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Cómo cambiar nuestra vida GESTION DE CAMBIO

KAISEN = un proceso de mejora continua a partir de pequeños cambios diarios en una misma
dirección

SHINKANSEN = es un modo de gestionar las crisis personales o de empresa. Y consiste en llevar a


cabo una auténtica transformación, deshacernos de malos hábitos, incluso pueden conllevar una
transformación tan radical que prácticamente nos hacen empezar de cero para lograr una
auténtica transformación hay que cambiarlo todo

Cómo cambiar nuestra vida: Revolución a la japonesa

ILUSTRACIÓN DE GORKA OLMO


FRANCESC MIRALLES
3 SEP 2017 - 00:05 CEST

El efecto Shinkansen es un modo de gestionar las crisis personales o de empresa.


Y consiste en llevar a cabo una auténtica transformación como la que vivió Japón a
mediados del siglo XX, cuando el país tuvo que empezar de cero después de la
Segunda Guerra Mundial.
A LO LARGO de la vida atravesamos numerosos cambios personales. Algunos
plantean pequeñas mejoras, otros nos ayudan a deshacernos de malos hábitos.
Algunos incluso pueden conllevar una transformación tan radical que prácticamente
nos hacen empezar de cero. ¿Cómo afrontar una situación así? La historia moderna
de Japón nos brinda un enfoque muy lúcido para gestionar este tipo de situaciones.
Se conoce como el efecto Shinkansen por el tren bala de Japón, uno de los símbolos
del renacimiento económico del país tras la devastación de la Segunda Guerra
Mundial. Hoy, el ingeniero y escritor Héctor García denomina así a la capacidad de
llevar a cabo una revolución personal, social o profesional. Su idea es que para
conseguir una mejora basta con hacer retoques, pero para lograr una auténtica
transformación hay que cambiarlo todo.

El efecto Shinkansen puede ser muy práctico cuando una pareja está en crisis, al final de la
vida laboral o tras haber sufrido un grave problema de salud.
Jack Welch, antiguo presidente de General Electric, vio claro este concepto después
de una visita a Japón en 1993. El ejecutivo estadounidense era consciente de que
en su empresa se aplicaba la ley del mínimo esfuerzo, y se preguntaba cómo
conseguir que los empleados asumieran más riesgos y compromisos. En Tokio
conoció a Eiji Mikawa, responsable de la sucursal japonesa de la compañía, que
obtenía resultados mucho mejores que la matriz. El directivo le explicó que la
mentalidad de sacrificio y capacidad de cambio tenían su origen en la experiencia
vivida en su país, de la que el tren bala era un destacado exponente. En pleno
ecuador del milagro económico japonés, durante los preparativos para los Juegos
Olímpicos de Tokio de 1964, el Gobierno instó a Japan Railways a que encontrara
el modo de aumentar significativamente la velocidad de sus convoyes. Por
entonces, los más rápidos alcanzaban los 90 kilómetros por hora. “Si quieres que
un tren vaya 10 kilómetros por hora más rápido, añade más caballos de fuerza al
motor”, explicó Mikawa. “Pero si necesitas que pase de 150 a 300, tienes que pensar
completamente diferente”.

En la esfera personal, el efecto Shinkansen puede aplicarse en un buen número de


situaciones. Por ejemplo, cuando, tras muchas refriegas y discusiones estériles, una
pareja se da cuenta de que no es capaz de entenderse. En ese caso, ambos
necesitan plantearse una manera totalmente distinta de relacionarse, juntos o
separados, en una nueva etapa. ¿Otros contextos? Después de un despido, al final
de nuestra carrera profesional o tras un grave problema de salud. En esas
coyunturas es necesario reconsiderar las rutinas y empezar a vivir de un modo
radicalmente diferente, como un renacimiento.
ILUSTRACIÓN DE GORKA OLMO

Como en todo reajuste, hay una serie de pasos que conviene seguir. El primero y
más importante, localizar cuál es esa área de nuestra vida que precisa de un cambio
radical. Una vez se tome conciencia de que abordar ese problema supondrá el inicio
de una pequeña revolución, hay que replantear de cero todos los hábitos
relacionados, diseccionándolos a través de la pregunta: ¿existe un modo mejor de
hacer esto? En última instancia, siempre resulta conveniente buscar el apoyo de
expertos, así como de personas que hayan vivido una experiencia similar. Porque,
tal como se decía en El gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, a veces
“hay que cambiar todo para que nada cambie”.

La velocidad del cambio


— En el extremo opuesto del efecto Shinkansen está el Kaizen, un proceso de mejora
continua a partir de pequeños cambios diarios en una misma dirección. Se empezó a aplicar
también en el Japón de mediados del siglo XX. Una de las empresas que lo desarrolló fue la
compañía de coches Toyota, donde las aportaciones de los trabajadores para mejorar el
sistema, por nimias que sean, son valoradas y premiadas.

— Muchos de esos cambios minúsculos acaban derivando en un notable incremento de


calidad, lo cual ha situado al fabricante de coches como una de las marcas de automóviles
más consolidadas del mundo.

— Ambos sistemas, el Kaizen y el Shinkansen, pueden complementarse, pero hay que


saber que obedecen a distintas necesidades: la primera busca el cambio progresivo, y la
segunda, una transformación radical.

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