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INFORME

INTEGRANTES:

CURSO: 5TO DE SECUNDARIA

DERECHOS HUMANOS
¿QUÉ SON LOS DERECHOS HUMANOS?
“Los derechos humanos son demandas de libertades, facultades o prestaciones,
directamente vinculadas con la dignidad o valor intrínseco de todo ser humano,
reconocidas como legítimas por la comunidad internacional – por ser congruentes con
principios ético – jurídicos ampliamente compartidos – y por esto mismo
consideradas merecedoras de protección jurídica en la esfera interna y en el plano
internacional”. (Grupo Praxis, Universidad del Valle). Para autores naturalistas los
derechos humanos son independientes o no dependen exclusivamente
del ordenamiento jurídico vigente, por lo que son considerados fuente del Derecho.

Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como
las condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y
la sociedad, que permita a los individuos ser personas jurídicas, identificándose
consigo mismos y con los demás.
Bueno, ahora que sabemos que son los derechos humanos, podemos hablar de su
origen cultural.

• “Los derechos humanos como sismógrafo de una sociedad, indican siempre un


modelo de civilización”. (Luigi Ferrajoli)

• “El Estado es un referente ético. El respeto de los derechos humanos es el


corazón de la democracia ” (Sentencia T-439 del 02 de julio de 1992)

¿Cuáles son los principales problemas de los derechos humanos?

 La falta de voluntad política y liderazgo: La experiencia sugiere que se requiere


compromiso político sostenido de la comunidad internacional, los dirigentes nacionales y
el personal directivo superior para garantizar que las instituciones de seguridad respeten
los derechos de la mujer y aborden el problema de la violencia contra ellas. Sostener esta
voluntad política es difícil debido a la comprensión limitada de la repercusión que la
violencia contra la mujer puede tener en los resultados en materia de seguridad (como la
estabilidad de la comunidad).
 Inversiones de corto plazo y fragmentadas: Las iniciativas para abordar la violencia
contra la mujer en este sector suelen formularse y ejecutarse con un plazo y un
presupuesto de corto plazo. La financiación insuficiente de la respuesta a la violencia
contra las mujeres y niñas es característica de muchos presupuestos nacionales y de los
presupuestos de instituciones de seguridad en particular. Especialmente en entornos
posteriores a los conflictos, la mayor parte de la financiación de las iniciativas de
seguridad que abordan el problema de la violencia de género proviene de la comunidad
internacional o de donantes. Esto crea problemas específicos de continuidad y
sostenibilidad, habida cuenta de las prioridades de corto plazo y con frecuencia
impulsadas desde el exterior en que se fundamentan las iniciativas.

 Prioridades cambiantes en un mandato amplio: La policía debe responder a todo tipo


de delitos y cuestiones de orden público todos los días, lo cual crea dificultades para
equilibrar los compromisos relativos a la violencia contra la mujer con las respuestas a los
delitos a que hace frente la institución habitualmente. Además, impartir formación
permanente a la policía para dotarla de los conocimientos y competencias necesarios para
responder adecuadamente a la violencia contra la mujer (incluida la comprensión de la
igualdad de género) es difícil debido al alcance y la profundidad de la capacitación
necesaria en todos los ámbitos de respuesta.
 Falta de competencias y conocimientos de la policía y otros actores del orden: En
general, hay una gran escasez de personal de seguridad (en todas las categorías, desde
funcionarios administrativos hasta directivos) que tenga una comprensión profunda de la
desigualdad de género y la forma en que esto se relaciona con los abusos contra la mujer.
Hay aún menos actores de seguridad con la competencia técnica suficiente para abordar la
violencia de género (a nivel tanto normativo como operacional). Esta falta de
competencias ha tenido repercusiones considerables en la eficacia del sector para cumplir
su mandato de proteger el derecho fundamental de las mujeres y las niñas de vivir libres
de violencia.
 Comunicación y colaboración deficiente entre los actores de seguridad y los de otros
sectores:Una respuesta eficaz a la violencia contra las mujeres y las niñas exige que el
sector coopere estrechamente con otros actores de los sectores de la salud y la justicia, con
la participación de las autoridades locales, asesores jurídicos y otros grupos y
organizaciones de apoyo a las supervivientes a fin de suministrar la máxima protección y
atención a estas, al tiempo que promueve el enjuiciamiento potencial de los autores.
 Predominio de los sistemas de justicia informales y el derecho consuetudinario: En
muchas comunidades de distintas regiones, especialmente en las comunidades indígenas,
en las zonas rurales y en entornos en que los sistemas de justicia formales son débiles,
predominan los sistemas de justicia informal y el derecho tribal y consuetudinario.
 Discriminación y limitaciones a la presencia y las funciones de la mujer en el sector
de la seguridad: Pese a las crecientes iniciativas por aumentar la contratación y
retención de mujeres, sigue habiendo un porcentaje pequeño de estas en el sector. En
algunos contextos se ha prohibido a la mujer trabajar en instituciones de seguridad, que
están dominadas en su totalidad por hombres (Kaplan, 2000; Whitworth, 2005). Por
ejemplo, en 2011 las mujeres representaban en promedio el 9% de las fuerzas de policía
en todo el mundo (ONU-Mujeres, 2011). Cuando pueden obtener trabajo en esas
instituciones, otras formas de discriminación en materia de educación, formación y
oportunidades profesionales relegan a las mujeres a funciones administrativas de menor
categoría, con frecuencia peor remuneradas por su labor.
 Impunidad de los actores del sector de la seguridad que perpetran actos de
violencia contra las mujeres y niñas: En algunos contextos, los actores de seguridad se
encuentran entre los principales abusadores de los derechos de las mujeres y las niñas y
son, a su vez, perpetradores. Los informes de derechos humanos documentan muchos
casos de abuso policial y militar de civiles, especialmente mujeres y niñas (por ejemplo,
véanse los informes de Human Rights Watch; Amnesty International; y losinformes de la
Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias).
 Recursos e infraestructura limitados: Aunque haya voluntad política, en muchos
contextos, especialmente en entornos frágiles y afectados por los conflictos, las
instituciones de seguridad tal vez carezcan de la infraestructura, incluidos el equipo básico
o el transporte, o los recursos financieros para proteger a las mujeres y las niñas o para
responder a las supervivientes (UNODC, 2010; Saferworld, 2010). Esto afecta a la
capacidad de la policía para aplicar medidas preventivas de seguridad, como patrullas de
rutina, así como su capacidad para investigar, responder adecuadamente y suministrar
remisiones a las supervivientes.

FUNDAMENTACIÓN
DERECHOS HUMANOS DERECHOS FUNDAMENTALES
Son un concepto filosófico, ético y Son una categoría del derecho
político del derecho internacional constitucional, es decir, del derecho
público público interno.
Como Derecho Público
Internacional:
Configuran un conjunto de Son derechos humanos constitucionales
obligaciones de respeto y garantía que que gozan de unas garantías
tiene el estado frente a las personas. suplementarias.
DERECHOS HUMANOS DERECHOS FUNDAMENTALES
Los derechos humanos establecen la Es posible que los particulares sean
responsabilidad en cabeza del Estado. responsables por vulneración de los Derechos
Fundamentales en las relaciones privadas.
Razón Histórica:
Como garantías fueron concebidos para La eficacia horizontal o ante terceros permite
hacer frente a los abusos estatales. corregir desigualdades sociales y situaciones de
dominación que atentan contra la dignidad
Razón Sociológica: humana.
La sociedad y los ciudadanos delegan en el
Estado el monopolio de la violencia, Esta teoría no es un mecanismo para diluir la
estableciendo mecanismos de protección responsabilidad Estatal sino que es una
específica frente a éste, que son los Derechos consecuencia ineludible de la adopción del
Humanos. principio fundamental del Estado social de
derecho.

Características de los Derechos Humanos


 Universales e inalienables
El principio de la universalidad de los derechos humanos es la piedra angular del derecho
internacional de los derechos humanos. Este principio, tal como se destacara inicialmente en
la Declaración Universal de Derechos Humanos, se ha reiterado en numerosos convenios,
declaraciones y resoluciones internacionales de derechos humanos. En la Conferencia
Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, por ejemplo, se dispuso que
todos los Estados tenían el deber, independientemente de sus sistemas políticos, económicos
y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales.

Los derechos humanos son inalienables. No deben suprimirse, salvo en determinadas


situaciones y según las debidas garantías procesales. Por ejemplo, se puede restringir el
derecho a la libertad si un tribunal de justicia dictamina que una persona es culpable de haber
cometido un delito.

 Interdependientes e indivisibles
Todos los derechos humanos, sean éstos los derechos civiles y políticos, como el derecho a la
vida, la igualdad ante la ley y la libertad de expresión; los derechos económicos, sociales y
culturales, como el derecho al trabajo, la seguridad social y la educación; o los derechos
colectivos, como los derechos al desarrollo y la libre determinación, todos son derechos
indivisibles, interrelacionados e interdependientes. El avance de uno facilita el avance de los
demás. De la misma manera, la privación de un derecho afecta negativamente a los demás.

 Iguales y no discriminatorios
La no discriminación es un principio transversal en el derecho internacional de derechos
humanos. Está presente en todos los principales tratados de derechos humanos y constituye
el tema central de algunas convenciones internacionales como la Convención Internacional
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

El principio se aplica a toda persona en relación con todos los derechos humanos y las
libertades, y prohíbe la discriminación sobre la base de una lista no exhaustiva de categorías
tales como sexo, raza, color, y así sucesivamente. El principio de la no discriminación se
complementa con el principio de igualdad, como lo estipula el artículo 1 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad
y derechos”.

 Derechos y Obligaciones

Los derechos humanos incluyen tanto derechos como obligaciones. Los Estados asumen las
obligaciones y los deberes, en virtud del derecho internacional, de respetar, proteger y
realizar los derechos humanos . La obligación de respetarlos significa que los Estados deben
abstenerse de interferir en el disfrute de los derechos humanos, o de limitarlos. La obligación
de protegerlos exige que los Estados impidan los abusos de los derechos humanos contra
individuos y grupos.

LOS DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL


ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA
La corriente positivista concibe a la Constitución Política como un pacto supremo de paz que
regula las relaciones entre la sociedad y el Estado, a través de principios, mecanismos e
instrumentos normativos, jurídicos y políticos con el fin de alcanzar, sostener y reproducir la
armonía y el equilibrio entre los miembros de una comunidad organizada, estableciendo
límites y control al ejercicio del poder y al mismo tiempo formulando derechos y deberes
comunes, en un marco histórico e ideológico determinado. A partir de esa definición,
entendemos que el contenido, principios y orientación de la Constitución deben interpretarse
desde la comprensión de los valores morales comunes a una sociedad, las ideologías
dominantes y el equilibrio de las fuerzas políticas, en un determinado contexto histórico

Jerarquía normativa
La Constitución de 2004, consagraba una primacía implícita sobre los tratados internacionales
al señalar que: “La Constitución Política del Estado es la ley suprema del ordenamiento
jurídico nacional. Los tribunales, jueces y autoridades la aplicarán con preferencia a las leyes,
y éstas con preferencia a cualesquiera otras resoluciones. Así, se entendía además que los
tratados estaban por debajo de la Constitución al ser aprobados mediante leyes”.

Por su parte, la Constitución del año 2009, incorpora un artículo que, en una primera parte
señala que “La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza
de primacía frente a cualquier otra disposición normativa”. A partir de este principio se infiere
que, a nivel general seguimos con la lógica de la anterior Carta Magna.

Sin embargo, la citada disposición a continuación indica “El bloque de constitucionalidad está
integrado por los Tratados y Convenios internacionales en materia de Derechos Humanos y
las normas de Derecho Comunitario, ratificados por el país”, lo que introduce una excepción a
la regla, mediante la cual no todas las disposiciones serán infraconstitucionales; sino que
existirán otras que tiene rango constitucional. Posteriormente, determina el mencionado
precepto que “La aplicación de las normas jurídicas se regirá por la siguiente jerarquía, de
acuerdo a las competencias de las entidades territoriales: 1. Constitución Política del Estado 2.
Los tratados internacionales 3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas
orgánicas y 1. el resto de legislación departamental, municipal e indígena 4. Los decretos,
reglamentos y demás resoluciones emanadas de los 2. órganos ejecutivos correspondientes. A
partir de esto, entenderíamos que el rango de los tratados en general es supralegal, aunque
sean aprobados mediante leyes del Estado. Finalmente, el artículo 13 de la Constitución
boliviana determina que “Los tratados y convenios internacionales ratificados por la
Asamblea Legislativa Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su
limitación en los Estados de Excepción, prevalecen en el orden interno. “Los derechos y
deberes consagrados en esta Constitución se interpretarán de conformidad con los Tratados
internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia”. Nuevamente con esta
definición, inferimos un rango supra constitucional. Por lo tanto, en una interpretación
amplia, podemos aseverar que los tratados de derecho internacional de los derechos humanos
y los de derecho comunitario, forman parte de nuestra Constitución boliviana y tiene
aplicación preferente a cualquiera de sus disposiciones.
Los derechos humanos en el texto constitucional
La nueva Constitución desarrolla de manera suficiente derechos humanos tanto individuales
así como colectivos, sin embargo es evidente que se jerarquiza los derechos colectivos,
estableciendo mayores garantías para su implementación. Entre los derechos fundamentales
expresamente reconocidos tenemos los civiles, políticos, los de las naciones y pueblos
indígena originario campesinos, los sociales, económicos (donde se encuentra el derecho al
medio ambiente saludable, protegido y equilibrado), a la salud y seguridad social, al trabajo y
al empleo, a la propiedad. También se hace mención expresa a los derechos de la niñez,
adolescencia y juventud, las personas adultas mayores, de las personas con discapacidad, de
las privadas de libertad, de las usuarias y usuarios, de las consumidoras y consumidores y
otros sujetos colectivos. La educación está concebida como intercultural y están desarrollados
los derechos culturales.

Se tiene una sección dedicada a ciencia, tecnología e investigación y un capítulo sobre


comunicación social, ámbitos que no formaban parte del anterior texto constitucional. La
Constitución establece claramente la relación jurídica entre la población y el Estado; la
primera está definida como sujeto activo titular del derecho, mientras que el segundo es el
sujeto pasivo que debe cumplir un deber u obligación; en algunas ocasiones la formulación del
deber jurídico es genérica, en tanto que en otras disposiciones se encuentra más desarrollada.
Sin embargo, los derechos no quedan como simple declaración: para que se cumplan
indefectiblemente, la Constitución otorga recursos constitucionales. Entre las garantías
tenemos las jurisdiccionales, las acciones de defensa, entre las que se encuentran la acción de
libertad, la acción de amparo constitucional, la acción de inconstitucionalidad así como las
acciones de protección de privacidad, acción de cumplimiento y la acción popular. Se
establece los estados de excepción y se define la ciudadanía. Como se puede ver, la parte
declarativa de la Constitución forma parte del constitucionalismo más evolucionado, de las
grandes tradiciones 5 liberales, incluyendo el avance del liberalismo comunitario, de las
tradiciones sociales, incluyendo todas las conquistas de las clases, sectores y estratos sociales.
Con relación al Órgano Judicial, se proyecta un sistema de pluralismo jurídico al reconocer al
sistema jurídico indígena con el límite del respeto a la Constitución, las leyes y los derechos
humanos. Los motivos que orientan esta definición se refieren a la diversidad cultural que
caracteriza a la población boliviana y a la concreción de la plurinacionalidad en la estructura
jurisdiccional.

En la nueva Constitución, se asigna a la justicia comunitaria el valor de sistema jurídico bajo el


razonamiento de que cuenta con normas y procedimientos propios (derecho
consuetudinario), además de dotarse de autoridades a las que se reconoce competencia
(legitimidad) para administrar justicia.

Derechos de los pueblos indígenas y pluralismo


Uno de los aspectos nodales del nuevo modelo constitucional boliviano es la pluralidad, es
decir la aceptación e implementación de un sistema por el que se acepta la diversidad política,
religiosa, económica, cultural, o cualquier otra y que se expresa y positiviza en el pluralismo
político, o sea la participación de toda la diversidad de organizaciones de representación
popular; el pluralismo económico, es decir la diversidad de formas de propiedad y formas de
organización económica del Estado; el pluralismo jurídico, que señala que el Estado no es el
único centro productor de normas jurídicas sino también lo son las naciones indígena
originaria campesina; el pluralismo cultural que admite y valora los rasgos distintivos,
espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad y el
pluralismo lingüístico que reconoce como idiomas oficiales a 36 lengua. La pluralidad tiene
que ver precisamente con el eje articulador y central del texto constitucional que es a su vez la
base y sustancia de la nueva Constitución es que redefine la naturaleza del Estado
transformando la antigua República que rigió desde la independencia en 1825 en un Estado
Plurinacional Comunitario, que reconoce la existencia de varias naciones articuladas sobre su
identidad cultural. Este carácter plurinacional implica el reconocimiento de naciones y
pueblos indígenas 6 en condición de sujetos colectivos, consiguientemente, supone el
reconocimiento de derechos colectivos reafirmando su condición de colectividades, lo que les
otorga derechos colectivos territoriales, culturales y de libre determinación.

Los pueblos (naciones) indígenas en la constitución se plantean más allá de su definición


como sujetos políticos y adquieren una dimensión cultural de los saberes y de cosmovisiones
integrales que incluyen o subyacen modelos alternativos de desarrollo. Desde esa perspectiva,
el espíritu de la Constitución incorpora en un solo principio los componentes antropológicos,
históricos y políticos de los grupos indígenas y su relación consustancial con el medio
ambiente, alrededor de los derechos, que son la argamasa teórica que le da sentido a esta
nueva visión integral y trasciende incluso a los propios lineamientos que protegían a los
indígenas en el Convenio 169 de la OIT que hasta ahora sigue siendo el máximo referente de
estas poblaciones en el mundo. En la nueva Constitución Política del Estado, se considera
“nación y pueblo indígena originario campesino toda la colectividad humana que comparta
identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión,
cuya existencia es anterior a la invasión colonial española” y les reconoce derechos que en el
antiguo modelo republicano eran impensables:

1. A existir libremente.

2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y costumbres,

1. y a su propia cosmovisión.

2. A que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así lo desea, se inscriba
junto a la ciudadanía boliviana en su cédula de identidad, pasaporte u otros
documentos de identificación con validez legal.

3. A la libre determinación y territorialidad.

4. A que sus instituciones sean parte de la estructura general del Estado.

5. A la titulación colectiva de tierras y territorios.

6. A la protección de sus lugares sagrados.

7. A crear y administrar sistemas, medios y redes de comunicación propios.

8. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina tradicional, sus


idiomas, sus rituales y sus símbolos y vestimentas sean valorados, respetados y
promocionados.

9. A vivir en un medio ambiente sano, con manejo y aprovechamiento adecuado de los


ecosistemas.

10. A la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y conocimientos, así


como a su valoración, uso, promoción y desarrollo.

11. A una educación intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el sistema


educativo.

12. Al sistema de salud universal y gratuito que respete su cosmovisión y prácticas


tradicionales. 13. Al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos acorde a
su cosmovisión.

14. A ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en particular a través de


sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas
susceptibles de afectarles. En este marco, se respetará y garantizará el derecho a la
consulta previa obligatoria, realizada por el Estado, de buena fe y concertada, respecto
a la explotación de los recursos naturales no renovables en el territorio que habitan.

15. A la participación en los beneficios de la explotación de los recursos naturales en


sus territorios.
16. A la gestión territorial indígena autónoma, y al uso y aprovechamiento exclusivo de
los recursos naturales renovables existentes en su territorio.

17. A la participación en los órganos e instituciones del Estado

La nueva Constitución boliviana señala el derecho de los pueblos y naciones al ejercicio de sus
sistemas políticos, jurídicos y económicos, y a que sus instituciones sean parte de la estructura
general del Estado. La presencia indígena entonces, se encuentra de manera transversal en
todo el texto constitucional, desde los principios ético morales que agregan un valor especial a
todo lenguaje de derechos, hasta su presencia en la estructura estatal. El lenguaje plural de los
derechos de los pueblos indígenas visibiliza una especie de número abierto de derechos, es
decir de derechos en devenir, de por venir, derivados de sus matrices civilizatorias, de sus
culturas y de sus formas específicas (en cada caso) de organización social, política, jurídica y
económica, derechos de su relación con la tierra, la territorialidad y los recursos.

El derecho al agua como ejemplo de nuevos derechos


constitucionales
En la cosmovisión de las naciones y pueblos indígenas, el agua está ligada a la visión sagrada
de la “madre tierra” y por ello se la considera como un ser vivo merecedor de cuidado y
respeto, omnipotente, creador y transformador, presupuesto de base de la reciprocidad y la
complementariedad entre la naturaleza y la sociedad humana además de ser una expresión de
flexibilidad y adaptabilidad. La comunidad internacional ha reconocido la importancia de la
problemática del agua como un asunto de interés mundial y en ese entendido ha incorporado
esta temática en la estructura normativa del derecho internacional de los derechos humanos.
Por su parte, diversos países incorporaron en sus constituciones el derecho al agua, las
responsabilidades del Estado para garantizar el acceso para todos de este recurso y la
regulación del saneamiento. Bolivia ha reconocido que el agua no es tan sólo un servicio o un
bien de dominio público; sino que constituye un Derecho Humano. De esta manera se lo
incorpora en su Constitución Política, como parte de los derechos fundamentales, dejando que
el marco normativo legal se desarrolle dicho precepto bajo el principio que “este derecho está
reconocido y garantizado por el Estado y en la medida en que es un elemento básico para
ejercer el derecho a la salud y para proporcionar un nivel adecuado de vida para todos los
individuos de un Estado Social y Democrático de Derecho, garantizando así su subsistencia en
condiciones dignas, exige de una protección inmediata de parte de los gobiernos y de los
particulares, quienes deben organizar esfuerzos que confluyan en la satisfacción de esta
necesidad básica para todos y cada uno de los habitantes de nuestro país”. En términos
generales claramente la Constitución Política actual ha ampliado notablemente la cantidad de
derechos humanos aunque es evidente que no existe una línea conductora en relación a la
visión ideológica y filosófica que la determine, lo que en muchos casos está generando
problemas al momento de interpretarlos o de concretarlos en leyes o decretos.
Probablemente los aspectos más destacados tienen que ver con la inclusión de los de los
derechos indígenas y el principio colectivo de los derechos, sin embargo, el reconocimiento
claro de los 9 derechos fundamentales así como la adscripción a los principios del derechos
internacional de los derechos humanos, la convierten en uno de los instrumentos de
normativa suprema más avanzados de la región y por mucho, el más importante en esta
materia que se haya dictado en la historia de nuestro país.

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