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LA ECONOMÍA DE FICHAS (EF)--- Patterson

HITORIA
Los psicólogos percibieron la necesidad, y una nueva vía, de motivar a los pacientes mentales institucionalizados
crónicamente para que actuaran de modo más competente. La nueva vía consistía en aplicar los métodos del
condicionamiento operante para mejorar la conducta de ese grupo.
Debido al trabajo creativo de Ayllon y Azrin se hizo evidente que: (1) se puede entrenar al personal de enfermería
del centro hospitalario par que emplee la tecnología de condicionamiento operante; y (2) se pueden utilizar
reforzadores secundarios en forma de objetos (fichas) duraderos, no consumibles, en lugar del refuerzo primario
de los consumibles, con el fin de crear un sistema de trabajo para la aplicación a gran escala del CO.
DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN
La económica de fichas es un sistema de reforzamiento en el que se administran fichas como refuerzo inmediato,
fichas que son respaldadas posteriormente permitiendo que se cambien por refuerzos más valiosos. Kazdin cita
tres elementos de una EF:
1. La ficha o medio de intercambio;
2. Las recompensas o refuerzos de respaldo que pueden comprarse con las fichas y
3. El conjunto de reglas que define las interrelaciones entre las conductas específicas que obtienen
las fichas y los refuerzos de respaldo por los que se pueden cambiar las fichas.
FUNDAMENTOS CONCEPTUALES Y EMPÍRICOS
1. El origen conceptual de la EF proviene del trabajo de Skinner sobre el condicionamiento operante. La
tarea de la terapia, para aquellas personas cuyas conductas se consideran inaceptables, consiste en
especificar cómo deberían cambiarse estas conductas por medio del empleo adecuado del manejo de
contingencias.
2. El concepto de refuerzo secundario, que hace referencia a los estímulos neutrales que se han asociado
directamente con los estímulos que sirven para modificar la conducta, pueden también llegar a desempeñar
esa función. Hull introdujo este principio para explicar las conductas que se aprendía, pero que no eran
seguidas por un refuerzo primario inmediato.
Atthowe y Krasner fueron capaces de aplicar un sistema de economía de fichas a un grupo amplio, con una
supervisión poco intensa y empleando un sistema a de niveles. De este modo, pacientes que compartieran alguna
conducta a modificar eran agrupados, para aplicar contingencias similares. Una vez que el paciente alcanzaba el
nivel de actuación esperado para un grupo (nivel), podía pasar a grupos de nivel superior, que ofrecían mejores
refuerzos y requerían habilidades de un nivel superior. De esta forma, se obtuvo moldeamiento de habilidades por
medio del reforzamiento de aproximaciones sucesivas, con menor planificación y tratamientos individuales.
Estas demostraciones de la aplicabilidad del condicionamiento operante, usando reforzadores primarios y
secundarios fácilmente disponibles, junto con las demostraciones de una técnica de producción en masa en su
aplicación, fue lo que hizo popular el empleo de los métodos de EF.
PROCEDIMIENTO
El director de la EF (psicólogo, enfermero o profesor con entrenamiento), en el escenario habitual, depende de
que otra persona observe la conducta y entregue las fichas. Otra manera es diferir la EF al director del programa
dentro de cualquier institución.
Cuestiones básicas son las tareas del personal hospitalario, de los pacientes residentes y la determinación de
plantas o espacio del edificio, así como el suministro ininterrumpido de refuerzo de respaldo. El punto de partida
para desarrollar una EF en una institución, es trabajar íntimamente con la administración, que la controla en el
desarrollo de planes.
Los detalles de las tareas del personal, de la utilización del espacio y de tareas que se esperan de los pacientes
residentes, tienen que encajar con la política y los procedimientos existentes o bien tiene que hacer un acuerdo de
la administración para cambiarlos. Se tiene que proporcionar dinero para la compra de refuerzos o bien éstos
deben estar directamente disponibles.
Una vez que se han obtenido esos acuerdos, los aspectos clave se centran en la selección y entrenamiento del
personal hospitalario, un buen comienzo es la autoselección. El entrenamiento del personal incorpora dos
cuestiones inseparables: (1) la iniciación de la conducta deseada en el personal hospitalario: y (2) el
mantenimiento de esta conducta. No se debería considerar que un miembro del personal está entrenado hasta que
muestre realmente un dominio de los procedimientos de reforzamiento deseados, incluyendo observación y
registro precisos.
Se ha hablado de la importancia de una serie de procedimientos que pueden ser útiles para reforzar periódicamente
al personal hospitalario con el objetivo de moldear y mantener su conducta, ya que este seguimiento, puede
resultar muy demandante. El refuerzo más simple y más económico es la retroalimentación respecto al progreso
de los pacientes.
Al inicio del desarrollo del programa tienen que establecerse las clases deseables de conducta objetivo y los
procedimientos para seleccionar dichas conductas objetivo. La conducta meta que se ha de reforzar tiene que
basarse en la población correspondiente y en los objetivos del tratamiento. En el pasado, la EF no han dado la
importancia adecuada a las relaciones entre la conducta meta y los objetivos de tratamiento. La relevancia de la
regla de conducta afirma: “enseña solo aquellas conductas que seguirán siendo reforzadas después del
entrenamiento”.
Los sistemas de registro de datos son esenciales y deberían diseñarse de modo que los procedimientos para
comunicar los resultados sean uniformes dentro de un programa o a través de programas relacionados. La
economía de fichas debería comenzar con la recogida de datos, como parte integral de la misma.
La fase siguiente consiste en organizar al personal hospitalario, de modo que se dé una adecuada supervisión de
los procedimientos de refuerzo y del registro de datos. Un experto en modificación de conducta bien entrenado
debería estar disponible continuamente, para ayudar al personal del hospital a mejorar su técnica y para diseñar
tratamientos especializados para conductas problemas resistentes o poco comunes.
Después de realizados estos pasos se puede iniciar, es necesario que todo el personal, maestros o padres
implicados sepan cuándo proporcionar fichas o refuerzos sociales y cuando dejar de hacerlo. En la práctica, el
terapeuta se reúne semanalmente con la persona encargada del programa, con el fin de revisar las hojas con los
datos diarios y discutir los cambios necesarios para cada individuo.
Además de esta información escrita, tiene que darse una comunicación verbal regular de los sistemas de manejo
de contingencias, entre los responsables del personal hospitalario, cada día de trabajo. La retroalimentación al
personal hospitalario sobre las realizaciones debe darse de dos formas:
1. Un conteo de las actividades específicas esperadas de los miembros del personal que han, y que no han
realizado.
2. Retroalimentación regular de las realizaciones específicas de los sujetos que están bajo su custodia.
Puesto que muchos pacientes ganan más de lo que gastan durante períodos de tiempo adecuados, se hace deseable
un sistema de operaciones bancarias para reducir la perdida y robo; y también buscar fórmulas para reducir el
atesoramiento excesivo.
Algunos autores insisten en que el reforzamiento de la EF tiene que ir acompañado del refuerzo social y de la
retroalimentación positiva sobre la ejecución. La razón de esto es el favorecer la generalización; y la
retroalimentación positiva hace más obvio el lazo entre el refuerzo y la conducta objetiva específica. Sin embargo,
hay que señalar que existen algunas diferencias al aplicar métodos de EF en la casa.

EVALUACIÓN
Un componente de las economías de fichas que debería incluirse en una discusión de los procedimientos es la
evaluación, que puede considerarse, al menos, a dos niveles. La primera cuestión, ¿es eficaz la EF al nivel del
individuo o de un grupo pequeño de sujetos?: Es relevante para todas las economías de fichas. La segunda, ¿es
eficaz la EF para satisfacer objetivos de mayor escala, instituciones y gubernamentales?: es relevante para las
instituciones.
Los diseños de sujeto único constituyen el método de elección para el primer nivel de evaluación. Estos diseños
subrayan la medición fiable de conductas bien definidas de los individuos, antes y después de añadir fichas y
otros refuerzos. La suposición es que si la EF produce la conducta, esta aumentara o disminuirá concurrentemente
con la aplicación de las contingencias de refuerzo.
VARIACIONES
Algunos elementos en los que se diferencian las economías de fichas, incluyen las clases de fichas, la aplicación
individual versus aplicación en grupo y multas.
Fichas
Una ficha puede ser cualquier símbolo u objeto que pueda otorgarse y más tarde cambiarse por un reforzante
primario.
Los sistemas que emplean recompensas en forma de símbolos es más fácil seguir la pista. De este modo, el
paciente puede llevar una pequeña tarjeta consigo, tarjeta en la que el personal hospitalario verifica o anota los
puntos ganados por conductas específicas. Foreyt ha descrito también un sistema de tarjetas taladradas, en el que
el personal hospitalario lleva taladradores mecánicos de papel.
El cómputo se simplifica en gran medida por el uso de símbolos registrados, en vez del intercambio, el
almacenamiento y el conteo de los objetos. Sin embargo, si se tienen que utilizar como fichas, es necesario que
la población objetivo comprenda los símbolos.
Reforzadores de respaldo
Pueden ser cualquier recompensa práctica que permita el lugar. Se ha utilizado una amplia variedad de comidas,
bebidas, elementos de aseo, diversiones, elementos de vestir y privilegios. Siempre es deseable tener disponible
una amplia variedad de reforzadores, con el fin de satisfacer las necesidades de diferentes pacientes y para evitar
la saciación.
Kazdin ha proporcionado una discusión buena y concisa sobre la cuestión de la individualización de las economías
de fichas. Tanto los individuos como los grupos, dentro de una unidad de tratamiento, pueden ser reforzados de
la misma o de distintas maneras. Patterson ha descrito una fórmula que proporciona una individualización total
de los objetivos y de los reforzadores. Son para poblaciones pequeñas y heterogéneas, pero es un trabajo muy
intenso y requiere de personal bien entrenado. Más comunes son los sistemas de niveles, con grupos de pacientes
homogéneos.
Patterson describió un tercer tipo más de individuación. Su programa de tratamiento se dividía en componentes
de entrenamiento denominados módulos. Cada uno contenía su propio sistema de reforzamiento por fichas y fue
diseñado para enseñar, de forma activa un área de habilidades, como el cuidado de uno mismo básico o avanzado.
Una alternativa del reforzamiento directo de los individuos o de los individuos dentro de los grupos consiste en
reforzar al grupo en vez de al individuo.
Multas
Poner multas es una EF es el procedimiento mediante el cual se retiran fichas a los pacientes como consecuencia
de realizar alguna conducta no deseada. Pero, el quitarles fichas a los pacientes puede provocar emociones
negativas, que pueden producir problemas adicionales. A pesar de esto, varios sistemas han utilizado las multas
para disminuir, con éxito, conductas no deseadas.
APLICACIONES
La diversidad de aplicaciones de la EF es mucha, los lugares en los que tiene lugar la puesta en marcha, las
conductas objetivo y la población objetivo han diferido ampliamente en los informes publicados.
Los tipos de individuos y las clases de conductas objetivo con los que se han empleado las economías de fichas
hasta nuestros días son tan variados que constituyen una sorpresa: alumnos con problemas de matemáticas,
rehabilitación de adultos con daños cerebrales, conducta de articulación de palabras en niños, con obreros para
evitar el sufrimiento de daños, control de la temperatura corporal, etc.
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Las técnicas de economía de fichas, provienen directamente del condicionamiento operante experimenta con
personas psicóticas utilizando reforzadores secundarios, se han convertido en uno de los métodos de tratamiento
conductual más versátiles que se han desarrollado.
No obstante, hoy día no se piensa en las EF como programas de tratamiento únicamente de grupos específicos,
sino más bien como una técnica de tratamiento potencialmente útil con cualquier persona o grupo, para los que
sea aconsejable el cambio de conducta.

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