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Descripción general
Los bosques tropicales se ven particularmente afectados. Cada año sufren tala total o
degradación unos 20 millones de hectáreas Los bosques húmedos tropicales cubren
sólo un 6 % de la superficie de la Tierra aproximadamente, a pesar de lo cual
constituyen el hábitat de más de la mitad de todas las especies de animales y plantas así
como de millones de personas.
Las formas, las causas y las consecuencias de la destrucción de los bosques son muy
diversas. Pero la explotación y la conversión de recursos forestales en aras de
intereses económicos e individuales orientados a corto plazo puede considerarse la
causa principal de la destrucción de los bosques a nivel mundial. La consecuencia de
esta forma de gestión es la degradación y la pérdida de espacios vitales para el ser
humano.
Producción/planificación biológica
Implantación de rodales
Plantación
Regeneración natural
Los bosques bajo y medio se someten generalmente a corta total en turnos cortos.
Resultan muy apropiados para la producción de leña y de otras dimensiones reducidas
destinadas al abastecimiento de los mercados locales, siempre y cuando se apliquen las
respectivas medidas de protección como regulación del pastoreo en el bosque,
formación de terrazas o cultivo de procedencias adecuadas al lugar. Los criterios de
gestión se orientan a datos técnico-económicos como son los diámetros y la reserva de
madera.
En el caso de la gestión del monte alto se distingue entre los aprovechamientos finales
en la regeneración de un rodal y los aprovechamientos intermedios durante el cuidado
del bosque. Por los largos turnos y por las medidas culturales periódicas, los montes
altos resultan muy apropiados para cumplir objetivos multifuncionales como la
producción de madera de valor y el aseguramiento de los efectos benéficos.
El fin del cuidado del bosque es la formación de rodales estables a través del control
de las fases de desarrollo de un rodal. Los criterios de gestión son de naturaleza
silvicultural - dasológica, contando entre ellos el área basal, el número de troncos, la
distribución de especies y diámetros o el diámetro objetivo. Independientemente de la
fase respectiva, el control del factor mínimo luz es un elemento característico del
cuidado del bosque.
Agro-silvicultura
La creciente presión demográfica difumina los límites entre el uso agrícola y el uso
forestal de las tierras, especialmente en los trópicos húmedos. En la zona marginal
limítrofe, con zonas boscosas intactas, es muy frecuente que la demanda de alimentos y
madera y leña de la población sólo pueda ser cubierta por explotaciones mixtas
agrícolas y forestales. Las explotaciones mixtas agro-forestales presentan una mayor
estabilidad ecológica que las puramente agrícolas, y en muchos lugares sólo ellas
hacen posible una operación permanente y a largo plazo.
Gestión colectiva
Los bosques y los árboles generan un gran número de productos importantes para el
ser humano: madera útil, productos farmacéuticos, especias, resinas, roten, alimentos o
materias curtientes. Cada uno de estos productos exige una técnica de recolección a la
medida.
Madera
Productos no madereros
Los bosques son, en cuanto a superficie, los ecosistemas terrestres más importantes
de la Tierra. Desde la "invención" de la agricultura, hace unos 10000 años, su extensión
ha ido disminuyendo continuamente por fragmentación y degradación hasta pasar a ser
menos de una tercera parte de la superficie terrestre habitable, lo que equivale a unos 42
millones de km² (STARKE). Dado que las funciones de protección de los bosques sólo
pueden cumplirse en grandes superficies, el hábitat humano se ve amenzado
regionalmente.
En el marco de este capítulo se distinguen cuatro funciones de protección:
Los bosques de la Tierra son, junto con los océanos, un regulador biológico del clima.
Por su elevada evapotranspiración generan localmente una gran parte de las
precipitaciones. La evaporación de estas masa de agua absorbe, especialmente en los
trópicos, hasta tres cuartas partes de la energía de irradiación, impidiendo así un
calentamiento excesivo de la atmósfera. Además se ligan grandes cantidades de gas CO2
causante del efecto invernadero. Ambas funciones de protección del clima pueden
controlarse con la máxima eficiencia con formas de bosques naturales o casi-
naturales, de gran longevidad, ricos en reservas y de gran extensión. Gracias a su
favorable relación entre asimilación y respiración, muchas formaciones boscosas de
zonas templadas, como por ejemplo los bosques costeros del noroeste de los EE.UU.,
acumulan hasta tres veces más CO2 que las pluviselvas tropicales.
Protección genética
Los bosques húmedos tropicales cubren sólo una pequeña fracción de la superficie
terrestre (6 %), a pesar de lo cual viven en ellos un 90 % de todos los monos, al menos
un 80 % de todos los insectos, como mínimo dos terceras partes de todas las especies
vegetales y aproximadamente un 40 % de todas las especies de aves rapaces. Dado que
la mayoría de estas especies sólo puede existir en formas de bosques naturales o casi-
naturales de gran extensión, los bosques artificiales monotípicos en pequeñas
superficies son inadecuados para la protección genética y de las especies.
Instrumentos político-económicos
o control de los derechos de uso por interrelación de zonas de protección,
tampón, de uso y para asentamientos humanos
o aseguramiento de la creación de riqueza derivada del uso del bosque por
diversificación en la región productora y reinversión de los beneficios, p.
ej. para programas de cuidados del bosque
o planificación, puesta en práctica y control de los conceptos de uso con
participación de todos los implicados
o moratoria de la explotación maderera en bosques primarios de las zonas
tropicales y templadas
o incentivos conformes al mercado como impuestos de entrada y salida o
subvenciones para sustitutos (p. ej. recolección de madera mediante
grúas de cables en lugar de orugas niveladoras)
Instrumentos técnico-ecológicos
o reducción del consumo de madera por mejoramiento del manejo de la
misma
o gestión del bosque orientada a funciones y necesidades a través de una
planificación forestal individual
o simulación de la dinámica natural del crecimiento y cuidado del bosque
durante largos periodos de reposo y regeneración.