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Silvicultura

Descripción del ámbito de actividad

Descripción general

La silvicultura se define en general como el uso de bosques con el fin de satisfacer


necesidades humanas. Son característicos los periodos de producción
extremadamente largos, que abarcan varias décadas, y en el caso de la producción
maderera, la identidad de producto e insumos. La producción de madera útil y la
rentabilidad del capital como criterios del éxito para la mayoría de los propietarios
estatales de bosques no resultan apropiadas para buscar soluciones integradas a los
problemas, en vista de las condiciones generales socioeconómicas.

En el sector forestal corresponde hoy ciertamente la máxima importancia a los aspectos


de la protección de especies y biotopos así como a la conservación del hábitat
humano. Como en apenas ningún otro sector, los "límites del crecimiento" se ponen
especialmente de relieve contemplando el ejemplo de la destrucción global de los
bosques. Las repercusiones ya no están limitadas regionalmente, sino que son de
naturaleza global e interrelacionada, ya que los bosques, junto a los mares, son los
más importantes biorreguladores terrestres de los ciclos globales de sustancias y del
clima.

Los bosques tropicales se ven particularmente afectados. Cada año sufren tala total o
degradación unos 20 millones de hectáreas Los bosques húmedos tropicales cubren
sólo un 6 % de la superficie de la Tierra aproximadamente, a pesar de lo cual
constituyen el hábitat de más de la mitad de todas las especies de animales y plantas así
como de millones de personas.

Las formas, las causas y las consecuencias de la destrucción de los bosques son muy
diversas. Pero la explotación y la conversión de recursos forestales en aras de
intereses económicos e individuales orientados a corto plazo puede considerarse la
causa principal de la destrucción de los bosques a nivel mundial. La consecuencia de
esta forma de gestión es la degradación y la pérdida de espacios vitales para el ser
humano.

Esto plantea básicamente nuevas exigencias en cuanto a organismos ejecutores,


magnitud de los proyectos y ubicación de los mismos. Por lo tanto resultan
irrenunciables enfoques holísticos, con integración de los sectores vecinos al área
forestal.

Descripción de los subsectores

El período de producción así como la generación de bienes materiales y de


prestaciones inmateriales diferencian el sector forestal de todas las demás áreas de la
economía nacional. Esto exige formas especiales de producción biológica. Se distinguen
cuatro subsectores: planificación, implantación y uso de rodales así como cosecha de
los productos. En caso dado se hará referencia a las particularidades de la silvicultura
tropical.

Producción/planificación biológica

La producción biológica se controla en el sector forestal a través de los diversos


métodos propios de la silvicultura así como de la agro-silvicultura y de la gestión
colectiva. El fin perseguido por estos métodos es lograr los objetivos de explotación
fijados por regla general a la planificación, como son la producción y la protección, o
bien una combinación de ambos elementos a través de la dirección del potencial de
producción propio del lugar.

La planificación, la implantación y el uso de rodales se distinguen como subsectores de


la producción biológica.

La base de la planificación forestal son inventarios, que dirigen la gestión forestal a lo


largo de periodos de, generalmente, 10 años. Además de elementos estáticos como la
reserva maderera, especialmente en los bosques húmedos tropicales han de registrarse
también elementos dinámicos y estructurales como son el crecimiento y la
distribución horizontal y vertical de especies y diámetros. De otro modo no está
garantizada la persistencia de la regulación de la producción.

Además de la medición de parámetros cuantitativos de los rodales, una gestión


multifuncional de los bosques exige también una cartografía completa de los lugares
con la que se determinen los factores geo-ecológicos separadamente para cada rodal.

La combinación de inventarios periódicos, cartografía de los lugares y


especificaciones de planificación se denomina ordenamiento forestal, cuya
especificaciones de planificación se recogen en planes de gestión. La unidad de gestión
y contabilización es la sección. La división territorial en secciones debería reflejar las
diferencias topográficas e hidrológicas entre rodales. Formas geométricas simples son
convenientes sólo en casos excepcionales en las plantaciones de tierras llanas. En los
bosques húmedos tropicales heterogéneos, la división de los bosques puede extenderse a
cuencas hidrográficas.

Basándose en el ordenamiento forestal y en análisis económicos se planifican los


distintos objetivos operativos, separadamente para cada sección. Además de los índices
económicos clásicos como son los réditos internos, puede recurrirse también a análisis
de efectividad de costos para evaluar la conveniencia de objetivos de operación
alternativos.

El funcionamiento y la estructura de los recursos forestales varían según la intensidad


de uso y la zona geo-ecológica. Los conceptos de gestión tienen que adaptarse a las
características del respectivo tipo de recursos como pueden ser montes altos y bajos,
sabanas, manglares y sistemas agroforestales o reservas colectivas. Los factores
mínimos de superficie forestal, agua, nutrientes y luz condicionados por el lugar marcan
unos límites estrechos a la optimización microeconómica de las empresas forestales.

Los diferentes tipos de recursos están estrechamente interrelacionados, y pueden


complementarse entre sí funcionalmente. De estas interrelaciones resulta la necesidad
de una planificación integrada e interrelacionada. Los montes altos ricos en
especies, de estructura estratificada, pueden cumplir óptimamente, tanto si son de origen
primario como secundario, las funciones de protección y utilidad interrelacionadas en el
tiempo y en el espacio. Las plantaciones de madera útil pueden reducir la presión
demográfica ejercida sobre los bosques naturales, siempre y cuando la población
participe en la gestión de las plantaciones.

Implantación de rodales

Los bosques se regeneran artificial o naturalmente al final de sus periodos de turno o


en caso de sobre-envejecimiento.

Plantación

Las formas artificiales de implantación de rodales abarcan la forestación clásica en


superficies libres, la plantación bajo dosel para mejorar espacios incompletos en
regeneraciones naturales, o acumulaciones en bosques explotados en exceso. La
forma del tratamiento del suelo y la técnica de plantación dependen de la selección
de especies arbóreas, de la fertilidad de los suelos, del régimen hídrico y del estado de
las superficies. La broza y la flora posterior a una corta pueden acumularse en
montones o quemarse, si a esto no se oponen factores de pérdidas de nutrientes y de
erosión del suelo.

Las técnicas de plantación van desde la plantación en hoyos en suelos desnudos y


profundos, pasando por la plantación en cubetas ("micro catchments") en zonas secas
y en lugares con ligera pendiente, hasta llegar a la formación de terrazas en las laderas
empinadas de la alta montaña. En suelos lateríticos incrustados es usual el roturado del
suelo.

Independientemente de las técnicas aplicadas en cada caso, con la regeneración


artificial se originan formas de bosques de estructura simple, con ciclos de
sustancias abiertos en su mayor parte. La selección de especies arbóreas se limita
generalmente a especies madereras pioneras, de fuerte crecimiento y de gran poder
competitivo. El grado de mezclas y el número de especies se mantienen a un bajo nivel
por motivos de facilidad de manipulación. La amenaza biótica y abiótica de tales
plantaciones aumenta por una parte al incrementarse la aridez (escasez de agua, fuego),
y por otra parte al disminuir la fertilidad de los suelos, especialmente en los trópicos
húmedos interiores y sobre substratos geológicamente antiguos. En lugares
marginales, la pobreza relativa de especies está condicionada por la propia
naturaleza.

Son frecuentes medidas de protección contra fuego, tormentas y tempestades, stress


hídrico, carencia de nutrientes y enfermedades (para cuestiones relativas al control
biológico de plagas. La quema controlada de horizontes superficiales orgánicos
("prescribed burning") es una forma especial de la gestión de plantaciones en zonas
secas, estando destinada a eliminar capas orgánicas fácilmente inflamables. La
protección del suelo y de las aguas fija unos límites muy estrechos a esta técnica.

El material de plantación para forestaciones artificiales se produce en viveros. Los


viveros suelen estar dedicados al cultivo de plantas producidas generativamente por
semillas. Las formas vegetativas del cultivo de plantas como son la plantación de
estacas, los cultivos de tejidos o la producción de simientes en plantaciones semilleras
requieren frecuentemente mucho capital, y por regla general sólo pueden ponerse en
práctica en forma centralizada y con organismos ejecutores cualificados. Al respecto
debe quedar asegurado que las consecuencias de un empobrecimiento genético puedan
ser dominadas por la correspondiente estrategia silvicultural. El consumo y el uso de
los insumos usuales en los viveros o vergeles (terrenos, semillas, fertilizantes, substrato,
agua, plaguicidas, transporte) dependen de las especificaciones de las empresas
forestales (planificación de los tipos de objetivos de operación) y de la técnica de
multiplicación aplicada. El alto consumo de substrato en el caso de la producción de
plantas en macetas o contenedores exige una planificación logística esmerada.

Para programas de bosque natural pueden tomarse en consideración viveros


pequeños temporales cercanos a los rodales, ya que las proveniencias y las especies
vegetales necesarias para estos objetivos de operación pueden generarse óptimamente
en forma descentralizada. Los programas de forestación regionales pueden
abastecerse a través de grandes viveros centralizados.

Regeneración natural

La dinámica del crecimiento, la fenología y el respeto del ordenamiento espacial son


criterios para la selección de la técnica de regeneración natural. En general se
distingue entre métodos del monte alto por secciones, con técnicas de corta de aclareo
sucesivo y por linderos, así como el tratamiento por entresaca selectiva para rodales
ricos en especies y de edades desiguales. Exigencias especiales en cuanto a la
protección de especies y del suelo plantean los sistemas de conversión en los bosques
húmedos tropicales y la gestión de bosques de las zonas altas.

Característicos de todos los métodos son una determinada secuencia y un determinado


número de cortas individuales a lo largo de periodos prolongados, con preservación
de los rodales secundarios. Típicamente, el suelo está apenas descubierto durante el
proceso de regeneración. El tratamiento del suelo se suele limitar a la preparación de
la cama germinadora, por ejemplo con cultivadoras o gradas. Para la regeneración de
pirofitas puede ser necesaria la quema ordenada ("prescribed burning", véase
Plantación).

Independientemente de los métodos aplicados, en el caso ideal se establecen horizontal


y verticalmente rodales más o menos heterogéneos, ricos en especies y de varios
estratos, con ciclos de sustancias cortocircuitados. La estabilidad frente a factores
dañinos es alta, mientras que la necesidad de medidas de protección y de cultivo
artificial de plantas es escasa

Uso de los rodales

En general se distingue entre:

Silvicultura clásica para la generación de funciones madereras y de protección


La agrosilvicultura para la generación integrada de productos agrícolas y
forestales
Gestión colectiva, generalmente en combinación con productos no madereros.
Independientemente de la clase de uso, el control de las condiciones generales
económicas y de política demográfica son una premisa imprescindible para evitar usos
excesivos. El cuidado del bosque es una premisa de técnica forestal sin la cual no
pueden garantizarse las múltiples posibilidades de uso de los recursos forestales
("multiple use forestry").

Gestión del bosque

Por regla general se distinguen tres formas de operación:

Monte alto a partir de regeneración natural o artificial, con las formas de


operación de bosque por secciones (según edades) y bosque multietáneo (tratado
por entresaca selectiva)
Monte medio, a partir de renuevos de cepa y plantación
Monte bajo a partir de renuevos de cepa.

Los bosques bajo y medio se someten generalmente a corta total en turnos cortos.
Resultan muy apropiados para la producción de leña y de otras dimensiones reducidas
destinadas al abastecimiento de los mercados locales, siempre y cuando se apliquen las
respectivas medidas de protección como regulación del pastoreo en el bosque,
formación de terrazas o cultivo de procedencias adecuadas al lugar. Los criterios de
gestión se orientan a datos técnico-económicos como son los diámetros y la reserva de
madera.

En el caso de la gestión del monte alto se distingue entre los aprovechamientos finales
en la regeneración de un rodal y los aprovechamientos intermedios durante el cuidado
del bosque. Por los largos turnos y por las medidas culturales periódicas, los montes
altos resultan muy apropiados para cumplir objetivos multifuncionales como la
producción de madera de valor y el aseguramiento de los efectos benéficos.

El fin del cuidado del bosque es la formación de rodales estables a través del control
de las fases de desarrollo de un rodal. Los criterios de gestión son de naturaleza
silvicultural - dasológica, contando entre ellos el área basal, el número de troncos, la
distribución de especies y diámetros o el diámetro objetivo. Independientemente de la
fase respectiva, el control del factor mínimo luz es un elemento característico del
cuidado del bosque.

Generalizando puede distinguirse entre cuidado del arbolado nuevo ("pre-commercial


thinning") y clara o raleo ("commercial thinnings"). Se distinguen métodos químicos y
mecánicos, de los que los últimos pueden ser manuales o mecanizados. Los métodos
químicos sólo pueden dominarse si es posible la aplicación puntual de sustancias
activas no persistentes. Los métodos sistemáticos como los raleos en líneas son usuales
en plantaciones monotípicas, y sólo pueden considerarse no problemáticos en lugares
particularmente apropiados (por la erosión del suelo).

Los métodos selectivos, denominados raleo selectivo o "timber stand improvement",


son los más efectivos desde el punto de vista dasológico y ecológico. Característica es
la regulación del espacio de crecimiento de árboles padres seleccionados por corta de
árboles vecinos competidores. La regulación del espacio de crecimiento de los árboles,
el aprovechamiento intermedio y el aprovechamiento final, así como la regeneración,
pueden combinarse en bosques multietáneos. Ello sólo es posible en plantaciones
artificiales si se ha adaptado entre sí la tolerancia a la sombra de al menos dos especies
arbóreas.

Los bosques húmedos tropicales plantean exigencias especiales a la producción de


madera. Debido a la variedad de especies, a la estructura en mosaico horizontal, a la
estratificación vertical, al régimen de nutrientes y a la dinámica del crecimiento
gobernada por fases, suelen resultar particularmente apropiados los métodos selectivos.
Simplificando pueden distinguirse cuatro fases de desarrollo, enlazadas cíclicamente
entre sí: fase terminal - fase de claros/bosquetes - fase de estructuración - fase de
madurez/clímax. La regeneración del bosque y la recolección de la madera tienen que
adaptarse a esta dinámica del crecimiento.

En principio, incluso la recolección de madera en bosques primarios, con especies


arbóreas de fructificación irregular y con una distribución no homogénea de los
diámetros, puede resultar admisible si únicamente se extraen, mediante métodos de
recolección altamente móviles, árboles aislados moribundos del rodal principal, una
vez se ha producido la fructificación. En rodales formados por especies arbóreas con
una distribución homogénea de los diámetros pueden cortarse árboles por bosquetes
en lugares fértiles y resistentes a la erosión. En el caso de rodales de características
homogéneas, como los que se dan por ejemplo en muchos bosques naturales de
coníferas tropicales, son admisibles también métodos menos selectivos. Sin embargo, la
recolección de especies madereras no aprovechadas hasta el momento ("lesser-known
species") sólo puede calificarse de no problemática si el balance de nutrientes
permanece equilibrado y si se conoce la biología de la reproducción de estas especies
arbóreas.

La gestión de formas especiales de la vegetación forestal tropical, como son los


bosques de galería, la sabanas o los manglares no puede tratarse en el marco de este
capítulo.

Agro-silvicultura

La creciente presión demográfica difumina los límites entre el uso agrícola y el uso
forestal de las tierras, especialmente en los trópicos húmedos. En la zona marginal
limítrofe, con zonas boscosas intactas, es muy frecuente que la demanda de alimentos y
madera y leña de la población sólo pueda ser cubierta por explotaciones mixtas
agrícolas y forestales. Las explotaciones mixtas agro-forestales presentan una mayor
estabilidad ecológica que las puramente agrícolas, y en muchos lugares sólo ellas
hacen posible una operación permanente y a largo plazo.

Si bien faltan definiciones de validez general, partiendo de consideraciones prácticas


pueden distinguirse los sistemas agro-forestales, silvo-pastorales y agro-silvo-
pastorales.

El entrelazamiento en el tiempo y en el espacio de los elementos agrícolas y forestales


está en función del nivel de conocimientos, de las disponibilidades de agua, de la
fertilidad de los suelos y del mercado. En áreas marginales lejanas a los mercados
sólo pueden ponerse en práctica generalmente formas simples como por ejemplo la
gestión alternante de bosques y campos, denominada roza por fuego o "shifting
cultivation", o bien el pastoreo en las sabanas.

Gestión colectiva

Para muchos bosques húmedos tropicales, geológicamente antiguos, la gestión colectiva


de productos no madereros, es decir, los así llamados usos accesorios, suele ser la
única forma de aprovechamiento persistente. Esto afecta particularmente a las zonas
centro-amazónicas, extremadamente pobres en nutrientes, donde el balance de
nutrientes resulta negativo si se practican formas intensivas de producción de madera
de troncos. En el Sudeste Asiático, por ejemplo, el valor de producción de los
aprovechamientos de subproductos supera en muchos lugares al de la madera (DE
BEER). Debido a la gran variedad de productos no madereros tropicales, no es posible
describir la gestión colectiva de modo diferenciado por regiones en el marco de este
capítulo.

Técnica de la cosecha forestal

Los bosques y los árboles generan un gran número de productos importantes para el
ser humano: madera útil, productos farmacéuticos, especias, resinas, roten, alimentos o
materias curtientes. Cada uno de estos productos exige una técnica de recolección a la
medida.

Madera

La recolección de la madera es el apartado más intensivo en cuanto a capital y daños


del sector forestal: debido al delicado régimen de nutrientes, en muchos lugares de los
bosques tropicales húmedos, con substratos geológicamente antiguos, no es posible
recolectar la madera. La planificación y la realización de medidas recolectoras de
madera tienen que basarse, en consecuencia, por igual en criterios económicos y
ecológicos. El objetivo principal de toda medida de recolección de madera es
minimizar los daños originados al suelo y a los rodales. La selección de métodos se
orienta esencialmente por los siguientes criterios:

Objetivo operativo (derechos de uso, bosque de protección, bosque de


aprovechamiento económico)
Estado del arbolado (número de troncos, estructura, dinámica de nutrientes)
Forma de corta (aprovechamiento intermedio, aprovechamiento final, surtidos de
madera)
Topografía y suelos (distancias de saca, erosión del suelo)
Infraestructura (densidad de colonización, costos de la construcción).

En la técnica operativa, la corta se considera separada de la saca del tronco talado.


Exceptuando las máquinas de recolección móviles, utilizadas ante todo en zonas no
tropicales, en los trópicos los árboles se cortan a mano (con hacha, sierra de mano o
motosierra). Factores decisivos para los resultados son el nivel de formación y la
remuneración de los trabajadores forestales, así como la organización del trabajo en el
lugar de la corta. Características principales de los métodos de recolección de madera
conservadores de los recursos naturales son:
La identificación de los rodales antes de la corta (inventario)
La corta dirigida
La marcación o labra de la madera cortada en el lugar de la tala, antes de la saca.

En la manipulación de los troncos se diferencia, en cuanto a organización, entre la


saca de la madera en el rodal y el transporte de la misma a larga distancia (por carretera,
ferrocarril o cursos de agua), en cuanto a técnica, entre procedimientos manuales, con
animales o mecanizados, y en cuanto a métodos, entre la manipulación de árboles
completos y de troncos. Los daños originados a los rodales aumentan, en forma
condicionada por el sistema, según aumentan la potencia de los motores, la
intensidad del uso, la inclinación de las laderas y el grado de accesibilidad así como
la longitud de los troncos y el grado de arrastre de la madera por el suelo.
Compactaciones del suelo, erosión en surcos a lo largo de las rodadas dejadas por los
vehículos, destrucción de la flora del suelo del bosque y de los rodales secundarios,
lesiones en las costillas basales y en las raíces del rodal restante son las consecuencias
de unos métodos de saca no apropiados. En general, los métodos de saca más
importantes son los siguientes, en el orden de su potencial de daños:

Métodos vinculados al suelo


o Trenes elevadores y de arrastre para cortas totales, aprovechamientos
finales, distancias de saca entre medias y largas, en tierras llanas y hasta
alta montaña
o Tractores forestales de ruedas y orugas para cortas totales,
aprovechamientos finales e intermedios, distancias de sacas entre cortas
y medias, zonas de colinas
o Animales (caballos, bueyes, búfalos acuáticos, etc.) para
aprovechamientos intermedios, madera de pequeño calibre, distancias
cortas, tierras llanas
Métodos vinculados a la fuerza de la gravedad
o Balseado libre manual para aprovechamientos intermedios y finales,
distancias cortas, alta montaña
o Deslizaderos de madera, generalmente para aprovechamientos finales,
largas distancias, alta montaña
Métodos vinculados al aire
o Cabrestantes con trineos para aprovechamientos intermedios y finales en
alta montaña
o Grúas de cables para aplicaciones universales
o Helicópteros para la saca universal de madera de valor.

En los bosques húmedos tropicales, con su estructura en mosaico, la recolección de


madera sólo resulta conservadora de los recursos naturales si los métodos aplicados
tienen en cuenta las condiciones de la recolección de troncos aislados en bosquetes a
través de la debida movilidad, de la saca de la madera sin tocar el suelo y de una
reducida densidad de la red de vías y caminos. Las formas homogéneas de los rodales
en las tierras llanas permiten aplicar métodos menos costosos y complejos. Los
procedimientos de manipulación de árboles completos sólo resultan admisibles en
lugares de las tierras llanas ricos en nutrientes y estables frente a la erosión.
Tras la corta y la saca, la madera se almacena a corto plazo en el bosque, al borde de
los caminos, hasta su transporte por los compradores. Por esta razón, en general no es
necesario proteger estos puntos de almacenamiento. En casos excepcionales, y después
de catástrofes, puede hacerse necesario el almacenamiento de grandes cantidades de
madera durante un tiempo prolongado en cargaderos preparados especialmente a tal fin.
En tales casos es necesario tomar medidas dirigidas a limitar la demanda de
superficie, el uso de plaguicidas y la eliminación de los residuos de la corteza.

Estudios de tiempos, análisis de daños originados al bosque y criterios económicos


sirven de base para la selección de las diversas alternativas. Junto a los instrumentos
económicos clásicos de valoración, como son los análisis de costos y beneficios,
deberían aplicarse también análisis de rentabilidad o eficiencia de los costos (p. ej.
WENGER). Es decisivo que tales análisis estén referidos a todo el tiempo del turno
(período de producción), no limitándose únicamente a cada acción aislada.

Un efecto inmediato de la recolección de la madera, relevante para el medio ambiente,


lo constituye la colonización de zonas forestales, que hace posible usos ulteriores.
Además de la elección de los métodos de recolección de madera de orientación
ecológica, una administración forestal eficiente, con componentes de actividad
policial (vigilancia de las exclusiones de uso), es una condición primordial para
conseguir que los rodales sufran los menores daños posibles.

Productos no madereros

Las repercusiones de la recolección de productos no madereros no pueden describirse


aquí con detalle debido a su gran variedad. Es imprescindible la incorporación de los
conocimientos disponibles a nivel local.

Básicamente tienen que distinguirse los productos destinados a cubrir la demanda


propia de aquellos destinados a la comercialización, ya que en general la cobertura de
las necesidades de subsistencia no suele entrañar el riesgo de un uso excesivo. La
recolección de productos de los árboles como resina, corteza o lianas, como por ejemplo
el roten, exige unas medidas de protección especiales, ya que el medio de producción o
sostén que es el árbol puede sufrir daños persistentes. Menos intensiva en cuanto a
gestión es la recolección de "productos no arbóreos" como la fruta o la caza, cuando
está destinada al autoabastecimiento.

Impacto ambiental y medidas de protección

Impacto ambiental típico del sector

Los bosques son, en cuanto a superficie, los ecosistemas terrestres más importantes
de la Tierra. Desde la "invención" de la agricultura, hace unos 10000 años, su extensión
ha ido disminuyendo continuamente por fragmentación y degradación hasta pasar a ser
menos de una tercera parte de la superficie terrestre habitable, lo que equivale a unos 42
millones de km² (STARKE). Dado que las funciones de protección de los bosques sólo
pueden cumplirse en grandes superficies, el hábitat humano se ve amenzado
regionalmente.
En el marco de este capítulo se distinguen cuatro funciones de protección:

Protección del clima

Los bosques de la Tierra son, junto con los océanos, un regulador biológico del clima.
Por su elevada evapotranspiración generan localmente una gran parte de las
precipitaciones. La evaporación de estas masa de agua absorbe, especialmente en los
trópicos, hasta tres cuartas partes de la energía de irradiación, impidiendo así un
calentamiento excesivo de la atmósfera. Además se ligan grandes cantidades de gas CO2
causante del efecto invernadero. Ambas funciones de protección del clima pueden
controlarse con la máxima eficiencia con formas de bosques naturales o casi-
naturales, de gran longevidad, ricos en reservas y de gran extensión. Gracias a su
favorable relación entre asimilación y respiración, muchas formaciones boscosas de
zonas templadas, como por ejemplo los bosques costeros del noroeste de los EE.UU.,
acumulan hasta tres veces más CO2 que las pluviselvas tropicales.

Protección genética

Los bosques húmedos tropicales cubren sólo una pequeña fracción de la superficie
terrestre (6 %), a pesar de lo cual viven en ellos un 90 % de todos los monos, al menos
un 80 % de todos los insectos, como mínimo dos terceras partes de todas las especies
vegetales y aproximadamente un 40 % de todas las especies de aves rapaces. Dado que
la mayoría de estas especies sólo puede existir en formas de bosques naturales o casi-
naturales de gran extensión, los bosques artificiales monotípicos en pequeñas
superficies son inadecuados para la protección genética y de las especies.

Protección del suelo

El monte alto de estructura estratificada es la más eficiente protección biológica


del suelo. La erosión del suelo y la nueva formación de suelo están equilibradas bajo
tales formas de rodales, respondiendo a la norma geo-ecológica. Por la estructura más
simple de los rodales, en los bosques secos o en las sabanas herbáceas es menos
marcada la diferencia respecto a los bosques artificiales. Lo mismo puede decirse de
formas alternativas de bosques en las tierras llanas. Bajo condiciones húmedas
tropicales y en la alta montaña, las tasas de erosión de los bosques artificiales pueden
superar, en casos aislados, la tasa natural de pérdida de suelo en factores elevados a la
décima potencia.

Protección de hábitats humanos

Debido a los rápidos procesos de deforestación, el hábitat humano se va estrechando,


especialmente en los bosques húmedos tropicales; se destruyen puestos de trabajo.
Grandes proyectos favorecidos por beneficios tributarios (explotación maderera,
minería, ganadería de bovino) pueden acelerar localmente este proceso, desplazando los
métodos propios del uso tradicional de los recursos naturales, muy intensivos en cuanto
a mano de obra. Por esta razón, la formación y el perfeccionamiento pueden ser,
justamente en los proyectos de bosques naturales y agroforestales, un instrumento
importante para sensibilizar correspondientemente a las instancias de decisión.
Estrategias de protección del medio ambiente típicas del sector

Los bosques desempeñan importantes funciones de protección, pero al mismo tiempo


son también ellos mismos dignos de proteger por ser biotopos de las más diversas
comunidades de plantas y animales. Sin embargo, una protección eficiente sólo puede
lograrse si el Estado, el sector económico y la población local tienen un interés propio
en su conservación a largo plazo. Las formas de uso tienen que garantizar por ello la
protección del bosque y una creación de riqueza persistente, siendo además
susceptibles de consenso entre los distintos grupos de intereses. Así, desde el punto de
vista de la higiene, la roza de sabanas africanas infestadas de moscas tse-tse pueden ser
una bendición. Pero para los bosquimanos de la tribu Iko y otros cazadores significa la
destrucción de su hábitat vital, para los hidrólogos significa la inundación de zonas
bajas y para los ecologistas el aniquilamiento de biotopos.

En el sector forestal, una estrategia de protección incluye, dependiendo de las


condiciones del lugar, las siguientes componentes, a grandes rasgos:

Instrumentos político-económicos
o control de los derechos de uso por interrelación de zonas de protección,
tampón, de uso y para asentamientos humanos
o aseguramiento de la creación de riqueza derivada del uso del bosque por
diversificación en la región productora y reinversión de los beneficios, p.
ej. para programas de cuidados del bosque
o planificación, puesta en práctica y control de los conceptos de uso con
participación de todos los implicados
o moratoria de la explotación maderera en bosques primarios de las zonas
tropicales y templadas
o incentivos conformes al mercado como impuestos de entrada y salida o
subvenciones para sustitutos (p. ej. recolección de madera mediante
grúas de cables en lugar de orugas niveladoras)
Instrumentos técnico-ecológicos
o reducción del consumo de madera por mejoramiento del manejo de la
misma
o gestión del bosque orientada a funciones y necesidades a través de una
planificación forestal individual
o simulación de la dinámica natural del crecimiento y cuidado del bosque
durante largos periodos de reposo y regeneración.

Fuentes consultadas.. Internet

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