Sie sind auf Seite 1von 3

Qué bendición es contar con su sintonía, amable oyente.

Bienvenida, bienvenido al
estudio bíblico de hoy con David Logacho. Continuando con la serie titulada: La Vida
Auténticamente Cristiana, en esta ocasión estaremos hablando acerca del chisme.
En esto del chisme, es como en la casa del jabonero: El que no cae resbala.
Sin embargo, otra característica de la vida auténticamente cristiana es evitar el
chisme.
Antes de proseguir, permítame una explicación sobre lo que es el chisme. Según el
diccionario, chisme es la noticia verdadera o falsa con que se pretende indisponer a
unas personas con otras o se murmura de alguna forma.
La definición en muy clara, el chisme es el arte de esparcir noticias, las cuales pueden
ser verídicas o falsas, con el propósito claro de hacer daño a unos, ante otros.
La diferencia entre un chisme y un rumor, es que el chisme esparce noticias
verdaderas o falsas, en cambio el rumor esparce noticias falsas. Tanto el chisme
como el rumor tienen el propósito de atentar contra la integridad o la imagen de una
persona.
Ahora que hemos explicado lo que es el chisme, consideremos los efectos del chisme.
La Biblia nos habla de varios efectos, todos ellos negativos.
En primer lugar, el chisme descubre el secreto. Note lo que dice Proverbios 11:13 “El
que anda en chismes descubre el secreto; mas el espíritu fiel lo guarda todo”.
Varias cosas que suceden a las personas es mejor que se las guarde en secreto, no
para encubrir el pecado, sino para no causar más daño que el que ya ha causado el
pecado, pero cuando una persona comienza a divulgar lo que pasó, está
descubriendo el secreto, y causando un grave mal a quién es víctima del chisme.
En segundo lugar, el chisme divide aún a los mejores amigos. Eso es lo que dice la
Biblia. En Proverbios 16:28 leemos lo siguiente: “El hombre perverso levanta contienda, y
el chismoso aparta a los mejores amigos”.
El chisme es como un filo cuchillo que corta los vínculos más fuertes de amistad.
Alguien ha personificado al chisme de esta manera: Destruyo hogares, destrozo
corazones, arruino vidas. Viajo en las alas del viento. No me importa la verdad, no
tengo respeto por la justicia, no tengo misericordia por el indefenso.
Al respecto de que el chisme puede viajar en las alas del viento, viene a mi mente una
historia que oí alguna vez. La esposa de un granjero había echado a rodar por el
vecindario un chisme infundado acerca del pastor de su iglesia. Todos los habitantes
del pueblo se enteraron de lo que supuestamente había hecho aquel pastor. Algún
tiempo después, la mujer que corrió el chisme se enfermó gravemente y temiendo que
iba a morir confesó que lo que había dicho sobre el pastor de la iglesia era falso.
Gracias a Dios no murió y más bien recuperó la salud. Arrepentida por lo que había
hecho se fue a buscar al pastor en su oficina a rogar que le perdone. El anciano
pastor le dijo: Con mucho gusto le perdonaré siempre y cuando me complazca un
deseo. Por supuesto, dijo la mujer. El pastor prosiguió diciendo: Vaya a su casa, mate
una gallina negra, sáquele todas las plumas, póngalas en una canasta y tráigalas acá.
La mujer regresó en una media hora. Aquí está lo que me pidió, dijo al pastor. Este
miró la canasta llena de plumas de la gallina negra y dijo: Muy bien, ahora quiero que
vaya a cada esquina del pueblo y arroje un puñado de esas plumas, las que sobren
llévelas a la parte más alta de la torre de la iglesia y arrójelas al viento y luego venga a
verme nuevamente. La mujer hizo exactamente como el pastor le pidió. Cuando
regresó donde el pastor con la canasta vacía, el pastor le dijo: Ahora quiero que vaya
por toda el pueblo y recoja todas las plumas que arrojó sin que falte una sola. La
mujer se quedó mirando la cara del pastor y dijo: ¿Qué? ¡Eso es imposible! El viento
habrá llevado las plumas quien sabe a dónde. Poniendo su brazo sobre el hombro de
la mujer, el pastor le dijo: Así es querida hermana. Yo le perdono por chismear contra
mí, pero nunca olvide que es imposible arreglar el daño que puede causar un chisme.
Otro efecto del chisme son las peleas. Proverbios 26:20 dice: “Sin leña se apaga el
fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.”
Así como la leña aviva el fuego, el chisme aviva la pelea. El hogar donde hay chisme
es un hogar donde habrá peleas. La iglesia donde hay chisme es una iglesia donde
habrá peleas. La oficina donde hay chisme es una oficina donde habrá peleas. Las
peleas son inevitables donde reina el chisme. Cuando alguien se entera que está
siendo objeto de un chisme, es inevitable que intente por todos los medios descubrir
quién ha echado a rodar ese chisme.
La consecuencia inevitable es el distanciamiento, la sospecha, la duda, la división y la
discordia. Cuánta razón tiene la Biblia cuando dice que donde no hay chismoso cesa
la contienda.
Luego de haber explicado lo que es el chisme, y los efectos del chisme, nos
corresponde tratar acerca del engaño del chisme. Admitámoslo, todos sabemos que el
chisme es malo, pero a todos nos entretiene. ¿Por qué? Bueno, porque eso es lo que
dice la Biblia. En Proverbios 18:8 leemos: “Las palabras del chismoso son como bocados
suaves, y penetran hasta las entrañas.”
El chisme se presenta siempre con un rostro atractivo, aristocrático, la Biblia lo ha
comparado con un bocado suave, delicado, apetecible, pero penetra hasta las
entrañas. Es tan fácil y tan atractivo prestar el oído a un chisme. Inclusive a veces lo
justificamos pretendiendo que aparezca como algo inocente.
Cuántas veces no habremos caído en el chisme al mencionar motivos para orar en
alguna reunión de oración, por ejemplo. Cuando decimos que debemos orar por tal o
cual persona por cuanto ha hecho tal o cual cosa, o le ha pasado esto o aquello. No
está mal orar con conocimiento de causa, por cosas muy específicas, pero debemos
tener mucho cuidado para no disfrazar el chisme bajo el manto de pedido de oración.
No olvide que las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta
las entrañas.
Luego de haber hablado sobre la explicación del chisme, el efecto del chisme y el
engaño del chisme, nos toca hablar de la exhortación contra el chisme.
Se encuentra en Levítico 19:16 donde dice: “No andarás chismeando entre tu pueblo. No
atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.”
El chisme no agrada a Dios, el chisme no es bueno para el chismoso ni para el que es
víctima del chisme. Por eso Dios ha condenado el chisme diciendo: No andarás
chismeando entre tu pueblo. Es un mandato. Mucho bien nos haría enmarcar este
mandato y colgarlo en alguna pared de nuestra casa o en nuestro lugar de trabajo o
inclusive en el templo donde se reúne la iglesia, pero mucho mejor nos haría si
dejamos que este mandato se grave en nuestro corazón.
Me parece muy interesante la vinculación entre el chisme y el asesinato en el texto
que acabamos de leer. Ponga atención, lo leeré nuevamente: No andarás chismeando
entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. El chisme mi querido amigo,
es un atentado contra el carácter del prójimo. Cuántas veces no habremos causado
grave mal contra el carácter de nuestro prójimo, mediante un chisme que salió de
nuestra boca. Debemos tener mucho cuidado con los chismes.
Por último consideremos la erradicación de los chismes. ¿Desea erradicar el chisme
de su vida? Si lo desea, le sugiero que dé los siguientes pasos.
Número uno, reconozca y admita que el chisme es pecado. No hace falta ser un genio
para determinar que Dios cataloga al chisme como pecado. Por algo dice la Biblia: No
andarás chismeando entre tu pueblo. No excuse su pecado de chismear, no lo
disfrace diciendo que sus chismes son inocentes y que jamás ha intentado causar
daño a alguien con sus chismes. No olvide que aunque Usted no quiera hacerlo, todo
chisme tiene el efecto de indisponer a unos en contra de otros.
Número dos, confiese a Dios el pecado del chisme. Confesar significa ponerse de
acuerdo con alguien. Cuando confiese a Dios el pecado del chisme, Usted se estará
poniendo de acuerdo con Dios en que es chismoso y que su chisme atenta contra
Dios y contra el prójimo. No se vaya por la tangente justificando su chisme con cosas
como: Es que no puedo evitarlo, o es que yo no divulgo chismes, sino solamente los
escucho, o ¿qué puedo hacer si alguien viene y me cuenta un chisme?.
Número tres, evite contar algo negativo sobre alguien cuando ese alguien no está
presente. Si lo hace, estará chismeando.
Número cuatro, cuando alguien venga a Usted con un chisme, de una forma muy
amable, dígale: ¿Estaría dispuesto a decirme lo mismo que me está diciendo si la
persona de quien me está hablando estaría aquí presente? Usted no se imagina como
algo tan sencillo como esto es un efectivo cuchillo para cortar de un tajo los chismes.
No olvide que peca tanto el que propaga el chisme como el que oye el chisme. Para
propagar un chisme, primero es necesario oír ese chisme. Lo mejor es cortar de raíz
los chismes, evitando oír chismes.
Terminando ya, cito las palabras de Diderot: El que chismorrea contigo de los
defectos ajenos, chismorreará con otros de los tuyos. ¿Qué le parece? Que por la
gracia de Dios su vida esté caracterizada por la ausencia de chismes

Das könnte Ihnen auch gefallen