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Resumen.
Es conocido ya desde algunas décadas la importancia que han ganado las neurociencias en buscar
los correlatos anátomo-fisiológicos a la psicología, desde la aparición de mejores técnicas para
explorar el sistema nervioso por los finales del siglo XX como son los scanner cerebrales, todo se
fue sometiendo a una comprobación de neuroimagen; algo que trajo, trae y traerá muchos
enfrentamientos entre las teorías psicológicas y las neurociencias. La psicología tiene en el
psicoanálisis quizá la máxima expresión de la explicación de lo que somos nosotros, los seres
humanos. Desde sus conceptos iniciales como el inconsciente-consciente, las pulsiones, los
mecanismos de defensa, la estructura del aparato psíquico, la psicodinámica de la personalidad
hasta la explicación de la psicopatología. Esta explicación del ser humano por parte del
psicoanálisis ha hecho que las neurociencias le presten mucha atención, lo que de alguna manera
pensamos llevan a un “versus”. El presente ensayo revisa las principales confrontaciones entre
psicoanálisis y las ciencias del cerebro, los resultados de las confrontaciones a lo largo de las década
pasadas permiten plantear una postura que se basa en hipótesis comprobadas e hipótesis a
comprobar en un futuro no muy lejano; haciendo esto nos acercarnos a la parte neurocientífica del
psicoanálisis Freudiano; finalmente concluimos que las neurociencias permiten llevar al terreno de
la ciencia: a la explicación neuronal a la teoría psicoanalista, lo que puede enmarcar aparentemente
un punto de reduccionismo entre la psicología y las neurociencias, haciendo un punto de partida a
un marco ilimitado de investigación profunda de la psicología del ser humano y su dinamismo
social.
Abstract.
It is known for some decades the importance gained neuroscience searching the-physiological
anatomical psychology, correlates since the advent of better techniques to explore the nervous
system by the end of the twentieth century such as brain scanner, everything was subjecting a check
neuroimaging; something that brought brings and will bring many clashes between psychological
theories and neuroscience. Psychology has in psychoanalysis perhaps the ultimate expression of the
explanation of what we, humans. Since its initial concepts as the unconscious-conscious, drives,
defense mechanisms, structure of the psychic apparatus, psychodynamic personality to an
explanation of psychopathology. This explanation of the human being by psychoanalysis has made
neuroscience pay much attention, which we somehow lead to a "versus". This paper reviews the
major confrontations between psychoanalysis and brain science, the results of confrontations over
the past decade permitted to make a stance that is based on proven hypotheses and hypotheses to be
tested in the near future; doing this we approach the neuroscientific part of Freudian
psychoanalysis; Finally we conclude that the neurosciences allow lead the field of science: a neural
explanation for the psychoanalyst theory, which apparently can frame a point of reductionism
between psychology and neuroscience, making a point to unlimited frame depth research the
psychology of human beings and their social dynamism.
INTRODUCCIÓN
Es algo que se dio inicio hace mucho tiempo, no justo en el momento de los más grandes avances
de las neurociencias y sus técnicas de neuroimagen sino más bien una corriente de todos los tiempos
donde siempre las ideas psicológicas eran puestas en tela de juicio por la ciencia que se considera
pura o válida, confrontar lo que decíamos y decimos nosotros los psicólogos contra ellos, hombres
de ciencia que comparten intereses como los biólogos, médicos, neurólogos, psiquiatras, genetistas,
neurofisiólogos, y podríamos mencionar muchos más; la idea es que la psicología en muchos
aspectos no se muestra como una ciencia exacta, salvo excepciones como el behavorismo y sus
métodos experimentales, otras escuelas se mantienen en un estado entre la comprobación y la
aceptación social de sus métodos como científicos, esto ocurre con el psicoanálisis Freudiano.
Durante la experiencia en neurociencias, hemos encontrado diverso material de investigación
usando las mejores técnicas como son las neuroimágenes que buscaban y al final demuestran la
validez de muchos de las ideas del psicoanálisis, este ensayo hace una revisión de los hallazgos que
refuerzan y ponen de manifiesto científico lo dicho por Freud (Freud, S. 1993) hace más de un siglo
atrás, algo impensado ya que él había perdido la esperanza de encontrar la forma de demostrar el
correlato anátomo-químico en los inicios de sus más importantes publicaciones y que después casi
al final de sus ideas adquirió una motivación debido a los primeros hallazgos científicos de la
psicología, a la actualidad se vería como ríe Freud o al menos demostraría una sonrisa de
tranquilidad y de que finalmente comprendieron todo lo que decía sobre el ser humano y su aparato
psíquico, y su personalidad; algo que él ya sabía pero no tenía como mostrarlo.
Así encontramos un “versus”, basado en la posibilidad de que exista una base neurocientífica para
el psicoanálisis, nosotros pensamos que sí existen muchas posibilidades. Las neurociencias han
logrado encontrar de alguna manera lo que Freud decía en sus teorías, un ejemplo de ello es lo
dicho sobre el consciente e inconsciente. En el inconsciente sucede que mucha de la información
que guardamos ahí es inaccesible para el nivel consciente, por ejemplo recuerdos traumáticos de
nuestra infancia se hacen inaccesibles; por entonces está información traumática está bloqueada,
inhibida por el nivel consciente, este nivel maneja una información a un nivel más superficial y
conectado al medio externo, esto es necesario para tener una mente sana, ya que el consciente
permanece sin llegar a esas zonas profundas del inconsciente y esto permite nuestro equilibrio
mental. Los conceptos de inconsciente y consciente fueron quizá los más importantes aportes del
psicoanálisis a la psicología, en el pasado y en el presente. Otro concepto psicoanalítico derivado de
los conceptos mencionados anteriormente es la represión, la cual también tiene una explicación
basado en el funcionamiento cerebral. La represión sería la creación de circuitos neuronales que
permitan que una información pueda quedar en un lugar de la mente a la cual no tenemos acceso: el
inconsciente (Freud, S.1993), esta información permanecería guardada y bloqueada por la
represión, esta no es rescatable, al menos no de una forma voluntaria y vigil es decir consciente, si
quizá con otros métodos psicoanalíticos.
Los mecanismos de defensa también han sido sometidos a escáner cerebral, los resultados
nuevamente pude ser interpretados de una manera que validan la idea Freudiana, pero a su vez
pueden ser usados de manera contraria, por ello este “versus”, pensándolo psicoanalíticamente
quizá esta manera contraria de usarlos también sería una forma de negación, al final un mecanismo
de defensa. También encontraremos correlatos a los sueños, la estructura del aparato psíquico y sus
tres divisiones: Id, Ego y Super Ego (Freud, S. 1993) como partes de la personalidad, el desarrollo y
la maduración de la personalidad, los instintos y las pulsiones, y la psicopatología.
Al final concluimos en que sí existe la base neurocientífica del psicoanálisis, desde nuestra
perspectiva el “versus” se va más para el lado de la validez, nos llevan a un reduccionismo entre
ambas ciencias: el psicoanálisis y las neurociencias lo que significaría un punto de apoyo a
continuar develando los velos del ser humano y su mundo social.
CONTENIDO
Freud inició este camino largo para encontrar las bases neurocientíficas del psicoanálisis, en 1895
cuando hizo el proyecto no publicado “Proyecto de una psicología para neurólogos” (Freud, S.
2010) donde intentó darle un sentido científico a las ideas psicológicas que ya planteaba, pero era
obvio que no las encontraría en esos tiempos del siglo XIX, por lo que abandonó el proyecto. Se
conoce que la profesión de Freud era médico-neurólogo, aunque sus estudios nos dicen que se
pegaban más hacia un modelo psicofisiológico; el tiempo que pasó en el hospital de Viena y sus
estudios con Charcot en Paris, Breuer en Viena; reforzaron su interés en la mente humana y cómo
tratar sus problemas, por lo que el enfoque y sus conocimientos neurocientíficos formaron una base
importante para que sus ideas se edifiquen de alguna manera en base a circuitos cerebrales, química
cerebral y organización estructural.
Freud quería que sus teorías fueran aceptadas, pero recibió una gran tormenta de críticas y ganó una
lista grande de detractores del mundo científico a todas sus publicaciones y sobre todo a la primera:
“La interpretación de los sueños” (Freud, S. 1993) donde aparecen conceptos que alertaron a toda
la sociedad de entonces como los conceptos de inconsciente, consciente y represión. Él buscó una
forma de poder acallar esas voces de críticas a través de ese proyecto no publicado y como lo
mencionó “desaparecerían (las críticas) con seguridad si en lugar de los términos psicológicos
podríamos emplear fisiológicos y los químicos” (Freud, S. 2010). Esto como sabemos no se puedo
lograr en los tiempos de Freud. Entonces empecemos a revisar y a confrontar al psicoanálisis y a las
neurociencias, esperando poder desaparecer las críticas que recibió Freud.
La huella y la plasticidad (Ansermet, F. & Magistretti, P., 2006) son conceptos que pueden
desprenderse de los estudios de Kandel y que al demostrarlos pueden relacionarse a los conceptos
de la maduración del ser humano social, de las influencias del ambiente sobre los genes y de cómo
una huella de memoria puede alterar los químicos de interacción de los genes en un individuo lo
que conlleva a que la expresión genética del individuo cambie, todo esto gracias a la huella y
plasticidad causada por las experiencias de su vida. A toda esta explicación del funcionamiento de la
memoria podríamos asociar incluso los conceptos tan complicados del psicoanálisis como
inconsciente, desarrollo y maduración del aparato psíquico, y la psicopatología. De esta manera los
circuitos de la memoria representan entonces una vía para que nuestra mente funcione saludable y
este correctamente conectada y socializada. Las representaciones en la memoria determinan lo que
hacemos en nuestro medio ambiente, estas representaciones son las huellas que vamos grabando a
lo largo de nuestra vida y que inicialmente se situarán como el eje principal de nuestros
comportamientos durante ese instante, pero que mientras crecemos y maduramos se convertirán en
huellas que tendrán que estar sin acceso al momento actual presente para darnos salud. Por tanto
nuestras huellas pasadas quedarían sin acceso para dejar paso a las huellas actuales necesarias para
la cubrir las demandas del siguiente paso hacia nuestra madurez cerebral completa. Esto nos suena
muy conocido, claro, las huellas son las representaciones que según el psicoanálisis vamos
guardando en nuestra infancia que forman parte de nuestro inconsciente, las cuales tiene una
asociación importante relacionada al aspecto emocional y somático, es decir cada huella
inconsciente se quedaría grabada solo si ha tenido un evento emotivo y somático importante. Esto
significa entonces que cada representación o huella es un tipo de comportamiento emocional
impactante grabado en nuestro inconsciente. El hipocampo en la subcorteza se encarga de guardar
esta información inconsciente que es muy importante para guiarnos emocionalmente ya que nos
permitirán evaluar y qué hacer frente a diversas situaciones; pero a su vez el hipocampo también se
encarga de relegar o inhibir ciertas huellas que podrían causarnos una respuesta emocional y
somática muy dolorosa o patológica que complicarían nuestra adaptación y nuestra salud mental,
por lo que el hipocampo evita usar esa huella bloqueándola, dejándola sin conexión a nivel
consciente por lo que quedaría sepultada en los confines de nuestra zona sin acceso o sea el
inconsciente. La idea principal se puede centrar en que el hipocampo con sus circuitos de memoria
a corto plazo y a largo plazo hacen que nuestro aparato psíquico tenga dos niveles uno consciente y
otro inconsciente.
Kandel fue más allá cuando postula hasta 8 áreas donde el psicoanálisis puede unirse a la biología
(Alonso del Campo, U. & Brettini, M., 2000), la unión radicaría en conocer el cortex prefrontal y su
importante funcionamiento y su maduración estructural para el dinamismo del aparato psíquico
humano, es pues el cortex prefrontal el gran controlador, regulador y ejecutor del hombre social,
esta estructura ejerce un control de la información, un control de las huellas de memoria en todas
sus modalidades: sensoriales, motoras, de asociación y emocionales sobre todo. Este control del
cortex prefrontal significa la creación de circuitos cerebrales para ejercer una forma de supremacía
de la mente humana, controlando su energía, su química y su organismo. La corteza prefrontal
entonces maneja los hilos de la conciencia y de lo que sería el principal estrato del aparato psíquico
freudiano el consciente. Todas las funciones de este estrato como son el control emocional,
cognitivo y conductual al hacer conexiones a través de las vías órbito-cíngulo-límbicas que
permiten el razonamiento de las emociones. Es que nuestro encéfalo tiene una gran energía
emocional o pulsional si le preguntan al psicoanálisis que nos llevan a tener que regularlas antes de
salir a posicionarse en el mundo externo, ya que sin regulación la socialización estaría en juego.
Este proceso de regulación por parte de la corteza prefrontal tiene mucha similitud con los
conceptos de mecanismos defensa del Yo (Freud, A. 1980), en este caso específico con la
racionalización sería más acorde para este circuito, un punto a favor del lado Freudiano, lo que
revisaremos a continuación.
La corteza prefrontal y sus circuitos podrían ser el sustrato anátomo-funcional de los mecanismos
de defensa psicoanalíticos. Algunos estudios adicionales a los que hizo Kandel sobre cómo se
maneja la información en los circuitos de la memoria y cómo existen huellas a las que no tenemos
acceso a nivel consciente, serían la base neurocientífica de lo que Freud menciona como la
represión. Anderson (Anderson, S., Bechara, A., Damasio, H., Tranel, D., & Damasio, A., 1999)
encontró a través de técnicas de neuroimagen funcional los circuitos cerebrales bloqueados e
inhibidos, para no tener acceso a recuerdos indeseados de nuestra memoria en el estado consciente.
A este circuito lo llamaron “pensar/no pensar”, una mayor actividad demostrada en la neuroimagen
en la corteza prefrontal dorsolateral y menor en el hipocampo, incluso reconociendo las dos áreas
del hipocampo en los dos hemisferios como responsables y sus conexiones con la corteza insular
posterior y el cuneus bilateral demostraban que este circuito se encarga de evitar la evocación de
eventos desagradables para nosotros, eventos que se almacenan en las profundidades del iceberg de
nuestra estructura de personalidad según Freud, a esto él lo llamó la represión, este mecanismo de
defensa reprime en palabras nuestras bloquea e inhibe a nivel cortico-subcortical las memorias
inconscientes. Recordemos que el primer mecanismo de defensa citado por el psicoanálisis fue la
represión y es el gran responsable de los niveles conscientes e inconscientes del aparato psíquico.
Los estudios en cerebros escindidos (Gazzaniga, 1988) son claramente un ejemplo de cómo se
aíslan las representaciones emocionales dolorosas, la separación de funciones de ambos hemisferios
cerebrales por una desconexión del cuerpo calloso, cortan el circuito que conecta dichas emociones
con el nivel consciente del cortex prefrontal izquierdo (Dawson, 1994), lo que demuestra que el
cerebro humano tiene circuitos para el mecanismo de defensa de la represión, es una represión
cerebral.
Sobre los otros mecanismos de defensas que tiene nuestra psique, podríamos identificar sus
circuitos con mayor facilidad, debido a su relación con las funciones del cortex prefrontal, al
funcionamiento de la cognición y la capacidad de razonar. Por ejemplo buscar explicaciones a
eventos que vemos o vivimos se conoce en psicoanálisis como el mecanismos de defensa de
racionalización. Hay experiencias que permiten reconocer el circuito cerebral de dar explicaciones
o racionalizar, ya es conocido que se hace uso de la corteza prefrontal dorsal izquierda (Dawson,
1994) al encontrar justificaciones a algo. Paniagua menciona que el cerebro dividido o escindido
puede cumplir funciones aisladas de racionalización, por lo que el hemisferio izquierdo al no estar
enterado de lo que ocurre en el medio externo, no se conforma con un “no se” sino muy por el
contrario logra dar explicaciones que no tienen nada que ver con lo ocurrido, visto de esta forma el
cerebro prefrontal dorsal izquierdo siempre busca razonar acerca de lo que hacemos incluso así no
tenga idea de lo que ha sucedido; a pesar de que esto puede verse como una falla, de hecho no lo
es, ya que es de vital importancia el poder racionalizar para la adaptación del ser humano en su
sociedad, sino pongámonos a pensar que pasaría si no racionalizaríamos todo, diríamos las cosas tal
cual suceden y esto llevaría a tener muchos conflictos con los demás.
Bien, con respecto al sueño, La Interpretación de los Sueños (Freud, S. 1993) fue la obra suprema
del psicoanálisis Freudiano, en ella además de explicar una técnica de cómo llegar al inconsciente y
tratar a un paciente a través de las asociaciones libres, se da el lanzamiento de una teoría acerca de
la mente humana. Freud menciona “todo sueño aparece como un producto psíquico provisto de
sentido al que cabe asignar un puesto determinado dentro del ajetreo anímico de la vigilia.
Intentaré aclarar los procesos que dan al sueño el carácter de algo ajeno e irreconocible, y desde
ellos me remontaré a la naturaleza de las fuerzas psíquicas de cuya acción conjugada o contraria
nace el sueño”. El tener la idea del sueño como la de un producto psíquico con sentido, con una
razón, es la posibilidad que tenía el inconsciente de superar un conflicto resultante de una represión
durante la vigilia, por tanto los sueños producirían una gran cantidad de representaciones
inconscientes durante el estado de sueño en el momento justo cuando las defensas del conscientes
bajaban y entramos en la inconsciencia, estas representaciones buscarán superar el conflicto pero no
de una manera lógica ni racional. Por el contrario estas colindan con los más profundos e irreales de
las representaciones de nuestro mundo externos e interno, estas son pues: nuestras emociones,
memorias, instintos, pulsiones, fantasías, temores, deseos, etc. Ahí en ese mundo de la inconsciencia
nos dice Freud es que superaremos el conflicto de nuestra mente. Visto esto pasemos al terreno de
las neurociencias y comparemos. El sueño es considerado el estado inconsciente del sistema
nervioso, en este estado todo sistema se encuentra en nivel bajo de actividad cerebral en la mayor
parte del tiempo, en otras la actividad cerebral puede elevarse y representar un funcionamiento
cortical importante, pero en ambas la respuesta física del cuerpo se encuentra en descanso y estamos
en la inconsciencia.
El sueño según el tipo de esta actividad nerviosa se clasifica en dos: el sueño REM (Pinel, 2009) de
movimiento ocular rápido (por las siglas en inglés rapid eye movement), también conocido como
sueño “paradójico” debido a que en este estado tenemos una activación cerebral muy elevada en
ondas cerebrales tan igual o más que durante el estado vigil. La paradoja recaen en la idea de tener
un cerebro despierto pero sumido en la inconsciencia. El otro tipo es el sueño NO REM o de no
movimiento ocular rápido, este que incluye hasta 4 fases, entre las cuales aparece el conocido sueño
profundo donde las ondas cerebrales decaen en sus niveles más bajos, igualmente decae el
funcionamiento de la mayoría de los órganos del cuerpo. Las funciones del sueño están actualmente
relacionadas a muchos aspectos del funcionamiento cognitivo del ser humano, Pinel (2009)
menciona al sueño como básico para la consolidación de la memoria, refiere que es en este estado,
particularmente en el sueño REM cuando empezamos a ensoñar inconscientemente y tenemos una
suerte de repeticiones de la información que hemos ingresado durante el estado vigil, estas se
conectarán con en el hipocampo lo que permitirán que estas representaciones se impriman a largo
plazo, es decir se consoliden, este proceso es ideal para lograr el aprendizaje. Sucede que la
información que ingresamos en el estado vigil puede alcanzar según el grado de asociación al
funcionamiento emocional un estado previo a la consolidación de la información. La consolidación,
debido a muchos factores relacionados al uso del estado consciente y su censura no puede hacer la
consolidación en esos momentos, por lo que al entrar en sueño, en la inconsciencia, tenemos una
acceso a dichas representaciones, en ese momento la censura es menor y permite compartir las
representaciones en todo el cerebro y con el hipocampo, de esa manera sí podemos llegar a
consolidar la información. Así llegamos al aprendizaje. Como vemos el uso de la información
inconsciente resulta como una forma de superar un problema que no se soluciona en el estado
consciente, además de eso, resulta claro que durante el sueño REM donde ocurren las
representaciones oníricas con mayor intensidad es cuando nuestra corteza cerebral trabaja más
conectándose a niveles subcorticales, con el hipocampo. El estado de sueño o inconsciencia tanto
REM como NO REM persiguen el equilibrio y le dan descanso a la gran activación de la vigilia. Al
final el sueño permite la consolidación de la información y el equilibrio emocional, lo dice el
psicoanálisis lo dicen las neurociencias.
Ortiz menciona que la personalidad se estructura según la información social, esto es algo que
también menciona el psicoanálisis cuando se refiere que la búsqueda de satisfacciones a las
pulsiones llevan al individuo a fijar la pulsión en el objeto externo a él (información social),
creando una relación objetal (relación social), de esta relación y relaciones el ser humano va
madurando y formando su aparato psíquico, su personalidad. La forma de relacionarse con el medio
social y que permite la estructuración de la personalidad del ser humano, se pueda dar gracias que
podemos modificar nuestras redes neuronales por influencia del medio social. Esto debido a nuestra
capacidad de “neuroplasticidad”.
Son dos los procesos que influencian el desarrollo y la maduración de la personalidad, estos son los
procesos epigenéticos y sociocinéticos (Ortiz, 1994) que forman la personalidad del individuo en su
sociedad durante su historia de vida. Durante el proceso epigenético la influencia social es a un
nivel casi en su totalidad de orden genético. Lo que indica que empieza desde el momento “0” de
inicio de la vida, desde la fecundación en adelante los cambios a niveles celulares, luego tisulares
que se van formando durante la gestación, desde ahí ya estamos formando estructuras encefálica de
nuestra personalidad. Luego en la primera infancia una vez que el individuo puede tener una pre-
independencia en su entorno social, es decir ya puede interactuar en su medio externo y esta
interacción lo llevan a continuar desarrollando las estructuras encefálicas responsables de la
personalidad, en ese momento el proceso es el sociocinético. Este último proceso llevará a que la
personalidad madure sus circuitos y estructure la personalidad del individuo, según Ortiz esto
sucederá en la adolescencia. Aproximadamente entre el término de la adolescencia y en la juventud
se alcanzará la madurez completa de la personalidad, cabe mencionar que las últimas zonas en
manifestar madurez son las del cortex prefrontal, esta zona cerebral una vez madura regula,
controla y ejecuta todo el funcionamiento consciente del ser humano y que le permite usar un
sistema de personalidad y tener lo que muchos llaman un libre albedrio de su funcionamiento
cognitivo.
Por todo esto podríamos fácilmente ilustrarnos y pensar en ubicar cada parte del aparato psíquico
psicoanalítico en el encéfalo, poniéndonos en ese plan tendríamos algo parecido a esto:
Un poco difícil, claro está, no podemos localizar circuitos funcionales de manera perfecta pero
hablando de funciones de una manera más amplia es una buena aproximación.
Psicopatología.
Veamos acerca de la histeria. Lo que para Freud significó una prueba a su tratamiento
psicoanalítico, cuando a través de su terapia psicoanalítica curó una parálisis histérica a una
paciente; para otros no fue así ya que sin pruebas científicas de por medio quedaba en el aire. Pero
las neurociencias han intervenido para comprobar si el tratamiento de Freud realmente curó, y si
realmente su teoría de las causas de la histeria tiene base neurocientífica. Amoruso sometió a iRMf
personas con los síntomas de la histeria específicamente los conversivos, los de parálisis motora sin
daño cerebral. Freud mencionaba que el conflicto sexual inconsciente llevaría de alguna forma a la
parálisis y a somatizaciones en el individuo histérico, y que al traer el conflicto sexual al nivel
consciente y tratarlo con terapia curaría el síntoma paralítico. Se pudo analizar primero los circuitos
que activan el movimiento en sujetos sanos estos son: la corteza prefrontal dorso lateral (CPFDL) la
cual envía la orden del movimiento hacia las zonas pre centrales motoras para la ejecución del
movimiento; en cambio cuando observaron en las personas con histeria y su parálisis motora, la
activación se daba también primero en la CPFDL que envía la orden, pero a diferencia del circuito
sano a continuación se activan otras zonas que harían un bloqueo de la orden del movimiento, estas
zonas eran la de la corteza pre frontal orbital (CPFOF), la corteza cingulada anterior (CCA), la
corteza de la ínsula y áreas límbicas como el hipocampo. Al activarse estas áreas la corteza pre-
central motora no recibía la orden del movimiento, por lo que el movimiento no se realizaba, estaba
con parálisis; cabe mencionar que esas áreas que bloquean la orden como la CPFOF, CCA, la ínsula
y las límbicas tienen funciones de activar las emociones a niveles inconscientes y preconscientes.
Por tanto la hipótesis a considerar es que una serie de recuerdos emocionales indeseados en estas
áreas serían los responsables de la inhibición motora, es la misma hipótesis que tiene el
psicoanálisis, obviamente lo hizo hace más de cien años antes y sin neuroimagen.
Donoli (2010), plantea como una de las causas de la esquizofrenia al trauma post natal, estos
traumas infantiles evitarían la maduración de las estructuras responsables de la regulación
emocional y conductual del sistema de personalidad, y que los síntomas de la esquizofrenia se
presentarían al finalizar la adolescencia debido a que en ese momento el circuito de personalidad se
activa completamente. Estos eventos formativos de la personalidad a través del ambiente los hemos
tocado en líneas anteriores y también hemos comprobado su relación entre las neurociencias y el
psicoanálisis. Son las zonas de la sub corteza: sistema límbico, las primeras en la activación y
estructuración del sistema de personalidad, esta primera activación es en la formación del
temperamento inconsciente (Ortiz, 1994), debido a los traumas y conflictos en las relaciones
afectivas materno infantiles, durante el establecimiento del apego (Pally, 2001), este trauma,
perjudicaría primero funcionalmente y luego estructuralmente el cerebro. Lo que causaría que las
zonas límbicas: emotivo-afectivas inconscientes queden inmaduras y descontroladas, esto llevaría a
un individuo a desarrollar la esquizofrenia cuando sea adulto. Freud hace más de un siglo mencionó
que la enfermedad mental son símbolos de conflicto psíquico reprimido de origen infantil. Como
vemos Donoli ha encontrado la misma respuesta. Por otro lado Schore (1994) asegura que existe un
periodo crítico entre los seis y doce meses para el desarrollo de circuitos pre frontales que regulan
los estados afectivos y su expresión, para que esta regulación se desarrolle normalmente es
importante la interacción del bebé con la madre, el contacto materno infantil, es decir el apego que
Pally ya ha mencionado como responsable de la maduración cerebral. Esta relación de apego
promueve el crecimiento de los axones dopaminérgicos desde el giro del cíngulo del sistema
límbico hasta el cortex prefrontal.
Psicoterapia.
Finalmente la psicoterapia también puede ser considerada en este “versus”. A la actualidad los
conceptos de psicoterapia y plasticidad están unidos para explicar cómo se logra el éxito
psicológico en pacientes. Gabbard (2000) ve a la psicoterapia como una forma de aprendizaje, que
producirá cambios en la expresión genética y sinápticas. La activación del cortex pre frontal a través
de la psicoterapia y su neuroplasticidad representan el cambio de una personalidad patológica a una
sana. La psicoterapia ingresa al cortex prefrontal por medio de la comunicación, usando el lenguaje
que es de un nivel cognitivo alto, mediante la palabra para producir el cambio y superar el trastorno.
El tratamiento mediante la palabra, usando cualquiera de los modelos psicoterapéuticos luego de
varias sesiones modifica los circuitos cerebrales que causan la psicopatología. Esto fue comprobado
por Paniagua (2004) que usando neuroimagen funcional con Tomografía por emisión de positrones
(PET) observó que pacientes con depresión y sin fármaco terapia lograron cambiar sus niveles de
captación normal de serotonina en la corteza órbito frontal, lo que hizo que mejoraran su estado de
ánimo y superen la depresión.
La psicoterapia cambia los sistemas cerebrales superiores como el aprendizaje, memoria y emoción,
el cerebro llega a aprender nuevas formas de responder y adaptarse lo que significa que puede
curarse.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
(a)Trabaja en el programa de educación inclusiva de la Policía Nacional del Perú con 12 años de
experiencia en neuropsicología infantil y de la niñez.
(c) Grado de Magister y Licenciado en psicología del niño y adolescente en la UIGV, Especialista
en Neurociencias – Neuropedagogía en CEREBRUM, Neuropsicología en IRIEE.