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xviii
MUJERES QUE HACEN HISTORIA
coloquio internacional
Volumen 2
Autoridad, poder e influencia:
M ujeres que hacen Historia
Cátedra de Cristina de Pizán. Taller de Bedford, París, 1413-1414. Londres, The British Library, Ms. Harley 4431, f. 259v. Por cortesía de The British Library
Organiza: Colaboran:
AUTORIDAD, PODER E
INFLUENCIA:
MUJERES QUE HACEN
HISTORIA
Volumen 2
© Icaria Editorial S.A.
ISBN: 978-84-9888-793-8
Depósito legal: B 18439-2018
Nota: Los autores y autoras de los textos son los responsables del
contenido y forma de los mismos.
Maquetación: Cometa, S. A.
2. M
ujeres y religión: agencias y
límites
IULIA AUGUSTA Y SU PAPEL
LEGITIMADOR EN LA MONEDA
CÍVICA: EL CASO DE
COLONIA CAESAR AUGUSTA
Alberto Aguilera Hernández*
421
husband she was presumably excluded by her son from tasks
of government, and her figure was projected primarily in the
religious sphere due her status as sacerdos Augusti, but doubt-
lessly she acted as guarantor of the whole dynasty with origins
going back to the goddess Venus. The purpose of this paper is
to show how some of the issues of coinage of Colonia Caesar
Augusta bear documentary witness to these forms of religious
office in the orbit of state propaganda, which underline both
the role of Livia in the continuity of the dynasty (the ideolo-
gical basis of the legitimacy of power), and her incarnation as
the pietas romana, the civic virtue par excellence.
1
La importancia del volumen acuñado fue puesta de manifiesto por (Ripollès
et al., 1993: 317-318).
2
El estudio de los tipos iconográficos del monetario cesaraugustano, junto con
su contextualización en el ámbito de la numismática provincial y en los diferentes
programas propagandísticos ideados por las élites municipales ha sido abordado
por (Aguilera, 2015).
3
(RPC I 341).
4
(RPC I 362-363).
422
retrato de Agripina la Mayor,5 nieta de Augusto y mujer de
Germánico.
5
(RPC I 377 y 384).
6
(Aguilera, 2015: 465-560, 634-735; 2015a: 105-107).
7
Una visión de conjunto sobre el urbanismo de la colonia en (Escudero et. al.,
2007: 43-56; Escudero y Galve, 2007: 57-70).
8
(RPC I 342-343).
9
(RPC I 362-364).
423
último en el que, precisamente, se batieron bronces con la
imagen de la Pietas Augusta.
De manera paralela a esta transformación, Caesar Augusta
se vanaglorió de los resultados edilicios alcanzados, inmorta-
lizándolos sobre su moneda mediante las imágenes de tem-
plos o de las estatuas más significativas que decoraban los
lugares públicos. Detrás de ellas, por lo tanto, subyace la
doble intención de transmitir el concepto de urbanización y
la manifestación del orgullo cívico que genera, repercutiendo
de manera positiva en el prestigio y ennoblecimiento de la
origo10. No podemos obviar que la financiación de este vasto
proceso es probable que descansara en las contribuciones de
las élites locales que controlaban las emisiones, pero también
en las aportaciones de la casa imperial. Así es, el ejercicio de
magistraturas por miembros de la domus Augusta no solo
debió reportar un gran honor, sino la consolidación de las
relaciones con el centro del poder y la obtención de bene-
ficios económicos que desconocemos11. La enorme cantidad
de obras públicas materializadas en estos años requirió un
caudal económico que pudo ser aportado por la familia impe-
rial, quizá no como ejercicio de un patronazgo o matronazgo,
pues de momento no hay inscripciones que lo corroboren,12
pero sí en el desempeño del duunvirato, al menos por parte
de los varones. En este sentido, la nómina de personalidades
imperiales con las que la colonia quiso vincularse excede al
de esta lista de magistrados honorarios conocidos solo por
la moneda, y entre ellas, en los años centrales del reinado de
Tiberio, destaca con luz propia su madre, Livia Drusila, para
entonces convertida ya en Iulia Augusta.
10
(Chaves et al., 1999: 87-99) desarrollan este concepto para el caso de Gades
con ideas extrapolables.
11
(Beltrán y Fatás, 1998: 38).
12
Es mérito de (Navarro, 2002: 29-56) la rehabilitación de la inscripción (CIL
II 255*) que conmemora la donación de la muralla a Caesar Augusta por parte de
Augusto en el año 2 a.C., actuando como representante su yerno Agripa. Nosotros
mismos hemos defendido en varias ocasiones que la fundación sucedió hacia el 19/18
a.C. (Aguilera, 2014: 95-129; 2015: 67-89; 2015a: 107; Domínguez y Aguilera, 2009:
455-472; 2012: 72-77; 2011-2012: 63-84).
424
Inabarcable resulta la bibliografía a ella dedicada como
figura sobresaliente en el Principado por la influencia que
ejerció en su condición de primordial colaboradora en el
régimen instaurado por Augusto, lo que hizo conveniente
proyectar su efigie en el programa político de los diversos
emperadores a través del arte público y en todos los territo-
rios del Imperio13. La ideología dinástica del poder imperial
estableció que la primera dama tuviera un papel activo en las
tareas públicas, aunque sin abandonar el modelo de matrona,
anclado en la tradición de la Roma republicana14, que el pro-
pio Augusto tanto se esforzó por recuperar a través de una
labor legislativa destinada a la restauración de costumbres
ancestrales y de la moralidad.
En el ámbito numismático, la presencia de las mujeres
de la casa imperial estuvo al servicio de la política oficial,
principalmente para señalar la continuidad dinástica como
base ideológica de la legitimidad del poder, encarnando los
valores del Estado propios de su género como la fecundidad
y la prosperidad15. En efecto, como esposa de Augusto,
Livia gozó de prerrogativas sobre las que no podemos pro-
fundizar16, pero nunca desempeñó un papel institucional
con carácter oficial, a pesar de lo cual supo manejar hábil-
mente la política dinástica del Principado hasta colocar a
Tiberio como heredero. Paradójicamente, el menosprecio
al que se vio sometida por este, ya como emperador, coin-
cidió con un momento de rendición de honores y títulos
que el propio Augusto no consideró oportuno proporcio-
13
Sobre la figura de Livia destacan los trabajos de (Bartman, 1998; Fraschetti,
2001 y Barrett, 2002).
14
(Cid, 1998: 139-155). Por su parte, (Bauman, 1992: 99) señala que el adve-
nimiento del Principado supuso la presencia notable de féminas de la casa imperial
en asuntos públicos. Sobre Livia como matrona ejemplar véase el trabajo de (Cid,
2000: 65-78), donde se estudia como modelo, aunque alejada de la tradición por su
afán de poder y su condición de conspiradora. Sobre este estereotipo, su partici-
pación en asuntos cívicos y diferentes transgresiones de los roles son importantes
los estudios que citamos a continuación sin ánimo de ser exhaustivos: (Cid, 1997:
249-260; 1999: 63-78; 2002: 11-50; 2006: 27-56; 2007: 11-29; 2009: 155-182: 2010,
125-152; 2011: 55-70).
15
(Domínguez, 2009: 218-219).
16
(Dixon, 1988: 89-90).
425
narle, aunque por su testamento la adoptó en el seno de
los Julios17.
En este contexto debe entenderse el posicionamiento del
propio Senado, que consciente de su papel quiso elogiarla con
la concesión del título de parens patriae —aunque algunos
senadores preferían el más explícito de Madre de la Patria y
darle su nombre al mes de octubre—18 unas manifestaciones
oficiales de devoción hacia su persona que irritaban a Tiberio,
cauteloso en todo momento ante los feminarum honores19 y
que negó, incluso, la divinización tras su muerte en el año
29 d.C. Así pues, excluida de las tareas gubernamentales, la
acción de Livia se volcó en su papel de sacerdotisa del Diuus
Augustus, convirtiéndose en la depositaria y propagadora de
su culto20 y, con ello, en la mujer que mayor influencia ejerció
en la consolidación del culto imperial y en la configuración
del modelo de lo que toda emperatriz debía ser21.
Por lo que respecta a Caesar Augusta, la primera apari-
ción de Livia en el monetario aconteció en la quinta emisión
tiberiana, integrada por ases en los que no se comprueban
magistraturas22. El anverso quedó reservado para la cabeza
laureada de Tiberio acompañada por la leyenda TI CAESAR
DIVI AVGVSTI F AVGVSTVS, y en el reverso se grabó una
figura femenina sedente hacia la derecha, portando el cetro
y la pátera junto al epígrafe IVLIA AVGVSTA C C A., de
no poco valor a la hora de concretar su posible cronolo-
gía después del 22/23 d.C., cuando esta leyenda se acuñó en
Roma de forma similar, en unos sestercios durante la segunda
potestad tribunicia de Druso el Menor, dentro de una emi-
sión que tuvo por objeto propagandístico la exaltación de la
17
(Suet., Aug., 65.; Dio Cass., 55, 32, 2). Sobre la concesión del título de Iulia
Augusta (Bauman, 1992: 131-134; Corbier, 1995: 186).
18
(Dio Cass., 57, 12, 4; Tac., Ann., 1, 14, 1-2 y Suet., Tib., 26, 3-4 y 50, 4).
19
(Tac., Ann., 1, 14; Suet., Tib., 50, 5 y Dio Cass., 58, 2, 3).
20
No olvidemos que Livia recompensó con un millón de sestercios el testi-
monio del senador Numerius Atticus, que dijo ver ascender a los cielos a Augusto
según (Dio Cass., 56, 46, 2).
21
La organización del culto al divino Augusto es expuesta por (Cid, 1998:
146-151; 2000: 65-78), mientras que la importancia de Livia en su consolidación se
manifiesta en trabajos como los de (Frei-Stolba, 2008; Cid, 2014: 187-193).
22
(RPC I 341).
426
domus imperial y la publicitación de la nueva línea sucesoria
que Tiberio hacía recaer sobre su hijo natural y su estirpe23.
Frente a otras opiniones24 creemos que Livia no aparece
divinizada, aunque sí se reproduce el modelo iconográfico
propio de las divinidades femeninas sedentes. Sobre este
aspecto, es conocido el carácter velado de Livia como signo
de su condición de sacerdotisa o de su asociación a una dei-
dad, como vemos en la Livia/Ceres de Baena25, así como el
hecho de que la figuración de la pátera resulta el gesto cul-
tual más repetido en las representaciones de sacerdotisas en
todo el Imperio cuando se pretende mostrarlas en el ejerci-
cio de sus funciones26. Más problemático es determinar si el
tipo reproduce una escultura real de la colonia o se trata de
un modelo estandarizado difundido desde las cecas estatales
hacia los talleres provinciales que terminaron por adoptarla
para sus repertorios, aunque lo cierto es que ninguna de las
dos hipótesis son excluyentes teniendo en cuenta los casos
de Paestum o Lepcis Magna, con emisiones adscritas a esta
iconografía27 y sus correspondencias escultóricas a tallas
sedentes identificadas con Livia28.
El origen de esta iconografía se localiza en áureos y dena-
rios acuñados en Lugdunum en el 13/14 d.C.29. En ellos, el
busto de Augusto laureado es visible en el anverso, frente a
la figura femenina drapeada y entronizada del reverso, que
lleva un cetro en su mano derecha y una rama de olivo en la
izquierda acompañada de la leyenda PONTIF MAXIM, que
se ha identificado como Livia asimilada a Pax. Aunque la ceca
gala continuó emitiendo oro y plata bajo esta misma icono-
grafía desde comienzos del reinado de Tiberio30, el prototipo
23
(RIC I2 50-51). Véase más en profundidad (Aguilera, 2015a: 107-115).
24
(Gómez, 2008: 104).
25
Uno de los estudios más recientes sobre esta escultura es el de (Castillo y
Ruiz-Nicoli, 2008: 149-186).
26
(Oria, 2012: 75-88).
27
(RPC I 604 y RPC I 849-850).
28
Problemática abordada ampliamente por (Chaves et al., 2000: 296-297).
29
(RIC I2 219-220).
30
(RIC I2 25-30). De estas series se ocupa (López, 2001-2002: 217-220), que las
considera un valioso testimonio numismático por proyectar el conservadurismo y
la fidelidad de Tiberio con las disposiciones de Augusto.
427
exacto de la emisión cesaraugustana lo identificamos en series
de bronces batidas en Roma desde el 15/16 d.C.
Así es, en todos los casos encontramos la figura femenina,
pero no solo drapeada, sino también velada, en un asiento
con respaldo y con sus pies sobre un escabel. Las diferencias
más notables con el diseño de Lugdunum se corresponden
a los objetos que sujeta: el cetro se sustenta ahora con la
mano izquierda y la rama de olivo da lugar a una pátera sobre
la derecha. Las leyendas vinculadas a la escena son de dos
tipos según el retrato de la cara principal: PONTIF MAXIM
TRIBVN POTEST XVII con la mención epigráfica al per-
miso del Senado se localiza en todos los ejemplares presididos
por Tiberio junto al epígrafe TI CAESAR DIVI AVGVST
IMP VII31, mientras que si es el divino Augusto con el ful-
men y la leyenda DIVVS AVGVSTVS PATER quien ocupa
el anverso, en el reverso solo tenemos la mención epigráfica
S-C32 (Figura. 2).
31
(RIC I2 33-37).
32
(RIC I2 71-73).
428
con sus atuendos y atributos propios,33 aunque su conexión
con el retrato radiado de Augusto en una parte de las piezas
avala el que nos encontremos ante su representación como
sacerdotisa del Diuus Augustus. Si bien compartimos las apre-
ciaciones de Almudena Domínguez,34 para quien no resulta
tan esencial determinar si se trata de una diosa o de Livia in
forma deae, sino comprobar que en la propaganda monetaria
oficial la responsable de irradiar la idea de paz y bienestar del
Imperio fue una composición netamente femenina, sí consi-
deramos importante analizar las representaciones posteriores
del tipo para perfilar sus lecturas polisémicas.
Con respecto a la moneda acuñada en Roma, queremos
destacar los sestercios de las anualidades del 37-3835 y 39-40
d.C.36, probablemente conmemorativos de la inauguración
del templo del divino Augusto en el Palatino, prácticamente
concluido con Tiberio —que fue quien lo costeó junto a
Livia— pero que no pudo ser inaugurado hasta Calígula37. En
los reversos se expresa el sacrificio de un toro por este mismo
emperador, velado, togado y portando la pátera delante de un
templo hexástilo a cuyos lados figura el rótulo DIVO AVG
y la mención epigráfica al permiso del Senado. Sin embargo,
es en el anverso donde encontramos la alegoría de la Pie-
tas sentada sobre un trono, orientada hacia la izquierda, sin
lucir cetro pero sí una pátera en su mano derecha mientras
apoya el brazo contrario sobre una pequeña figura femenina
acompañada por diversas leyendas según las emisiones. En
los mismos años se acuñaron ases y dupondios con reversos
presididos por el modelo femenino sedente que lleva cetro y
pátera, pero identificado epigráficamente como Vesta,38 mien-
tras que en los dupondios conmemorativos de la deificación
de Livia acuñados bajo Claudio I39 se optó por una mujer
entronizada que sustituye el instrumento sacerdotal por una
33
(Domínguez, 2013: 258-259).
34
(Domínguez, 2009: 228).
35
(RIC I2 36).
36
(RIC I2 44 y 51).
37
(Suet., Tib., 47; Suet., Calig., 21; Tac., Ann., 6, 45; Dio Cass., 59, 7, 1-5).
38
(RIC I2 38, 47, 54).
39
(RIC I2 101).
429
mazorca de maíz, atributo de Ceres, frecuentemente repre-
sentada en el monetario de este emperador40.
40
(RIC I2 94, 110).
41
Los modelos sedentes de Itálica (RPC I 66 y 67) y Emérita (RPC I 39) no
se corresponden a este prototipo por no portar la pátera.
42
(RPC I 3919).
43
(RPC I 711).
44
(RPC I 986).
430
reconocimiento, confiriéndole categorías y honores que no
ostentaba oficialmente, bien asimilada a Juno como en la ceca
de Tapso45 o como AVGVSTA MATER PATRIA en Lepcis
Magna46 (Mapa 1).
De todo este análisis, y como reflexión final, se infiere
que el icono se prestaba a una asimilación de Livia tanto
a la Pietas como a Vesta. Su identificación con la diosa no
solo resulta propicia, sino también acertada por su carácter
de diosa nacional protectora del Estado,47 y a su servicio se
encontraban las vestales, a las que en Roma se vio igualada
en numerosos honores. El propio Ovidio llegó a afirmar que
Livia era «la Vesta de castas matronas» (Ov., Pont., 4, 13,
29-30), y por el testimonio de Dión Casio48 sabemos que en
el templo de la Concordia de Roma se veneraba una imagen
de Livia/Vesta donada por los habitantes de Paros. De esta
forma, la emperatriz garantizaba la conservación del Estado
a la par que mediaba entre el pueblo y el divino Augusto, y
así fue como lo entendieron los cesaraugustanos, haciéndola
corresponsable junto a su hijo Tiberio de la paz y abun-
dancia de Roma por la perennidad dinástica y de la propia
pax deorum por su pietas, uno de los fundamentos teóricos
más importantes del Principado, de gran impacto en Caesar
Augusta49 y que Livia se encargó de mantener, fiel a la última
petición que el agonizante Augusto le encomendó en Nola el
19 de agosto del 14 d.C.: «¡Livia, conserva mientras vivas el
recuerdo de nuestra unión! Adiós» (Suet., Aug., 99, 1).
45
(RPC I 797). La mímesis de las emperatrices y Juno es abordada por (Domín-
guez, 2013: 263-274).
46
(RPC I 849-850).
47
(Fishwick, 1990: 479).
48
(Dio Cass., 55, 9, 6).
49
En el 28-29 d.C. la ceca emitió sestercios con la imagen sedente de Tiberio
portando cetro y pátera en el anverso (RPC I 344), copiada de los sestercios romanos
de 22/23 d.C. (RIC I2 48), que vinculó a un templo hexástilo con la leyenda PIETATI
AVGVSTAE C C A que aparece en el reverso. Más tarde, hacia el 33 d.C., siendo
duunviro honorífico Cayo César, se batieron ases (RPC I 362-363) con el busto
de Pietas tomado de la misma emisión senatorial de 22/23 d.C. (RIC I2 43), con el
letrero PIETATIS AVGVSTAE que se relaciona con un templo tetrástilo o con el
tipo epigráfico acrónimo. Sobre el impacto de esta emisión en la colonia (Aguilera,
2015: 669-709; 2015a: 105-117).
431
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∗Para los textos de los autores clásicos nos hemos servido de las ediciones
de la Biblioteca Clásica Gredos (Dión Casio, Suetonio y Ovidio) y de Alianza
Editorial (Tácito).
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