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Introducción

Diversas teorías hablan del comportamiento humano, las teorías sobre el aprendizaje tratan de
explicar los procesos internos cuando aprendemos, por ejemplo, la adquisición de habilidades
intelectuales, la adquisición de información o conceptos, las estrategias cognoscitivas, destrezas
motoras o actitudes. Por ejemplo, el conductismo se basa en los estudios del aprendizaje
mediante condicionamiento (teoría del condicionamiento instrumental) y considera innecesario el
estudio de los procesos mentales superiores para la comprensión de la conducta humana. Uno de
sus representantes es Skinner, quien describe cómo los refuerzos forman y mantienen un
comportamiento determinado. En las últimas décadas, la investigación psicológica ha mostrado
mayor atención por el papel de la cognición en el aprendizaje humano, así el reduccionismo
conductista da paso a la aceptación de procesos cognitivos causales, se libera de los aspectos
restrictivos y el sujeto pasivo y receptivo del conductismo se transforma en un procesador activo
de información. A finales del siglo XX, otros investigadores siguen criterios eclécticos en sus
ensayos, no se sitúan propiamente en alguno de estos polos: conductista o cognoscitivista y así
surgen enfoques de estos dos pensamientos psicológicos. En la corriente constructivista, el sujeto
adquiere el conocimiento mediante un proceso de construcción individual y subjetiva, por lo que
sus expectativas y su desarrollo cognitivo determinan la percepción que tiene del mundo. En este
enfoque se destaca la teoría psicogenética de Piaget, el aprendizaje significativo de Ausubel y la
teoría del procesamiento de la información de Gagné. El enfoque sociocultural, cuyo origen lo
ubicamos en las ideas del psicólogo ruso Lev Semionovitch Vygotski (1836-1934), se refiere al
origen social de los procesos psicológicos superiores. Este nivel histórico-cultural justifica “los
cambios producidos en los procesos mentales humanos, como consecuencia de la aparición de
transformaciones en la organización social y cultural de la sociedad”, como afirma De Pablos
(1998, 462).

El aprendizaje es un proceso individual que se inicia aún antes del nacimiento y que continua de
por vida y de manera progresiva. El sujeto se involucra integralmente en su proceso de
aprendizaje (con sus procesos cognoscitivos, sus sentimientos y su personalidad). El aprendizaje,
según Serrano (1990, 53), es un proceso activo “en el cual cumplen un papel fundamental la
atención, la memoria, la imaginación, el razonamiento que el alumno realiza para elaborar y
asimilar los conocimientos que va construyendo y que debe incorporar en su mente en estructuras
definidas y coordinadas”. Hablamos del aprendizaje como actividad, donde el individuo aprende
espontáneamente y su pensamiento está constituido por un juego de operaciones
interconectadas, vivientes y actuantes y no por una colección de contenidos, de imágenes, ideas,
etc; y el maestro debe interpretar los contenidos en función de estas operaciones que son la base
de las nociones que se propone enseñar. El niño aprende en forma natural basado en el
descubrimiento al principio de su vida, es por ello que esos conocimientos perduran, en cambio en
la escuela gran parte del conocimiento está tamizado por el docente quien debe motivar al niño al
momento de la instrucción. Cuando el niño aprende a través de sus propias vivencias, de su
actividad y más si las situaciones que se le presentan son significativas para él surge el aprendizaje
de manera espontánea sin necesidad de motivación extrínseca. El aprendizaje activo implica
interacción con el medio y las personas que rodean al niño, puede hacerse en forma individual o
en grupo y supone cooperación y/o colaboración. Estas interacciones provocan en el niño
experiencias que modifican su comportamiento presente y futuro, porque las disposiciones
conductuales y el ambiente no son entidades separadas, lo que ocurre es que cada una de ellas
determina la actuación del ambiente (Bandura, 1982). Los determinantes personales y el ambiente
son potencialidades que no operan a menos que sean activadas. En las interacciones sociales, la
conducta de cada individuo regula cuáles aspectos de su repertorio potencial puede expresar y
cuáles no. Por su puesto, la conducta no es el único determinante de posteriores acontecimientos,
también lo son las limitaciones situacionales, los roles, etc.

Cuando el sujeto va aprendiendo se hace capaz de realizar transformaciones en su medio a través


de una relación dialéctica y a medida que éstas ocurren, el sujeto aprende cada vez más, así las
actividades socializadas son positivas sobre las operaciones intelectuales pues producen conflictos,
posiciones divergentes y nuevos problemas que deben ser solucionados, lo cual implica que el
grupo conserve sus diferencias una vez justificados los puntos de vista de cada integrante.

La enseñanza es comunicación en la medida en que responde a un proceso estructurado, en el que


se produce intercambio de información (mensajes entre profesores y alumnos), según Zabalza
(1990), mientras que Stenhouse (1991, 53) entiende por enseñanza las estrategias que adopta la
escuela para cumplir con su responsabilidad de planificar y organizar el aprendizaje de los niños, y
aclara, “enseñanza no equivale meramente a instrucción, sino a la promoción sistemática del
aprendizaje mediante varios medios”. Para nosotros, la enseñanza es una actividad
sociocomunicativa y cognitiva que dinamiza los aprendizajes significativos en ambientes ricos y
complejos (aula, aula virtual, aula global o fuera del aula), síncrona o asíncronamente. Con ella
manifestamos que la enseñanza no tiene razón de ser si con ella no se produce un aprendizaje,
bien lo expresa Zabalza (1990), la enseñanza adquiere todo su sentido didáctico a partir de su
vinculación al aprendizaje; que no está confinada al aula ni ocurre sólo por la interacción
simultánea de dos personas.

Objetivo general

Estimular y promover los procesos de enseñanza-aprendizaje que se dan dentro y fuera del aula
de clases atravez de la estrategia enseñanza dirigida, logrando con esto que los estudiantes
fortalezcan sus conocimientos a lo largo de su vida y a la ves conozcamos como se da el proceso
de aprendizaje.

Objetivo específicos

1. Socializar a los estudiantes los procesos de aprendizaje que se dan al momento de adquirir
el conocimiento.
2. Estimular la realización de mejores prácticas de adquisición de aprendizaje
3. Realizar ejercicios prácticos con los estudiantes para obtener aprendizaje mediante
estrategias lúdicas.
3 conclusiones

Referencia bibiografica

https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/8927/D-TESIS_CAPITULO_2.pdf;sequence=4

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