Hermanos:

Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la
gloria futura que se revelará en nosotros.
En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios.
Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la
sometió, pero conservando una esperanza.
Porque también la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para
participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto.
La lectura de San Pablo, nos lleva hoy de lleno a uno de los misterios del hombre que
se plasma en su morada: la creación, por el mal de hombre ingresa el mal en el
mundo.
El hombre es cabeza como tal fue puesto como guardián de la creación, pero
misteriosamente su desobediencia no sólo fue desgracia para Él, sino para sus
descendientes y más aún para la creación entera.
El hombre pasa de ser señor a ser esclavo, vive sometido a los elementos del mundo,
se somete y da culto a los elementos que el debería de someter. San Pablo muestra
que cuando el hombre teniendo todos los elementos para reconocer a Dios no le
rinde culto, es castigado en su inteligencia y en su voluntad, en su creer y su obrar,
pues la inversión de su pensamiento lleva necesariamente la inversión de las
costumbres, Dios ofrece al hombre ser señor, cuando este se niega a servir a Dios se
hace esclavo de sus esclavos.
Con la aparición plena de la revelación en Cristo, vuelve a poner las cosas en su justo
lugar, el hombre Dios, tiene pleno domino sobre lo creado las tinieblas se disipan de
la mente del hombre por la gracia y este vuelve saberse dueño del mundo.
Pero luego de siglos de rechazo abierto a Dios la creación vuelve a ser presentada
como objeto de culto “hay pecados que clama la tierra” ya no pecados que claman al
cielo. Se nos dice por todos lados que la tierra llora y que nuestro actuar esta
destruyendo el planeta y a la par que crece el culto a la tierra el hombre se envuelve
nuevamente en torpezas morales.
Se llora por todos lados un derrame de crudo, pero se olvidan todos los días los
derrames de sangre, mientras a un perro a un gato se le dan los derechos del
hombre, a los infantes se le niega el derecho a la vida. Por todos lados se habla del
calentamiento global y el hombre se olvida del calor eterno al que sus actos y su
persona serán sometidos.
Pero para el cristiano es claro la creación sufre porque el hombre no obedece a Dios,
cuando el hombre olvida a creador esta se vuelve contra el hombre, es un
instrumento de castigo para el hombre no solo porque sus actos dañen directamente
a ella, sino porque ofenden gravemente a Dios.
En el fondo de este nuevo retorno al culto de la naturaleza esta el intento la
necesidad de redirigir el deseo que el hombre tiene de relacionarse con Dios a una
relación con la naturaleza, y el sentido de ofensa que la conciencia acusa en todo
hombre al dolor por haber dañada la tierra.
Pidamos al Señor no recuperar si no lo tenemos y mantenerlos se lo poseemos, el
verdadero sentido de nuestras transgresiones que en última instancia son una ofensa
a Dios.