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Keyller santiago garcia orostegui

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Rima
Rima es la repetición de una secuencia de fonemas a partir de la sílaba tónica al final de dos o más
versos. La rima se establece a partir de la última vocal acentuada, incluida ésta. A veces no todos
los versos riman; por ejemplo, en los romances sólo riman los versos pares, quedando los impares
sueltos

ima consonante: cuando coinciden las vocales y consonates.


Ejemplo: Hombres todos del mundo cantemos A
a una voz nuestro anhelo de paz... B
con fervor de una vez estrechemos A
a los pueblos del orbe en un haz B

Rima asonante: Cuando sólo coinciden las vocales, en cambio las consonantes pueden ser
diferentes.

Ejemplo:

Te adoré como a una virgen Libre


cuando conocí tu cara; A
pero dejé de adorarte Libre
cuando conocí tu alma. A

Rima Blanca o libre: son los versos que no poseen rima


Ejemplo.

Es el alba una sombra


de tu sonrisa,
y un rayo de tus ojos.

Rima con base en el orden en el cual se producen

Rima pareada: riman las dos primeras juntas y las que siguen.
Ejemplo:

Nieve A
llueve A
piedra B
hiedra B
vespertino C
camino C

Rima Alterna: la primera con la tercera y así sucesivamente.


Ejemplo:
Belleza A
Desdén B
cabeza A
también B

Rima Cruzada o abrazada: Las líneas versales riman en forma cruzada, la primera y la última y las
dos líneas de enmedio.
Ejemplo:
Escondida A
Cuna B
una B
perdida A

Rima encadenada: Es cuando la rima se va entrelazando a todo lo largo de las estrofas.


Ejemplo:
Deseo A
Enojo B
Veo A
Escojo B
Empleo A
Despojo B

tipos de versos
Tipos de versos según el número de sílabas
Una de las clasificaciones más importantes según la cuál podemos distinguir los diferentes tipos de
versos es la que se basa en el número de sílabas de cada uno de ellos. De esta manera,
diferenciamos dos tipos de versos:
Los versos de arte menor
Son aquellos que contienen ocho sílabas o menos de ocho. Así, se considerar versos de arte
menor los formados por dos sílabas (bisílabos), tres sílabas (trisílabos), cuatro sílabas
(tetrasílabos), cinco sílabas (pentasílabos), seis sílabas (hexasílabos), siete sílabas (heptasílabos) y,
por último, de ocho sílabas (octosílabos).
A la hora de realizar el análisis métrico de un poema de versos de arte menor deberemos utilizar
letras minúsculas para representarlos, por ejemplo: abba cddc sería una estructura métrica en
versos de arte menor.
Los versos de arte mayor
Son todos aquellos versos que tienen nueve sílabas o más, como los de diez sílabas (decasílabo),
once sílabas (endecasílabo), doce sílabas (dodecasílabo), trece sílabas (tridecasílabo), catorce
sílabas (alejandrino) o de quince sílabas (pentadecasílabo) son algunos ejemplos. Para
diferenciarlos de los versos de arte menor, en el análisis métrico de los poemas de versos de arte
mayor se usa letras mayúsculas, en lugar de las minúsculas, reservadas para los versos de arte
menor, como hemos visto antes.

Métrica
La métrica es el conjunto de regularidades formales y sistemáticas que caracterizan la poesía
versificada y la prosa rítmica. El estudio métrico comprende tres partes fundamentales: el verso, la
estrofa y el poema.

Sinalefa
Una sinalefa es una figura de transformación que consiste en pronunciar con un solo golpe de aire
la última sílaba de una palabra que termine en vocal y la primera de la siguiente, si es aguda o h.

Encabalgamiento
El encabalgamiento es un fenómeno métrico que tiene lugar cuando hay un desacuerdo entre
unidad sintáctica y unidad métrica, esto es, cuando la unidad sintáctica excede la pausa versal y se
desborda en el verso siguiente (lo que en francés recibe el nombre de rejet), o bien, cuando se
anticipan al final de un verso elementos de la unidad de sentido que constituye el verso siguiente
(contre-rejet).1 En ambos casos, la frase inconclusa queda «a caballo» entre dos versos, lo que le
otorga ese sentido metafórico al verbo encabalgar, del que procede el nombre del fenómeno.2 El
término francés enjambement, que se ha popularizado también entre filólogos alemanes e
ingleses —pese a que se pueden encontrar equivalentes en sus propias lenguas3— procede de un
uso figurado del verbo enjamber (‘franquear’, ‘atravesar’), derivado etimológicamente del
sustantivo jambe (‘pierna’), que establece una asociación metonímica con el pie métrico o versal.4
El fenómeno métrico opuesto recibe el nombre de esticomitia.
El efecto que produce el encabalgamiento es la alteración de «la armonía del paralelismo entre las
estructuras rítmica, métrica y sintáctica»5 o, en otras palabras, una «dislocación del ritmo
fluyente».6 De acuerdo con Alarcos, en el poema coexisten dos ritmos: el puramente lingüístico de
la sintaxis, y el ritmo del verso, constituido por una secuencia marcada por acentos de intensidad
colocados de una forma determinada y delimitada por la pausa versal o estrófica. El
encabalgamiento desacompasa estos dos ritmos y tiende a hacer más breve la pausa versal,
sustituyéndola por la pausa sintáctica, que en el caso de los encabalgamientos abruptos rompe en
dos el verso siguiente, frenando con ello la lectura.
Los encabalgamientos pueden producir diversos efectos estilísticos, según el texto de que se trate
y la coincidencia o contraste respecto a otros elementos. Entre ellos están, de acuerdo con
Domínguez Caparrós, «dotar al ritmo de cierta variedad, ya que la coincidencia de unidad
sintáctica y unidad rítmica acaba produciendo la sensación de monotonía; posibilidad de inserción
del discurrir de la lengua hablada en el verso, puesto que se amplían los límites de la frase al no
imponer limitaciones la pausa rítmica; las partes del grupo dividido por la pausa adquieren
relevancia expresiva, pues por quedar aisladas se subrayan».7
Helena Beristáin, por su parte, enumera los siguientes efectos de sentido: «Así, puede apoyar la
ambigüedad; puede estimular la velocidad de la lectura para subrayar una impresión de
impetuosidad que armonice con la pasión expresada; puede contrastar (produciendo sorpresa)
con el apego a la regularidad con que se presentan otros aspectos de la forma elegida por el
escritor. El encabalgamiento “niega parcialmente el metro” y el ritmo, y significa un retorno a la
prosa, puesto que suprime en cierta medida la forma que es característica del verso».5
Con respecto a esto último, podemos aludir también a los usos estilísticos que de este fenómeno
se han dado en el llamado verso libre: «En algún caso el encabalgamiento obliga al metanálisis de
la lectura, bien deshaciendo un cliché (Hombro a hombro, hasta ver a un pueblo en pie / de paz,
izando un alba, Otero), bien haciendo que liguemos al rejet un elemento que, en primera
instancia, habíamos unido a una palabra del verso primero (Domingo, flor de luz, casi increíble /
día, Ángel González)».8

Tipología de los encabalgamientos[editar]


Además de la ya mencionada tipología francesa del enjambement, que distingue entre rejet y
contrarejet, tradicionalmente se ha considerado, de acuerdo con la denominación propuesta por
Dámaso Alonso,9 que existen dos tipos de encabalgamientos según la longitud del verso
encabalgado:

 encabalgamiento abrupto: cuando el sentido se prolonga de un verso a otro, pero se quiebra


súbitamente en el segundo.
La muerte es un suplicio
banal, si se compara
con este andar a tientas
tras una sombra vaga.
Nicolás Guillén, Elegías (1948)

 encabalgamiento suave: cuando el sentido prolongado, también de un verso a otro, sigue


fluyendo ligadamente en el segundo hasta el final del verso.
Con tanta mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella parte caminaba
Garcilaso de la Vega, Égloga III (1543)

Otra tipología posible es la propuesta por Quilis, quien tiene en cuenta la naturaleza de los
elementos escindidos por el encabalgamiento y distingue tres tipos:

 encabalgamiento léxico: cuando se divide una palabra, que es una unidad de sentido, de
significación, rigurosamente única.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insacïable
Fray Luis de León, Oda a la vida retirada (ca. 1580)

 encabalgamiento sirremático: cuando se escinde un sirrema, esto es, un grupo inseparable de


palabras que la norma de la lengua no permite separar con un descanso, como por ejemplo
Sust + Adj, Sust + complemento determinativo, Adv + V, Adj o Adv; pronombre átono,
preposición, conjunción, artículo + el elemento que sigue; tiempos compuestos de los verbos
y perífrasis verbales; palabras que se construyen con preposición + el término que
introducen.10
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
Antonio Machado (1875-1939)

 encabalgamiento oracional: cuando se separan el antecedente y el pronombre de una


oración adjetiva específica, hallándose el antecedente de la oración adjetiva en el verso
encabalgante, inmediatamente antes de la pausa versal, y el relativo en el verso encabalgado,
tras la pausa.
Descolorida estaba como rosa
que ha sido fuera de sazón cogida
Garcilaso de la Vega

Quedarían fuera de esta tipología aquellos casos en los que la pausa métrica escinda el sujeto y el
verbo, o el verbo y el complemento directo. De acuerdo con Quilis, estas no crearían una pausa
anómala a la estructura interna de la lengua y serían, pues, «susceptibles de una fácil escisión»11 y,
por tanto, no recibirían el nombre de encabalgamiento. Kurt Spang propone la denominación de
enlace métrico para designar esta «cohesión entre partes de la oración que no lleguen a la
estrecha fusión de los elementos de una palabra y de un sirrema, pero que no dejan de notarse
como más vinculados que otros».12
Por último, otra tipología de encabalgamientos, también propuesta por Quilis,13 sería aquella que
tiene en consideración la pausa métrica a la que la unidad sintáctica no se ajusta, y que nos haría
distinguir entre:

 encabalgamiento versal: el que coincide con la pausa final del verso.


 encabalgamiento medial: el que coincide con la pausa intermedia del verso compuesto, la
cesura; es decir, el que excede los límites del primer hemistiquio y se vuelca en el siguiente.
Podría añadirse a esta última tipología el encabalgamiento estrófico, propuesto por Nogales-
Baena,14 que coincidiría con la pausa estrófica y que puede encontrarse con frecuencia entre los
cuartetos y los tercetos que forman un soneto:
Pero si hubiera algo tan osado,
que, no obstante el peligro, al mismo Apolo
quisiera gobernar con atrevida

mano, el rápido carro en luz bañado


todo lo hiciera, y no tomara sólo
estado, que ha de ser toda la vida.

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