Sie sind auf Seite 1von 1

¿POQUE OPONERNOS A LA PENA DE MUERTE?

Hoy en día todos hemos sido testigos de la presencia de la diaria inseguridad ciudadana,
jurídica, económica y social que existe en nuestra sociedad, tanto así que muchos de nosotros
consideramos estos crímenes algo ya común, y algo que es imposible de acabar, “que hay
que dejarlo así, porque en nuestro país no existe la justicia”. Por otro lado, enfocándonos un
poco más en los castigos que se les llevan a cabo a las personas que cometen ciertos
crímenes, tales como asesinatos, violaciones y demás, los cuales son algunos de los delitos
más graves actualmente.
En nuestro país Colombia no está legalizada la pena de muerte, ya que somos un país católico
donde la vida es de vital importancia, a diferencia de Estados Unidos, único país de américa
donde si está aprobada esta forma de castigo para los delitos más graves cometidos por sus
habitantes, pero solo está aprobada en 31 de sus 50 estados. El método que se emplea por
defecto en todo el territorio estadounidense es la inyección letal aunque hay estados que
ofrecen métodos alternativos. Estas alternativas son la silla eléctrica, el gas letal, el
ahorcamiento y el fusilamiento. Las cuales se ejecutan, si es decisión del condenado. Ahora
bien, si el condenado muere, ¿consideras que con acabar con su vida, su delito ya no es delito?
La pena de muerte, tiene la intención de conseguir justicia para las víctimas. Pero no es la mejor
opción como una medida social de prevención a estos delitos. La sociedad no solo necesita que
sus criminales sean castigados en forma ejemplar y justa, necesita también que, no sean
cometidos más crímenes y es ahí donde la eficacia de la pena de muerte se torna dudosa, ya
que al no garantizar que con esta, la cantidad de delitos disminuya se torna insegura practicar
este método. Aunque Es posible que esta pena responda a un principio lógico de equidad, de
equilibrio entre daño y castigo. Lo que ahora cabe preguntarse es si esa medida extrema de
sanción, es realmente útil y beneficiosa para la sociedad entera, entendida como un componente
más que debe tener participación en la forma en que sus criminales son juzgados.
Nunca se ha podido demostrar que la pena de muerte haya hecho que disminuyan la cantidad
de delitos en los países en donde ha sido legalizada, la pena de muerte es una consecuencia
creada por parte de una cultura violenta, pero no es una solución a la misma. Considero que la
mejor solución para una persona que comete estos crímenes es brindarles la posibilidad de la
rehabilitación, la reconciliación y la reintegración, sé que con esto los crímenes cometidos no
se van a refractar, pero si podremos darle una oportunidad a alguien para su recuperación y su
preparación para ser una persona nueva e íntegra, la solución para la violencia no es más
violencia, sino demostrar que con apoyo las personas pueden cambiar y mejorar.

Elizabeth Blanco Padilla


Código: 2420181012

Das könnte Ihnen auch gefallen