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LEY DE SEMILLAS

Codificación 12 Registro Oficial Suplemento 315 de 16-abr.-2004

Estado: Vigente

H. CONGRESO NACIONAL

LA COMISION DE LEGISLACION Y CODIFICACION

Resuelve: EXPEDIR LA SIGUIENTE CODIFICACION DE LA LEY DE SEMILLAS

Art. 1.- Se regirán por las disposiciones de la presente Ley y sus reglamentos, todas las
actividades concernientes a la certificación de semillas, en lo referente a investigación,
registro, producción, procesamiento, distribución y comercialización.

Art. 2.- A efectos de la presente Ley, se considera como "semilla", todo grano, bulbo,
tubérculo y en general toda estructura botánica, destinada a la reproducción sexual o
asexual de una especie vegetal. Variedad o cultivar: es un grupo de plantas o individuos
que se distinguen de los demás de su especie por alguna característica morfológica,
fisiológica, citológica, bioquímica u otra, significativa para la agricultura, silvicultura,
horticultura o fruticultura, que al reproducirse sexual o asexualmente mantiene sus
propias características. Híbrido: es el producto del cruzamiento de dos progenitores
genéticamente distintos.

Art. 3.- Semilla Certificada: es aquella que se origina en el proceso de multiplicación de


las clases denominadas "genética o de fitomejorador", "básica" o "registrada".
Certificación de Semillas, es el proceso continuo de control de producción,
procesamiento y comercialización de semillas, que permite mantener la identidad
genética y sanidad de los cultivos, con respecto a la semilla que la originó. Se considera
"Semilla Común" aquella que no reúna los requisitos exigidos para certificación
contemplados en la presente Ley y sus reglamentos.

Art. 4.- Sin perjuicio de las funciones y atribuciones del Consejo Nacional de Semillas,
corresponde al Departamento de Certificación de Semillas del Ministerio de Agricultura
y Ganadería, el control de la certificación de semillas en el país, y la aplicación de la
presente Ley y sus Reglamentos; además de las siguientes funciones: a) Controlar y
supervisar en el país, la producción, procesamiento y comercialización de semillas, en
las clases: "Básica", "Registrada", "Certificada" y "Común". b) Expedir y controlar el uso
de certificados de origen y calidad para semillas de exportación e importación,
respectivamente. c) Mantener un registro de todas las variedades producidas y
aprobadas por el INIAP, para su utilización como semilla, con derecho a certificación. d)
Abrir y mantener registros de productores, importadores, exportadores, procesadores y
expendedores de semillas.

Art. 5.- Corresponde al Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), así


como a las personas naturales o jurídicas debidamente autorizadas por el Ministerio de
Agricultura y Ganadería, conforme al Reglamento pertinente, la producción de semillas
de las clases: "Genética" o de "Fitomejorador", "Básica", y "Registrada", en los
volúmenes acordados anualmente por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, previa
recomendación del Consejo Nacional de Semillas.

Art. 6.- El Ministerio de Agricultura y Ganadería, dictará las normas o los estándares
que deberán reunir las diferentes especies vegetales sometidas al proceso de
certificación de semillas, en sus diferentes clases, así como las que se expendan como
semilla común, en base a las recomendaciones que formule el Consejo Nacional de
Semillas.

Art. 7.- Toda semilla "Básica", "Registrada", "Certificada" o "Común", deberá llevar
adherida al envase, la etiqueta correspondiente, en conformidad con lo que se estipule
en el Reglamento pertinente.

Art. 8.- El Ministerio de Agricultura y Ganadería por recomendación del Consejo


Nacional de Semillas, podrá delimitar las zonas productoras de semillas para una
especie determinada o suspender la multiplicación comercial de semillas de variedades
no aptas.

Art. 9.- El Consejo Nacional de Semillas, propondrá periódicamente al Ministerio de


Agricultura y Ganadería la revisión de los precios de semillas, a fin de crear estímulos
para el desarrollo de la industria semillera.

Art. 10.- Toda persona natural o jurídica, que deseare dedicarse a la producción,
procesamiento y comercialización de semillas, de cualquier especie o variedad, para
obtener la autorización respectiva, deberá sujetarse a las disposiciones pertinentes de
la presente Ley y sus Reglamentos y, obtener autorización del Ministerio de Agricultura
y Ganadería, previo informe del Consejo Nacional de Semillas.

Art. 11.- Toda semilla que se introduzca al país, para fines de multiplicación y/o
comercialización, deberá reunir los requisitos de la presente Ley, así como también los
de la Ley de Sanidad Vegetal y sus reglamentos.

Art. 12.- Cuando una especie no estuviere en experimentación por el INIAP, u otra
persona natural o jurídica debidamente autorizada, las importaciones de semilla
deberán ser autorizadas por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, previo informe del
Consejo Nacional de Semillas.

Art. 13.- La importación de cualquier clase de semilla, que no se hubiere hecho previa
la autorización oficial respectiva, será sancionada con las penas previstas para el efecto,
por los respectivos Jueces Fiscales. Si la semilla introducida ilegalmente hubiese sido
ya sembrada, se ordenará por el correspondiente Juez Fiscal la destrucción de los
cultivos o la incautación e incineración de la cosecha obtenida, sin perjuicio de la multa
a que hubiere lugar. Se dejará constancia en una acta de la destrucción de cultivos o de
la incineración de semillas, con la intervención de un delegado de la Auditoría Interna
del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Art. 14.- Prohíbese la oferta al público, por medio de anuncios, circulares o cualquier
otro tipo de información, de aquellas semillas que no cumplan con los requisitos de la
presente Ley y sus Reglamentos. Igualmente prohíbese el uso indebido de las
denominaciones empleadas en la presente Ley y sus Reglamentos, que en una u otra
forma tienden a confundir al comprador.

Art. 15.- Queda terminantemente prohibida la siembra de productos que se importen


para consumo e igualmente la venta para uso humano, animal o industrial, de semilla
tratada con productos químicos, importada o producida en el país.

Art. 16.- Toda semilla tratada químicamente que se expenda en el mercado nacional,
obligatoriamente será teñida, de tal manera que se la identifique claramente, para lo
cual las personas naturales o jurídicas, debidamente autorizadas para la producción y
comercialización de semillas, se sujetarán a las normas que se establezcan en el
Reglamento de Certificación de Semillas del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Art. 17.- Las personas naturales o jurídicas que infrinjan la presente Ley y sus
Reglamentos serán sancionadas, previo informe del Consejo Nacional de Semillas, ya
sea mediante la cancelación de la respectiva autorización, y/o mediante multas de $
0,20 a $ 20 USD de los Estados Unidos de América según la gravedad de la infracción.
Las sanciones serán impuestas luego de la información sumaria del caso y de la
notificación del indiciado, por el Director General de Desarrollo Agrícola o los Directores
Zonales Agropecuarios, según el lugar donde hubiere ocurrido la infracción. Cuando la
multa sea mayor de $ 0,20 USD de los Estados Unidos de América, el indiciado podrá
apelar dentro de los tres días siguientes a la notificación del fallo, para ante el
Subsecretario de Agricultura y Ganadería, que será Juez de segunda y última instancia
únicamente para estos casos.
Art. 18.- El producto de las multas que se impongan por las infracciones a esta Ley será
recaudado por el Servicio de Rentas Internas (SRI) y sus valores ingresarán en la
Cuenta Corriente Unica del Tesoro Nacional.

Art. 19.- El Ministro de Agricultura y Ganadería expedirá los reglamentos pertinentes


para la aplicación de la presente Ley.

Art. 20.- La presente Ley y sus reformas están en vigencia desde la fecha de su
promulgación en el Registro Oficial.

FLUJO DE OPERACIONES EN EL CAMPO Y POSTCOSECHA DE SEMILLAS

El sistema post-cosecha debería empezar en el momento y en el lugar de la cosecha y


terminar en la mesa del consumidor. De un extremo al otro, debería asegurarse una
renta máxima a todos los que intervienen, minimizando a la vez las pérdidas y
maximizando los beneficios"

Hablar de sistema es hablar de un conjunto dinámico y complejo de funciones u


operaciones, que se encadenan y se articulan de un modo lógico en una esfera de
actividades particulares. La palabra cadena o red enfatiza la sucesión funcional de las
diferentes operaciones, pero puede hacer olvidar la complejidad de la relación entre
esas operaciones y de sus interacciones recíprocas.

Si se considera el conjunto del sistema o de la cadena agro-alimentaria, se puede decir


que la cosecha constituye un eslabón o elemento de transición, o también una cima que
separa dos vertientes: la vertiente pre-cosecha, correspondiente a la actividad de
producción propiamente dicha, y la vertiente post-cosecha, que va desde los trabajos
de cosecha hasta el consumo. Para una ilustración visual de estos conceptos.
COMPONENTES PRINCIPALES DEL SISTEMA POST-COSECHA

Cosecha: el momento de la cosecha está determinado por el estado o el grado de


madurez. En el caso de cereales y de las leguminosas, es conveniente distinguir la
madurez de los tallos (pajas), de las espigas o de las vainas y de los granos, porque
todo eso incide sobre las operaciones sucesivas, particularmente sobre el
almacenamiento y la conservación.

Secado en el terreno: un secado prolongado en el terreno de cultivo garantiza una


buena conservación pero acrecienta los riesgos de pérdida debido a los ataques de las
plagas (pájaros, roedores, insectos), y debido a las condiciones climáticas que
favorecen la aparición de mohos, sin hablar de los riesgos de robo. En cambio, una
cosecha antes de la madurez presenta el riesgo de pérdidas por mohos y por deterioro
de una parte de los granos.

Transporte: un material cosechado en plena madurez requiere de muchas


precauciones durante el transporte, para evitar que el grano caiga al camino antes de
llegar al lugar de almacenamiento o de trilla. El cargamento y el primer transporte de la
cosecha son por lo tanto función del lugar y de las condiciones donde debe ser
almacenada, en vista particularmente de las necesidades de trilla.

Secado lejos del terreno de cultivo: la duración del secado completo de las espigas y
de los granos depende en gran medida de las condiciones climáticas y atmosféricas. En
estructuras de secado prolongado tales como las cribas o trojes, o sobre los patios de
secado y las terrazas a cielo abierto, la cosecha está expuesta al paso y al pillaje de las
aves y de los roedores y aún de los pequeños rumiantes. Además de las pérdidas
resultantes, los excrementos depositados por esos merodeadores son a menudo más
dañinos que las pérdidas causadas por lo que consumen realmente. En cambio, el grano
no suficientemente seco está expuesto a los mohos y a los riesgos de deterioro durante
el almacenamiento.

Por otra parte, el grano demasiado seco es frágil y puede quebrarse después de la trilla,
durante el descascarado o el procesamiento industrial. Esto es particularmente cierto
para el arroz, ya que el procesamiento industrial puede causar pérdidas importantes
cuando la cosecha ha sido hecha mucho después (dos a tres meses) de la madurez del
grano. En el momento del aventamiento o soplado, los granos quebrados pueden irse
con las cáscaras y son más sensibles a la acción de ciertos insectos (por ej. tribolium y
los gorgojos). Finalmente el grano demasiado seco representa una pérdida de peso,
que se traduce por una pérdida de dinero en el momento de la venta.
Trilla: la trilla de una cosecha no suficientemente seca tiene muchas posibilidades de
ser incompleta. Además, el grano trillado demasiado húmedo e inmediatamente
almacenado a granel o estibado (en el granero o en sacos) estará mucho más sujeto a
los ataques de microorganismos y su conservación será limitada.

Almacenamiento: un almacenamiento duradero y eficaz presupone buenas


instalaciones y buenas condiciones de higiene y de vigilancia. En las estructuras
cerradas (graneros, almacenes y contenedores herméticos), conviene controlar ante
todo la limpieza, la temperatura y la humedad. Los daños causados por los
depredadores (insectos, roedores) y por los mohos pueden también afectar los
materiales de las instalaciones (por ejemplo, las polillas en los postes de madera) y
causar pérdidas no solamente cuantitativas sino también en la calidad y el valor
alimenticio de los productos.

Procesamiento: un descascarado o una trilla excesivos pueden acarrear una pérdida


de granos*. Este es el caso particular del arroz que es sujeto a las quebraduras y a las
lesiones; el grano es entonces dañado y pasa a ser vulnerable a ciertos insectos tales
como la Corcyra cephalonica.

Comercialización: la comercialización constituye un componente final y decisivo del


sistema post-cosecha, aunque pueda ocurrir en diferentes momentos de la cadena agro
alimentaria, más particularmente en uno u otro momento en el procesamiento. Además
es inseparable del transporte, que es un eslabón esencial del sistema.
Las pérdidas post-cosecha

«Las pérdidas son una disminución mensurable de los productos alimentarios, que
puede ser cuantitativa y/o cualitativa» (Las pérdidas se originan en el hecho de que los
productos agro alimentarios son productos vivos, que respiran y se transforman al
mismo tiempo que sirven de alimento a todo el reino animal.

No se deben confundir pérdidas y daños, porque el daño es la señal visible de una


degradación o deterioro, por ejemplo, de los granos roídos, que puede ser solamente
parcial. Los daños limitan la utilización del producto mientras que las pérdidas la hacen
imposible.

Antes de examinar los diferentes tipos de pérdidas, es necesario hacer algunas


definiciones básicas:

Alimentos: productos, en este caso esencialmente vegetales, comestibles por los seres
humanos; más precisamente, parte de esos productos saludable y comestible por los
seres humanos. Se considera que, en los países tropicales, el 75 por ciento de los
alimentos básicos proviene de los cereales y de las leguminosas. El resto de la
alimentación de origen vegetal, particularmente en las zonas húmedas y boscosas, es
a menudo proporcionada por las raíces y los tubérculos, particularmente la yuca, el
ñame, el plátano, las papas y las patatas dulces (batata o camote). En la cadena
alimentaria la cantidad de alimentos es generalmente expresada en peso, lo que no
exime de conocer la estructura orgánica y los elementos nutritivos.

Granos y semillas: cereales, leguminosas y semillas oleaginosas cultivadas en la


mayor parte de los climas y latitudes para el consumo humano. En cuanto a los cereales,
se trata principalmente de: el trigo, el maíz, el arroz, la cebada, el sorgo, el mijo, la avena
y el centeno. En cuanto a las leguminosas, de las diferentes especies de arvejas,
habichuelas, habas y lentejas; y en cuanto a las oleaginosas, la soja o soya, el
cacahuete, el sésamo o ajonjolí, la colza y el girasol.

Post-cosecha: si la cosecha es el período cuando se extraen del campo los diferentes


productos cultivados, llegados a su madurez, la post-cosecha es el período que empieza
a la salida del campo y que va hasta la preparación culinaria de los alimentos. Pero
sucede que, por razones diversas, particularmente para completar el secado de las
pajas y de los granos, la cosecha no es efectuada inmediatamente, a veces después de
varios meses -en particular, el caso del maíz y del arroz-; por esto algunos prefieren
hablar de "post producción" para establecer la relación que une la cosecha y la post-
cosecha.

Pérdida alimentaria: se llama pérdida alimentaria a toda modificación o degradación


de la cantidad, de los atributos comestibles o de la calidad de un alimento, que lo hace
impropio para el consumo humano.

Los tipos de pérdidas

La primera manera de distinguir las pérdidas agro alimentarias es hablar en términos de


cantidad y de calidad. La pérdida cuantitativa es una pérdida de sustancia física, que se
traduce en una reducción de peso y de volumen. Es posible entonces evaluarla y
medirla. No es lo mismo con las pérdidas cualitativas, que conciernen en particular al
valor nutritivo y reproductivo de los productos y que son objeto de otra forma de
evaluación.

Se podrá notar que no se consideran aquí las pérdidas que se producen durante el
período de producción y que son debidas a las diferentes plagas de los cultivos
(insectos, malezas, enfermedades), a pesar que determinen en gran medida las
condiciones de conservación de los productos y expliquen en parte la naturaleza y la
importancia de las pérdidas post-cosecha.

Después de hablar de las pérdidas directas e indirectas, examinaremos pues las


pérdidas de peso, después las de calidad, las pérdidas alimentarias, las pérdidas de
viabilidad de los granos y las pérdidas comerciales. Pero recordemos en primer lugar lo
que es el contenido de agua y la diferencia entre los daños y las pérdidas.

Contenido de agua : desde el punto de vista bioquímico, los productos orgánicos se


componen de materia seca y de agua. El contenido de agua mide la cantidad de agua
libre contenida en un producto dado, y es expresado sea por una relación decimal, sea
por un porcentaje; por ejemplo, para los cereales un porcentaje de 13 % de humedad
es considerado como una garantía de buena conservación del grano. En agricultura
suele indicarse el contenido de agua, tasa de humedad o simplemente humedad
partiendo del producto húmedo, y en ese caso, se define así: el contenido de agua es
la relación entre el peso del agua y el peso total de la materia seca y el agua.

Daños: el daño es un deterioro manifiesto del producto, por ejemplo los granos
quebrados o perforados, que afecta más su integridad cualitativa que cuantitativa y que,
a la larga, puede resultar en una pérdida neta. Agreguemos que los daños y las pérdidas
deberían ser medidos en términos de pesos y de costos.

Pérdidas directas e indirectas: se habla de pérdidas directas cuando la desaparición


del producto es debido a escapes o fugas (por ejemplo, el derrame de los sacos) o al
consumo por los depredadores (insectos, roedores, pájaros), mientras que se habla de
pérdidas indirectas cuando una baja de calidad conlleva una negativa de compra de
parte del consumidor.

Pérdidas de peso : si una pérdida de peso se puede observar y medir fácilmente, no


necesariamente indica una pérdida de producto porque puede ser consecuencia
simplemente de una disminución del contenido de agua del producto. Así, la pérdida de
humedad durante el secado no es una pérdida alimentaria. Por el contrario, un aumento
anormal de peso por absorción de humedad, a consecuencia de las lluvias caídas sobre
un producto dejado expuesto al ambiente, puede causar daños graves que conllevarán
pérdidas.

Las pérdidas de peso pueden provenir de escapes o fugas, durante el transporte por
ejemplo, a partir de sacos perforados, mal estibados o mal amarrados. A menudo, son
el resultado de infestación prolongada y de consumo por los insectos, los roedores y los
pájaros. La pérdida de peso debida a los depredadores no aparece a simple vista y
puede engañar a un comprador inexperto. Para asegurarse, conviene tomar un volumen
igual de cereal limpio y sano, moler las dos muestras y pesar la harina obtenida de cada
uno de ellos. Se constatará que la muestra mala produce menos harina. Por otro lado,
este método puede ser útil para verificar la honestidad del peso, porque es fácil
aumentar este último humedeciendo el grano o agregando cuerpos extraños tales como
piedras, tierra o desperdicios.

Pérdidas de calidad: Los criterios de calidad son muy variados y conciernen tanto al
aspecto exterior, la forma y el tamaño, como al olor y el gusto. No se puede, en este
sentido, olvidar las consideraciones culturales que influencian las dietas y las
costumbres alimentarias.

La limpieza y el buen estado sanitario de un producto son cualidades primordiales para


el mercado. Corresponden a lo que se llama, en términos de derecho comercial, un
producto "sano, legal y comercial". Al tomar un puñado de granos en un saco, por
ejemplo, un comerciante puede ver rápidamente si se escapa un polvo y deducir de allí
si proviene o no de infestación de insectos. Del mismo modo, un mal olor puede hacerle
sospechar ataques de roedores, que puede verificar por la presencia de excrementos y
de pelos de ratas o de ratones. Muchos otros objetos pueden estar mezclados con un
producto y ocasionar su depreciación: granos malos, puntas de paja u otros residuos
vegetales, tierra, piedras, pedazos de vidrio, etc. Entre todos estos objetos, que no
pueden ser eliminados fácilmente, algunos presentan un riesgo mayor de contaminación
que otros, a saber: las excreciones solubles de los destructores, los aceites, los
pesticidas, los organismos patógenos diseminados por los roedores, y las toxinas
provenientes de hongos y mohos.

No hace falta decir que la presencia de cuerpos extraños, que puede alterar el peso de
un lote en venta, afecta igualmente la calidad de un producto y por lo tanto su valor
comercial.

Pérdidas alimentarias: : Las pérdidas alimentarias son consecuencia, naturalmente,


de las pérdidas cuantitativas pero también, y más insidiosamente, de pérdidas de orden
cualitativo. Basta, para convencerse, recordar que los productos básicos contienen no
solamente elementos nutritivos esenciales, sino también vitaminas importantes. Es el
caso, por ejemplo, del germen del grano, rico en proteínas y en vitaminas, al cual le
atacan preferentemente los roedores y los insectos.

Las diferentes partes nutritivas de los productos son también presa de diferentes familias
de parásitos. Los gorgojos, por ejemplo, se nutren sobre todo del endospermo, es decir
del interior del grano rico en carbohidratos, mientras que numerosos parásitos atacan la
corteza de los cereales, rica en vitaminas. Por otra parte, el contenido de vitaminas es
afectado por la humedad durante el almacenamiento y por la infección con los mohos.
Pérdidas de viabilidad de las semillas: : los granos separados para la siembra o
semillas, como todo producto destinado a la reproducción, son conservados con gran
cuidado. Se trata en efecto de preservar intacto su poder de germinación. Pero, como
hemos visto anteriormente, el germen, rico en proteínas, puede ser la presa predilecta
de ciertos depredadores. Las condiciones atmosféricas juegan igualmente un papel muy
importante porque pueden contribuir a debilitar el potencial productivo de los granos; es
el caso en particular de las variaciones de iluminación, de temperatura y de humedad
que ocasionan excesos de respiración.

Pérdidas comerciales: Las pérdidas comerciales son la traducción, en términos


económicos y monetarios, de los diferentes tipos de pérdidas enumerados
anteriormente. En efecto, aunque en el comercio el precio de un producto está
generalmente referido a una unidad de peso, muchos otros factores entran en juego. Es
muy notable el caso de los elementos cualitativos que han sido subrayados
anteriormente. Esos aspectos cualitativos, empezando por la limpieza y la pureza de un
producto, serán más apreciados cuando haya abundancia de ofertas en el mercado.

Hablar de abundancia, es evocar un factor económico primordial, el de la coyuntura o,


si uno quiere, de la situación de la oferta y la demanda en un momento dado.

Saber aprovechar la coyuntura, es decir el momento cuando la escasez de una


mercadería hace subir los precios, forma parte de una buena gestión del productor para
la venta de su producción, a base de información y de previsión. Eso supone una buena
organización, donde los elementos estructurales, y no solamente los circunstanciales,
entran en consideración. Por ejemplo, disponer de lugares de almacenamiento
suficientes y en buen estado para poder conservar la cosecha esperando el alza de los
precios, y también saber informarse sobre las evoluciones a más largo plazo, tales como
las transformaciones socio culturales que determinan el futuro.

Tal actitud "económica" depende de la habilidad individual, pero presenta también


aspectos colectivos que merecerían serabordados. Puntualizaremos por el momento
que la valorización comercial de un producto depende de numerosos factores técnicos
y económicos, en los cuales la calidad de la mercadería juega un papel cada vez más
importante; pero igualmente depende de las cualidades humanas del productor, y por lo
tanto de la formación que lo prepara a cumplir su papel de actor económico en la vida
del país.

Pérdidas no reducibles y compensación: si la pérdida de peso durante el secado es


normal y medible, existen las llamadas pérdidas no reducibles; son esencialmente las
debidas a la respiración del producto y a la fricción mecánica entre los granos, así como
a las roturas inevitables causadas por algunas máquinas. No se debería olvidar nunca,
por lo tanto, trátese de producción o de distribución, de almacenamiento o de
comercialización, de pre-cosecha o de post-cosecha, que las pérdidas no pueden
materialmente ser reducidas a cero, y que es necesario compensarlas por un excedente
de producción. Para que esta compensación sea efectiva, la tasa de aumento de la
producción debe ser progresivamente superior a la de las pérdidas mismas: así para
compensar un 20 % de pérdidas, tendrá que haber 25 % de producción adicional; para
un 40 % de pérdida, 66 % de más, y para 60 % de pérdida, 150 % de producción
adicional.

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