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Sistema nervioso central: partes y

funciones (con imágenes)


Por
Cinta Martos Silván

El sistema nervioso central (SNC) es aquel compuesto por el cerebro, la médula


espinal y los nervios ópticos. Se denomina “central” porque integra información
proveniente de todo el organismo y coordina la actividad de este. Este sistema tiene una
gran variedad de funciones; en general, se puede decir que dirige los procesos
cognitivos, las emociones, el movimiento y la percepción de estímulos.

El cerebro y la médula espinal están recubiertos por una membrana protectora llamada
meninges, las cuales hacen que el sistema nervioso central sea el más protegido del
cuerpo. En el espacio subaracnoideo de las meninges, circula el líquido cefalorraquídeo,
el cual protege al cerebro y mantiene su metabolismo.



Cerebro y médula espinal

La unidad básica del sistema nervioso central es la neurona. Es un tipo especial de


célula nerviosa que transmite mensajes eléctricos y químicos para ejercer diferentes
efectos en sus células vecinas.

Además de las neuronas también se distinguen las células gliales, conocidas como las
“células de sostén”. Sirven para dar apoyo a las neuronas, desplazarlas, y darles oxígeno
y nutrientes. Hay mayor cantidad de estas células que de neuronas, en una proporción de
10 a 1.

Índice [Ocultar]

 1 Partes del sistema nervioso central


o 1.1 Cerebro
o 1.2 Médula espinal
o 1.3 Nervios craneales
 2 Funciones del sistema nervioso central
o 2.1 – Funciones del cerebro
o 2.2 – Funciones de la médula espinal
 3 Enfermedades del sistema nervioso central
o 3.1 Traumas
o 3.2 Accidentes cerebrovasculares
o 3.3 Infecciones
o 3.4 Degeneración
o 3.5 Trastornos estructurales del neurodesarrollo
o 3.6 Tumores
o 3.7 Enfermedades autoinmunes
 4 Referencias

Partes del sistema nervioso central




En general, el sistema nervioso central se compone del cerebro y la médula espinal,


aunque a veces se incluyen la retina, los nervios ópticos, los nervios olfativos y el
epitelio olfativo. Esto es porque conectan directamente con el tejido cerebral.

Por otra parte, también se suelen hablar de dos partes del sistema nervioso central: la
sustancia blanca y la sustancia gris.

La sustancia blanca es aquella que está formada por los axones mielinizados de las
neuronas y los oligodendrocitos.

La mielina, que recubre los axones y hace que los impulsos nerviosos viajen mucho más
rápido, le dan un color blanco a la zona. La sustancia blanca está en las áreas más
interiores del cerebro, y en las exteriores de la médula espinal.


La sustancia o materia gris, por otro lado, se compone de somas neuronales (núcleos de
la célula) y dendritas sin mielina. En el cerebro se encuentra en la capa más externa,
mientras que en la médula espinal se sitúa en el interior.

A continuación, puedes saber más sobre los componentes principales del sistema
nervioso central:

Cerebro


El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo. Se compone de unas 100 mil millones
de neuronas, que establecen innumerables conexiones entre ellas. Este órgano utiliza un
20% del oxígeno que respiramos, constituyendo un 2% de nuestro peso completo.

El cerebro suele dividirse en lóbulos: el lóbulo occipital, el parietal, el temporal y el


frontal. Los científicos han descubierto a lo largo de años de investigación que cada uno
de ellos se vincula con un grupo de funciones.


Sin embargo, no hay que olvidar que esto es muy general. Nuestras conductas dependen
más de circuitos distribuidos por el cerebro y grupos de neuronas que de una porción
cerebral localizada. Los lóbulos cerebrales son:

– Lóbulo occipital: se encuentra en la parte posterior del cerebro, reciben la


información visual y la interpretan.

– Lóbulo parietal: están delante de los lóbulos occipitales. Se asocian con el


procesamiento de información sensorial (tacto, temperatura, dolor, gusto…) y la
percepción espacial.

– Lóbulo temporal: se sitúan a cada lado del cerebro, detrás de las orejas. Son
importantes para procesar la información auditiva, el lenguaje y la memoria.

– Lóbulo frontal: está en la parte frontal del cerebro. Participa en los movimientos
voluntarios y se coordina con otras partes del cerebro para el habla, organización y
planificación, memoria, etc.

En el apartado de funciones podrás saber más sobre las tareas que ejecuta cada lóbulo.

Por otro lado, también suelen diferenciarse en el cerebro las estructuras corticales y
subcorticales. Las primeras son las capas más exteriores y evolutivamente nuevas.
Mientras que las segundas son las más cercanas a la base del cráneo, interiores y
primitivas.
La corteza cerebral posee funciones más complejas y elaboradas propias de primates y
humanos, mientras que las estructuras subcorticales manejan tareas más sencillas
compartidas por mamíferos (sistema límbico), e incluso reptiles (tronco cerebral).

Médula espinal



Médula espinal en morado/lila

Se trata de una estructura continua que va desde el cerebro, comenzando en la base del
cráneo, hasta el final de la columna vertebral.

Se conecta con una parte del cerebro llamada tronco cerebral, alojándose en el canal
espinal. De la médula salen las diferentes raíces nerviosas hacia los dos lados del
cuerpo. Así, se conecta con el sistema nervioso periférico que llega a las articulaciones,
músculos y piel.


Tronco cerebral

La médula espinal transmite mensajes de ida y vuelta entre el cerebro y los nervios
periféricos. Por ejemplo, el cerebro puede dar órdenes motoras que viajan hacia la
columna y llegan a los músculos. O bien, la información que llega de los sentidos puede
desplazarse desde los tejidos sensoriales (como la piel) hacia la médula espinal. Desde
allí, llegará hasta el cerebro.

También permite que demos respuestas motoras rápidas, como los reflejos, sin que la
información tenga que procesarse en el cerebro. Por ejemplo, cuando retiramos rápido la
mano de un objeto muy caliente.

Nervios craneales


Los 12 pares de nervios craneales

Existen 12 pares de nervios craneales que salen directamente desde el cerebro, pasando
a través de los agujeros del cráneo. Sirven para intercambiar información entre el
cerebro y otras partes del cuerpo, sobre todo la cabeza y el cuello.

De estos 12 pares, los ópticos, los olfativos y los terminales se consideran parte del
sistema nervioso central. Los nervios ópticos se encuentran detrás de los ojos, y llevan
información visual desde la retina hasta el cerebro.

Los nervios olfativos, llevan mensajes de olor a la parte superior de la cavidad nasal,
que recibe el nombre de bulbo olfatorio. Éste transmite la información al cerebro.

Mientras que el papel de los nervios craneales terminales no se conoce con exactitud.
Algunos creen que es un vestigio o que participan en la producción de feromonas.

Funciones del sistema nervioso central


Es enormemente complejo enumerar todas las funciones del sistema nervioso central.
Ejerce tantas funciones y tan variadas, que resulta más adecuado centrarse en estudiar
cada región por separado.

– Funciones del cerebro




El cerebro posee un papel central en la regulación de la mayoría de las funciones


corporales, coordinando una gran variedad de tareas.

Va desde la secreción de hormonas, el nivel de conciencia, los movimientos más


sencillos, la percepción de estímulos, las emociones, la creación de recuerdos, hasta el
lenguaje y los pensamientos.

Para realizar dichas funciones, el cerebro tiene ciertas áreas dedicadas a ellas. No
obstante, la mayoría de las funciones superiores como la resolución de problemas, el
lenguaje, el razonamiento o la planificación, requieren que distintas zonas del cerebro
trabajen en conjunto.

Podemos dividir las funciones cerebrales según cada lóbulo:

Lóbulo occipital


Contiene la corteza visual, el área que controla la percepción visual. Proyecta la


información a otras partes del cerebro para su identificación e interpretación.

Lóbulo parietal




Integra información que proviene de los sentidos, como el tacto o el gusto. Además,
regula la percepción de la posición de las propias partes del cuerpo, y la relación de uno
mismo con respecto al espacio.

Es decir, es importante para la percepción espacial y la navegación. También se ha


encontrado que se relaciona con el reconocimiento de números y la realización de
cálculos matemáticos.

Lóbulo temporal



Procesa algunos aspectos del lenguaje, además de información auditiva. Almacena


memorias a largo plazo con la ayuda del hipocampo. Además, es importante en el
procesamiento visual complejo, como el reconocimiento de rostros.

También contiene la amígdala, una estructura fundamental para memorizar y


desencadenar emociones (sobre todo negativas).

Lóbulo frontal


Se asocia con funciones complejas y elaboradas. Entre ellas están la atención, la


memoria de trabajo, la motivación, la planificación, autocontrol, expresión del lenguaje
y regulación emocional.

Por otra parte, hay estructuras fundamentales del cerebro que no se vinculan a un lóbulo
en concreto. Algunos ejemplos son:

Ganglios basales



Los ganglios basales se encuentran en el interior del cerebro y controlan los


movimientos voluntarios. También se vinculan con el aprendizaje de secuencias
motoras como aprender a tocar un instrumento o patinar.

Cerebelo



Cerebelo (azul claro)

Es una estructura situada en la base del cerebro. Se asocia tradicionalmente con el


equilibrio y la coordinación.

Además, participa en el control motor fino y preciso, y la generación del tono muscular.
Sin embargo, se ha descubierto que participa en algunos tipos de memoria, atención,
habilidades espaciales y lenguaje.

Tálamo


Se encuentra en el centro del cerebro. Recibe información motora y sensorial y la


transmite a otras partes de la corteza cerebral. Se asocia con la conciencia, el nivel de
alerta y el sueño.

Hipotálamo


Hipotálamo en naranja

Está justo encima del tronco encefálico y se encarga de liberar neurohormonas, que
sirven para regular la temperatura corporal, el hambre y la sed.

Bulbo raquídeo



Se localiza debajo del cráneo, y desencadena muchas funciones involuntarias como la


respiración, el mantenimiento de la presión arterial, el estornudo, o el vómito.

– Funciones de la médula espinal




La médula espinal es la intermediaria entre el cerebro y el sistema nervioso periférico.


Es muy importante en la percepción sensorial de las articulaciones, músculos y piel;
además de controlar el movimiento.

La médula espinal puede dirigir movimientos sin la participación del cerebro, como
pasa con los reflejos o mientras caminamos.

Esta estructura puede coordinar todos los músculos necesarios para caminar,
interviniendo solo el cerebro para iniciar o interrumpir el proceso. Al igual que
intervendría si aparecen imprevistos, como un objeto que impida avanzar.

Enfermedades del sistema nervioso central


Como este sistema es tan amplio y complejo, un gran número de condiciones diferentes
pueden alterar su funcionamiento.

Las lesiones o enfermedades que afectan a este sistema, pueden provocar la pérdida o
deterioro de algunas de las funciones mencionadas. Esto puede conllevar a un menor o
mayor grado de discapacidad. Dependiendo del lugar donde se produzca el daño, los
síntomas pueden varían en gran medida.

Los principales factores que pueden perjudicar el funcionamiento del sistema nervioso
central son:

Traumas
Se trata de cualquier tipo de daño adquirido (por un golpe intenso, por ejemplo) en el
cerebro o médula espinal. Según el área lesionada, los síntomas pueden ir desde
parálisis o problemas motores hasta apatía o desinhibición.

Accidentes cerebrovasculares

Consiste en la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro. Como las neuronas se quedan
sin oxígeno, mueren.

Por eso, los resultados son parecidos a los que surgen de un trauma. Sin embargo, los
accidentes cerebrovasculares pueden afectar a circuitos más específicos del cerebro. Por
ejemplo, los encargados de producir o comprender el lenguaje. Un ictus en dichos
circuitos puede producir afasia.

Infecciones

Algunos microorganismos o virus tienen la capacidad de invadir el sistema nervioso


central, como ocurre en la meningitis o la encefalitis. Los virus que pueden afectar al
sistema nervioso central son el virus del herpes, el herpes zóster, los enterovirus, los
arbovirus, etc.

Degeneración

Existen condiciones en las que por causas aún no definidas, el cerebro o médula espinal
se van degenerando progresivamente. Esto es lo que ocurre en la demencia. Algunos
ejemplos son el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica, la corea de
Huntington, etc.

Trastornos estructurales del neurodesarrollo

Se tratan de defectos del nacimiento en el que alguna parte del sistema nervioso central
no se ha desarrollado o madurado adecuadamente. Esto se observa en la anencefalia, por
ejemplo, en la que el bebé nace sin algunas partes del cráneo, cuero cabelludo y cerebro.

También se categorizan como trastornos del neurodesarrollo la discapacidad intelectual,


el TDAH, los trastornos del aprendizaje (como dislexia), autismo o trastorno del
lenguaje.

Tumores

Los tumores benignos o cancerosos pueden afectar a cualquier parte del sistema
nervioso central y provocar síntomas que dependerán de dónde aparezcan. Un quiste o
tumor presiona los tejidos de su alrededor, haciendo que se compriman y aumentando la
presión intracraneal.

Enfermedades autoinmunes
En ocasiones, el sistema inmunitario puede atacar por error a tejidos sanos del cerebro o
médula espinal, principalmente a la mielina de algunas áreas. Esto es lo que ocurre en la
encefalomielitis diseminada aguda y en la esclerosis múltiple.

Además, hay muchas enfermedades del sistema nervioso central que surgen por una
combinación de los factores enumerados y participación de los genes. Por ejemplo, esto
ocurre con trastornos psiquiátricos y psicológicos como la depresión, el trastorno
bipolar o la esquizofrenia.

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