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— y LEVINE, M, «A model of agenda in-üuence on corruniuee dcci-


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~B everiy HTlls"(Calif .),"S ageTl 9 8 8 7 ~ --—
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narrow data base on social psychology's view of human nature», 35. La metodología en ciencia política:
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'" rícan Economic Review (Papers & Proceedings) 68 (5) (1978), HAYWARD R. ALKER '
pp. 1-16.
— «Human nature in politics: the dialogue of psychology with poli-
tical S'-;ence.», American Political Science Review 79 (1985), .Aquel que por naturaleza y no simplemente por mala fortuna
pp.293-304. .carece de ciudad, de estado, sólo es humano como el loco de
SNIDERMAN, P. M., «The new look in public opinión research», en la guerra [de Hornero] [...] [que] es un no cooperador como
Finifter, 1993, pp. 219-246. -una pieza aislada en una partida de damas [...]. La naturale-
— BRÓDY, R. R. y TETLOCK, P. E., Reasoningand Choice: Explora- za, [...] con el propósito de hacer del hombre un animal polí-
tions in Political Psychology, Nueva York, Cambridge University tico [...] le ha dotado só'lo a él entre todos los animales con los
Press, 1991. i poderes del discurso razonado'[...]. Porque la diferencia real
SULLIVAN, J. L., PIERESON, J. E..y MARCUS, G. E., «Ideological cons- entre el hombre y los demás animales consiste en que sólo los
traint in the mass public: a methodological critique and some new • humanos pueden percibir el bien y el mal, lo correcto y lo inco--
findings», American Journal of Political Science 22 (1978), rrecto, lo justo y lo injusto. Y es el compartir una visión común
pp. 233-249. ' . .. ; de estos asun'tos lo que constituye una/casa o una ciudad.
TANK.E, E. D. y TANKE, T. J., «Getting off a slippery slope: social scien- (Aristóteles, La política; cit. en Kratochwil, 1989, p. 265)
ce in the judicial process», American Psychologist 34 (1979), •
pp. 1130-1138. [P]uesto que la política utiliza al resto de las ciencias y [...]
• legisla lo que tenemos que hacer y lo que tenemos que dejar
de hacer, el fin de esta ciencia tiene que incluir los de las
' demás, para que este fin sea el bien del hombre [o incluso
. •
. mejor] el de una nación o el de las ciudades-estado [...]. [L]a
. ciencia política aspira al [...] más alto de todos los bienes que
• ' 5e pueden lograr mediante la acción.
(Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1094a y b; McKeon, 1941)
1135
. 1136
I. El malestar de la inautenticidad
por otros metodólogos para los problemas sustantivos clave
en la metodología política
de otras disciplinas? 2
Hartéis y Brady (19.93) expresan nuevamente un sentido de
Aunque crecen materialmente en los departamentos de cien- inautenticidad, de inferioridad, en su posterior y más selecta,
cia política, muchos metodólogos políticos sufren ahora un aunque autorizada, panorámica de la metodología política cuan-
cierto malestar no fácil de diagnosticar. Parte de este desaso- titativa. Pero, paradójicamente, también sugieren de forma indi-
siego proviene de las críticas sobre sus pretensiones ••científi- recta una manera para trascenderlo. Respondiendo a Achen
_ cas, especialmente sobre las presuposiciones epistemológicas __(19_83, p. 69), sostienen que hay una nueva línea, aunque
y ontológicas que no e^atónw. ConÍQresülfadoTIOsmetodíS^ modesta, de prod^tos~mdígehas "qué~ro"s~m'eto-dólogos-poH-ti—
logos políticos tienden bien a rechazar defensivamente, bien,
eos podemos vender ahora por nosotros mismos aunque las
incluso, a sentir aversión hacia las fuentes intelectuales de tales
ventas sean pocas todavía:
críticas, que se han etiquetado de manera vanada como «inter-
pretativas», «constructivistas», «postestructuralistas», «pos- Aunque los metodólogos políticos no han hecho todavía «nada
positivistas» o «posmodernas». Cuando hablan con sus cole- remotamente comparable» a la invención del análisis factorial
gas más receptivos, ..los metodólogos políticos muestran por parte de los psicometristas o de los métodos de ecuación
correctamente su orgullo por los recientes logros técnicos estructural por parte de los económetras [...], han inventado,

modestos-de tipo fundamentalmente estadístico. Pero cuando adoptado o seguido desarrollando u tía variedad impresionan-
te de útiles técnicas para tratar con cuentas de sucesos [...],
están con otros metodólogos, salen a la luz sentimientos de modelos dimensionales [...], pseudo-panels [...], especifica-
inferioridad disciplinar: Sugiero, por tanto, y exploraré ense- ción errónea de modelo [.,.], variación de parámetros [...], datos
guida, el diagnóstico de este malestar como «inautenticidad aaregados [...], sesgo ae selección [.,.], error de medición no
disciplinar». . . • debido al azar [...], datos perdidos [...], y datos de series tem-
El aborrecimiento metafórico de Achen a estar presente porales (Bartels y Brady, 1993, p. 121).
en los saldos de garaje' de los metodólogos de otras disci-
La tecnología de las ecuaciones simultáneas fue y es una
plinas (Achen 1983) parece haber tocado una cuerda sensi- . manera brillante de manejar el difícil problema de estimar rela-
ble1, cuyas nuevas versiones torno, como evidencia de!
ciones de oferta y demanda simultáneamente operativas. El
diagnóstico de «inautenticidad» que acabo de dar. Parece que
análisis factorial múltiple permitió la determinación empíri-
nadie de otras disciplinas compra nuestros productos, inclu- ._
ca y la medición de múltiples dimensiones distintivas de la
so cuando bajamos sus precios en una liquidación rápida y
inteligencia humana no directamente observables (un tema
libre de impuestos. Achen tiene razón: ¿quién querría ir a un
central para asegurar el respeto científico y él apoyo social
saldo de garaje en casa de la metodología política sólo para
de la investigación psicológica estadística sobre las capaci-
encontrar herramientas usadas o remodeladas, desarrolladas
dades humanas). Sin embargo, desgraciadamente, el mensaje
principal que probablemente extraigan los compradores de la
heterogénea lista de Bartels y Brady es que los nuevos pro-
«Garage sales» en el original. Se refiere a la extendida costumbre en
determinados ámbitos sociales norteamericanos da la venta ocasional en «.'I
1 Pensando en términos cualitativos, se podría añadir fácilmente el uso
Jardín o el garaje de casa de algunos enseres domésticos usados. (N. del T.)
1 Así, al igual que Gary King (19S9) y Larry Bañéis y Hcnry Bnuly
imaginativo de las herramientas del lógico -el álgebra booleana, desarrollada
(1993), John Jackson'(í¿«pra, cap. 32) está preocupado, si no inquieto, por l.is v aplicada a los análisis sociológicos cualitativos de muestras pequeñas de uni-
ductos de la metodología política aún carecen de característi-
de los Estados» y se basaba en distintas discusiones teóricas
cas distintivas, vinculadas a la disciplina y sustantivamente
del desarrollo comunitario y nacional (Alker, 1975), parece
centrales. El anuncio «hecho por metodólogos políticos» no
liaber perdido sus raíces políticas. Esperemos que, sin perder-
ayudará a la venta.
nos en el pasado, seamos capaces de ayudar a redescubrir, reva-
Una parte importante de este malestar parece estar conec-
lorar y' también (donde-sea apropiado) redefinir estas raíces.
tado con incertidumbres de especificación: cómo representar y
modelar la sustancia de los fenómenos políticos de que se tra-
te. Así, algo más adelante en su revisión, Bartels y Brady (1993,
II. Un remedio: la innovación de especificación
p. 140) reconocen que «Irónicamente, conforme los metodólo-
informada filosóficamente
~góTp"ólíticOs~se"vuelven-más-sófisticadosrmás-opresivos-se-
hacen los problemas fundamentales de especificar la incerti-
a) De la poli(s)métrica a la metodología política
dumbre». En ese punto ofrecen una lista de varias de las herra-
mientas mencionadas más arriba, inventadas por económetras,
Corno una forma de intentar fundamentar la metodología
psicometristas y estadísticos -«la ecuación simultánea com-
política'en los clásicos de la investigación política,'en elHand-
pleja, el análisis factorial y los modelos estructurales do cova-
book of Political Science de 1975 proponía denominar este
rianza»-, que describen como «un lugar cada vez más común
campo como «polimetría», un nombre que contenía (como
en varias áreas de la ciencia política [...]». Entonces, consisten-
«psico» de «psique», en «psicometría») una referencia a la
temente con la presente explicación, advierten una multiplica-
«polis», la ciudad-Estado griega (símbolo breve, pero potente
ción de las «decisiones de especificación difíciles, a menudo
para la clase mayor y más variada de formas de gobierno cuya
• arbitrarias», requeridas por su utilización y que son un efecto
medición deseábamos lograr; Alker, 1975). Dado que esta
colateral de esta complejidad (Bartels y Brady, 1993, p. 140).
fundamentación no era obvia, defendía una mirada fenome-
La larga lista de nuevas herramientas de Bartels y Brady,
nológica en detalle a la vida de la forma de gobierno.y el replan-
. que va de las cuentas de sucesos a los datos de series tempo- teamiehto de los fundamentos descriptivos de nuestra subdis-
' rales, no parece que esté clara y convincentemente vinculada
ciplin-a: Un tema muy relacionado con éste, dado el tratamiento
a los problemas sustantivos fundamentales de nuestra disci-
de la ; -actividad política como una clase especial de acción
plina. Entre éstos se encuentran los temas de la determinación
:
social,;era el de las prácticas inferenciales interpretativas refe-
del poder y la influencia,"la justicia y la injusticia-,'la asisten-
ridas a las personas.
cia pública, el cumplimiento institucional y sustantivo de las
Cómo también sostenía en otro lugar (Alker, 1974, 1984),
aspiraciones democráticas y la victoria contra su corrupción,
subrayaba una prioridad weberiana de preocupación con la
intervenciones coercitivas justificables internacionalrnente, y
«comprensión» (en términos interpretativos, humanos, de lo
desarrollo político, económico y social sostenible en una eco-
que estuviésemos estudiando) antes de la. «explicación» cau-
lííS nomía mundial globalizante, temas que conciernen por igual
sal (de lo que previamente se había comprendido adecuada-
a ciudadanos y a politólogos profesionales.
mente). El rasgo más distintivo de mi capítulo del Handbook
Más bien, los logros mencionados por Bartels y Brady refle-
de 1975 consistía, quizás, en la oferta de algunas posibilida-
jan una variedad de problemas estadísticos de especial rele-
des dej especificación relativamente noveles, ricas y potentes
vancia para distintos grupos de científicos sociales y natura-
les de muchas disciplinas (o de ninguna en particular). Así, la que eran relevantes para tales propósitos weberianos. Estaba
«estadística», que "en su día significaba «el estudio empírico a favor de un compromiso ontológico con las perspectivas de
la acción social sensibles al contexto -Dahl, Deutsch, Haber-
1139
1140
raleza humana, nos alej.,a del estudio del comportamiento polí-
mas, Lasswell, Parso.ns y Weber incluidos- como una base, tico concebido como el resultado de/disposiciones que- varían
ampliamente aceptable para tales intentos. al azar, de-identidades políticas fijadas exógenamente, con
Al discutir estas ideas, muchos metodólogos políticos han
citado la opinión, atribuida al difunto William Riker, de que cálculos-de utilidad distintos individualmente.
Al reflexionar sobre este intercambio simulado -no muy
para su subdisciplina métrica, «poli» es una raíz-demasiado diferente de los que se oyen en las reuniones contemporáneas
indisciplinada. Cuando se deja caer la «s» implícita de «polis», de ciencia política-, me choca lo bien que la posición anti-
se puede uno confundir al pensar en «poly» (o muchas) cosas, —poli(s)métrica-encaina_ej_ma_lestar_de la inautenticidad al que
-nO ~tJUlU-CH.-lCL-pUJLH.l^.u tj.w.i*xt -o- - - dsaclo ya nos hemos referido. La econometría y laTelfoirómTá~utiiita~
constitu-ye una preocupación obsoleta en la era moderna de los ría sólo satisfarán al analista político que haya descartado de
Estados-nación —de hecho, Alejandro, discípulo de Aristóteles, su léxico científico las nociones de sustancia política (las prác-
las convirtió en unidades de investigación anticuadas en la-épo-
ticas justas o injustas de una entidad social o una comunidad
ca imperial que él mismo introdujo— el tema'aquí es más pro-
política), del hablar'y el pensar político, de la formación de una
fundo que una mera elección entre palabras. Al aceptar el
voluntad colectiva ética, de la acción social al servicio de fines
término más nuevo de «metodología política», dado su uso virtuosos que Aristóteles describía como la esencia de lo polí-
común ahora, me gustaría sugerir algunas razones más tico y la perfección de la dimensión política de la naturaleza
profundas detrás de mi defensa inicial, y posterior rechazo,
de la «poli(s)métrica». humana.
Al carecer fenomenológicamente de dicho núcleo sustan-
Sólo necesitamos ponernos nuestras gafas analíticas rigu-
cial en su trabajo técnico, al rechazar las quejas posmodernas
rosas y leer las citas que introducen este capítulo del origina-
sobre sus disipaciones ontológicas, incapaces de comprome-
dor más importante de la ciencia política en la civilización occi-
' ter a sus colegas en una forma informada de los debates epis-
dental, Aristóteles, para observar cómo funciona el rechazo. temológicos contemporáneos, los metodólogos políticos no
A uno te tienta analíticamente decir que Aristóteles tiene un parecen tener nada más que hacer que subsistir en el mundo
sesgo antiindividualista, confunde lo normativo y lo empíri- de los hombres deshumanizados, privados de polis, solitarios,
co, relaciona lo ético y lo político (algo que la Realpolitik nos
, avaros, «locos de guerra» de-Aristóteles y Hornero. .
ha enseñado supuestamente a separar).
Si se me diera la oportunidad para replicar, habría adverti-
do que (no habiéndome convencido aún los economistas de
b) Algunas virtudes de los fundamentos neoarisfotélicos
que «hablar es barato») Aristóteles señala fenomenológica-
mente, políticamente, hacia un foco de discurso razonado sobre Yon Wright (1971, cap. 1) rastrea los fundamentos de la
el bien público. Las habilidades metodológicas relevantes que .-
investigación social científica más allá de la-controversia vers-
sugiere esta explicación de la fundación de la subdisciplina tie-
tehen-erklciren («comprensión» versas «explicación») hasta
nen tanta probabilidad de provenir de las viejas disciplinas de
dos tradiciones más antiguas, valiosas las dos: la aristotélica
la lógica, la retórica y la dialéctica, como de las versiones
y la galileana. Aunque, en un texto metodológico contem-
modernas (¡¿o posmodernas?!) de la hermenéutica, la lingüís-
poráneo muy discutido, King, Keohane y Verba (1994) se ocu-
tica, el análisis del discurso e, incluso, de la filosofía crítica.
pan también en gran medida de los problemas de la inferencia
¡La econometría no está en ninguna de las dos listas! Es más,
H^Hn nnp Aristóteles señala hacia una acción orientada colee- interpretativa o «descriptiva», prestan poca o ninguna atenciór
•-'•"••"-"•-«lóírtrn rnprnciolóizi-
ca o especificacional que arrancan tanto de las versiones pre Dacio : que los filósofos de la ciencia (social) y los científi-
como posweberianas de este tradicional debate. Por tanto, ias cos sociales han estado luchando con los problemas de la cau-
nociones neoaristotélicas sustanciales -del discurso intencio- salidad política, la funcionalidad y las intenciones colectivas
nal sobre lo correcto y lo incorrecto, de la agencia intencional durante mucho tiempo', es importante tener una buena idea de
y práctica en las colectividades, de la retrpalimentación y el lo que consiguieron3. El conocimiento de los contextos en los
funcionamiento adaptativo y erróneamente adaptativo. y de la que los neóaristotélicos y los neogalileanos desarrollaron sus
complejidad organizada más en general- no se convierten en •innovaciones metodológicas nos ayuda a entender sus posibi-
problemas centrales de la metodología política en su muy gali- lidades y sus límites en contextos de aplicación nuevos y dis-
leana versión. Aunque sea claramente preferible una síntesis tintos. N.os da más libertad para no repetir las prácticas pasa-
creativa de las preocupaciones de raíz tanto aristotélica como das cuando sean inadecuadas para problemas actuales o futuros.
•~galrleima-para-descomponer-los-elementos-metodológieos-de- -Y-jio •es-riecesário~que-todosseamos-neoáristotélicos-para-apre=i~
una ciencia política, parece no obstante más apropiado aquí ciar estás reflexiones4.
poner un énfasis corrector en la contribución de la primera tra- Lo que intenté hacer en el Handbook of Political Science
dición. de 1975 parece ahora especialmente relevante. Consistía en
La seguridad fenomenologica.de Aristóteles, evidenciada sugerirrfprmas novedosas desvolver a considerar los funda-
en la cita de la Ética a Nicúmaco que aparece al principio, per- mentos fenomenológicos e interpretativos de la metodología
mite que sus estudiantes de metodología política sean com- política. Creía que la respuesta correcta a los. éxitos de los
pradores cosmopolitas sin complejos de inferioridad. Puesto psicometristas y los económetras en sus propias disciplinas
que la política constituye, o puede constituir, el reino de las consistía en ser igual de problemáticamente sensible y meto-
más altas formas de autorrealización individual y colectiva de dológicamente creativo en la nuestra. Eran evidentes las nue-
los seres humanos, hay que buscar cuando sea apropiado las vas y excitantes oportunidades que había para hacerlo en cam-
contribuciones de las otras disciplinas a ese fin, pero no sobre pos como la psicología y la sociología políticas, la lingüística
la base de una liquidación total o un saldo de garaje. computacional, la ciencia cognitiva y el análisis del discurso
Para decirlo con términos modernos: puesto que los produc- político.,
tos del trabajb científico entraban en el dominio público tras su .
anuncio público o su publicación, la legitimación disciplinar y las
prioridades del descubrimiento no parecen haber sido tan pro- c) Volviendo -a conectarla metodología política con las
blemáticos; la buena legislación se ú'ene que construir a partir de fenomenologías políticas orientadas comunicativamente
los hallazgos de cualquiera y de todas las disciplinas. Como gran-
des discípulos-nietos de Aristóteles, los poütólogos, como nues- A partir del enfoque sintético, filosóficamente informado y
tros predecesores en otras subdisciplinas metodológicas, tenemos fenomenológicarnente perceptivo de Donald Moon (1975) a la
derecho a usar todo lo que pueda ser útil para nuestras preocu-
paciones sustantivas y nuestros propósitos metodológicos entre 3 Entre mis favoritos para enseñar a los estudiantes dé ciencia política

docenas de posibilidades relevantes en la literatura inferencial y y relaciones internacionales están: Mili, 1843; Diesing, 1971; Dallmayr y
figurativa. Sin embargo, carecemos del lujo de su seguridad oncoló- McCarth>vl979;Elsier, 1989;Walton, 1990;Hollis, 1994; y Schiffrin, 1994.
4 Véase Alker (1974, 1984, 1993 y, especialmente, 1996) para una ela-
gica; tenemos que estar preparados, en estos tiempos, para consi- boración de ios ternas neonristotélicos. Estas obras constituyen importantes
derar los temas fenomeno.lógicos-.cuidadosamente, de forma cons- fuentes cíe?muchos de los argumentos de este capítulo. A .excepción de que
tructiva, informadamente y con una mentalidad abierta. sea obligado, no las citaré más de aquí en adelante.

1143 1144
lógica positivista y hermenéutica (críticamente interpretativa)
nuestro discurso y nuestra actuación políticas, me parecía, en
- de la investigación política, y de su uso de los escritos de Yon
aquel momento, que representaba una colaboración muy inno-
Wright y de Habermas sobre explicación y comprensión, me
vadora entre un psicólogo social y político y un lingüista com-
centré en los ejemplos en los que el poder y la influencia, los
putacional. Esta línea de trabajo ha sido posteriormente oOgui-
sistemas constituidos a partir de esas, relaciones, o las justifi-
da y reformulada por un buen número de autores que utiliza:!
caciones para la acción colectiva constituían una preocupación
las herramientas de la inteligencia artificial (véanse las con-
política central. Visto retrospectivamente, yo favorecía las nue-
tribuciones y las bibliografías que aparecen en Walton, 1990:
vas o viejas estrategias figurativas o especificacionales orien-
Hudson, 1991; Tabee, 1992; Duffy y Tucker, 1995). Stephen
—-tad as - co mu n ic a t ivamen te Acornó. 1 as .que u npjbusc ajía a. P a Etk
--Slade-(1994),_mLdiscjpulg.j.le^y^eJ^on_y Schank, ha aplicado
de una perspectiva «reflexivista» aristotélica o habermasiana
sus representaciones o especificaciones formales dePaízóTíIP'
(Kratochwil, 1989). Mi intento por resucitar el «análisis de
miento psicológico político a las decisiones de las votaciones
razón» de la temprana investigación de mercado europea, lle-
vada a cabo entre otros por el sociólogo político Paul Lazars- del Congreso con resultados impresionantes.
La conciencia crítica de John Jackson sobre las limitación-:-:;
fclcL anticipaba algo del trabajo más metodológicamente inno-
de los enfoques individualistas de la construcción do mudólo:;
vador sobre el razonamiento, la elección y la acción política
que asumen el equilibrio en el estudio del cambio polílico-insti-
(Siüderman, Brody y Tetlock, 1991), aunque la obra de éstos
tucional-ha señalado también hacia las innovaciones de l;is espe-
se podría haber beneficiado de unas especificaciones figurati-
cificaciones de tipo neoaristotélico. Su capítulo (Jackson, suprn,
vas más ambiciosas del tipo de las exploradas por Hudson
cap. 32) presta una considerable atención a sus espeeifieaeiono;;
(1991) y Sb.de (1994).
• no convencionales de fenómenos políticos en términos fascinantes
y posiblemente no equilibradores de dependencia de senda (¡7<i?!i-
dependent); y no ignora tampoco los temas, a veces difíciles, de
d) La promesa de representaciones f&nnales alternativas
la estimación estadística que trae consigo este enfoque.
El capítulo de Jackson es especialmente impresionante por el
De igual modo, la sugerencia más importante, implícita en
contenido sustantivo de sus brevísimas referencias a la composi-
la cita de Bartels y Brady que hemos recogido más arriba," es
ción cambiante de los partidos Demócrata y Republicano. Siguien-
la necesidad que expresa de unas especificaciones invesdgablcs
do las nuevas posibilidades de especificación sugeridas por ios
empíricamente nuevas y mejores de las relaciones políticas. Un
cibernéticos rusos, los economistas americanos, ios teóricos cíe
conjunto de especificaciones de procedimiento orientado comu-
sistemas y las primeras obras sobre la dinámica de los sistemas
nicativamente es evidente, entre otros, en el uso que Crecine
de partidos, Jacks.on ha dado un significativo paso afielante hacia
(1969) y Alker y Greenberg (1977) hacen de las ideas del pro-
ceso de resolución de problemas de los gobiernos. ¡Como éstas la reescritura de la historia de las metodologías políticas que son
venían sugeridas por el trabajo de Herbert Simón y sus cole- relevantes para los temas de la complejidad organizada.
El tratamiento de los métodos cualitativos de l'a investigación
gas en administración pública y en la ciencia cognitiva, no hubo
macrppoiítica que llevan a cabo Ragin, Berg-Schlosser y De
ningún problema de inautenticidad disciplinar relacionado con'
ellas! De forma similar, el salto en los formalismos cíe depen- iMeur (suprx. cap. 33) tiene un similar sabor innovador y filosó-
ficamente sofisticado. El interés que muestran por las preocu-
dencia conceptual de Schank y Abelson para representar mejor
las formas .en las que las ideologías políticas sobre lo correcto y paciones políticas de casos o períodos específicos, así como por
la causación coyuntura!, se aparta de las generalidades indepen-
ca o especificacional que arrancan tanto de las versiones pre Daclo ; que los filósofos de la ciencia (social) y los científi-
como posweberianas de este tradicional debate. Por tanto, ias cos sociales han estado luchando con los problemas de la cau-
nociones neoaristotélicas sustanciales -del discurso intencio- salidad política, la funcionalidad y las intenciones colectivas
nal sobre lo correcto y lo incorrecto, de la agencia intencional durante mucho tiempo* es importante tener una buena idea de
y práctica en las colectividades, de la retroaümentación y el lo que consiguieron3. El conocimiento de los contextos en los
funcionamiento adaptativo y erróneamente adaptativo. y de la que los nebaristotélicos y los neogalileanos desarrollaron sus
complejidad organizada más en general- no se convierten en -innovaciones metodológicas nos ayuda a entender sus posibi-
problemas centrales de la metodología política en su muy gali- lidades y-sus límites en contextos de aplicación nuevos y dis-
leana versión. Aunque sea claramente preferible una síntesis tintos. Nos da más libertad para no repetir las prácticas pasa-
creativa de las preocupaciones de raíz tanto aristotélica como das cuando sean inadecuadas para problemas actuales o futuros.
"~g:alrleirnarpara-descomponer4os-elementos-metodológieos-de- -Y-no •es-n'ecesário-que-todos'searnos-neoaristotélicos-para-apre"—
••'• una ciencia política, parece no obstante más apropiado aquí ciar estás reflexiones4.
; poner un énfasis corrector en la contribución de la primera tra- Lo que intenté hacer en el Handbook of Political Science
dición. de 1975 parece ahora especialmente relevante. Consistía en
La seguridad fenomenologica.de Aristóteles, evidenciada sugerir.-fprmas novedosas de-volver a considerar los funda-
en la cita de la Ética a Nicómaco que aparece al principio, per- mentos fenomenológicos e interpretativos de la metodología
mite que sus estudiantes de metodología política sean com- política. Creía que la respuesta correcta a los éxitos de los
pradores cosmopolitas sin complejos de inferioridad. Puesto psicometristas y los económetras en sus propias disciplinas
que la política constituye, o puede constituir, el reino de las consistía en ser igual de problemáticamente sensible y meto-
más altas formas de autorrealización individual y colectiva de dológicamente creativo en la nuestra. Eran evidentes las nue-
los seres humanos, hay que buscar cuando sea apropiado las vas y excitantes oportunidades que había para hacerlo en cam-
contribuciones de las otras disciplinas a ese fin, pero no sobre pos corno la psicología y la sociología políticas, la lingüística
la base de una liquidación total o un saldo de garaje. computacional, la ciencia cognitiva y el análisis del discurso
Para decirlo con términos modernos: puesto que los produc- político..
tos del trabajb científico entraban en el dominio público tras su .
anuncio público o su publicación, la legitimación disciplinar y las
prioridades del descubrimiento no parecen haber sido tan pro- c) Volviendo -a conectar la metodología política con las
blemáticos; la buena legislación se tiene que construir a partir de fenomenologías políticas orientadas comunicativamente
los hallazgos de cualquiera y de todas las disciplinas. Como gran-
A partir del enfoque sintético, filosóficamente informado y
T des discípulos-nietos de Aristóteles, los politólogos, como nues-
tros predecesores en otras subdisciplinas metodológicas, tenemos fenomenológicarnente perceptivo de Donald Moon (1975) a la
derecho a usar todo lo que pueda ser útil para nuestras preocu-
paciones sustantivas y nuestros propósitos metodológicos entre 3 Eriire mis favoritos para enseñar a los estudiantes de ciencia política

docenas de posibilidades relevantes en la literatura inferencial y y relaciones internacionales están: Mili, 1843; Diesin», 1971; Dallmayr y
figurativa. Sin embargo, carecemos del lujo de su seguridad oncoló- McCarthy v 1979;EIster, 1989;WaIton, 1990;Hollis, 1994; y Schiffrin, 1994.
4 Véase Alker (1974, 1984, 1993 y, especialmente, 1996) para una ela-
gica; tenemos que estar preparados, en estos tiempos, para consi- boración de los temas neoaristotélicos. Estas obras constituyen importantes
derar los temas fenomeno.lógicos-.cuidadosamente, de forma cons- fuentes cíe''muchos de los argumentos de este capítulo. A excepción de que
taictiva, informadamente y con una mentalidad abierta. sea obligado, no las citaré más de-aquí en adelante.

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tiene un sentido más bien aristotélico de la cualidad contextúa!
y'contingente de la mayoría de las verdades políticas. Estos yentes, : a las contribuciones de Robert Abelson, Aiexander
autores aplican ilustrativamente una versión computarizada de George, Jürgen Habermas, Paul Lazarsfeld y fíerbert Simón.
uña anterior re formulación hecha por Ragin (19S7) de las repre- No habría sido difícil elaborar esta lista (personal en parte) con
sentaciones algebraicas booleanas al problema de redescribir, citas de trabajos concretos de Robert Axelrod, Lincoln Blo-
de manen, sugerente y explicativa, los dete'rminantes cualita- omfield, Dónale! Campbell, Noam Chomsky, Karl Deutsch,
tivos de las quiebras de los regímenes democráticos en la Euro- Paul Diésing, Harold Guetzkow, George Lakoff, Harold Lass-
pa de entreguerras. well, Livia Polanyi, Wiíliam Riker y Anatol Rapoport; o ir a
Uno se sorprende por la similitud entre las reflexiones de ultramar y examinar las contribuciones filosóficamente erudi-
Ragin y sus colaboradores 'sobre la complejidad causal y las tas, tremendamente cultas y sugerentes de autores como Jon
~deXíe!<ini3éTGeWgé~(l'979)Tñ _ElsteriAnt;onio Gramsci, MichelFoucault, Johan Galtung, Mar-
vos métodos para los estudios de caso históricos. Un buen pun- tin Hollis y KarTTo^'eTrCóTrLrña'"lisra~de-progenitores-eomo-
to de partida en ambos casos es la informada discusión de John ésta, los metodólogos políticos no tienen que tener complejos
Stuart Mili del «método histórico o de deducción inversa» en de inferioridad.
el libro VT(«De la lógica de las'ciencias morales») de su Sis- Los1:metodólogos políticos deben superar su alergia a las
tema de Lógica (Mili, 1843): una discusión que se muestra filosofías de la ciencia social y a los debates teóricos y prácti-
escéptica acerca de la extensión simple de los métodos expe- cos inspirados por los clásicos del campo de la investigación
rimentales a los fenómenos históricos complejos, que sirvió política. En mi opinión, el mejor camino para dejar atrás el
también para iniciar el debate verstehen-erklüren. malestar de la inautenticidad del campo de la metodología polí-
En cada uno de los ejemplos anteriores, las capacidades de tica, definido demasiado estrechamente como estadística
procesamiento del lenguaje en general, el razonamiento políti- política, consiste en mantener una concepción de la subdiscipli-
co en particular, y/o los procesos históricos organizados social- ' na lo suficientemente amplia como para incluir las contribu-
mente, se han especificado utilizando formalismos figurativos ciones de estos autores. Tal concepción podría consistir en con-
distintos de los probabilísticos, los modelos estadísticos fami- siderar la metodología como una epistemología aplicada, como
liares a los estadísticos y los económetras. Y, sin embargo, los una filosofía aplicada de la investigación. Cobrar conciencia
problemas de la inautenticidad no parecen presionar demasia- de que fray una variedad de ñloso/¡ay de la investigación social
. do: los estudios en cuestión tocan temas de obvia sustancia polí- y política lleva a que también cobremos conciencia paralela de
tica, y lo hacen de manera comunicativa, histórica, creativa y que estas,filosoyi'íió'están unidas generalmente -como queda
crítica. Parecen buenas pautas para el futuro de la metodología • claro en los escritos de Arendt, Aristóteles", Hobbes, Marx,
política y que combinan temas galileanos y aristotélicos. Weber,- Lassweil y Popper, por ejemplo- z. fenomenologías polí-
ticas y-ai teorías políticas.
Aunque se puede distinguir útilmente entre-teolia y prácti-
III. El futuro cíe la metodología política ca, la diferencia no es absoluta. Las teorías políticas están rela-
. cionadas por lo general con distintas perspectivas sobre, o
Habiendo sugerido que la metodología política tiene ya una con la defensa de, programas concretos de actuación política.
serie de innovadores metodológicos que van de Aristóteles a La conexión de las teorías políticas con determinados-contex-
Weber (y muchos otros entre ellos a los que no se ha hecho men- tos políticos sirve también para llamar la atención sobre cier-
ción), me-he referido, entre los autores recientes más influ-. tos conceptos y ciertos 'temas sustanciales, que se remontan a
filosofías más o menos elaboradas del conocimiento político..
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ipücadas como metodologías de la investigación política. Dado.
Hay seis etapas-én la secuencia normal de las prácticas que -• '
}ue Donald Moon (1975) hizo un excelente trabajo infroduc-
se asocian con la ciencia sociaMntegrada crítica-empírica-cóns .;."
:orio estableciendo algunos de estos vínculos, ypuestq que he
tructivista de Galtung. Tras el criticismo fenomenológicamente :.
intentado explorar estas cuestiones en detalle en otro lugar,
O ao las revisaré aquí. I sensible de los vínculos entre los'datos empíricos y los valo- ,.
res relevantes que se derivan de la «conciencia critica», el aná-
En lugar de eso, me gustaría sugerir como conclusión una
lisis empirista clásico inl&n.i2..comprender por qué el mundo
:oncepción más amplia de la «ciencia» en la ciencia política-
empírico es como parece ser y prevé, ceteris paribus, su futu- :.)
que apoya la visión del futuro de la metodología política que
ro probable. A continuación, el valor y la teoría se combinan ';
tengo en mente. No muy diferente de algunas.de las ideas de
en las tareas de la creación de objetivos y de la creación de T
Aristóteles y Lasswell5, se trata de un esquema pedagógico que
traza puentes entre las brechas que separan los estilos inter- teoría, generando una imagen de un escenario futuro preferí- _'.'_
pretativo y explicativo, orientado a la acción y «científico», do y una teoría capaz de explicar un mundo potencial que inclu- :'
constructivista y naturalista de la investigación política. Es una ye tal imagen como una posibilidad. En quinto lugar, el and- ';. "•
C concepción amplia y profundamente humanista.de las ciencias lisis constructivista combina estas teorías y valores para:")
•e sociales, incluyendo la investigación de la paz y la ciencia polí- determinar la viabilidad y la posibilidad de lograr el mundo ^
que se prefiere, mediante la confección y el análisis "de'pro- ;''
tica sugeridas por Johan Galtung.
De una recopilación demasiado poco leída de los ensayos puestas para el cambio. Por último, parcialmente, está la «par- '::'
metodológicos de Galtung, mi gema favorita, entre otras muchas, "te de la acción» que Galtung llama creación de realidad o ritp- 7'
ri es su «Empiricism, Criticism, Constructivism: Three Aspects of tura de la inv a rlabilidad, pero que-yo podría llamar,'espero ~
r; Scientific Activity». Allí, elabora una concepción trilateral de la «,„¥ que de manera más modesta; reparación de la realidad o rea-,-,
(T\ ciencia que comparte estos aspectos (Galtung, 1977-1988, vol. I, :r<> Ijzación de la potencialidad. Aquí, la ciencia y la política se _J
pp. 41-71, en 60-63). Sus distintas figuras y cuadros se sintetizan 4 fusionan en un esfuerzo para-lograr mayores niveles de con- ••
geométricamente en el esquema que se muestra en la figura 35.1. sonancia entre lo observado, lo previsto y lo preferido. . . ::T>:
'Los volúmenes de los que surge esta idea van más allá, has- '^
Figura 35.1. Concepción integrada de la ciencia social de.Galtung. ta- enlazar las ideas occidentales y no occidentales de la eos- ^
mología y la ciencia social, incluyendo las ideas cristiana y ;^
DATOS budista de la búsqueda de la verdad, la acción y la contempla-, •
ción, el desarrollo y ta paz! Ampliar nuestra concepción de'.laO
ciencia política de esta manera, y centrarla en las aspiraciones.:^
políticas comunes y distintas, en los logros y en los fracasos _
Criticismo de los ciudadanos.de! mundo entero, es una buena ree'eta'.para '
el futuro de la metodología política. •• ^.^•^.j..,.','-[)
*,•
Bibliografía • • -.: 4¿-.%-%-:'«
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Constructivismo
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