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SACROSANCTUM CONCILIUM

CRISTIAN CAMILO OSPINA TORO

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Pbro. HUGO CORTÉS SEPÚLVEDA

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PROPEDEUTICO
INTRODUCCIÓN A LA LITURGIA
SEMINARIO MAYOR
“CRISTO BUEN PASTOR”
PUERTO SALGAR – CUNDINAMARCA
2018
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 SACROSANCTUM CONCILIUM

Contenido
Sacrosanctum Concilium .................................................................................................... 3

Capítulo I......................................................................................................................... 4

Capítulo II ....................................................................................................................... 5

Capítulo III ...................................................................................................................... 5

Capítulo IV ...................................................................................................................... 6

Capítulo V ....................................................................................................................... 7

Capítulo VI ...................................................................................................................... 7

Capítulo VII .................................................................................................................... 7

Bibliografía ......................................................................................................................... 9

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Sacrosanctum Concilium

Esta constitución está particularmente centrada en la sagrada liturgia. Para iniciar con
las reformas y renovaciones que presenta este documento, es preciso centrarnos en la
introducción, la cual nos da una vista muy general de lo que es en sí la liturgia de la Iglesia.
La liturgia es el pleno ejercicio del Sacerdocio de Cristo, en el cual los fieles expresan el
misterio de Cristo y la naturaleza de la verdadera Iglesia. Presenta a la Iglesia como humana y
Divina.

En el primer capítulo de este documento encontramos los principios generales de la

reforma litúrgica. Todo lo iniciamos con el gran proyecto salvífico del Padre realizando y
consumado en Cristo; el artículo 5 de este capítulo expresa textualmente “Por esto en Cristo
se realizó plenamente nuestra reconciliación y se nos dio la plenitud del culto Divino”. Es en
la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo donde nace el sacramento de la Iglesia entera.
Este misterio de salvación, de redención se actualiza y se continua en la liturgia, por medio
del bautismo podemos participar y ser agregados a los miembros de la Iglesia (S.C 6). Desde
el día de pentecostés hasta la actualidad, no se ha dejado de celebrar el misterio pascual de
Cristo, la actualización de la persona de Cristo.

Para que está presencia de Cristo sea veraz la Iglesia se vale esencialmente de la
acción litúrgica, por excelencia en la santa eucaristía, por medio del sacerdote y bajo las
especies eucarísticas (S.C 7). La Sagrada Escritura fortalece esta fe al acudir a Mt 18, 20. Sin
embargo no se limita la acción de la Iglesia en la liturgia, la realización de diversas
actividades religiosas y piadosas acrecienta la fe del pueblo de Dios, siendo llamados a la
conversión, pues no pueden creer en quien no han oído, así lo expresa Rom 10, 14-15.

El artículo 11 menciona las necesidades de disposición por parte de los fieles, dando
prioridad a la entera voluntad de la persona en la participación de las acciones litúrgicas. Esta
misma voluntad conlleva a la realización de actividades piadosas en medio de los fieles; el

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artículo 13 resalta que estas prácticas religiosas gozan también de una dignidad especial, pues
van regidas bajo mandato del Obispo.

Siguiendo con los criterios establecidos por este documento, encontramos ahora la
adecuada manera de formación clerical y laical, es necesario que quien vaya a formar en la
liturgia reciba antes una formación especial en los institutos destinados para ello, esto en lo
que concierne a los laicos. Para el clero es indispensable la formación bajo los aspectos
teologales, históricos, espirituales, pastorales y jurídicos.

Capítulo I

Artículo 22: “La reglamentación de la sagrada Liturgia es de competencia exclusiva de

la autoridad eclesial”. Este artículo expresa claramente la originalidad de las reformas dentro
de la acción litúrgica, pues nadie, aun siendo sacerdote (Art. 22- Par.3.) está en el derecho de
cambiar o añadir algo por pura iniciativa. Una reforma litúrgica exige una minuciosa
contemplación para que pueda ser llevada a cabo pues debe tenerse en cuenta las leyes
generales de la estructura litúrgica. Es importante actualizar la liturgia para el pueblo de hoy,
pero siempre debe hacerse bajo el pleno consentimiento de la Iglesia, con el fin de
conservarse el misterio de Cristo. Se debe tener presente que la liturgia es una acción de
unidad, no es una acción privada, en la cual cada ministro debe realizar solo aquello que le
corresponde. Con respecto a los ritos, se pide una sencillez, al ser breves, claros y puntuales
(Art.34).

Ahora saltamos de la liturgia a la predicación y la catequesis. En esta se pide

esencialmente la Sagrada Escritura, la cual pueda dirigir a los catequizados hacia una
catequesis netamente litúrgica.

La reforma presenta también las posibilidades de cambio en lo que respecta a la

lengua, conservándose por esencia la lengua latina, también será incluida la vernácula,
debidamente aprobada. (Art.36).

Para finalizar el primer capítulo tenemos presente la comisión litúrgica diocesana, la

cual busca promover la acción litúrgica bajo la autoridad del Obispo.

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Capítulo II

Este capítulo abarca lo que se refiere al sacramento de la Eucaristía. Empezamos

diciendo que la última cena es el génesis de este sacramento, pues Cristo en la noche que sería
entregado, instituyo el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre. (Art. 47).

Como mencionamos anteriormente, la participación de los fieles debe ser activa y

totalmente voluntaria, para que esto se cumpla el S.C determina que los ritos deben
simplificarse, conservándose la sustancia de los mismo. Parte de la liturgia eucarística es
también la homilía, esta debe realizarse entre la liturgia de la Palabra y la oración sobre las
ofrendas. En algunos casos puede omitirse, excepto los domingos y fiestas de precepto.
(Art.52). Para que los fieles puedan participar más perfectamente de la eucaristía será
apropiado que luego de comulgar el sacerdote lo hagan también ellos.

El artículo 56 nos menciona las dos partes que tiene la Sagrada Eucaristía: la liturgia
de la Palabra y eucaristía, las cuales están tan unidas entre sí, que conforman un solo acto de
culto. Con respecto a la concelebración, determina este documento que será el Obispo quien
reglamente la disciplina de ésta en su diócesis. Cada sacerdote tiene la facultad de celebrar la
misa individualmente, pero no al mismo tiempo en una misma iglesia. (Art.57).

Capítulo III

Este capítulo abarca los demás sacramentos y sacramentales, los cuales determinan la
santificación de los hombres, en la plena edificación del cuerpo de Cristo, dando así el mayor
culto a Dios, así lo refiere el artículo 59. La Iglesia Instituye los sacramentales, que son signos
sagrados según el modelo de cada sacramento. Cabe señalar que cada sacramento puede ser
celebrado en la lengua vernácula.

Vuelve la restauración del catecumenado para los adultos, pues el artículo 64 lo

presenta para la práctica dependiente del ordinario de cada lugar respetando las diferentes
etapas del proceso. Para este bautismo el S.C permite la bendición del agua fuera del tiempo
pascual, dentro del mismo rito del bautismo usando una forma breve.

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Para el sacramento de confirmación el artículo 71 nos lleva a una íntima relación que
debe existir entre este sacramento con la iniciación cristiana, a lo cual debe tener claras las
promesas del bautismo que estarán incluidas dentro del mismo sacramento.

La unción de los enfermos no es únicamente para quienes se encuentran en los últimos

momentos de su vida, sino que se establece un tiempo oportuno para este sacramento, que
sería en peligro de muerte, por enfermedad o por vejez. (Art.73). La unción se realiza después
de la confesión y antes de recibir el viático.

Pasamos ahora al artículo 78 sobre el matrimonio dentro de la misa. Lo habitual es

celebrar este sacramento dentro de la eucaristía, más exactamente entre la homilía y la oración
de los fieles, dando por entendido que puede recitarse en lengua vernácula. En caso de que el
sacramento se realice fuera de la eucaristía deberá leerse al principio del rito la epístola y el
evangelio de la misa.

Capítulo IV

Art. 84 “El oficio Divino está estructurado de tal manera que la alabanza de Dios
consagra el curso entero del día y de la noche”.

Este capítulo nos habla sobre el oficio Divino, el cual es esencialmente la oración de
Cristo con su cuerpo, al Padre.

Para la restructuración del oficio el artículo 89 nos presenta las normas adecuadas:

Las laudes (en la mañana) y las vísperas (en la tarde), serán las horas principales para
la oración litúrgica.

Las completas deben tener una forma que corresponda a la finalización del día.

La hora prima desaparece de la liturgia de las horas.

Para la distribución de los salmos el art. 91 pide la plena distribución de éstos no en

una semana, sino en un período de tiempo más largo. Con esto se determina la obligatoriedad

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de la liturgia de las horas en común para las órdenes de canónigos, de monjes y monjas y
demás regulares obligados por derecho o constituciones.

Capítulo V

El año litúrgico es el tema que se contempla en este capítulo del S.C.

El círculo del año desarrolla y actualiza todo el misterio de Cristo “desde la

encarnación y la navidad hasta la Asunción, pentecostés y la parusía de Cristo” (Art.102).
Pero la virgen María también interviene en el año litúrgico, la Iglesia católica venera la
presencia y la acción de la Madre de Dios, unida con un lazo indisoluble a la obra salvífica de
su Hijo. También dentro del año se celebra las festividades de los santos, proclamando así el
misterio pascual cumplido en ellos.

El art. 106 nos informa la importancia del día domingo como la celebración del día del
Señor, siendo una tradición apostólica que trae origen desde el día de la resurrección. Éste
rompe con toda otra celebración adherida al año litúrgico.

La cuaresma es tomada como tiempo propicio para la utilización de los elementos

bautismales y penitenciales propios de la liturgia cuaresmal. (Art.109).

Capítulo VI

La música sagrada.

El artículo 114 resalta la utilización de la música sacra, esencialmente las Schlae

cantorum en las iglesias catedrales. De igual modo se pide la plena formación y práctica
musical en las casa de formación sacerdotal, seminarios, noviciados y casas de estudio. El
canto gregoriano es reconocido oficialmente el canto propio de la liturgia romana. (Art.116).
también es importante el uso del canto popular para la plena participación laical y el
instrumento adoptado por la Iglesia es el órgano de tubos.

Capítulo VII

El arte y los objetos sagrados.

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La Iglesia se caracteriza por tener una libertad en los estilos del arte sagrado, pues
como es expresado en el art. 123, nunca se consideró propio ningún estilo artístico, sino que al
acomodarse a las condiciones de los pueblos aceptó las formas de cada tiempo. Sin embargo
la utilización del arte debe verse reflejada por una noble belleza más que por la mera
suntuosidad, no solo a los templos, sino también a las vestiduras y ornamentos. Deben pues
ser excluidas de los templos toda pintura que repugne la fe, la costumbre y piedad cristiana.

Con respecto a la exposición de imágenes sagradas, se recomienda que sean pocas en

número, pero que no sean excluidas del todo. Y las insignias pontificales deberán ser
reservadas solo para las personas eclesiásticas con alguna jurisdicción particular. (Art. 130).

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Bibliografía

CONCILIO VATICANO II (Documnetos completos). 9°. Bogotá - Colombia: Sociedad de San

Pablo, 2006.

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