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Presentado al profesor:
Javier Peña Rodríguez
Por:
Jorge Escobar Montealegre
Docente del Colegio Distrital La Amistad JM
En el área de Humanidades
Jorgescobar7@yahoo.es
La lectura del texto del profesor Parra Rodríguez inicia con un epígrafe del
escritor judío-austriaco Stefan Zweig (Suicida), quien en ellas honras fúnebres
de Freud, dio a entender que los seres humanos, a diferencia de otras
especies tenemos con el intelecto la posibilidad de ser inmortales, (morir pero
dejar obra, huellas).
Nos permite ya reflexionar y cuestionarnos sobre cómo estamos haciendo uso
de nuestra inteligencia.
En la primera parte sobre La Debilidad nos recuerda situaciones que
evidencian que la condición humana a pesar de su inteligencia no puede
escapar a la contingencia, a la sensación de incompletud; al riesgo; al error ni
al dolor, en últimas a su finitud; a la muerte. Somos como diría Nietzsche:
“Humanos, demasiado humanos”. Necesitamos de la ayuda del otro. No
deberíamos competir en inteligencia sino compartir y cooperar, ser solidarios en
colectivo. Es preciso entender la inteligencia como cognición distribuida, como
altruismo colectivo; esa es la inteligencia que fundamentaría el cambio
Todo el texto permite percibir una brillante argumentación contra la guerra, y a
favor de la inteligencia cooperativa y solidaria. El autor se manifiesta contra el
egoísmo desde una perspectiva que critica el concepto de inteligencia
entendida como Principio guerrero de fuerza intelectiva; principio que junto a
la idea de entender la inteligencia como una propiedad personal, privada e
interna, han sido usadas para la competencia y la exclusión y pretenden medir
la inteligencia con pruebas de desempeño en el aula y en el laboratorio; desde
aquí La Escuela, busca que los estudiantes más inteligentes sean los más
competentes en las pruebas evaluativas, para seleccionar a los mejores-y para
excluir a la mayoría (caso “ser pilo paga”)- alejándose de la dinámica de la
inteligencia en su acción y desarrollo en el mundo real.
Por lo anterior es preciso pasar al altruismo cognitivo superando el Principio
guerrero de Fuerza intelectiva y ello solo es posible a través de la acción; de la
solidaridad y la cooperación mutua. El cuidado del intelecto implica la
aceptación de la debilidad y de la cooperatividad humana. Así las cosas la
Escuela debería optar por desarrollar la capacidad de los estudiantes de
plantearse grandes problemas y preguntas irresolubles que les permitan
desarrollar la capacidad de pedir ayuda para resolver problemas. Igualmente
ejercitar el intelecto buscando ocasiones para usar la inteligencia en beneficio
de sí mismo y de los demás. La responsabilidad intelectual consiste en ser un
cuidador y estar pendiente de a quién ayudar.
El escrito es sin duda una invitación oportuna , que de implementarse brindaría
a la humanidad entera una luz de esperanza para estos tiempos aciagos de
desigualdad, de corrupción y desasosiego.; Ello involucraría no sólo nuestro
cuidado, sino el cuidado mutuo y el de nuestro entorno natural