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Nombre: Silvia Beatriz Orosco García. Fecha: Octubre 12 de 2019.

Guía para el estudio de la Encíclica “Laudato Si”


El Papa Francisco, en la encíclica “Laudato Si”, nos invita repetidamente al diálogo para
enfrentar la crisis ambiental actual, a la vez indica una clara relación entre la justicia social,
la protección al medio ambiente, el compromiso con los pobres y con la sociedad, y la paz
interior.
 Capítulo 1: ¿Qué le está sucediendo a nuestra casa común?
En este capítulo, el Papa expone seis áreas que requieren un análisis cuidadoso acerca de
la diversidad de opiniones de la situación actual del mundo y las posibles soluciones. La
primera consiste en la contaminación que afecta a todas las personas, generando daños
en la salud y con ello muertes. Con el avance de los años, se van generando más residuos
altamente tóxicos para el ser humano, y al ser humano no parece importarle dejar un
mundo deteriorado a las futuras generaciones. El agua potable es un recurso vital e
indispensable para la vida del ser humano y para sostener el ecosistema. Es un derecho
humano básico y universal; sin embargo, no todos tienen acceso a el. La tercera área es la
pérdida de la biodiversidad a raíz de las demás áreas, se han ido extinguiendo diferentes
especies de flora y fauna, por el beneficio de la especie humana. La cuarta área consiste
en el deterioro de la calidad de vida humana y la degradación social que se refiere al
progreso integral y mejoramiento de la calidad de vida.
La quinta área consiste en la inequidad mundial, refiriéndose que al deterioro mundial afecta
más a las personas de escasos recursos, se busca plantear una justicia integral en las
discusiones del medio ambiente para tomar responsabilidad sobre el asunto. Finalmente el
papa menciona la débil respuesta a los problemas ambientales que a pesar del avance
tecnológico que existe en la actualidad, no se ha encontrado una respuesta a la crisis.
 Capítulo 1I: El Evangelio de la creación – La visión Franciscana del Papa.
Además de plantear las diferentes áreas que afectan al mundo y al ser humano, el Papa
desarrolla una propuesta que radica en la fe y en la biblia. El Papa expone que si se quiere
buscar una solución, debe de existir un equilibrio entre la ciencia y la religión, la razón y la
fe porque el ser humano es parte de la creación de Dios. Ve la naturaleza como un sistema
que puede ser estudiado, entendido y controlado y la creación como un regalo del Padre.
Por ello, expone que el ambiente natural es un bien colectivo y responsabilidad de todos.
 Capítulo III – La raíz humana de la crisis ecológica
En este aspecto el Papa busca que el ser humano reflexione acerca de sus acciones en el
mundo, acerca de las causas de la crisis ecológica y tomar las decisiones necesarias para
resolverlo. Para ello, se debe crear una estructura de principios y comportamientos con
los que propone varios puntos de discusión; en lo que los avances tecnológicos deben ir
acompañados del desarrollo de la responsabilidad del ser humano; es decir de sus valores
y de su conciencia ante el crecimiento económico. Para que el hombre realmente reflexione
acerca de la obligación que tiene de cuidar y preservar el ecosistema debe de saber quién
es, valorarse a sí mismo como persona, como un regalo de Dios. .
Es necesario que se promueva el desarrollo personal, donde se ponen en juego muchas
dimensiones de la vida: como la creatividad, la proyección en el futuro, el desarrollo de la
capacidad, el ejercicio de los valores, la comunicación con los otros para una actitud de
adoración hacia Dios.
 Capítulo IV – Una ecología Integral.
Una ecología integral es aquella que comprende las dimensiones humanas y sociales. El Papa
explica que existen diferentes tipos de ecología, tales como la ambiental, la económica, la
social, la cultural, y la de la vida cotidiana. La ecología ambiental, económica y social se
refiere a las condiciones de vida en una sociedad con modelos de desarrollo, producción y
consumo. En definitiva, una solución es combatir la pobreza para devolver la dignidad a las
personas afectadas y a su vez cuidar de la naturaleza y así mejorar las condiciones de
vida. La ecología cultural se refiere a que junto al patrimonio natural, hay un patrimonio
histórico, artístico y cultural con la que el ser humano homenajea a la cultura, haciendo
énfasis en las comunidades indígenas y sus tradiciones. La ecología de la vida cotidiana se
refiere a la generosidad y creatividad que responden al medio ambiente. Es importante que
las generaciones tengan claro que la generosidad es la noción del bien común extendida a
las generaciones del futuro como esencia de justicia para aquellos que aún no existen. El
Papa afirma ““La atenuación de los efectos del actual desequilibrio dependen de lo que
hagamos ahora mismo, sobre todo si pensamos en la responsabilidad que nos atribuirán
los que deberán soportar las peores consecuencias”.
 Capítulo V – Directrices para una acción basada en el diálogo
El Papa propone algunos recorridos importantes que nos proporcionan herramientas para
salir de la autodestrucción provocada por el mismo ser humano. El Papa promueve una
serie de diálogos que deben ser desarrollados en el ambiente político internacional. El diálogo
sobre el medio ambiente en la política internacional no ha caudado el impacto que amerita
la gravedad del daño al medio ambiente. Como estrategia de políticas nacionales o locales
debería de existir leyes que promuevan la responsabilidad ambiental de los pequeños
productores para que preserven los ecosistemas más cercanos.
El Papa también propone un diálogo acerca de la política y la economía para la plenitud
humana, el cual consiste estar al servicio de la vida humana, y la protección ambiental no
debe estar asegurada sólo en base de un análisis costo-beneficio de una producción.
 Capítulo VI – Educación ecológica y espiritualidad
El Papa nos orienta hacia un estilo nuevo de vida en el que las acciones deben ser con un
enfoque moral y no solo económico, y a su vez debe de generarse un vínculo entra la
humanidad y el medio ambiente en el que se viva una conversión ecológica. Esto conlleva
una capacidad para convivir en unión y fraternidad.
El Papa llama, además, a un dialogo entre las ciencias y los diferentes movimientos
ambientalistas. “La gravedad de la crisis ecológica nos exige a todos pensar en el bien
común” promoviendo un dialogo que pueda l evar a resultados concretos”.

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