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El Código de los Niños y Adolescentes tiene por objeto al menor, que nazca, crezca y se
desarrolle normalmente y que llegue a la mayoría de edad, en la plenitud de sus
posibilidades físicas, mentales y espirituales. Regula su actividad moral y conflictual
con la familia, la comunidad y el orden jurídico social.
Finalmente, cabe resaltar que las acciones de promoción y defensa de los derechos de la
niñez y la adolescencia son de esencial importancia, debido a que inciden en la
valoración del ser humano y el bienestar familiar.
CAPÍTULO I:
LEGISLACIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL
La Constitución Política del Perú, como ley fundamental de la Nación, merece amplia
difusión, a fin de que las personas conozcan sus deberes y derechos, con miras a lograr
una sociedad en armonía.
Este principio está basado en que el Derecho de Familia en su rol tuitivo contiene
normas que protegen, concreta y específicamente, a determinados miembros de la
familia que tienen una primacía en lo referente a su protección. Jorge Parra Benitez
señala que el principio de protección consiste en que las normas jurídicas han de
procurar la defensa del grupo familiar y de sus miembros, en especial de los que se
consideran débiles a fin de generar derechos a su favor y condiciones que les brinden
solidez física y social. Como tal implica admitir la especial situación de indefensión que
se encuentran las personas en determinados momentos de su vida y de reconocer la
necesidad de suprimir los patrones socioculturales de aquellas conductas que lesionan
su interés.
1.1.1.1.1 Tutela
Del latín tueri, proteger, la tutela debe darse a los menores de edad que no están sujetos
a la patria potestad. Se trata de un poder sucedáneo que entra solamente en función a la
falta de autoridad paterna. Fórmulas como estas intentan definir la tutela remitiéndola a
la figura principal de la patria potestad a la cual suple (con lo que hacen referencia
implícita a que el sujeto pasivo y el contenido de la tutela son los mismos de la potestad
paterna).
1.1.1.1.2 Curatela
Es una institución tutelar que protege al incapaz mayor de edad y es determinada por la
relación entre el curado y el curador. La curatela se encuentra regulada en nuestro
Código Civil, en el libro III, Título II, capítulo II, dentro del cual el artículo 564
establece que “están sujetas a curatela las personas a que se refieren los artículos 43,
incisos 2 y 3, y 44, incisos 2 a 8”.
La curatela es una figura protectora del incapaz no amparado, en general o para
determinado caso, por la patria potestad ni por la tutela o de la persona capaz
circunstancialmente impedida, en cuya virtud se provee a la custodia y manejo de los
bienes o intereses de dicha persona y eventualmente a su defensa y al restablecimiento
de su salud o normalidad.
Es el poder que tiene el padre con respecto a los hijos (derechos, deberes, obligaciones y
facultades). La patria potestad está regulada en el Código Civil y en el Código de los
Niños y Adolescentes considerándose que a través de ella los padres tienen el deber y el
derecho de cuidar de la persona y bienes de sus hijos menores.
1.1.1.1.5 Alimentos
Los alimentos son definidos como todo aquello que es indispensable para el sustento,
habitación, vestido y asistencia médica incluyéndose la educación, instrucción y
capacitación para el trabajo. Se encuentra regulada en el Código Civil y en el Código de
los Niños y Adolescentes.
1.1.1.1.6 Adopción
Es aquella consagrada para permitir que los niños abandonados cuenten con un hogar
otorgándole legalmente una familia. La adopción en nuestro medio tiene entre sus
objetivos principales el brindar tutela y protección a los niños y adolescentes en estado
de abandono. La adopción está regulada en el Código Civil, en el Código de los Niños y
Adolescentes y en normas especiales. En nuestro medio tenemos la adopción plena en
virtud de la cual el adoptado pasa a formar parte integrante de la familia del adoptante.
De otro lado, el artículo 243° señala que El Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social
podrá aplicar, al niño y al adolescente que lo requiera, cualquiera de las siguientes
medidas de protección:
a) El cuidado en el propio hogar, para lo cual se orientará a los padres, familiares o
responsables en el cumplimiento de sus obligaciones, contando con apoyo y
seguimiento temporal por instituciones de defensa;
Así también, el artículo 248 establece que el Juez especializado podrá declarar en estado
de abandono a un niño o adolescente cuando:
a) Sea expósito;
b) Carezca, en forma definitiva, de las personas que conforme a la ley tienen el cuidado
personal de su crianza, educación o, si los hubiera, incumplan las obligaciones o deberes
correspondientes; o carecieran de las calidades morales o mentales necesarias para
asegurar la correcta formación;
c) Sea objeto de maltratos por quienes están obligados a protegerlos o permitir que otros
lo hicieran;
h) Sea entregado por sus padres o responsables a otra persona mediante remuneración o
sin ella con el propósito de ser obligado a realizar trabajos no acordes con su edad; y
1.1.3. Ley N° 30403 – Ley que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra
los niños y adolescentes
Esta prohibición abarca todos los ámbitos en que transcurre la niñez y la adolescencia,
comprendiendo el hogar, la escuela, la comunidad, lugares de trabajo, entre otros
relacionados.
El Congreso de la República publicó la nueva ley que prohíbe el uso de algún tipo de
castigo o trato humillante en el ámbito de la educación de los niños, niñas y
adolescentes. Con esto, se deja en claro que no se debe utilizar ningún tipo de maltrato
como método de persuasión para corregir actitudes o como estrategia de educación.
La Ley N° 30403 define claramente el uso de castigo físico como el "uso de la fuerza,
en ejercicio de las potestades de crianza o educación, con la intención de causar algún
grado de dolor o incomodidad corporal, con el fin de corregir, controlar o cambiar el
comportamiento de los niños, niñas y adolescentes".
Dicha norma, prohíbe expresamente el uso del castigo físico y humillante contra los
niños, niñas y adolescentes. Esta prohibición abarca todos los ámbitos en los que
transcurre la niñez y adolescencia, comprendiendo el hogar, la escuela, la comunidad,
lugares de trabajo, entre otros relacionados.
La Convención sobre los Derechos del Niño es un tratado internacional que reconoce
los derechos humanos de los niños y las niñas, definidos como personas menores de 18
años. La Convención establece en forma de ley internacional que los Estados Partes
deben asegurar que todos los niños y niñas -sin ningún tipo de discriminación- se
beneficien de una serie de medidas especiales de protección y asistencia; tengan acceso
a servicios como la educación y la atención de la salud; puedan desarrollar plenamente
sus personalidades, habilidades y talentos; crezcan en un ambiente de felicidad, amor y
comprensión; y reciban información sobre la manera en que pueden alcanzar sus
derechos y participar en el proceso de una forma accesible y activa.
Las normas que aparecen en la Convención sobre los Derechos del Niño fueron
negociadas durante un periodo de 10 años por gobiernos, organizaciones no
gubernamentales, promotores de los derechos humanos, abogados, especialistas de la
salud, asistentes sociales, educadores, expertos en el desarrollo del niño y dirigentes
religiosos de todo mundo. El resultado es un documento consensuado que tiene en
cuenta la importancia de los valores tradicionales y culturales para la protección y el
desarrollo armonioso del niño. Refleja los principales sistemas jurídicos del mundo y
reconoce las necesidades específicas de los países en desarrollo
La Convención constituye un punto de referencia común que sirve para analizar los
progresos alcanzados en el cumplimiento de las normas en materia de derechos
humanos infantiles y para comparar los resultados. Al haber aceptado el cumplimiento
de las normas de la Convención, los gobiernos están obligados a armonizar sus leyes,
políticas y prácticas con las normas de la Convención; a convertir estas normas en una
realidad para los niños y niñas; y a abstenerse de tomar cualquier medida que pueda
impedir o conculcar el disfrute de estos derechos. Los gobiernos están también
obligados a presentar informes periódicos ante un comité de expertos independientes
sobre los progresos alcanzados en el cumplimiento de todos los derechos.
La Convención presenta una serie de normas universales a las que todos los países
pueden prestar su adhesión. Refleja una nueva perspectiva sobre la infancia. Niños y
niñas no son ya ni la propiedad de sus padres ni los beneficiarios indefensos de una obra
de caridad. Son seres humanos y los titulares de sus propios derechos. Según la
perspectiva que presenta la Convención, el niño es un individuo y un miembro de una
familia y una comunidad, con derechos y responsabilidades apropiados para su edad y
su madurez. Reconocer los derechos de la infancia de esta forma permite concentrarse
en el niño como un ser integral. Si en una época las necesidades de los niños se
consideraron un elemento negociable, ahora se han convertido en derechos
jurídicamente vinculantes. Debido a que ha dejado de ser el receptor pasivo de una serie
de beneficios, el niño se ha convertido en el sujeto o titular de sus derechos.
La Convención define como "niño" o "niña" a toda persona menor de 18 años, a menos
que las leyes pertinentes reconozcan antes la mayoría de edad. En algunos casos, los
Estados tienen que mantener una coherencia a la hora de definir las edades de
referencia, como la edad para trabajar y la edad para terminar la educación obligatoria;
pero en otros casos, la Convención no deja equívocos cuando se trata de establecer los
límites, como ocurre en el caso de la prohibición de condenar a la pena capital o la pena
de muerte a una persona menor de 18 años.
¿De qué manera utiliza UNICEF la Convención?
La Convención sobre los Derechos del Niño sirve a UNICEF de guía sobre las esferas
que tiene que valorar y abordar y es un instrumento que permite a UNICEF analizar los
progresos que se alcancen en estas esferas. Integrar un enfoque basado en los derechos
humanos en todas las actividades de UNICEF es un proceso de aprendizaje en marcha
que incluye una ampliación del marco del programa de desarrollo de UNICEF. Además
de concentrarse en la supervivencia y el desarrollo de la niñez, UNICEF debe considerar
la situación de todos los niños y niñas, analizar mejor el entorno económico y social,
establecer alianzas para fortalecer la respuesta (incluida la participación de los propios
niños y niñas), apoyar intervenciones sobre la base de la no discriminación y actuar
considerando siempre el interés superior del niño.
¿Cuáles son las esferas en que la Convención sobre los Derechos del Niño ha sido
más eficaz?
CAPÍTULO II:
GARANTIAS DEL DERECHO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
El Estado garantiza el ejercicio de los derechos y libertades del niño y del adolescente
consagrados en la ley, mediante la política, las medidas, y las acciones permanentes y
sostenidas contempladas en el presente Código.
COMENTARIO:
Marco Torres Maldonado
Se trata de una norma programática que apunta hacia la promoción y protección de los
derechos y libertades del niño y del adolescente.
El artículo debe ser interpretado sistemáticamente con el artículo 28 del Código de los
Niños y Adolescentes, que establece que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables dirige el Sistema Nacional de Atención Integral al Niño y al Adolescente,
el cual agrupa al conjunto de órganos, entidades y servicios públicos y privados que
formulan, coordinan, supervisan, evalúan y ejecutan los programas y acciones
desarrollados para la protección y promoción de los derechos de los niños y
adolescentes.
Otra forma de aquellas políticas de promoción se da, por ejemplo, con el Plan Nacional
por la Infancia que debe ponerse cada diez años con objetivos comunes al cumplimiento
del Código de los Niños y Adolescentes, y que son supervisados por el Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables.
II.2. Art. 26. Difusión de los derechos contenidos en este Código (CNA)
COMENTARIO:
Marco Torres Maldonado.
El artículo bajo comentario estipula un deber de difusión del Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables en relación al contenido del Código de los Niños y Adolescentes,
así como toda la información vinculada a la normativa de los derechos de los niños y
adolescentes.
Cabe precisar que, en nuestro medio, el 31 de diciembre de 1990 se dictó la Ley N° 25302,
sobre Difusión de la Convención sobre los Derechos del Niño, por todas las dependencias
estatales sobre todo el Ministerio de Educación.
a) Diligencia Excepcional
La actuación del Estado exige la mayor celeridad, cuidado y responsabilidad
por las posibles afectaciones que se puede ocasionar a una niña, niño o
adolescente para adoptar una medida oportuna y eficaz para el ejercicio de sus
derechos, teniendo en cuenta las circunstancias que las y los rodean y afectan,
la valoración objetiva del impacto de estas en sus derechos, la justificación de
las decisiones y su revisión oportuna.
b) Especialidad y profesionalización
La actuación de las entidades públicas y privadas en los procesos y
procedimientos que involucran a niñas, niños y adolescentes se realiza a través
de profesionales, técnicos, promotores y otros actores con formación
especializada o experiencia de trabajo demostrada en temas relacionados con
la niñez y adolescencia.
c) Igualdad y no discriminación
Todas las niñas, niños o adolescentes ejercen sus derechos en igualdad de
condiciones, sin discriminación alguna por motivo de identidad étnica, cultural,
sexo, género, edad, idioma, religión, nacionalidad, opinión política, origen,
contexto social o económico, discapacidad o cualquier otra condición de la
niña, niño, adolescente o de su madre, padre, familiares o representantes
legales.
d) Interculturalidad
Implica respetar, valorar e incorporar las diferentes visiones culturales,
concepciones de bienestar y desarrollo de los diversos pueblos indígenas u
originarios para la generación de servicios dirigidos a niñas, niños y
adolescentes que promueve, con pertinencia intercultural, una ciudadanía
basada en el diálogo y la atención específica de acuerdo al grupo cultural al
que pertenezca.
e) Informalismo
Las normas que regulan los procesos o procedimientos deben ser interpretadas
de modo que los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes no
sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan ser
subsanados dentro de estos, siempre que con ello no se afecten derechos de
terceros.
h) No revictimización
La actuación estatal o privada no debe en ningún caso exponer a la niña, niño
o adolescente afectada/o por hechos de violencia, al impacto emocional que
implica el relato reiterado e innecesario de los hechos de violencia, las esperas
prolongadas o las preguntas y comentarios que juzgan, culpabilizan o afectan
su intimidad.
Asimismo, se deben identificar y denunciar las prácticas que impliquen a las y
los operadores de los servicios de justicia en la revictimización, como
interrogatorios repetitivos, cuestionamientos, reproches, dilaciones de tiempo e
inacción de las entidades responsables.
i) Integralidad
Implica abordar el desarrollo de la niña, niño o adolescente en todas sus
dimensiones y perspectivas, tanto en lo que a resultados y factores se refiere
como a las intervenciones necesarias para ello.
j) Desarrollo progresivo
Considera a las niñas, niños y adolescentes en su edad y sus características,
con un proceso de desarrollo particular y con un ritmo propio de maduración y
no como una mera suma de funciones fragmentadas o un inventario de
capacidades o incapacidades más o menos temporarias o permanentes.
k) Precaución
Las autoridades y responsables de las entidades privadas se orientan a
garantizar el bienestar y desarrollo integral de la niña, niño o adolescente
cuando se sospecha que determinadas medidas y decisiones a tomar, pueden
crear un riesgo en ellas, y ellos, aun cuando no cuentan con una prueba
definitiva de tal riesgo.
l) Flexibilidad
Las autoridades competentes y las y los responsables de las entidades
privadas deben actuar oportuna y contundentemente cuando se refiera a
afectación de derechos de niñas, niños y adolescentes. Deben ser flexibles
permitiendo la interpretación, ejecución y adaptación más favorable a la
situación de cada una de ellas y ellos; y deben considerar la evolución de los
conocimientos en materia de desarrollo infantil, a fin de asegurar su bienestar
integral.
CONCLUSIONES: