NECESIDADES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA EN MATERIA DE ACCESO AL CANNABIS Y SUS DERIVADOS CON FINES MEDICINALES.
El presidente de la Nación, Mauricio Macri, ingresó el 25 de marzo
de 2019 al Senado de la Nación un proyecto de ley de reforma del Código Penal de la Nación (en adelante “el Proyecto de Reforma”), que tramita mediante Expediente PE Nº 52/19 de dicho cuerpo legislativo.
En materia de estupefacientes, y específicamente en relación al
Cannabis y sus derivados para uso medicinal, el Proyecto de Reforma de la normativa más relevante que se concentra fundamentalmente en los Arts. 319 a 339 del Proyecto de Reforma.
más allá de que diversas notas periodísticas valoraron
positivamente la normativa propuesta, si se analiza más profundamente, la misma resulta criticable. De un análisis integral de la normativa más relevante en relación al tema, y considerando la realidad social concreta resultante de utilización del Cannabis con fines medicinales y la aplicación de la normativa penal en relación a los estupefacientes. Se desprende lo siguiente: Con la salvedad de …, pero que resulta ampliamente insuficiente por no contemplar los diferentes grupos de casos que nuestra realidad nacional presenta en relación
Política criminal en relación a la materia del Gobierno Nacional,
manifestada en la ostensible y abierta persecución de personas relacionadas al uso del Cannabis y sus derivados con fines medicinales (usuarios afectados por alguna patología, cultivadores solidarios, etc.) a lo larfo y ancho de todo el territorio nacional,
En conclusión, el Proyecto de Reforma propuesto por el presidente
Macri, específicamente en relación al Cannabis y sus derivados para uso medicinal, implica - con la salvedad de los supuestos de no punibilidad mencionados (positivos, pero muy insuficientes al no abarcar la inmensa mayoría de las múltiples situaciones en que se encuentran las diferentes personas vinculadas al uso del Cannabis y sus derivados con finalidad medicinal, tal como lo analizamos anteriormente) - además de una nueva falta de consideración, como ocurrió en el caso de la vigente Ley Nacional N° 27.350 de “Investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados”, de las principales demandas de las personas y organizaciones de la sociedad civil que impulsaron dicha ley, la reafirmación y profundización de la política de criminalización que actualmente prevé la Ley Nacional N° 23.737 hacia lxs usuarixs (las personas que realizan diversas conductas relacionadas al uso del Cannabis y sus derivados con fines medicinales (cultivo, tenencia, preparación, etc.); es decir, hacia lxs usuarixs padecientes de alguna patología, que realizan alguna de dichas conductas para uso propio, y hacia su círculo familiar o social íntimo y allegados que realizan alguna de dichas conductas para uso de lxs primerxs) de de Cannabis y sus derivados con finalidad medicinal para consumo propio (pacientes), y hacia su círculo familiar o social íntimo y allegados que realizan diversas conductas relacionadas al uso del Cannabis y sus derivados con fines medicinales (cultivo, tenencia, etc.) para uso de lxs primerxs, que actualmente prevé la Ley Nacional N° 23.737. Dicha conclusión se desprende de la mantención y el endurecimiento de las escalas penales de la pena de prisión sobre los diferentes conductas relacionadas al uso medicinal del Cannabis y sus derivados, y de la adición de otras conductas como punibles, en relación al régimen jurídico vigente.
Desatendiendo nuevamente, como ocurrió en el caso de la vigente
Ley Nacional N° 27.350 de “Investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados”, las principales demandas de las personas y organizaciones de la sociedad civil que impulsaron dicha ley, entre ellas la necesidad del acceso al Cannabis en su estado vegetal mediante el cultivo personal, el cultivo colectivo y el cultivo solidario, con fines exclusivamente medicinales. En la Argentina se presenta hoy una realidad que ya no puede ser soslayada por las autoridades nacionales: la situación del amplísimo universo de personas que sufren alguna enfermedad o enfermedades y que buscan mejorar su salud y calidad de vida a través de la utilización - por sí mismos o mediante asistencia de una persona de la cual dependen - de la planta de Cannabis y/o sus derivados con fines medicinales; lo cual implica necesariamente el acceso a dichas medicinas, por parte de dichas personas padecientes para uso propio, y de su círculo familiar o íntimo y allegados para uso de los primeros, por vías hoy ilegales en nuestro país, según las normas penales argentinas vigentes.
Resulta imprescindible y urgente que las autoridades competentes
para regular esta materia - diputadxs y senadxs nacionales y el presidente de la Nación (Constitución Nacional, Art. 75, apartado 12; y Art. 99, inc. 3, párrafo 1; respectivamente) - aborden esta problemática social de manera razonable - consecuente con la realidad social descripta - y empática en relación a las situaciones que padecen las personas enfermas y su círculo íntimo de cuidados, acompañándolos en la búsqueda de su bienestar.
Por ello, se presenta como necesaria y urgente una reforma
legislativa en la materia. Por un lado, que armonice la política criminal nacional en relación a los estupefacientes con la protección de los derechos humanos, esencialmente la salud y a una vida digna - hoy vulnerados por la ley nacional 23.737 -, a fin de lograr una regulación jurídica nacional consistente y efectiva sobre el uso del Cannabis y sus derivados con fines medicinales - legitimado por la reciente ley nacional de Cannabis medicinal. Y por otro lado, que brinde soluciones adecuadas e integrales, abarcando todos los supuestos que presenta nuestra realidad social nacional.
la reforma del Código Penal de la Nación debe contemplar la
despenalización total de las conductas relacionadas al uso medicinal de la planta de Cannabis y sus derivados (siembra, cultivo, guarda, tenencia, extracción, preparación, suministro, aplicación, entrega, facilitación, transporte, como meros ejemplos previstos en la legislación penal vigente y en el Proyecto de Reforma) realizadas por usuarixs (personas afectadas por patologías) para consumo propio, y por sus familiares o círculo social íntimo y allegados para uso de lxs primerxs - lo cual abarca, como ejemplos más paradigmáticos, el autocultivo, el cultivo colectivo y el cultivo solidario (para uso de terceros no cultivadores) -; con las finalidades de que cese definitivamente la criminalización de dichas personas, que se enfoque la persecución penal en los verdaderos narcotraficantes, y que se garanticen los derechos a la salud y a una vida digna de lxs usuarixs y su círculo social íntimo de cuidados.
Desaprovechar una oportunidad histórica - como lo es una eventual
reforma integral del ordenamiento jurídico penal argentino -
#AutocultivoYa #ElDolorNoPuedeEsperar
http://www.senado.gov.ar/parlamentario/comisiones/verExp/52.19 /PE/PL (etiquetar ong’s de cannabis medicinal?)
la Ley Nacional N° 23.737 y sus normas complementarias, que
establecen el régimen penal en relación a los estupefacientes, establece penas absolutamente desproporcionadas e inhumanas sobre diversas conductas relacionadas al Cannabis y sus derivados para uso medicinal, sólo por el hecho de necesitar o elegir acceder a dicha planta en su estado natural o a sus derivados con fines terapéuticos.
Todas los ejemplos mencionados están relacionados a conductas
que son cotidianas en pacientes, familiares, cultivadores/ras y médicos/as vinculados al uso del Cannabis con fines terapéuticos.
dicha norma, la penalización, “[…] mantiene vigente la
desprotección, clandestinidad y riesgo de criminalización de las personas usuarias que necesitan o eligen acceder a la sustancia en su estado natural, mediante la técnica de autocultivo personal, solidario o colectivo […]” obliga a dichas personas a adquirir la sustancia terapéutica requerida en circuitos de tráfico ilegal, coloca a las personas mencionadas ante el riesgo de ser criminalizadas. favorece la existencia y crecimiento de un mercado ilegal y oportunista, que además en muchos casos implican sustancias de dudosa calidad, con el consecuente peligro para y estafa hacia los usuarios. En ese sentido y adicionalmente, el cultivo personal o realizado por personas de confianza conducen a que la medicina resultante dé seguridad al usuario y sus familiares.
En el marco de esa realidad social, se registran innumerables casos
en que dichas personas sufrieron allanamientos, detenciones, decomisos de las plantas y demás derivados medicinales del Cannabis (como aceites, etc.), y procesos penales en su contra, incluso con privación de la libertad preventiva.
En este contexto, y ante la falta de soluciones que implica la
vigente e incumplida sistemáticamente por el Estado Nacional Ley Federal N° la 27.350 de “Investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados”. , dichas personas tienen como única alternativa en la actualidad la siembra y cultivo (entre otras conductas), conductas son consideradas ilegales por las leyes penales argentinas vigentes aún luego del debate a nivel nacional y aprobación de la Ley 27.350.
A su vez, considerando el contexto señalado, el cultivo es la única
forma de garantizar el abastecimiento de la medicina, posiblitando la continuidad del tratamiento.