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ADOLESCENCIA:

cambios físicos
La adolescencia es el período de la vida que comprende desde la pubertad hasta la
adultez. Es la época de los grandes cambios en las tres esferas: física, psíquica y social.
Corresponde, aproximadamente, a la segunda década de la vida. La adolescencia
comienza cuando además de los cambios físicos, los jóvenes empiezan a confrontar, a
enfrentarse con sus padres porque comienzan a separase, a diferencia de ellos, a crecer.
En los últimos años se ha producido un cambio significativo en la edad de la pubertad;
tanto en las niñas como en los niños los primeros signos puberales comienzan más
tempranamente. No se sabe, con certeza, los motivos, pero se piensa que influyen la
alimentación y los estímulos psicológicos La pubertad consiste en una serie de cambios
fisiológicos y orgánicos que se manifiestan con el desarrollo de los órganos sexuales
secundarios. Los órganos de la reproducción se hacen funcionalmente activos. Las
glándulas sexuales femeninas (ovarios) y las masculinas (testículos) están en el cuerpo
desde el nacimiento, pero se vuelven funcionalmente activas en la pubertad. Las
glándulas sexuales desempeñan un doble papel en la vida. Por un lado, hacen posible,
por medio de la secreción de las hormonas, que todo el cuerpo cambie y, por otro lado,
permiten la reproducción. En la mujer, estas glándulas están situadas dentro del cuerpo,
en la región pelviana. Los ovarios son dos: uno derecho y otro izquierdo. Elaboran las
hormonas femeninas y son los productores de los óvulos.
Formando un arco alrededor de los ovarios hay unos pequeños tubos llamados trompas
de Falopio, que entran en el útero
El útero es una cavidad muscular muy fuerte, pequeña y hueca que se abre a la vagina, la
cual es el pasaje que comunica con el exterior del cuerpo. Cada 28 días,
aproximadamente, un óvulo madura en uno de los ovarios. El óvulo maduro deja el ovario
y es atraído por las trompas, empezando su descenso hacia el útero. Mientras está
bajando el óvulo por la trompa, en el útero se va formando una membrana para recibirlo;
allí se adhiere y crece en el caso de ser fertilizado por un espermatozoide. Si crece se
forma un nuevo ser. Si el óvulo no es fecundado, esa membrana suave de células es
eliminada a través de la vagina, por el movimiento del útero. La sangre y las partículas
eliminadas se llama menstruación; es producto de la descamación de la capa interna del
útero.
Esto le ocurre a todas las mujeres una vez por mes, aunque los tres primeros años, desde
la menarca, o sea desde la primera menstruación, los ciclos pueden ser irregulares.
Habitualmente, el ciclo menstrual dura de 3 a 7 días. De una menstruación a otra
transcurre aproximadamente un mes, pero puede oscilar entre 21 y 45 días. Estas
irregularidades son consideradas normales en los primeros años por inmadurez del eje
hipotálamo hipófisis gonadal. ¡¡¡Qué palabra difícil!!! Simplemente quiere significar que
referente a los órganos sexuales sus gónadas o glándulas sexuales, son comandadas por
la hipófisis, que sería como la glándula madre y ésta, a su vez, por el hipotálamo que está
en el cerebro. Al principio hay inmadurez y a medida que estas conexiones van
madurando, se establecen los ciclos regulares. Ahora bien, si entre ciclo y ciclo menstrual
transcurrieran menos de 18 días, o si duraran más de 7, o si las perdidas fueran muy
abundantes, se debe consultar a un facultativo, ya sea al médico de cabecera o al
ginecólogo, quien evaluará si será necesario realizar algunos estudios y según los
resultados de los mismos, la posibilidad de tratamiento, ya que el aumento de la
frecuencia de los ciclos menstruales o las perdidas muy abundantes pueden provocar
anemia. Es cierto que la adolescente, al principio, se cambia los protectores femeninos
con mucha frecuencia, pero también la cantidad de toallas higiénicas utilizadas por día es
un buen parámetro para evaluar la intensidad de las perdidas. Si necesita cambiarse más
de 6 veces en el día, significa que estas pérdidas son muy abundantes y debe consultar.
También suceden cambios en los caracteres sexuales secundarios.
En primer lugar aumentan de tamaño las glándulas mamarias. A esto se lo denomina
“Telarca”. La Telarca ocurre entre los 8 y 13 años y medio de edad. Luego comienza a
crecer el vello genital “pub arca”. Algunas niñas comienzan a desarrollar primero el vello
genital y luego crecen sus mamas. También esta secuencia es normal y obedece a
razones raciales. Después del pub arca se produce la “axil arca”, que es el crecimiento del
vello axilar. Y por último, aparece la “menarca” o primera menstruación. La primera
menstruación es un hito de gran importancia. La niña deja de ser niña para convertirse en
mujer. La edad promedio, en la argentina, de aparición de la menarca corresponde a los
12 años y medio, pero oscila entre los 10 y los 16 años. O sea, que tanto es normal la
niña que tiene su primera menstruación a los 10 años de edad, como aquella que recién
menstrua por primera vez a los 16 años. Es oportuno aclarar que no se debe esperar a
cumplir los 16 años; si llegó a los 13 años y medio y no comenzó a desarrollar los pechos
conviene consultar al médico. Esta espera genera angustia y más aun, cuando las
compañeritas ya son señoritas. Curiosamente suceden dos hechos llamativos: la niña que
menstrua tempranamente no quiere generalmente que lo sepan sus otras compañeras,
mientras que, la que lo hace tardíamente se angustia por ello. Ambas situaciones son
comprensibles. Lo importante es saber que existe un amplio margen dentro de la
normalidad. Unos meses antes del aumento de tamaño de las glándulas mamarias, puede
aparecer un pequeño nódulo del tamaño de un garbanzo en una o ambas mamas. Puede
ser doloroso, pero generalmente lo es más al tacto, a la palpación. La aparición de este
nódulo se debe a las descargas hormonales.
Conjuntamente con estos cambios se producen otros en todo el organismo. Después del
desarrollo de las mamas aumenta significativamente la talla (empuje puberal). Y después
del aumento de talla se ensanchan las caderas por acción de las hormonas femeninas.
Uno de los motivos de consulta más frecuente son los flujos; muchas veces son un hecho
hormonal propio de los diferentes días del ciclo. En época de ovulación, o sea, en la mitad
entre un ciclo menstrual y el siguiente, puede aparecer un flujo cristalino, comparado con
la clara de huevo, abundante y filante. Filante quiere decir que se estira como elástico;
esto es normal. Pero si tiene color o produce prurito o ardor puede ser que haya una
infección agregada y es conveniente consultar al especialista.
tro motivo de consulta son los dolores menstruales. En general la menstruación no duele
porque es un hecho fisiológico; pero algunas mujeres sí sienten dolor, que puede
obedecer a múltiples causas, tanto orgánicas como funcionales o psicológicas. Hoy en día
contamos con un recurso valioso para descartar organicidad: la ecografía ginecológica
que no es agresiva, pues gracias a un aparatito sobre el abdomen se ven en un monitor o
pantalla de televisión, los órganos internos. Así que la adolescente no tiene porque
asustarse, no son necesarios los exámenes internos, causa de tantos temores. Es
importante, que desde jovencita, se acostumbre a concurrir al ginecólogo. El familiarizarse
con el instrumental, con el profesional, con el ámbito, destierra miedos. Hay tratamientos
novedosos con excelentes resultados para los dolores menstruales o algomenorrea. Un
hecho se repite a diario: la mamá ha padecido o padece dolores menstruales intensos y le
transmite el temor a sus hijas. Esta disfunción no se hereda. Por lo tanto no tiene porque
repetirse la historia. A veces, el mismo temor que se le inculca, hace que aparezca el
síntoma. Otras veces, las fantasías que la joven puede tener con respecto a su
normalidad desaparecen al ver la ecografía ginecológica y al explicarle que todo está en
orden. Durante la menstruación se puede bañar, lavar la cabeza, hacer deportes, o sea,
realizar una vida normal. Esto suele ser motivo de controversias entre abuelas y nietas.
cambios en el varón.
En el varón, el primer signo puberal es el aumento de tamaño de los testículos y el cambio
de la coloración del escroto o bolsa. Estos primeros cambios suceden entre los 9 y 14
años de edad. Si pasados los 14 años aún no se han producido estos cambios, es
conveniente consultar al médico. Aparece el vello en la región pubiana, por arriba de los
genitales externos, aumenta el tamaño del pene, luego comienza a crecer el vello en las
axilas y la típica sudoración. A posteriori se presenta el empuje puberal, el aumento
notorio de la talla, el famoso estirón. Conjuntamente con el estirón se presenta la primera
eyaculación o polución, la “espermarca”. La eyaculación es la salida del semen, que suele
aparecer por primera vez durante el sueño. Cambia la voz, que adquiere un timbre
profundo, el vello que cubría el cuerpo durante el periodo de la preadolescencia, que era
suave, se transforma en pelo.
Los huesos alcanzan su máximo desarrollo y luego el crecimiento se detiene; los
músculos adquieren fuerza y el cuerpo toma el aspecto típico masculino.
Los testículos son las glándulas sexuales masculinas que producen espermatozoides. El
epidídimo y los conductos deferentes sirven para el traslado de los espermatozoides
desde los testículos. Las vesículas seminales, la próstata y las glándulas bulbouretrales
producen el líquido adecuado para el transporte de los espermatozoides. El pene traslada
los espermatozoides a través de la uretra. Una preocupación que manifiestan los
adolescentes es el temor de orinar mientras eyaculan. La uretra transporta la orina desde
la vejiga hacia el exterior y también los espermatozoides, pero lo hace en momentos
diferentes. La micción puede controlarse por la voluntad, siempre que la vejiga no colme
su capacidad. En la relación sexual entre un hombre y una mujer, el pene traslada los
espermatozoides del hombre a la mujer, al introducirse en la vagina y eyacular. A veces,
con solo eyacular entre las piernas de la mujer, pueden introducirse los espermatozoides
en la vagina y quedar embarazada. Además del hecho físico de la eyaculación, ocurre el
orgasmo, que es el complejo de sensaciones placenteras que acompaña la culminación
del coito o de la excitación sexual. No siempre suceden simultáneamente en el hombre y
en la mujer durante la relación sexual. A veces transcurre mucho tiempo hasta que logren
ambos conseguir el orgasmo simultáneamente. En la época de los grandes cambios,
tanto en la esfera física, como en la psicológica y en la social, es importante realizar
controles médicos periódicos, denominados en la jerga médica: controles de salud. En los
últimos años ha habido bastante difusión de los mismos por la solicitud, por parte de las
escuelas, de los certificados de salud para la inscripción de los alumnos o los de aptitud
física para gimnasia. En realidad, es conveniente realizar estos controles cuando
comienzan los cambios puberales. En el primer año de vida, los lactantes se controlan
mensualmente, para evaluar su crecimiento, para cumplir con su plan de vacunación y
para la incorporación de los diversos alimentos. Luego los controles se van distanciando,
hasta llegar a un control anual. Cuando comienza la pubertad, es necesario por lo menos,
un control semestral y en algunos casos, cada tres meses. El médico de cabecera
determinará la frecuencia de dichos controles. Se debe realizar un examen clínico
completo con el fin de detectar anormalidad física, lo que denominamos nosotros, signos
de riesgos físicos. Previo al examen físico, es necesario registrar una historia clínica lo
más completa posible para considerar los antecedentes y los signos de riesgos psíquicos
y sociales. Dentro del examen físico se incluye la evaluación del crecimiento y el
desarrollo mediante la determinación de la talla, el peso y la relación entre ambos,
teniendo en cuenta la edad, el grado de desarrollo puberal, la determinación de la tensión
arterial (presión) y además, el examen, aparato por aparato, con especial mención del de
la columna vertebral para detectar desviaciones; entre ellas, las más frecuentes son la
cifosis y la escoliosis. Esta ultima puede tener su origen en la infancia y manifestarse en la
adolescencia, en el momento del empuje puberal, o tener su inicio en la adolescencia. Es
necesario instituir el tratamiento oportunamente, antes de la detención del crecimiento al
finalizar la adolescencia. Al “árbol hay que enderezarlo cuando aún es tierno”. Con un
control por lo menos semestral se asegura su detección precoz y tratada antes del empuje
o cuando este comienza, mejora los resultados. Los médicos contamos con un recurso
práctico para evaluar la madurez sexual en base a los genitales. Tanner, un estudioso del
crecimiento humano estableció los estadíos que llevan su nombre, en base a la
evaluación de numerosos niños y adolescentes. La Sociedad Argentina de Pediatría, a
través de su Comité de Crecimiento y Desarrollo, publicó los gráficos de desarrollo
puberal, para que tengamos un parámetro más para evaluar el crecimiento y el desarrollo
de nuestros pacientes. Se sabe que, en las niñas el empuje puberal (empuje de talla) se
produce después del estadio 2 de mamas. Alrededor del estadio 4 aparece la menarca,
aunque últimamente se ha visto que puede aparecer la primera menstruación al finalizar
en el estadio 2 o en el 3. En el varón, el empuje puberal, aparece después del estadio 3.
En este estadio se presenta la espermarca (primera eyaculación) No se sabe, con
exactitud, la edad promedio de la espermarca, ya que, a diferencia de la menarca, la
espermarca se mantiene más oculta. En cambio, la menarca es un hito social; la niña deja
de ser tal para transformase en mujer. Y debido a que los límites de normalidad se
establecen en base al examen físico y a los antecedentes que surgen del interrogatorio de
cada paciente, es fácil comprender que casi todas las mujeres recuerdan con mayor
precisión la edad de su primera menstruación. Probablemente, ahora que existe menos
inhibición para hablar de estos temas podremos realizar trabajos estadísticos y determinar
la edad de la espermarca. El conocer cuando ocurren estos hechos nos es útil para
estimar aproximadamente, la talla final, o el momento en que ocurrirá la menarca, o sea,
para pronosticar la evolución de los adolescentes. Por ejemplo, se sabe que después de
la menarca, la joven puede crecer entre 3 y 10 centímetros más; en promedio 5
centímetros. Es por esto, que deben consultar ni bien comienzan los primeros cambios
puberales, si tienen baja talla; de lo contrario, tenemos muy poco para ofrecerles. Las
madres se preocupan más cuando el varón es pequeño, tanto en talla como en el tamaño
de los genitales.

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