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Capítulo 1 - ¿Por qué este libro?

April 27, 2017

__ ¿Puede usted contestar me algunas preguntas acerca del calvinismo?- Preguntó un


joven sentado a la mesa conmigo y otros, mientras cenábamos en una ciudad donde
daba una conferencia. [1]

__ ¿Por qué preguntas?

__Escuchamos que escribió un libro acerca del calvinismo.

__Sí, por cierto -contesté- un libro que no quise escribir. Hay buenos cristianos
en ambos lados del tema. Lo menos que quiero hacer es crear más controversia- pero
es un tema que debe ser enfrentado y tratado a fondo.

Al mirar alrededor de la mesa, me sorprendió ver el interés repentino en cada


rostro. Todos escuchaban atentamente.

__No le di mucha importancia al calvinismo por años. De repente, o al menos así me


parecía a mí, en los últimos años el calvinismo ha surgido como un tema popular en
todo lugar. Quizá aún me entero, aunque me parece que esta doctrina peculiar se
está promoviendo más amplia y agresivamente que en cualquier otro tiempo del
pasado.

__Un tiempo atrás, nuestra iglesia trajo un pastor asistente nuevo, graduado de
Master’s College del Seminary en California del sur.- explicó el joven: “Él
introduce el calvinismo en casi todas sus secciones de estudio bíblico”.

__Déjeme que sugiera como él lo hace - le respondí. Él le pregunta a la clase,


“¿Qué creen ustedes que sucede primero, fe o regeneración?” Todos dicen, ‘por
supuesto que fe, cree en el Señor Jesucristo y serás salvo’. Entonces él los reta
diciendo, ‘Pero el hombre está muerto en delitos y pecados. ¿Cómo puede un hombre
muerto creer?

Yo ya tenía la atención total de este joven.

__ ¡Exactamente así es qué sucede! ¿Cómo lo supo?

__Entonces el pastor explica - yo le dije - que Dios tiene que dar vida
soberanamente a aquellos que están espiritualmente muertos, antes de que puedan
creer o aun entender el evangelio, la regeneración debe preceder la fe.

__ ¡Sí, tiene razón! ¡Pero me parece muy extraño... es como si tuviera que ser
salvo, antes de ser salvo!

__El calvinista no lo diría en esas precisas palabras - respondí- pero es aún más
extraño que eso. Sin entender o creer cualquier cosa acerca de Dios, Cristo o la
Biblia - porque el que está totalmente perdido, no puede creer hasta ser regenerado
- los ‘elegidos’ son vivificados por un acto soberano de Dios, sin ninguna
pretensión o participación de parte de ellos, y sin aun saber lo que les está
sucediendo en ese momento.

__Es exactamente lo que él ha estado enseñando,- añadió otro miembro de la misma


iglesia. -No tiene sentido. Nunca he leído algo así en la Biblia.

__ ¿Es usted el único que ha expresado preocupación?- Pregunté: ¿Aquellos que


pensaban que la fe sucede primero, aceptaron este nuevo concepto inmediatamente?
__La mayoría sí. Pero esto ha causado alguna confusión. Y algunos se han ido de la
iglesia.

__ ¿Nadie lo reta con el obvio hecho de que la muerte espiritual no se puede


comparar con la muerte física? -le pregunté- ¿Qué sucede con las personas muertas
físicamente, no solo son incapaces de creer, pero tampoco pueden pecar o hacer
cualquier otra cosa?

__Creo que ninguno de nosotros hemos pensado en eso.

__ ¿Qué dice el pastor titular?

__Parece no saber cómo manejar la confusión que se ha creado. Nunca hemos escuchado
algo así desde el púlpito, pero ahora también escuchamos reseñas del calvinismo
filtrándose en sus sermones.

La conversación siguió así por algún tiempo. Cada aspecto nuevo del calvinismo que
expliqué fue recibido con exclamaciones como: “¡Sí, eso es exactamente lo que
estamos escuchando!” Otros invitados de diferentes partes del país, empezaron a
relatar sus propias experiencias. Uno de ellos recientemente dejó su Iglesia, la
cual se dividió, debido al tema de calvinismo. Los diáconos habían votado para que
cada miembro firmara una declaración de fe calvinista. Otro más llegó de una
Iglesia donde el pastor y los ancianos tomaron medidas fuertes en contra de un tema
que consideraban divisorio, y desasociaron a un maestro de la escuela dominical por
influenciar a sus estudiantes de secundaria con el calvinismo, a pesar de ser
advertido acerca del tema.

Otra pareja visitó recientemente una Iglesia altamente recomendada en una gran
ciudad cerca de su hogar, pastoreada por un reconocido autor calvinista.

__Realmente no sabemos mucho acerca del calvinismo - confesaron mis compañeros -


Pero esto parecía extraño. Por un lado nos daba la impresión de que ellos se
sentían seguros de ser elegidos. Pero también parecía que tenían inseguridad, como
si su desempeño cristiano fuese una evidencia mayor de su salvación.

Cuando nos pusimos de pie para salir, una joven que estuvo sentada en silencio
durante toda la conversación pidió un momento en privado. Nos volvimos a sentar y
me relató una historia muy dolorosa. Ella era la esposa de un pastor. Sus vidas y
ministerios habían sido felices y fructíferos hasta que su esposo y dos amigos,
también pastores, se interesaron en una nueva “verdad”. Los tres eran muy
intelectuales. Como resultado de leer autores calvinistas de la actualidad, fueron
atraídos a Juan Calvino, Jonathan Edwards, Juan Knox y a otros.

Su estudio, que los llevó hasta los tiempos de Agustín, eventualmente se convirtió
en una obsesión. Posteriormente cada uno de ellos predicó esta nueva “luz” desde
sus púlpitos. Después de ser advertidos en múltiples ocasiones a desistir, fueron
quitados como pastores. Eventualmente, su esposo empezó a preocuparse, si el
realmente era uno de los elegidos. Estas constantes preguntas se convirtieron en
enormes dudas en cuanto a su salvación. El calvinismo que al principio le pareció
tan satisfactorio, empezó a plagarlo de inseguridad. ¿Era él uno de los elegidos?

__ ¿A usted nunca le interesó? - Le pregunté.

Ella meneo su cabeza.

__No soy una intelectual, quizá por eso nunca me llamó la atención. Pero ¿no es
Dios supuestamente un Dios de amor? En mi mente simple no tenía sentido que el Dios
de la Biblia no amara a todos lo suficientemente como para tenerlos con Él en el
cielo y que Cristo no murió por todos, a pesar de que la Biblia así parece
afirmarlo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Y para terminar dijo:

__Yo seguí insistiendo a mi esposo que el Dios en el cual estaba creyendo, un Dios
que predestina a la gente al Lago de Fuego, aun sin haber nacido, éste no era el
Dios que yo conocía y amaba.

-- Encuentros difíciles como estos se volvieron más frecuentes y pronto exigió de


mí una introspectiva más profunda, a un sistema obviamente aceptado por una parte
de la Iglesia, más grande de lo que yo creía. Esto parecía tan ajeno a todo lo que
yo creía acerca de Dios, de quien su soberanía no minimiza su misericordia y su
amor. Para tener paz en mi propia mente, me vi obligado a una larga investigación
que produjo este libro.

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