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Facticidad y validez:

Teoría del Derecho de Habermas


La acción comunicativa como principio
democrático
Ulises Campbell Manjarrez*

A MANERA DE

A
. • INTRODUCCIÓN

* Doctor en Ciencias Sociales en


1. la especialidad de relaciones de
El vuelco político de la monar- cordar "sin cesar" los derechos y Poder y Cultura Política, profesor
quía al individualismo tiene deberes del hombre que desta- titular en la Maestría en Filosofía
y el Programa de Licenciatura
como eje la apropiación del acto can la concepción del individuo en Economía de la Universidad
racional por el hombre y, en este y sus límites ante la vida social; Autónoma de Ciudad Juárez
sentido, apuntemos, no necesa- ante el otro. .Asunto que no es- (UACJ). Actualmente, Docente·
riarnente inmanente. Corre el tará exento de complicaciones y Investigador adscrito al Depar·
tamento de Humanidades en el
año de 1789 y es seguro, para antagonismos ante la ddinición Instituto de Ciencias Sociales y
ese entonces, que es preciso una de la ~ o bien el Administración de la UACJ. Co-
"impresión" escrita que haga re individuo o bien la sociedad. rreo: ucampbel@uacj.mx.

IOS
FACTICIDAD YVALIDEZ: TEORÍA DEL DERECHO DE HABERMAS

De un lado, 2. dividuales "sagradas". Así, quede


En otro sentido, lo que para constancia de que las diferencias
el liberalismo Habermas es un problema entre entre federalismo y republica-
la facticidad y la validez, tiem- nismo apuntan a las dos vías en
igualitario, cívico y po atrás José Luis Orozco había las que se manifiesta la diferen-
entregado, a la Academia Ibero- ciación de los talentos y la for-
"social"y en otro, un americana, los encuentros y des- mación de élites y, por otro, la
encuentros del orden liberal del indiferenciación de lo humano y
liberalismo centrado mundo, al distinguir entre un el derecho universal de las perso-
liberalismo naturalista y otro ra- nas. Aún hoy hace unos cuantos
en el individuo, cionalista. Aspectos que, a nues- meses el presidente Bush recla-
tro entender, despejan la ambi- maba para el mercado su rehabi-
economicista y valencia de los Estados políticos litación frente a cualquier forma
republicanos y federalistas. De de estatismo o intervencionis-
políticamente realista. un lado, el liberalismo igualita- mo. y es que no se trata tanto
rio, cívico y "social" y en otro, de cuestiones morales, sino del
un liberalismo centrado en el valor ético de la libertad y su
individuo, economicista y polí- fuente: o bien la espontaneidad
ticamente realista. A su tiempo, o bien la racionalidad.
estas salidas se desembarazan de
las complejidades políticas entre 3.
republicanismo y/o el federalis- Por su parte, históricamente,
mo, como binomio resuelto, a la situación excepcional de los
partir de la simple declaración Estados Unidos pudo poster-
de Jefferson al que basta decir gar todo paternalismo, protec-
que "todos somos republicanos, cionismo o intervencionismo
todos somos federalistas". For- de Estado. En tanto~ la condi-
mas de gobierno que, sin em- ción de los europeos fue otra
bargo, y a la fecha, se enfrentan a los inicios del movimiento
aún en la manera en que deslin- revolucionario francés. Es ver-
da claramente la vía mercabilista dad que ambos proyectos son
o estatista. En otras palabras, en unidos por la creencia en la ley
un lado el mercado y de otro, el y por razones que tienen que
Estado. Aunque sorprendería, a ver con la posibilidad de inter-
manera de ejemplo, que para es- cambios lejanos a la violencia y
tos momentos -y después de la cercanos a la paz. A tal grado,
debacle financiera- no se reco- que el comercio fue visto como
nociera la necesidad del Estado la vía de pacificar no a una na-
ante los exabruptos del mercado ción, sino al mundo entero.
y las guerras comerciales priva- En breve, más que la seguridad
das. Lo que, sin embargo, no en la propiedad y la condición
basta para dirimir cómo habría jurídica de la persona, que de
que sopesar a un Estado que ésta se desprende (por medio
pretende, por paternalista, con- del contrato), se confrontará el
culcar con ello las libertades in- "orden social" ante una espon-

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HEURÍSTI~~
ULISES CAMPBELL MANJARREZ

taneidad intercambiaria del in-


dividuo egoísta y maximizador.
Sin que por ello implique aún
reclamar sólo una· realidad: la
fenoménica o positiva. Es de-
cir, aquella filosofía para la
cual el único acto fenoménico
es el acto positivo y la que, a la
postre, se convertirá en el ele-
mento "estatalista" viabilizador
del repertorio de lo instintivo,
contingente y hasta contrario
y contradictorio, sin necesidad
de recurrir a las ciencias de lo
inconsciente. envolvía la existencia y represen-
taba la unidad. Los modernos,
4. por el contrario, encontraron
No lejos de este contexto apare- en la apropiación de las facul-
cerán, con mayor acento las di- tades humanas un sinónimo de
ferencias entre lo impulsivQ y lo lo que llamaron libertad; unidas
racional, desde una antropología, la razón y la voluntad. En otro
que si bien puede mostrarse de sentido, si es libertad debe ser
acuerdo en que la pax kantiana libertad deliberativa.
es, desde la perspectiva comercial,
intercambiaria, no puede dejar 6.
de reconocer que aquí los pro- Por su parte, lo aparentemen-
blemas (¿económicos?) inician te difuso del espíritu absoluto
como resultado de la reflexión hegeliano, lleva a concretar,
entre la justicia o el valor de los en primera instancia, esta con-
intercambios. ciencia y autoconciencia en el
individuo o los individuos que
5. la comportan. Lo que resulta,
Uno podría imaginarse que la por su parte, propicio para la
libertad de los modernos tie- tensión, en tanto existan dife-
ne una relación estrecha con la rencias objetivas entre las deno-
apropiación de la conciencia que minadas personas. Es por ello
realiza el humano precisamente a que, en primera instancia, se
partir de esta época. Los griegos le reconoce capacidad jurídica
habrían estado muy ocupados a los individuos conscientes y
con reconocer la naturaleza del autoconscientes de sí. Introdu-
ser y su esencia que supondría ciendo como se dijo una tensión
una ley última y fundamental en entre su autonomía privada y su
tanto la Edad Media, en general, autonomía pública. No obstan-
la encontró en Dios. Aclaremos te, la deliberación supone por
una cosa: para los griegos el ser lo menos la autonomía de uno

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HEURÍST~~
FACTICIDAD Y VALIDEZ: TEORÍA DEL DERECHO DE HABERMAS

o algunos individuos. Creemos túa por medio de la sanción y la


que esto depende del sistema coerción, sino con fundamento
político pudiendo reducirse la al deber. El deber conduce a la
deliberación a la fuerza, pues necesidad de actuar, de igual
la autoridad es resultado de la manera que lo hacen la norma y
deliberación de algunos indi­ la coerción, pero su fundamen­
viduos que deciden autorizar a to racional es distinto. La argu­
deliberar otro. mentación debe convencernos
de que la norma es bienestar.
7. Aquello que se sanciona deja de
Como sistema político queda ser derecho y, efectivamente, se
claro que la democracia lo mis­ pierde como derecho. Ganán­
mo funda una vía estratégica dose el acto como poder.
(con la cual el individuo maxi-
miza sus utilidades) como una 9.
vía solidaria y de entendimien­ Conviene advertir que, de tal
to. Aquí, la democracia no es suerte, no estamos de acuerdo
suficiente para garantizar, por con Habermas, para el cual el
sí misma, ninguna de las dos lenguaje sea un hecho del todo
vertientes. En última instancia neutral, aunque dicha neutra­
sólo puede promover ambas. lidad sea derivada de la propia
pragmática —ni siquiera de la
8. sintaxis o semántica del mis­
Ahora, nadie podría dudar de mo—. Mucho menos el éxito
las bondades de positivizar el puede ser medida para el dere­
derecho. Lo que parece ridículo cho subjetivo. Por el contrario,
y contradictorio, al mismo, es el derecho no es más que fin en
la sanción (la fuerza). Sin em­ sí mismo en tanto representa
bargo, se pensará que ésta, en efectivamente la libertad.
su carácter formal, es necesaria
ante la desaparición del derecho 10.
mismo, en tanto el derecho se Por ello, cuando uno lee a Ha-
convierte en norma de conduc­ bermas casi no puede entender
ta impuesta. En otro sentido, la a qué se debe tanta negación, al
misma sanción lleva a desapa­ señalar que no habrá de abordar
recer el derecho, pues éste es las cosas desde la perspectiva de
tal si y sólo si se fundamenta Hegel. Y me refiero básicamente
en el deber y no la sanción. Es a su última obra monumental
cierto que la sanción restituye titulada en español como Facti-
el derecho como derecho y que cidady validez (2000). Es cierto,
la norma requiere de la conse­ que los conceptos que desarrolla
cuencia negativa en caso de vio­ no los declara explícitamente en
lación; de lo contrario, perdería contradicción y éste no es un pro­
ese carácter normativo. Pero el blema que en definitiva busque
derecho como derecho no ac- atender. Por el contrario, creo que

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Heurística
xX JURÍDICA
ULISES CAMPBELL MANJARREZ

Elprocedimiento democrático posibilita el libre flotar de temas y


contribuciones> de informacian y razones> asegura a la informacian
política de la voluntad su carácter discursivo fundando con ello
la sospecha falibilista de que los resultados obtenidos conforme al
procedimiento sean más o menos racionales.

sigue una idea más ligada a una do, donde se realizan operaciones
perspectiva kantiana y fenome- cuantitativas con expectativas
nológica como veremos. racionales que, finalmente, dan
congruencia al conjunto (Adam
B. FACTICIDAD YVALIDEZ Smith concitaría hasta el bienes-
EN HABERMAS tar) y por otro, el Estado susten-
tado en la unidad se basa en la
11. eticidad y, kantianamente, en
En el texto citado el primer con- la razón práctica. Pero que, no
cepto que Habermas desarrolla obstante, resultan en una desvi-
es el de la razón comunicativa culación normativa las interac-
y aclara que éste no da ningún ciones estratégicas con la idea de
contenido determinado y mu- la eticidad tradicional y que, en el
cho menos que constituya una caso de Habermas, tomará como
razón práctica que suponga por eje fundamental de la congruen-
meta la motivación y la dirección cia el derecho en su forma mo-
de la voluntad. Eso sí, configura derna de der~cho positivo.
la racionalidad de la acción orien-
tada al entendimiento. AqUÍ, la 12.
Teoría de la acción comunicativa Para Habermas, adelantemos,
empieza asumiendo en sus pro- la legitimidad del derecho es su
pios conceptos básicos, la tensión racionalidad. Una racionalidad
entre facticidad y validez, asunto que parta de la argumentación
que se puede plantear desde la en tanto ésta es resultado de
pregunta: ¿existe una relación asuntos que atañen a todos. Es
interna entre sociedad y razón? decir, este autor supone que la
Recordemos a este respecto que acción comunicativa es inma-
la pugna pareciera tener ante- nente al lenguaje.
cedentes en las disputas entre la
ilustración inglesa y la ilustración 13.
alemana. Uno, en el mercado De lo anterior debe destacarse
como mecanismo no centraliza- que esta "teoría" del derecho no

1°9
HEURÍSTI~~
FACTICIDAD YVALIDEZ: TEORÍA DEL DERECHO DE HABERMAS

implica de ninguna manera una derar las cosas en su unilaterali-


filosofía del mismo y, por tanto, dad. Es por ello que para nuestro
no tiene ningún fundamento autor la validez, producto de la
ontológico o metafísico. Muy argumentación, se ve reforzada
por el contrario, el autor consi- por la facticidad. En otras pala-
dera encontrarse en un momen- bras, la validez racional y comu-
to posmetafísico en la historia nicativa ante la facticidad o vali-
del pensamiento filosófico de la dez social, dentro de las socieda-
humanidad. Y aunque más ade- des complejas (diversas y plurales
lante, propiamente en el Epílo- moralmente), se "manifiestan" en
go a su obra, Habermas aceptará su· tensión. Efectivamente, todo
que la única fuente "metafísica acto, toda acción, incluyendo el
de legitimidad la constituye el derecho -mismo que deriva en
procedimiento democrático de acto al institucionalizarse-, que-
producción del derecho" (Ha- da sujeto al asentamiento racional
bermas, 2000: 646), no obstan- o, mejor dicho, a la racionalidad
te, tampoco comparte la idea del afectado. Y dicha afectación
de que tal situación sea resulta- se concreta en ambos sentidos,
do de un etnocentrismo y, por tanto ante el derecho subjetivo
ende, ahistórico. Según Haber- y privado como ante el derecho
mas lo que le confiere a este pro- objetivo y público. Lo cual, no
cedimiento fuerza legitimadora, necesariamente, corresponde a
aunque a primera vista parece la idea de que debemos suponer
improbable, es, a saber, que: a todo individuo en el uso de la
racionalidad y, por tanto, de su
El procedimiento democrá- autonomía política. Sin embar-
tico posibilita el libre flotar go, ésta es condición suficiente
de temas y contribuciones, de - y no sólo necesaria- para el
información y razones, ase- desenvolvimiento inmanente del
gura a la i,nformación políti- Estado de derecho fundado en la
ca de la voluntad su carácter soberanía popular, en su inter-
discursivo fundando con ello pretación discursiva. Es por ello
la sospecha falibilista de que que desde los inicios de la obra,
los resultados obtenidos con- Habermas apunta el que supon-
forme al procedimiento sean drá la idea de la libertad moderna
más o menos racionales. (Ha- en lo que corresponde a la auto-
bermas, 2000: 646) nomía moral de los individuos
en cuanto son libres y plurales
14. sus valoraciones.
El primer cuestionamiento que
se puede realizar a una teoría del 15.
derecho como ésta es saber si toda En esta misma idea es razonable
acción comunicativa es racional que Habermas no afecte su teoría
de por sí y el problema consiste tanto con supuestos hitoricistas,
precisamente, creemos, en consi- etnocentristas, ontológicos o me-

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HEURÍST~~
ULISES CAMPBELL MANJARREZ

tafísicos y apunte a una teoría del


derecho moderno en términos
procedimentales. En tales térmi-
nos mantener, más que asegurar,
la tensión entre validez y factici-
dad conlleva para el autor alemán
una vía procedimental -la cual,
de agotarse o eliminarse, finiqui-
ta el Estado de derecho-- que
limite o determine el estado ad-
ministrativo (basado en la fuerza
material), amplíe las posibilida-
des del derecho subjetivo ante el
derecho objetivo y posibilite, no
obstante, el despliegue de la his-
toricidad en cada caso. Es decir, (y aplicación) de las normas
para toda constitución. jurídicas.

16. 17.
Es precisamente en este punto En tal sentido, para Habermas,
donde Habermas se desprende la teoría del derecho que derive
de toda interpretación etnocen- en el Estado de derecho, como
trista del derecho, aunque no sea él lo concibe, mantiene una re-
muy claro al referirse a la condi- lación bicondicional. Aquella
ción sistémica del mismo, pues: en la que el procedimiento de-
mocrático "institucionaliza las
Junto con la estabilización formas comunicativas necesarias
de expectativas de comporta- para una formación racional de
miento el derecho asegura a la voluntad política" (Habermas,
la vez las relaciones simétricas 2000: 221) y, en este sentido, en
de reconocimiento recíproco tanto el discurso moral se dirige
entre portadores abstractos de a un auditorio universal y trata
derechos subjetivos. (Haber- el discurso jurídico de intereses
mas, 2000: 647) universalizables. Dándose en un
marco concreto estatal y social:
Y, según él: fáctico. 1 Lo que implica que el
discurso queda abierto a con-
Estas semejanzas estructurales sideraciones con carácter prag-
1 Anotemos que para Habermas:
entre derecho y acción co- mático y estratégicas, así como
"Los derechos subjetivos tienen
municativa, se explican por- éticas o de fines a compartir. La primeramente el sentido de desli-
que los discursos, es decir, las cuestión es que Habermas con- gar (en términos bien circunscritos)
formas de una acción comu- sidera que todo ello es resultado a las personas jurídicas de man-
datos morales y de otorgar a los
nicativa que se ha vuelto re- del giro lingüístico dado por la fi-
actores espacios para el ejercicio
flexiva, desempeñan un papel losofía que, inevitablemente, ale- legítimo de su libertad de arbitrio"
constitutivo en la producción ja de la centralidad que mantenía (Habermas, 2000: 649).

III

HEURÍSTIJ¡~
FACTICIDAD YVALIDEZ: TEORíA DEL DERECHO DE HABERMAS

el problema antropológico o expresar un interés general den-


psicológico hobbesiono (que en tro de un Estado particular. Pare-
sí mismo implica, su solución, ciera como si Habermas no con-
un contrasentido) o, en su caso, templara el problema de los me-
en la perspectiva kantiana (y dios de comunicación y no sólo
posteriormente de Rawls) de una en el caso de acceso al mismo,
capacidad genuinamente moral. sino -dado que no existe un ac-
ceso generalizado- el grado de
18. educación o enajenación que los
De cualquier manera, en Ha- mismos propicien. Ello pudiera
bermas, es persistente la tensión aproximarnos a una crítica de su
que se observa entre el carácter planteamiento. Pero, continuan-
universal propio de todo enun- do con el mismo, para el autor de
ciado normativo relativo a un Facticidad y validez, en relación
Estado de derecho y el contexto con la moral:
particular en el cual se pretende
aplicar. Esto no quiere decir que Una norma sólo es justa si
una norma no pueda pretender todos pueden querer que esa
la suficiente concreción -la cual norma sea seguida por cada
se ve limitada por el infinito nú- uno en situaciones similares
mero de particularidades que al [...] en el discurso moral se
final difuminan todo momen- alarga la perspectiva abarca-
to-, sino, al contrario, es su dora de una comunidad de
pretensión universalizante la que comunicación ilimitada, cu-
entra en tensión con la facticidad yos miembros se colocan en la
sin que se vea claro, no obstante, situación y comprensión del
la validez de ello. En tanto, toda mundo y de sí mismo, propia
esta tensión se ve trasladada a las de cada uno y practican una
relaciones interestatales, pues es asunción ideal de roles. (Ha-
inevitable que se presenten dife- bermas, 2000: 200)
rencias constitucionales. Lo que,
en su caso, puede llevar a que en 20.
interés de una determinada cons- Y lo anterior, no tanto por darle
titución se concite la guerra y la simple y llanamente sentido al
violencia. medio moral respecto a la nor-
matividad, sino porque el pro-
19. ceso propio de la racionalidad
Sabemos que una norma, según comunicativa implica abandonar
Habermas, será democráticamen- todo contexto normativo contin-
te aprobada cuando todos los gente y ligarlo más a "proceso de
ciudadanos de ese Estado parti- autocomprensión colectiva". En
cipen en la elaboración (o por lo otras palabras, la legitimación del
menos hayan podido participar) derecho sobre la base de procedi-
o, en su caso, consigan estar de mientos de discurso racional ins-
acuerdo con su contenido por titucionalizados nos hace patente

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HEURÍSTI~~
ULISES CAMPBELL MANJARREZ

que es en la Constitución donde del hecho como


se establece el procedimiento dis- la aplicación de
cursivo de la producción de la la norma.
ley: ambos se garantizan mutua-
mente. 23.
En este sentido,
21. en Habermas,
En otras palabras, para Haber- encon tramos
mas, una vez establecida la rela- que toda segu-
ción entre la razón comunicativa ridad jurídica es
y el derecho. Es decir, entre dependiente del
esta y su institucionalización am- procedimiento y
bas se condicionan mutuamente y no de la fuerza,
se derivan, aunque no necesaria- sino de la auto-
mente se desenvuelvan inmanen- ridad que deriva
temente una de la otra. Pues las del mismo en
decisiones judiciales han de satis- tanto permite
facer tanto la consistencia con el adarar los hechos
ordenamiento como su aceptabi- y el derecho mis-
lidad racional (Habermas, 2000: mo. Pero que, no
243). Nosotros diríamos que obstante:
todo derecho es legítimo si parte
de la racionalidad comunicativa. Puesto que
Con lo que se justifica el dere- la· praxis de-
cho, tanto internamente o gra- cisoria de los
cias al procedimiento inmanente jueces está
a la razón comunicativa como sometida a la ley y al derecho,
externamente, pues todo lo que la racionalidad de la jurispru-
se "procese" por el medio comu- dencia remite a la legitimidad
nicativo racional resulta legítimo; de un proceso legislativo que,
ampliamente aceptado. bajo condiciones de la divi-
sión jurídico-estatal de pode-
22. res, no queda a disposición de
En todo caso, las posibilidades y la los órganos de la aplicación
viabilidad de esta teoría del dere- jurídica. (Habermas, 2000:
cho estriba en el desarrollo y des- 292)
envolvimiento mismo de la acción
racional comunicativa, la cual 24.
conviene se concrete tanto en el Lo que no implica sobreponer,
proceso legislativo (sobre todo) de ninguna manera, un poder
como en el judicial y que, en todo al otro, sino priorizar el procedi-
caso, la coherencia y consistencia miento discursivo Yargumentati-
de la argumentación concita sólo vo ante la coherencia y consisten-
una respuesta única o correcta cia del ordenamiento, en tanto
que valide tanto la interpretación que éste se somete a la histori-

II3
HEURÍSTI~~
FACTICIDAD YVALIDEZ: TEORÍA DEL DERECHO DE HABERMAS

cidad. Es decir, caso parte de la deducción razo-


en tanto los tri- nable y la interpretación a par-
bunales constitu- tir de los hechos de la misma.
cionales defien- Pero en su caso tampoco recu-
den el principio rre a una concepción "esencia-
fundamental del lista" en tanto siempre se realice
Estado de dere- una racionalidad intemporal y
cho democrá- perfecta. Esta es sólo una pre-
tico constituido sunción o más bien un presu-
gracias a la razón puesto "contrafáctico" que hace
comunicativa. que toda pretensión de validez
"trascienda" cualesquier "con-
25. textualidad" en que se plantea
Enfatizando: son el procedimiento mismo.
principios, pues
el autor alemán 27.
niega que se tra- Tampoco nos sirve, digamos para
ten de mandatos comparar o medir un discurso
de optimización "real", pues de ninguna manera
que siguen una pretende ser una ficción metó-
ética material de dica, sino que sea permanente-
valores. De otra manera, no se mente un elemento contrafáctico
podría entender el término opti- que permita cuestionar cualquier
mización y tampoco valores, en otro principio de validez, distin-
donde eltribunal constitucional to al procedimiento en cuestión
tenga la última palabra, sino que o lo que él denomina los diversos
se trata de: paradigmas del derecho. Para el
que un paradigma jurídico es la
Hallar, de entre las normas forma en que:
prima jacie aplicables, aque-
lla que mejor se adecue a una Se concibe y se debe tratar
situación de aplicación des- los principios del Estado de
crita del modo más completo Derecho y los derechos fun-
y bajo todos los puntos de damentales a fin de que pue-
vista relevantes. (Habermas, dan cumplir, en un contexto
2000: 317) dado, la función que nor-
mativamente se le adscribe.
C. AMANERA DE (Habermas, 2000: 238)
CONCLUSIÓN
28.
26. No obstante, en cuanto a la teo-
Quedan dudas en cuanto a los ría de derecho de Habermas, -
principios epistemológicos de en cuanto a su paradigma, así se
los cuales parte Habermas. Por juzgue una contradicción, pare-
un lado, pareciera que en su ciera como si se partiera de una

HEURÍST~~
ULISES CAMPBELL MANJARREZ

"intuición racional" permanen- 31. El derecho legítimo


te que despliega la acción comu- Sólo sobre la base de la autono-
nicativa. Lo que, en todo caso, mía privada es posible la auto- cierra el círculo
contradice a la praxis situada en nomía pública de los individuos
la historia, pero, al mismo tiem- y la autoorganización social, en entre, por un lado la
po, la fundamenta. Resultando tanto ese autogobierno pone las
en tradición y trascendencia. En condiciones para que cada cual autonomía privada
otro sentido, se parte de concep- pueda ser privadamente autóno-
tos abstractos y formales como mo. Con lo cual deben quedar de sus destinatarios,
la libertad y la igualdad ejercidos resueltas las diferencias que pu-
en un momento histórico-mate- dieran darse entre derecho sub- tratados de modo
rial concreto. jetivo y derecho objetivo, pues
se evita el paternalismo de Esta- igual ~ por otro, la
29. do y se apela a la racionalidad y
En este contexto, creemos que acción de los interesados. Por lo autonomía pública
Habermas es poco sincero en demás, es cierto que Habermas
este caso y en todo su libro. Lo intenta. salvar los otros dos pa- de los ciudadanos
que queremos decir es queocul- radigmas: el liberal y el del de-
ta la influencia que recibe de los recho material. Es como él nos que, como autores
problemas dejados por Hegel y, dice que:
sin embargo, critica las solucio- con igual derecho
nes supuestas por éste. En otro Un programa jurídico se
sentido, no atiende el problema muestra como discriminato- del ordenamiento
del conocimiento y reconoci- rio cuando es insensible frente
miento como parte de la dialéc- a las consecuencias limitado- jurídico, han de
tica negativa (propia de la escuela ras de la libertad que tienen
Frankfurt) y que nace en la mo- las desigualdades fácticas; es decidir (en última
dernidad con el eogito cartesiano. paternalista cuando es insen-
sible frente a las consecuen- instancia) sobre
30. cias limitadoras de la libertad
El paradigma procedimental de que conlleva la compensación los criterios de la
Habermas, no obstante insiste estatal de aquellas desigualda-
en que: des. (Habermas, 2000: 503) igualdad de trato.
El derecho legítimo cierra el
círculo entre, por un lado la 32.
autonomía privada de sus des- No obstante, finaliza afirmando
tinatarios, tratados de modo que el paradigma comunicativo
igual, y, por otro, la autono- del derecho no prejuzga un mo-
mía pública de los ciudadanos delo determinado de sociedad o
que, como autores con igual de vida buena y queda sometido
derecho del ordenamiento a discusión bajo las condiciones
jurídico, han de decidir (en que él mismo establece. Sola-
última instancia) sobre los cri- mente su vía ortodoxapermane-
terios de la igualdad de trato. ce donde "la idea de autonomía,
(Habermas, 2000: 500) conforme a la cual los seres hu-

II5
HEURÍSTIJl~
FACTICIDAD YVALIDEZ: TEORÍA DEL DERECHO DE HABERMAS

manos sólo actúan como sujetos principio de universalizabilidad,


libres en la medida en que sólo pues el principio de argumen-
obedecen aquellas leyes que se tación, "sirve exclusivamente la
han dado a sí mismos según ideas formación del juicio", ya que, el
intersubjetivamente adoptadas". principio democrático, "no sólo
En tanto la tensión entre validez estructura el saber sino a la vez la
y facticidad se mantiene queda praxis de los ciudadanos" (Ha-
claro el principio moral (como bermas, 2000: 658).

BIBLIOGRAFÍA

Habermas, Jürgen. Facticidad y validez. Sobre el derecho y el Estado


democrdtico de derecho en términos de teoría del discurso. Es-
paña, Editorial Trota, 2000.
- - - - - - - - - . Escritos sobre moralidad y eticidad. España, Edi-
ciones Paidós, 1991.

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