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Prefacio
“Diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle honra; porque
la hora de su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho
el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.”
(Apocalipsis 14:7)
El mensaje del primer ángel de Apocalipsis capítulo 14 nos
ordena adorar al Creador de los cielos y de la tierra.
El mensaje del tercer ángel nos advierte que, mientras un grupo
adora a Cristo, el otro grupo—ya que sólo existen dos grupos—
adora a la primera bestia de Apocalipsis 13:1-10 y a su imagen
(Apocalipsis 13:14-17).
“Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno
adora a la bestia y a su imagen, y toma la señal en su frente,
o en su mano, este también beberá del vino de la ira de Dios,
el cual está echado puro en el cáliz de su ira…”
(Apocalipsis 14:9-10)
Esta “imagen” de la bestia, de acuerdo a la profecía de
Apocalipsis capítulo 13, debe formarse dentro del territorio
geográfico de la segunda bestia de Apocalipsis 13:11-13.
Como ya hemos venido analizando en otros estudios, la primera
bestia de Apocalipsis 13 representa una organización religiosa
investida de poder civil: el papado. La segunda bestia representa
un poder civil o político: los Estados Unidos. La imagen de la
bestia representa otra organización religiosa (poder religioso)
que, para formar la imagen de la primera bestia, debe influenciar
sobre el poder civil para imponer los dogmas de la primera
HR pg. 400.3 – “Mediante esa primera bestia se representa a la
Iglesia Romana, una organización eclesiástica investida de poder
civil, con autoridad para castigar a los disidentes. La imagen de
la bestia representa otra organización religiosa investida de
poderes similares.
La formación de esa imagen es obra de la bestia cuyo pacífico
surgimiento y disposición aparentemente bondadosa hacen de
ella un notable símbolo de los Estados Unidos. Aquí se puede
encontrar una imagen del papado.
Cuando las iglesias de nuestro país, al unirse en puntos de fe
que les son comunes, influyan sobre el estado para que
imponga sus decretos y apoye sus instituciones, entonces los
Este tipo de decretos, ordenes ejecutivas y legislaciones va en
contra del principio del republicanismo, de la libertad civil y
del principio establecido en su fundación de que “todos los
Claramente, la segunda bestia de Apocalipsis 13 está haciendo
todo lo posible para empezar a hablar como dragón y derribar
los principios sobre los cuales esta gran nación fue fundada.
Comentario Bíblico 7ª, pg. 223/1/3 – “Caifás era el que debía
ocupar el sacerdocio cuando el símbolo se encontrara con la
realidad, cuando comenzara a oficiar el verdadero Sumo
Sacerdote.
Cada actor de la historia está en su puesto y su lugar, pues la
gran obra de Dios, de acuerdo con su propio plan, será hecha por
hombres que se han preparado para ocupar puestos para bien o
para mal.
Cuando los hombres se oponen a la justicia se convierten en
instrumentos de injusticia; pero no están obligados a tomar este
Cada actor de la historia está en su puesto y en su lugar. La
pregunta que queda hacernos es la siguiente:
¿Y yo qué puesto voy a ocupar? ¿Estaré del lado de la verdad o
del error? ¿Quiero estar entre los que adoran a Cristo, o entre los
que adoran a la bestia y a su imagen?
Lo primero que tenemos que entender, y sobre todo aceptar
(porque cuesta aceptar cualquier cosa que hiera nuestro
orgullo), es que por naturaleza ya estamos del lado que adora a
la bestia y a su imagen. Desde el vientre ya estamos del lado del
mal. Y ya hemos bebido del vino de Babilonia a raudales, el cual
Sin embargo Dios nunca apela al sentimentalismo, Dios quiere
que tomemos decisiones basadas en un escrito está, basados en
principios implantados por el Consolador celestial, como un
resultado de haber aceptado nuestra total incapacidad de
La Vía Incorrecta
El hombre que obedece… que santifica el sábado, que no come
carne, que visita las cárceles, que predica, y que hace todo deber
necesario para ser justificado y llegar a un grado de aceptación
o perfección ante Dios, no necesita de Cristo, ni del Santuario
Celestial, ni del Ministerio (del trabajo) de Cristo en el Santuario,
ni de su obediencia perfecta, ni de la misericordia de Dios—esto
es ir por una vía equivocada que solo puede terminar en la
muerte segunda.
Por mucho que este hombre hable de Cristo e incluso hable del
Santuario Celestial, su justificación es por obras, es por méritos
que se encuentran dentro de él y que son la causa de
justificación (Romanos 4:4).
La única vía
Para dejar de ser adorador de la bestia y de su imagen, y
entonces llegar a ser un verdadero adorador del Creador, es
necesario seguir el orden establecido por Dios en el ritual
simbólico.
1. Aceptar mi condición verdadera, mi total incapacidad para
amar (Juan 5:42). El Espíritu Santo visitante me debe
convencer de pecado y luego me debe mostrar el remedio
para mi enfermedad (Cristo).
2. Congregarme al Santuario Celestial por la fe, pedir a Cristo
que presente la ofrenda: su obediencia perfecta (que
desarrolló en la humillante condición de hombre cuando
vino a este planeta tierra) ante Dios Padre y ante la ley.
3. Por la misericordia inherente de Dios Padre, Él acepta a mí
que soy inaceptable y desobediente en mí mismo, como
aceptable y 100% obediente EN CRISTO. Dios Padre, en el
Santuario Celestial, me declara obediente verdadero,
adorador verdadero, perfecto guardador del sábado y de la
ley en la persona de Cristo.
4. Como RESULTADO de esa declaración hecha en el tercer
cielo, Dios Padre quiere que esa declaración empiece a ser
una realidad en mí persona y aquí en la tierra, por lo
tanto—en virtud de la justicia de Cristo (pues Dios
demanda obediencia para concedernos al Espíritu Santo
Hechos 5:32)—se nos concede al Espíritu Santo como el
Consolador o Agente Regenerador, para que en lugar de ser
visitante llegue a ser habitante en nosotros (para que
seamos templos del Espíritu Santo). Cristo cumple su
promesa de rogar a Dios Padre para que nos sea dado el
Consolador (Juan 14:16).
5. El trabajo del Espíritu Santo como habitante es de: (1)
Entronizar la ley de Dios en mi mente y en mi corazón
Entre la vía correcta y la vía incorrecta hay un abismo
inseparable. No existe vínculo alguno entre la vía correcta y la
vía incorrecta.