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Revisión Bibliográfica
Autores
Bioq. Morandi, Franco
Bioq. Palavecino, Daniela
1º año de Residencia
Especialidad: Bioquímica Clínica
Tutora
Bioq. Claudia Insúa
Año 2018
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1. INTRODUCCIÓN
Las enfermedades autoinmunes tienen una alta prevalencia en la población, siendo la
enfermedad tiroidea autoinmune (ETA) una de las más comunes.1
Los anticuerpos anti TSH-R (TRAb) son autoanticuerpos heterogéneos capaces de unirse al
receptor de la hormona estimulante de la tiroides, conocida como TSH. Esta interacción
puede simular la acción de la hormona y causar hipertiroidismo o enfermedad de Graves
(EG), o bien, actuar como antagonista, y producir hipotiroidismo.3
En general, los ensayos para detectar TRAb se pueden dividir en dos categorías. La
primera comprende la capacidad de los anticuerpos para competir con la TSH por la unión
al receptor y se conoce como ensayo de inmunoglobulinas inhibidoras de la unión de TSH
(TBII). Por otro lado, el segundo grupo se trata de bioensayos (BA) que miden la producción
de adenosin monofosfato cíclico (cAMP) en respuesta a la interacción de los
autoanticuerpos del paciente con el TSH-R. Una desventaja que poseen los ensayos TBII
es que no son capaces de distinguir entre anticuerpos estimulantes del receptor (TSI), de
aquellos que son bloqueantes de la actividad. Recientemente se informó sobre un nuevo
ensayo que tiene como objetivo medir sólo anticuerpos anti TSH-R de tipo estimulantes.5
4
3. MÉTODOS DE BÚSQUEDA Y SELECCIÓN DE LA
INFORMACIÓN
5
4. DESARROLLO
4.1. Receptor de TSH
4.1.1. Estructura
La enfermedad tiroidea autoinmune causa daño celular y altera la función tiroidea por
mecanismos humorales y celulares. Produce daño celular cuando los linfocitos T
sensibilizados o los autoanticuerpos se fijan a las membranas celulares tiroideas
provocando lisis celular y reacciones inflamatorias.3
6
El procesamiento de células dendríticas, la presentación del TSH-R como antígeno y los
eventos subsiguientes a la expansión clonal de las células B dependientes de las células
T, involucran múltiples elementos de respuesta inmunogénica que incluyen la función
defectuosa de las células T reguladoras y los factores de supervivencia de las células B
de memoria. Los autoanticuerpos anti TSH-R producidos se dirigen principalmente contra
el dominio extracelular del receptor, aunque existen reportes de autoanticuerpos no
funcionales neutros que se unen a la región bisagra del mismo. Los modelos de ratón
con EG inducida por inmunización genética con la región extracelular de TSH-R,
denominada subunidad A del TSH-R, replican estrechamente las características clínicas
humanas del hipertiroidismo autoinmune y, especialmente, de la OG.6
7
4.3. Impacto de la interacción antígeno-anticuerpo a nivel molecular
Ciertos problemas específicos han obstaculizado el uso de los ensayos para anticuerpos
antitiroideos y algunos estudios muestran que los resultados varían ampliamente
dependiendo del método utilizado. Estudios a nivel molecular han demostrado que los
autoanticuerpos reaccionan con sus autoantígenos blanco, uniéndose a dominios o
epítopes conformacionales. En consecuencia, los resultados de los ensayos dependen
fundamentalmente de la estructura molecular del antígeno utilizado en el diseño del
mismo. Los pequeños cambios en la estructura de un determinado epítope pueden
resultar en una disminución o pérdida de reconocimiento del autoantígeno por parte del
anticuerpo dirigido hacia ese epítope. Cualquiera sea el auto-antígeno, los anticuerpos
antitiroideos no son entidades moleculares únicas, sino más bien mezclas de
inmunoglobulinas que solamente tienen en común su capacidad de interactuar con la
tiroglobulina, la tiroperoxidasa o el TSH-R.3
La TSH y los TRAb se unen a la misma región del receptor, y ésta fue la condición
previa para medir estos anticuerpos cuantitativamente usando un método
competitivo simple, en la cual los TRAb del paciente son capaces de inhibir la unión
de la TSH al receptor. 8
En 1974, Rees Smith y col.8 describieron, por primera vez, un ensayo para la
evaluación de TRAb. Utilizaron tejido particulado de tiroides provenientes de
individuos eutiroideos y de pacientes con EG. Emplearon TSH bovina (bTSH)
marcada con iodo-125 (I-125) para estudiar la interacción de las inmunoglobulinas
de Graves con dichos tejidos. La unión de TSH marcada a las membranas tiroideas
humanas fue inhibida significativamente por las inmunoglobulinas de la gran mayoría
de los pacientes con EG, lo que sugirió que estas inmunoglobulinas contenían
regiones que se unían a sitios similares en el TSH-R (Fig. 2). Por aquel entonces,
estos ensayos de primera generación, mostraron efectos inespecíficos significativos,
así como una baja sensibilidad funcional y diagnóstica.
Con el objetivo de disminuir los efectos inespecíficos observados en los ensayos con
tejido particulado tiroideo, en 1982 Shewring y Smith9 describieron una optimización
del ensayo para TRAb, en la cual se utilizaron receptores de TSH solubilizados con
detergente y bTSH marcada con I-125. Dichos autores, se basaron en estudios
preliminares que sugerían que las preparaciones de receptores solubilizados con
detergente eran más adecuadas, debido a que las interferencias en la unión de la
TSH a los receptores del tejido particulado observadas en concentrados normales de
suero, se debían a la interacción con ciertos componentes de la membrana, los
cuales fueron eliminados durante la solubilización.
8
En el trabajo, el suero humano normal y los concentrados de inmunoglobulina de
suero normal no tuvieron efecto sobre la interacción entre la TSH marcada y los
receptores solubilizados, mientras que los concentrados de inmunoglobulina de
sueros de pacientes con EG causaron una marcada inhibición de la unión a la TSH
(Fig. 3). Si bien se logró una mejor especificidad, aún observaron una baja
sensibilidad funcional y diagnóstica.9
El ensayo más utilizado para TRAb en la década del ‘90 ha sido el ensayo que
involucra al pTSH-R solubilizado en detergente.10
Kakinuma y col.10 compararon por primera vez los receptores pTSH-R y hTSH-
R, en base al comportamiento de los ensayos en una serie de pacientes
clínicamente caracterizados con ETA. Estudiaron 227 pacientes con EG, entre
los cuales la mayoría se encontraba bajo tratamiento con drogas antitiroideas.
Dentro del resto de los pacientes, algunos se encontraban en remisión, otros
con recurrencias de la enfermedad y, por último, aquellos que no recibían
medicación alguna. Al obtener los resultados observaron que el 90% de los
pacientes no tratados fueron positivos para TRAb, tanto con el pTSH-R como
con el hTSH-R. De aquellos pacientes que estaban bajo tratamiento, el 60% fue
TRAb positivos con el pTSH-R, y el 67% fue positivo con el hTSH-R.10
9
La superioridad clínica de estos ensayos en comparación con los ensayos de
convencionales de fase líquida que se usaban hasta ese momento, se demostró con
328 sueros de pacientes con EG y 520 controles diferentes. La unión de la TSH al
receptor se pudo demostrar mediante la adición de bTSH marcada con I-125 o éster
de acridinio, y esta unión se pudo inhibir con sueros de pacientes con EG hasta en
un 95%.11
Hasta el momento, el trazador utilizado para los ensayos de fase líquida y fase sólida
fue la bTSH, la cual se marcaba con I-125 o éster de acridinio, y de esta manera se
medía la inhibición de su unión al TSH-R debida a la presencia de TRAb.11
Según estos autores, los mAbs anti hTSH-R producidos no solo compitieron con la
TSH marcada con I-125 por los sitios de unión en el hTSH-R, sino que, además,
estimularon la producción de cAMP en células tiroideas porcinas aisladas.12
De acuerdo a los ensayos que llevaron a cabo utilizando fragmentos Fab e IgG
completa, vieron que los mAbs se unen a la misma región del TSH-R, ya sea
estimulando o bloqueando la actividad del receptor, lo cual, es inconsistente con las
sugerencias previas de que los TSI se unen a epítopes diferentes de aquellos a los
que se unen los bloqueantes.12
Estos estudios también sugieren que el epítope está formado por el plegamiento
tridimensional de la cadena peptídica del TSH-R, es decir, es de tipo
conformacional.12
Por otro lado, estos mAbs se marcaron con I-125 para llevar a cabo los ensayos de
unión al TSH-R. También se estudiaron sueros de pacientes positivos para TRAb,
que se enfrentaron con el receptor inmovilizado en tubos de plástico, en presencia
de mAbs marcados unidos al receptor. La unión de los mAbs marcados fue inhibida
de manera dependiente de la dosis para cada uno de los sueros. Además, el nivel de
10
inhibición de la unión de mAbs marcados se correlacionó bien con el nivel de
inhibición de unión del trazador a la TSH marcada.12
Del grupo control, compuesto por personal clínico, donantes de sangre sanos y
pacientes sin diagnóstico de EG, sólo el 0,65% mostró una inhibición de M22
superior al 10%, lo cual es esperable para esta población. En términos de
especificidad, la inhibición de la unión a M22 no fue afectada por
autoanticuerpos anti tiroperoxidasa o autoanticuerpos anti tiroglobulina. Además,
la presencia de altas concentraciones de TSH y otras hormonas como la
hormona folículo estimulante, la hormona luteinizante o la gonadotrofina
coriónica humana no causaron interferencias en el ensayo.13
11
4.4.5. Desarrollo de un bioensayo que detecta anticuerpos estimulantes de la
tiroides
Con respecto a los ensayos TRAb, se vio, que, con esta metodología, los niveles de
anticuerpos tenían valores similares en pacientes con EG, ya sea estando en
remisión o durante una recaída. En contraste, el bioensayo TSI-Mc4 fue capaz de
distinguir entre estos dos grupos; es decir, niveles elevados de anticuerpos estaban
asociados a recaída, y niveles bajos o límite, se encontraban relacionados con
pacientes en remisión o bajo terapia inmunosupresora. Además, hubo una diferencia
estadísticamente significativa entre los niveles de TSI en pacientes con EG no
tratados, en comparación con los niveles de pacientes sometidos a tratamiento.
Estos últimos se dividieron en 2 grupos distintos: a)un grupo con niveles de TSI
persistentemente altos asociados con manifestaciones extra-tiroideas; y b)un grupo
con TSI negativos o positivos bajos que representan a pacientes con EG sin
compromiso sistémico, que se han convertido en eutiroideos o que se encuentran en
remisión.14
Por otra parte, en comparación con los ensayos TRAb, los niveles de TSI se
asociaron más fuertemente con factores de riesgo individuales de EG, por ejemplo,
tabaquismo, gravedad de la tirotoxicosis y enfermedades autoinmunes asociadas.14
12
4.4.6. Desarrollo del ensayo Immulite™ TSI
Los autores confirmaron el valor de corte propuesto por el fabricante (0,55 UI/L) para
Immulite™. La sensibilidad clínica del método TSI fue absoluta (100%), ligeramente
superior a las reportadas para IMA y BA, como también obtuvieron una especificidad
diagnóstica similar.15
La correlación entre los ensayos TSI y TRAb fue aceptable, aunque no del todo
buena. Esto se debe probablemente a las diferencias inherentes a la tecnología de
los ensayos, ya que los métodos actuales miden TRAb sin discriminación funcional,
mientras que Immulite™ mide solo TSI.15
El principal problema de los métodos que detectan TRAb son los resultados
positivos en pacientes con hipotiroidismo y tiroiditis crónica. Tal condición también se
presentó en pacientes con tiroiditis autoinmune. Estos pueden ser resultados falsos
positivos, es decir, presencia de TRAb bloqueantes que se unen al dominio N-
terminal del receptor quimérico o resultados positivos verdaderos debido a la
presencia de TSI en pacientes eutiroideos o hipotiroideos. En estudios previos, entre
el 10% y el 20% de los pacientes con tiroiditis autoinmune son TRAb bloqueantes
positivos con los métodos IMA y, a menudo, los TRAb bloqueantes y el TSI
coexisten en los mismos pacientes. Sin embargo, el nuevo método parece ser más
específico que los métodos IMA de segunda y tercera generación, ya que la fracción
de positividad es menor (3.6%).15
13
En conclusión, el rendimiento diagnóstico del ensayo Immulite™ totalmente
automatizado en pacientes con enfermedad de Graves es al menos comparable al
de los ensayos TRAb actuales, con una tendencia hacia una mejor precisión.15
Los valores de corte de decisión clínica para la EG de los ensayos de Thyretain, Roche
TRAb e ImmuliteTM fueron ≤1,3 (sin unidades), 1,75 UI/L y 0,55 UI/L, respectivamente.17
En base a los resultados, Kemble y col. observaron una concordancia del 100% entre los
tres métodos para 26 pacientes con un valor de Thyretain > 3,8. Además, observaron
que 21 de estas muestras también tenían concentraciones de TSH no detectables junto
con valores de tiroxina libre (T4L) por encima del intervalo de referencia, lo que indicó
que se trataba de pacientes de diagnóstico o que se encontraban después del inicio del
tratamiento. Las cinco muestras restantes se obtuvieron de pacientes con diagnóstico
establecido de enfermedad de Graves que estaban recibiendo tratamiento con
metimazol.17
14
De los 23 sueros con valores de Thyretain TSI ≤1,3 (corte de diagnóstico) que también
se analizaron con el ensayo Roche TRAb, 20 (86%) concordaron con resultados
menores al punto de corte para ambos métodos, mientras que 3 (13%) muestras fueron
discordantes con los resultados (>1,75 UI/L). Dos de las tres muestras discordantes
procedían de pacientes con diagnóstico de EG que estaban recibiendo tratamiento con
metimazol. La tercera fue de un paciente diagnosticado de tiroiditis no autoinmune.17
De las 57 muestras con resultados de Thyretain TSI ≤1,3 que también se analizaron con
el ensayo Siemens TSI, 48 (84%) concordaron con resultados menores al límite de
Siemens TSI (≤0,55 UI/L), mientras que 9 (15%) muestras fueron discordantes con
resultados >0,55 UI/L. Dichos resultados discordantes se obtuvieron de pacientes con
diagnóstico previo de EG que estaban siendo tratados con metimazol o propiltiouracilo.
Es importante destacar que 6 de estas muestras también se analizaron con el ensayo
Roche TRAb, y solo se demostró que 3 de ellas fueron TSI positivo.17
De las 38 muestras restantes con valores de Thyretain entre 1,4 y 3,8, 27 generaron
resultados concordantes, mientras que 11 generaron resultados discordantes. La historia
clínica no estaba disponible para muchas de las muestras; sin embargo, en la mayoría de
los casos, la discordancia probablemente podría atribuirse a la presencia de un
anticuerpo de título bajo que generó una señal justo por encima o por debajo de los
límites de diagnóstico para cada ensayo.17
Por otra parte, dado que el ensayo Roche TRAb utiliza un formato de inmunoensayo
competitivo y puede ser susceptible a resultados falsos positivos causados por la
detección de anticuerpos inhibidores anti TSH-R, los investigadores examinaron un grupo
de muestras de pacientes con resultados positivos para Roche TRAb y resultados
negativos con Thyretain y Siemens TSI, donde observaron que solo una de las 81
muestras, para las cuales tenían información clínica, fue positiva.17
Cabe aclarar que, según los resultados obtenidos, los métodos de detección de
autoanticuerpos anti TSH-R se usan con mayor frecuencia de manera semicuantitativa
para determinar si las concentraciones de autoanticuerpos están por encima o por debajo
del límite clínico y si el tratamiento a largo plazo produce cambios bruscos en la
concentración de autoanticuerpos. También es importante tener en cuenta que la
gravedad del hipertiroidismo, como lo indican los síntomas del paciente, no parece estar
correlacionada con la concentración de anti TSH-R obtenida por los ensayos de
Thyretain, Roche TRAb o Siemens TSI. Por ejemplo, un resultado de TSI más alto en un
paciente no reflejó necesariamente un nivel mayor de estimulación de TSH-R en relación
con un paciente diferente con un resultado de TSI más bajo. Los resultados del
seguimiento pueden compararse con los resultados anteriores generados para el mismo
paciente con el mismo método de análisis, pero es engañoso utilizar los resultados
generados para dos pacientes diferentes para hacer afirmaciones sobre la gravedad
relativa de la enfermedad. 17
Asimismo, como los ensayos no están armonizados, tampoco es apropiado comparar los
resultados para el mismo paciente generado en diferentes métodos de análisis. En su
lugar, los resultados deben interpretarse de forma independiente en el contexto del corte
clínico específico del ensayo.17
15
Por último, los investigadores también evaluaron una de las muestras que generó
resultados discrepantes entre los 3 ensayos y que se recolectó de una paciente
embarazada con una concentración sérica de hCG de 31000 UI/L. Evaluaron si la hCG
podría ser una causa de resultados falsos positivos. Su conclusión fue que ninguno de
los métodos en este estudio demostró una reactividad cruzada apreciable con la hCG.
Por lo tanto, los 3 ensayos son apropiados para la medición de los TSI en mujeres
embarazadas.17
16
5. CONCLUSIONES
En los últimos años se publicaron numerosos trabajos que describen las diferentes
metodologías desarrolladas para la detección de los anticuerpos antitiroideos. En lo que
respecta a los TRAb, el avance de la tecnología, el entendimiento de la estructura molecular
del receptor y la interacción con sus ligandos, permitieron no sólo mejorar la sensibilidad y
especificidad analítica, sino disminuir los tiempos de análisis.
En esta revisión, se describieron los avances logrados desde el primer ensayo en fase
líquida, en los cuales el TSH-R se obtenía a partir de membranas tiroideas humanas, hasta
aquellos surgidos a partir de la obtención del hTSH-R. El desarrollo de los ensayos de
segunda generación o fase sólida, permitió aumentar la sensibilidad respecto a los de fase
líquida o primera generación, sin perder la especificidad. Por otro lado, los métodos de
tercera generación, que utilizan M22 como trazador, fueron capaces de detectar
concentraciones considerablemente más bajas de autoanticuerpos que aquellos que utilizan
bTSH.
Otra característica observada por los autores, es que la detección no fue afectada por otros
autoanticuerpos ni por hormonas circulantes, por lo que, en líneas generales, el desarrollo
de los anticuerpos monoclonales fue un paso en la optimización de las técnicas de
detección de TRAb, ya que son de fácil manipulación, pudiendo reemplazar el uso de bTSH
como trazador.
En cuanto al bioensayo TSI-Mc4 que detecta producción de cAMP, los trabajos demostraron
que su capacidad para distinguir entre dos grupos de pacientes con EG: aquellos que se
encontraban en recaída con niveles elevados de anticuerpos estimulantes y pacientes que
se encontraban en remisión o bajo tratamiento que tenían títulos bajos o en el límite.
17
6. RESUMEN
Las ETA se encuentran asociadas a la presencia de autoanticuerpos contra varios
antígenos tiroideos, como la tiroperoxidasa, tiroglobulina y el receptor TSH-R. Los TRAb son
anticuerpos que pueden simular la acción de TSH y causar hipertiroidismo, como se
observa en la enfermedad de Graves.
Esta revisión propone describir estos avances de detección, así como también describir la
sensibilidad y eficiencia diagnóstica de una nueva metodología para la detección de los
anticuerpos estimulantes anti-receptor de TSH (TSI).
Dentro de los avances de los ensayos TRAb se encuentran ensayos en fase líquida
(primera generación), ensayos en fase sólida (segunda generación) y los ensayos con
anticuerpos monoclonales (tercera generación) donde estos últimos se pueden dividir en
dos categorías, ensayos que dependen de su capacidad para competir por la unión de TSH
al TSH-R y ensayos que miden la producción de cAMP en respuesta a la exposición del
TSH-R a los TRAb en la muestra.
18
7. BIBLIOGRAFÍA
19
8. ANEXO
FIGURA 1. Principio de los bioensayos de anticuerpos anti TSH-R
20
FIGURA 3: Efectos de los incrementos del suero e inmunoglobulinas en la unión de
TSH marcada al receptor solubilizado porcino. ○ Pool de suero normal ● Pool normal
de inmunoglobulina concentrada con sulfato de amonio ■ Precipitación con PEG ∆
Concentrado de inmunoglobulinas séricas de pacientes con EG precipitadas con
sulfato de amonio.
21
FIGURA 4B: Comparación entre la bTSH y el M-22 en el ensayo de inhibición en
sueros de pacientes con EG, con y sin tratamiento.
22
FIGURA 6: Diagrama esquemático del TSH-R quimérico y el gen reportero de la
luciferasa
23