El suelo y las arcillas expansivas:

El suelo es un material heterogéneo formado por un sin número de minerales los

cuales nos hablan acerca de su composición y comportamiento, muchos minerales

describen características de los suelos y nos dan una clara idea del origen del mismo.

Dentro de la gama de suelos nos encontramos dentro de los suelos finos con las
arcillas las cuales conocemos abundan en nuestro país por la geología del mismo y

el origen de la mayoría de la superficie de Costa Rica, es normal encontrar suelos

finos arcillosos con diferentes composiciones.

Si este problema pasaba antes desapercibido en la mayor parte de las obras,

llegando a edificarse urbanizaciones, pueblos y demás construcciones sin

conocimiento del mismo (incluso en los Estudios Geotécnicos pocas veces se

planteaba su existencia), ahora es raro encontrar un suelo arcilloso que no se

identifique como potencialmente expansivo.

Los daños estructurales causados por las arcillas expansivas a las obras de ingeniería,
cimentaciones o pavimentos, causan pérdidas económicas sustanciales y un

inadecuado servicio de las construcciones. Este problema ha sido y es motivo de

investigación experimental enfocada a la caracterización y mitigación de riesgos

geotécnicos.

Estas conclusiones se hacen, por lo general, de acuerdo con los resultados del

reconocimiento habitual del terreno, con ensayo de muestras en el laboratorio. Sin

embargo, pasa desapercibido el hecho de que, en muchos casos, se trata de zonas

edificadas desde hace siglos, y que sobre esos suelos se han levantado edificios y
construcciones en general de todo tipo y de las más variadas características. No se
hacen las debidas conclusiones del hecho de que muchos de los edificios existentes
se encuentran en servicio, en buen estado de conservación, hace ya cientos de años,

sin deformación ni daños que, de existir, hubiesen orientado sobre la peligrosidad

del terreno a causa de sus importantes cambios de volumen.

El hecho de que un suelo arcilloso se reconozca como potencialmente expansivo por

su composición mineralógica, granulometría, límites de consistencia, etc., sólo

constituye una parte del problema, pues para que se produzca ese hinchamiento o
retracción del suelo, aún tienen que coincidir numerosos factores, tanto naturales

como debidos a la actividad del hombre. Todos estos factores, actuando en mayor
o menor proporción, controlan el equilibrio de humedad del suelo, del que en

definitiva dependen sus cambios de volumen.

Sabemos que una de las características que afecta más el comportamiento del suelo
es la presencia del agua, lamentablemente es poco predecible y generalmente

desencadena en problemas irremediables más si esta la obra ya avanzada o inclusive

en condición de servicio, es por esto necesario realizar los debidos estudios

geotécnicos que nos permitan predecir al menos la presencia del porcentaje de

humedad que en conjunto con la historia del suelo a trabajar y los ensayos

determinen si estamos frente a una situación de arcillas expansivas u otra situaciones

que requiera de alguna solución geotécnica o involucre inclusive la utilización de
otras medias entre las que pueden estar hasta la suspensión del proyecto o la
sustitución del material.

Los factores que influyen en la expansión pueden dividirse en dos grupos. El primero
incluye las condiciones estratigráficas y las propiedades intrínsecas del suelo: tipo de

mineral arcilloso, tamaño y superficie específica de partículas, contenido de arcilla y

contenido de agua. El segundo grupo abarca las condiciones ambientales:

precipitación, evaporación y temperatura.

Recordemos que el estudio del suelo es algo que debemos ver como una inversión

y es nuestra responsabilidad como ingenieros hacer ver al cliente de la

responsabilidad de realizar los estudios básicos pertinentes y exigidos por la

legislación vigente, es normal que en la rama de la ingeniería civil y la construcción,

se omita una rama tan importante como lo es la geotecnia y se vea el rol del

geotecnista como un lujo no necesario y hasta un extra que se puede sustituir y no

incurrir en esta valiosa inversión, muchas veces prefiriendo algún gasto de material

especial en lugar del costo de los debidos estudios.

Es claro el código de cimentación cuando establece que es indispensable la

realización de un modelo geotécnico que permita predecir el comportamiento de

los materiales a trabajar para cimentación y otros usos del suelo, lastimosamente a

la rama de las arcillas expansivas le da muy poco espacio con un par de páginas al
respecto del tema y en Costa Rica la investigación que tenemos de este tema es

escaza por no decir nula., sin embargo la responsabilidad del profesional no termina
por esto ni se ve disminuida.

El perjudicado con este estado de cosas es el responsable técnico de la obra, a quien

en algunos casos le resulta difícil aceptar la idea de que en suelos sobre los que él
mismo ha edificado sin precauciones especiales, ahora le señalen la necesidad de
tomar medidas contra algo que, por su propia experiencia, cree innecesario. En otros
casos, aun cuando acepta la posible expansividad del terreno, se ve ante la difícil

situación de decidir el conjunto de medidas mínimas imprescindibles, necesarias en

cada caso particular, donde se presentan dudas como ¿Qué hacer? O como prevenir

la situación.

Recordemos que el comportamiento de las arcillas expansivas se da no de forma

inmediata sino con el paso de los años y con el paso del tiempo se delata si en un
proyecto se tomaron las medidas necesarias por tratar este tipo de suelos o se omitió
por completo las consecuencias a las cuales se expone el constructor de no darse el

adecuado tratamiento.

Normalmente, en los suelos bajo las construcciones se establece, con el tiempo, un

nuevo equilibrio de humedad, con unas variaciones a lo largo del año que dependen
de numerosos factores, unos de los cuales son naturales (el terreno, las condiciones

topográficas e hidrogeológicas y, finalmente, el clima) y otros debidos a la actividad

del hombre (urbanísticos, constructivos, relacionados con la vegetación, etc.)