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INTRODUCCIÓN

Se considera que el menor no tiene la plenitud de capacidad para obrar, porque su


desarrollo físico, intelectual y moral no es completo. Por lo tanto debe estar bajo la
protección y tutela de sus padres o de personas responsables de su cuidado (tutores,
guardadores).

El Código de los Niños y Adolescentes tiene por objeto al menor, que nazca, crezca y se
desarrolle normalmente y que llegue a la mayoría de edad, en la plenitud de sus
posibilidades físicas, mentales y espirituales. Regula su actividad moral y conflictual
con la familia, la comunidad y el orden jurídico social.

En ese sentido, se ha trabajado sobre la base de la legislación tanto nacional como


internacional sobre los derechos de los niños y adolescentes. Así tenemos que, la
Convención sobre los Derechos del Niño, es el instrumento internacional de mayor
aceptación en todo el mundo, e implica aceptar que los niños y niñas son sujetos plenos
de derechos y que los estados deben cambiar su forma de ver y actuar en relación a la
infancia y adolescencia. Nuestra Constitución Política consagra los derechos
fundamentales que tienen como ciudadanos y las responsabilidades que adquieren
aquellos pertenecientes al grupo de niños niñas y adolescentes, así como el compromiso
del Estado, la familia y la sociedad. En el país, el principal instrumento normativo
nacional es el Código de los Niños y Adolescentes, el mismo que fue expedido en el
marco del cumplimiento de las obligaciones establecidas en la Convención sobre los
Derechos del Niño.

Finalmente, cabe resaltar que las acciones de promoción y defensa de los derechos de la
niñez y la adolescencia son de esencial importancia, debido a que inciden en la
valoración del ser humano y el bienestar familiar.
CAPÍTULO I:
LEGISLACIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL

1.1. Legislación Nacional

1.1.1 Constitución Política

La Constitución Política del Perú, como ley fundamental de la Nación, merece amplia
difusión, a fin de que las personas conozcan sus deberes y derechos, con miras a lograr
una sociedad en armonía.

La ley fundamental ha adoptado la siguiente estructura: se organiza en Títulos y dentro


de los Títulos comprende “Capítulos”. Así tenemos, el “Título Primero” que se refiere a
la persona y a la Sociedad y engloba cuatro capítulos: el primero, de los Derechos
Fundamentales de la Persona; el segundo, de los Derechos Sociales y Económicos; el
tercero, de los Derechos Políticos y los Deberes; y, el cuarto, que se refiere a la Función
Pública.

En cuanto a los Derechos Sociales y Económicos, consagra la protección al niño, al


adolescente, a la madre y al anciano; protege a la familia y promueve el matrimonio;
reconoce la unión estable de un varón y una mujer libres de impedimento matrimonial,
que forman un hogar de hecho y da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen
de la sociedad de gananciales.

El artículo 4 de la Constitución empieza con la consagración del Principio de Protección


de los menores e incapaces. Este principio fija los parámetros que protegen el derecho
de los sujetos más vulnerables, a los denominados sujetos débiles. Enrola una etapa de
la vida y un estado del ser humano en el que en ambos están más sensibles que los
demás. Durante la infancia, la familia es la primera fuerza que interviene modulando las
experiencias infantiles, fijando conductas y participando en la personalidad progresiva
del menor. Cuando se habla de incapaces se refiere a quienes adolecen de una
deficiencia física o mental que los hace más vulnerables, a ellos con un sentido amplio
habría que incluir a los ancianos, pacientes, mujeres embarazadas teniendo en
consideración que estos son sujetos débiles jurídicos que, por encontrarse en una
situación de vulnerabilidad y dependencia necesitan un tratamiento y regulación
especial, lo que justifica el otorgamiento de un trato diferente, preferencial, que no es
per se discriminatorio sino, por el contrario, “sirve al propósito de permitir el cabal
ejercicio de los derechos especiales derivados de tales condiciones”. Es necesario
precisar que la incapacidad plasmada en el criterio principista, es una incapacidad de
ejercicio, de llevar a cabo per se, los derechos que se tienen y gozan, de celebrar actos
jurídicos con plena validez.

Este principio está basado en que el Derecho de Familia en su rol tuitivo contiene
normas que protegen, concreta y específicamente, a determinados miembros de la
familia que tienen una primacía en lo referente a su protección. Jorge Parra Benitez
señala que el principio de protección consiste en que las normas jurídicas han de
procurar la defensa del grupo familiar y de sus miembros, en especial de los que se
consideran débiles a fin de generar derechos a su favor y condiciones que les brinden
solidez física y social. Como tal implica admitir la especial situación de indefensión que
se encuentran las personas en determinados momentos de su vida y de reconocer la
necesidad de suprimir los patrones socioculturales de aquellas conductas que lesionan
su interés.

Este principio se encuentra estrechamente relacionado con el Principio de los intereses


prevalentes que el Código de los niños y adolescentes consagra en el denominado
interés superior del niño que no es otra cosa sino la preferencia de los menores cuando
sus derechos resulten enfrentados con los de otros sujetos.

La protección especial para los niños y adolescentes es reconocido en el artículo 2 de la


Declaración de los Derechos del Niño cuando menciona que “el niño gozará de una
protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensando todo ello por
la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y
socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y
dignidad. Al promulgarse leyes con este fin, la consideración fundamental a que se
atenderá será el interés superior del niño”.
La norma constitucional que protege a los niños y adolescentes entre otros. Son normas
recogidas por el Constitucionalismo Comparado y por el Derecho Internacional. Es una
norma clásica de protección pero con contenido social. Esta permanencia que invoca la
norma para el caso peruano obliga al Estado, que cumpla lo dispuesto sobre los
alineamientos y políticas de atención y protección considerandos en la Convención
Americana de Derechos Humanos.

1.1.1.1 Instituciones que protegen a los menores e incapaces en el Derecho de


Familia

En consagración del Principio de Protección de Menores e Incapaces surgen


determinadas instituciones, cuya finalidad es velar y tutelar por la persona y bienes de
los denominados sujetos débiles de familia. Entre estas instituciones tenemos las
siguientes:

1.1.1.1.1 Tutela

El tutor protege al menor, al cual se le llama pupilo. La tutela se encuentra regulada en


el Código Civil y en el Código de los Niños y Adolescentes y le corresponde al menor
que no esté bajo la patria potestad se le nombrará tutor que cuide de su persona y de sus
bienes. Es una institución supletoria de la patria potestad, ya que ambas instituciones no
pueden coexistir.

Del latín tueri, proteger, la tutela debe darse a los menores de edad que no están sujetos
a la patria potestad. Se trata de un poder sucedáneo que entra solamente en función a la
falta de autoridad paterna. Fórmulas como estas intentan definir la tutela remitiéndola a
la figura principal de la patria potestad a la cual suple (con lo que hacen referencia
implícita a que el sujeto pasivo y el contenido de la tutela son los mismos de la potestad
paterna).

1.1.1.1.2 Curatela

Es una institución tutelar que protege al incapaz mayor de edad y es determinada por la
relación entre el curado y el curador. La curatela se encuentra regulada en nuestro
Código Civil, en el libro III, Título II, capítulo II, dentro del cual el artículo 564
establece que “están sujetas a curatela las personas a que se refieren los artículos 43,
incisos 2 y 3, y 44, incisos 2 a 8”.
La curatela es una figura protectora del incapaz no amparado, en general o para
determinado caso, por la patria potestad ni por la tutela o de la persona capaz
circunstancialmente impedida, en cuya virtud se provee a la custodia y manejo de los
bienes o intereses de dicha persona y eventualmente a su defensa y al restablecimiento
de su salud o normalidad.

1.1.1.1.3 Consejo de familia

Se encarga de dictar las decisiones correspondientes a la familia cuando no están


presentes los miembros básicos de esta y se encuentra regulado en el Código Civil y en
el Código de los Niños y Adolescentes considerándose que habrá un consejo de familia
para velar por la persona e intereses de los menores y de los incapaces mayores de edad
que no tengan padre ni madre. Es un organismo consultivo y ejecutivo que controla a
los tutores y curadores, y excepcionalmente a los padres, en el ejercicio de sus
atribuciones en orden a garantizar los derechos e intereses del incapaz. Su composición
está regida por la ley.

1.1.1.1.4 Patria potestad

Es el poder que tiene el padre con respecto a los hijos (derechos, deberes, obligaciones y
facultades). La patria potestad está regulada en el Código Civil y en el Código de los
Niños y Adolescentes considerándose que a través de ella los padres tienen el deber y el
derecho de cuidar de la persona y bienes de sus hijos menores.

1.1.1.1.5 Alimentos

Los alimentos son definidos como todo aquello que es indispensable para el sustento,
habitación, vestido y asistencia médica incluyéndose la educación, instrucción y
capacitación para el trabajo. Se encuentra regulada en el Código Civil y en el Código de
los Niños y Adolescentes.
1.1.1.1.6 Adopción
Es aquella consagrada para permitir que los niños abandonados cuenten con un hogar
otorgándole legalmente una familia. La adopción en nuestro medio tiene entre sus
objetivos principales el brindar tutela y protección a los niños y adolescentes en estado
de abandono. La adopción está regulada en el Código Civil, en el Código de los Niños y
Adolescentes y en normas especiales. En nuestro medio tenemos la adopción plena en
virtud de la cual el adoptado pasa a formar parte integrante de la familia del adoptante.

1.1.1.1.7 Tenencia o custodia

Es una institución que se encuentra comprendida dentro de la patria potestad. Es la


institución por la que se legítima la posesión que tiene un padre con respecto de sus
hijos cuando hay una separación de hecho. Esto no vendría a ser un derecho del padre
sino un derecho del hijo de contar con un protector adecuado (que cumpla los
requisitos). En todo proceso de tenencia debe de fallarse el régimen de visitas que
tendrá la otra parte (restringida de la tenencia).

1.1.1.2 Principio de Protección de la familia

A continuación, el artículo 4 de la Constitución consagra de manera expresa el Principio


de protección y defensa de la familia.

La familia como cédula básica de la sociedad y de la humanidad necesita de protección


sin importar la forma como está conformada. Este principio vela por el respeto,
seguridad, protección y todo en cuanto le favorece a la familia a modo de seguridad, sin
importar su origen, condición, ni calidad de sus integrantes.

La noción de familia se ha relacionado generalmente al matrimonio pero la realidad nos


demuestra que son cada vez más numerosas las familias que no tienen como base el
casamiento. A través de este principio se promueve por el respeto, igualdad e integridad
de las familias en su diversa tipología y se lleva a cabo en base al reconocimiento de sus
funciones.
Proteger la familia implica reconocer sus formas de constitución (matrimonio, unión
estable y filiación), de disolución y debilitamiento (divorcio, muerte, separación de
hecho, ausencia, decisión judicial e impugnación de paternidad). Asimismo, existen
ciertas situaciones jurídicas que no crean estatus pero que han originado discusión sobre
si constituyen o no familia: hijo alimentista, esponsales y matrimonio putativo. La
protección de la familia se ve representada también en el fomento de la paternidad
responsable, la constitución de patrimonio familiar, el reconocimiento de los padres
como jefes de familia, el reconocimiento de la corresponsabilidad paterna y la igualdad
entre los miembros de la familia.

1.1.2 Código de los Niños y Adolescentes

Mediante Ley N° 27337 se pone en vigencia el Código de los Niños y Adolescentes, en


la cual se establece una definición de niño como todo ser humano desde su concepción
hasta cumplir los doce años de edad y adolescente desde los doce hasta cumplir los
dieciocho años de edad. Para lo cual el Estado protege al concebido para todo lo que le
favorece. Si existiera duda acerca de la edad de una persona, se le considerará niño o
adolescente mientras no se pruebe lo contrario.

El Artículo 8º del Código de los Niños y Adolescentes, concordante con el Artículo 9º


de la Convención sobre los Derechos del Niño, establece que: “Todo niño y adolescente
tiene derecho a vivir, crecer y desarrollarse dentro del seno de su familia, siendo que los
niños y adolescentes solo podrán ser separados de su familia por circunstancias
especiales definidas en Ley y con la exclusiva finalidad de protegerlos”; siendo así,
cualquier decisión relativa a la separación del niño de sus padres o de su familia debe
ser excepcional y estar justificada por el interés superior del niño, y preferentemente
será temporal, a fin de que el niño sea devuelto a sus padres tan pronto lo permitan las
circunstancias.

De otro lado, el artículo 243° señala que El Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social
podrá aplicar, al niño y al adolescente que lo requiera, cualquiera de las siguientes
medidas de protección:
a) El cuidado en el propio hogar, para lo cual se orientará a los padres, familiares o
responsables en el cumplimiento de sus obligaciones, contando con apoyo y
seguimiento temporal por instituciones de defensa;

b) La participación en el Programa Oficial o Comunitario de Defensa con atención


educativa, de salud y social;

c) Incorporación a una familia sustituta o colocación familiar; y

d) Atención integral en un establecimiento de protección especial debidamente


acreditado.

Así también, el artículo 248 establece que el Juez especializado podrá declarar en estado
de abandono a un niño o adolescente cuando:

a) Sea expósito;

b) Carezca, en forma definitiva, de las personas que conforme a la ley tienen el cuidado
personal de su crianza, educación o, si los hubiera, incumplan las obligaciones o deberes
correspondientes; o carecieran de las calidades morales o mentales necesarias para
asegurar la correcta formación;

c) Sea objeto de maltratos por quienes están obligados a protegerlos o permitir que otros
lo hicieran;

d) Sea entregado por sus padres a un establecimiento de asistencia social público o


privado y lo hubieran desatendido injustificadamente por seis meses continuos o cuando
la duración sumada exceda de este plazo;

e) Sea dejado en instituciones hospitalarias u otras similares con el evidente propósito


de abandonarlo;

f) Haya sido entregado por sus padres o responsables a instituciones públicas o


privadas, para ser promovido en adopción;
g) Sea explotado en cualquier forma o utilizado en actividades contrarias a la ley o a las
buenas costumbres por sus padres o responsables, cuando tales actividades sean
ejecutadas en su presencia.

h) Sea entregado por sus padres o responsables a otra persona mediante remuneración o
sin ella con el propósito de ser obligado a realizar trabajos no acordes con su edad; y

i) Se encuentre en total desamparo. La falta o carencia de recursos materiales en ningún


caso da lugar a la declaración del estado de abandono.

1.1.3. Ley N° 30403 – Ley que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra
los niños y adolescentes

Con fecha 30 de diciembre de 2015, se ha publicado en el Boletín de Normas Legales


del Diario Oficial El Peruano, la Ley N° 30403 que prohíbe el castigo físico y
humillante contra los niños, niñas y adolescentes.

Esta prohibición abarca todos los ámbitos en que transcurre la niñez y la adolescencia,
comprendiendo el hogar, la escuela, la comunidad, lugares de trabajo, entre otros
relacionados.

El Congreso de la República publicó la nueva ley que prohíbe el uso de algún tipo de
castigo o trato humillante en el ámbito de la educación de los niños, niñas y
adolescentes. Con esto, se deja en claro que no se debe utilizar ningún tipo de maltrato
como método de persuasión para corregir actitudes o como estrategia de educación.

La Ley N° 30403 define claramente el uso de castigo físico como el "uso de la fuerza,
en ejercicio de las potestades de crianza o educación, con la intención de causar algún
grado de dolor o incomodidad corporal, con el fin de corregir, controlar o cambiar el
comportamiento de los niños, niñas y adolescentes".

Asimismo, se indica que el castigo humillante es "cualquier trato ofensivo, denigrante,


desvalorizador, estigmatizante o ridiculizador" utilizado en el mismo ámbito y con la
finalidad de cambiar el comportamiento de los menores de edad.
Para hacer respetar esta nueva norma, la ley del Congreso modifica un artículo del
Código de los Niños y Adolescentes para incorporar que todos los menores, "sin
exclusión alguna, tienen derecho al buen trato, que implica recibir cuidados, afecto,
protección socialización y educación no violentas, en un ambiente armonioso, solidario
y afectivo".

Corregir moderadamente a los hijos ya no es un derecho de los padres. Tampoco recurrir


a la autoridad judicial para solicitar su internamiento en un establecimiento dedicado a
la reeducación de menores. Esto es así porque la reciente Ley que prohíbe el uso del
castigo físico y humillante contra los niños, niñas y adolescentes ha derogado el
numeral 3 del artículo 423 del Código Civil y el literal d) del artículo 74 del Código de
los Niños y Adolescentes, dispositivos que reconocían este derecho a los progenitores.

Dicha norma, prohíbe expresamente el uso del castigo físico y humillante contra los
niños, niñas y adolescentes. Esta prohibición abarca todos los ámbitos en los que
transcurre la niñez y adolescencia, comprendiendo el hogar, la escuela, la comunidad,
lugares de trabajo, entre otros relacionados.

Además, se ha incorporado el artículo 3-A al Código de los Niños y Adolescentes, a fin


de precisar el derecho al buen trato que corresponde a los menores. Así, este precepto
señala que los niños, niñas y adolescentes, sin exclusión alguna, tienen derecho al buen
trato, que implica recibir cuidados, afecto, protección, socialización y educación no
violentas, en un ambiente armonioso, solidario y afectivo, en el que se le brinde
protección integral, ya sea por parte de sus padres, tutores, responsables o
representantes legales, así como de sus educadores, autoridades administrativas,
públicas o privadas, o cualquier otra persona. Asimismo, se precisa que el derecho al
buen trato es recíproco entre los niños, niñas y adolescentes.

1.2 Legislación Internacional

1.2.1. Convención sobre los Derechos del Niño y Adolescente

La Convención sobre los Derechos del Niño es un tratado internacional que reconoce
los derechos humanos de los niños y las niñas, definidos como personas menores de 18
años. La Convención establece en forma de ley internacional que los Estados Partes
deben asegurar que todos los niños y niñas -sin ningún tipo de discriminación- se
beneficien de una serie de medidas especiales de protección y asistencia; tengan acceso
a servicios como la educación y la atención de la salud; puedan desarrollar plenamente
sus personalidades, habilidades y talentos; crezcan en un ambiente de felicidad, amor y
comprensión; y reciban información sobre la manera en que pueden alcanzar sus
derechos y participar en el proceso de una forma accesible y activa.

¿Cómo se decidió el contenido de la Convención sobre los Derechos del Niño?

Las normas que aparecen en la Convención sobre los Derechos del Niño fueron
negociadas durante un periodo de 10 años por gobiernos, organizaciones no
gubernamentales, promotores de los derechos humanos, abogados, especialistas de la
salud, asistentes sociales, educadores, expertos en el desarrollo del niño y dirigentes
religiosos de todo mundo. El resultado es un documento consensuado que tiene en
cuenta la importancia de los valores tradicionales y culturales para la protección y el
desarrollo armonioso del niño. Refleja los principales sistemas jurídicos del mundo y
reconoce las necesidades específicas de los países en desarrollo

¿De qué manera protege la Convención estos derechos?

La Convención constituye un punto de referencia común que sirve para analizar los
progresos alcanzados en el cumplimiento de las normas en materia de derechos
humanos infantiles y para comparar los resultados. Al haber aceptado el cumplimiento
de las normas de la Convención, los gobiernos están obligados a armonizar sus leyes,
políticas y prácticas con las normas de la Convención; a convertir estas normas en una
realidad para los niños y niñas; y a abstenerse de tomar cualquier medida que pueda
impedir o conculcar el disfrute de estos derechos. Los gobiernos están también
obligados a presentar informes periódicos ante un comité de expertos independientes
sobre los progresos alcanzados en el cumplimiento de todos los derechos.

¿De qué manera la comunidad internacional verifica y apoya los avances en la


aplicación de la Convención?

El Comité de los Derechos del Niño, un organismo compuesto por expertos


independientes elegidos internacionalmente, con sede en Ginebra, desde donde verifica
la aplicación de la Convención, exige a los gobiernos que han ratificado el tratado a que
sometan informes periódicos sobre la situación de los derechos de los niños en sus
países. El Comité analiza y comenta estos informes y alienta a los estados a que tomen
medidas especiales y establezcan instituciones especiales para la promoción y
protección de los derechos de la infancia. Cuando es necesario, el Comité solicita
asistencia internacional a otros gobiernos y asistencia técnica a organizaciones como
UNICEF. Para obtener más información, véase la página “Aplicación” bajo “Uso de la
Convención de la Infancia”.

¿Cuál es la nueva perspectiva de la infancia en la Convención?

La Convención presenta una serie de normas universales a las que todos los países
pueden prestar su adhesión. Refleja una nueva perspectiva sobre la infancia. Niños y
niñas no son ya ni la propiedad de sus padres ni los beneficiarios indefensos de una obra
de caridad. Son seres humanos y los titulares de sus propios derechos. Según la
perspectiva que presenta la Convención, el niño es un individuo y un miembro de una
familia y una comunidad, con derechos y responsabilidades apropiados para su edad y
su madurez. Reconocer los derechos de la infancia de esta forma permite concentrarse
en el niño como un ser integral. Si en una época las necesidades de los niños se
consideraron un elemento negociable, ahora se han convertido en derechos
jurídicamente vinculantes. Debido a que ha dejado de ser el receptor pasivo de una serie
de beneficios, el niño se ha convertido en el sujeto o titular de sus derechos.

¿De qué manera define la Convención a los niños y las niñas?

La Convención define como "niño" o "niña" a toda persona menor de 18 años, a menos
que las leyes pertinentes reconozcan antes la mayoría de edad. En algunos casos, los
Estados tienen que mantener una coherencia a la hora de definir las edades de
referencia, como la edad para trabajar y la edad para terminar la educación obligatoria;
pero en otros casos, la Convención no deja equívocos cuando se trata de establecer los
límites, como ocurre en el caso de la prohibición de condenar a la pena capital o la pena
de muerte a una persona menor de 18 años.
¿De qué manera utiliza UNICEF la Convención?

El Secretario General de las Naciones Unidas ha solicitado la incorporación de todas las


cuestiones relativas a los derechos humanos en todas las esferas de las operaciones de
las Naciones Unidas; por ejemplo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados (OACNUR) en su mandato relativo a los niños y niñas
refugiados, o la Organización Internacional del Trabajo en su compromiso para eliminar
el trabajo infantil. En el caso de UNICEF, la Convención se ha convertido en algo más
que un punto de referencia, y ha pasado a ser una directriz sistemática de las labores de
la organización. Tal como se expresa en la Declaración de la Misión, UNICEF tiene la
misión de "promover la protección de los derechos del niño" y "se esfuerza por
conseguir que esos derechos se conviertan en principios éticos perdurables y normas
internacionales de conducta hacia los niños." UNICEF promueve los principios y las
disposiciones de la Convención y la incorporación de los derechos de la infancia de una
forma sistemática en sus tareas de promoción, programación, verificación y evaluación.

La Convención sobre los Derechos del Niño sirve a UNICEF de guía sobre las esferas
que tiene que valorar y abordar y es un instrumento que permite a UNICEF analizar los
progresos que se alcancen en estas esferas. Integrar un enfoque basado en los derechos
humanos en todas las actividades de UNICEF es un proceso de aprendizaje en marcha
que incluye una ampliación del marco del programa de desarrollo de UNICEF. Además
de concentrarse en la supervivencia y el desarrollo de la niñez, UNICEF debe considerar
la situación de todos los niños y niñas, analizar mejor el entorno económico y social,
establecer alianzas para fortalecer la respuesta (incluida la participación de los propios
niños y niñas), apoyar intervenciones sobre la base de la no discriminación y actuar
considerando siempre el interés superior del niño.

¿Cuáles son las esferas en que la Convención sobre los Derechos del Niño ha sido
más eficaz?

La Convención ha inspirado en todas las regiones del mundo un proceso de aplicación


nacional de sus normas y de cambio social, mediante:

 La incorporación de los principios de los derechos humanos en la legislación;


 El establecimiento de organismos interdepartamentales y multidisciplinarios;
 La creación de programas nacionales para la infancia;
 La ampliación de las alianzas en favor de la niñez;
 La promoción de defensores o comisionados encargados de los derechos de los
niños y niñas.
 El análisis de las consecuencias de las medidas sobre la niñez;
 La reestructuración de las asignaciones presupuestarias;
 El enfoque en la supervivencia y el desarrollo de la infancia;
 La aplicación del principio de la no discriminación;
 La voluntad de escuchar las opiniones de los niños y niñas; y
 El establecimiento de sistemas de justicia para la niñez y la juventud.

CAPÍTULO II:
GARANTIAS DEL DERECHO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES

II.1. Art. 25 Ejercicio de los derechos y libertades (CNA)

El Estado garantiza el ejercicio de los derechos y libertades del niño y del adolescente
consagrados en la ley, mediante la política, las medidas, y las acciones permanentes y
sostenidas contempladas en el presente Código.

COMENTARIO:
Marco Torres Maldonado

Se trata de una norma programática que apunta hacia la promoción y protección de los
derechos y libertades del niño y del adolescente.

El artículo debe ser interpretado sistemáticamente con el artículo 28 del Código de los
Niños y Adolescentes, que establece que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables dirige el Sistema Nacional de Atención Integral al Niño y al Adolescente,
el cual agrupa al conjunto de órganos, entidades y servicios públicos y privados que
formulan, coordinan, supervisan, evalúan y ejecutan los programas y acciones
desarrollados para la protección y promoción de los derechos de los niños y
adolescentes.

Otra forma de aquellas políticas de promoción se da, por ejemplo, con el Plan Nacional
por la Infancia que debe ponerse cada diez años con objetivos comunes al cumplimiento
del Código de los Niños y Adolescentes, y que son supervisados por el Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables.

II.2. Art. 26. Difusión de los derechos contenidos en este Código (CNA)

El Ministerio de Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano (PROMUDEH)


promoverá, en los medios de comunicación masivos, espacios destinados a la difusión de
los derechos del niño y el adolescente. Para estos fines, podrá suscribir convenios de
cooperación.

COMENTARIO:
Marco Torres Maldonado.
El artículo bajo comentario estipula un deber de difusión del Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables en relación al contenido del Código de los Niños y Adolescentes,
así como toda la información vinculada a la normativa de los derechos de los niños y
adolescentes.

El código de los Niños y Adolescentes al convertir al Ministerio de la Mujer y Poblaciones


Vulnerables en el ente rector le atribuye la misión de la promoción y difusión en los medios
de comunicación en general.

Cabe precisar que, en nuestro medio, el 31 de diciembre de 1990 se dictó la Ley N° 25302,
sobre Difusión de la Convención sobre los Derechos del Niño, por todas las dependencias
estatales sobre todo el Ministerio de Educación.

II.3. GARANTIAS PROCESALES PARA LA CONSIDERACIÓN PRIMORDIAL DEL


INTERES SUPERIOR DEL NIÑO.

a) Diligencia Excepcional
La actuación del Estado exige la mayor celeridad, cuidado y responsabilidad
por las posibles afectaciones que se puede ocasionar a una niña, niño o
adolescente para adoptar una medida oportuna y eficaz para el ejercicio de sus
derechos, teniendo en cuenta las circunstancias que las y los rodean y afectan,
la valoración objetiva del impacto de estas en sus derechos, la justificación de
las decisiones y su revisión oportuna.
b) Especialidad y profesionalización
La actuación de las entidades públicas y privadas en los procesos y
procedimientos que involucran a niñas, niños y adolescentes se realiza a través
de profesionales, técnicos, promotores y otros actores con formación
especializada o experiencia de trabajo demostrada en temas relacionados con
la niñez y adolescencia.

c) Igualdad y no discriminación
Todas las niñas, niños o adolescentes ejercen sus derechos en igualdad de
condiciones, sin discriminación alguna por motivo de identidad étnica, cultural,
sexo, género, edad, idioma, religión, nacionalidad, opinión política, origen,
contexto social o económico, discapacidad o cualquier otra condición de la
niña, niño, adolescente o de su madre, padre, familiares o representantes
legales.
d) Interculturalidad
Implica respetar, valorar e incorporar las diferentes visiones culturales,
concepciones de bienestar y desarrollo de los diversos pueblos indígenas u
originarios para la generación de servicios dirigidos a niñas, niños y
adolescentes que promueve, con pertinencia intercultural, una ciudadanía
basada en el diálogo y la atención específica de acuerdo al grupo cultural al
que pertenezca.

e) Informalismo
Las normas que regulan los procesos o procedimientos deben ser interpretadas
de modo que los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes no
sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan ser
subsanados dentro de estos, siempre que con ello no se afecten derechos de
terceros.

f) Participación y ser escuchado/a


Reconoce el derecho de la niña, niño y adolescente a ser informada/o de
manera adecuada y oportuna, emitir opinión, ser escuchada/o y tomado en
cuenta, en su lengua materna o a través de un intérprete, en todos los asuntos
que les afecten. Este principio también implica participar en las decisiones que
se toman en temas o asuntos públicos que les involucran o interesan.
g) Autonomía progresiva
Se reconoce el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes de
manera progresiva, de acuerdo a su edad y grado de madurez.

Cuando su grado de desarrollo no le permita ejercer sus derechos de manera


autónoma, se realizan por medio de un/a representante, quien garantiza el
interés superior de la niña, niño o adolescente. Para tal fin, el representante
debe escuchar y tomar en cuenta la opinión de la niña, niño o adolescente.

h) No revictimización
La actuación estatal o privada no debe en ningún caso exponer a la niña, niño
o adolescente afectada/o por hechos de violencia, al impacto emocional que
implica el relato reiterado e innecesario de los hechos de violencia, las esperas
prolongadas o las preguntas y comentarios que juzgan, culpabilizan o afectan
su intimidad.
Asimismo, se deben identificar y denunciar las prácticas que impliquen a las y
los operadores de los servicios de justicia en la revictimización, como
interrogatorios repetitivos, cuestionamientos, reproches, dilaciones de tiempo e
inacción de las entidades responsables.

i) Integralidad
Implica abordar el desarrollo de la niña, niño o adolescente en todas sus
dimensiones y perspectivas, tanto en lo que a resultados y factores se refiere
como a las intervenciones necesarias para ello.

j) Desarrollo progresivo
Considera a las niñas, niños y adolescentes en su edad y sus características,
con un proceso de desarrollo particular y con un ritmo propio de maduración y
no como una mera suma de funciones fragmentadas o un inventario de
capacidades o incapacidades más o menos temporarias o permanentes.

k) Precaución
Las autoridades y responsables de las entidades privadas se orientan a
garantizar el bienestar y desarrollo integral de la niña, niño o adolescente
cuando se sospecha que determinadas medidas y decisiones a tomar, pueden
crear un riesgo en ellas, y ellos, aun cuando no cuentan con una prueba
definitiva de tal riesgo.
l) Flexibilidad
Las autoridades competentes y las y los responsables de las entidades
privadas deben actuar oportuna y contundentemente cuando se refiera a
afectación de derechos de niñas, niños y adolescentes. Deben ser flexibles
permitiendo la interpretación, ejecución y adaptación más favorable a la
situación de cada una de ellas y ellos; y deben considerar la evolución de los
conocimientos en materia de desarrollo infantil, a fin de asegurar su bienestar
integral.
CONCLUSIONES:

- El Estado está obligado a proporcionar los servicios y programas, tanto de


protección especial, como de carácter general o universal. El acceso a ellos
puede ser entendido como derechos individuales de los niños, niñas y
adolescentes y su negación puede transformarse en el inicio de una acción de
exigibilidad en contra del organismo responsable.

- Los adultos somos los responsables de promover y vigilar el ejercicio de los


derechos de los niños en la familia, la escuela, la comunidad y la sociedad en
general. De nosotros depende alimentarlos, vestirlos, educarlos, darles afecto y
todo lo necesario para favorecer su desarrollo.

- Las Defensorías del Niño y del Adolescente llevan a cabo un conjunto de


acciones planificadas y permanentes orientadas a cambiar la forma de pensar y
actuar de las personas en torno a los derechos de niños y adolescentes a fin de
lograr su cumplimiento; las mismas que consisten en informar, sensibilizar y
educar a los diversos sectores de la sociedad a través de diferentes estrategias y
medios de comunicación como afiches, volantes, trípticos, folletos,
manualidades, talleres, charlas, campañas, etc.
BIBLIOGRAFIA.

 GACETA JURIDICA. La Constitución comentada, Análisis artículo por


artículo, Tomo I, Tercera Edición, Lima, Agosto de 2015. p.5
 YELENA MEZA TORRES. Código de los Niños y Adolescentes
Comentado, Primera Edición, Lima, Febrero de 2019.
 https://andrescusi.blogspot.com/2018/11/codigo-de-los-ninos-y-
adolescentes.html
 http://www.buenaondaperu.org/unicef/Radiografia-Nuevo-Código-Niños-
Niñas-adolescentes-pdf
 https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/aprueban-reglamento-de-la-
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