechos Humanos, son parte fundamental en la vida de los migrantes, ya


sea durante la partida, la estancia en el país receptor, así como también en el
regreso a su país de origen; de acuerdo a la Organización de las Naciones
Unidas, los Derechos Humanos son: “Derechos inherentes esenciales, que las
personas deben gozar para poder vivir como seres humanos de pleno derecho.
Todos los seres humanos merecen la oportunidad de lograr el crecimiento y
desarrollo de sus capacidades, más allá de sus necesidades básicas y de su
supervivencia” 4.

En base a lo expuesto anteriormente y a la importancia de la migración en la


actualidad en el país, se analizó la figura de la migración irregular y su impacto en
los Derechos Humanos, con la finalidad de responder la pregunta de investigación:
¿Cuál es la situación y derechos que le asisten a los migrantes irregulares
guatemaltecos en Estados Unidos de América y a los migrantes irregulares en
Guatemala?, por lo que el objetivo general se traduce en determinar la situación y
derechos de los migrantes irregulares guatemaltecos en Estados Unidos de
América y a los migrantes irregulares en Guatemala.

Los objetivos específicos que se trazaron en la presente investigación, son los


siguientes: determinar el proceso migratorio y sus elementos más importantes;
determinar las vulneraciones a los derechos humanos de los migrantes en
situación de irregularidad; analizar los convenios internacionales en protección de
los Derechos Humanos y en relación al migrante ratificados por Guatemala y
Estados Unidos de América; y, analizar la legislación nacional de Guatemala y
Estados Unidos de América en el ámbito migratorio.
Para Guatemala estos desplazamientos han tenido importancia desde los inicios
de los años 60´s debido al conflicto armado interno, época en la cual miles de
guatemaltecos fueron forzados a dejar el país para resguardar su vida, los cuales
huyeron a otros departamentos y fuera del territorio nacional, donde México fue
uno de los principales destinos; es en este período donde el Alto Comisionado

Desde la aparición del hombre en la tierra, ha existido y evolucionado la migración


como parte fundamental en su desarrollo, el ser humano por naturaleza se ve en
la necesidad de movilizarse y desplazarse en diferentes lugares para satisfacer
sus necesidades básicas como persona; la migración se basa en distintas
acepciones dependiendo del desplazamiento del hombre, originando diversos
efectos y consecuencias, tanto en el lugar de origen cómo en el lugar de destino.

1.1. La migración y sus acepciones

La migración como tal, puede dividirse en: emigración e inmigración.

La Emigración, de acuerdo al Centro Scalabriniano de Estudios Migratorios de


Brasil, es: “El hecho de salir de su local de residencia para establecerse en otra
región o nación”5. Para Guillermo Cabanellas, es: “El fenómeno social,
económico y político a la vez, consistente en el abandono voluntario que uno o
muchos individuos hacen de su patria, para ir a establecerse en otro Estado”6.
Según Ramón García- Pelayo y Gross: “Cuando las personas abandonan su
residencia habitual, por cualquier factor, para establecerse en otro país o región,
se habla de emigración”7.

En cuanto a la inmigración, el Diccionario de la Lengua Española la define como:


“Llegar a otro país para establecerse en él, esencialmente con idea de formar
nuevas colonias o domiciliarse en las ya formadas”8. De acuerdo a la Mesa
Nacional para las Migraciones en Guatemala (MENAMIG): “La inmigración es el
movimiento de la

población que alude a la llegada de un país de personas de otra nacionalidad para


establecerse en él”9. Según Manuel Ossorio: “Es la acción y efecto de inmigrar, de
llegar a un país para establecerse en él los que estaban domiciliados en otro. Se
dice especialmente de los que forman nuevas colonias o se domicilian en las ya
formadas. Constituye, pues, la otra cara de la emigración”.10

Por lo que la emigración es el desplazamiento humano que se realiza por


diferentes causas con el fin de salir de un lugar o país; y la inmigración es el
movimiento del hombre que determina la llegada a un territorio para establecerse
en él.
La movilidad humana que tiene como intención cambiar de residencia, de su lugar
de origen a otro de destino, se da atravesando límites geográficos que
generalmente es una división político-administrativa, a este tipo de movilización,
Aída García Ruiz11 la define como migración. La Organización Internacional para
las Migraciones (OIM), puntualiza que: “El desplazamiento de población hacia el
territorio de otro Estado o dentro del mismo que abarca todo movimiento de
personas sea cual fuere su tamaño, su composición o sus causas; incluye
migración de refugiados, personas desplazadas, personas desarraigadas y
migrantes económicos”12.

Por otro lado Alfaro Jiménez amplía el concepto, al incluir diversos elementos, al
mencionar que: “La migración es el desplazamiento de personas o de grupos
sociales que se trasladan de un lugar a otro, por causas de carácter económico,
cultural, de trabajo o de cualquier otra índole. También se dan esos
desplazamientos por razones políticas o religiosas. El movimiento migratorio es de
dos clases, de adentro hacia afuera, en cuyo caso recibe el nombre de
emigración, o a la inversa, de afuera hacia adentro que se llama inmigración. A
quienes se trasladan en uno u otro sentido genéricamente se los denomina
migrantes”13.

Tal como lo expone Alfaro Jiménez, la persona o grupo de personas que realizan
estos movimientos migratorios se les denomina “migrantes”; dependiendo de la
forma de migración se les conoce como “emigrantes” (los que salen de su país de
origen) o “inmigrantes” (los que llegan a un país distinto al de su origen)

Existen diversas percepciones acerca de la migración, ya que es un tema amplio y


que ha tomado auge en los últimos años; de los conceptos anteriores se puede
inferir que la migración es un movimiento o desplazamiento que realiza una
persona o un grupo de personas, que implica el abandono de lugar de origen a
otro lugar de destino, lo que involucra el cambio de residencia, originado por
diversas causas, con el propósito de mejorar las condiciones de vida. De esto
resulta que las expresiones “emigración e inmigración” son inseparables, ya que
todo emigrante se convierte en inmigrante y viceversa, por lo que el término
“migración” comprende ambos aspectos.

La migración como Derecho Humano, es objeto de diversas posiciones y teorías,


en la doctrina jurídica destacan las siguientes:

a) El derecho de migrar como derecho fundamental del hombre: Luigi Ferrajoli


citado por Osvaldo Mantero14, señala que el derecho de migrar es un Derecho
Humano inalienable, universal, irrenunciable e inclusive superior a la soberanía de
los Estados; María de las Nieves Cenicacelaya mencionada por Montero15 en
perspectiva similar destaca que el derecho de migrar se encuentra reconocido
como derecho fundamental de manera indirecta en los diversos instrumentos
internacionales de Derechos Humanos al reconocer el derecho de la libertad de
circulación y residencia; Karin Irene Linares Robles16 apoya esta idea al aseverar
que el movimiento que realizan los hombres de trasladarse de un lugar a otro, es
un derecho inherente al hombre; pero a su vez explica que a los Estados les asiste
el derecho de elegir a quién dejar entrar y a quién no a su territorio nacional, por
razón de la soberanía; no obstante explica, que sí una persona desea salir de su
país y no es admitida en otro, es una clara violación a su derecho de migración.

b) El derecho de migrar en forma legal: El grupo que apoya esta teoría,


postula que el derecho de migrar le asiste a toda persona siempre y cuando lo
realicen de manera legal o documentado, no reconocen el derecho de migrar
como derecho universal independientemente de cuál sea su estatus migratorio;
Jorge Estrada Silva17, manifiesta que migrar es un Derecho Humano, siempre y
cuando se emigre de forma “documentada”, ya que migrar es un derecho del
hombre así como es el derecho a una nacionalidad, el movimiento migratorio
conlleva responsabilidades tanto para a las personas que migran como para el
Estado, ya que este último tiene la obligación de asegurar la protección legal a
todos sus nacionales, aunque estos se encuentren fuera del país, el cual deben
ser asistidos a través de sus consulados.

c) Derecho a emigrar de forma internacional: Esta posición es generalmente


aceptada por los instrumentos internacionales de Derechos Humanos18, al
reconocer solamente el derecho de emigrar (salir de su país de origen) pero no al
derecho de inmigrar (entrar en el país de destino); en este sentido se pronunció el
Juez Antônio Augusto Cançado Trindade, al emitir voto concurrente19 en la
Opinión consultiva número 18/03 “Condición Jurídica y Derechos de los migrantes
indocumentados” de la Corte Interamericana de Derechos Humanos20, al
expresar que: “A pesar de encontrarse hoy día reconocido el derecho a emigrar,
como corolario del derecho a la libertad de movimiento, los Estados todavía no
han reconocido el derecho correlato de inmigrar,

creando así una situación que ha generado incongruencias y arbitrariedades,


muchas veces afectando negativamente el debido proceso legal. Al perpetuar, de
ese modo, las incertidumbres e inconsistencias, los Estados responsables por esta
situación han dejado de actuar a la altura de sus responsabilidades como sujetos
del Derecho Internacional, el derecho de gentes. Y han creado más problemas
tanto para numerosos individuos directamente afectados como, en última
instancia, para sí mismos, al contribuir indirectamente para la formación de los
flujos de inmigrantes -ilegales-”.

Es opinión personal de la autora que el derecho de migrar constituye un derecho


inherente al hombre; el movimiento migratorio de una persona o de un grupo de
personas deviene de la naturaleza humana, sin embargo no hay que concebirlo de
forma liberal o absoluta, en el sentido de que el hombre puede desplazarse de un
lugar a otro sin limitación alguna, sino que debe entenderse que el derecho de
migrar, se sujeta a las necesidades sociales, culturales, económicas y políticas de
cada Estado, de ahí deviene la necesidad de regular la migración en cada
territorio.

1.2. Formas de las migraciones

El acto de traslado que realiza una persona o un grupo de personas a diferentes


lugares, implica en sus movimientos, diversas formas o clasificaciones, de las que
se pueden desprender las siguientes:

Por el tiempo de duración

Dentro de esta clase de migración, se encuentran: las temporales y las definitivas.


Según Juan de Ávila21, a los desplazamientos que se llevan a cabo por algún
tiempo determinado por diferentes causas, como estudios, trabajos temporales,
visitas, etc. se les conocen como migraciones temporales; y a los que se hacen
con el objeto de no regresar a su lugar de origen se le denominan migraciones
definitivas.

Entre los migrantes temporales, se encuentran los trabajadores temporeros o


agrícolas, los cuales se desplazan de manera periódica en búsqueda de nuevos
medios para su sobrevivencia, para el Centro Scalabriniano de Estudios
Migratorios22, generalmente son agricultores que poseen medios de producción y
que emigran para vender de manera temporal fuerza de trabajo en fincas de
producción agrícola para garantizar el sustento de su familia.

Dentro de esta forma de migración, también se encuadran los trabajadores


fronterizos (los que viajan diariamente o cada cierto tiempo para trabajar en la
frontera de un Estado vecino) y los trabajadores itinerantes (aquellos que viajan a
otros países por periodos cortos, por su ocupación u oficio).23
En principio, las migraciones temporales tienen como objeto el establecimiento en
un territorio por un periodo de tiempo determinado; sin embargo, estas pueden
convertirse en definitivas al quedarse de manera permanente en el lugar de
destino

Por el motivo que se realizan

Esta forma de migración, se divide en dos: las forzadas y las voluntarias. De


acuerdo la MENAMIG, las forzadas se refieren a: “Desplazamientos de personas
de un lugar a otro por motivos ajenos a su voluntad y en función de salvaguardar
la vida y su subsistencia, tales como desastres naturales, conflictos armados o
guerras, amenaza y persecución”24. El Instituto de Estudios sobre Desarrollo y
Cooperación Internacional de España, manifiesta que las voluntarias: “Son
movimientos de población en el que las personas gozan de una determinada
capacidad de elección ante la posibilidad de su desplazamiento”25.

En muchos de los casos, las personas emigran por encontrarse en condiciones de


miseria, pobreza, exclusión social y falta de empleo, haciendo que este
desplazamiento se realice de forma forzada por no contar con elementos
esenciales para su subsistencia en su lugar de origen.

El migrante económico, es uno de los que emigra de manera forzada; al respecto,


el Servicio de Alianza de Refugiados de Canadá26 explica que este se moviliza de
un lugar otro para mejorar sus condiciones de vida; la motivación para emigrar es
por razones económicas. De este tipo de migrante, surge el trabajador migratorio,
quien se desplaza por la búsqueda de mejores ingresos a través del trabajo; tal
como expresa la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de
todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares: “El trabajador migratorio,
es toda persona que vaya a realizar, realice o haya realizado una actividad
remunerada en un Estado del que no sea nacional”27.

El refugiado, también emigra forzosamente al huir de alguna persecución; la


Convención sobre el Estatuto de los Refugiados define a este como una persona
que: “Debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión,
nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se
encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos
temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de
nacionalidad y hallándose fuera del país donde antes tuviera su residencia
habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él”28. La
Declaración de Cartagena sobre Refugiados de 1984 agrega lo siguiente: “De este
modo, la definición o concepto de refugiado recomendable para su utilización en la
región es aquella que además de contener los elementos de la Convención de
1951 y el Protocolo de 1967, considere también como refugiados a las personas
que han huido de sus países porque su vida, seguridad o libertad han sido
amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos
internos, la violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que
hayan perturbado gravemente el orden público”.

Por lo que se puede inferir que refugiado es aquella persona que por temores de
ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un
determinado grupo social, opiniones políticas, o por amenazas por agresiones
graves a su vida, seguridad o libertad, agresión extranjera, conflictos internos,
violación masiva de sus derechos humanos u otras circunstancias que perturben
gravemente el orden público, han huido de su país sin querer regresar a él, en
búsqueda de protección en otro territorio.

En Guatemala, el refugio como migración forzada tuvo su origen alrededor del año
de 1954 por efecto del golpe de Estado a Jacobo Arbenz, guatemaltecos huían al
vecino país del norte, en donde solo se concedió asilo29 a distinguidos
intelectuales, escritores y dirigentes políticos30. Sin embargo tuvo su auge a
inicios de los años sesenta debido al conflicto armado interno que duró 30 años31;
la guerra civil tuvo como consecuencia un movimiento masivo de población
guatemalteca hacia el exterior, especialmente al sur de México.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados


(ACNUR)32, los refugiados del conflicto armado interno, se desplazaban en forma
masiva y forzada a inicios de los años ochenta, a final de 1981 habían alrededor
de 2,500 guatemaltecos en México; el problema radicaba que para ese año
México no era parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre los
Refugiados de 1951 ni de su Protocolo (1967), por lo que a la llegada a este país
fueron expulsados. Al año siguiente, ACNUR y la Comisión Mexicana de Ayuda a
los Refugiados (COMAR) tuvieron una serie de reuniones con autoridades
mexicanas para poder reconocerles como refugiados a los provenientes de
Guatemala, como fruto de estas sesiones y manifestaciones internacionales, el
ACNUR abrió su primera oficina en México y se procedió a registrar a los
guatemaltecos como refugiados, aunque no todos se registraron, para 1984 la
cifra de migrantes forzados ascendió a más de 46,000. Los refugiados fueron
repartidos en todo México tras la adopción de políticas de traslados de estos en
campamentos y asentamientos.

. Por razón a su situación legal

Esta forma de migración se clasifica en: legales u ordenadas e irregulares o


ilegales. Víctor Manuel Alfaro Jiménez40 menciona que la migración legal u
ordenada es aquél traslado que realiza una persona o un determinado grupo de
personas desde su lugar de origen hacia uno nuevo, con arreglo a las leyes y
reglamentos que rigen la entrada, permanencia y salida del país de destino; en
cambio, las migraciones irregulares son las que se ejecutan por medios ilegales
y/o con documentos no válidos o falsos.

La Convención Internacional para la Protección de los Derechos de todos los


Trabajadores Migratorios y sus Familiares41 establece que los migrantes en
situación regular o legal, son aquellas personas que han sido autorizadas para
ingresar, permanecer y ejercer actividades en el país en donde se establezcan, el
cual es distinto a su país de origen. Y son considerados migrantes en situación de
irregularidad, aquellas personas que no cumplen con las condiciones anteriores.

Para MENAMIG42, un migrante irregular es conocido también como


“indocumentado” e “ilegal”, y es aquella persona que carece de documentos de
viaje (pasaporte y/o visa) para el ingreso y estancia en el país de destino, así
como en los países de tránsito, evadiendo controles migratorios para ingresar a un
país y permanecer en él sin autorización; o persona que habiendo ingresando al
país de manera legal, permanece en el mismo después del vencimiento de su
visa, por lo que deja de tener status migratorio legal en el país receptor o de
destino.

La regularidad y irregularidad del estatus migratorio de una persona se basa en las


leyes migratorias de cada país; la segunda es la que lamentablemente se da más
en nuestro país.

REFERENCIAS

1 Catarina, Universidad de las Américas de Puebla. Robles Chong, Andrés


Alejando. Cap. II Situación Migratoria en México, México, 2008,
disponibilidad en línea:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lec/robles_c_aa/capitulo2.pdf

2 Universidad Nacional Autónoma de México, Alfaro Jiménez Víctor Manuel,


Universidad Nacional Autónoma de México, Migración en el Glosario de términos
de derecho constitucional, México, 2011, disponibilidad en línea:
http://www.paginaspersonales.unam.mx/acad/victormanuelalfaro/archivos,
consultado el 14 de enero del 2012

3 Bezares Cóbar, Patricia. Términos más utilizados en la temática migratoria con


énfasis en los Derechos Humanos, Guatemala, ServiTextos F.L., 2009. páginas 41
y 42
4 Centro de Informaciones de Naciones Unidas, Derechos Humanos, 2000,
disponible en línea: http://www.cinu.org.mx/ninos/html/onu_n3.htm, consultado el
14 de octubre de 2011

5 Centro Scalabriniano de Estudios Migratorios, Breve glosario sobre migración y


pastoral, Brasil, 2007, disponibilidad en línea: http://www.csem.org.br/wp-
content/uploads/2011/09/Verbetes- Corre%C3%A7%C3%A3o-ESP-CSEM-21.pdf,
consultado el 6 de junio de 2012

6 Cabanellas de las Cuevas, Guillermo. Diccionario Jurídico Elemental, fuente:


CD-ROM, Argentina, 2006

7 Emigración, Diccionario Práctico Larousse del Español Moderno, México,


Editorial Larousse, 2007, página 191

8 Real Academia Española, inmigración, España, 2011, disponibilidad en línea:


http://buscon.rae.es/draeI/, consultado el 11 de octubre de 2011

9 Bezares Cóbar, Patricia. Términos más utilizados en la temática migratoria con


énfasis en los Derechos Humanos, Guatemala, ServiTextos F.L., 2009, página 34

10 Ossorio Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales, fuente:


CD-ROOM, Guatemala, 2009.

11 Ruiz García, Aída. Migración oaxaqueña, una aproximación a la realidad.


México. Editorial de la

Coordinación Estatal de Atención al Migrante Oaxaqueño, 2002, página 19

12 Migración, Glosario sobre Migración, Suiza, editor: Organización Internacional


paras las Migraciones, 2006, página 38

13 Alfaro Jiménez Víctor Manuel, Op.cit.

14 Red Académica Uruguaya, Osvaldo Mantero de San Vicente, El derecho a


migrar, Uruguay, 2010, disponibilidad en línea:
http://www.rau.edu.uy/universidad/inst_derecho_del_trabajo/derecho_a_migrar.ht
m#_ftnref127, consultado el 6 de junio de 2012

15 Loc. Cit.

16 Linares Robles Karin Irene, Memoria de la V Conferencia Nacional


sobre Derechos Humanos,Guatemala, Serviprensa S.A., 2007. Página 127

21 De Ávila, Juan. La importancia de las migraciones, cátedra impartida a alumnos


del programa E.S.O. disponible en línea:
www.maestrojuandeavila.es/Departamentos/.../3eso/migraciones.doc. consultado
el 11 de octubre de 2011

22 Centro Scalabriniano de Estudios Migratorios, Op. Cit.

23 Bezares Cóbar, Patricia. Op.cit., Pág. 34

24 Ibid., Pág. 57.

25 Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional, Diccionario


de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo: Migración forzada,
España, 2006, disponibilidad en línea:
http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/143, consultado el 10 de junio de 2012
AUTORES DEFINICIONES DE MIGRACIÓN

Michael Kearney y Bernadete Beserra definen a la migración como “un movimiento


que atraviesa una frontera significativa que es definida y mantenida por cierto
régimen político –un orden, formal o informal- de tal manera que cruzarla afecta la
identidad del individuo”.3

Asimismo, Ludmila Borisovna Biriukova en su libro Vivir un espacio. Movilidad


geográfica de la población, menciona que “la decisión de migrar es el resultado de
un cálculo racional en el cual cada individuo compara los costos de la migración
con sus recompensas”.4 Todo aquel que decida en un momento dado migrar de
su lugar de origen, tiene que analizar todas y cada una de las opciones que tenga
presente y saber el costo- beneficio de la decisión que tome.

De la misma manera Iain Chambers apunta “la migración implica un movimiento


en el que el lugar de partida y el punto de llegada no son inmutables ni seguros.
Exige vivir en lenguas, historias e identidades que están sometidas a una
constante mutación.”5 Es muy importante que la persona que decida abandonar o
cambiar su lugar de origen debe de estar consiente del proceso de asimilación al
que se va a enfrentar y saber que en muchos casos no es nada sencillo adoptar
nuevas formas de convivir y de desarrollarse en una sociedad distinta a la suya.

Vivir en otra parte significa estar constantemente inmerso en una conversación en


la que las diferentes identidades se reconocen, se intercambian y se mezclan,
pero no se desvanecen. En este sentido, las diferencias funcionan no
necesariamente como barreras, sino más bien como signos de complejidad. Ser
extranjero en tierra extranjera, estar perdido constituye quizás una condición típica
de la vida contemporánea.6

Eduardo Sandoval, antropólogo social en su libro Migración e identidad:


experiencias del exilio puntualiza que “el concepto de migración ha sido utilizado
para hacer referencia a la movilidad geográfica de las personas, -de manera
individual o en grupo-, que se desplazan a hábitats distintos al de su
cotidianeidad”.7 Como se puede ver, no existe una sola definición de migración
debido a que es un tema bastante amplio y controversial. Podemos encontrar
distintas percepciones y opiniones acerca de la migración. Para entender mejor
este fenómeno debemos de definir qué es un migrante, cuál es la zona de origen o
zona de salida, cuál es la zona de destino o zona de entrada, los tipos de
migración, causas, consecuencias, elementos, características y factores de la
migración
Según Alejandro I. Canales9 y Christian Zlolnisky10, los migrantes se pueden
catalogar del siguiente modo: trabajadores migrantes temporarios (los cuales son
invitados a laborar en determinado país durante un tiempo conciso), migrantes
altamente calificados o profesionales (intra-firma), migrantes irregulares
(indocumentados o ilegales), refugiados (quienes son perseguidos y corren peligro
en su lugar de origen debido a diferencias ideológicas y culturales, discriminación
racial, etc.) y solicitantes de asilo. Se debe de resaltar el hecho de que los
migrantes irregulares son en muchas ocasiones victimas de explotación laboral,
debido a que el sueldo que reciben es muy bajo, tienen pésimas condiciones de
trabajo, no hay medidas de seguridad dentro de su medio laboral, no cuentan con
vacaciones, lo que se traduce en una ausencia total de derechos laborales.

Estos diferentes tipos de migrantes, obedecen a los distintos tipos de migración


que existen, Gordon F. De Jong y James T. Fawcett argumentan que

Migration typologies often focus on such issues as time (permanent, temporary);


distance (short, long); boundaries crossed (internal, external); areal units involved
(communities, counties, status, nations, cultures), and the numbers involved
(individuals, groups).11

El Consejo Estatal de Población del estado de Puebla (COESPO) señala que

Ningún país ni región del mundo escapa a la dinámica de las migraciones o puede
mantenerse ajeno a sus consecuencias. La mayoría de los movimientos
migratorios se debe a la búsqueda de mejores condiciones de vida, y su dinámica
es favorecida por complejos factores estructurales como las asimetrías
económicas entre las naciones, la creciente interdependencia económica y las
intensas relaciones e intercambios entre los países.12

Borisovna argumenta que “la migración es causada por ciertas fuerzas sociales,
económicas, políticas y ecológicas (o una mezcla de estas) que preceden
claramente al movimiento de población en una secuencia temporal de causa-
efecto.”13

Mireille Roccatti advierte que algunas de éstas obedecen a la explosión


demográfica, lo que ocasiona la insuficiencia de espacios, disminución de
oportunidades y las fricciones interpersonales, intergrupales o intercomunitarias.
También a la desocupación o desempleo que inhibe las posibilidades de
subsistencia y progreso individual y colectivo, ya que las desigualdades
económicas se polarizan en perjuicio de los que menos tienen y éstos son los que
optan por la emigración.
Lourdes Arizpe menciona que “cada clase social tiende a generar un tipo
específico de migración en respuesta a los procesos económicos que los
afectan”.16 Las razones dependen de los motivos de cada persona que esta
dispuesta a migrar. Respecto a esto, Julie DaVanzo recalca

People migrate for many reasons: to escape distressed areas, to find better jobs,
even to satisfy a feeling of wanderlust. Rural people are attracted by the bright
lights of the city; city people move to countryside offer a pleasant climate or
abundant recreational opportunities.17

Como todo fenómeno social, la migración tiene consecuencias positivas y


negativas dentro de los individuos y las sociedades. Dentro de los márgenes
positivos encontramos la oportunidad de mejorar la calidad de vida de los
migrantes y la adquisición de un mejor empleo. El aspecto negativo se ve reflejado
en un sentimiento de pérdida de identidad nacional y de sus costumbres. Así como
la ruptura en muchas ocasiones con los lazos familiares y de amistad y el hecho
de enfrentarse con un idioma distinto al suyo.

Para Everett Lee existen cuatro factores que determinan la migración: los factores
asociados con el área de origen, los factores asociados con el área de destino,
obstáculos que intervienen y los factores personales.18

Leigh Binford indica que

La migración representa otra estrategia de sobrevivencia desplegada en un


alterado campo social de poder. Salvo raras excepciones, los migrantes buscan la
oportunidad de ganar un salario honesto; más que victimarios, es mucho más
probable que los migrantes sean víctimas de voraces coyotes, bandas de
narcotraficantes, patrones explotadores, policías y agentes corruptos
mexicanos.24

Wayne Cornelius señala al respecto que

El fenómeno de la migración es una de las fuentes constantes tanto de conflicto


como de cooperación en la relación entre México y Estados Unidos. Por más de
un siglo, los trabajadores migrantes mexicanos han sido alternadamente
bienvenidos o perseguidos en Estados Unidos, y en ocasiones ambas cosas a la
vez.25

REFERENCIAS

3 Kearney, Michael y Bernadete Beserra. (2002). “Migration and Identities- A


Class-Based Approach”. Latin American Perspectivas, Issue 138, Vol. 31, No. 5,
Septiembre, p. 4
4 Borisovna Biriukova, Ludmila. (2002). Vivir un espacio. Movilidad geográfica de
la población. Puebla: Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, p.
33

5 Iain Chambers. (1994). Migración, cultura, identidad. Buenos Aires: Amorrortu


editores, p. 19 6 Ibíd., p. 37

7 Sandoval Forero, Eduardo. (1993). Migración e identidad: experiencias del exilio.


Toluca: Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad
Autónoma del Estado de México, p. 25

8 Manuales sobre métodos de cálculo de la población. (1972). Manual IV. Métodos


de medición de la migración interna. Nueva York: Naciones Unidas, Departamento
de Asuntos Económicos y sociales, p. 3

9 Profesor-Investigador, del Departamento de Estudios Regionales-INESER, de la


Universidad de

Guadalajara, México.

10 Profesor-Investigador del Departamento de Estudios Sociales, de El Colegio de


la Frontera Norte, México.

11 De Jong, Gordon F. y James T. Fawcett. (1981). “Motivations for migration: An


assessment and a values expectancy research model.” En Gordon F. De Jong y
Robert W. Gardner (Eds.) Migration Decision Making. Multidisciplinary Approaches
for Microlevel Studies in Developed and Developing Countries. New York :
Pergamon Press, p. 16

12 (2004). “Migración mexicana hacia los Estados Unidos”. Revista del Consejo
Estatal de Población. Segundo Trimestre del 2004. Año XII, No. 53, p.5

13 Borivsona, op. cit., p. 44

14 Ibíd., p. 57

15 Roccatti, Mireille. (1999). “Derechos humanos de las mujeres y los niños


migrantes”. En Memoria del Coloquio Nacional sobre Políticas Públicas de
Atención al Migrante, Gobierno del Estado de Oaxaca, pp.37-38

16 Arizpe, Lourdes. (1980). La Migración por relevos y la reproducción social del


campesinado. México, D. F.: Centro de estudios sociológicos. El Colegio de
México, p. 6
17 DaVanzo, Julie. (1981) “Microeconomic approaches to studying migration
decisions”. En Gordon F. De Jong y Robert W. Gardner (Eds) Migration Decision
Making. Multidisciplinary Approaches for Microlevel Studies in Developed and
Developing Countries. New York : Pergamon Press, p. 90

18 De Jong y Fawcett, op. cit., p. 20

19 Sandoval, op. cit., p. 29

20 United Nations and International Organization for Migration. (1995). Foreign


Direct Investment, Trade, Aid and Migration. Genova: United Nations, p. 10

21 Arango, Joaquín. (2000) “Enfoques conceptuales y teóricos para explicar la


migración”. UNESCO: Revista Internacional de Ciencias Sociales, No. 165,
Septiembre, p.35

22 Bueno Sánchez, Eramis et. al. (2004). Apuntes sobre la migración internacional
y su estudio. Zacatecas:Universidad Autónoma de Zacatecas, Unidad Académica
de Ciencias Sociales, p.43

23 Ruiz García, op. cit., p.14

24 Binford, Leigh. (2000). “Migración transnacional, criminalidad y justicia popular


en el Estado mexicano contemporáneo”. En Leigh Binford y Maria Eugenia
D'Aubeterre (Eds). Conflictos migratorios transnacionales y respuestas
comunitarias. Puebla: Gobierno del Estado, Instituto de Ciencias Sociales y
Humanidades de la BUAP, p. 35

25 Cornelius, Wayne A. (1989). “Flujos migratorios mexicanos hacia Estados


Unidos: Introducción”. En

Jorge A. Bustamante y Wayne A. Cornelius (Eds). Retos de las relaciones entre


México y Estados Unidos. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, p. 15

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