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Raul Andres Poleo

C.I V. 19.354.465
Rafael MacQuahe
Politica Petrolera

La renta Petrolera en Venezuela

En Venezuela, los ingresos fiscales petroleros han mantenido un ritmo sostenido de crecimiento
desde los años veinte del siglo XX y, ya en 1930, la nación pagó la totalidad de su deuda externa
contraída durante la guerra de independencia y todo el siglo XIX. Pese a una legislación de
hidrocarburos a todas luces lesiva a los intereses nacionales, la renta petrolera se incrementó
sostenidamente al calor del aumento de la producción del petróleo, más no así de los precios,
renglón éste manipulado a su antojo por las empresas transnacionales, que manejaban todas las
variables de este negocio: exploración, producción, distribución, comercialización, impuestos,
regalías. Era tal el descaro que, durante todo el régimen de Juan Vicente Gómez -1908 - 1935, los
gringos -anglo holandeses y estadounidenses- redactaron todos los instrumentos legales que
rigieron la industria petrolera venezolana y manejaron a su discreción los precios de referencia y
de realización, una forma de esquilmar a la nación.

A partir de 1922, fluyeron al país decenas de compañías petroleras en busca del rico mineral,
apetecido por el mundo industrializado que crecía a ritmos nunca conocidos bajo el impulso de la
energía proporcionada por este hidrocarburo. Así, al difundirse por todo el país la noticia, miles
de venezolanos abandonaron sus ocupaciones agrarias habituales por la búsqueda de oportunidades
de trabajo en la naciente industria petrolera. En consecuencia, el campo venezolano, hasta entonces
productor suficiente de toda la alimentación requerida por la población nacional, con excedentes
sustanciales para la exportación, empezó a despoblarse con el fenómeno conocido como “éxodo
campesino”. Se entiende por Renta Petrolera Venezolana al pago o remuneración obtenida por el
Estado venezolano por la explotación económica del recurso. Las variables que convergen para la
determinación de la renta petrolera, tales como la cuantía de la explotación del recurso petrolero,
están en concordancia con los acuerdos a que lleguen el propietario y el arrendatario o contratista.
La renta petrolera es captada por el Estado a través de bonos, regalías e impuestos.
Raul Andres Poleo
C.I V. 19.354.465
Rafael MacQuahe
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En Venezuela, durante 2008, se adoptó además el impuesto a las ganancias súbitas, aquéllas
provenientes de los ingresos obtenidos al superar el precio del barril de petróleo los 70 dólares. En
el caso de la Regalía, ésta es definida como un tributo debido al Estado por el derecho de
explotación, a manera de compensación por el agotamiento de los depósitos de hidrocarburos,
aunque todavía hoy continúa el debate de si la regalía es o no un impuesto.

La Ley de Hidrocarburos vigente en Venezuela establece una separación entre Regalía e


impuestos. Es así como el artículo 44, sobre la regalía, señala: “De los volúmenes de hidrocarburos
extraídos de cualquier yacimiento, el Estado tiene derecho a una participación de treinta por ciento
(30%). Continuamente se ha acusado a los gobiernos democráticos de mantener una política de
sostenimiento de una Venezuela Rentista, es decir, dependiente exclusivamente de los proventos
de la explotación minera, es decir, somos un país que vive a expensas de los ingresos petroleros
en lugar del trabajo productivo en las más diversas áreas de la agricultura y de la industria.
Economistas reconocidos se han rasgado las vestiduras en defensa del aprovechamiento máximo
de la renta petrolera, invertir más y más en este negocio y minimizar inversiones en la
agroindustria; otros, por su parte, claman por la denominada “Siembra Petrolera” esgrimida desde
los años treinta del siglo pasado por Alberto Adriani y Arturo Uslar Pietri.

Venezuela ha devenido en Estado Rentista por razones muy poderosas las cuales pudiesen
mencionarse en el siguiente orden:

1) El petrolero es el mejor negocio del mundo; sus fabulosas ganancias permiten al Estado hacerle
frente a toda clase de gastos.

2) Políticas por parte de los sucesivos gobiernos, desde 1908 cuando asumió J. V. Gómez, de
espaldas a la necesidad imperiosa de diseñar y ejecutar políticas orientadas a la “Siembra
Petrolera”, es decir, revertir una parte sustancial de los ingresos a la diversificación de la economía
venezolana.
Raul Andres Poleo
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Rafael MacQuahe
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3) El “éxodo campesino”, que redujo significativamente la población rural -de un 80% en los años
treinta del siglo XX, a 11,40% en 2001- lo cual llevó a contraer de manera escandalosa la
producción agropecuaria.

Urge, en consecuencia, diversificar la economía venezolana; desarrollar aguas abajo la industria


petrolera y petroquímica; formar el contingente de técnicos, profesionales y toda clase de
trabajadores que impulsen el desarrollo agroindustrial; darle el impulso necesario, sin escatimar
recursos, a la investigación científica y tecnológica.

Como opinión personal de acuerdo a lo analizado en clase y en base a las lecturas e información
impartida por nuestro Profesor Rafael MacQuahe, puedo y me atrevo a realizar en mi ensayo la
siguiente conclusión: “ Para nadie en la sociedad y en cualquier parte del mundo es un secreto
que la mayor entrada económica de Venezuela es la renta petrolera, sin embargo hemos visto
como fuimos obteniendo nuestros peores registros al pasar los años, debido a las fallas y
paralizaciones de las distintas plantas que integran las refinerías de Amuay, Cardón, Puerto La
Cruz y El Palito que operaron a 30% promedio de su capacidad. La capacidad instalada de
procesamiento de hidrocarburos es de 1,3 millones de barriles diarios, basta solo revisar nuestras
guías de producción y conocer sobre el desarrollo económico en el área petrolero, para darnos
cuenta de que el año pasado apenas se produjo un promedio 400.000 barriles por día. Las plantas
catalíticas y de alquilación que elaboran gasolina en la refinería El Palito, estado
Carabobo, estuvieron paralizadas en 2016 sin que se avizore su reactivación a corto plazo este
año. Esto imposibilita la producción de 80.000 barriles diarios del combustible que se exportan y
consumen en el mercado interno. El Palito tiene una capacidad total de manufactura de 140.000
barriles al día. De una capacidad instalada de 187.000 barriles diarios, la refinería de Puerto La
Cruz, Anzoátegui, procesó un promedio de 90.000 barriles diarios, volumen que persiste en la
actualidad. La planta hidrodesulfuradora está parada por problemas en un compresor y la unidad
catalítica refina 4.000 de 14.000 barriles diarios de su capacidad. El complejo refinador
Paraguaná, Falcón, uno de los más grandes y diversificados del mundo no escapó al retroceso en
la actividad industrial. La refinería de Cardón -con una capacidad instalada de 310.000 barriles
al día- produjo 110.000 barriles diarios, promedio que se mantiene actualmente.”

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