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Santiago, veinticinco de octubre de dos mil diecinueve.

Vistos:

Que en los autos de esta Corte Rol N°23.078-2018,

caratulados “Alvial Urrutia, Alicia con Municipalidad de

Linares”, provenientes del Primer Juzgado Civil de Linares,

sobre juicio ordinario de indemnización de perjuicios, se

dictó sentencia de primera instancia que rechazó la demanda

en todas sus partes.

Los antecedentes se inician con la demanda deducida

por Alicia Alvial Urrutia en contra del señalado municipio,

por los hechos ocurridos el día 27 de agosto de 2014,

cuando su hijo Cristian Felipe San Martín Alvial, alumno

regular del Liceo Politécnico Irineo Badilla Fuentes,

asiste a clases y, dentro del establecimiento, es amenazado

de muerte por el alumno de iniciales N.E.L.A., quien

materializa su amenaza horas más tarde, extrayendo un

revólver con el cual le dispara en abdomen, piernas y

glúteos, causándole heridas que provocan su fallecimiento.

N.E.L.A., menor de edad al momento de los hechos, fue

condenado a la pena de 5 años de régimen cerrado con

programa de reinserción social, como autor del delito de

homicidio calificado.

Expone la demandante que los alumnos ese día estaban

solos, sin la presencia de docentes o personal del colegio

y nulo control respecto de la permanencia de los pupilos en

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el establecimiento. Dicha situación propició que N.E.L.A.

escapara del recinto en dos oportunidades y reingresara con

un arma de fuego.

Imputa al municipio, en calidad de sostenedor del

liceo, responsabilidad extracontractual al tenor de los

artículos 2317, 2320, 1437, 2314, 2284 y 2329 del Código

Civil, causándole estos hechos un daño moral derivado de la

muerte de su hijo, que avalúa en la cantidad de

$500.000.000.

Al contestar la demanda, el establecimiento alega que

la primera agresión fue verbal y no se tuvo conocimiento de

ella. En cuanto a la muerte posterior, ella escapa a la

responsabilidad del recinto, puesto que, habiendo adoptado

todas las medidas exigidas, no pudo evitarla. En este

sentido, N.E.L.A. asistió a las dos primeras asignaturas y

luego se evadió del liceo; cuando regresa, lo hace saltando

un portón, vulnerando el acceso normal y sin controles. En

este contexto, un colegio de más de 1000 alumnos no puede

presumir que uno de ellos fuera a extraer un arma de fuego,

de modo que no existía medida alguna que pudiera haber

tomado para evitar esta circunstancia.

El fallo de primer grado destaca que no existen en

autos antecedentes relativos a rencillas anteriores entre

los dos alumnos y, en efecto, ningún testigo manifestó que

peleas pretéritas o aquella que dio origen a los hechos, se

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hubieran puesto en conocimiento del establecimiento. El

sentenciador divide los acontecimientos en dos hechos, el

primero en horas de la mañana, ocurre cuando los alumnos se

encontraban solos, evidenciando esta circunstancia una

falta de diligencia de parte de la demandada.

El segundo episodio se da cuando N.E.L.A. hace uso del

arma de fuego que trajo desde el exterior, entrando al

establecimiento por una vía diferente a la autorizada,

violando la reglamentación escolar y poniéndose al margen

de su protección, de modo que ningún cuidado pudo ejercer

el liceo respecto de su presencia.

Por tanto, la única falta de diligencia que puede

atribuirse a la demandada dice relación con la ausencia de

un profesor en la sala de clases al momento de ocurrir los

hechos de la mañana, la cual que no es determinante para la

ocurrencia de la pelea que terminó con la vida del alumno.

Por tanto, conforme a la dinámica de los hechos, con la

autoridad y cuidado que se exige a la demandada, esta no

los pudo evitar, razón que conduce al rechazo de la

demanda.

Apelada dicha determinación por la parte de la actora,

la Corte de Apelaciones de Concepción la confirmó en todas

sus partes.

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En contra de esta decisión, la demandante dedujo

recurso de casación en el fondo, para cuyo conocimiento se

trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el arbitrio de nulidad sustancial acusa

la infracción de los artículos 2320 inciso 5° y 2322 del

Código Civil, además de los artículos 46 letra i) del

Decreto con Fuerza de Ley N°2 del año 2009 y 15 del Decreto

Supremo N°315 del año 2010, ambos del Ministerio de

Educación, puesto que la demandada no cumplió con sus

obligaciones derivadas de tener a cargo un establecimiento

educacional.

En cuanto a la sentencia impugnada, reprocha la

separación de las agresiones en dos episodios inconexos,

razonamiento que no se ajusta a la realidad.

Finalmente, expone que está acreditado que los alumnos

se encontraban solos en el establecimiento y la

permeabilidad de su perímetro. En este sentido, el liceo

conocía que el alumno Nicolás Luengo se había escapado y no

tomó ninguna acción concreta para su reubicación.

Segundo: Que concluye aseverando que la influencia de

los yerros jurídicos antes detallados en lo dispositivo del

fallo es sustancial, puesto que su correcta aplicación

habría llevado al acogimiento de la demanda.

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Tercero: Que los magistrados del mérito tuvieron por

establecidos como hechos de la causa los siguientes:

1.- La actora Alicia Eliana Alvial Urrutia, es madre

de Cristian Felipe San Martín Alvial.

2.- Con fecha 11 de mayo de 2015 se dicta sentencia

condenatoria en causa Ruc N°1400829620-1, Rit 55-2015

seguida ante el Juzgado de Garantía de Linares, en la cual

se da por asentado que el día 27 de agosto de 2014,

alrededor de las 9:30 horas, N.E.L.A. sostuvo una discusión

y agresión física con Cristian Felipe San Martín Alvial en

dependencias del Liceo Politécnico “Irineo Badilla Fuentes”

de Linares, amenazando el primero a éste último de darle

muerte. Luego, N.E.L.A. salió de su colegio saltando una

pandereta, fue a su domicilio, buscó un arma de fuego y

regresó a eso del mediodía comenzando a buscar a San Martín

Alvial, manteniendo su intención de darle muerte. Una vez

que se encontraron, N.E.L.A. disparó reiteradamente contra

Cristian San Martín, primero en el abdomen y luego en sus

piernas, provocándole una lesión de tal gravedad que aún

con los socorros médicos oportunos que le fueron prestados,

no fue posible que sobreviviera, ya que falleció en el

Hospital de Linares producto de la rotura traumática de la

aorta abdominal causada por el proyectil disparado en su

contra, lo que conllevó una anemia aguda y shock

hemorrágico.

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3.- Cristian Felipe Alvial San Martín y N.E.L.A. eran

alumnos del Liceo Politécnico Irineo Badilla Fuentes, de la

comuna de Linares y cuyo sostenedor es la municipalidad

demandada.

4.- El día de los hechos, N.E.L.A. estuvo en clases en

horas de la mañana y luego de discutir con Cristian San

Martín se fugó del colegio por la pandereta ubicada a un

costado de éste. El sector por donde saltó el alumno hacia

afuera del colegio, se encuentra en el costado poniente,

distante a una cuadra de la entrada principal y allí se

emplaza un portón entre dos construcciones.

Previo a la agresión que causó la muerte el joven San

Martín Alvial, N.E.L.A., reingresó al colegio saltando el

portón referido.

Cuarto: Que la demanda se dirige en contra de la

Municipalidad de Linares en tanto sostenedor del Liceo

Irineo Badilla Fuentes. Tal calidad es ejercida en virtud

de lo dispuesto en el artículo 4° letra a) de la Ley

Orgánica Constitucional de Municipalidades N°18.695 que

precisamente confiere a los municipios funciones

relacionadas con la educación.

Tal calidad de sostenedor, en estos autos, no ha sido

discutida.

Pues bien, dicha circunstancia pone de cargo del ente

edilicio el cumplimiento de una serie de obligaciones,

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dentro de las cuales se encuentra el resguardo de la

integridad física y psíquica de sus alumnos. En efecto, el

artículo 10 de la Ley General de Educación N°20.370,

dispone: “a) Los alumnos y alumnas tienen derecho a recibir

una educación que les ofrezca oportunidades para su

formación y desarrollo integral; a recibir una atención y

educación adecuada, oportuna e inclusiva, en el caso de

tener necesidades educativas especiales; a no ser

discriminados arbitrariamente; a estudiar en un ambiente

tolerante y de respeto mutuo, a expresar su opinión y a que

se respete su integridad física y moral, no pudiendo ser

objeto de tratos vejatorios o degradantes y de maltratos

psicológicos. Tienen derecho, además, a que se respeten su

libertad personal y de conciencia, sus convicciones

religiosas e ideológicas y culturales. Asimismo, tienen

derecho a que se respeten las tradiciones y costumbres de

los lugares en los que residen, conforme al proyecto

educativo institucional y al reglamento interno del

establecimiento. De igual modo, tienen derecho a ser

informados de las pautas evaluativas; a ser evaluados y

promovidos de acuerdo a un sistema objetivo y transparente,

de acuerdo al reglamento de cada establecimiento; a

participar en la vida cultural, deportiva y recreativa del

establecimiento, y a asociarse entre ellos.

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Son deberes de los alumnos y alumnas brindar un trato

digno, respetuoso y no discriminatorio a todos los

integrantes de la comunidad educativa; asistir a clases;

estudiar y esforzarse por alcanzar el máximo de desarrollo

de sus capacidades; colaborar y cooperar en mejorar la

convivencia escolar, cuidar la infraestructura educacional

y respetar el proyecto educativo y el reglamento interno

del establecimiento”.

Por su parte, la letra f) del mismo artículo,

preceptúa: “Los sostenedores de establecimientos

educacionales tendrán derecho a establecer y ejercer un

proyecto educativo, con la participación de la comunidad

educativa y de acuerdo a la autonomía que le garantice esta

ley. También tendrán derecho a establecer planes y

programas propios en conformidad a la ley, y a solicitar,

cuando corresponda, financiamiento del Estado de

conformidad a la legislación vigente.

Son deberes de los sostenedores cumplir con los

requisitos para mantener el reconocimiento oficial del

establecimiento educacional que representan; garantizar la

continuidad del servicio educacional durante el año

escolar; rendir cuenta pública de los resultados académicos

de sus alumnos y cuando reciban financiamiento estatal,

rendir cuenta pública del uso de los recursos y del estado

financiero de sus establecimientos a la Superintendencia.

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Esa información será pública. Además, están obligados a

entregar a los padres y apoderados la información que

determine la ley y a someter a sus establecimientos a los

procesos de aseguramiento de calidad en conformidad a la

ley”.

Respecto de la convivencia escolar, más detallado

resulta el artículo 16 A y siguientes del mismo estatuto

normativo. Es así como el artículo 16 C señala: “Los

alumnos, alumnas, padres, madres, apoderados, profesionales

y asistentes de la educación, así como los equipos docentes

y directivos de los establecimientos educacionales deberán

propiciar un clima escolar que promueva la buena

convivencia de manera de prevenir todo tipo de acoso

escolar”.

Finalmente, el artículo 16 D preceptúa: “Los padres,

madres, apoderados, profesionales y asistentes de la

educación, así como los equipos docentes y directivos de

los establecimientos educacionales, deberán informar las

situaciones de violencia física o psicológica, agresión u

hostigamiento que afecten a un estudiante miembro de la

comunidad educativa de las cuales tomen conocimiento, todo

ello conforme al reglamento interno del establecimiento. Si

las autoridades del establecimiento no adoptaren las

medidas correctivas, pedagógicas o disciplinarias que su

propio reglamento interno disponga, podrán ser sancionadas

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de conformidad con lo previsto en el artículo 16 de este

cuerpo legal”, esto es, multas de hasta 50 Unidades

Tributarias Mensuales, que podrán duplicarse en caso de

reincidencia.

Quinto: Que de las normas legales antes

transcritas puede colegirse que sobre el establecimiento

educacional – y, en consecuencia, sobre su sostenedor –

recaía el deber de velar por la seguridad de los alumnos,

empleando el cuidado necesario para prevenir eficazmente

que quedaren expuestos y sin vigilancia ante otros miembros

de la comunidad educativa que pudieren agredirlos, como

ocurrió en la especie. Desde luego, el administrador de un

establecimiento educacional debe aplicar un cuidado elevado

con miras a proteger la vida e integridad física de los

estudiantes, teniendo en cuenta que, en este caso, se trata

de adolescentes, que requieren especialmente de

orientación, dadas las especiales características de la

etapa del desarrollo en que se encuentran; en el caso de

autos, uno de ellos escapó del recinto y se mantuvo fuera

por a lo menos dos horas, sin que dicha situación fuere

puesta en conocimiento de su apoderado o de las

autoridades, para luego volver, por una vía no destinada al

efecto, portando un arma de fuego con la cual disparó a uno

de sus compañeros, en un lugar donde se encontraban también

otros alumnos.

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En este contexto, la demandada no sólo ha incurrido en

un incumplimiento de su obligación de velar por la

integridad física y psíquica del pupilo fallecido, sino

también ha permitido que tal derecho se vea amenazado

respecto del resto de los miembros de la comunidad

educativa, que se hallaban en el establecimiento el día de

los hechos.

Sexto: Que, esclarecido lo anterior, cabe poner de

relieve que la responsabilidad del Estado se genera por la

falta de servicio, factor de imputación que se presenta

como una deficiencia o mal funcionamiento del servicio en

relación a la conducta normal que se espera de él,

estimándose que ello concurre cuando el servicio no

funciona debiendo hacerlo y cuando funciona irregular o

tardíamente.

Específicamente en lo que respecta a las

Municipalidades, el artículo 152 de su Ley Orgánica

Nº18.695 dispone, en su inciso primero: “Las

municipalidades incurrirán en responsabilidad por los daños

que causen, la que procederá principalmente por falta de

servicio”.

En el caso de autos, la no adopción de medidas mínimas

de precaución o la insuficiencia de las mismas es

constitutiva de falta de servicio, puesto que los sucesos a

que se refiere la presente causa tienen la connotación

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necesaria para ser calificados como generadores de

responsabilidad, toda vez que se desarrollaron en el

contexto de la prestación de un servicio público

educacional, que comprende el deber de velar por la

seguridad de los alumnos, empleando el cuidado necesario

para prevenir eficazmente hechos como en este caso

ocurrieron y adoptando todas las medidas que sean

necesarias, de forma tal que se debía evitar exponer a los

alumnos a riesgos innecesarios, sin escatimar esfuerzos

para ello, lo que no se hizo.

Séptimo: Que toda actuación de la Administración está

sujeta a la ley de conformidad a lo dispuesto en los

artículos 6 y 7 de la Constitución Política de la

República, de modo que genéricamente toda responsabilidad

de los órganos públicos tiene por antecedente el

incumplimiento de un deber legal que en la especie le ha

sido impuesto, entre otras, por las disposiciones citadas

en el fundamento cuarto precedente, de tal manera que la

omisión que se dejó establecida es constitutiva de una

falta de servicio, debido a que el órgano de la

Administración municipal actuó en contravención de normas

legales expresas que pusieron a su cargo el cuidado de los

educandos cuando se encuentren en las dependencias del

establecimiento educacional que administran.

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En esas circunstancias, sólo cabe colegir que el ente

demandado incurrió en falta de servicio por cuanto no

adoptó las medidas de resguardo, protección y prevención

necesarias para resguardar la integridad física y psíquica

de sus alumnos, pese a que se encontraba obligado a

hacerlo.

Octavo: Que esta Corte no desconoce el hecho que la

demanda alega la responsabilidad extracontractual de la

Municipalidad de Linares y, en efecto, alega la actora que

el ente edilicio respondería tanto por el hecho propio como

por el ajeno, citando al efecto los artículos 2320 y 2322

del Código Civil, únicas normas de rango legal que luego se

dan por infringidas en el arbitrio de nulidad sustancial, y

que no se identifican con aquellas que sustentan el factor

de imputación aplicable a los órganos de la Administración

del Estado, esto es, la falta del servicio, cuyo origen se

encuentra en los artículos 4 y 42 de la Ley Orgánica

Constitucional de Bases Generales de la Administración del

Estado N°18.575 y específicamente para los municipios, en

el artículo 152 de la Ley Nº18.695.

La circunstancia anterior no es obstáculo para que

esta Corte dé por establecido el yerro jurídico que se

viene razonando, en tanto los tribunales, para resolver el

asunto sometido a su decisión están facultados para revisar

el derecho aplicable, siempre que ello se encuentre

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conforme y congruente con los presupuestos fácticos de la

pretensión intentada; ello no es sino la más pura

aplicación del principio iura novit curia, en el sentido

que el juez conoce y aplica el derecho, sin que ello afecte

la causa petendi. En esta dirección, el órgano

jurisdiccional no queda circunscrito a los razonamientos

jurídicos expresados por las partes, sino sólo a sus

fundamentos de hecho, lo cual permite, en este caso,

concluir que los sentenciadores de segundo grado

incurrieron en falta de aplicación de aquellas normas que

regulan la responsabilidad por falta de servicio y,

concretamente, las referidas a la responsabilidad municipal

por hechos ocurridos en establecimientos educacionales que

afecten la integridad física y psíquica de sus alumnos.

Noveno: Que, en consecuencia, forzoso es concluir que

los jueces de segunda instancia yerran al estimar que no ha

existido la responsabilidad demandada, la cual se verifica

por la falta de servicio incurrida por el municipio, al no

resguardar eficazmente la integridad física y psíquica de

los alumnos puestos bajo su cuidado.

Todo lo expresado permite concluir que el fallo

impugnado ha infringido los artículos 4 y 42 de la Ley

N°18.575, 152 de la Ley Nº18.695, como también los

artículos 10, 16 C y 16 D de la Ley N°20.370 pues el

establecimiento educacional cuyo sostenedor es la demandada

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prestó un servicio de manera deficiente y no actuó,

debiendo hacerlo, de lo que se sigue que concurren las

exigencias del factor jurídico de imputación que exige el

ordenamiento jurídico para hacer nacer la obligación

indemnizatoria de la Administración del Estado.

Décimo: Que el yerro jurídico descrito ha tenido

influencia sustancial en lo dispositivo del fallo, por

cuanto, de no haberse incurrido en él, los jueces del grado

habrían tenido por establecida la responsabilidad del

demandado, razón por la cual el arbitrio de nulidad será

acogido.

Y teniendo presente, además, lo previsto en los

artículos 764, 767 y 785 del Código de Procedimiento Civil,

se acoge el recurso de casación en el fondo interpuesto en

lo principal de la presentación de fojas 440 en contra de

la sentencia de nueve de agosto de dos mil dieciocho,

escrita a fojas 435, la que por consiguiente es nula y es

reemplazada por la que se dicta separadamente a

continuación.

Acordada con el voto en contra del Ministro señor

Aránguiz y el Abogado Integrante señor Lagos, quienes

estuvieron por rechazar el arbitrio de nulidad sustancial,

teniendo para ello presente:

1º Que de la lectura del recurso de casación en el

fondo objeto de estos antecedentes, es posible constatar

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que las argumentaciones de la parte actora se construyen

sobre hechos no establecidos por los sentenciadores del

grado, sino que elaborados por la propia recurrente. En

efecto, el arbitrio discurre a partir de un incumplimiento

de la demandada en relación a las obligaciones derivadas de

tener a su cargo un establecimiento educacional,

remitiéndose al artículo 46 letra i) del Decreto con Fuerza

de Ley Nº2 del año 2009 y al artículo 15 del Decreto

Supremo Nº315 del año 2010, ambos del Ministerio de

Educación y que se refieren a exigencias de infraestructura

que deben cumplir los establecimientos educacionales,

tópico respecto del cual no se ha establecido hecho alguno

que dé cuenta de un incumplimiento del municipio, que

genere la responsabilidad que se demanda.

2º Que de ello se sigue que el recurso de casación

carece de los antecedentes fácticos que autorizarían a

acudir a los preceptos que se denuncian infringidos,

situación que no es posible variar desde que esta Corte de

casación no puede modificar los hechos que han fijado los

magistrados del fondo en uso de sus atribuciones legales,

estableciendo otros, puesto que tal finalidad es ajena a un

recurso de esta especie, destinado a invalidar una

sentencia en los casos expresamente establecidos por la

ley; esto es, en la casación se analiza la legalidad de una

sentencia, lo que significa verificar un escrutinio

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respecto de la aplicación correcta de la ley y el derecho,

pero los hechos tal y como los han dado por probados los

magistrados a cargo de la instancia no son susceptibles de

ser modificados por esta Magistratura, a menos que se haya

denunciado y comprobado la efectiva infracción de normas

reguladoras del valor de la prueba, cuyo no es el caso de

autos.

3º Que, en consecuencia, en concepto de estos

disidentes no es posible advertir la concurrencia de los

vicios que sustentan el recurso de nulidad en examen, el

que, de consiguiente, no puede prosperar.

Regístrese.

Redacción a cargo del Ministro señor Prado y la

disidencia, de sus autores.

Rol Nº 23.078-2018.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema


integrada por los Ministros (a) Sra. María Eugenia Sandoval
G., Sr. Carlos Aránguiz Z., Sr. Arturo Prado P. y los
Abogados Integrantes Sr. Jorge Lagos G. y Sr. Antonio Barra
R. No firman, no obstante haber concurrido a la vista y al
acuerdo de la causa, el Ministro señor Aránguiz por estar
con licencia médica y el Abogado Integrante señor Barra por
haberse ausentado. Santiago, 25 de octubre de 2019.

MARIA EUGENIA SANDOVAL GOUET ARTURO JOSE PRADO PUGA


MINISTRA MINISTRO
Fecha: 25/10/2019 14:14:46 Fecha: 25/10/2019 14:17:16

VPBXNXNXPM
JORGE LAGOS GATICA
ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 25/10/2019 14:17:17

VPBXNXNXPM
Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

JORGE EDUARDO SAEZ MARTIN


MINISTRO DE FE
Fecha: 25/10/2019 14:20:34

En Santiago, a veinticinco de octubre de dos mil diecinueve, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

JORGE EDUARDO SAEZ MARTIN


MINISTRO DE FE
Fecha: 25/10/2019 14:20:34

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. VPBXNXNXPM
1

Santiago, veinticinco de octubre de dos mil diecinueve.

En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del

Código de Procedimiento Civil se dicta la siguiente

sentencia de reemplazo.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de

sus motivos décimo tercero a décima séptimo, que se

eliminan.

Se reproducen, asimismo, los razonamientos cuarto a

séptimo del fallo de casación que antecede.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:

1° Que esta Corte ha señalado reiteradamente que la

falta de servicio “se presenta como una deficiencia o mal

funcionamiento del Servicio en relación a la conducta

normal que se espera de él, estimándose que ello concurre

cuando aquel no funciona debiendo hacerlo y cuando funciona

irregular o tardíamente, operando así como un factor de

imputación que genera la consecuente responsabilidad

indemnizatoria, conforme lo dispone expresamente el

artículo 42 de la Ley N° 18.575” (Corte Suprema, Rol 9.554-

2012, 10 de junio de 2013, considerando undécimo). En este

sentido, habrá de resaltarse que la omisión o abstención de

un deber jurídico de la Administración generará

responsabilidad para aquella si se trata del incumplimiento

de un deber impuesto por el ordenamiento jurídico. En otras

palabras, cuando se constate la ausencia de actividad del

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órgano del Estado debiendo existir aquélla, disponiendo de

los medios para ello.

En materia municipal, el principio anterior se halla

plasmado en el artículo 152 de la Ley Nº18.695, conforme al

cual: “Las municipalidades incurrirán en responsabilidad

por los daños que causen, la que procederá principalmente

por falta de servicio”.

2° Que la falta de servicio que se configura en la

especie, radica en que el Liceo Politécnico Irineo Badilla

Fuentes, cuyo sostenedor es la Municipalidad de Linares,

incumplió con su deber de velar por la seguridad y la

integridad física y psíquica de sus alumnos, al no adoptar

las medidas que impidieran de manera eficaz que el día 27

de agosto de 2014 el alumno N.E.L.A. mantuviera una

discusión con Cristian San Martín Alvial, amenazándolo de

muerte. Luego, el primero de ellos abandonó el colegio por

una vía no destinada al efecto, manteniéndose ausente de

clases por un lapso de, a lo menos, dos horas. Transcurrido

dicho tiempo, el pupilo vuelve al establecimiento portando

un arma de fuego, oportunidad en la cual materializa su

amenaza y dispara contra Cristian San Martín, causándole

heridas que le provocan la muerte el mismo día.

3° Que el buen funcionamiento del establecimiento

educacional Liceo Politécnico Irineo Badilla Fuentes,

dependiente de la demandada, implicaba en este caso que sus

funcionarios realizaran todas las acciones tendientes a de

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velar por la seguridad de los alumnos, empleando el cuidado

necesario para prevenir eficazmente que quedaren expuestos

y sin vigilancia ante otros miembros de la comunidad

educativa que pudieren agredirlos. En otras palabras, el

administrador del establecimiento educacional debía aplicar

un cuidado elevado con miras a proteger la vida e

integridad de sus estudiantes, al tenor de lo dispuesto en

los artículos 10, 16 C y 16 D de la Ley N°20.370, los

cuales tienen como contrapartida el derecho de los alumnos

a recibir una educación que les ofrezca oportunidades para

su formación y desarrollo integral.

En efecto, los funcionarios del liceo no advirtieron

la existencia de una discusión entre los dos alumnos en

horas de la mañana, como tampoco tomaron medidas ante la

advertencia de que uno de ellos se había fugado del

establecimiento, todo lo cual derivó en que tampoco se

tomara noticia de su regreso por una vía no destinada al

efecto y portando un armamento de fuego, todo lo cual

habría evitado que Cristian San Martín sufriera las

lesiones que finalmente llevaron a su fallecimiento,

omisiones que implican un mal funcionamiento del

establecimiento, configurándose así una falta de servicio

en los términos de los artículos 4 y 42 de la Ley N°18.575.

4° Que, en estas condiciones, la falta de servicio

anteriormente anotada importó el fallecimiento de uno de

los alumnos, en dependencias del establecimiento

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educacional y mientras se encontraba bajo el cuidado de la

demandada.

5° Que la actora es la madre del estudiante fallecido

y refiere que estos hechos le han causado un daño moral

producto de la muerte de uno de sus hijos que, en esa

fecha, tenía 18 años. Sobre el particular, declaran cuatro

testigos, quienes de manera conteste refieren un cambio

emocional luego de ocurridos estos hechos, no sólo en la

actora sino también en su grupo familiar. En particular, la

demandante ha requerido tratamiento psicológico y

medicamentos al igual que uno de sus hijos.

Explica uno de los deponentes que el occiso era el

hijo mayor, lo cual motivó alteraciones conductuales en

toda la familia, puesto que se trataba de quien cuidaba a

sus hermanos de 15, 12, 10 y 3 años y ayudaba a su madre

con las labores del hogar.

6° Que, sobre este último tópico, resulta necesario

consignar que, si bien en nuestra legislación no se

encuentra un concepto unívoco de lo que se entiende por

daño moral, su acepción más restringida elaborada por la

doctrina se relaciona con el pesar, dolor o aflicción que

experimenta la víctima y que se conoce como pretium

doloris. Sin embargo, esta visión ha dado paso, tanto en la

doctrina como en la jurisprudencia, a considerar una

concepción más amplia de tal concepto, a fin de reparar

todas las especies de perjuicios morales y no sólo el

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pretium doloris, toda vez que en cada una de ellas hay

atentados a intereses extrapatrimoniales diversos.

Así, la profesora Carmen Domínguez Hidalgo ha

manifestado sobre el punto: "Estamos con aquellos que

conciben el daño moral del modo más amplio posible,

incluyendo allí todo daño a la persona en sí misma -física

o psíquica-, como todo atentado contra sus intereses

extrapatrimoniales. Comprende pues el daño moral todo

menoscabo del cuerpo humano, considerado como un valor en

sí y con independencia de sus alcances patrimoniales". Y

agrega: "En suma, el daño moral estará constituido por el

menoscabo de un bien no patrimonial que irroga una lesión a

un interés moral por una que se encontraba obligada a

respetarlo". (En "El Daño Moral", tomo I, Editorial

Jurídica de Chile, 2002, páginas 83 y 84).

7° Que, en el caso concreto, el daño moral que alega

la demandante consiste, equivale y tiene su fundamento en

la angustia y desconsuelo que ha debido soportar como

consecuencia del deficiente e irregular servicio que la

demandada prestó en relación al resguardo de la integridad

de su hijo, quien era alumno regular del liceo Irineo

Badilla Fuentes, dependiente de la Municipalidad de

Linares, lo cual se tradujo en su muerte inesperada, con el

dolor, sufrimiento y detrimento emocional que ello supone

para una madre, a la vez que alteró sus planes y

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condiciones de vida en las condiciones descritas más

arriba.

Dichos padecimientos proceden directamente del actuar

imperfecto de la demandada en el cumplimiento de sus

obligaciones legales, de manera ha quedado establecida la

existencia de un vínculo causal entre la falta de servicio

en que incurrió el demandado y el resultado dañoso sufrido

por la actora, consistente en el perjuicio moral cuya

compensación demanda; el cual estos sentenciadores estiman

prudencialmente resarcido con la cantidad de $50.000.000

(cincuenta millones de pesos).

Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 186 del

Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia

apelada de veintisiete de febrero de dos mil diecisiete,

escrita a fojas 377 y siguientes, y, en su lugar, se

declara que se acoge la demanda deducida en lo principal de

fojas 1 sólo en cuanto se condena a la Municipalidad de

Linares a pagar a la demandante la cantidad de $50.000.000

(cincuenta millones de pesos) por concepto de daño moral.

Dicha cantidad deberá solucionarse reajustada de

acuerdo a la variación que experimente el Índice de Precios

al Consumidor desde la fecha de esta sentencia y hasta la

del pago efectivo, más el interés corriente para

operaciones reajustables que devengue la señalada suma de

dinero desde que el deudor incurra en mora, en el evento

que ello acontezca, y hasta su pago efectivo.

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7

Acordada con el voto en contra del Ministro señor

Aránguiz y el Abogado Integrante señor Lagos, quienes

estuvieron por confirmar el fallo apelado y rechazar la

demanda interpuesta, en virtud de lo indicado en la

disidencia del fallo de casación que antecede.

Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo del Ministro señor Prado y la

disidencia, de sus autores.

Rol N° 23.078-2018.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema


integrada por los Ministros (a) Sra. María Eugenia Sandoval
G., Sr. Carlos Aránguiz Z., Sr. Arturo Prado P. y los
Abogados Integrantes Sr. Jorge Lagos G. y Sr. Antonio Barra
R. No firman, no obstante haber concurrido a la vista y al
acuerdo de la causa, el Ministro señor Aránguiz por estar
con licencia médica y el Abogado Integrante señor Barra por
haberse ausentado. Santiago, 25 de octubre de 2019.

MARIA EUGENIA SANDOVAL GOUET ARTURO JOSE PRADO PUGA


MINISTRA MINISTRO
Fecha: 25/10/2019 14:14:47 Fecha: 25/10/2019 14:17:17

JORGE LAGOS GATICA


ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 25/10/2019 14:17:18

XSXXNXMLPM
Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

JORGE EDUARDO SAEZ MARTIN


MINISTRO DE FE
Fecha: 25/10/2019 14:20:35

En Santiago, a veinticinco de octubre de dos mil diecinueve, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

JORGE EDUARDO SAEZ MARTIN


MINISTRO DE FE
Fecha: 25/10/2019 14:20:36

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. XSXXNXMLPM

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