Sie sind auf Seite 1von 9

VULNERABILIDAD

La vulnerabilidad es un factor gravitante en el estudio de riesgo. Conocer sus


características e indicadores ayuda a comprender los escenarios de riesgo de origen
natural que muchas veces puede presentar amenazas de baja intensidad o de distintas
características. Por tal motivo, comprender los factores de vulnerabilidad que inciden en la
debilidad o susceptibilidad de los asentamientos humanos y las estructuras, es una acción
prioritaria a establecerse dentro de las medidas de gestión de riesgo.

En tal virtud, considerando un escenario de riesgo sísmico es de imaginarse que la


gravedad del mismo se situará justamente en aquellos lugares donde la susceptibilidad
social y estructural es mayor. Desde este punto de vista, el espacio construido precario
relacionado a los grupos sociales de mayor concentración, de poca movilidad o con
niveles de pobreza donde la resiliencia es menor (por citar algunos ejemplos) serán
factores gravitantes para la gravedad de escenarios. Por otro lado, desde el punto de vista
territorial se pueden observar diferencias en cuanto a espacios de intervención denotando
zonas mayormente desarrolladas o de diferente estructura urbana que otras, lo que lleva
a una reflexión desde la parte política de manejo y la gestión del territorio.

A través de esta perspectiva, el análisis de la vulnerabilidad ante sismos potenciales debe


ser retomado desde una reflexión territorial. En este sentido, el entender los niveles de
vulnerabilidad espacial ayuda a comprender las consecuencias potenciales inmediatas y
al mismo tiempo soslayar los niveles de capacidad y resiliencia dentro de escenarios de
riesgo.

RIESGO SÍSMICO

El Riesgo se entiende como el resultado de la interacción del peligro sobre la


vulnerabilidad. Éste se puede expresar tanto en forma cualitativa (grados o niveles la
calificación), como también en forma cuantitativa, estimando los daños o pérdidas
esperadas para un determinado evento específico o escenario de riesgo (por ejemplo: un
terremoto de magnitud Richter grado 8 o superior, a una hora determinada).

El riesgo también se entiende como la probabilidad de que una unidad social (comunidad,
pueblo, etc.) y/o sus medios de vida (habitad, economía, etc.) sean afectados o sufran
daños como producto de la interacción de uno o varios peligros y la vulnerabilidad de la
unidad social frente a ellos.

http://www.indeci.gob.pe/proyecto58530/objetos/archivos/20110606102841.pdf
PELIGRO SÍSMICO

El peligro sísmico de un emplazamiento, área o regiones definido como la probabilidad de


que el parámetro que mide el movimiento del suelo, debido a la ocurrencia de un sismo,
sobrepase un nivel de umbral dado para un determinado periodo de tiempo, es decir, se
busca conocer algún valor que represente la intensidad del movimiento del suelo en
distintos lugares de una región, de forma que sean útiles en la planificación urbanística y
en el diseño antisísmico de las construcciones. Por lo tanto, evaluar el peligro sísmico de
una región requiere conocer la sismicidad de la misma; identificado bien los peligros a la
que está expuesta.

http://www.igp.gob.pe/hernando.tavera/documentos/publicacion/articulos/Peligro_sismico.
pdf

DAÑO SÍSMICO

El daño es el grado de degradación o destrucción causado por un fenómeno peligroso


sobre las personas, los bienes, los sistemas de prestación de servicios y los sistemas
naturales o sociales. Desde el punto de vista estructural, generalmente se relaciona con
deformaciones irrecuperables (inelásticas), por lo tanto, cualquier variable de daño debe
ser preferiblemente referida a una cierta cantidad de deformación.

La evaluación y la interpretación del daño causado por los sismos surgen de la necesidad
de cuantificar y explicar los efectos de este fenómeno sobre los diferentes tipos de
estructuras existentes. Varias crónicas escritas en los siglos pasados, describen
catástrofes sísmicas, incluyendo comentarios acerca de la influencia de la calidad de la
construcción sobre el daño. Se puede encontrar información cualitativa bastante
interesante en los archivos históricos que aún se conservan, en donde pueden apreciarse
informes de dados pos-terremoto.

El término daño es ampliamente utilizado, sin embargo en su concepción más empleada,


pretende representar el deterioro físico de los diferentes elementos o el impacto
económico asociado. En este sentido, es común referirse a daño físico y daño económico.

El daño físico que puede sufrir una edificación generalmente se califica como:

a. Estructural, depende del comportamiento de los elementos que forman parte del
sistema resistente tales como, vigas, pilares, muros, forjados, etc. Se relaciona
con las características de los materiales que le componen, su configuración y
ensamblaje, el tipo del sistema resistente y las características de la acción. Se
cuantifica mediante índices de daño correspondientes a cada uno de los
elementos estructurales, cuya ponderación sobre parte o la totalidad de la
estructura, permite la definición de los llamados índices de daño globales.
b. No estructural, asociados a los elementos arquitectónicos y los sistemas
mecánicos, eléctricos, sanitarios, así como del contenido de la edificación. Se
relaciona con los niveles de deformación y distorsión que sufre la estructura y en
ocasiones, con las aceleraciones a las que está sometida durante el proceso.

El daño económico se define como la relación entre los costes de reparación y los costes
de reposición, e incluyen tanto los costes de daño físico directo como los costes de daños
indirectos. Intenta representar el daño en términos de pérdidas económicas o costes
financieros tomando en cuenta la afectación de los diferentes componentes estructurales
y no estructurales y generalmente se hace a través de métodos empíricos, teóricos y
subjetivos. Usualmente se correlaciona con el daño estructural, sin embargo, su
evaluación es realmente dificultosa y su utilización interesa fundamentalmente a las
agencias gubernamentales y compañías de seguros, entre otras.

http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/6230/03CAPITULO2.pdf;jsessionid=306EF601
F334F5888BCDC148E8B9FC67?sequence=3

ZONA VULNERABLE

Se denomina zonas vulnerables a todas aquellas que se encuentran expuestas a eventos


naturales o alotrópicos, que pueden afectar no solo los diversos usos del lugar. También
una zona vulnerable puede ser si se sitúa en un lugar de movimiento en las placas
arquitectónicas. En sentido estricto, todas las áreas del planeta son vulnerables, es por lo
tanto necesario establecer una mentalidad de prevención para el futuro, asociada a la
probabilidad de que un determinado evento, que pone en riesgo una determinada zona se
produzca efectivamente y estar preparados para reducir los daños al mínimo.

MAPA DE PELIGROS NATURALES


El mapa de riesgos es un instrumento cartográfico destinado a determinar, prevenir y evaluar el
riesgo y el daño a la población y a los bienes de naturaleza económica, derivados de procesos
naturales o desencadenados por la actividad humana que afectan a un determinado territorio,
dentro de los principales riesgos naturales susceptibles de cartografiar tenemos: tormentas,
tornados, huracanes, inundaciones, sequia y desertificación , erosión, y pérdida de suelo,
terremotos, deslizamiento de tierras, avalanchas y aludes, volcanes e incendios.
El análisis de la ubicación, frecuencia y severidad de un riesgo, de ordinario, necesita varios niveles
y tipos de información. Los organismos responsables de la ordenación y planificación territorial
habrán de contar no solo con la información del peligro en sí, sino con el grado de vulnerabilidad y
riesgo.

www.uclm.es/profesorado/egcardenas/riesgo7.pps

METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE VULNERABILIDAD SÍSMICA

Métodos empíricos

Se caracterizan por un alto grado de subjetividad. Están basados en la experiencia sobre


el comportamiento de tipos de edificaciones durante sismo y la caracterización de
deficiencias sísmicas potenciales. Se usan cuando se dispone de limitada información,
cuando se admite un resultado menos ambicioso y/o para evaluaciones preliminares. Son
enfoques menos exigentes y más económicos de implementar. Los métodos empíricos,
incluyen tanto los métodos de categorización como los métodos de inspección y puntaje.

- Métodos de categorización o caracterización: Clasifican las edificaciones según


su tipología en clases de vulnerabilidad atendiendo a la experiencia sobre el
desempeño sísmico que han tenido estructuras similares ante terremotos
relevantes. El resultado suele ser bastante subjetivo por lo que generalmente es
limitado a evaluaciones preliminares. Un ejemplo de esta metodología es la
clasificación de los tipos de estructuras según su clase de vulnerabilidad propuesta
por la EMS-98 (Grünthal,1998).

- Métodos de inspección y puntaje: Permiten identificar y caracterizar las


deficiencias sísmicas potenciales de una edificación, atribuyendo valores
numéricos (tantos o puntos) a cada componente significativo de la misma, que
ponderado en función de su importancia relativa, conduce a la determinación de
un índice de vulnerabilidad. Aunque estos métodos son bastante subjetivos, la
aplicación a edificaciones de una misma tipología de regiones de sismicidad
importante permite una evaluación preliminar orientativa, suficiente para
jerarquizar relativamente el nivel de vulnerabilidad sísmica de cada edificación. En
zonas caracterizadas por una moderada sismicidad estas metodologías pueden
considerarse representativas y más aún, suficientes para describir el nivel de daño
esperado, sobre todo si se cuenta con funciones de vulnerabilidad apropiadas para
la región. Sin embargo, para aquellas edificaciones que evidencien una relevante
vulnerabilidad y una significativa importancia es recomendable complementar
estas metodologías con alguna técnica analítica o experimental.
Métodos analíticos o teóricos

Evalúan la resistencia estimada de las estructuras a los movimientos del terreno utilizando
como base modelos mecánicos de respuesta estructural e involucrando como datos las
características mecánicas de las estructuras. Constituyen un enfoque muy completo,
exigente y costoso. Generalmente son bastante laboriosos y dependen en cierta medida
del grado de sofisticación de la evaluación, de la calidad de la información y de la
representatividad de los modelos empleados.

Métodos experimentales.

Recurren a ensayos dinámicos para determinar las propiedades de las estructuras y/o sus
componentes. Generalmente constituyen ensayos “in situ” (menos frecuente de
laboratorio), orientados a determinar las propiedades dinámicas y otras características
esenciales de la estructura, involucrando aspectos tan importantes como la interacción
suelo-estructura, la incidencia de los elementos no estructurales, etc. Aunque sus
resultados no son determinantes, permiten en algunos casos orientar sobre el estado de
la edificación y los posibles efectos que un sismo ha tenido sobre ella.

La aplicación exhaustiva de cada una de estas metodologías sobre una misma edificación
puede dar origen a importantes discrepancias en los resultados, difíciles de interpretar y
que en algunos casos puede dar origen a conclusiones erradas. En este sentido, para el
análisis de la vulnerabilidad sísmica se recomienda combinar los métodos analíticos y
empíricos, con algún método o técnica experimental que permita incrementar la
confiabilidad del análisis de vulnerabilidad.

ELEMENTOS PROPENSOS AL DAÑO

Para cuantificar el daño es importante identificar previamente los sistemas que se


encuentran expuestos dentro de una estructura, estos se pueden agrupar en 4 grandes
clases de elementos:

- Elementos estructurales: son los elementos que componen los sistemas


resistentes de cargas verticales (gravitatorias) y cargas laterales.

- Elementos arquitectónicos: son otros elementos, tales como: muros divisorios,


ventanales, revestimientos, etc. Generalmente son utilizados para la división, el
aprovechamiento de espacios en las construcciones y aspectos relacionados con
la estética de la estructura. En realidad, aunque su diseño, distribución y
construcción no está intencionalmente relacionado con el sistema resistente de la
estructura o edificio, como veremos más adelante, su interacción con el mismo es
importante y no puede ser ignorada.

- Instalaciones: se trata de elementos que suministran servicios como por ejemplo;


tuberías de agua, redes de electricidad y alcantarillado y conducciones de gas.
- Contenidos: son los elementos que están dentro del edificio pero no hacen parte
de la estructura, tales como: maquinarias, equipos, mobiliario, artículos de
decoración, etc.

Los últimos tres tipos corresponden a los llamados elementos no estructurales, cuya
importancia ha cobrado especial interés como consecuencia de las pérdidas económicas
registradas durante algunos eventos importantes. El estudio de la respuesta de los
diferentes elementos de una estructura (estructurales o no estructurales) expuestos a la
acción sísmica, ha permitido establecer las principales variables o parámetros que
condicionan el daño.

CLASIFICACIÓN DE LOS INDICADORES DE DAÑO

Un esquema efectivo desde el punto de vista del análisis de vulnerabilidad, está


relacionado con la parte de la estructura para la cual se describe el daño. De esta forma,
se pueden distinguir tres clases: local, intermedio y global, dependiendo si ellos se
refieren al daño en un elemento, en una parte de la estructura (tal como un nivel de la
construcción) o en toda la estructura, respectivamente.

La determinación del daño intermedio y global supone una condensación de los


daños locales por medio de “factores de ponderación o coeficientes de pesos promedios”,
los cuales están relacionados, con aspectos estructurales y determinados criterios de
importancia, respectivamente.

REPRESENTACIÓN DEL DAÑO

En la literatura técnica es común encontrar diferentes tipos de representación del


daño que dependen tanto del modelo utilizado como de la clase de estudio que se desea
realizar. A continuación se describen las cuatro representaciones del daño más utilizadas:

- Representaciones mecánicas: implican la definición de un modelo teórico que


permita describir el comportamiento del mecanismo estructural a través de los
Índices de daño. Usualmente estos Índices se expresan como función de ciertos
parámetros.

Los parámetros de daño pueden dividirse en dos clases principales:


(a) parámetros basados en el nivel alcanzado por la demanda de un cierto
recurso (deformación, resistencia, disipación de energía, etc.) y (b) parámetros
basados en la degradación experimentada por ciertas variables (rigidez,
frecuencia fundamental, etc.).
- Representaciones físicas: son representaciones directas que no requieren de un
modelo analítico pre-establecido. Se basan en los “estados discretos de daño”,
esto es, descripciones cualitativas del daño por medio de palabras de diagnóstico
(menor, sustancial, moderado, entre otras). Su inconveniente, desde el punto de
vista de la interpretación del daño, radica en la ambigüedad en la definición de los
estados, conduciendo de esta forma a incertidumbres en las operaciones de
campo a la hora de valorar los daños en una estructura mediante una simple
palabra.

- Representaciones orientadas a pérdidas: requieren la definición de modelos de


pérdidas que expresen el daño por medio de “relaciones de daño”, las cuales
cuantifican el valor relativo de una pérdida como la relación entre el costo de
reparación y el costo de reposición. Igualmente, existen también relaciones de
daño funcional, que expresan la degradación de alguna función en el sistema
dañado. Estas representaciones son las que se utilizan con más frecuencia,
debido a su relación con una especie de contexto socio-económico.

- Representaciones orientadas a reglas de deducción: se apoyan en la teoría de la


inteligencia artificial para expresar el daño a través de un “estado de daño”,
definido en términos lingüísticos. Es un representación muy versátil, pero por otro
lado, es bastante compleja y su implementación requiere de chequeos
sustanciales ante casos ensayados. Hasta el momento este tipo de representación
ha sido restringida a análisis especializados o dirigidos hacia sistemas expertos.

ESTADOS DISCRETOS DE DAÑO

Los estados discretos de daño representan una condición límite o tolerable establecida en
función de tres aspectos fundamentales: 1) los daños físicos sobre los elementos
estructurales y no estructurales, 2) el riesgo al que se encuentran expuestos los
ocupantes de la edificación y 3) la funcionalidad de la edificación posterior al terremoto.
Para definir estos estados, es necesario correlacionar un calificativo con una descripción
detallada de los tres aspectos mencionados. Por lo tanto, puede decirse que los estados
discretos de daño corresponden a una descripción cualitativa de los efectos producidos
por un sismo sobre los elementos, los ocupantes y el funcionamiento de una estructura. El
uso de una descripción cualitativa de estas señales hace que la definición de los estados
discretos de daño sea una tarea bastante difícil y con un carácter algo subjetivo.
Las primeras clasificaciones de los estados de daño se basaban en el daño físico
observado, no obstante, a partir de las lecciones aprendidas durante los últimos sismos,
se han ido incluyendo los otros aspectos mencionados (el riesgo de los ocupantes y
funcionalidad de la estructura). A continuación se presentan algunas de las clasificaciones
que se han hecho hasta el momento.
Clasificación de acuerdo a los daños observados

 Sin daño: en el peor de los casos se producen pequeñas fisuras en el hormigón.

 Ligero: se producen grietas en varios elementos estructurales.

 Moderado: agrietamiento severo y se producen algunos desprendimientos de


hormigón.

 Severo: aplastamiento del hormigón y pérdida del recubrimiento de las barras de


acero de refuerzo.

 Colapso

Clasificación del daño basada en daños observados y en la disponibilidad de la estructura


para ser utilizada después del sismo.

 Utilizable: los daños estructurales son leves, lo cual permite que la estructura
puede ser utilizada inmediatamente después de ocurrido el sismo.

 Temporalmente utilizable: los daños estructurales varían entre moderados y


severos, por lo tanto, la estructura puede estar temporalmente inutilizable.

 Completamente inutilizable: los daños estructurales son severos. Se puede


producir el colapso parcial o total del edificio. La estructura no puede ser utilizada
después del sismo.

INDICADORES E ÍNDICES DE DAÑO

Un punto crucial en el análisis de vulnerabilidad es la selección de un funcional apropiado


que permita cuantificar la respuesta calculada a partir del análisis del modelo mecánico
para un grupo de movimientos sísmicos, el cual representa el grado de daño sufrido por
un miembro y/o de toda la estructura. Estos funcionales usualmente se denominan Índices
o indicadores de daño y pueden involucrar una o más variables, tales como:
deformaciones unitarias, curvatura, rotaciones, desplazamientos, deriva entre piso,
fuerzas, energía absorbida y energía disipada, entre otras. La elección de las variables a
utilizar está relacionada con el tipo de daño que se desea analizar (local, intermedio o
global). Para definir los Índices de daño, generalmente es necesario desarrollar un modelo
que represente las características de la tipología estructural, las propiedades de los
materiales involucrados, las características de las acciones aplicadas y el tipo de fallo que
presenta la estructura. Por lo tanto, la definición de un Índice de daño es un problema
complejo y para el cual aún no existe un criterio unificado.
Durante los últimos 25 años se han propuesto diferentes Índices de daño tanto a nivel
local como global, a partir de ensayos realizados en laboratorio y/o utilizando las
observaciones de los daños después de ocurrido un sismo. A continuación se presenta
una descripción de los Índices más relevantes que han sido utilizados por la comunidad
científica internacional.

Índices de daño local

Estos Índices determinan, como su nombre indica, el daño en un elemento y pueden ser,
o no, acumulativos. Para cuantificar el daño se aplican cargas monotónicas crecientes
que permiten encontrar las relaciones fuerza - deformación, momento - curvatura o
momento - rotación de los extremos del elemento (vigas, columnas y muros). Estos
Índices pueden ser acumulativos o no acumulativos, dependiendo si consideran las
cargas cíclicas o no.

Índices no acumulativos

Los Índices de daño no acumulativos corresponden a los primeros modelos de daño


desarrollados a partir del concepto de ductilidad. Su principal limitación es que no son
capaces de representar el daño acumulado en los elementos sujetos a cargas cíclicas.

http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/6230/03CAPITULO2.pdf;jsessionid=306EF601
F334F5888BCDC148E8B9FC67?sequence=3

Das könnte Ihnen auch gefallen