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1, POR DERECHO PROPIO. Con vocación sucesoral directa, referido a la sucesión por cabezas. (Hijos que heredan a sus
padres). 2, POR DERECHO DE REPRESENTACION. Con vocación sucesoral indirecta, referido a la sucesión por estirpes.
(los representantes forman una sola cabeza). Se sustenta en el principio de que la muerte del padre no debe perjudicar a sus
herederos, así como tampoco aprovecharles.
1. CONCEPTO. - La representación es el derecho por el cual los descendientes de una persona son llamados por ley a
ocupar el lugar de ésta y a ejercer los derechos sucesorios que le correspondían. El instituto existía ya en el derecho romano,
aunque su nombre fuese ignorado, e incluso Grosio explicaba que esta sucesion vicaria, que se hace por la estirpe, rigió
también entre los hebreos, tal como se puede apreciar en la división de los campos de la tierra prometida a los hijos de
Jacob. La denominación con la que le conocemos fue fruto de los glosadores. Así son los jurisconsultos medievales los que
conciben esta sucesion per stirpes como una sucesion por representación. Históricamente, la representación apareció referida
solo al caso de la premoriencia; es decir, los herederos del causante que fallecían antes que él era representado a su muerte
por sus descendientes. Posteriormente la institución ha extendido sus alcances a los casos de renuncia, indignidad y
desheredación, recibiendo los descendientes de quien se encuentra impedido de recoger la herencia por estas razones, la
parte que a este le correspondería de ella. Desde un punto de vista subjetivo, el fundamento jurídico del derecho de
representación es la voluntad presunta del causante; objetivamente, obedece a consideraciones familiares, sociales y
humanitarias.
2.1. CON LA REPRESENTACION INTER VIVOS. - La representación mortis causa es una institución totalmente
autónoma y distinta de la representación inter vivos. Mientras la representación sucesoria nace con la muerte del causante,
la representación inter vivos se extingue con ella. En la representación intervivos se actua en nombre de otra persona. En la
representación sucesoria, se hereda en el lugar y en el rango del representado, no hereda en nombre del representado, sino
en su propio nombre. (No se requiere expresión de voluntad, no es una representación de la voluntad sino de la misma
persona).
2.2. CON LA SUSTITUCION- La representación se diferencia también de la sustitución, en que ésta depende de la
voluntad del de cujus, deferida en el testamento. Mientras que, en la sustitución, el sustituto es designado expresamente por
el testador.
2.3. CON LA SUBROGACION- La subrogación concierne al derecho de obligaciones, y aquel se basa en actos intervivos.
La identificación de la representación con la subrogación, pues cuando se expresa que los descendientes son colocados en
el grado que ocupaba su padre o madre, solo se quiere decir que van a tener ficticiamente su grado.
3. NATURALEZA JURIDICA- Para explicar su naturaleza jurídica, afloró la teoría de la ficción, por la cual al representado
se le supone vivo, de manera tal que sus descendientes acupan simplemente su lugar. No es exacto afirmar que quienes
vienen a la herencia por representación ejercitan un derecho de otro, pues incluso en ese caso la ley interviene a a conferirles
a ellos un derecho a suceder. En la sucesión por derecho propio la ley llama a la herencia al sucesor inmediatamente,
mientras en la sucesión por representación la vocación hereditaria es solamente mediata o indirecta, en el sentido que ha
lugar solo cuando el primer llamado se encuentra en la imposibilidad de adquirir la herencia. La sucesión por representación
tiene lugar también en los casos de indignidad y de renuncia.
4. CONDICIONES. -
1, Premoriencia del representado, o renuncia, indignidad o desheredación del mismo. Mientras la primera figura implica
una imposibilidad real de suceder, las demás suponen una imposibilidad jurídica. 2. Que los representantes sean
descendientes del representado. Tanto en la representación en la línea de los descendientes como en la línea colateral, no
son los herederos del representado, en general, quienes lo representan, sino sus descendientes, únicamente. 3. El
representado es siempre un descendiente del causante cuando se da la representación en la línea de los descendientes, y
un hermano del mismo cuando se da en la línea colateral. (extremando la extensión de los alcances del instituto, el Código
Italiano, extiende la representación al legado en la sucesión testamentaria, con lo cual puede ser representado el legatario
por sus descendientes. 4. Que el representante sea hábil para suceder, vale decir que exista sin haber sido desheredado ni
ser indigno respecto del causante. Sin embargo, tiene carácter para representar si la causal de exclusión es con relación a la
representación; o sea, si es que renunció a la herencia de éste o no pudo ni puede heredarlo por indignidad o desheredación.
(Repugna a la conciencia que el hijo, asesino de su padre y declarado indigno por esa causa, pueda representar a éste en la
sucesión del abuelo). 5, Que los grados intermedios estén vacíos; es decir que no haya otro con mejor derecho. 6. Que la
representación esté prevista en la ley. Considera como condición que el o los representantes concurran con otros herederos
más próximos al causante.
5. EFECTOS
6. APLICACIÓN
La representación en la línea recta descendente está regulada en los artículos 681 y 682. 1. El primero define genéricamente
el concepto de representación sucesoria como el derecho que tienen todos los descendientes de entrar en el lugar y en el
grado de su ascendiente, a recibir la herencia que a este correspondería si viviese, o la que hubiere renunciado o perdido por
indignidad o desheredación. 2, El segundo declara que la representación es ilimitada a favor de los descendientes de los
hijos, sin distinción alguna.
El código de 1852 legislaba solamente la premoriencia, habiéndose incorporado las otras tres figuras con el Código de 1936.
9. INFINITUD
El artículo 682, prescribe que la representación es ilimitada en la línea de los descendientes; reiterando, además, la
declaración constitucional en el sentido de que todos los hijos tienen iguales derechos, y que repite el artículo 818.
a) Admitir la representación sucesoria en la línea recta ascendente significaría reconocer el derecho de un abuelo
para representar a su hijo en la herencia de su nieto.
b) Como podrá apreciarse, normar esta situación sería contraria al orden natural.
c) Por ello ninguna legislación se ocupa de ella propiamente como tal.
d) Cuando no hay descendientes heredan los ascendientes, y solo a falta de estos sucede la línea colateral. Una forma
indirecta de normar la participación de la línea colateral es regulando la representación de los descendientes en la
línea de los ascendientes
Está tratada en el art. 683, que señala que “en la línea colateral solo hay representación para que, al heredar a un hermano,
concurran con los sobrevivientes los hijos de los hermanos premuertos que tenga derecho a representarlo en los casos
previstos en el artículo 681. Los casos contemplados en este artículo son la premoriencia, la renuncia, la indignidad y la
desheredación. Esta representación ex fratre nace en Roma con las Novelas de Justiniano y no aparece consagrada ni en el
Fuero Juzgo ni en el Fuero Real. Alfonso X el Sabio la rescató del Derecho Romano para plasmarla en las Partidas, siendo
ratificada más tarde en el Código Civil español.
¿El cónyuge tiene derecho de representar a su premuerto al igual que sus hijos, dado que le corresponde una cuota igual a
cada uno de ellos? La respuesta es negativa. En efecto, los cónyuges heredan entre sí una cuota igual a la de los hijos. Pero
una vez muerto un cónyuge, el otro no tiene derecho a representarlo. La jurisprudencia que citamos a continuación dice lo
contrario, violando todo el régimen legal dispuesto para la representación sucesoria, que es ilimitada en la línea de los
descendientes, limitada en la línea colateral y no admitida en la línea de los ascendientes ni para el caso del cónyuge.
Permitirla sería dar por vivo al cónyuge fallecido, con la que se viola el momento de la apertura de la sucesión, que es la
piedra angular de todo el régimen sucesoral. El pronunciamiento que se transcribe rompe todo este equilibrio.
Jurisprudencia: “Si el heredero no ha dejado descendencia debe facultarse a su cónyuge supérstite, para que, por vía de la
representación sucesoria, participe de la masa hereditaria que le correspondía a aquel” Cas. Nº904-2005-Cajamarca.
Se presenta el problema de determinar si es que hay representación sucesoria cuando el ascendiente y el descendiente
fallecen conjuntamente ¿podrán los descendientes de este representarlo en la herencia de aquel?
Tesis que niega la representación, sosteniendo que como el representante ocupa el lugar del representado para
recibir lo que a este le hubiera tocado recibir si viviese, y que, al no haber trasmisión entre el ascendiente y su
descendiente por haber muerto juntos, mal pueden los descendientes del último esgrimir la representación de un
derecho que éste jamás tuvo.
Tesis que reconoce el derecho de representación aun en caso de conmoriencia, arguyendo que el sentido de este
derecho es que el descendiente ocupe el lugar del ascendiente para heredar lo que este habría heredado, y que no
heredó por no poder hacerlo. Ergo, si murió conjuntamente con el causante, no podría heredarlo, de la misma
forma que no podría hacerlo si murió antes que el causante.