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EXTRAÑOS

VERSOS DEL
PÁRAMO
MI TIERRA

Exaltación en alas de un solo espíritu


que recoge aromas y los hace armonía,
como frío de fuego que ver no vi ni tú,
magia ancestral para Dios como ambrosía.

La tierra de los Pastos, indómita y pura,


sostiene el calor de la vida inmortal,
sostiene el hielo de la irreverencia dura
en el hechizo impío en pupilas de soledad.

Solo suelo de lid para paz inverencial,


¡nadie le impone antilibertad, feas cadenas!,
respira el sabio Misterio en lo subliminal
desde el principio sin principio de sus venas.

El páramo callado habla tantas cosas


que jamás han muerto cual llamarada,
son sus inspiraciones simplemente hermosas
tal canción a luna frente a noche enlutada.

¡Ni el Hijo del Sol pudo poner pié en las rocas


que como el acero resistieron dobleces!,
…oh, mi Tierra, madre de espinosas rosas,
la sangre del cielo es lo que mereces.

Y la laguna inmarcesible su brillo desplegó


en la furia de Noviembre que irrumpió:
la oscuridad arbitraria que despertó.

…El Fénix había otra vez batido alas,


en verdad que jamás muere el mago,
y jamás morirá este escrito de halago,
aunque ausente el cuerpo, soplarán las palabras.

Lluvia de sangre en alguna forma


cada vez que se mire el alma desnuda,
a fuerza y queriendo nuestra locura,
¡de hinojos al tirano, de nosotros corra!

La piel extraña se quiebra por el conjuro,


invencible, escondido guerrero con arte,
las batallas con teurgia son el estandarte
ante el cual fidelidad y amor yo juro.

¡Hablad viento!
¿Acaso decir no puedes el arcano?,
el control de un Pasto se te va de las manos,
muere lo negro cuando va amaneciendo.

¡Mi Tierra es reflejo antiefímero del sol!,


mi Tierra, es la Tierra de la Magia,
la Tierra del Chiles que brío contagia
al cantar de muchos en una sola voz..

POR AQUÍ

Por aquí es donde corre un cuento


y el resuello del eximio lenguaje de lo perdido,
además si no me engaña lo que presiento,
por aquí está el ritual bajo tierra hundido.

Por aquí, por aquí anda el mismo miedo


que huye de la tontería del foráneo mundo,
anda también la llama que dentro siento
que me hace ser solo con la soledad, sólo uno.

Andan sueltas las locuras del más allá,


suave sinfonía en altiplanicie y calor,
siempre gente contra arbitrario, batallar,
por aquí y para siempre habita el valor.

Por aquí pasó el cóndor y Juan Chiles,


arte no revelado a los de afuera,
por aquí el mismo cosmos y sus confines
permitiendo que la sangre jamás muera.

…Oh, fortuna, invade la tristeza,


raíces que se secan por nueva gente.

MI DESEO EN MI TIERRA

Sólo hablaré de sangre de belleza en mi Tierra,


mas no de la flores que deliciosamente la cubren,
que la sangre es la vida misma que encierra
la tumba de los antiguos que a profanos pudre.

Hablaré de sus caricias tibias y de su ternura,


mas no de su imagen sutil y de ensueño,
un poeta aquí debe ser el ejecutor de su locura
mas no el mediocre impasible anacoreta de su sueño.
Haré mover el alma de sus montañas
con los arcaicos lloros de emoción de las altas cumbres,
mas no le pediré tolerancia o piedad por palabras hurañas
que pintadas son como sólo flores secas en las nubes.

Te entrego mis hojas atrevidas pero humildes,


te ofrezco, mi Tierra, Tierra mía, agua de mis aguas
para devolverte el amor que has dado en los cubiles
y en la casa de los felinos de sabiduría de etéreas fraguas.

Beso tus misterios y vuelo en tu risa,


sólo quiero ser un digno hijo tuyo de andares lejanos,
quiero sentir tu aroma escondido en la brisa
que danza inmarcesible al son de los duendes olvidados.

SUSPIRO EN FRÍO

Yo te llamo páramo frío y misterioso


en nombre del misterio de Chuil el fulgente,
ven a mis versos páramo frío y detente,
para a pensar tu magia sobre mi espíritu de ti ansioso.

Yo te evoco desde un canto de ancestros,


los abuelos Pasto discurren su gracia en tus lagunas,
hasta camina mi loca locura hereje que tiene ya pocas dudas
sobre el ardor de estrellarse en astros de ángeles posesos.

Dios mira mis versos y llora por mi amor a Su Luz,


desde esta sierra mía, indómita y preciosa,
muero y mil veces muero como Fénix graciosa
para tomar el alimento de tu suelo desde mi cruz.

Te llamo tres veces en conclamación,


ven páramo frío de pajonales dorados,
ven páramo frío de sortilegios en tus frailejones bordados,
ven páramo frío de sutiles besos en adoración.

Hiélame los huesos y el mirar de mis ojos,


enséñame la metemsomatosis para volverme dragón,
en tu gélido aliento sostén mi divino poco calor
para abrasar escorias, sufrimientos y despojos.

BREVE INVENTARIO DE MI TIERRA


Del mismo color las paredes egregias
siguen siendo del abandono y leyenda,
olor de la seca tierra de criaturas serias
en idioma Pasto que el pueblo entienda.

Mil huracanes en la palabra sagrada


que supo dar la tradición hoy casi escondida,
pero los oídos de la sangre no tienen olvidada
la riqueza del ayer en verso, saeta encendida.

Y el perfume embriaga a cada duende


que pasa curioso frente a quien le recuerda,
el río y su rumor en cuento bajo el que cuente
las gotas del cielo en el umbral de cierta puerta.

La verdad es que un venado en la montaña


no regresa donde probó ronquido en gente dormida,
sólo quiere andar en la neblina extraña
allá donde la magia llega sin tener partida.

Música en la alborada que se coagula


cual materia divina en atanor de alquimista,
…provincia mía que en el mundo deambulas
dejando embrujadas todas las misas.

DIOS, DETÉN A MIS SUSPIROS

Hoy me rodean tu Chiles y aquella luna,


en este frío, en este acecho de muerte lenta,
estoy perdido caminando a mi fortuna,
corriendo quizá al desquicio de mi pluma cruenta.

Existen extraños sonidos en esta noche peligrosa,


escucho quizá palabras que no pude oír jamás,
miro y quizá hasta veo la imagen que destroza
los míos nervios: una forma de muerte de más a más.

El viento está encendido y me quema el rostro


quizá purificándome por la osadía de pisar lo sagrado,
diciéndome talvez que observe en dónde mis pies poso,
o también que me incline al saludo del Rey que ha pasado.

¡Detén a mi boca, oh Dios mío!,


detén a mi pluma… detén a mis suspiros…
UN PUEBLO DE MIS MANOS

La procesión de los muertos en el vergel de verde suelo


se proyecta en la mística y hereje mirada de la muerte,
y en un delicado suspiro del monte extraviado sin suerte
hay un sabor de paz que instiga a la praxis de un vuelo.

Lanza en ristre del caballero noble que lid embraza


y aquí un demonio sucumbe cual rayo en el horizonte,
con fulgor apasionado, a manos de inmortal hombre,
besos de una rosa en tu boca el poder egregio enlaza.

Valle indomado de la obscuridad que luz esconde


se divierte ante la vista de los ciegos con fin ya cercano,
y la blanca armonía se despierta cual etéreo arcano
atravesando un edén extasiado, quién sabe dónde.

Un negro Satanás por aquí y en derredor tan grande


está vestido con la impureza de tus ojos hipócritas,
¡qué extraña mixtura de estas letras tan indómitas!,
oh belleza en el arpegio de pétalos de loto en un estanque.

Abajo y arriba como en la analogía muy maldita


en cada idiota lengua de incolora mañana difunta,
analogía que en verdad es el objetivo de Dios y su vida
mal vista por ser un sol fuerte: odio al labor y la yunta.

Ritual de brujas y un brutal asedio a la bella Natura,


se pudre la sangre derramada en anatema y lapidación,
un ensueño profundo con pasión navega en la datura
cuando raya la arrebolada espera de eterna consumación.

Ya no te puedo oír más, silencio que hablas tanto,


se ha quebrado un llanto por un pueblo de mis manos.

***

Has bailado duende blanco en esas aguas,


la laguna de San Pedro en el Chiles te admira,
eres mi propio espíritu que vive en cangahuas,
entre gélidos y cristalinos riachuelos que fucilan.

Quiero ver mis cenizas disueltas en el cielo,


en este cielo de un suelo solo, amado por la soledad,
que una serpiente me muerda en este ígneo hielo
para al fin dar comienzo a mi esperada eternidad.
Y sólo allá y más allá me entenderán
los dementes que sabios viven en los delirios,
llévame raro espectro o los vulgos me perderán
en sus paradigmas, claustros y fanáticos martirio.

Y vuélvome un silfo en llamas


que se moja en la tierra,
¡porque, porque tú que me lees tramas!
Sacar de aquí sentidos que te encierran…

PÁRAMO OLVIDADO

Suelo de fuego y hielo perpetuos,


la neblina de ancestros como alfombra,
serán para ti eternos los respetos
en el humo de tabaco rayando la aurora.

Herético es el conocimiento bajo el velo


que sostienes cual cielo al arco iris,
vinieron extranjeros tratando de vencerlo
y creyeron hasta hoy darle un finis.

Sabes del vuelo a través del huantug,


sabes la fortaleza del guerrero espíritu
que se alimenta de su ritual y su manto,
¡espíritu, eres suelo mío, noble espíritu!

Y la luna llena danzaba en los templos


mientras la serpiente, entrenaba maestros.

Cual maíz sagrado en la costumbre,


asoma Chuil en la leyenda misteriosa,
en su valle invisitado, posible derrumbe,
si el que lo pisa huye de muerte grandiosa.

Coro de arcanos en el páramo olvidado,


oro divino en pueblos Pasto, hablo del monte,
que mi poema humilde sea aspirado
por narices del misterio que tú escondes.

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