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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA

ING EN BIOTECNOLOGIA DE LOS RECURSOS


NATURALES

ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL APARATO


REPRODUCTOR MASCULINO

Paredes Christian
Naula Michael
Calle Javier
Martinez Josselyn
Granda Galo
Palacios Ana
1. APARATO REPRODUCTOR MASCULINO

El aparato reproductor masculino está formado por una serie de estructuras cuya
función es producir las células reproductoras masculinas (espermatozoides) y las
hormonas responsables de los caracteres masculinos, así como la formación del
semen y su posterior eyaculación (García,2018).

2. ESTRUCTURA DE LOS ÓRGANOS REPRODUCTORES MASCULINOS

Testículos

Son órganos glandulares pares situados en el interior del escroto y localizados fuera
de la cavidad abdominal, aunque existen especies que dichos órganos están situados
dentro de la cavidad como son los mamíferos marinos, elefantes y aves. Están
cubiertos por la túnica vaginal, que cubre a su vez a la túnica albugínea, a partir de la
cual se originan numerosos tabiques o septos interlobulillares que dividen al órgano
en lobulillos testiculares. En el interior de los lobulillos aparecen los túbulos
seminíferos rodeados por el espacio intersticial. Los túbulos seminíferos, lugar donde
se producen los espermatozoides, son unos túbulos delgados y enrollados que se
originan y terminan en una red situada en el centro del testículo, denominada red
testicular o rete testis. Las células de Sertoli son las células que sostienen el epitelio
seminífero. Estas células tienen funciones nutritivas y de sostén, y participan en la
liberación de los espermatozoides en la luz del túbulo seminífero. Además, eliminan
los productos de desecho y, sobre todo, los restos citoplasmáticos de las
espermátidas. Asimismo, producen sustancias como la proteína fijadora de
andrógenos y la inhibina, la cual alcanza la corriente sanguínea y ejerce una
retroalimentación negativa en la secreción de FSH. Desde la rete testis, los
espermatozoides son canalizados a través de 15-20 conductos eferentes que
conectan la rete testis al epidídimo y son los responsables de la conducción de
gametos masculinos y de hormonas sexuales. En el tejido conectivo que hay entre
los túbulos seminíferos se sitúan las células intersticiales o de Leydig, las cuales
producen andrógenos testiculares sobre todo testosterona (Megias, 2019).

El testículo y el epidídimo están situados dentro del escroto, que es una bolsa
recubierta de piel. La túnica albugínea es una cápsula fibrosa que contiene células
musculares lisas. Cuando estas células se contraen, aumenta la presión en los tejidos
que rodean a los túbulos seminíferos. La presión ayuda a transportar a los
espermatozoides todavía inmóviles desde los túbulos seminíferos a la rete testis y,
después, al epidídimo, donde se hacen móviles. La barrera hematotesticular está
formada por el complejo de unión de células de Sertoli. Este complejo, además de
hacer una compartimentación física basal y adluminal, crea una barrera de
permeabilidad hematotesticular. Esta barrera es indispensable para crear
compartimentación fisiológica dentro el epitelio seminífero en lo que se refiere a la
composición de iones, aminoácidos, carbohidratos y proteínas. Por lo tanto, la
composición del líquido en los túbulos seminíferos y las vías espermáticas difiere
considerablemente de la composición del plasma sanguíneo y de la linfa testicular.
Las proteínas plasmáticas y los anticuerpos circulantes son excluidos de la luz de los
túbulos seminíferos. La barrera hematotesticular aísla las células germinales
haploides (espermatocitos secundarios, espermátidas y espermatozoides),
genéticamente diferentes y, por ende, antigénicas del sistema inmunitario del macho
adulto. Los antígenos producidos por los espermatozoides o específicos de ellos no
pueden alcanzar la circulación sistémica. A la inversa, las γ -globulinas y los
anticuerpos anti espermatozoide específicos que tienen algunos sujetos no pueden
alcanzar las células espermatogénicas en desarrollo dentro de los túbulos
seminíferos. En consecuencia, la barrera hematotesticular cumple un papel
fundamental en el aislamiento de las células espermatogénicas del sistema
inmunitario (Megias, 2019).

El epidídimo y conducto deferente

El epidídimo, lugar de maduración de los espermatozoides, es un conducto largo,


tortuoso y enrollado que presenta una longitud variable dependiendo de la especie.
Los espermatozoides pueden estar almacenados en este conducto unos 10-15 días.
Anatómicamente, podemos dividirlo en tres partes: cabeza, cuerpo y cola. Desde el
epidídimo, los espermatozoides pasan a continuación al conducto deferente. Este
conducto lleva a los espermatozoides desde el epidídimo hacia la uretra. La ampolla
del conducto deferente está muy desarrollada en caballos, toros y perros, pero no
aparece en verracos y gatos (Molist, 2017).

Cordón espermático

El cordón espermático es una estructura par, que se extiende entre la cavidad


abdominal y los testículos. Cada cordón espermático está compuesto de una vaina
de tejido conectivo que rodea al conducto deferente, nervios, vasos sanguíneos (plexo
pampiniforme y arteria testicular) y vasos linfáticos que nutren al testículo (Molist,
2017).

Temperatura del Testículo

La arteria testicular pasa por el canal inguinal, llega al cordón espermático hasta
alcanzar el testículo. A partir de ahí, se enrolla, sobre todo ocurre en bovinos y ovinos.
La arteria enrollada está en contacto directo con una elaborada red de pequeñas
venas. Este contacto permite el intercambio de calor contracorriente desde la sangre
arterial (38-39 ºC) hasta la sangre venosa de retorno de los testículos, que es más
fría (33 ºC) (Megias, 2019). Esta transferencia de calor mantiene la temperatura del
tejido testicular, que es unos 4-6 ºC más baja que el interior del cuerpo; en cerdos y
otras especies en las que sus testículos son menos pendulantes, la diferencia de
temperatura es menor.
La producción de sudor, a consecuencia de las numerosas glándulas sudoríparas en
la piel del escroto, también contribuye al mantenimiento de temperaturas
relativamente bajas en los testículos. El sudor se evapora y el escroto se enfría.

En ambientes fríos, los testículos son retraídos hacia la pared abdominal; mientras
que si la temperatura ambiente es alta, estos son expandidos hacia el exterior del
cuerpo. La musculatura lisa en la dermis del escroto es la que principalmente regula
la distancia de los testículos hacia la pared abdominal. El musculo cremáster cubre el
cordón espermático y envuelve al testículo. Su función es elevar y bajar los testículos
a fin de regular la temperatura de los mismos y promover la espermatogénesis
(García,2018).

3. GLÁNDULAS SEXUALES ACCESORIAS

Las glándulas relacionadas con el sistema reproductor masculino son las seminales,
la próstata y las glándulas bulbouretrales o de Cowper(García,2018).

Glándulas vesiculares. Se sitúan detrás de la próstata y son estructuras alargadas


cuyo conducto excretor se une al conducto deferente para formar el conducto
eyaculador. Están formadas por un epitelio pseudoestratificado de células
secretoras que producen un líquido alcalino viscoso amarillento: el líquido seminal.
Este fluido contiene sustancias como fructosa, para alimentar a los
espermatozoides, o las prostaglandinas, las cuales parecen influir en el aparato
reproductor femenino. La actividad secretora del epitelio depende de la acción de la
testosterona (García,2018).

Las Glándulas vesiculares poseen una lámina propia muy vascularizada, que junto
con el epitelio forma la mucosa. Bajo la mucosa hay una submucosa muy plegada.
Las crestas de estos pliegues, que proyectan también a la mucosa, pueden estar
fusionadas en sus partes apicales, creándose subcompartimentos de diferentes
tamaos. Esto hace que la luz de la vesícula seminal sea muy irregular con un
aspecto de panal de abeja a bajo aumentos. Por debajo de la submucosa hay una
capa de músculo liso. La parte más interna es una adventicia (García,2018).

Próstata. Es una glándula formada en humanos por 30 a 50 glándulas compuestas


túbulo-alveolares que desembocan en la uretra prostática y están inmersas en un
estroma fibromuscular. La próstata está formada por cuatro zonas de diferente
tamao, la zona de transición, que rodea a la uretra, la zona central, que rodea a los
conductos eyaculadores, la zona periférica, que forma la mayor parte de la glándula,
y el estroma fibromuscular anterior, que no es glandular (García,2018).

Hay tres niveles de organización en esta glándula. En la mucosa de la uretra hay


glándulas pequeas, al igual que ocurre en la submucosa. Los elementos glandulares
principales se encuentran en la periferia, inmersos en un estroma de conectivo fibroso
donde también se encuentran células musculares lisas, constituyendo en su conjunto
la mayor parte de la próstata. Externamente hay una cápsula de conectivo
fibroelástico que contiene además algunas fibras musculares lisas. El líquido
prostático contiene enzimas como las fibrinolisinas que ayudan a disminuir la
viscosidad del líquido del Las glándulas bulbouretrales, también llamadas glándulas
de Cowper, son pequeas y se encuentran posteriores a la uretra. Cada glándula
bulbo-uretral es de tipo compuesta túbulo-alveolar cuyo conducto excretor
desemboca en la uretra del pene. La parte secretora está formada por epitelio cúbico
o cilíndrico, rodeado por tejido conectivo, donde se pueden encontrar fibras
musculares esqueléticas, las cuales emiten prolongaciones a modo de tabique para
separar los lobulillos de la glándula. Su producto de secreción es fundamentalmente
lubricante y se libera independientemente de la eyaculación (Toribio, 2007).

El órgano reproductor masculino es el pene. Está dividido en dos masas dorsales


denominadas cuerpos cavernosos y una masa central denominada cuerpo esponjoso,
donde se encuentra la uretra. Hay una capa de tejido conectivo que rodea a cada una
de estas partes y además un tejido fibroelástico, la túnica albugínea, que las enlaza.
Los cuerpos cavernosos son cavidades vasculares grandes anastomosadas que se
llenan de sangre durante la erección. Externamente están recubiertas por
musculatura lisa. La parte final del pene se denomina glande y está bordeada por un
repliegue de la piel denominado prepucio (Toribio, 2007).

4. FUNCIÓN EXOCRINA DEL TESTÍCULO O ESPERMATOGÉNESIS

Se denomina función exocrina del testículo o espermatogénesis al proceso gracias al


cual tiene lugar la formación y almacenamiento de los espermatozoides a partir de las
espermatogonias en el tubo seminífero bajo el gobierno de las gonadotropinas
hipofisarias en acción sinérgica con los andrógenos (Galina, 2008).

El corte transversal del tubo seminífero permite apreciar que está compuesto por una
capa única de células de Sertoli (también llamadas sustentaculares), entre ellas
pueden verse espermatogonias en diversos estadios de la espermatogénesis. El
proceso de la espermatogénesis es el periodo de tiempo necesario para la
diferenciación de espermatogonias en espermatozoides (García,2018).

La espermatogénesis está respaldada y regulada por las células de Sertoli, sus


funciones son de soporte, nutrición y protección de las células germinativas. Estas
celulas secretan inhibina que inhibe la secreción de FSH, sustancias que nutren a los
espermatozoides en vías de desarrollo, líquido que ocupa la luz de los túbulos
seminíferos y una proteína ABP (androgen binding protein), que se une a la
testosterona (andrógeno). Cada túbulo seminífero está rodeado de una lámina basal
que separa las células de Sertoli del tejido conectivo que llena los espacios entre los
túbulos. Las células de Leydig (también conocidas como intersticiales) se encuentran
en el tejido conectivo y son las productoras de testosterona (García,2018).

Etapas de la espermatogénesis
Los primeros elementos precursores de las células reproductoras son los gonocitos
primordiales, los cuales colonizan los esbozos gonádicos para dar lugar a las
espermatogonias en la gónada masculina (García,2018).

La duración total del ciclo partiendo de la espermatogonia hasta la formación del


espermatozoide tiene una duración aproximada de 65, 49 y 38 días en el toro, carnero
y cerdo respectivamente (Galina, 2008).

La espermatogénesis se divide en dos fases:

La espermatocitogénesis

En esta fase se distinguen tres periodos: multiplicación, crecimiento y maduración.

1) Multiplicación: la espermatogonia, por mitosis, origina dos espermatogonias: A1


que estará activa y A2 que estará latente. Normalmente la espermatogonia sufrirá
cuatro divisiones mitóticas, pero en el caso del hombre sufrirá tres divisiones y cinco
divisiones en la rata. Las cuatro divisiones son: 2 espermatonias intermedias, 4
espermatonias B1, 8 espermatonias B2; y 16 espermatocitos primarios. La
espermatogonia A2 repetirá una división idéntica a la A1 cuando entre en
funcionamiento (García,2018).

2) Crecimiento: los espermatocitos primarios (que culminan en la fase mitósica)


acumulan reservas energéticas y entran en la primera profase de meiosis, donde
quedan detenidos en su desarrollo por un periodo de tiempo variable (García,2018).

3) Maduración: constituye la fase de meiosis en la cual se reduce el número de


cromosomas a la mitad para formar células haploides y se constituye el espermatocito
II. Se necesitará una división adicional porque los cromosomas se duplican (replican).
Tras la segunda división de la meiosis, las células se llaman espermátidas
(García,2018).

Espermiogénesis o espermatocitohistogénesis

Es el proceso de transformación de la espermátida (n) a espermatozoide. Se divide


en:

1) Formación del acrosoma: el aparato de Golgi aporta el material, que crece y se


coloca como un sombrero, envolviendo parcialmente la parte superior de la cabeza.
Contiene gran cantidad de glicoproteínas y enzimas útiles para la fertilización
(García,2018).

2) Condensación del núcleo: mientras el acrosoma crece, el núcleo de la espermátida


se mantiene esférico, migrando hacia la periferia cuando la cabeza está totalmente
formada (García,2018).
3) Desarrollo del flagelo: a partir de uno de los centriolos adyacentes al complejo de
Golgi, se forma un filamento compuesto por un círculo exterior de 11 pares de
microtúbulos que rodean a un par central único. Estos 11 filamentos dobles están
unidos por un sistema radial conocido como “brazos de dietina” que facilitan los
movimientos ciliares. Los filamentos están rodeados por mitocondrias en la parte
proximal, formando la pieza intermedia (García,2018).

4) Eliminación del citoplasma.

Espermatozoide maduro

El espermatozoide queda constituido por: cabeza (que incluye el núcleo en forma de


pera, con una cubierta acrosomal), cuello (que incluye la base del flagelo), pieza
intermedia (compuesta por centriolo proximal, centriolo distal y mitocondrias), pieza
principal y segmento terminal (García,2018).

El fenómeno de la espermatogénesis en los mamíferos tiene lugar en ciclos de


duración determinada que se desarrollan en los segmentos del túbulo seminífero
situados irregularmente en el espacio que comprende toda la longitud del citado
túbulo. El rendimiento espermatogénico del tejido testicular es extraordinariamente
alto, por lo que, en los mamíferos, en un gramo de ese tejido se produce diariamente
de 10 a 15 millones de espermatozoides, según la especie animal. En la
espermatogénesis, que tiene una duración de varias semanas, variando ligeramente
según la especie, no se produce el total de los espermatozoides porque un cierto
número de ellos no llega a alcanzar el estadio final(García,2018).

Ciclo del epitelio seminífero

Durante la espermatogénesis aparecen asociadas ciertos tipos de células específicas,


desde la membrana basal del túbulo seminífero hasta la luz del mismo. Estas
asociaciones celulares específicas reciben el nombre de etapas en el ciclo del epitelio
seminífero, lo cual incluye una serie de cambios que tiene lugar en una localización
específica de túbulo. En un corte transversal de un túbulo seminífero se observa que
el corte lineal no es siempre el mismo y, además, que existen asociaciones celulares
yuxtapuestas (figura 64.6). Aunque el ciclo del epitelio seminífero está compuesto por
diversos estadios, en cada especie animal tiene una duración determinada: 16 días
en el hombre, 14 días en el toro, 13 días en el caballo, 12 días en la rata, 10 días en
el morueco y 8 días en el verraco (García, 2018).
5. CONTROL HORMONAL DE LA ESPERMATOGÉNESIS

El control de la espermatogénesis depende de las gonadotropinas y la testosterona.


El hipotálamo libera GnRH y la adenohipófisis secreta FSH y LH. Las células de
Leydig y de Sertoli de los testículos facilitan el control hormonal directo de la
espermatogénesis. La LH actúa sobre las células de Leydig, uniéndose a sus
receptores de membrana celular y estimulándolas para que produzcan y secreten
testosterona. La testosterona liberada a la circulación general afecta a la función de
las células de Sertoli y ejerce un efecto de retroalimentación negativa sobre la
adenohipófisis y el hipotálamo, lo que mantiene una secreción relativamente reducida
y constante de FSH y LH. La FSH y la testosterona actúan de forma conjunta sobre
las células de Sertoli para inducir la secreción de sustancias paracrinas que originan
la liberación de espermatogonias y la diferenciación en espermatozoides (Toribio,
2007).

Función Endocrina

Consiste en la producción de andrógenos en las células de Leydig. El andrógeno


predominante es la testosterona, aunque existen otros como la dihidrotestosterona y
la androstenodiona. Los testículos de la mayoría de los mamíferos contienen
cantidades apreciables de testosterona ya desde la vida intrauterina. La testosterona
se segrega de forma episódica y por difusión se transporta desde las células de Leydig
al líquido tubular, a la sangre y a la linfa. Esta hormona actúa sobre muchos órganos
efectores, con lo que las respuestas obtenidas afectan a muchos cambios fisiológicos,
como pueden ser levantar su pata el perro para miccionar, agresividad del macho en
contraste con la sumisión de la hembra, tamaño y forma del macho (Toribio, 2007).

Acciones de los andrógenos.

1) Acciones de los andrógenos sobre los órganos reproductores:

a) Estimulan el crecimiento y función de los órganos genitales externos y órganos


genitales accesorios, incluyendo el pene, el escroto, la próstata y las glándulas
vesiculares.

b) Son responsables de los caracteres sexuales secundarios, de especial importancia


en la atracción sexual.

c) Facilitan la libido y aumentan la potencia sexual en el macho.

d) La intervención de la LH/FSH y de la testosterona son necesarias para que se


produzca la función espermatogénica normal.
2) Acciones de los andrógenos sobre los órganos no reproductores:

a) Efecto anabólico proteico y miotrófico al incrementar la síntesis de la proteína y


disminuir la velocidad de descomposición de los aminoácidos, lo que lleva a un
incremento de la masa muscular, una redistribución de la grasa y un retraso del cierre
epifisario (Toribio, 2007).

b) Estimula o suprime la producción de proteínas órgano específico en tejidos como


el riñón, hígado o glándulas salivares (Toribio, 2007).

c) Influye sobre el equilibrio de electrolitos y agua.

d) Favorece la retención del nitrógeno y el desarrollo muscular en el animal joven y


adulto.

e) Interviene sobre la hipertrofia de la laringe y el engrosamiento de las cuerdas


vocales.

f) Influye sobre el crecimiento óseo y la retención de calcio.

Referencias

Galina, C. (2008). Reproducción de animales domésticos (3a ed.). Limusa. México.

García, S. A. (2018). Fisiología veterinaria.Editorial Tébar Flores. Retrieved from


http://ebookcentral.proquest.com.

Toribio.(2007).Compendio sobre reproducción animal.Universidad Nacional Agraria.


Nicaragua.

Megias, M. (2019). Organos animales reproductor. Madrid: Departamento de Biolog´ıa


Funcional y Ciencias de la Salud.

Molist, P. (2017). aparato reproductor masculino. Valencia: Melish.

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