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RESUMEN PRIMER PARCIAL TEORIA DEL ESTADO CATEDRA: DE LUCA-NEGRO

PERRY ANDERSON
EL ESTADO ABSOLUTISTA EN EL OCCIDENTE
La larga crisis de la economía y la sociedad europea durante los siglos XVI y XV puso de manifiesto
las dificultades del modo de producción feudal. El Resultado de estas distintas crisis fue el
surgimiento del Estado Absolutista en Occidente. Las monarquías centralizadas de Europa
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representaron una ruptura directa con la soberanía piramidal y fragmentada de la Edad Media.
Existe la controversia sobre el inicio de las monarquías, ya que Engels en una frase célebre
determino que estas son producto de un equilibrio entre la vieja nobleza feudal y la nueva
burguesía urbana. La monarquía absoluta de los siglos XVII y XVIII mantenía a nivel la balanza entre
la nobleza y el Estado llano. Engels menciona en una de sus tesis que la condición fundamental de
la antigua monarquía absoluta era el equilibrio entre la nobleza terrateniente y la burguesía.
Esta clasificación del absolutismo como una balanza política entre la nobleza y la burguesía, se
convierte en una designación implícita o explicita como un tipo de Estado burgués. Esto se
evidencia en el “manifiesto comunista” donde la función política de la burguesía se caracteriza
como “contrapeso” de la nobleza en las monarquías feudales.
Engels se refiere a la época del absolutismo como la era en que la nobleza feudal fue obligada a
entender que su dominación política y social, había terminado. Marx, por otro lado, afirma que las
estructuras administrativas del nuevo Estado Absoluto eran definitivamente un instrumento de la
burguesía y también afirmo en otras oportunidades que el poder estatal centralizado con sus
órganos omnipotentes [órganos creados con arreglo a un plan de división jerárquica del trabajo],
proceden de los tiempos de la monarquía absoluta, y sirvió para la burguesía como un arma
poderosa para combatir contra el feudalismo.
Todas estas reflexiones sobre el absolutismo surgieron de la nada o haciendo referencia a otras
cosas, el problema fue que ninguno de los fundadores del materialismo histórico realizo una
teorización de las nuevas monarquías centralizadas que surgieron en la Europa del Renacimiento.
Para poder debatir la naturaleza social del absolutismo es necesario comprender la transición del
feudalismo al capitalismo y de sus respectivos sistemas políticos. Por un lado, las monarquías
absolutas introdujeron unos ejércitos y una burocracia permanente, un sistema nacional de
impuestos, un derecho codificado y los comienzos de un mercado unificado. Todas estas
características coindicen con el capitalismo, al desaparecer la servidumbre (institución del
feudalismo) puede darse a entender que, las teorías de Marx y Engels de que el absolutismo era un
equilibrio entre la burguesía y la nobleza son teorías magnificas e impresionantes. Sin embargo, un
estudio más minucioso sobre las estructuras de los Estados absolutistas de Europa Occidental niega
inevitablemente esas teorías. Por ejemplo, el fin de la servidumbre, no significó el fin de las
relaciones feudales que existían en el campo, es decir, que mientras el trabajo no se separó de las
condiciones sociales de su existencia para transformarse en “fuerza de trabajo”, las relaciones de
producción rurales continuaron siendo feudales. Durante toda la temprana Edad Moderna, la clase
económica y políticamente dominante fue la Aristocracia Feudal. Esta nobleza sufrió varios cambios
durante las épocas posteriores de la Edad Moderna, pero aun así permaneció en su lugar sobre el
dominio del poder político.
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Los cambios que surgieron en las formas de explotación feudal al final de la época medieval fueron
muy importantes, esos mismos cambios fueron los que modificaron las formas del Estado. El
absolutismo fue esencialmente eso: un aparato reorganizado y potenciado de dominación feudal,
destinado a mantener las masas campesinas en su posición social tradicional. Definitivamente, el
Estado absolutista no fue un mediador entre la burguesía y la aristocracia, ni mucho menos el
nacimiento de una contra otra, sino que fue un nuevo caparazón político de una nobleza amenazada.
Hill resumía el consenso de una generación de historiadores: “la monarquía absoluta fue una forma
diferente de monarquía feudal, ya que la clase dominante continuó siendo la misma. Althusser 2

determina que el régimen político de la monarquía absoluta es una nueva forma política para
mantener el dominio y explotación feudal en un periodo de desarrollo de los mercados.
El feudalismo como modo de producción se definía originariamente por una unidad orgánica de
economía y política, paradójicamente se distribuía en una cadena de soberanías dispersadas. La
servidumbre servía para la explotación económica y la coerción político-legal. El poder de clase de
los señores feudales fue amenazado con la desaparición gradual de la servidumbre, el resultado fue
la coerción política de forma ascendente hacia una cima centralizada y militarizada (Estado
absolutista). El resultado de todo este proceso fue un nuevo aparato de poder real, cuya función era
la represión de las masas campesinas.
El complemento objetivo de la concentración política del poder en una monarquía centralizada fue
la consolidación de las unidades de propiedad feudal. Con la reorganización del sistema político
feudal y la disolución del sistema original de feudos, la propiedad de la tierra tendió a hacerse menos
condicional al mismo tiempo que la soberanía se hacía correlativamente más absoluta. Al mismo
tiempo, la aristocracia tenía que adaptarse a un nuevo antagonista: la burguesía mercantil.
Cuando los Estados absolutistas quedaron constituidos en Occidente, su estructura estaba
determinada fundamentalmente por el reagrupamiento feudal contra el campesinado, tras la
disolución de la servidumbre.
Las fuerzas que produjeron las nuevas monarquías europeas renacentistas encontraron una sola
condensación jurídica. El resurgimiento del derecho romano, del cual dio forma a la estructura del
Estado absolutista, que comprendía las dos clases sociales de la época. El triunfo jurídico del derecho
romano se dio en la era del Renacimiento, correlativamente con el absolutismo. En cuanto a lo
económico, el derecho civil clásico romano favoreció el desarrollo del capital libre en la ciudad y en
el campo, puesto que el distintivo civil romano era la concepción de la propiedad privada absoluta
e incondicional. El resurgir del derecho romano condujo a los juristas a delimitar y solidificar los
conceptos de propiedad.
En las mismas ciudades donde había surgido este innovado derecho romano, también surgió el
derecho comercial muy desarrollado. El intercambio de mercancía había alcanzado un considerable
dinamismo en la época medieval y algunas expresiones legales estaban más avanzadas que el
derecho romano.
La recepción del derecho romano en la Europa renacentista fue un signo de expansión de las
relaciones capitalistas en las ciudades y en el campo.
El implemento del derecho romano en la monarquía hace hincapié en la necesidad de aumentar el
poder del mismo estado absoluto. Es así que el sistema legal romano se dividía en dos sectores, el
2
primero (JUS) era el derecho civil que regulaba las transacciones económicas de los ciudadanos y
luego(LEX) estaba el derecho público que regía las relaciones políticas entre el Estado y sus súbditos.
El principal efecto de la modernización jurídica fue, pues, el reforzamiento del dominio de la clase
feudal tradicional. Esto puede verse con toda claridad en el estudio de las innovaciones
institucionales que anunciaron y tipificaron su llegada.
La nobleza fue una clase terrateniente cuya profesión era la guerra. El medio típico de la
confrontación Inter feudal era militar y su estructura era la de un conflicto en el campo de batalla 3
por lo que se perdían o ganaban cantidades fijas de tierras. El objeto categorial de la dominación
nobiliaria era el territorio independientemente de la comunidad que lo habitase.

Josep Vallés
Capítulo 5
A lo largo de la historia, han surgido varios esquemas políticos diferenciados por los años en los que
transcurrieron. Son organizaciones o estructuras a los que se le han juntado varias experiencias
políticas que la historia mundial registra. Existen variedad de formas de organización de la política,
y para Vallés son importante dos cuestiones referidas a los cambios y la variedad de estas formas.
Una es, si se puede explicar el cambio y la sucesión de estas formas históricas, y otra es si es posible
ordenar o clasificar su variedad, y dependiendo que criterios.

¿Por qué cambian las estructuras políticas?


A lo largo de los 10.000 años de experiencia política, el ser humano se ha organizado de diferentes
maneras, desde situaciones elementales entre vecinos, como también disputas entre grandes
situaciones internacionales. La teoría social y la política han elaborado varios modelos explicativos
sobre las transformaciones y las evoluciones de los sistemas políticos a lo largo de la historia. Se
pueden identificar cuatro corrientes de pensamiento que atribuyen el cambio a un factor principal
diferente:
 El factor de cambio surge en el perfeccionamiento de la división social del trabajo, que sucede
en una comunidad de actores interdependientes. Esto lleva a la aparición de nuevos órganos
y a su combinación en estructuras diferentes. Mientras más se avanza hacia la especialización
de la función política, más se progresa en el ámbito en el cual el sujeto individual es actor
político. Durkheim se inspira en esta aproximación.
 El motor de la evolución de las formas políticas es la modificación de la forma de organización
económica o modo de producción. En cada tipo de organización económica debe haber
instrumentos coactivos para asegurar la distribución de los recursos y para legitimas dicha
distribución totalmente desigual entre los miembros de una comunidad. Cuando hay un
desajuste entre el modo de producción y el funcionamiento del medio de dominación política
se provoca una crisis o ruptura revolucionaria de la que nace la nueva forma política. Esta
visión puede relacionarse con la de Marx.
 La transformación de las estructuras políticas puede deberse también a la evolución de los
medios de dominación que cambian en paralelo al modelo de producción económica. Así el
capitalismo se reforzaría y ayudaría a la racionalización política, ley escrita, burocracia, etc.
3
Esta visión no es rupturista o revolucionaria, si no que el cambio es dinámico y va
adaptándose a medida que el capitalismo refuerza al poder político. Weber y Parsons
comparten esta corriente.
 Por último, esta corriente cree que la competencia entre comunidades por el control de los
recursos naturales, y luego el dominio de las rutas comerciales, impulsan a cada una a crear
o solidificar un aparato militar. Y a su vez para mantenerse, este mismo aparato precisa una
estructura política para poder adaptarse a las condiciones de la guerra. Esta última modifica
a lo largo de la historia las características e impulsa los cambios en las estructuras políticas. 4

De esta visión surgen otras relacionadas con Darwin, pero principalmente por Gumplowicz y
Spencer.

Autonomía de la política y concentración de la coacción: dos criterios para su clasificación.


¿Cuáles son las características que nos permiten distinguir entre unas formas de organización de
otras?, aquí se eligen dos criterios: uno es el grado de autonomía institucional que se otorga a la
política, y el otro es el modo en que la coacción se distribuye en el seno de la comunidad.
 Por un lado, se puede imaginar una escala en la cual un extremo de ella corresponde a una
situación donde la política no se distingue de otras actividades colectivas. Por ende, puede
afirmarse que entonces la política no existe o que se disuelve entre las otras actividades de
la colectividad. En este caso resulta obvio ver que no hay individuos o grupos especializados
para la toma de decisiones de la comunidad. Y si esto pasara se basarían en sus cualidades
personales y no en normas especiales instaladas previamente en esa sociedad. En este caso
no se da una institucionalización política.
 En el otro extremo de la escala se puede ver otra situación en donde la gestión de los
conflictos sociales se desarrolla en un ámbito especifico. Aparecen agentes especializados a
los que se les confía un lugar sumamente importante dentro del ámbito político. Aquí se
reconoce un espacio propiamente dicho de la política, es decir, se da una autonomía
institucional de la política por sobre otras interacciones sociales.
Dentro de estos dos extremos de la escala, se encuentran las diferentes organizaciones políticas
conocidas.
Por otro lado, se sabe que la política incorpora a sí misma como algo esencial la capacidad de
coacción: la eficacia de la intervención de esta depende de su capacidad de obligar por la fuerza si
es necesario. ¿en qué manos se deposita este recurso? ¿Cómo se distribuye? Vallés, elabora una
segunda escala o dimensión para clasificar las distintas formas de organización política a través de
la historia, incluyendo el grado de dispersión o de concentración de la coacción.
 En un extremo de esta escala se encuentran aquellas estructuras políticas en las que la
capacidad de obligar a la fuerza es reclamada y ejercida por varios actores, que pueden
utilizar la fuerza cuando lo consideren necesario.
 En el otro extremo se sitúan aquellos sistemas políticos donde el recurso de la fuerza es
monopolio de un actor único que ha obtenido este recurso en su totalidad, gracias a sus
recursos económicos, ideológicos, etc. El Estado es la forma política que se puede asimilar

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con este último “monopolio” de la coacción legitima a costa de otros actores sociales. Este
monopolio estatal puede ser más que algo ideológico que una realidad, ya que en algunos
casos la situación se aproxima a este monopolio, pero en otros países, el Estado sigue
compitiendo con otros actores sociales que se abalanzan sobre el Estado para ejercer la
coacción a su manera.

Una tipología ideal.


Si se combinan ambas dimensiones, se puede construir un espacio en el cual se pueden ubicar 5

las diferentes formas históricas fabricando así una tipología esquemática. Se trata de formas
ideales. Pero a partir de los Estados que conocemos, se han ido construyendo los demás tipos, a
continuación, se mencionan las características de cuatro de ellos:
 Las llamadas sociedades tribales o prepolíticas se encuentran en el punto 0 de ambas
dimensiones. La política no presenta autonomía institucional ni la coacción está reservada a
ningún agente particular. Corresponde a las tribus nómades. Son colectividades en la cual la
amenaza a la supervivencia del grupo es neutralizada por la acción colectiva y solidaria. Con
lo cual, si se precia aplicar cierto carácter de violencia, esta es ejercida por todo el grupo. No
hay conflictividad interna ya que saben que sin cohesión no hay supervivencia.
 La “ciudad” o la polis, es la forma política que acompaña a la expansión de la agricultura. Los
pequeños asentamientos preagrícolas se convierten ahora en centros más poblados a los que
se llaman ciudades. En estas sociedades productoras de un excedente económico se ponen
en marcha mecanismos de acumulación y redistribución que hoy se denominarían políticas.
Con esta forma de organización, las posiciones sociales se estratifican. La jerarquía religiosa
se diferencia de la política. La lealtad política no está vinculada al parentesco, sino a las
ciudades. Los derechos políticos se extienden a todos los ciudadanos participantes.
 Bajo la dominación de “imperio”. Lo que caracteriza a este modelo es la existencia de una
organización política integrada que actúa en un ámbito territorial mucho más amplio que las
ciudades. En la cúspide de esta organización se sitúa una figura al que se le atribuye el control
de la coacción y se rodea de instrumentos de dominación. Existieron dos subtipos de
experiencias imperiales: el primero [clientelar-patrimonial] es de los imperios de conquista
con los cual hay fuertes vínculos entre sí. Ofrecen protección a las ciudades a cambio de
sumisión y tributos. Son organizaciones territorialmente poco definidas. El segundo subtipo
[burocrático-territorial], aquí el centro político se propone integrar territorios y poblaciones
mediante su sujeción a pautas comunes como idioma, leyes, religión, etc. En estos casos el
emperador no solo debe armarse de un gran ejército, sino que también de un aparato
burocrático encargado de administrar comunicaciones entre territorios.
 Las poliarquías feudales se sitúan en intensidades bajas tanto en la distinción entre política y
economía como en la concentración de la capacidad de coacción. Estas se tratan
principalmente de un sistema con varios centros de poder de carácter fundamentalmente
militar ligados entre sí. Cada uno de estos centros cuenta con su instrumento de coacción.
Esta capacidad política está ligada al dominio de la tierra como principal recurso productivo.
 Las monarquías estamentales se configuran entre medio del feudalismo y del estado absoluto
que tomara su forma tiempo más adelante. Se caracterizan por el papel político otorgado a
los estamentos que cuentan con un reconocimiento jurídico-social. El factor que aumenta la

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aparición de esta organización política es la consolidación de las ciudades. Economía más
compleja con un tráfico comercial mucho más intenso. Este tipo de sociedad ya no se basa
en la existencia de una asociación de magnates vinculados entre sí por lazos feudales. En la
monarquía estamental se asiste a los primeros intentos en concentrar la mayor capacidad
coactiva en el poder del rey.

Josep Vallés Capítulo 10


6
Los elementos constitutivos del estado: población, territorio, soberanía:
Los elementos básicos de la arquitectura estatal.

La política aparece como una estructura dotada de cierta fijeza y continuidad. En esta estructura
toman cuerpo determinados componentes fijos, y una serie de pautas. Es esta la “arquitectura
permanente de la política”.
Los tres componentes básicos del estado son:
 Una comunidad humana
 Un territorio delimitado
 Y la soberanía, entendida como la capacidad exclusiva de imponer decisiones coactivas a toda
la comunidad.
Una población identificada:
Desde las formas políticas más rudimentarias del pasado, hasta las más complejas de la actualidad,
no ha habido ni hay organización política sin comunidad humana.
En las formas políticas preestatales, el linaje o el vínculo de sangre podía señalar la pertenencia a
una misma entidad política. Mas adelante fue un contrato personas de protección-vasallaje el que
identificaba a determinados individuos como sujetos de una misma autoridad política. En el caso del
Estado, se mostrará el factor que depende la pertenencia de un individuo a una particular
comunidad humana:

 A diferencia de lo que ocurre en una ciudad, los “ciudadanos del estado” no son todos los
que viven en su territorio: están excluidos de esta condición los extranjeros. Por otra parte,
hay también ciudadanos que no son habitantes, porque residen habitualmente fuera del
territorio estatal. La regla general es el nacimiento en un estado determinado, pero puede
derivar también de la condición de sus padres: los hijos de un miembro de la comunidad
estatal son generalmente considerados como pertenecientes a la misma.
 Los miembros de la comunidad estatal se distinguen por gozar de ciertos derechos y estar
sujetos a determinadas obligaciones. Los extranjeros van adquiriendo también derechos
antes reservados a los ciudadanos: prestaciones sociales, educación y sanidad gratuita. En
determinados casos han conseguido incluso derechos políticos.
La pertenencia a un estado equivale a disfrutar de un estatuto o posición -la ciudadanía- que
comparten todos los miembros de la comunidad política. Este estatuto de ciudadanía es calificado
a menudo como “nacionalidad”. Esta relación entre ciudadanía y nacionalidad se explica por el

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hecho de que estado y nación aparecen como conceptos vinculados, a veces en armonía y a veces
en conflicto.
Construyendo naciones y fabricando estados:
Desde finales del siglo XVIII el término nación empezó a ser utilizado para designar a la comunidad
que forma el sustrato humano a la que el estado pretende organizar. Este uso político del término
es posterior a la aparición del mismo Estado. Sin embargo, el concepto de nación y su contenido han
sido motivo de discrepancias. 7

Dos son los contenidos que se le han atribuido al concepto de Nación:


 Para una tradición de origen francés, la nación está constituida por todos aquellos que
manifiestan la voluntad de convivir en una misma comunidad política, al margen y por encima
de diferencias religiosas, culturales, lingüísticas o étnicas. Existe nación cuando existe
voluntad compartida de ejercer colectivamente el poder político. Por esta razón se afirma
que la nación equivale a un “plebiscito cotidiano”.
 Para la tradición de origen germánico, la nación tiene en cambio un fundamento sustantivo.
Incluso sin tener conciencia de ello, quienes participan de determinados rasgos constituirían
una nación, porque estos elementos objetivos son la expresión de un “espíritu o alma
colectiva”. Para esta visión, la fuerza de este espíritu es tal que quienes participan de aquellas
características pueden ser nación casi sin saberlo ni quererlo.
En términos generales, se distinguen dos procesos diferentes: en el primero, el estado precede a la
conciencia de nación, mientras que en el segundo es la nación la que conduce hacia el estado.
 Allí donde el estado se constituyó antes que la política echara mano del concepto de nación
fueron los poderes estatales los que impulsaron la construcción de la nación como una
“comunidad imaginaria” a la que se adjudicaban determinados atributos diferenciadores. En
la práctica, ha sido obra del grupo dominante en cada estado decidir estas señas de identidad.
De este modo la nación se va construyendo desde el mismo estado.
 En otras situaciones en cambio, la comunidad nacional -una “comunidad de sentimientos” ha
precedido a la existencia del estado. La movilización de un colectivo en torno a determinadas
señas compartidas de identidad, se convierten en algún momento en reivindicación de
personalidad política. Este es el sentido de los movimientos y partidos nacionalistas que en
su mayoría aspiran a la construcción de su propio estado.
En el primer caso – cuando el estado precede a la nación – la consigna implícita es que cada estado
debe contar con su propia nación. Predomina, por lo tanto, el esfuerzo por construir la nación. El -
nation-building- a partir de los instrumentos estatales con que cuentan el grupo o los grupos
hegemónicos. En el segundo caso – cuando el sentimiento nacional precede al estado – se trata de
que cada nación consiga su propio estado. Por ello se persigue la constitución de un estado propio
y de sus instituciones -state building- a partir de la capacidad de movilización que poseen los grupos
dinamizadores del sentimiento de identidad nacional.
Tanto la nación como el estado son entidades “artificiales” es decir, construidas por la acción
humana.

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El difícil ajuste entre estados y naciones:
 En muy pocas ocasiones se da una correspondencia exacta entre una entidad estatal única y
una sola identidad nacional, asumida por toda la población.
 En la mayoría de los casos, la población de un mismo estado expresa adhesión a identidades
colectivas diferentes. En ocasiones esta pluralidad es asumida sin demasiada tensión. En
otras, en cambio puede conducir a situaciones de conflicto e incluso de enfrentamiento
armado.
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 Finalmente puede darse la situación de identidades nacionales que son asumidas por toda la
población de más de un estado.
El ajuste entre organizaciones estatales e identidades nacionales es fuente de conflictos políticos.
En las dos últimas décadas del siglo XX se han intensificado los conflictos de esta naturaleza. A
continuación, los factores:

 La descolonización: este proceso dio lugar a la creación de entidades políticas que no se


sustentaban sobre una sola identidad nacional compartida.
 La desintegración de la URSS: a partir de 1989 género o reabrió procesos de ajuste entre los
estados y sus poblaciones en Europa central y oriental.
 La llamada globalización económica, cultural y estratégica: que ha suscitado sentimientos
de afirmación de la diferencia y del sentimiento de identidad, ante la amenaza de
desaparición de algunos de los rasgos propios de cada grupo.
 Las migraciones de masas: es la relativa cohesión de las poblaciones de algunos estados se
ve ahora modificada por la presencia de poblaciones inmigradas con idiomas, hábitos y
religiones diferentes. Se trata de poblaciones diferenciadas, con voluntad de permanencia en
su lugar de arribada y no de retorno a su país de origen.
¿Estados nacionales o estados “laicos”?
La crisis del estado como forma de organización política, también ha repercutido sobre la vinculación
que mantiene con su componente humano.
En la actualidad, la mayor conciencia de diversidad que experimentan las poblaciones de un mismo
estado está llevando a otras interpretaciones de la relación entre estados y naciones.
 Una primera interpretación subraya que la relación entre el estado y su población debe
fundarse en una comunidad de derechos y deberes de ciudadanía. El Estado debería ignorar
las identidades nacionales y hacerse “laico” en materia nacional, del mismo modo que ignoro
hoy las creencias de cada uno y ha llegado a hacerse laico en materia religiosa.
 Una segunda línea constata que el estado está perdiendo su condición de escenario político
principal y afirma la pluralidad de las identidades “posestatales”. Desde este punto de vista,
la relación de la población con su estado va equiparándose en importancia a otras
identidades: la que surge de la relación que un individuo mantiene con la ciudad en que vive
con el marco supraestatal en que se integra.

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Un espacio delimitado:
Mientras que ninguna forma política ha podido prescindir de la población, son numerosas las que
durante siglos pudieron prescindir del elemento territorial: las agrupaciones nómadas no tenían
referencias espaciales y se desplazaban según las necesidades de su propia supervivencia.
El estado se ha caracterizado por delimitar claramente el espacio de su actuación: marca un ámbito
físico mediante el trazado de fronteras.
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 Este dominio estatal afecta tanto a la superficie como el subsuelo. Se extiende también al
espacio aéreo que sobrevuela el marco territorial.
 La delimitación del espacio estatal ha sido un asunto conflictivo. Se han identificado a
menudo las fronteras en función de los llamados “accidentes naturales”, o en base a medidas
geográficas. Pero esta justificación de los limites estatales oculta razones políticas.
 La importancia del factor espacio ha sido decisiva en la consolidación del sistema de estados.
En las monarquías preestatales el territorio quedaba sujeto a la libre disposición de los
monarcas. En cambio, el estado hace del territorio un elemento constitutivo e inalienable. No
es susceptible de permuta, venta o cesión como si se trata de un patrimonio privado.
 Las guerras entre estados han sido el agente principal de las modificaciones territoriales.
La internalización de la actividad financiera y económica ignora a menudo las fronteras territoriales.
Los procesos de integración política, comercial y económica difuminan efectivamente los marcos
territoriales estatales y los hacen mucho más permeables.

La capacidad de coacción: el principio de soberanía:


el tercer elemento constitutivo que caracteriza al estado es la capacidad exclusiva de tomar
decisiones vinculantes para esta población y en el marco de aquel territorio. Desde el siglo XVII esta
aptitud recibe el nombre de SOBERANIA. La soberanía es la cualidad que dota a la entidad estatal
de un poder originario, no dependiente ni interna ni externamente de otra autoridad, confiriéndole
un derecho indiscutido a usar si es necesario la violencia.
En su vertiente interna, se entiende que el estado es soberano porque en principio, puede y debe
imponerse a cualquier otra fuente de autoridad.
Al mismo tiempo, en su vertiente externa, el estado en cuanto soberano no admite el dominio de
otra autoridad ajena.
Sin embargo, el concepto de la soberanía estatal ha sido también uno de los más discutidos y uno
de los que más confusión ha creado. Hay varias razones de esta confusión:
 En primer lugar y en su dimensión exterior, es fácil comprobar la existencia de restricciones
que se imponen desde fuera a la acción del estado. Estas restricciones corrigen la idea original
de la soberanía como un poder insuperable e ilimitado.
 Pero la reducción de la soberanía se produce también de facto cuando otros poderes externos
son capaces de modificar las políticas de un estado pretendidamente soberano, ya sea
mediante la violencia armada o su amenaza, ya sea mediante la presión económica o
mediática. La forma más directa de limitación es la intervención que en un territorio estatal
llevan a cabo otros estados o una organización internacional.
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En los últimos años, estos límites a la soberanía estatal han sido justificados con la elaboración del
derecho a la injerencia humanitaria. Se entiende por tal la justificación de la intervención de un
poder exterior, en el interior de otro estado con objeto de asegurar el respeto a los derechos
fundamentales y condiciones de vida amenazados o vulnerados por su propio gobierno.
Finalmente, el concepto de soberanía también plantea problemas cuando se examina la aplicación
del poder político en el propio territorio estatal. En un mismo territorio es cada vez más frecuente
la coincidencia entre autoridades con diferentes ámbitos de competencia.
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En este contexto se han elaborado nuevas nociones como la de “soberanía compartida”. Con ella se
quiere señalar la existencia de una distribución de este poder originario único entre varias entidades
políticas.

DIRK MESSNER
“La transformación del Estado y la política en el proceso de globalización”
Uno de los conceptos importantes es el de “globalización”. Otros conceptos como “internacional” y
“relaciones internacionales” se generalizaron a fines del siglo XVIII con el surgimiento de las
naciones modernas. Desde los 80 “la globalización” se convirtió en una noción clave en el debate
de las ciencias sociales, y ya en los 90 entro en el léxico cotidiano. Anthony Giddens definió a la
globalización como “la intensificación de relaciones sociales universales, a través de las cuales
lugares distantes se relacionan entre sí de tal manera que los sucesos que ocurren en un lugar
influyen en los acontecimientos en otro lugar ubicado a muchos kilómetros de distancia y
viceversa”.
La connotación separatista de las fronteras se debilita, aumenta la significación de las actividades
políticas, cada vez son más los sucesos que se perciben simultáneamente en todo el mundo y
que pueden influir con menor demora en lugares diferentes del planeta. Los motores que
impulsan ese proceso son la dinámica propia de los mercados, las nuevas tecnologías que
garantizan el establecimiento de redes globales de producción y la funcionalidad de los mercados
financieros internacionales y la “revolución de la comunicación”.
La nación como punto de referencia del sistema de coordinación político
El Estado-nación es eje y punto cardinal de nuestro sistema de coordinación político. El panorama
de la masiva globalización en el mundo actual deja ver dos tendencias principales que señalan un
cambio profundo en la política mundial: en primer lugar, las naciones ya no están solas en la
política internacional. Deben compartir el escenario global con un número creciente de actores
globales en una economía global en constante crecimiento. En segundo lugar, las líneas
divisorias entre la política interior y exterior se están difuminando cada vez más. A través de
relaciones transnacionales los actores externos se inmiscuyen crecientemente en los asuntos
“internos” de los Estados.
El Estado traza fronteras, los procesos de globalización y los fenómenos globales las disuelven y
perforan. En la “nueva era del globalismo” esa división interior y exterior conduce a una perdida
constante de la capacidad de conducción política; una crisis de los Estados y de la política podría
ser una amenaza para las democracias organizadas.

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El futuro del Estado y de la política: cuatro puntos de vista.
1) El adiós al Estado. Para algunos observadores, el advenimiento de la globalización
masiva anuncia el “adiós al Estado”. Dentro del grupo que consideran que el Estado
nacional ha sufrido una extensa perdida de significación se pueden identificar 3 tipos:
a) Grande está convencido de que los márgenes de acción político que se pierden con la
globalización pueden recuperarse con procesos de integración.
b) Con el mismo optimismo, Mathews argumenta que hay que llenar el vacío que deja tras
de sí el Estado. Caracteriza a los actores no estatales y a la sociedad civil con potestad
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de acción.
c) Guéhenno le dice “adiós al Estado” pero con su final también va a venir la “muerte a la
política y el “fin de la democracia” ya que cree que ambas solo pueden organizarse en
un ámbito nacional.
2) El Estado sigue siendo el lugar central de la política, en medio de la perdida de
gobernabilidad política. Streeck constata una apreciable perdida de sustancia de la
política nacional sobre todo a causa de la globalización económica. Sin embargo, no ve
ninguna posible iniciativa seria para recuperar los espacios de acción perdidos. Por lo
tanto, no ve alternativas a la defensa del monopolio estatal sobre la autoridad pública con
el fin de “civilizar” el capitalismo global. Para él lo único que tenemos es el Estado
democrático.
3) Las organizaciones internacionales, el multilateralismo y una política exterior
cooperativa como respuesta a la globalización. Entre los teóricos del campo de la
política exterior, se hace constar el creciente significado del multilateralismo y se exige una
política exterior más orientada a la cooperación. En estos enfoques se identifica dos
contextos de problemas: se subestiman las repercusiones de los procesos de globalización
sobre la política organizada a nivel del Estado y la necesidad de adaptación y cambio se
percibe básicamente más allá del Estado. Las políticas interiores y exteriores tradicionales
deben transformarse finalmente en un novedoso sistema de gobernabilidad global en el
cual se coordinen y se unan desde el nivel local hasta el global los intentos de conducción
política y las contribuciones para la solución de problemas internacionales y
transnacionales.
4) Transformación de la política en la arquitectura de la gobernabilidad global: los
Estados siguen siendo los actores políticos centrales, sin embargo, tienen que
transformarse a sí mismos. El Estado tiende a perder su papel como “solucionador de
problemas y competente para todos los asuntos”. El Estado de derecho legitimado
democráticamente continúa siendo la instancia decisiva que debe velar por los intereses
públicos. Pero su papel cambia. Ciertas políticas deben delegarse “hacia arriba”. Los
proyectos de integración regional ganarán importancia en todo el mundo y asumirán tareas
que hasta ahora se adjudicaban a los Estados o a la ONU. La arquitectura de la
gobernabilidad global debe construirse sobre “núcleos regionales” eficientes.
Simultáneamente los niveles locales y regionales ganan significación dentro de la nación y los
actores no estatales asumen funciones que hasta ahora se adjudicaban al Estado. En muchas
áreas políticas el Estado debe trabajar con grupos de la sociedad con el fin de desarrollar
estrategias comunes para la solución de problemas. Surgen los contornos de una sociedad en red
en la que el estado nacional cumple funciones de articulación e integración hacia dentro y hacia
afuera.

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Estructurar la transformación de la política:
En la arquitectura de la gobernabilidad global hay que desarrollar estrategias de solución para
problemas transfronterizos y globales en diversos niveles de acción a lo largo del eje local-global,
y hasta donde sea posible, vincularlas entre sí. Normalmente las instituciones políticas están
dirigidas al arreglo de problemas circunscritos geográficamente. Esas estructuras fallan o
representan impedimentos cuando ocurren problemas de nivel mundial por lo tanto se necesitan
convenios y reglamentaciones internacionales y al mismo tiempo son necesarias medidas locales
que hay que aprobar y vigilar para superar las crisis globales y locales. En la arquitectura de la
12
gobernabilidad global se deben atender cada vez más, en los diversos niveles de acción, los
problemas que surgen y actúan diagonalmente respecto de los terrenos políticos institucionales
estructurados de manera espacial.
La política va a tener lugar en estructuras horizontales y verticales cada vez más fuertes:
estructuras en redes dentro de las sociedades están adquiriendo cada vez mayor importancia. La
conducción jerárquica a través de una instancia política se convierte en excepción; sistemas de
soberanías compartidas perforan el concepto de la soberanía nacional; una estructura multinivel
de la arquitectura de la gobernabilidad global, en la que actúa una pluralidad de actores privados
y públicos, se superpone al sistema internacional del mundo de los Estados. La transformación de
la política en esa dirección está en marcha desde hace tiempo debido al proceso de globalización.
Desafíos para la gobernabilidad global:
Precisamente porque los recursos de dirección para la solución de problemas en las sociedades y
entre ellas están tan diseminados entre diferentes grupos de actores, la disposición a la
cooperación la capacidad para el compromiso y la búsqueda de “soluciones justas” llegan a ser
fundamentales para la funcionalidad de la política en la “era del globalismo”. Al mismo tiempo en
este marco argumentativo la participación, la cooperación y el compromiso social no son
primordialmente valores en sí mismos, sino sobre todo medios para la solución efectiva y eficaz
de los problemas en un mundo cada vez más interdependiente.
La gobernabilidad global enfrentara complejos retos:
En primer lugar, en el eje local-global habrá que desarrollar mecanismos y estructuras
institucionales a fin de garantizar la eficacia de la política en la arquitectura de la gobernabilidad
global. En segundo lugar, se presenta la cuestión de la transformación de la democracia en el
proceso de globalización. Aquí se perfila un arduo dilema: la legitimación de la democracia está
amenazada cuando el Estado democrático pierde capacidad de acción en vista del creciente
número de problemas que trascienden las fronteras.
En tercer lugar, se presenta la pregunta de cómo puede lograrse la integración social en un
mundo interdependiente, es decir, como se pueden movilizar y estabilizar fuerzas sociales
cohesionadas. En principio las sociedades se mantienen unidas mediante cuatro modos de
integración que se complementan entre sí y que deberían cimentarse en primer lugar en la
estructura de la arquitectura de la gobernabilidad global.
Las sociedades se mantienen unidas primeramente mediante normas y valores fundamentales y
procederes compartidos por todos. La gobernabilidad global implica que en el futuro en punto
será cada vez más el reparto de los costos y beneficios en la sociedad mundial. Las sociedades
democráticas se integran a través de sus ordenamientos jurídicos, los cuales siguen los principios
de la igualdad, establecen derechos de participación y equilibran expectativas reciprocas. Las
sociedades pluralistas se integran mediante densas redes de comunicación, múltiples estructuras
de intermediación y la construcción de la comunidad sobre la base del reconocimiento moral del
prójimo como un igual, a pesar de su diferencia.

12
Las sociedades con división del trabajo integran la dependencia reciproca de sus subsistemas
mediante interdependencias funcionales. La economía no puede funcionar sin un sistema jurídico
solido; el sistema jurídico depende del sistema político; el Estado precisa de una economía
dinámica para su funcionamiento. Las relaciones asimétricas encierran siempre el peligro de la
fragmentación social. En una escala global, las interdependencias y problemas transfronterizos
actúan también de manera integrativa, ya que colocan actores y sociedades espacialmente
separados en un contexto común y pueden impulsar soluciones cooperativas para los problemas.
Determinantes estructurales de la gobernabilidad global:
13
La gobernabilidad global es un marco analítico para reconstruir la transformación de la política en
el proceso de globalización, pero sobre todo es también un concepto normativo para desarrollar
estrategias contra la “privación de poder” que sufre la política, estrategias basadas en la
cooperación y el equilibrio de los intereses. Un proyecto cooperativo puede fomentarse a partir
de:
1. La percepción de las crecientes y cada vez más densas interdependencias espaciales,
temporales y causales en la sociedad mundial, que conducen a dependencias reciprocas
entre los países, las regiones y los grupos de actores.
2. Lo imprevisible del éxito y el fracaso, el alcance limitado, así como los riesgos de
estrategias orientadas unilateralmente a la competencia y a la imposición de intereses
particulares.
3. La elevada inseguridad generalizada, que para todos los actores participantes surge de la
dinámica propia de sistemas autónomos.
Tipología de “problemas globales”:
En el marco de la discusión sobre la globalización muchas veces se habla en términos muy
generales de un aumento de los “problemas globales” y se exige que se trasladen jurisdicciones
estatales a nivel de acción superiores. En general pueden distinguirse 6 tipos de problemas:
Bienes y males globales: se trata en primer lugar, de problemas con dimensión mundial que
tienen que ver con la protección de bienes globales. Estos problemas pueden ser resueltos o
agudizados por algunos actores, sin embargo, se traducen en amenazas de alcance mundial. En
segundo lugar, la globalización de la economía, especialmente de los mercados de capital, exige
que se desarrollen reglas universales para la estabilización de la economía mundial. Para
encuadrar institucionalmente los “bienes y males globales” se necesitan por un lado regímenes
internacionales y convenios obligatorios a fin de establecer estrategias y reglas obligatorias a
nivel mundial, y por otro lado por lo general actividades variadas para poner en práctica los
acuerdos internacionales y para vigilar su cumplimiento.
Problemas transfronterizos: un cumulo de fenómenos diversos sobrepasan el alcance de la
política nacional y ponen en tela de juicio el concepto tradicional de la soberanía del Estado,
porque las actividades o los descuidos en un país tienen repercusiones en otros, aunque cuando
no adquieran dimensiones mundiales. Esos problemas exigen una cooperación creciente entre
los Estados y los grupos de actores involucrados y su voluntad para encontrar soluciones
comunes, más allá de la política exterior clásica.
Fenómenos globales: la ingobernabilidad de las megaciudades, las crisis de grandes
organizaciones jerárquicas y administraciones públicas o los procesos de fragmentación social
creciente son problemas que aparecen a nivel mundial sin que necesariamente sean producto de
relaciones de interdependencia transfronterizas. Este tipo de problema mundial puede y debe ser
tratado en el marco de la política nacional; sin embargo, se abre un amplio campo para las
“asociaciones para el aprendizaje” a lo largo del eje local-global: las experiencias de otros países

13
y regiones pueden evaluarse sistemáticamente, y se podría pensar en proyectos piloto bilaterales
y multilaterales para la solución de problemas similares. En el futuro se desarrollarán
dinámicamente más que nada aquellos países capaces de aprender de la experiencia de otros.
Problemas globales de interdependencia: las crisis económicas causan procesos de
depauperación que pueden desencadenar corrientes migratorias; las crisis del medio ambiente
pueden llegar a originar guerras; las corrientes del comercio mundial aumentan la prosperidad de
las naciones, pero pueden generar una carga excesiva sobre los sistemas ecológicos a través del
transporte. La seguridad de la coherencia política y el manejo de las interdependencias entre
14
campos de política y áreas de problemas ya son difíciles y están subdesarrolladas en los marcos
nacionales. En los marcos internacionales existe una necesidad de acción aún mayor.
Competencia de sistemas nacionales en la economía mundial: la globalización de la
economía y los impulsos de liberalización a nivel mundial han agudizado la competencia de
sistemas entre los Estados nacionales. No solo las instituciones económicas, sino también los
sistemas de reglamentaciones social y ecológico compiten entre sí en la economía mundial. Si
esto no se encuadra institucionalmente, sobreviene la amenaza de competencia de desregulación
y dumping que desestabilizan la economía mundial y desbancan conquistas sociales y
ambientalistas. A nivel internacional se requiere de marcos normativos para la economía mundial.
A causa de la competencia mundial por las inversiones, en los diversos niveles de la arquitectura
de la gobernabilidad global es difícil lograr políticas exitosas para limitar la competencia entre
sistemas.
La complejidad de la arquitectura de la gobernabilidad global: si se logra desarrollar la
transformación de la política y del Estado en dirección a una arquitectura de la gobernabilidad
global diferenciada y conectada, y se contrarresta así la “privación de poder de la política”, no hay
que asas por alto que a causa de su propia complejidad la arquitectura de la gobernabilidad
global puede convertirse en un problema global.

Tipos de interdependencia global:


Las relaciones de interdependencia que se densifican a lo largo del eje local-global sobrepasan el
alcance de la política nacional. En redes internacionales o también supranacionales la mera
cantidad de actores va a significar un problema de dirección y coordinación: las negociaciones
pueden alargarse demasiado; son previsibles los bloqueos y las posiciones de veto de los actores
más poderosos. Ya a fines de los años 60`, Thompson había indicado tres tipos diferente de
interdependencias:
 En el caso de la “pooled interdependence” se trata del acuerdo sobre normas comunes
para superar bloqueos de la acción. En el curso de la solución de esos problemas de
interdependencia pueden surgir conflictos bastantes fuertes por la elección entre
estándares competidores. Sin embargo, una vez que se definen y aceptan reglas y normas
obligatorias, los actores pueden actuar autónomamente basándose en ellas. Por lo tanto,
los problemas de interdependencia de ese tipo son relativamente fáciles de resolver, ya
que pueden superarse estableciendo reglas comunes.
 En el segundo caso se trata de una “interdependencia secuencial”. Una “coordination by
plan” (coordinación mediante el establecimiento de planes y secuencias temporales) puede
contribuir a arreglar ese tipo de interdependencia. También en ese caso son posibles
conflictos de intereses de larga duración, sin embargo, con base en las secuencias
temporales acordadas los actores pueden actuar autónomamente y desarrollar paquetes
de medidas para cumplir las obligaciones asumidas.

14
 Mas complicados de resolver son los casos de “interdependencia reciproca”. en esta
situación, las posibilidades de decisión de los actores involucrados dependen de las
conductas de otros, pues las condiciones previas para las opciones de acción de unos son
resultado de las acciones de otro. Ese patrón de interdependencia plantea grandes retos
de coordinación y cooperación para los actores involucrados, porque a diferencia de los
otros casos esbozados, no basta que se pongan de acuerdo sobre las reglas comunes o
que convengan en secuencias de acción: se necesitan procesos continuos de
armonización.
15
El poder en la arquitectura de la gobernabilidad global:
La dinámica de la política internacional y las oportunidades de ampliar los pilares existentes para
una arquitectura funcional de la gobernabilidad globa, siguen dependiendo de las estructuras de
poder mundial. Las estructuras de interdependencia cada vez más densas implican también una
diseminación del poder y de los potenciales de negociación. Sin embargo, las estructuras de
poder siguen influyendo en la lógica de la política global. Se pueden identificar 4 concursos de
circunstancias:

1. La superación de la bipolaridad y el debilitamiento del poder hegemónico de EE. UU. en el


curso de las últimas décadas han hecho surgir un vacío de poder internacional. La nueva
estructura poshegemonica dificulta los procesos de negociación y exige soluciones
bilaterales.
2. Las estructuras de poder asimétricas en la política global conducen a que los actores más
débiles tiendan a tener que aceptar soluciones que son para ellos subóptimas; mientras
que los actores fuertes están en posición de imponer ampliamente sus intereses.
3. Las negociaciones sobre el clima en Kyoto han demostrado que los actores poderosos
pueden retardar las soluciones de problemas globales y hasta bloquearlas: cuentan de
hecho con poder de veto.
4. Es significativo que en el proceso de la globalización económica el poder se haya
trasladado de los actores políticos a las empresas privadas. Sin su participación e inserción
en la arquitectura de la gobernabilidad globa, la política global basada en la cooperación no
es un proyecto con buenas perspectivas.

VALLES CAPITULO 9:
La exportación del estado: una aclimatación desigual.
El estado, como forma de organización política, nació en las sociedades del norte y occidente de
Europa y se extendió más tarde como un modelo dominante por todo el planeta.
Razones de su éxito: el contexto económico (expansión del capitalismo, que obligo a las
comunidades a organizarse de forma estatal para poder competir entre sí), la evolución interna del
propio sistema político (centralización del poder) y una combinación de factores externos e internos.
Diferentes etapas de expansión:
1. Se desarrolla en Europa (las monarquías del centro y del este se configuran en base al modelo,
sin embargo, no lo hacen todas de la misma manera. La lógica militar y la nobleza tenían mucha
influencia en el momento).
2. A finales del siglo 18 EE. UU. lo adapta a su “sociedad política nueva” en la que los poderes
tradicionales (nobleza, iglesia) quedaban excluidos.

15
3. En el siglo 19 aparecen nuevos estados europeos y también se extiende en América latina debido
al hundimiento de los imperios español y portugués.
4. La difusión general se realiza en el siglo 20.
5. Luego de la segunda guerra mundial inicia el proceso de descolonización de África, Asia y
Oceanía que también se unen a la expansión del modelo estatal. Aunque comenzó en determinada
circunstancias históricas y culturales, se amoldo a la situación en particular de cada comunidad.
*En muchos países los rasgos teóricos del modelo (autonomía de lo político, concentración de la
16
capacidad coercitiva, institucionalización de las redes de poder) no se desarrollaron plenamente
debido a:
-Factores de orden interno: la relación política está vinculada a otras conexiones (de parentesco,
etnia o tribu y estas dejan en segundo plano la relación estado-ciudadano), el estado no tiene de
manera efectiva el control de la coacción (no consigue recaudar impuestos o detener
manifestaciones de violencia “privada” que compiten con la estatal) y las reglas e instituciones son
frágiles (los constantes golpes de estado, el establecimiento de regímenes de poder personal y la
sistemática vulneración de las leyes por parte de quien las aplica, por ejemplo).
-Factores de orden externo: la aparición de los nuevos estados se dio cuando ya había
consolidado un escenario mundial en el que cada actor político y no político tenía un papel, por eso
en algunos casos les correspondió a estos actores crearlos. Esto se debe a la interdependencia de
las relaciones económicas, la facilidad de las comunicaciones y el alcance de los medios militares.
En este contexto las grandes potencias fijan marcos de actuación para los nuevos estados (que
perdieron la capacidad de aislamiento e iniciativa propia) y los actores no políticos condicionan sus
acciones. Se podría decir que el planeta se organizó en estados pero que unos han llegado a ser
más poderosos que otros.
Demasiado grande y pequeño: las dos caras del estado.
En el inicio del siglo 21 la política ya no gira en torno al estado, sino que se desarrolla en un ámbito
más amplio en el que el estado constituye una pieza más. A su vez la estatalización del proceso
político (la presencia estatal en distintas manifestaciones que llevan a los miembros de la
comunidad a tener una relación con su estado, pago de impuestos, servicio militar, seguridad social,
escolarización obligatoria, etc.) presenta una doble cara según sea contemplada desde la
comunidad o desde fuera de ella:
La cara interna:
El estado es demasiado grande y complejo.
Crecen las demandas sociales expresadas por los grupos, la intención de atender a todas ellas
acaba limitando la capacidad del estado de prevenirlas y facilitar salidas razonablemente
aceptables para quienes las formulan.
Se encuentra sometido a una sobrecarga y así la centralización del poder político se vuelve una
limitación, como resultado su papel regulador de conflictos es suplantado por otras instancias
(autoridades territoriales subestatales en cuestiones de seguridad, desarrollo económico y cultural,
sanidad asistencia social, etc.) (Privadas: asociaciones sindicales, entidades culturales,
confederaciones patronales, etc.) en las que los actores negocian sus desacuerdos al margen del
estado donde este solo cumple el rol de validar los acuerdos establecidos.
Se vuelve más difícil la coordinación entre todos los componentes, se reduce su unidad de acción
y se convierte (el estado) en un conjunto disperso y contradictorio en sus mismas intervenciones.

16
.La capacidad de los ciudadanos de intervenir políticamente en ciertas instancias sin la mediación
de un representante o burocracias profesionales, lo debilita.
La cara externa:
El estado es demasiado pequeño. La concentración de poder estatal en un territorio delimitado ya
no es tan decisiva. Las tecnologías de transporte y comunicación redujeron las distancias
intensificando el intercambio. La tecnología militar disminuyo la capacidad de un estado de
defenderse de un conflicto bélico solo sin necesidad de alianzas. La evolución acelerada crea
desigualdades entre grupos y esto genera conflictos que se plantean a escala planetaria. Para 17
abordar los conflictos antes nombrados, solo sirven estrategias de alcance global. El
reconocimiento formal de un estado como tal no asegura la posibilidad de que pueda intervenir en
el escenario global. Ya no existe el dominio claro sobre un territorio delimitado que distinga a la
política estatal. El estado se convierte en uno más de los actores políticos, ahora compite o colabora
con un conjunto de actores a escala global que invade de decisión que antes era considerado propio
y exclusivo del estado.
-Entre el estado mundial y la política de la sociedad-red:
Se distinguen las dos características que distinguían a los estados (autonomía y concentración
territorial del poder), lo cual se ve reflejado en la ineficacia de sus intervenciones y a la vez esto
afecta negativamente su legitimidad. Aunque los estados reafirman su soberanía frente a los demás
actores, ahora se trata de una “soberanía limitada” ya que son cada vez más los sujetos (colectivos
e individuales) que no lo reconocen como el instrumento que les podía dar una protección frente a
todo tipo de incertidumbre y esta expectativa de protección se desplazó a otras estructuras de
interacción social (organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales, empresas
transnacionales, etc.).
Teorías de que sucede con el estado en su papel hegemónico bajo este contexto en el que no hay
un punto de referencia para la sociedad:
1. La forma estatal va creándose a escala planetaria: los organismos internacionales constituirían
una especie de “embrión del estado mundial” que cuente con sus instrumentos de coacción (ejército
mundial), de arbitraje legal (tribunales internacionales), de regulación económica (FMI, banco de
pagos internacionales) y de fomento de bienestar social (UNESCO, FAO, OMS). Así se elaborarían
políticas de alcance general y se aplicarían con la ayuda de instrumentos de coacción de ser
necesario.
2. Sostiene que la complejidad de las relaciones humanas y la amplitud del ámbito en el que se
desarrollan hacen imposible e inconveniente una regulación política de un “estado mundial” y los
costos serian superiores a los beneficios. Por otra parte, el libre juego de interacciones sociales de
todo tipo es el que produce un equilibrio y facilita el progreso general, tampoco ven posibles otros
acuerdos políticos que no sean los que aseguran la libertad de transacciones económicas y
sociales.
3. Constitución da una “sociedad-red”: está formada por una constelación de núcleos que ejercen
una actividad reguladora en conflicto singulares, pero no se ocupan de dar una respuesta a todos.
Figuran en ella actores de naturaleza política (antiguos estado, entidades políticas subestatales,
organismos interestatales de carácter regional y de carácter planetario) y los nacidos al margen del
estado pero que actúan en el ámbito planetario (las iglesias, organizaciones no gubernamentales
de carácter humanitario, medios de comunicación, grandes empresas transnacionales y redes de
universidades que colaboran en programas de investigación internacional). Así, intervienen en
políticas públicas de alcance planetario, informan a la opinión, movilizan energías ciudadanas,
actúan como consultores para los estados y comparten decisiones. Los diferentes actores se

17
insertan en la red, estableciendo entre si conexiones no existe la jerarquía vertical, sino la
interdependencia ya que ninguno es autosuficiente y cada uno requiere la asistencia de otros para
operan en los conflictos que pretende intervenir.

¿Hay lugar para la democracia más allá del estado?


Siempre existió una dificultad para unir la idea de un poder estatal soberano con la democracia.
Se detuvo la marcha del estado que llevaba a la constitución del “gran hermano” orwelliano, ya que 18
hoy el estado cuenta con la tecnología de la información para reforzar la vigilancia y el control
burocrático sobre sus ciudadanos, pero, al mismo tiempo los ciudadanos cuentan con instrumentos
para reaccionar frente al estado y someterlo (p/ej.: el uso de los videos para denuncias o el internet
para formar coaliciones de resistencia).
Al intervenir actores no estatales en la red, los derechos de los ciudadanos se vuelven vulnerables
y disminuye la capacidad del estado para protegerlos (p/ej: la información contenidas en las
tracciones mediante tarjeta de crédito, los grupos empresariales u organizaciones criminales que
intervienen las comunicaciones para su beneficio).
Las tecnologías de represión y violencia están disponibles para el estado también se encuentran al
acceso de otros actores en el mercado mundial. Por eso hay que contar a las organizaciones
criminales y terroristas que pueden coaligarse y con las empresas privadas de seguridad o
asistencia militar que operan en algunos países como ejércitos mercenarios.
La democratización del estado fue un proceso arduo y complejo en el que algunos sostienen la
existencia de incompatibilidad entre las ideas de estado y democracia, sin embargo, se logró
insertar en la forma estatal prácticas democráticas que transformaron la estructura cerrada de
estado absoluto a una donde intervienen en cierta medida diversos grupos.
Un intento de democratización postestatal:
Tendrá que enfrentarse con obstáculos (la oposición de quienes ven esto como una amenaza a su
posición de dominio o la dificultad de adaptación democrática a ámbitos de decisión política más
amplios y alejados de la ciudadanía).
Contará con oportunidades (las posibilidades ofrecidas por los nuevos instrumentos de información
y comunicación, que favorecen a la ciudadanía).
A pesar todo, falta mucho para hacer transparentes las decisiones (tomadas por los actores que
constituyen la política proestatal, que repercuten sobre los ciudadanos) y para exigir un claro
rendimiento de cuentas a quienes las toman.
Si se realiza la acción democratizadora, se podría aspirar a una comunidad democrática
cosmopolita a la que le correspondería la equitativa distribución de los recursos y la regulación de
conflictos que esta puede llegar crear. Solo si trabaja en cada nódulo de la red y en el conjunto que
forman, se evitaría un retroceso democrático.
Globalización: un cambio de perspectiva sobre el papel del estado.
En el contexto de la globalización:
Las relaciones políticas traspasan las fronteras de un territorio y así escapan a la regulación de las
instituciones de un estado. El crecimiento de las relaciones e intercambios produce nuevas
situaciones de dominio, privilegio y sumisión a escala mucho más grande. Aparecen nuevas
situaciones de conflicto menos manejables para el estado.

18
Respuestas al proceso desde una perspectiva política:
1.Dejar que el mercado impulse una dinámica que consideran favorable para los individuos.
2.Intentar preservar la capacidad estatal para contener los efectos negativos sobre su propia
población.
3.Construir un espacio político global, siguiendo con dificultades el proceso de los espacios
económico, cultural, tecnológico, etc. De este nuevo espacio debería surgir la capacidad de regular
sus respectivos fenómenos hasta alcanzar un grado de gobernación universal que atenúe los riesgo
19
y conflictos. Entre los actores de este contexto figuran los estados cada vez más limitados por
acuerdos voluntarios e imposiciones no deseadas, porque ya no son los únicos actores de la acción
política.
El estado deja de estar en el centro de un sistema con categorías sociopolíticas y pasa a convertirse
en la pieza de un conjunto más amplio e indefinido. La política pasa a ser el juego de relaciones
que se dan y en las que compiten y colaboran actores de diferente naturaleza.

MONTESQUIEU
Diversos significados que se le dan a la palabra LIBERTAD.
Algunos la han considerado como la facultad de deponer a quien habían dado un poder tiránico, otros como la
facultad de elegir a quien deben obedecer, otros como el derecho de ir armados y poder ejercer la violencia y otros
como el privilegio de no ser gobernados más que por un hombre de su nación o por sus propias leyes. Cada cual ha
llamado libertad al Gobierno que se ajustaba a sus costumbres o a sus inclinaciones.

¿Qué es la LIBERTAD?
La libertad política no consiste en hacer lo que uno quiera. En un Estado, es decir, en una sociedad en la que hay
leyes, la libertad solo puede consistir en poder hacer lo que se debe querer y en no estar obligado a hacer lo que no
se debe querer. La libertad es el derecho de hacer todo lo que las leyes permiten, de modo que, si un ciudadano
pudiera hacer lo que las leyes prohíben, ya no habría libertad, pues los demás tendrían igualmente esta facultad.

Continuación
La democracia y la aristocracia no son Estados libres por su naturaleza. La libertad política no se encuentra más que
en los Estados moderados. Ahora bien, no siempre aparece en ellos, sino solo cuando no se abusa del poder. Para
que no se pueda abusar del poder es preciso que, el poder frene al poder.

Del fin de los distintos Estados


Aunque todos los Estados tengan, en general, el mismo fin, que es el de mantenerse, cada uno tiene uno que le es
particular.

Constitución en Inglaterra
Hay en cada Estado tres clases de poderes: el poder legislativo, el poder ejecutivo de los asuntos que dependen del
derecho de gentes y el poder ejecutivo de los que dependen del derecho civil.
Por el poder legislativo, el príncipe o magistrado promulga leyes para cierto tiempo o para siempre y enmienda o
deroga las existentes. Por el segundo poder, dispone de la guerra y de la paz , envía o recibe embajadores, establece
la seguridad, previene las invasiones. Por el tercero, castiga los delitos o juzga las diferencias entre particulares.
La libertad política de un ciudadano depende de la tranquilidad de espíritu que nace de la opinión que tiene cada
uno de su seguridad. Y para que exista la libertad es necesario que el Gobierno sea tal que ningún ciudadano pueda
temer nada de otro.
Cuando el poder legislativo esta unido al poder ejecutivo en la misma persona o en el mismo cuerpo, no hay libertad
porque se puede temer que el monarca o el Senado promulguen leyes tiránicas para hacerlas cumplir tiránicamente.

19
Tampoco hay libertad si el poder judicial no está separado del legislativo ni del ejecutivo. Si va unido al poder
legislativo, el poder sobre la vida y la libertad de los ciudadanos seria arbitrario, pues el juez seria al mismo tiempo
legislador. Si va unido al poder ejecutivo, el juez podría tener la fuerza de un opresor.
Todo estaría perdido si el mismo hombre ejerciera los tres poderes: el de hacer las leyes, el de ejecutar las
resoluciones públicas y el de juzgar los delitos o las diferencias entre particulares.
El poder judicial no debe darse a un Senado permanente, sino que lo deben ejercer personas del pueblo, nombradas
en ciertas épocas del año de la manera prescrita por la ley.
Los otros dos poderes podrían darse a magistrados o a cuerpo permanentes porque no se ejercen sobre ningún 20
particular, y son, el uno, la voluntad general del Estado y el otro, la ejecución de dicha voluntad general.
Lo tribunales no deben ser fijos, pero si deben serlo las sentencias, hasta el punto de que deben corresponder
siempre al texto expreso de la ley.
Si el poder legislativo deja al ejecutivo el derecho de encarcelar a los ciudadanos que puedan responder de su
conducta, ya no habrá libertad. Pero si el poder legislativo, cayera en peligro por alguna conjura secreta contra el
Estado, o alguna inteligencia con los enemigos del exterior, podrá permitir al poder ejecutivo por un periodo de
tiempo corto y limitado, detener a los ciudadanos sospechosos quienes perderán la libertad por algún tiempo, pero
para conservarla siempre.
En un Estado libre todo hombre considerado como poseedor de un alma libre, debe gobernarse por sí mismo, fuese
preciso que el pueblo en cuerpo desempeñara el poder legislativo. Pero como esto es imposible en los grandes
Estados, y como está sujeto a mil inconvenientes en los pequeños, el pueblo deberá realizar por medio de sus
representantes lo que no puede hacer por sí mismo. La gran ventaja de los representantes es que tienen capacidad
para discutir de los asuntos. El pueblo en cambio no está preparado para esto, lo que constituye uno de los grandes
inconvenientes de la democracia.
Todos los ciudadanos de los diversos distritos deben tener derecho a dar su voto para elegir al representante,
exceptuando aquellos que se encuentren en tan bajo estado que se les considere carentes de voluntad propia.
El pueblo no debe entrar en el gobierno más que para elegir a sus representantes. El cuerpo representante no debe
ser elegido tampoco para tomar una resolución activa, sino para promulgar leyes o para ver si se han cumplido
adecuadamente las que hubiera promulgado.
El poder legislativo se confiará al cuerpo de nobles y al cuerpo que se escoja para representar al pueblo. Cada uno de
ellos se reunirá en asambleas y deliberará con independencia del otro.
Llamo facultad de estatuir al derecho de ordenar por sí mismo o de corregir lo que ha sido ordenado por otro, y
llamo facultad de impedir al derecho de anular una resolución tomada por otro. Aunque aquel que tiene la facultad
de impedir tenga también el derecho de aprobar, esta aprobación no es más que la declaración de que no hace uso
de su facultad de impedir.
El poder ejecutivo debe estar en manos de un monarca, porque esta parte del gobierno que necesita casi siempre de
una acción rápida está mejor administrada por una sola persona que por varias. Y, por el contrario, las cosas
concernientes al poder legislativo se ordenan mejor por varios que por uno solo.
Si el cuerpo legislativo no se reuniera en asamblea durante un espacio de tiempo considerable, no habría libertad,
pues sucederían una de estas dos cosas: o no existirían resoluciones legislativas, en cuyo caso el Estado caería en la
anarquía, o dichas resoluciones serian tomadas por el poder ejecutivo, que se haría absoluto.
El cuerpo legislativo no debe tener potestad para juzgar la persona, ni por consiguiente la conducta del que ejecuta.
Su persona debe ser sagrada, porque, como es necesaria al Estado para que el cuerpo legislativo no se haga tiránico,
en el momento en que sea acusado o juzgado ya no habrá libertad.
En general el poder judicial no debe estar unido a ninguna parte del legislativo, hay sin embargo excepciones
basadas en el interés particular del que ha de ser juzgado.
Los grandes están siempre expuestos a la envidia. Los nobles deben ser citados ante la parte del cuerpo legislativo
compuesta por nobles, y no ante los tribunales ordinarios de la nación.

20
Podría ocurrir que la ley sea demasiado rigurosa. Los jueces de la nación no son más que el instrumento que
pronuncia las palabras de la ley. Corresponde moderar la ley en favor de la propia ley.
Puede también ocurrir que algún ciudadano violara los derechos del pueblo en algún asunto público y cometiera
delitos que los magistrados no pudieran o no quisieran castigar.
Si el monarca participara en la legislación en virtud de su facultad de estatuir, tampoco habría libertad. Pero como le
es necesario, sin embargo, participar en la legislación para defenderse, tendrá que hacerlo en virtud de su facultad
de impedir.
El poder ejecutivo no puede entrar en el debate de los asuntos, pues solo forma parte del legislativo por su facultad 21
de impedir. Ni siquiera es necesario que proponga, pues, como tiene el poder de desaprobar las resoluciones, puede
rechazar las decisiones de las propuestas que hubiera deseado no se hicieran.
Para que el ejecutivo no pueda oprimir es preciso que los ejércitos que se le confían sean pueblo y estén animados
del mismo espíritu que el pueblo. Una vez formado el ejército, no debe depender inmediatamente del cuerpo
legislativo sino del poder ejecutivo, y ello por su propia naturaleza ya que su misión consiste más en actuar que en
deliberar.

Josep Vallés capítulo 11


Las reglas del juego: instituciones y constituciones
De la practica a la institución:
Se sabe que el estado es un modo histórico de organizar la actividad política, que se caracteriza
por una fuerte tendencia a la institucionalización. El estado pues, toma cuerpo en una serie de
instituciones: parlamento, gobierno, ejercito, etc. Se habla de instituciones para describir una serie
de conductas que se ajustan a pautas o reglas permanentes. Estas pautas o conjunto de reglas
definen que posiciones ocupa cada uno de los actores en sus relaciones reciprocas, como se
accede a dichas posiciones, que recursos y actividades están disponibles y cuales no lo están.
La institución se distingue de una actividad circunstancial o episódica.
La institución equivale a un conjunto de reglas a las que tratan de acomodarse los diferentes
actores, tanto individuales como colectivos.
¿Qué ventajas ofrece la institucionalización de la práctica política estatal?
 Con la adopción de estas pautas regulares se ahorra esfuerzo social porque no hay que
“reinventar” en cada ocasión los procedimientos necesarios para llegar a un mismo
resultado.
 La institucionalización de las funciones disminuye los riesgos de la imprevisibilidad y la
incertidumbre: los miembros de la comunidad esperan que el ejercicio de una función
política se ajuste a determinadas reglas, con el fin de no estar subordinados al capricho o a
la arbitrariedad de quien la desempeña en un momento dado.
 Con la institución se distingue así entre la persona y la función política que desempeña, con
ello se asegura la continuidad en el ejercicio de aquella función, más allá de las
contingencias personales.
En el estado se articular un conjunto de instituciones. Cada institución se ocupa de una de las
tareas necesarias para hacer efectiva la regulación de conflictos propia de la política. En general,

21
son los cambios económicos sociales y culturales los que han llevado a un proceso de
especialización institucional en un doble plano: territorial y funcional.
 El ámbito territorial de intervención política constituye un primer criterio de especialización.
 Junto a la especialización territorial se da también diferenciación funcional cuando se
atribuye a instituciones diversas el ejercicio principal de una o más funciones especializadas.
Esta misma pluralidad institucional obliga a definir un marco de relación de los ciudadanos con las
instituciones y de las instituciones entre sí. 22

Las reglas del juego: las constituciones.


La constitución es donde aparecen las reglas que señalan el campo de juego de las instituciones
del estado y sus relaciones reciprocas. Pero también deriva de una dinámica política histórica que
puede alterar aquella definición constitucional. Estas reglas básicas afectan a 3 dimensiones de la
estructura política estatal:
 La configuración de cada una de las instituciones: de que elementos se componen, como
actúan, con qué recursos cuentan, quien las gestiona.
 La relación reciproca entre estas mismas instituciones: como se reparten diferentes
funciones políticas, en que aspectos colaboran, como resuelven sus discrepancias.
 La posición del ciudadano frente a las instituciones: como participa en su funcionamiento
efectivo.
A partir del estado liberal se entiende que estas reglas básicas han de ser el resultado de un
acuerdo colectivo y explicito entre todos los miembros de la comunidad.
Este acuerdo colectivo y explicito sobre “reglas del juego” se plasma generalmente en una
constitución, como texto legal fundamental. De este texto fundamental derivan su validez las
demás normas estatales. La constitución señala, el campo de juego y las posibilidades de los
diferentes actores que participan en la actividad política.
 ¿Cómo se elaboran las reglas constitucionales? La elaboración de este acuerdo sobre
normas fundamentales suele producirse en una situación de cambio radical del escenario
político. Un cambio de este tipo equivale a una redistribución de recursos entre los
diferentes actores. De ahí la necesidad de redefinir las reglas del juego político que va a
desarrollarse entre ellos. En este contexto se pone en marcha un proceso constituyente que
se confía a una asamblea representativa. Esta asamblea constituyente es la encargada de
discutir un proyecto, enmendarlo si conviene y finalmente aprobarlo.
La dinámica política y reglas constitucionales:
La constitución una vez aprobada forma parte de los recursos que se manejan en el día a día de la
política.
 ¿Qué garantiza la estabilidad de una constitución? Lo que asegura la continuidad y la
eficacia constitucional es, la coherencia entre los valores que protege y los valores que una
determinada sociedad considera como fundamentales. Si el texto constitucional aparece
como la imposición intransigente de una parte de la comunidad, la parte perdedora no

22
aceptara el resultado y no cesara de intentar su modificación por todos los medios a su
alcance.
Cuando el consenso sobre los valores constitucionales ha arraigado durante generaciones en una
comunidad política, la constitución puede convertirse en un símbolo que inspira respeto e incluso
una cierta veneración.
Por su misma naturaleza de acuerdo político, las constituciones no son inmutables: a lo largo de su
historia experimentan la reforma de alguna de sus partes o en ocasiones, su total sustitución por 23
un nuevo texto.
Pero también hay que señalar que las transformaciones sociales, económicas y culturales afectan a
los pactos políticos fundamentales y modifican las reglas del juego. Esta modificación se expresa a
veces en una reinterpretación de una norma o en su aplicación de un modo diverso al inicialmente
previsto.
¿en qué medida son respetadas las constituciones? La mera existencia de un texto constitucional
no significa que se dé un automático y exacto cumplimiento de esta por parte de todos los actores.
En ciertos casos, quien detenta el poder político modifica, interpreta y aplica la norma
constitucional a su arbitro y en beneficio propio: la usa como mero pretexto para reforzar su
dominio.
La constitución no es un elemento aislado del sistema político. Está influida por la dinámica propia
del sistema en que se inserta.
JUAN J. LINZ
LAS CRISIS DEL PRESIDENCIALISMO: principios y realidades.
Los sistemas de presidencialismo y parlamentarismo tienen remarcadas diferencias. Ambos poseen un
fondo común que permite esta diferenciación y algunas comparaciones. Por un lado, la mayoría de las
democracias presidenciales se parecen unas a otras en cuanto a las democracias parlamentarias no sucede.
Esto es porque en gran parte las democracias presidenciales se inspiraron en el modelo estadounidense y
porque las sociedades que poseen este sistema tienen características en común. En los sistemas
parlamentarios, la única institución democráticamente legitimada es el parlamento y el gobierno que
deriva su autoridad de la confianza del parlamento. Los sistemas presidenciales se basan en un principio
opuesto. Un ejecutivo con considerables poderes en la constitución y con absoluto control de la
composición de su gobierno y la administración. Es elegido por el pueblo (directa o indirectamente) por un
periodo de tiempo fijo y no depende de un voto de confianza de los representantes elegidos
democráticamente en un parlamento. El presidente no es solo quien ejerce el poder ejecutivo, sino es el
jefe simbólico del estado y no se le puede destituir.
Los sistemas presidenciales poseen 2 características a destacar:

 Tanto el presidente, que controla el ejecutivo y es elegido por el pueblo, como el legislativo elegido,
tienen legitimidad democrática. Es un sistema de LEGITIMIDAD DEMOCRATICA DUAL.
 Tanto el presidente como el congreso son elegidos por un periodo fijo, el cargo del presidente es
independente del legislativo y la duración del legislativo es independiente del presidente. RIGIDEZ
DEL SISTEMA PRESIDENCIAL
LEGITIMIDAD DEMOCRATICA DUAL

23
La característica básica del presidencialismo es el pleno derecho a la legitimidad democrática del
presidente. Un sistema presidencial otorga al ganador, un aura y una autoimagen muy diferente, crea
expectativa popular muy distinta a las que rodean a un primer ministro.
El hecho más llamativo es que en un sistema presidencial, los legisladores, también disfrutan de una
legitimidad democrática y es posible que la mayoría de los legisladores de ciertas características, puede ser
una opción política diferente a de los votantes del presidente. Estos poderes se confrontan y no hay
mecanismos para evitar estos conflictos.
24
Los peligros de predominio entre un poder y otro, y la capacidad de vetar o paralizar decisiones sobre la
legislación, dan por sobrentendido la legitimidad democrática dual que se presenta en los sistemas
presidencialistas. Por ende, no hay ningún principio democrático que decida la voluntad popular en
principio.
En ausencia de todo principio lógico para definir quien realmente tiene legitimidad democrática, es
tentador usar formulaciones ideológicas para legitimar el componente presidencial del sistema y
deslegitimar a los que se oponen a él, transformando lo que es un conflicto institucional en conflicto social.
RIGIDEZ DEL PRESIDENCIALISMO

Esta segunda característica es que los presidentes son elegidos por un periodo de tiempo que, no se puede
modificar, no pueden acortarse y debido a disposiciones legales no pueden alargarse.
Esta característica es fundamental para diferenciar con los sistemas parlamentarios, donde la flexibilidad
en el proceso político es mucho más abarcativo. Desde un punto de vista predominantemente
presidencialista, esta rigidez es una ventaja para reducir las incertidumbres y no se encuentran un gran
número de actores (parlamentarismo).
La incertidumbre en un periodo de transición y consolidación de un régimen indudablemente hace que la
rigidez de una constitución presidencial sea más problemática que un sistema parlamentario que permite
respuestas flexibles a una situación cambiante.
Una supuesta ventaja del presidencialismo es que se asegura la estabilidad del ejecutivo, cosa que no
sucede en las democracias parlamentaristas de Europa debido a multipartidos y fuertes cambios en la
presidencia del gobierno. Cuando se realiza esta comparación, se olvida que las democracias
parlamentarias han sido capaces de producir gobiernos estables, ya que también ofrecen la posibilidad de
retirar a un primer ministro si este ha perdido el control o está relacionado con un escándalo. El
parlamento es el actor en esta parte, capas de proponer y dar apoyo a un nuevo ministro.
Por el contrario, los presidentes se eligen por un periodo fijo. Esto supone una rigidez en el proceso político
y hace imposible un reajuste en situaciones cambiantes extremadamente difíciles. Ya que un líder que ha
perdido la confianza en su partido no puede ser reemplazado ni sustituido por otra persona.
Una dimisión voluntaria bajo la presión de los líderes del partido y la opinión publica sería una de las
formas de evitar las implicaciones de la rigidez del mandato presidencial sin la salida de los tanques o la
violencia de las calles. La dimisión voluntaria bajo presión es muy posible que incluso provoque crisis
políticas graves porque el sector del electorado que llevo al poder al presidente puede sentirse engañado y
puede manifestarse públicamente en su apoyo.
Posibilidad de identificación y responsabilidad

Una de las características positivas atribuidas al presidencialismo es la posibilidad de identificar a la


persona y exigir responsabilidades. Al depositar su voto, el votante sabe por quién está votando y sabe
quién va a gobernar si su candidato gana. En un sistema parlamentario, la persona que vota por
24
representantes de un partido se supone que no sabe a quién propondrá el partido para el puesto del
primer ministro, si se trata de un sistema multipartido, en el cual el partido no puede esperar ganar una
mayoría absoluta, el votante no sabe que partidos van a formar una coalición de gobierno.
En las elecciones presidenciales el votante puede saber mucho menos sobre quien gobernara que el
votante de un partido en la mayoría de los sistemas parlamentarios. Los candidatos presidenciales no
necesitan y a menudo no tienen un pasado como líderes políticos; pueden no estar identificados con un
partido, con una ideología, con un programa o un pasado y puede que haya muy poca información sobre
las personas que posiblemente van a ocupar los cargos de ministros. 25

La personalización del liderazgo no es exclusiva de la política presidencial. Hay sin embargo una diferencia:
en los sistemas parlamentarios no es probable que los lideres se hayan propuesto a si mismo ante los
votantes sin haber ganado. Estos líderes representan a sus partidos. Por otra parte, el votante sabe que los
que van a formar el gobierno pertenecen al partido y en la mayoría de los casos son líderes muy conocidos
con una experiencia acumulada en la política.
En cuanto a la falta de concreción respecto a quien va a gobernar cuando es necesario formar coaliciones,
en sistema multipartido, con algunas excepciones, esto tampoco es cierto. Los partidos se comprometen a
una alianza antes de las elecciones, y el votante de cualquiera de esos partidos sabe que una persona
determinada será el canciller y también que, a menos que un partido gane una mayoría absoluta, el
gobierno incluirá representantes de todos los partidos que forman la coalición.
En un sistema presidencial la posibilidad de identificar al que va a gobernar es solo de una persona; en un
gobierno parlamentario, la mayoría de las veces un conjunto de personas y frecuentemente sublíderes
bien conocidos.
El tener que dar cuenta de la gestión ante los votantes adquiere una dimensión distinta cuando el que
tiene que responder directa y personalmente de las medidas políticas es el presidente, no los ministros, no
una coalición y no los líderes del partido que podrían haberle sucedido y ocupar el cargo de primer
ministro. Durante el periodo completo del mandato, solo una persona aparece claramente identificada
como la que va a gobernar. Hay responsabilidades confusas o compartidas. Así se formula el razonamiento
a favor del presidencialismo.
Se podría discutir que en el caso de no reelección debería considerarse responsable al partido que apoyo la
elección del presidente, pero en la realidad la persona responsable es el nuevo candidato presidencial del
partido, que tratara identificarse con su antecesor. Cuando la reelección es posible, un presidente en el
cargo que tiene una imagen negativa paradójicamente puede tratar, con más o menos éxito, de evitar el
juicio negativo transfiriéndolo al congreso, especialmente si este estaba dominado por la oposición, pero
incluso si su propio partido contaba con la mayoría. La división de poderes puede por tanto proporcionar
una coartada en caso de fracaso.
La objeción de que en un parlamento no se puede exigir responsabilidades a los partidos, a sus líderes y a
los primeros ministros que apoyan es válida solo bajo ciertas condiciones: cuando se suceden michos
gobiernos o coaliciones inestables y cuando ningún partido ha tenido un papel central en el proceso de
formar las coaliciones.
Sin embargo, en muchos sistemas parlamentarios se puede exigir una responsabilidad total a los partidos.
Especialmente cuando se trata de un sistema bipartido, y también en sistemas multipartidistas con
coalición o gobierno minoritario. Los votantes en estas situaciones han votado frecuentemente por
partidos comprometidos con una coalición concreta. Los partidos hacen campaña subrayando este
compromiso, aunque los votantes puede que den más o menos peso a uno y otro miembro de la coalición.

25
Incluso puede que se exijan responsabilidades a los partidos de la coalición en la próxima elección.
Naturalmente, un partido puede salirse de la coalición, incluso cambiar de alineación en la siguiente
elección, pero los votantes pueden recompensarle o castigarle por su conducta.
Hay otro problema en los sistemas presidenciales que no se puede ignorar: incluso en el caso de posible
reelección, los votantes tienen que esperar al final del mandato presidencial para pedir responsabilidades.
A un primer ministro en cualquier momento el parlamento y su propio partido pueden exigirle
responsabilidades mediante un voto de censura.
26
El presidente: el que lo gana todo

En una elección presidencial, sea cual sea la pluralidad alcanzada, el candidato victorioso gana todo el
ejecutivo, mientras que un líder que aspire a ser primer ministro cuyo partido gane menos de un 51 por
cientos de los escaños (bancas en el congreso o parlamento) puede verse forzado a compartir el poder con
otro partido o a formar un gobierno minoritario. El control del ejecutivo en sistemas presidenciales es en
principio un juego de “gánalo todo”.
Es además un juego en el que el perdedor lo pierde todo, ya que los candidatos presidenciales derrotados
pueden encontrarse sin un cargo público después de la elección y, a menos que tengan una posición fuerte
como líderes en su partido, puede que se hayan jugado todo su potencial político.
Cuando en un sistema parlamentario un partido disciplinado gana una mayoría o más de los escaños, se
produce realmente una situación de “gánalo todo”.
Uno de los posibles resultados en una elección presidencial es que el candidato derrotado pierda todo.
Esto es probable, e incluso puede que sea deseable, en el caso de un contendiente amateur que no tenga
el apoyo de un partido. Pero también puede muy bien suceder cuando compiten solo dos partidos. No es
muy probable que en las próximas elecciones se considere deseable al candidato derrotado,
independientemente del número de votos que haya obtenido, y por tanto es posible que este pierda su
situación de liderazgo en el partido.
La no reelección y sus implicaciones:

El principio de no reelección o de no inmediata reelección no es una característica que defina el


presidencialismo, pero es claramente la pauta dominante.
El principio de no reelección ha adquirido en muchos países una gran importancia simbólica. Los intentos
de cambiar las normas constitucionales que no permitían la reelección y los esfuerzo para asegurar lo que
los latinoamericanos llaman continuismo, han movilizado la opinión pública y han sido causa de
manifestaciones y golpes no solo en Latinoamérica, sino en corea del sur. La perspectiva de poder volver a
elegir a un candidato en el juego de ganador único ha unido a menudo a líderes con la esperanza de ser
presidentes con posiciones ideológicas opuestas.
El apoyo continuado del electorado a un partido, elección tras elección, que encontramos en bastantes
democracias parlamentarias, ha asegurado a veces la permanencia en el cargo de primer ministro. Pero
esto no ha levantado protestas e intentos de limitar el mandato y nunca ha llevado a protestas violentas y
crisis de régimen comparables a las que los esfuerzos para mantener el continuismo han provocado.
La democracia por definición es un gobierno pro tempore, un gobierno en el cual el electorado puede a
intervalos regulares, exigir responsabilidades a los que gobiernas e imponer un cambio.
La alternativa en el poder puede tener también consecuencias disfuncionales porque ningún gobierno
tiene asegurado el tiempo para cumplir promesas.

26
La concentración de poder en un presiente ha llevado en la mayoría de los regímenes presidenciales a
tratar de limitar la presidencia a uno o a lo más a dos mandatos.
El miedo a la discontinuidad en la política y la desconfianza hacia un potencial sucesor contribuye a una
sensación de urgencia que puede llevar a políticas mal diseñadas, a una puesta en práctica rápida de estas
políticas, a impaciencia con la oposición y a gastos que de otra forma se hubieran distribuido a lo largo de
un periodo de tiempo.
Un presidente quiere estar seguro de que antes de dejar el cargo puede inaugurar su “Brasilia” puede
27
realizar su programa de nacionalizaciones, etc. Un primer ministro que puede esperar que su partido o la
coalición que le apoya gane la próxima elección, probablemente no está bajo la misma presión.
El límite del mandado y el principio de no reelección, cuyo valor no puede discutirse, significan que el
sistema político tiene que producir periódicamente un líder capaz y popular, y que el capital político que ha
acumulado un líder que haya tenido éxito, no se puede utilizar una vez terminado su mandato.
El deseo de continuidad hace que el presidente busque un sucesor que no represente una amenaza
mientras ocupa el cargo. Una persona de estas características no es necesariamente el líder más capaz y
atractivo. La inevitable sucesión crea a su vez una tensión especial entre el expresidente y su sucesor, que
se sentirá tentado a afirmar su independencia y hacer valer sus diferencias con su antecesor.
Estilo político en democracias presidenciales y parlamentarias:

Como la forma de estructurar la competición política en un sistema en el cual el pueblo elige directamente
al presidente, el estilo según el cual se ejerce la autoridad y el poder, las relaciones entre un presidente, la
clase política y la sociedad y la forma en la cual probablemente se va a ejercer el poder y se van a resolver
los conflictos.
Quizá la consecuencia más importante del presidencialismo es que introduce un fuerte elemento de suma-
cero en la política democrática, con unas reglas que favorecen un resultado de un ganador absoluto. Una
elección parlamentaria puede producir una mayoría absoluta para un partido concreto, pero lo más normal
es que de representación a una serie de partidos. Esto significa que el primer ministro tendrá que estar
muy atento a las demandas de distintos grupos y muy preocupado por conservar su apoyo.
Ciertamente, ha habido y hay gobiernos de coalición multipartido en los sistemas presidenciales basados
en la necesidad de “unidad nacional”, pero son excepción y a menudo no son satisfactorios para los
participantes.
Es importante destacar que cuando se restableció la democracia en circunstancias difíciles en ciertos países
latinoamericanos con constituciones presidenciales, los líderes políticos de los partidos más importantes
recurrieron a acuerdos de tipo consociativo para evitar algunas de las consecuencias que supondría el dar a
un partido toda la autoridad que la presidencia conlleva.
El carácter de suma-cero que el juego político tiene en los regímenes presidenciales se ve reforzado por el
hecho de que los ganadores y perdedores están definidos por el periodo del mandato presidencial, una
serie de años durante los cuales no hay esperanza de modificar las alianzas. Los perdedores tienen que
esperar cuatro años o cinco, sin acceso al poder ejecutivo y por tanto la posibilidad de intervenir en la
formación de los gobiernos.
Las elecciones presidenciales tienen la ventaja de que permiten al pueblo elegir directamente al que va a
gobernar por un periodo de tiempo, una decisión que muchos sistemas multipartido con instituciones
parlamentarias dejan a los políticos. Las leyes electorales algunas veces exigen una pluralidad mínima para
el ganador y algún tipo de procedimiento que permita elegir cuando nadie alcanza ese mínimo. Mas
27
frecuente es el modelo de una elección que se convierte en una confrontación entre los dos candidatos
principales, bien durante la primera o la segunda vuelta, una elección bipolar que bajo ciertas condiciones
puede muy bien producir una considerable polarización.
Cuando el miedo a la polarización es grande, los políticos pueden ponerse de acuerdo en un candidato al
que todos respeten y que no genere antagonismos y llegar a un compromiso. Un candidato tal puede ser
elegido más por sus cualidades personales que por la política que apoye, y es más probable que sea el líder
de un partido pequeño que de uno grande.
28
Una elección de dos vueltas con una competición entre los candidatos en cabeza reduce la incertidumbre y
puede así ayudar a producir un resultado calculado más racionalmente, tanto por parte del candidato
como de los votantes.
Ambigüedad del cargo presidencial:

Algunas de las consecuencias más importantes que el sistema presidencial tiene para el estilo político son
resultados de la naturaleza del propio cargo: los poderes asociados con él y los límites que se le imponen,
especialmente los derivados de la necesidad de cooperar con el Congreso.
El cargo presidencial es por naturaleza bidimensional y en cierto sentido ambiguo ya que el presidente es
el representante de una clara opción política, de una opción partidista y de su electorado, además de
representar algunas veces a su partido dentro de la coalición que le ha llevado al poder. Pero el presidente
es también jefe del estado.
Quizá la consecuencia más importante de la relación directa entre un presidente y el electorado y de la
ausencia de toda dependencia de los políticos, es la sensación de ser el representante elegido de todo el
pueblo y la tendencia a identificar el pueblo con el propio electorado, ignorando a los que han votado por
el candidato contrario. A diferencia de un presidente, un primer ministro es normalmente miembro de un
parlamento y, aunque se siente en el banco del gobierno, es un miembro de un cuerpo más amplio dentro
del cual se ve forzado a relacionarse, hasta cierto punto como un igual, con otros políticos y líderes de
otros partidos, especialmente si depende de su apoyo como jefe de un gobierno de coalición o de un
gobierno minoritario.
La ausencia en un sistema presidencial de un rey o un presidente de la republica que pueda actuar
simbólicamente como poder moderador priva al sistema de cierto grado de flexibilidad y de mecanismos
para restringir el ejercicio del poder.
La elección de un “extraño”:

El carácter personalizado de una elección presidencial hace posible, el acceso al poder de un “extraño”.
Con esto queremos decir un candidato que ni se identifica con un partido político ni recibe apoyo de
ningún partido. Estos candidatos no tienen apoyo en el congreso ni tampoco una continuidad permanente
institucionalizada y por tanto no les es fácil crear una organización de partido.
Hoy en la mayoría de los países se puede llegar a la gente a través de la televisión. La “mediación” de los
partidos que presentan a un candidato, le respalda y apoyan organizando y financiando a la campaña,
parece interponerse e interferir en la relación entre el candidato y el votante.
Podría esperarse que la candidatura de una persona ajena a la vida política, sin apoyo de un partido y sin
experiencia previa en un cargo político, fuera un fenómeno latinoamericano, algo insólito en un país con
partidos políticos tradicionales bien establecidos.
Si las elecciones sin partidos no parecen ser la mejor manera de asegurar un buen gobierno, cabe
preguntarse qué tipo de dispositivos institucionales las favorecen o las hacen menos posibles. Un sistema
28
de partidos institucionalizado es un obstáculo para que los que no pertenecen al mundo político puedan
entrar en la competencia por la presidencia, y todavía hace más difícil el que puedan ganar en esa lid.
Liderazgo plebiscitario: democracia delegada.

O´Donnell ha observado como las elecciones presidenciales, especialmente en aquellos casos que encajan
en su modelo de “democracia delegada” tienen un componente altamente individualista, tienen que elegir
al individuo más indicado para hacerse cargo del destino del país. Al que o la que gane una mayoría en las
elecciones presidenciales se le permite gobernar el país como crea conveniente, y hasta el límite que las
relaciones de poder existentes lo permitan, durante el plazo para el cual ha sido elegido. 29

El carácter plebiscitario de muchas elecciones presidenciales lleva a menudo a unos índices muy altos de
aprobación después de la elección. Este tipo de índices no son normales en sistemas parlamentarios, en los
cuales los votantes se identifican con los partidos de la oposición y los líderes de la oposición continúan
ocupando una posición de liderazgo. Por el contraria el candidato presidencial derrotado a menudo se ve
reducido casi a la categoría de persona privada.
¿Son estables los gobiernos presidenciales e inestables los gobiernos parlamentarios?

En la gran mayoría de los sistemas presidenciales, el presidente nombra su gobierno sin consultar con el
congreso, y lo mismo sucede cuando destituye a algún miembro del gobierno.
La libertad que tiene un presidente para elegir a sus colaboradores, la oportunidad para cambiarlos cuando
sus opiniones dejan de ser deseables y la incapacidad cuando se produce una situación de este tipo de
volver al parlamento con una base de poder independiente es muy probable que desanime a personas
independientes. En un sistema parlamentario el que deje el gobierno puede usar su posición como
parlamentario para cuestionar la política de un primer ministro en el seno del partido.
Hay que tener en cuenta que en muchos regímenes parlamentarios el primer ministro o el canciller tiene
también libertad para nombrar a su gobierno, y que no hay un voto de investidura del gobierno ni se
necesita la aprobación para cada ministro. Sin embargo, aquí está la diferencia frente a un sistema
presidencial, el parlamento puede negarse a la investidura del primer ministro o puede negarle su
confianza si no aprueba su gobierno.
A todo esto, hay que añadir el que en los gobiernos parlamentarios las decisiones generalmente se toman
de manera más colectiva, lo que permite a todos los ministros familiarizarse con una amplia gama de
temas, de modo que cuando uno de ellos finalmente llega a presidente del gobierno no se encuentra
totalmente ignorante frente a una serie de asuntos.
Presidentes y vicepresidentes:

Entre las características no esenciales de un sistema presidencial. Pero que se dan en muchos de estos
sistemas, está el cargo de vicepresidente.
Uno de los temas más complejos relacionados con la vicepresidencia es la norma que asegura la sucesión
automática en caso de fallecimiento o incapacidad del presidente.
El presidencialismo implica una personalización del poder, pero la sucesión entre elecciones puede llevar a
la suprema magistratura a alguien a quien, en circunstancias normales, ni los votantes, ni los líderes del
partido, ni la elite política hubieran confiado ese puesto.
En el caso de fallecimiento o dimisión del presidente por una u otra causa, se supone que la
vicepresidencia asegura una sucesión automática sin un vacío de autoridad o un interregno.
El sistema de partidos y el presidencialismo:
29
Varios autores han observado que la mayoría de las democracias presidenciales estables se aproximan a
un sistema bipartido, mientras que muchas con sistemas parlamentarios estables, son sistemas
multipartidos.
Se podría discutir si los partidos son esenciales para el funcionamiento de las democracias, pero lo cierto es
que la historia de la democratización ha estado asociada con el desarrollo de los partidos y su legitimación.
Presidencialismo con adaptaciones:

Las dificultades que el presidencialismo puro genera han llevado en varios países latinoamericanos a 30
normas constitucionales o prácticas políticas, a acuerdos entre políticos o partidos, que ignoran o
modifican profundamente los principios del presidencialismo. En varios casis han violado la esencia de los
que es el gobierno presidencial, ignorando o frustrando los deseos del electorado, y han sido
decididamente a-democraticas, puesto que limitan la elección de los votantes.
El mito del liderazgo presidencial y de una democracia parlamentaria sin líderes:

Uno de los mayores argumentos a favor del presidencialismo es que ofrece un fuerte liderazgo
personalizado. Este argumento ignora el hecho de que los presidentes muy a menudo no son líderes
fuertes, sino candidatos resultado de compromisos. Aunque su cargo les concede considerables poderes, la
obstrucción del congreso puede hacer imposible su liderazgo.
En muchas democracias se da una cierta convergencia entre sistemas parlamentarios y presidenciales en el
hecho de que cada vez más la gente vota por el líder de un partido que pueda gobernar.
Los votantes en las democracias parlamentarias contemporáneas votan cada vez más por un partido para
asegurar que si líder forme gobierno, y votan contra un partido cuyo líder no goza de su confianza. La
personalización del liderazgo hace a los sistemas parlamentarios contemporáneos que tienen líderes que
saben cómo utilizarla más parecidos a los sistemas presidenciales.
El liderazgo personalizado, incluso carismático, no es incompatible con la democracia parlamentaria, pero
el líder tiene también que conseguir la confianza de un partido, de un cuadro de políticos que le
suministren miembros para el gobierno y líderes para los comités parlamentarios.
Quizá una de las principales ventajas de un sistema parlamentario estribe en que es capaz de presentar un
plantel de líderes potenciales más amplio que un sistema presidencial, aunque esto no es del todo cierto.
En un sistema multipartido en el cual los líderes de los partidos más importantes tienen unas expectativas
razonables de llegar a ser primer ministro o de jugar un papel importante en el gobierno, el número de
aspirantes a puestos de liderazgo que entran en el parlamento es muy probable que sea mucho mayor que
en la mayoría de los sistemas presidenciales.
Presidencialismo, federalismo y sociedades multiétnicas:

En alguna ocasión se ha sugerido que el presidencialismo esta especialmente indicado en el caso de


repúblicas federales porque la presidencia puede servir como un símbolo unificador, especialmente en
ausencia de una monarquía, y puede representar a la nación como una totalidad de un modo que un
parlamento no puede hacer.
En algunos países latinoamericanos, el peso demográfico e incluso el aun mayor peso político de algunos
estados grandes con áreas metropolitanas extensas, supondría que un presidente directamente elegido no
sería tan representativo de toda la federación como el presidente de un país cuyos estados estuvieran más
equilibrados en cuanto a población y recursos. Seria por tanto dudoso afirmar que los sistemas
presidenciales sirven mejor a la integración nacional que los sistemas parlamentarios.

30
Uno de los aspectos negativos del presidencialismo latinoamericano ha sido el empleo del poder de
intervención en los estados federales, que permite suspender o desplazar a las autoridades federales y
nombrar a un interventor con plenos poderes. Esta práctica no es inherente al presidencialismo, sino que
es el resultado de ciertas normas constitucionales y de su interpretación.
En una sociedad multiétnica sin un grupo absolutamente dominante que apoye a un partido y que obtenga
una mayoría absoluta, un sistema parlamentario podría ofrecer la posibilidad de formar coaliciones y llegar
a acuerdos de tipo consociativo, que podrían dar una respuesta flexible al conflicto étnico.
31
Presidencialismo y las fuerzas armadas:

Un argumento que se emplea a veces a favor del presidencialismo es que proporciona al sistema político
un liderazgo personalizado, alguien a quien las fuerzas armadas pueden identificar como jefe supremo, una
identificación que sería más difícil con un primer ministro.
Indudablemente, la personalización durante un cierto tiempo de la autoridad en un presidente que es a la
vez jefe del gobierno y jefe del estado puede ser congruente con el sistema de valores de la organización
militar. Pero en el caso de deslegitimación y controversia en torno a un presidente, esta relación
personalizada puede incitar a los militares a llevar a cabo actos inconstitucionales contra el presidente.
El jefe de estado en regímenes parlamentarios:

Al analizar los regímenes parlamentarios los científicos de la política tienden a olvidad el papel del jefe de
estado.
Entre los primeros papeles importantes que posee dentro de la política está el asumir una serie de
funciones “representativas” y ceremoniales en la vida de los estados modernos, desde recibir las
credenciales de embajadores a visitar países extranjeros y a inaugurar reuniones y edificios. Estas
actividades consumen un tiempo que, en el caso del presidente, se resta al de gobernar.
El jefe de estado puede desempeñar el papel de consejero o arbitro reuniendo a los líderes de los partidos
y facilitando el intercambio de información entre ellos.
Sistemas semipresidencial, semiparlamentario o de ejecutivo bipolar:

Surge como una alternativa tanto al presidencialismo como al parlamentarismo. En la literatura se describe
este tipo de sistema como de ejecutivo bipolar, de ejecutivo dividido, una república parlamentaria
presidencial, un gobierno casi parlamentario y semipresidencial.
Básicamente, los sistemas de ejecutivo dual tienen un presidente elegido por el pueblo bien directa o
indirectamente, y no uno nombrado por el parlamento. Y un primer ministro que necesita la confianza del
parlamento. Otras características que no siempre se dan pero que se asocian frecuentemente con sistema
de ejecutivo dual son: el presidente nombra al primer ministro, aunque necesita el apoyo del parlamento,
y el presidente puede disolver el parlamento.
Los sistemas de ejecutivo dual se han introducido en países que han conseguido la independencia de otro
país o de un poder que los dominaba y que buscaban un símbolo para la nueva nación.
Los sistemas que pueden clasificarse en líneas generales como de ejecutivo dual muestran muchas
diferencias importantes en los poderes que la constitución atribuye al presidente, poderes que no siempre
coinciden con los poderes reales que por lo menos en algunas etapas ha ejercido.
Ejecutivo dual y fuerzas armadas:

31
Un problema constitucional y político relacionado con el modelo de ejecutivo dual y que merece
considerable atención es la cuestión de quien tiene autoridad sobre las fuerzas armadas, el presidente o el
primer ministro. El tema es especialmente relevante porque la mayoría de las constituciones democraticas
consideran al presidente como la cabeza simbólica del ejército.
En un sistema de ejecutivo dual es muy probable que por lo menos tenga tres actores principales, y
frecuentemente cuatro: el presidente, el presidente de gobierno, el ministro de defensa y generalmente
un jefe del Alto Estado Mayor a cuyas ordenes están directamente las fuerzas armadas.
32
JOSEP VALLÉS
capítulo 16

Las relaciones entre instituciones y las formas de gobierno:


¿Poderes separados o instituciones diferenciadas?
El estado se ha ido estructurando en torno a un conjunto de instituciones que desempeñan
funciones diversas. Como respuesta a las necesidades de las complejidades de las sociedades,
fueron surgiendo nuevas instituciones. Se dieron también factores propiamente políticos que han
conducido a esta diferenciación.
En el mismo origen del estado liberal, se manifestó una prevención contra la concentración de
funciones políticas en pocas manos, tal como ocurría en los estados absolutos. Esta
concentración tendía a derivar en una autoridad despótica que amenazaba la libertad de los
ciudadanos. Como reacción, Locke y sobre todo Montesquieu elaboraron y pusieron en
circulación la doctrina de la llamada “división de poderes”. Estaban convencidos de que una
comunidad debía atribuir el ejercicio del poder a más de una institución: de ese modo se evitaría
un desequilibrio amenazador para el disfrute de las libertades públicas.
Pero esta búsqueda de separación y equilibrios entre instituciones o poderes del estado ha
pasado por etapas diferentes.
 En una primera fase, la afirmación liberal de la división de poderes tenía como objeto
contrarrestar el poder absoluto de los monarcas hereditarios. Se buscaba una separación
equilibrada de poderes y funciones entre el rey y un parlamento con capacidad legislativa,
en el que solo estaban representados los grupos sociales dominantes. Ambas instituciones
se compensaban mutuamente en lo que se ha denominado un sistema de checks and
balances.
 Pero este modelo liberal original se vio alterado con la gradual expansión del derecho al
voto. Un parlamento elegido por sufragio universal expresaba la voluntad de todo el
pueblo, al que se reconocía el poder político originario. Una tradición democrática radical
reclamaba la supremacía parlamentaria. Esta reivindicación consiguió imponerse en
algunos países europeos a finales del siglo XIX, cuando el centro de gravedad del sistema
político se situó efectivamente en el ámbito parlamentario.
 Finalmente, una nueva revisión del principio de la separación de poderes ha tenido lugar
como efecto de transformaciones políticas y económicas desarrolladas en la segunda
mitad del siglo XX. Entre tales transformaciones hay que señalar la consolidación de los
partidos como organizaciones que adquirieron el protagonismo en la vida política.
Finalmente, en el orden de los fenómenos sociales hay que resaltar el protagonismo
adquirido por la comunicación de masas: los medios que la desarrollan se han convertido

32
no sólo en portavoces o tribuna de los actores políticos, sino en antagonistas de estos.
Todo ello ha contribuido a situar en una posición central al poder ejecutivo.
Las relaciones entre las instituciones estatales se han ido modificando al compás de cambios en
el contexto social, económico y cultural. No puede hablarse propiamente de «separación de
poderes», puesto que sus actividades se encuentran en permanente relación.
Formas de gobierno: los modelos clásicos.
Si se sigue un planteamiento tradicional es posible construir una tipología que nos da cuatro
33
modelos ideales de relación entre instituciones, conocidos generalmente como formas de
gobierno. El criterio clave para la distinción es la diferente relación que se establece en cada caso
entre el ejecutivo y el parlamento.
 Los modelos de directorio o de asamblea. En este modelo, la asamblea interviene de modo
decisivo y exclusivo en el nacimiento de un ejecutivo colegiado —llamado a veces
«directorio»—, porque elige individualmente a cada uno de sus miembros para un período
determinado.
 Los modelos parlamentarios. El apoyo de la mayoría parlamentaria es condición para la
existencia y continuidad de un gobierno. Este apoyo puede ser explícito “cuando se
formula mediante un voto de investidura o de confianza “o implícito” cuando la mayoría
parlamentaria se abstiene de recurrir a una votación de censura”. En contrapartida, el
ejecutivo puede disolver el parlamento y convocar nuevas elecciones. El jefe de estado
“monarca hereditario o presidente de la república elegido por sufragio indirecto”
desempeña un papel básicamente ceremonial.
 Los modelos semipresidenciales. El parlamento influye parcialmente —pero no de modo
exclusivo— en el nacimiento de un gobierno, puesto que el jefe del estado interviene
también en su designación y en su cese. El jefe de estado o presidente de la república es
elegido por sufragio universal. El parlamento controla la actividad del gobierno y puede
igualmente poner término a su existencia mediante un voto de censura.
 Los modelos presidenciales. Parlamento y ejecutivo tienen existencias independientes. El
parlamento no ejerce intervención alguna en la designación del ejecutivo, elegido
directamente por el pueblo mediante sufragio universal. El parlamento no puede ser
disuelto por el presidente, ni el presidente puede ser relevado de sus funciones por el
parlamento. El parlamento supervisa las actividades del ejecutivo. Por su parte el
presidente puede vetar leyes aprobadas por el parlamento.
Formas de gobierno: la realidad actual.
Sin embargo, esta tipología clásica ignora algunos factores que ejercen hoy una gran influencia
sobre la dinámica de las instituciones. Recordemos algunos:
 la aparición de los partidos como organizaciones protagonistas en las elecciones y en la
acción parlamentaria.
 la expansión de la actividad del estado, convertido en actor económico y proveedor de
servicios;
 el control judicial de las leyes;
 la tendencia a la dispersión territorial del poder, reforzando la posición de los gobiernos
subestatales.
 el papel eminente de los medios de comunicación de masas y de las técnicas de sondeo
de la opinión pública.
Todos estos factores moldean y transforman las funciones del parlamento y del ejecutivo.

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Josep Vallés
Capítulo 7: Estado, monocracia y democracia
A lo largo del siglo XIX algunos factores facilitaron un acceso progresivo de sectores amplios de la
población a la información y actividad política. La llamada “política de masas” iniciaba su historia.
Aristóteles, para catalogar a los sistemas políticos, combinó dos criterios: en manos de quien reside el
poder y con qué finalidad se ejerce. De la combinación obtenía seis tipos ideales. Tres recomendables y
44
tres desechables. La tradición romana incorporó los conceptos de dictadura y república; donde el primero
se refería al gobierno de uno solo, y la república, se aplicaba al gobierno de muchos en beneficio de todos.
La política de masas obligó a revisar los términos de la tipología clásica. Y los seis tipos fueron
condensándose en dos: democracia y dictadura.
La monocracia o dictadura se caracteriza porque su práctica política está definida por:

 La capacidad política decisiva en pocas manos.


 Un acceso difícil y selectivo de los medios y recursos.
 Unas decisiones políticas que se adoptan a favor del mismo grupo y se apartan de las preferencias
generales de los ciudadanos
La democracia se traduce a una forma de gestión de los conflictos que observa tres condiciones
fundamentales:

 Capacidad de hacer política a todos los miembros de la comunidad.


 El acceso libre e igual a los medios de intervención política.
 La toma de decisiones que respondan a las preferencias de la mayoría.

Las características comunes


Es posible establecer cuatro características propias de todos los sistemas monocráticos o dictatoriales:

 La concentración exclusiva del poder en núcleos reducidos.


 Personalización de la autoridad, atribuyendo unas condiciones singulares y extraordinarias al titular
del poder.
 Papel decisivo y central de los mecanismos de control de la ciudadanía para reprimir resistencias al
poder.
 Inestabilidad de las normas legales y arbitrariedad en su interpretación, provocando la inseguridad
de los ciudadanos ante un poder imprevisible que no se sujeta a las reglas.
El proceso de la elaboración de las leyes y la acción de los tribunales están condicionados por el interés
directo de la dictadura. Pueden modificar los textos sin previo aviso y pueden dar instrucciones a los jueces
para que los interpreten a su conveniencia. Lo que distingue a los sistemas monocráticos es la condición
subordinada e insegura de los ciudadanos.
Las variantes
Dos criterios permiten clasificar este sistema, el primero es la identificación del actor colectivo que acapara
el poder político. El segundo es la ideología declarada del grupo en el poder.

 Un primer criterio consiste en determinar cuál es el actor que acapara el poder político.

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 El segundo criterio, es la ideología de los grupos en el poder. Se proponen como objetivo la
conservación de la situación socioeconómica que no siempre coinciden con la realidad de las
políticas practicadas.
Sistemas totalitarios y sistemas autoritarios
-Se denominan sistemas totalitarios a los que han llevado a su mayor intensidad características como:
o La concentración del poder en una sola persona.
o La justificación de su actuación política mediante el recurso de una doctrina global. Esta doctrina se
45
presenta como un conocimiento científico que no admite refutación.
o El empleo sistemático del terror para eliminar cualquier forma de disidencia u oposición.
Lo que permite clasificar a estos sistemas como “totalitarios” ha sido su pretensión de convertir a la
política estatal en el mecanismo controlador de todas las demás esferas de relación humana y de ocupar
todo el espacio social.
-Por su parte, los sistemas autoritarios exhiben rasgos similares a los anteriores, pero con menor grado de
intensidad.
o La concentración de poder en una coalición reducida actores que mantiene entre sí una cierta
competencia por el reparto de dicho poder.
o La legitimación del sistema dictatorial mediante la invocación de grandes principios, sin proclamar
una ideología estructurada de carácter global y sin pretensiones de atender a todos los aspectos de
la vida colectiva.
o El recurso de la acción represiva con elementos de arbitrariedad y sin llevar a la práctica el
exterminio sistemático del opositor.

El estado soviético: La revolución rusa de 1917 puso en marcha una organización política que pretendía
superar las deficiencias del Estado liberal. El modelo presenta las siguientes características:
o La relación política fundamental se establece entre el poder político y cada ciudadano como
miembro de una clase social. El actor político principal es el proletariado. La “dictadura del
proletariado” sustituye la “dictadura de la burguesía” propia del Estado liberal.
o Cuando se pertenece a esta clase se disfruta de derechos. Pero estos derechos derivan del mismo
proyecto revolucionario: los derechos sólo se garantizan en tanto no contradiga o no pongan en
riesgo el avance colectivo hacia las transformaciones del estado.
o El derecho y las leyes son ahora la expresión de la voluntad transformadora de la clase
revolucionaria. La “dictadura del proletariado” se confunde con la “dictadura del partido” y de sus
dirigentes.
o Se prefiere una concentración de poder eficiente a una división o separación de poderes. Con ellos
se da lugar a la aparición del “partido-estado”. Cuando la capacidad de movilización revolucionaria
no es suficiente, este partido estado ha de contar con la colaboración indispensable de un aparato
represivo que criminaliza la discrepancia política y la somete a la represión sistemática.
o ¿Cómo se relaciona el estado soviético con un contexto económico y social? En su concepción el
estado soviético es el actor económico exclusivo para transformar la sociedad. No hay ámbito
económico separado del ámbito estatal.
o Esta misma posición de control se da en el campo de la intervención social: es el estado el que
asuma la prestación de bienes y servicios subvencionados a los ciudadanos. En esta tarea de
protección social está la misma justificación de la existencia del estado.
El estado nazi –fascista: ¿Qué caracteriza a este modelo?

45
o La relación política se establece entre el poder concentrado de un líder supremo y una comunidad
nacional. La existencia política de un individuo depende de su identificación con el “todo”
comunitario, al que ha de someterse y reserva todas las dimensiones de su vida. Esta “totalidad” se
define por rasgos étnicos o históricos. Quienes no comparten estos rasgos son ignorados de la vida
política. como cuerpos extraños a la misma que deben ser violentamente marginados.
o La presencia activa de la política totalitaria queda reservada a los miembros de esta comunidad
nacional.
o Es la voluntad de este mismo líder la que da origen al derecho como conjunto de reglas básicas. La
46
permanencia o estabilidad del derecho queda supeditada al dirigente supremo.
o No hay justificación para una división de poderes. Al contrario, la base del sistema es la
concentración de autoridad en una sola persona.
o El estado favorece el desarrollo del capital privado. Suprime los sindicatos obreros y los convierte
en organizaciones controladas por el propio estado y supeditadas al interés del capital. Pone en
marchas algunos sistemas estatales de asistencia, con el fin de atemperar las condiciones extremas
de desempleo y explotación que pudieran ser motivo de agitación social.
o Estas bases ideológicas son el resultado de la integración de intereses de grupos sociales y de
diversas aportaciones ideológicas

Valles capítulo 8
-De la democracia de los clásicos a las poliarquías.

*La democracia era vista como algo negativo, un régimen político no aconsejable, pero a lo largo
del siglo 19 paso a ser vista como la práctica de la igualdad humana y el derecho de todos a
intervenir en la política, se convirtió en una bandera movilizadora.
*Características de la política democrática:
1.La titularidad del poder es atribuida a todos los miembros de la comunidad, pero el ejercicio es
confiado a una parte minoritaria de ella.
2.La protección de los derechos de las minorías frente a las mayorías para evitar que la voluntad
de estas últimas acabe con ellas y permitir que la minoría pueda convertirse en mayoría.
3.Una selección de los gobernantes basada en elecciones periódicas y competitivas.
4.La intervención popular en decisiones socioeconómicas para promover el desarrollo individual y
garantizar la igualdad de condiciones entere ciudadanos.
5.La capacidad de los ciudadanos para influir en el contenido de las decisiones políticas para que
exista una correspondencia entre sus aspiraciones y las acciones del gobierno.
*Democracia instrumental: atiende a las reglas del proceso político, estas deben ser clara e iguales
para todos los que participen en él, su perspectiva se orienta a la fase del input ya que lo
importante es asegurar un juego limpio en el que todos los actores tengan garantizada su
oportunidad de intervención.
*Democracia material: se basa en los objetivos políticos, el sistema será más democrático, cuanto
más disminuyan las desigualdades sociales y económicas existentes, se enfoca más en el output
político, ya que no le importa tanto que se siga el procedimiento, sino más bien los resultados que
se dan.
46
-Medios y fines en la democracia.
*Hacer política es la gestión de los conflictos de la comunidad y la democracia es la manera de
hacerlo con la intervención de los ciudadanos en la identificación y selección de conflictos, el
debate sobre las alternativas y en la decisión final para seleccionar una. Esto requiere que la
decisión sea precedida de un diálogo libre y bien informado entre quienes la toman.
*Condiciones indispensables para que un sistema pueda ser considerado democracia:
47
1.El libre acceso a la actividad política de todos los miembros de la comunidad sin excluir por
género, raza, lengua, religión, etc.
2.La designación electoral de las autoridades en una competición libre y periódica.
3.La existencia de un control sobre la actuación de las autoridades para hacerlas responsable de
ella.
4.La capacidad de asociarse en organizaciones autónomas e independientes de las a autoridades.
5.La garantía de la libertad de expresión que permita la crítica y la oposición a las autoridades.
6.La pluralidad de fuentes de información accesibles a la comunidad.
*Hay quienes quieren centrarse solamente en la democracia instrumental, sostienen que ponerse
de acuerdo sobre los medios para regular los conflictos es suficiente, y que no hay que arriesgarlo
debatiendo los fines o valores. Sin embargo, si se acepta la democracia en toda su idea, con la
participación política sin exclusiones, es porque cada miembro de la comunidad reconoce el valor
del otro y espera obtener lo mismo. Como consecuencia, este reconocimiento reciproco conduce a
que este valor pueda activarse en la práctica de todas sus dimensiones, facilitando al sujeto las
condiciones que permitan su desarrollo. Con lo cual se vuelve a la democracia material y cuando
alguien sostiene una visión limitada a la democracia instrumental exhibe una incoherencia al
rechazar la consecuencia principal del criterio democracia, por lo que podría tratarse de alguien
que solo acepte la democracia mientras la decisiones políticas no alteren las relaciones de
desigualdad y a la vez su posición ventajosa.
-El mapa de las poliarquías contemporáneas: el estado liberal-democrático.
*No hay sistema político que satisfaga totalmente los resquicitos del ideal de la democracia, ya
que en la realidad hay que tener en cuenta las reglas (la intervención política de los ciudadanos) y
los resultados (las desigualdades). En esta perspectiva el número de estados democráticos no pasa
de los 30 sobre un total mundial de200, estos son sistemas que pueden calificarse como estados
liberal-democrático. El modelo es resultado de experiencias históricas que corrigen las
insuficiencias demostradas por el estado liberal y estas correcciones afectan aspectos políticos y
socioeconómicos, produciendo así un tipo de estado que comprende a las sociedades más
desarrolladas e influyentes.

Guy hermet

47
El sentido común circunscribe el núcleo capital del totalitarismo a una articulación autoritaria del poder,
excluyendo el pluralismo abierto. Puesto que las definiciones del totalitarismo más divulgadas procedes de
esta misma idea, más vale confrontarlas con su objeto, que es el despotismo moderno. Dos de las primeras
formas de ese nuevo despotismo, representado por la Italia fascista y la Alemania nazi. Estos dos casos de
despotismo burgués por analogía o contraste con el caso mayor del totalitarismo posburgues el de la URSS.
Esos sistemas son extraordinarios en la medida en que trascienden el simple autoritarismo por su ambición
de no ser solamente regímenes fuertes, que bloquean la competencia externa para acceder al poder, sino
sistemas que superan al Estado, caracterizados por su voluntad de reinventar las esferas de lo político, de 48
las creencias y de la vida social.
Si conviene usar el vocablo totalitario para identificar los sistemas de poder reales, debe ser en las
circunstancias en las cuales el designa los propósitos, los procedimientos del Estado que no dejaban
abierta la eventualidad de un desquite de la sociedad civil sobre el déspota colectivo. Es en la medida del
aniquilamiento de la autonomía social que se opera como debemos apreciar el totalitarismo.
No es necesario decir que los sistemas fascista, nazi o comunista no han inventado el ejército y la
inculcación del terror como propedéuticas de obediencia.
Por otra parte, no es menos notorio que la violencia ha revestido una intensidad muy diferente en el caso
italiano, alemán y ruso. Al principio la represión leninista de los años 1912-1922 llego bastante más lejos
que las exacciones del fascismo o incluso del nazismo nacientes. En seguida solo es el fascismo el que ha
continuado distinguiéndose por su moderación en comparación con los despotismos hitleriano y staliniano
en entendiéndose que el nazismo devoraba de preferencia los hijos ajenos, mientras que el comunismo
consumía ante todo los propios. El uso de la fuerza abierta legitimada no representaría sino una variable
independiente del totalitarismo no su rasgo distintivo.
Por lo mismo, igualmente conviene acomodarse con aquella entre las definiciones del fenómeno totalitario
aísla mejor la variable más específica o sea su designio de remodelar la sociedad, no con el fin exclusivo de
subordinarla a una dictadura, sino con el propósito de domesticarla de tal manera que no exista ya en ella
ninguna motivación independiente ni veleidad de quererla.
La dinámica totalitaria y su finalidad que es el poder por el poder, no se confunden con el proceso
intelectual que entraña la maduración del propósito o que lo legitima después. Las características del
totalitarismo que aíslan buen su contenido antisocial, generalmente llamado revolucionario, tienen a
menudo a conceder demasiada importancia a su contenido ideológico a percibir como “ideocracia”, el
déspota totalitario no hace jamás otra cosa, sino actuar “en nombre” de su admirable idea del bien común.
Para Richard Lowenthal los sistemas fascista/nazi al igual que los comunistas son totalitarios no en vista de
sus “técnicas modernas” sino en virtud de su “impulso ideológico hacia un transformación total y
finalmente mundial de la sociedad”. La fórmula no es excelente sino bajo dos reservas terminológicas. Por
una parte, el impulso totalitario no es prioritariamente ideológico sino en el tiempo inicial de la conquista
del poder. Se vuelve en seguida político o más bien neopatrimonial por sus motivaciones que es la
apropiación elitista del conjunto del espacio social por un grupo dominante. Grupo dominante legitimado
por una ideología hecha a la medida de ese inmenso apetito. Por otra parte, el objetivo de transformación
de la sociedad concierne no solo al arreglo de su estructura sino a la atomización de los grupos que la
constituyen, en una palabra, su destrucción.
El totalitarismo se caracteriza en un arreglo global del poder por el poder más allá de las proclamaciones
ideológicas. Arreglo global que no busca únicamente abolir los signos de la autonomía social sino romper
las motivaciones, transformar los elementos materiales, culturales y humanos de una pseudosociedad.

48
Al caracterizar el estado totalitario fascista, como una democracia organizada concentrada, autoritaria,
reposando sobre una base nacional. Mussolini participa de dos tradiciones de un nacionalismo contrariado
de los más clásicos.
En esta perspectiva el Estado totalitario no es sino el poder fuerte, capaz de llevar bien el parto tardío de
una nación dejada en el desamparo por la inestabilidad gubernamental y la corrupción del seudo estado
parlamentario y oligárquico, en el gobierno desde hacía cinco decenios. Por otra parte, la ideología
mussoliniana se inscribe paralelamente en la tradición nacionalista de una izquierda italiana.
49
El propósito es edificar el Estado neutro moderno, no avasallar a la sociedad.
En resumen, la ideología fascista no es solo compatible con la conservación de los grandes equilibrios
sociales en medida en que no contempla los medios de suprimir la base material y cultural de su juego.
A la inversa el racismo nazi no pudo ciertamente ser tildado de blando. Esto equivale a decir que el
contenido y el alcance de la “ideología” totalitaria alemana se revela menos universalista incluso en
comparación con el fascismo.
Los nazis conciben la totalidad sin el Estado o más bien en su contra, tomando al revés el concepto italiano
de Estado totalitario. Para ellos, no es el estado el que debe convertirse en partera de la nación sino su
partido que en tanto que encarnación del pueblo alemán, debe superar y desplazar al Estado.
El fascismo y sobre todo el nazismo encuentran su terreno propicio en los países marcado por la herencia
del Sacro Imperio Romano Germánico. Contrariados en su nacionalismo por un acceso tardío a la unidad
política. Esos países de alguna manera habrían reaccionado contra esta tensión mediante una adhesión a
unos ideales de expansión brutal y expiatoria para sus víctimas.
Esta política totalitaria en su represión de los símbolos de la autonomía de la sociedad, oculta, más que
suprime, las motivaciones de esta autonomía.
Según Linz, las dictaduras burguesas de esta especie solo limitan la expresión política del pluralismo de sus
sociedades, negándosela a las fuerzas irrecuperables por el poder. En cambio, la toleran y favorecen
incluso, no solo entre las fuerzas que los sostienen, sino entre aquellos que no desesperan de poder
ganárselos.

Robert Dahl
Democracia significa gobierno del pueblo. El termino deriva del griego demokrati acuñado a partir de
demos (pueblo) y Kratos (gobierno).
Instituciones democráticas:
Desde la época de los antiguos griegos, tanto la teoría como la práctica de la democracia ha
experimentado cambios profundos. Así durante miles de años, el tipo de asociación dentro del cual se
practicó la democracia fue lo bastante pequeño como para adecuarse a alguna forma de democracia por
asamblea o “democracia directa”. Cuando la asociación típica paso a ser el estado-nación o el país, la
democracia directa dio paso a la democracia representativa. Esta última exigía un conjunto de instituciones
políticas que diferían radicalmente de aquellas propias de las democracias más tempranas.
Hasta hace bastante poco, la mayor parte de las asociaciones democráticas limitaban el derecho de
participar del gobierno a una minoría de la población adulta. A principios del siglo XX, este derecho se
extendió a casi todos los adultos.

49
A pesar de estos y otros cambios importantes, es posible identificar una cantidad considerable de sistemas
políticos antiguos que involucraron alguna forma de “gobierno del pueblo”.
Formas prehistóricas de democracia:
La democracia suele identificarse con Grecia alrededor del año 500 a.C. es posible suponer que la
democracia surge de manera natural en cualquier grupo bien delimitado como una tribu. A estos primeros
humanos, la democracia, tal como se le practicaba entonces, bien podría haberles parecido el sistema
político más “natural”.
50
Cuando el largo periodo de la caza y el acopio llego a su fin y los humanos comenzaron a establecerse en
comunidades fijas, principalmente a los fines de la agricultura y el comercio, mayores desigualdades en
términos de riqueza y poderío militar entre las comunidades, junto con un marcado aumento en el tamaño
y la escala de la comunidad típica, alentaron la difusión de formas jerárquicas y autoritarias de la
organización social.
La Grecia clásica:
Durante el periodo clásico, Grecia por supuesto, no era un país en el sentido moderno, sino una suma de
muchos cientos de ciudades-estado independientes. La asociación política más adecuada para el gobierno
democrático es la polis o ciudad-estado.
Si bien la ciudadanía en Atenas era hereditaria, la membresía en el demos se limitaba a los ciudadanos
varones de 18 años de edad o mayores.
El corazón y centro de su gobierno era la Asamblea que se reunía casi una vez por semana. Las decisiones
se tomaban mediante el voto, y se votaba a mano alzada. En este caso prevalecían los votos de una
mayoría de los presentes con derecho a voto.
Los poderes de la Asamblea eran amplios, pero de ningún modo eran ilimitados. Los asuntos que trataba la
Asamblea eran fijados por el Consejo de los Quinientos, el cual, a diferencia de la Asamblea, estaba
compuesto por representantes elegidos por sorteo. Otra institución política importante en Atenas eran los
tribunales populares. Estos estaban compuestos por jurados elegidos por sorteo de una reserva de
ciudadanos mayores de 30 años.
En el año 411 a.C un grupo conocido como los Cuatrocientos tomo el control de Atenas e instauro una
oligarquía. A menos de un año los 400 fueron derrocados y la democracia fue plenamente restaurada. En el
321, Atenas fue dominada por Macedonia quien introdujo los requisitos de propiedad que excluyeron de
hecho a muchos atenienses comunes del demos.
La república romana:
Aproximadamente en el mismo momento en que se instauraba el gobierno popular en Grecia, este
también apareció en la península itálica, en la ciudad de Roma.
Como Atenas, Roma fue en su origen una ciudad-estado. Las asambleas romanas se llevaban a cabo en el
muy pequeño Foro en el centro de la ciudad.
Aunque la ciudadanía romana era conferida por nacimiento, también era otorgada mediante la
naturalización y la manumisión de los esclavos. Pero debido a que las asambleas romanas siguieron
reuniéndose en el Foro, la mayor parte de los ciudadanos que no habitaban dentro o cerca de la ciudad no
podían participar, y, por ende, quedaban de hecho excluidos del demos.

50
Los romanos no solo instituyeron un Senado extremadamente poderoso, sino además cuatro asambleas.
En todas estas los votos se contaban por unidades, no por personas. Por lo tanto, en la medida en que una
mayoría prevalecía en la votación, se trataba de una mayoría de unidades no de ciudadanos.
Las repúblicas italianas desde el siglo XII
Cuando em Imperio Romano colapso en el año 476, la península italiana se separó en un cumulo de
entidades políticas menores. Algunas de estas entidades evolucionaron en ciudades-estado más o menos
independientes e instauraron sistemas de gobiernos basados sobre una participación más amplia y sobre la
51
elección de líderes por periodos limitados.
Los italianos dieron a sus ciudades-estado el nombre de repúblicas, en lugar de democracias. En la primera
mitad del siglo XIII grupos de clases sociales y económicas más bajas empezaron a exigir el derecho a
participar en alguna medida en el gobierno. Algunos de estos grupos tuvieron éxito.
En la segunda mitad del siglo XIV las condiciones que habían favorecido la existencia de ciudades-estado
independientes y de una participación más amplia en el gobierno fueron desapareciendo gradualmente.
Hacia la democracia representativa: Europa y Norteamérica hasta el siglo XIX.
Cerca del año 800 los hombres libres y los nobles de varias partes de la Europa continental del norte
comenzaron a participar de manera directa en asambleas locales. En el 930 los descendientes de vikingos
de Islandia crearon el primer ejemplo de lo que hoy se denominaría asamblea, legislatura o parlamento
nacional.
En Inglaterra entre las asambleas creadas en Europa durante la edad media, la que más profundamente
influyo en el desarrollo del gobierno representativo fue el parlamento inglés. Este surgió de los consejos
convocados por los reyes para resarcir agravios y ejercer funciones judiciales. Este gradualmente fue
evolucionando en un órgano legislativo.
Durante las Guerras Civiles inglesas se abolió la monarquía y se estableció una república. El gobierno
parlamentario británico todavía no era un sistema democrático. Principalmente por exigencias de
propiedad, el derecho de voto era gozado solamente por algo así como un 5 por ciento de la población
británica mayor de 20 años.
En la colonia norteamericana las condiciones favorecieron el desarrollo limitado de un sistema de
representación con una base más amplia que aquella vigente en Gran Bretaña.
Aun cuando el sufragio se extendió ampliamente entre los blancos adultos, continúo excluyendo
segmentos importantes de la población adulta como las mujeres, los esclavos, muchos negros libres y
norteamericanos nativos.
¿Democracia o república?
Madison definió la “democracia pura” como una sociedad que se compone de un reducido número de
ciudadanos que se reúnen y administrar personalmente el gobierno, y a la republica como un gobierno en
que tiene efecto el sistema de la representación. Según Madison las dos grandes diferencias entre una
democracia y una república son: primera, es que en la segunda se delega la facultad de gobierno en un
pequeño número de ciudadanos, elegidos por el resto. Segunda que la republica puede comprender un
número mayor de ciudadanos y una mayor extensión de territorio.
James Wilson propuso una clasificación nueva. Las tres especies de gobiernos son el monárquico, el
aristocrático y el democrático. En una monarquía el poder supremo pertenece a una única persona. En una
aristocracia a un órgano que no está formado según el principio de la representación, sino que goza de su
51
situación por descendencia o elección entre sí o por derecho conforme a algún requisito personal o
territorial. Y, por último, en una democracia es inherente a un pueblo y es ejercido por el o por sus
representantes.
Sufragio:
La representación no fue la única innovación en las ideas e instituciones democráticas. En el siglo XIX se
redujeron los requisitos de propiedad para votar y finalmente fueron eliminados. La exclusión de las
mujeres del demos fue cada vez más objetada, empezando por Nueva Zelanda en 1893 más y más países
52
fueron otorgando a las mujeres el sufragio y otros derechos políticos.
De modo que en los siglos XIX y XX el demos se fue expandiendo en forma gradual hasta incluir a todos los
ciudadanos adultos. Esta expansión paso a ser una condición nueva de la democracia misma.
Facciones y partidos:
En muchas de las democracias y repúblicas de las ciudades-estado, estuvieron dadas por las “facciones”
que incluían tanto a grupos informales como a partidos políticos organizados. Mucho más tarde en varios
países las democracias representativas desarrollaron partidos políticos con el fin de seleccionar candidatos
para la elección al parlamento y de organizar el apoyo parlamentario a favor del primer ministro y su
gabinete o la oposición de ellos.
Gobierno de la mayoría y tiranía de la mayoría:
El temor de la “tiranía de la mayoría” era algo habitual en el siglo XVII. Teniendo la oportunidad se decía
una mayoría seguramente pisotearía los derechos fundamentales de las minorías. Los derechos de
propiedad se percibían especialmente vulnerables, puesto que era de esperar que cualquier mayoría o
grupo de ciudadanos con poca o ninguna propiedad estaría tentando a infringir los derechos de las
minorías propietarias.
El temor a la tiranía de la mayoría fue mitigado y finalmente abandonado una vez que los líderes de varios
países democráticos tomaron conciencia de que podían crear numerosas barreras contra el gobierno
irrestricto de la mayoría.
La difusión de la democracia en el siglo XX:
Durante el siglo XX el número de países que contaba con las instituciones políticas básicas de la democracia
representativa aumento notablemente.
Todas las principales alternativas a la democracia sufrieron fallas políticas, económicas, diplomáticas y
militares que en gran medida disminuyeron su atractivo.
Estos cambios ideológicos e institucionales fueron acompañados por cambios en las instituciones
económicas. Economías fuertemente centralizadas bajo control estatal habían permitido a los líderes
políticos utilizar su fácil acceso a los recursos económicos para recompensar a sus aliados y castigar a sus
críticos.
Sistemas democráticos contemporáneos:
Las diferencias entre los países democráticos han generado distinciones importantes en sus instituciones
políticas, estos son sus rasgos:
Sistemas presidencial y parlamentario: mientras que el sistema presidencial norteamericano fue
generalmente adoptado en América Latina, en África y en otros lugares del mundo en vías de desarrollo, a
medida que los países europeos se fueron democratizando, adoptaron versiones del sistema
52
parlamentario inglés, que preveía un primer ministro responsable ante el parlamento y un jefe de Estado
ceremonial.
Sistemas unitario y federal: en la mayor parte de las democracias europeas y de habla inglesa más
antiguas, la autoridad política es inherente al gobierno central. Estos sistemas unitarios contrastan
notablemente con los sistemas más federales, en los que la autoridad se divide constitucionalmente entre
el gobierno central y los gobiernos de entidades subnacionales relativamente autónomas.
Sistemas proporcionales y de ganador único: algunos países democráticos dividen sus territorios en
53
distritos electorales donde cada uno de ellos tiene derecho a una sola banca en la legislatura. Los sistemas
de representación proporcional están diseñados para asegurar una mayor correspondencia entre la
proporción de votos obtenidos por un partido y la proporción de bancas que recibe.
Sistemas bipartidos y multipartidos: los países democráticos difieren en torno a si las leyes y las políticas
pueden ser aprobadas por un solo partido, relativamente cohesionado, con mayoría legislativa o si
requiere el consenso entre mucho partidos con opiniones diversas.

La teoría de la democracia:
Pericles: el líder ateniense Pericles describió la Atenas democrática como la “escuela de la Hélade” que
favorece a los muchos en lugar de a los pocos. Es por eso por lo que se la denomina democracia. Pericles
continuo: “si observamos las leyes prevén iguales garantas para todos en sus asuntos privados”. La libertad
de que gozamos en nuestro gobierno se extiende también a nuestra vida habitual.
Aristóteles: halla el concepto de “constitución” que el define como una organización de funciones que
todos los ciudadanos distribuyen entre si según el poder que poseen las diferentes clases. El “gobierno de
muchos” es la “organización política” en su forma ideal, y la democracia en su forma pervertida.
Locke: casi veinte siglos después de Aristóteles, Locke adopto los elementos esenciales de la clasificación
aristotélica de las constituciones. A diferencia de Aristóteles Locke era partidario inequívoco de la igualdad
política, la libertad individual, la democracia y la regla de la mayoría.
La legitimidad del gobierno: según Locke en el hipotético “estado de naturaleza” que precede a la creación
de las sociedades humanas, los hombres viven entre sí en un plano de igualdad sin subordinación o
sumisión. La sociedad política en tanto sea legitima, representa un contrato social entre quienes han
“consentido formar una comunidad o gobierno donde la mayoría tiene el derecho para actuar e imponerse
a los demás”. Por ende, ningún gobierno es legítimo a menos que goce del consentimiento de los
gobernados.
Locke distingue las diversas formas de gobierno sobre la base de donde elige el pueblo ubicar el poder de
formular leyes. Si un gobierno abusa de su confianza y viola los derechos fundamentales del pueblo, la
gente puede rebelarse y reemplazar ese gobierno por otro cuyas leyes esté dispuesta a consentir.
Montesquieu: dice que el gobierno republicano puede ser de dos tipos, dependiendo si el pueblo en su
conjunto o solo una parte del esta investido del poder supremo, el primero es una democracia en tanto el
segundo es una aristocracia. Para él es una condición necesaria para la existencia de un gobierno
republicano, democrático o aristocrático, es que las personas en quienes reside el poder supremo posean
la cualidad de la “virtud pública”, que significa estar motivado por un deseo de alcanzar el bien común.
Hume: el poder destructivo de las facciones tuvo un énfasis marcado en el filósofo e historiados escoces
David Hume. Que invirtió la cuestión sobre la conveniencia de asociaciones políticas más grandes, con el
fin de disminuir el potencial destructivo del faccionalismo, más grande es en realidad mejor, porque en las
asociaciones más grandes cada representante debe encargarse de una mayor diversas de intereses.
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Rousseau: afirma que la democracia es incompatible con las instituciones representativas, postura de
suma relevancia para los Estados-nación. La soberanía del pueblo no puede ser alienada ni representada.
En el instante en que un pueblo consiente en ser representado ya no es libre, ya no existe. Rousseau era
pesimista en cuanto a lo referido de las posibilidades de la democracia. El insinúa que los gobiernos
democráticos solo pueden ser viables si se unen en confederaciones. Algunos años más tarde admitió que
simplemente no hay otra alternativa que el gobierno por representación.
Mill: sostuvo que la libertad individual no puede ser legítimamente transgredida excepto en los casos en
que la acción individual causara daño a otros. El principio de Mill brindo fundamento filosófico a algunas de 54
las libertades esenciales en una democracia en funcionamiento como la libertad de asociación.
Dewey: la democracia es la forma de gobierno más deseable porque solamente ella provee las clases de
libertad necesarias para el autodesarrollo y el crecimiento individual. Es más, las instituciones políticas de
cualquier democracia no deberían ser vistas como las creaciones perfectas de estadistas visionarios del
pasado. Mas bien, deberían ser sometidas constantemente a la crítica y a la mejora a medida que van
cambiando las circunstancias históricas y el interés público.
Habermas: argumentaba que la idea de lograr un “consenso racional” dentro de un grupo sobre cuestiones
fácticas o valorativas presupone la existencia de lo que él llama una “situación de discurso ideal”. Además,
todos los participantes estarían motivados únicamente por el deseo de obtener un consenso racional y no
se impondrían límites de tiempo a la discusión.
Rawls: el imagino una situación hipotética en la que se logra que un grupo de personas racionales
desconozca todos los hechos sociales y económicos acerca de ellas mismas. Tras ese “velo de ignorancia”
ese grupo unánimemente rechazaría los principios utilitaristas. En lugar de ellos la razón y el interés propio
llevarían al grupo a adoptar principios tales como: todos deberían gozar de un mismo grado de libertad,
incluidas todas las libertades que tradicionalmente se asocian con la democracia.

Democracia ideal:
En un sentido se considera ideal un sistema si se lo considera a parte de determinadas condiciones
empíricas. Los sistemas ideales se emplean para identificar que rasgos de un sistema real son esenciales o
que leyes subyacentes son fundamentales. En otro sentido un sistema es ideal si es el “mejor” desde el
punto de vista moral. Un sistema ideal en este sentido es un objetivo que la persona o la sociedad deben
esforzarse por alcanzar.

Características de la democracia ideal:

 Participación efectiva: los miembros del demos tienen la oportunidad de dar a conocer a los demás
miembros sus opiniones al respecto.
 Igualdad de votos: los miembros del demos tienen la oportunidad de votar a favor o en contra de
una política.
 Electorado informado: los miembros del demos tienen la oportunidad de aprender acerca de la
política.
 Control ciudadano del programa de acción: el demos, decide que asuntos se incluyen en la agenda
de la toma de decisiones y como han de incluirse allí.
 Inclusión: cada uno de los miembros del demos tiene derecho a participar.

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 Derechos fundamentales: cada uno de los rasgos necesarios de la democracia ideal prescribe de un
derecho que constituye en sí un rasgo necesario de la democracia ideal.
Democracia ideal y representativa: en las democracias representativas modernas, los rasgos de la
democracia ideal se realizan a través de una variedad de instituciones políticas. Entre las más importantes
se encuentra la institución de la representación, otras importantes son:
 Elecciones libres, limpias y periódicas: tanto en calidad de votantes como de candidatos.
 Libertad de expresión: los ciudadanos pueden expresarse en público.
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 Fuentes de información independientes: existen fuentes de información política que no se hallan
bajo control del gobierno.
 Libertad de asociación: los ciudadanos tienen el derecho de formar organizaciones políticas
independientes.

Democracias reales:
Desde la época de Aristóteles, los filósofos políticos generalmente han insistido en que ningún sistema
político real tiene posibilidades de alcanzar en toda su dimensión posible, todos los rasgos de su ideal
correspondiente.
Para las asociaciones menores en población y área, las instituciones políticas de la democracia directa
parecen ser las que mejor se aproximan al ideal del “gobierno por el pueblo”.
la democracia posee de manera única ciertos rasgos que la mayoría de las personas, cualesquiera sean sus
creencias políticas básicas, considerarían deseables:
1. la democracia ayuda a prevenir que el gobierno sea ejercido por autócratas crueles y viciosos.
2. las democracias representativas modernas no libran guerras entre sí.
3. los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos que aquellos con gobiernos no
democráticos.
4. la democracia tiende a promover el desarrollo humano –medido en términos de salud, educación,
ingreso personal y otros indicadores– más plenamente que otras formas de gobierno.
5. la democracia garantiza a sus ciudadanos derechos fundamentales que los sistemas no
democráticos no otorgan ni pueden otorgar.
6. la democracia asegura a sus ciudadanos una gama más amplia de libertades personales que las
demás formas de gobierno.
7. solamente la democracia ofrece a la gente la oportunidad máxima de asumir la responsabilidad
moral respecto de sus elecciones y decisiones en torno a las políticas de gobierno.
8. sólo en una democracia puede existir un nivel relativamente alto de igualdad política.
9. la democracia ayuda al pueblo a proteger sus intereses fundamentales.

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