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GRUPO Q SEMIOLOGÌA
2018-1
ARTICULACIONES
Las articulaciones forman parte del aparato locomotor. Las articulaciones son el
punto de contacto entre 2 o más huesos, entre un hueso y un cartílago o entre un
tejido óseo y los dientes. Su función es la de facilitar los movimientos mecánicos
del cuerpo.
Las articulaciones se pueden clasificar según el tejido del cual están formadas.
Como se muestra a continuación:
SINOVIALES, DIARTROSIS O MÓVILES
Permiten realizar una amplia gama de movimientos. Las sinoviales a su vez se
dividen en subarticulaciones:
Articulaciones multiaxiales
Permiten los movimientos en más de 3 ejes o planos, no deben tener limitación
para la interacción de sus ejes, y permiten movimientos de abducción, aducción,
flexión, extensión, circunduccion y rotación interna y externa:
ARTRITIS REUMATOIDE
Definición
La Artritis Reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica de origen
autoinmunitario, que puede afectar a muchos tejidos y órganos, pero
principalmente a las articulaciones, produciendo una sinovitis inflamatoria y
proliferativa no supurativa, es decir, una inflamación e hiperplasia d la membrana
sinovial de las articulaciones diartrodiales sin producción de pus.
Epidemiologia
La epidemiología es el estudio de la frecuencia y distribución de las enfermedades
en las diversas poblaciones y los factores que la determinan. La artritis reumatoide
tiene una distribución universal. la prevalencia global o promedio es del 0,8 al 1%.
Algunos estudios han encontrado prevalencia aumentada 5, 7. La prevalencia
aumenta con la edad.
La artritis reumatoide se observa en todo el mundo y afecta a todas las razas el
80% de todos los pacientes contraen la enfermedad entre los 35 y 50 años de
edad. La incidencia de AR en las mujeres de 60 a 64 años es más de 6 veces
mayor que en las de 18 a 29.
En Colombia, a la fecha, se desconoce la prevalencia de artritis reumatoide (AR).
El propósito de este estudio fue hacer una aproximación a la prevalencia de la AR
en Colombia.
Etiología
En cuanto a su etiología la Artritis Reumatoide es una enfermedad de carácter
autoinmune a la cual no se le conoce su razón o causa principal de aparición, si
bien es cierto y no se conoce su causa principal, se han logrado identificar ciertos
factores que pueden llegar a facilitar la aparición y desarrollo de esta enfermedad.
-Factores genéticos: La herencia de esta enfermedad es poligenética y no sigue
un patrón mendeliano, es decir no siempre se va a heredar, se han identificado
más de 50 polimorfismos que han sido asociados a esta enfermedad, los que
mayor efecto poseen son alelos del HLA-BR1, en particular los alelos *0101,
*0401, *0404, *0405 y *1202.
Adicional a esto los procesos autoinmunes debemos tener en cuenta que estos
son producidos antes de que se presenten las manifestaciones clínicas y abarcan
la fase prearticular la cual podemos reconocer por el Factor Reumatoideo que
sabemos es la presencia en sangre contra IgG.
las DCs van a producir citoquinas proinflamatorias como IL-6, IL-15, IL-8 Y TNF
quienes generan daños progresivo en articulaciones y rompen el equilibrio entre la
formación y resorción ósea y generan un efecto citotóxico directo haciendo que se
incremente la inflamación, luego estas actúa sobre los PMS quienes generas
proteinasas y metaloproteinasas que inducirán la acción del RANKL quien permite
la activación de los osteoclastos quienes invaden el periostio del hueso
subyacente al cartílago, destruye el hueso y elimina el soporte al cartílago.
También existe participación del sistema del complemento activados por los auto-
acs y FR.
La inflamación articular crónica está dada por la participación de los actores de la
inmunidad innata como DCs quienes primeramente presentan a LS los agentes
extraños, y estos incrementan en la sinovial con participación significativa de los
Th17 y Th1, en la unión de los Th17 y el TNF se genera una activación de los
fibroblastos y condrocitos e interfieren con la función de los Linfocitos T
reguladores (Suprimiendo la activación del SI), al mismo tiempo que los Th1
inducen la producción de citoquinas proinflamatorias. El PAD14 que es una
enzima (Peptidilarginina Deminasa) es expresada en la sinovial a causa de influjo
de moléculas codificadas por el gen PAD14 que se activa por el cigarrillo en
pacientes con AR lo que genera una anticuerpos contra la proteína anticitrulina
Anti-CCP van dirigidos contra fragmentos de proteínas sinoviales donde los
residuos de arginina han sido cambiados por citrulina por y esto genera
antigenecidad de las proteínas dirigiéndose a los linfocitos B, quienes
simultáneamente estarán formando acúmulos de folículos linfoides donde
participa APRIL quien estimula la proliferación, en la sinovial hay ocurre un
aumentos de células plasmáticas, hay mayor producción BAAF quien protege a los
linfocitos B de la apoptosis y a prolongar su supervivencia en el proceso. Estos
linfocitos B son responsables de la producción auto- anticuerpos como el FR, acs
anti-citralina, entre otros.
Todo este proceso conjunto genera primeramente la inflamación seguida de un
Daño al hueso que se presenta a causa de un daño generado en el cartílago por la
hiperplasia sinovial presente debido al retardo generado en la apoptosis de
leucocitos por mutaciones del P53( no está claro si esta es la razón) y la pérdida
de lubricina que actúa como lubriante de la superficie sinovial lo que ocnlleva a
una alteración en la superficie del cartílago facilitando la adhesión e invasión de
FLS y síntesis te de metaloproteínas que afectan estructura de colágeno ll, esta
alteración en el colágeno y la falta de de protección por carencia de lubricina
generan alteración en glucosaminoglucanos y en la retención de agua. , sinovitis ,
y líquido sinovial.
Manifestaciones Clínicas
Manifestaciones articulares
Comienzo:
Periodo de estado:
En él se presentan todas las condiciones típicas de la enfermedad, rigidez
matutina de las articulaciones afectas, dolor, tumefacción y merma de la movilidad.
Período de secuelas:
Dedo en "ojal".
Dedo en "martillo".
Manifestaciones extraarticulares
Diagnostico
BHC
25-35% Pcts: Anemia Leve
GB´s normales: Ligeramente elevados por inflamación– Disminuidos en
Sd. De Felty
Plaquetas normales: Trombocitosis en respuesta a la inflamación
PFR/PFH
Normales
Ligera hipoalbuminemia con aumento de las proteínas totales
Ambos importantes antes de iniciar terapia farmacológica
FR/AntiCCP
FR+ 70-80% de los pacientes
AntiCCP:
Define mal pronóstico y agresividad de la enfermedad
98% específico para Dx de AR
Puede estar presente 15 años previo inicio de enfermedad
Citrulinización de péptidos por Peptidilargininadeaminasa
VES/PCR
Miden inflamación pero no siempre están elevados
VES elevado a veces y sirve para seguimiento de la actividad de la
enfermedad
PCR al igual que la VES, mejora con el control de la enfermedad
OTROS
Pruebas serológicas para Hepatitis viral
Pruebas para TBC– Ambas importantes para considerar el uso deterapia
biológica/inmunosupresora.
Tratamiento
MEDIDAS GENERALES
Dentro de estas se incluyen la supresión del hábito tabáquico, la pérdida de peso
en los pacientes con sobrepeso y el mantenimiento de una buena salud
bucodental. Se ha demostrado que el tabaquismo y la enfermedad periodontal por
Porphyromonas gingivalis pueden generar antígenos citrulinados, lo que ha
llevado a postular que podrían ser factores desencadenantes de la enfermedad. El
tabaquismo está asociado a un incremento del riesgo de AR seropositiva (factor
reumatoide [FR] y/o anticuerpos frente a proteínas/péptidos citrulinados [ACPA]
positivos), y algunos estudios han descrito un fenotipo más grave de AR, una
mayor progresión radiológica y una peor respuesta al tratamiento con FAME y/o
agentes biológicos en los pacientes fumadores. Los sujetos con AR tienen una
mayor frecuencia de enfermedad periodontal que la población general, y se ha
demostrado una relación directa entre la gravedad de la periodontitis y la gravedad
de la artritis.
Se recomienda también, desde el momento del diagnóstico, un programa de
ejercicio físico aeróbico dirigido a preservar la movilidad, mantener el tono
muscular, evitar su atrofia y prevenir deformidades. El reposo solo es necesario
durante los períodos de actividad de la enfermedad, y no debe ser prolongado
para evitar la rigidez. Ninguna medida dietética ha demostrado ser eficaz.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
En la actualidad se utilizan 4 grupos fundamentales de fármacos: los
antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los glucocorticoides (GLC), los FAME
sintéticos y las terapias biológicas.
Existe también un quinto grupo de fármacos que inhiben las proteínas-cinasas,
como los inhibidores de las JAK cinasas tofacitinib y baricitinib. Se incluyen dentro
de las llamadas «pequeñas moléculas» y se administran por vía oral, habiéndose
demostrado en los ensayos una eficacia similar a la de las terapias biológicas.
Tofacitinib se emplea desde hace años para el tratamiento de la AR en otros
países.
Los AINE están indicados en casi todos los casos en las fases iniciales de
la AR para conseguir un alivio rápido de los síntomas y una mejoría de la
calidad de vida de los enfermos, pero no modifican el curso de la
enfermedad. Se deben utilizar solo cuando sea imprescindible, siempre a la
dosis mínima eficaz y durante el mínimo tiempo posible. Antes de usar un
AINE se debe estratificar el riesgo cardiovascular y gastrointestinal del
paciente y valorar la necesidad de estrategias de prevención. Ningún AINE
ha demostrado ser superior a otro. Los inhibidores selectivos de la
ciclooxigenasa-2 (COXIB) tienen un mejor perfil de seguridad
gastrointestinal, pero no renal ni cardiovascular. No se recomienda usar 2
AINE de manera simultánea, ya que no se incrementa la eficacia, y en
cambio sí aumenta la toxicidad.
ARTROSIS
La artrosis es una enfermedad articular degenerativa caracterizada por un
deterioro progresivo del cartílago hialino acompañado de alteraciones
sinoviales y del hueso subcondral. Probablemente no se trata de una sola
enfermedad sino de un grupo heterogéneo de patologías con distinta etiología y
pronóstico, pero con manifestaciones clínicas, anatomopatológicas y radiológicas
comunes.
La artrosis (también denominada osteoartrosis u osteoartritis -OA-) puede
afectar a todas las articulaciones de la economía, incluyendo las vertebrales
(interapofisarias e interdiscales). Según su extensión se clasifica en localizada o
generalizada, y según su origen en primaria o idiopática, o bien secundaria o
asociada a diversas enfermedades.
Epidemiologia
La artrosis es la patología articular más prevalente. Su frecuencia aumenta
claramente con la edad, siendo rara en su forma primaria antes de los 40 años, y
alcanzando una prevalencia radiológica del 80% (en columna cervical) en sujetos
mayores de 75 años, si bien con frecuencia no presentan manifestaciones clínicas.
En conjunto, la prevalencia de la artrosis parece ser más frecuente y severa en
mujeres, especialmente en el caso de la rodilla y las manos. Esta diferencia de
sexos es notoria a partir de la menopausia y no se aprecia en edades más
jóvenes. La artrosis vertebral es más frecuente y severa en hombres, alcanzando
un 84% de prevalencia en éstos frente a un 74% en mujeres.
Se han establecido diversos factores de riesgo para el desarrollo de artrosis(4),
que se muestran en la tabla 1.
Etiopatogenia
La etiología de la artrosis es desconocida en un 70- 85% de los casos,
clasificándose así como primaria.
En la artrosis primaria los factores genéticos juegan con toda probabilidad un
papel importante, ya que la agrupación familiar es frecuente (ej: artrosis de
manos). Se considera que la genética tiene un papel relevante en un 50% de
todas las artrosis.
En la tabla 2 se expone una lista de causas de artrosis secundaria.
La fisiopatogenia de la artrosis es compleja, incluyendo factores genéticos,
metabólicos y locales que interactúan ocasionando un proceso de deterioro del
cartílago, con reacción proliferativa del hueso subcondral e inflamación de la
sinovial. Los estudios genéticos en la artrosis primaria han revelado hasta 37
mutaciones del gen COL2A1 (que codifica parte del colágeno tipo II) que
predisponen a padecer artrosis de forma prematura(8), generalmente acompañada
de alteraciones condrodisplásicas a otros niveles. Histológicamente, la lesión
inicial consiste en un edema de la matriz cartilaginosa, con aumento de las mitosis
de los condrocitos. En fases posteriores se aprecia una progresiva
desestructuración de las capas del cartílago, apareciendo fisuras y finalmente
áreas denudadas que muestran directamente el hueso subcondral en el espacio
sinovial. Este hueso subcondral tiende a esclerosarse, aumentando su rigidez y
disminuyendo su capacidad para absorber las cargas de presión habituales. Esta
tendencia osteoformativa se manifiesta asimismo en los lugares de tracción
ligamentosa, como las inserciones de la cápsula articular o del annulus fibrosus
vertebral dando lugar a los osteofitos característicos de esta enfermedad. Desde el
punto de vista bioquímico, el trastorno primario parece residir en una disfunción,
de causa desconocida, del metabolismo del condrocito. Los proteoglicanos que
éste produce son de menor calidad, teniendo una menor capacidad de retención
de agua y por tanto una menor elasticidad ante la presión y menor resistencia al
impacto. Se produce un desequilibrio en la producción de enzimas de degradación
de la matriz cartilaginosa, con predominio de las colagenasas y otras
metaloproteinasas respecto de sus inhibidores naturales. Es frecuente el aumento
de los mediadores de inflamación como prostaglandinas y citoquinas del tipo de
PGE2, IL1 y TNF, así como NO (óxido nítrico). Todo ello favorece el proceso de
degradación del cartílago, contribuyendo a ello una hiperactividad funcional de la
membrana sinovial, aunque con índices menores que en otras enfermedades
como la artritis reumatoide.
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas cardinales de la artrosis son el dolor articular, la
limitación de los movimientos, los crujidos y, ocasionalmente, grados
variables de tumefacción o incluso derrame sinovial.
Otros signos y síntomas son la deformidad y mala alineación articular, la
inestabilidad y la rigidez. Las articulaciones más frecuentemente afectadas
son las rodillas, manos (interfalángicas distales y proximales y
trapeciometacarpiana), caderas, pequeñas articulaciones del raquis
(interapofisarias y uncovertebrales), así como la primera metatarsofalángica
del pie.
No suele afectar a hombros, codos ni tobillos, salvo en casos de artrosis
secundarias a traumatismos u otras enfermedades. La expresión clínica es muy
variable dependiendo de la articulación afecta y del momento evolutivo. Aunque el
curso suele ser lento y progresivo, con frecuencia los pacientes sufren
exacerbaciones dolorosas desencadenadas por traumatismos, sobrecarga,
complicaciones periarticulares o bloqueos por degeneración meniscal o cuerpos
libres articulares. Puede haber brotes inflamatorios, con derrame sinovial, a veces
importante, como consecuencia directa de la enfermedad o de otra patología
asociada (meniscopatías, artritis microcristalinas, osteonecrosis, etc…).
El síntoma fundamental es el dolor crónico de características mecánicas,
que empeora con la actividad, especialmente al inicio de la misma y mejora con
el reposo. El dolor característico de la artrosis es diurno, aparece al iniciar los
movimientos, después mejora y reaparece con el ejercicio intenso. En fases
tardías, el dolor aparece cada vez más precozmente y es de mayor
intensidad, hasta que finalmente se hace de reposo y nocturno, en cuyo caso
cabe plantear tratamiento quirúrgico dado que la destrucción articular suele ser ya
extensa. El cartílago no tiene terminaciones sensitivas, por lo que el dolor del
paciente con artrosis se debe a inflamación de estructuras periarticulares,
aumento de presión intraósea, alteración perióstica, sinovitis o contractura
muscular. La rigidez articular, generalmente de corta duración (menor a 30
minutos) s. Es frecuente observar alteraciones de la alineación articular, con una
capacidad funcional disminuida pero frecuentemente mucho menos de lo que la
desalineación haría esperar, traduciendo así una adaptación funcional articular.
A la exploración física es habitual ver un engrosamiento difuso en las
articulaciones perifé- ricas, a veces pudiendo palparse osteofitos. El rango o
amplitud del movimiento articular suele estar disminuido, con dolor en los
movimientos extremos.
Los crujidos son frecuentes en la artrosis y se producen por el roce entre dos
superficies rugosas intraarticulares. A veces son audibles pero otras sólo se
perciben a la palpación (crépito articular). Son un signo indicativo y diferencial de
artrosis.
Laboratorio
Salvo en las fases inflamatorias, los estudios analíticos habituales en sangre, en
los pacientes con artrosis primaria objetivan resultados normales. En fases
inflamatorias puede detectarse una moderada elevación de la VSG y/o de la PCR.
Radiografía
La radiología simple sigue siendo la técnica de imagen de primera elección en el
estudio de pacientes artrósicos. La tétrada característica de la artrosis consiste en
pinzamiento del espacio articular, osteofitos marginales, esclerosis del hueso
subcondral y geodas subcondrales. En fases precoces puede apreciarse sólo un
discreto pinzamiento articular o algún osteofito aislado. En fases avanzadas se
produce irregularidad del hueso subcondral, incluso con contacto directo entre los
huesos adyacentes, fuerte esclerosis subcondral con geodas y desalineamiento de
los ejes articulares, con deformidad articular. La correlación entre las alteraciones
radiológicas y las manifestaciones clínicas (básicamente dolor y rigidez al iniciar
los movimientos) no siempre es la esperada y depende de las articulaciones
estudiadas, siendo mayor en rodillas, caderas y columna lumbar, y baja en las
manos y columna cervical.
Radiología simple: los signos radiológicos fundamentales de artrosis son:
• Pinzamiento de la interlínea articular de forma no uniforme en toda la
articulación.
• Osteofitos marginales: proliferaciones óseas que aparecen en los bordes de la
articulación como consecuencia de la neoformación ósea secundaria al estrés
mecánico repetitivo.
• Esclerosis del hueso subcondral: Hiperdensidad ósea del hueso subyacente al
cartílago articular.
• Geodas o quistes subcondrales: Presencia de cavidades óseas en las zonas de
mayor presión mecánica.
• Luxaciones o subluxaciones en forma de pérdida de la alineación articular en los
estadios más evolucionados de la enfermedad.
/
Ecografía
La ecografía es una técnica útil para el estudio de complicaciones frecuentes en la
artrosis, especialmente para confirmar la existencia de quistes de Baker poplíteos,
así como su rotura. En caso de derrame sinovial, la ecografía permite determinar
si existe hipertrofia sinovial asociada, lo que iría a favor de otros cuadros (p.ej.:
artritis reumatoide).
Diagnostico
En todo paciente con sospecha clínica de artrosis se debe realizar una anamnesis
clínica completa, exploración física, analítica básica y radiología simple con el
objetivo de confirmar el diagnóstico y descartar otros tipos de patologías.
Anamnesis
Básicamente el paciente refiere un dolor de características mecánicas que
aumenta con la sobrecarga articular y al inicio de la deambulación. Asimismo es
frecuente la presencia de una rigidez articular inferior a 30 minutos y de
predominio tras un periodo de inactividad (por ejemplo al levantarse de la cama o
de una silla tras un periodo de descanso).
Exploración física
Inicialmente se debe valorar la presencia de crepitación, bloqueos, limitación del
rango de movimientos activos y pasivos, deformidades y estabilidad articular. En
ocasiones es posible poner de manifiesto la presencia de un discreto derrame
articular y un aumento de calor local.
/
Tratamiento
El tratamiento de la artrosis debe ser individualizado, adaptado a cada
localización, basado en un diagnóstico correcto y aplicado lo más precozmente
posible.
Los tratamientos de la artrosis comprenden aspectos no farmacológicos (estilo de
vida, ejercicio, obesidad, educación, etc.), farmacológicos (analgésicos, AINE,
tratamientos tópicos. el sulfato de glucosamina y el condroitín sulfato son los
dos únicos fármacos que han demostrado ralentizar la progresión de la
enfermedad, pero lo hacen de manera muy débil) e intervenciones invasivas
(infiltraciones intraarticulares, lavado artroscópico, artroplastia, etc.). Los objetivos
del tratamiento son los siguientes:
• Educación sanitaria del paciente respecto a su artrosis y su tratamiento.
• Prevención o retraso de la progresión de la enfermedad y sus consecuencias.
• Alivio del dolor.
• Mejoría de la función y reducción de la discapacidad. Como todo proceso
crónico, es imprescindible mentalizar al paciente de su colaboración a lo largo de
la vida en el cumplimiento de las recomendaciones para mejorar su calidad de
vida.
GOTA
Es una forma de artritis como consecuencia de la formación y depósito de
cristales de urato monosódico (UMS) en estructuras intra-articulares o en
otras localizaciones formando nódulos, llamados tofos.
Epidemiologia
La gota es consecuencia de la hiperuricemia. Los niveles séricos de ácido úrico
antes de la pubertad son muy bajos. Los niños, salvo defectos enzimáticos
excepcionales, no padecen gota. Tras la pubertad, en los varones se alcanzan los
niveles que se mantendrán a lo largo de la vida, aunque suelen aumentar
ligeramente con los años. En las mujeres, el aumento de los niveles de uricemia
producido tras la pubertad es pequeño, aumentando a cifras cercanas -pero algo
menores a las de los varones después de la menopausia.
Esta distribución de los niveles de ácido úrico explica la observación de Hipócrates
de que las mujeres no padecen gota antes de la menopausia, observación que
con raras excepciones sigue siendo válida, mientras que en los varones la
enfermedad es mucho más común y ya se puede presentar tras la pubertad.
Es frecuente observar varios miembros de una misma familia afectados de
hiperuricemia y gota, presumiblemente por la existencia de predisposición
genética, aunque los hábitos dietéticos comunes también desempeñan un papel.
Diferentes fuentes muestran que de manera generalizada la prevalencia de la gota
está aumentando. El factor común parece ser la adquisición de hábitos dietéticos
menos saludables, que también explican su asociación al síndrome metabólico. En
poblaciones aborígenes sobre todo del área del Pacífico - como los Maoríes - la
gota se ha convertido en un problema de salud frecuente e invalidante.
Fisiopatología
Formación de cristales
Riñón y gota
Los pacientes gotosos padecen con alguna frecuencia litiasis renal por cálculos de
ácido úrico. Una mayor síntesis de purinas, responsable de la hiperuricemia en un
grupo minoritario de pacientes, con el consecuente aumento de la excreción
urinaria de uratos es el factor más importante. Un 50 % de los sujetos con
uricosuria superior a 1100 mg/24h (6740 mmol/24 h) sufren litiasis.
Diagnostico
Identificación de cristales de urato monosódico.
El hallazgo de estos cristales en el líquido sinovial o en material obtenido de tofos
(simplemente aspirando con una aguja intramuscular, sale material suficiente en el
interior de la luz de la aguja) es diagnóstico y patognomónico de gota.
Mediante un microscopio provisto de filtros polarizados y un compensador rojo de
primer orden, la identificación de los cristales es rápida y simple, y por su fiabilidad
constituye en la actualidad el procedimiento de elección para el diagnóstico de
esta enfermedad.
Interpretación del nivel de ácido úrico sérico
Al interpretar una elevación de la concentración sérica de ácido úrico como
prueba diagnóstica de gota deben de tenerse en cuenta los siguientes hechos:
a) Aproximadamente el 7% de los varones adultos sanos tiene niveles de ácido
úrico sérico superiores a 7 mg/dL; en la mayoría de estas personas no se produce
precipitación tisular de urato monosódico. Cuando no hay artritis o litiasis renal
asociada, esta hiperuricemia se denomina asintomática y no requiere tratamiento.
Con cierta frecuencia se comprueba hiperuricemia asintomática en pacientes con
otras artropatías comunes como artrosis, o simples molestias musculares; en
ellos, una incorrecta valoración del nivel elevado de ácido úrico sérico puede llevar
al diagnóstico erróneo de gota y a un tratamiento inoportuno.
Valoración de la clínica:
Un ataque típico de podagra se considera muy característico de gota; sin
embargo esta articulación puede también inflamarse por otras causas. Una historia
de ataques repetidos y típicos de podagra en un paciente con niveles séricos
elevados de ácido úrico, con toda probabilidad se debe a gota. La afectación de
otras articulaciones es menos típica y ofrece mayor margen de error.
Tratamiento
Objetivos del tratamiento:
Al planificar el tratamiento de un paciente con gota deben considerarse
independientemente varios aspectos:
1) la gota es una enfermedad reversible debida al depósito de cristales de urato
monosódico; estos cristales se disuelven y desaparecen cuando la uricemia se
normaliza. El objetivo principal del tratamiento de la gota es eliminar los
cristales, sin los cuales desaparece la posibilidad de sufrir inflamación articular.
El tiempo requerido para disolver los cristales es mayor en pacientes con gota de
más duración. Hasta que los cristales se hayan disuelto el tratamiento también
debe incluir:
2) tratamiento de la inflamación asociada a la presencia de cristales.
3) profilaxis para evitar ataques de gota en articulaciones en las que todavía
quedan cristales y 4) finalmente las entidades asociadas a gota - como es el
síndrome metabólico - deben ser reconocidas y tratadas.
a) Alopurinol
b) Uricosúricos
c) AINES
d) Colchicina
Manifestaciones clínicas
Él LES puede ser desde muy leve e intermitente hasta muy grave y fulminante.
Casi 85% de los pacientes padece lupus activo continuo (mientras recibe el
tratamiento) o una o más exacerbaciones anuales. Son raras las remisiones
completas permanentes (ausencia de síntomas sin tratamiento). Casi siempre
existen síntomas generales, en especial fatiga y mialgias/ artralgias. El lupus
generalizado grave que necesita glucocorticoides muchas veces se acompaña de
fiebre, postración, pérdida de peso y anemia con o sin manifestaciones de otros
órganos blancos.
Cutáneas
La dermatitis lúpica puede ser aguda, subaguda o crónica y estos grupos
comprenden distintos tipos de lesiones. El lupus eritematoso discoide es la
dermatitis crónica más frecuente en el lupus; las lesiones son circulares con
bordes eritematosos, hiperpigmentados, escamosos y ligeramente elevados con
centros atróficos y despigmentados donde se destruyen de manera permanente
los apéndices dérmicos. Las lesiones llegan a causar desfiguración, en particular
en la cara y piel cabelluda. El eritema agudo más común del LES es un exantema
fotosensible un poco elevado, en ocasiones escamoso, en la cara (principalmente
en mejillas y nariz, el eritema en mariposa), pabellones auriculares, mentón, región
en V del cuello y tórax, tercio superior de la espalda y superficies extensoras de
las extremidades superiores. Las exacerbaciones de la enfermedad suelen
acompañarse de recrudecimiento del eritema.
Renales
La nefritis suele ser la manifestación más grave del lupus, puesto que ésta y las
infecciones constituyen las principales causas de mortalidad durante los primeros
10 años de evolución. La nefritis es asintomática en casi todos los pacientes con
lupus, de manera que es importante realizar un análisis general de orina en todo
paciente con sospecha de esta enfermedad. Los pacientes con un daño
glomerular proliferativo y peligroso (ISN III y IV) casi siempre presentan hematuria
y proteinuria (>500 mg/24 h); casi 50% genera síndrome nefrótico y la mayoría
padece hipertensión. La nefritis lúpica tiende a ser constante con exacerbaciones
que obligan a repetir el tratamiento o aumentarlo a lo largo de varios años. En la
mayoría de las personas con nefritis lúpica, la aterosclerosis acelerada se vuelve
importante después de varios años de evolución de la enfermedad; es necesario
prestar atención para controlar la presión arterial, la hiperlipidemia y la
hiperglucemia.
Diagnóstico
Los criterios son acumulativos y no tienen que estar presentes al mismo tiempo.
Para que un sujeto pueda ser clasificado como LES: a) debe cumplir al menos
cuatro criterios, incluyendo al menos un criterio clínico y un criterio inmunológico o,
b) tener una NL demostrada mediante biopsia en presencia de ANA o anticuerpos
anti-ADN nativo.
Espondilitis anquilosante
El termino espondilitis se refiere a inflamación de la vértebra o “espondilos” y
anquilosante se refiere a compromiso fibrótico o con osificaciones que forman
uniones entre articulaciones de la columna, tanto articulaciones facetarias como
discos intervertebrales. Es una enfermedad autoinmune, progresiva, sistémica e
inflamatoria que afecta principalmente al esqueleto axial, con gran predominio en
las articulaciones sacroiliacas y columna lumbar.
Típicamente se manifiesta en pacientes jóvenes que inician su sintomatología
entre los 20 y 30 años que presentan en general buena respuesta a
antiinflamatorios no esteroideos. En cuanto a la predilección por sexos, existe gran
disparidad de los datos, sin embargo, habitualmente se encuentra una relación
H:M de 2:1
Patogenia
Probablemente existe una interacción entre la molécula MHC de clase I HLA-B27
y la respuesta inmune de células T. El HLAB27 presenta un antígeno a las células
T CD8 + y esto a su vez activa el sistema inmunitario para atacar el cartílago
fibroso. Las infecciones bacterianas se sugieren para ser eventos
desencadenantes en algunos casos y, por lo tanto, el medio ambiente también
puede desempeñar un papel. Los pacientes con la condición también tienen una
mayor producción de IL10 por células T CD8 +. Tienen bajos niveles de TNF alfa e
IFN gamma.
Manifestaciones clínicas
Inicialmente comienza con un dolor sordo de comienzo insidioso que se percibe
profundamente en la región lumbar inferior o glútea acompañado de rigidez en las
mañanas que dura varias horas, que mejora con la actividad y reaparece con la
inactividad. Después de unos meses el dolor se torna persistente y bilateral. La
exacerbación en la noche obliga al paciente a ponerse de pie y caminar. En
resumen comienza con sacroilitis. Con el tiempo, el dolor y la rigidez pueden
progresar a la espina dorsal superior e incluso a la cavidad torácica y al cuello.
Puede cursar con entesitis periférica en alguno de los casos. Por último, la
inflamación causa que los huesos sacro iliaco y las vértebras se fusionen o
crezcan unidas. Cuando los huesos se fusionan, la espina dorsal pierde su
flexibilidad normal y se vuelve rígida. La cavidad torácica también se podría
fusionar, lo cual limita la expansión normal del pecho y dificulta la respiración. La
inflamación y el dolor también pueden observarse en las caderas, los hombros, las
rodillas, los tobillos o en los dedos de los pies y de las manos, lo cual limita el
movimiento. Los talones pueden afectarse, de manera que se siente incomodidad
al pararse o caminar en superficies duras.
Signo de Schober: El paciente permanece erecto con sus talones juntos y se
hacen marcas en la columna, una en las apofísis espinosas de la primera vértebra
sacra y una segunda a 10cm arriba. Después se le pide al paciente que flexione la
cadera intentando tocarse la punta de los pies y se mide la distancia entre dos
puntos, esta debe ser mayor a 15cm. Lo mismo se le pedirá que flexione
posteriormente la cadera y se volverá a medir la distancia, será normal si hay una
disminución de 1 o 2cm. El signo será positivo si estos valores son menores a lo
normal.
Se medirá la expansión torácica se mide a nivel del cuarto espacio intercostal en
hombres y un punto por debajo de las mamas de las mujeres con las manos
detrás de la cabeza, en inspiración y espiración máxima. Es normal si es mayor a
5cm.
Si dichas articulaciones se encuentran afectadas, por lo regular se observara
limitación o dolor con el movimiento de las caderas y los hombros.
Datos radiográficos
Sacroilitis: Al principio habrá un ensanchamiento articular, bilateral y simétrica.
Luego de manera progresiva habrá fusión de articulación que presentara
erosiones subcondrales, esclerosis y proliferación en articulación sacroiliaca. Ya
en la fase terminal, la articulación sacroiliaca puede ser una línea delgada o no
visible.
Columna vertebral
Lesión de Romano: esclerosis reactiva a erosión en plataforma vertebral
Cuadratura cuerpo vertebral: perdida de concavidad normal en borde anterior de
cuerpo vertebral.
Caña de bambú: unión de columna por sindesmofitos marginales, puede haber
fusión de elemento s post.
Apariencia columna en daga: osificación de ligamento supra e interespinoso.
ARTRITIS SEPTICA
ARTRITIS PSORIASICA
ETIOPATOGENIA:
Su patogenia depende de su etiología, ya sea genético, inmunológico y ambiental.
Forma oligoarticular simétrica: hasta el 50% de los casos. Afecta sobre todo a
articulaciones intefalángicas proximales y distales (dedos). Se considera un
máximo de 5 articulaciones afectadas como criterio diagnóstico. Suele tener
preferencia por las extremidades inferiores.
Forma similar a la artritis reumatoide seronegativa (sin factor reumatoide):
con un pronóstico más benigno y remisiones más duraderas. Es una poliartritis
simétrica, con posible afectación de la columna vertebral.
Forma mutilante: muy grave e infrecuente.
CLASIFICACION:
CLINICA: La AIJ sistémica se define como la artritis que afecta a una o más
articulaciones, que se acompaña o viene precedida de fiebre de, al menos, dos
semanas de duración (siendo necesario que se haya documentado que es diaria
por lo menos durante tres días), junto con uno o más de los síntomas /signos
siguientes:
1) Exantema eritematoso, evanescente y no fijo
2) Linfadenopatía generalizada (dos o más grupos ganglionares)
3) Hepatomegalia y/o esplenomegalia
4) Serositis
5) Fiebre
SINDROME DE FELTY
ETIOLOGIA
No está claro cómo el cuerpo puede perder su tolerancia inmune a sí mismo, pero
se ha descrito la asociación con HLA-DR4 homocigosidad y factores ambientales
tales como fármacos inmunosupresores en el contexto de una AR seropositiva y
agresiva preexistente. En un estudio de cohorte prospectivo, alrededor del 86% de
los pacientes con FS fueron positivos para HLA-DR4.
FISIOPATOLOGIA
La fisiopatología de la neutropenia asociada a FS es multifactorial, incluido un
aumento del secuestro de neutrófilos secundario a la esplenomegalia, la
destrucción periférica de neutrófilos y la falla de la médula ósea para producir
neutrófilos. Durante mucho tiempo, se propuso que la neutropenia y la
esplenomegalia van de la mano en pacientes con FS. El aumento del secuestro
esplénico y la destrucción de neutrófilos pueden participar en la etiología de la
neutropenia, y se ha demostrado que la esplenectomía puede mejorar el recuento
de neutrófilos y las complicaciones infecciosas. En pacientes con FS, el bazo sufre
hiperplasia folicular y del centro germinal, plasmocitosis sinusoidal, aumento de
inmunoblastos y aumento de la pulpa roja. Aunque el hiperesplenismo tiene algún
papel en la fisiopatología de la FS, no existe en todos los pacientes con FS. En un
estudio sobre la relación entre la producción de citocinas y la manifestación clínica
de FS, se ha encontrado que la interleucina sérica 8 (IL8) y el G-CSF eran más
altas entre otras citocinas en pacientes con FS.
EPIDEMIOLOGIA
Los datos actuales muestran que 1-3% de los pacientes con AR se complican con
FS con una prevalencia estimada de 10 por 100,000 poblaciones. Comparando la
prevalencia del lupus eritematoso sistémico (LES) (52 casos por 100.000
habitantes), la frecuencia relativa de los FS clínicos es en realidad mucho menor.
Poca información está presente sobre la frecuencia de FS en todo el mundo. No
es plausible estimar la incidencia real de FS entre la población con AR ya que una
gran proporción de pacientes con FS es asintomática. La evidencia muestra que
debido al amplio uso de agentes inmunosupresores en la AR, la incidencia global
de FS está disminuyendo. Se informa que la FS es rara en pacientes
afroamericanos y los caucásicos se ven más afectados que los negros. La
aparición temprana de FS es más probable en hombres que en mujeres, pero el
FS es tres veces más común en las mujeres que en los hombres. El genotipo
HLA-DR4 está fuertemente asociado con FS, pero esta asociación no se
encuentra en la leucemia LGL sin artritis. La edad promedio de los pacientes con
FS se encuentra dentro de la quinta a la séptima década. En un estudio
retrospectivo de 165 pacientes con AR, un paciente desarrolló FS en un
seguimiento de cinco años. Otro estudio retrospectivo de 512 pacientes con AR
mostró que el 0.3% de los pacientes tenían FS.
PRONOSTICO
TRATAMIENTO
No existe cura para el FS, sin embargo en el abordaje del paciente lo que se hace
es tratar los síntomas por separado.
Caso clínico No.1
Mujer de 30 años consulta por dolor en manos, codos y rodillas. Sus síntomas han
sido intermitentes en los últimos 8 meses pero han empeorado recientemente y
son más prolongados durante el día. El dolor y edema de manos se acompaña de
rigidez matutina de aproximadamente 2 horas de duración y últimamente ha
notado que la rigidez reaparece durante el día luego de períodos de inactividad.
Refiere fatiga que empeora progresivamente y falta de energía. Niega Rash,
fotosensibilidad, alopecia, úlceras orales o fenómeno de Raynaud. Al examen
físico se evidencia edema, calor y dolor en las articulaciones interfalángicas y
metacarpofalangicas bilateralmente. Sus muñecas se encuentran ligeramente
edematizadas y dolor a la palpación especialmente en la región de la apófisis
estiloidea cubital. Dolor a la palpación de articulación del codo, con cotracturas en
flexión. Se palpa ligera efusión de rodillas y dolor a la palpación de articulación
metatarsofalangica. Signo de Tinel y test de Falen positivos. El examen de piel y
anexos revela nódulos subcutáneos en la región de los extensores proximales de
ambos antebrazos.
1. ¿Cuál es el diagnóstico del paciente?
2. Hallazgos característicos que se encuentran en el examen físico en
pacientes con esta condición.
3. ¿Qué manifestaciones extraarticulares pueden presentar estos pacientes?
Caso clínico No. 2
Hombre de 34 años que se queja de dolor lumbar y en región glútea, hace 8 años
tuvo un accidente de tránsito en moto al cual le atribuía parte del dolor. Desde
entonces ha visitado un gran número de médicos quienes diagnosticaron dolor
lumbar de origen mecánico y recomendaron mantener reposo. Sin embargo refiere
que su dolor ha empeorado cada vez más. Refiere sentir marcada rigidez en horas
de la mañana que mejora con el movimiento y ejercicio. Refiere además fatiga y
pérdida de peso. Desde hace dos años viene presentando edema ocasional de
rodillas. Renunció a su trabajo ya que era conductor de bus urbano lo que lo
obligaba a permanecer la mayor parte del tiempo sentado y empeoraba su rigidez.
Dentro de sus antecedentes refiere iritis diagnosticada hace 6 años por su
oftalmólogo quien le dio manejo con corticoides tópicos. Al examen físico no se
encontraron signos de sinovitis en ninguna articulación. No alteraciones al examen
de columna torácica o lumbar. Hay dolor a la rotación interna de cadera derecha.
En el estudio radiológico de columna lumbosacra se evidenció obliteración casi
total de ambos espacios sacroiliacos, así como de los elementos posteriores de
columna lumbar distal y presencia de osteofitos.
1. ¿Cuál es el diagnóstico del paciente?
2. Explique cómo hacer diagnóstico diferencial entre esta patología y artritis
reumatoide.
3. ¿Qué otros órganos pueden estar afectados?