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SIETE ENFERMEDADES MENTALES DERIVADAS DE LA

ERA DE INTERNET

¿Miedo a no tener móvil?


¿Depresión por Facebook?
¿Adicción a los videojuegos?
Puede parecer exagerado, pero son enfermedades que existen y que se derivan de un mal
uso de las TIC.
El portal de tecnología TechHive ha publicado siete enfermedades mentales propias de la
Era de Internet.
1. Nomofobia. Es el miedo a no tener móvil.
2. Síndrome de la llamada fantasma
3. Depresión por Facebook. A algunas personas, especialmente jóvenes, Facebook les
deprime.
4. Cibermareo. A la hora de “salir” del juego y volver al “mundo real”, se producen
desorientaciones y mareos.
5. Efecto Google. Nos estamos haciendo perezosos para memorizar, lo que puede afectar
a nuestro rendimiento intelectual en ciertas actividades.
6. Doctor Internet. Un porcentaje muy elevado de usuarios de Internet consulta en la Red
problemas médicos antes que acudir a un especialista.
7. Adicción a los juegos online. La OMS todavía no reconoce oficialmente la adicción a los
juegos online como una enfermedad mental, pero UNICEF ya ha alertado del problema.
Además, existe una variante más general que la adicción a los juegos online, que es la
adicción a Internet.

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Siete enfermedades mentales derivadas de la Era de


Internet

Está claro que la llegada de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación a nuestras vidas nos
ha aportado múltiples ventajas siempre que su uso esté asociadas a un manejo adecuado y
responsable de todo lo relacionado con la era tecnológica que estamos viviendo. Y es que la
conexión permanente a Internet, a las redes sociales, a los servicios de mensajería instantánea
es parte de la cotidianidad. Sin embargo, el uso de las mismas ya dejan su secuela en la vida
humana: De hecho, un estudio revela que existen al menos siete enfermedades mentales,
aceptadas por la comunidad médica, vinculadas con el uso de la nuevas tecnologías, según ha
publicado el portal de tecnología TechHive.

- Nomofobia: Es el miedo a no tener móvil. Este temor puede aparecer por diversas causas o
bien porque lo hemos olvidado en casa, por quedarnos sin batería o por pensar que lo hemos
perdido. En definitiva esta situación genera un estado de ansiedad en la persona que vive dicha
situación de una forma irracional.
- Síndrome de la llamada fantasma: Es probable que te haya ocurrido. Sientes una vibración
en el bolsillo y crees que alguien te está llamando. Pero no. No hay llamada perdida ni mensaje.
A veces... ¡no hay ni siquiera teléfono! El 70% de los usuarios de móviles aseguran que han
tenido alguna vez esa sensación. Según los expertos, se debe a un mecanismo de respuesta de
nuestro cerebro. “Hemos creado nuestro mundo social atado a este cajita en el bolsillo. Por lo
que cada vez que sentimos alguna señal en la pierna se obtiene una explosión de
neurotransmisores de nuestro cerebro que puede causar ansiedad o placer”, dice el doctor Larry
Rosen, autor del libro iDisorder.

- Depresión por Facebook: Un estudio de la Universidad de Michigan demostró que existe


relación entre la depresión de personas jóvenes y las horas que pasaban interactuando en
Facebook. ¿Cómo es posible? En Facebook, la gente muestra la parte más bonita de su vida
(las mejores fotos, los viajes que ha realizado, de fiesta con sus amigos/as). Algunos jóvenes
piensan que ellos no tienen nada de eso, que no han visitado lugares bonitos o que no disfrutan
de la vida como sus amigos de Facebook. Piensan que todo el mundo lleva una vida más exitosa
que la suya. Y se deprimen.

- Cibermareo: Se trata de la sensación de mareo y desorientación que produce jugar a


videojuegos de realidad virtual durante mucho tiempo. A la hora de “salir” del juego y volver al
“mundo real”, se producen desorientaciones y mareos.

- Efecto Google: Gracias al servicio de este buscador, ya no hace falta memorizar tantos datos,
dado que esta información, se encuentra en internet y está al alcance de todos en un momento
determinado. Por tanto, no hay necesidad de memorizar, implicando que seamos más perezosos
para trabajar la memoria, lo que puede afectar a nuestro rendimiento intelectual para
determinadas actividades.

- Ciberhipocondria. Seguramente en más de una ocasión antes de ir al médico habrás buscado


enfermedades asociadas a determinados síntomas que padeces. Pues bien, tras la lectura de
artículos en Internet relacionados con problemas médicos, nos encontramos con personas que
creen estar gravemente enfermos al primer síntoma, por ridículo que sea, debido a que han leído
artículos en Internet que relacionaban su síntoma con una enfermedad grave. ¿Dolor de cabeza?
Tumor cerebral. “Internet puede exacerbar sentimientos existentes de la hipocondría y en
algunos casos provocar nuevas ansiedades”, advierten los expertos.

- Adicción a los juegos online: Es una de las enfermedades de la Era de Internet más
habituales. Existen bastantes datos en este sentido: El 40% de los 12 millones de jugadores de
World of Warcraft es clínicamente adicto a internet y en países como Corea incluso se ha tenido
que regular el horario de los juegos online por ley. Así, el parlamento coreano ha promulgado la
conocida como Ley de Cenicienta, que corta el acceso a los juegos online a los usuarios menores
de 16 años entre las doce de la noche y las seis de la mañana. Y es que el 8% de la población
de entre 9 y 39 años de edad de este país asiático sufre adicción a los juegos online. La OMS
todavía no reconoce oficialmente la adicción a los juegos online como una enfermedad mental,
pero UNICEF ya ha alertado del problema. Además, existe una variante más general que la
adicción a los juegos online, que es la adicción a Internet. La necesidad de estar conectados en
todo momento puede ocasionar graves problemas en el día a día y provocar alteraciones sociales
importantes.

A las publicadas por el portal de tecnología TechHive, habría que añadir, una nueva adicción, la
de la mensajería instantánea a través de los servicios de Whatsapp, Telegram.. en las que
también está presente la “vibración fantasma” Este tipo de servicios tiene una serie de ventajas,
pero también “posee un potencial adictivo alto”, explica José Antonio Molina del Peral, psicólogo
experto en adicciones y director del centro Psicohealth. Así, esa sensación de la «vibración
fantasma» no dejaría de ser un “síntoma del síndrome de abstinencia, de obsesión y de miedo a
perder el control”. Y es que, como puede ocurrir con el alcohol,”hay quien hace un uso controlado
de estas tecnologías”. Sin embargo, existe una «barrera peligrosa» que no debe traspasarse: es
la de aumentar cada vez más el tiempo que se invierte en el móvil para tener más satisfacción,
ello interfiere en áreas de la vida personal.

¿Cómo pueden los padres detectar un uso irracional o abusivo de esta


aplicación? Señales de alerta.
Esta es la lista de síntomas que indican que se es un adicto a WhatsApp, o por lo menos que se
hace un uso demasiado obsesivo de la aplicación:
• Está pendiente todo el rato de recibir nuevos WhatsApp.
• Mira de forma obsesiva el ‘doble check’ para ver si los mensajes enviados se han leído.
• Padece el síndrome de las ‘vibraciones fantasma’

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