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LAS EJECUCIONES ESPECIALES

Clasificación del Proceso.


La clasificación de los tipos de proceso, se determina por el contenido del proceso
en sí, es decir, los procesos de las diferentes ramas del derecho, en consecuencia,
éstos pueden ser: civiles, penales, laborales, constitucionales, administrativos, etc.

En este trabajo es el proceso civil, el tema de interés por lo que se presenta como
una serie de actos tendientes a la realización práctica del Derecho, los cuales tienen
lugar en virtud del impulso de una parte, hacia el órgano jurisdiccional.

Los procesos civiles a su vez pueden clasificarse en primer lugar como universales
y singulares, clasificación que tiene lugar si éstos afectan o no a la totalidad del
patrimonio, en segundo lugar como contenciosos y voluntarios, siendo los primeros
aquellos que suponen un litigio y otros en los que no hay contención de parte, y en
tercer lugar siendo esta la de mayor aplicabilidad en procesos de conocimiento y
ejecución, la cual atiende a su función.

Siendo esta última clasificación la que vierte mayor interés para el presente estudio,
se desarrolla de la manera siguiente:

Procesos de Conocimiento.

Guillermo Cabanellas, 24 define el proceso de conocimiento o de cognición como:


“Aquella cuya finalidad consiste en obtener una declaración de voluntad y de
consecuencias jurídicas por parte de un juez o tribunal, como oposición al proceso
de ejecución”.

En este tipo de proceso se tiende a formar un criterio en el juzgador, mediante las


pruebas aportadas sobre el derecho pretendido y lograr de esta forma, si procediere,
una conducta determinada del demandado.

El Juez llega a conocer, si ha lugar a la pretensión del actor y en su caso a la


oposición o reconvención del demandado.
Nuestro sistema jurídico reconoce cuatro tipos de procesos de conocimiento:

* El proceso ordinario, que se encuentra regulado en los artículos 96 al 198 del


Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107;

* El proceso oral, que se encuentra regulado en los artículos 199 al 228 del Código
Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107;

* El proceso sumario, que se encuentra regulado en los artículos 229 al 268 del
Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107;

* El proceso arbitral, que se encuentra regulado en la Ley de Arbitraje (Decreto Ley


67-95).

Sobre este último proceso es importante comentar que cuando se emitió la ley
vigente en la materia tenía como propósito desarrollar el arbitraje como medio
alternativo de resolución de conflictos, ya que dicho procedimiento como se
encontraba en el Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, no contribuía al
descongestionamiento de la pesada carga de los tribunales de justicia,
lamentablemente este proceso en la práctica judicial no ha obtenido los resultados
esperados, pudiendo contribuir a esta circunstancia el desconocimiento del proceso
o bien el valor económico que tiene el mismo.

Procesos de Ejecución.

Los procesos de ejecución, se hallan encaminadas más hacia el obrar que hacia el
decidir, el derecho entra aquí en contacto con la vida, de tal manera que su reflejo
exterior se percibe mediante las transformaciones de las cosas, si el título establece
la obligación de demoler un muro, se demuele; si se establece la entrega de un
inmueble, se aleja de él a quien lo ocupa; si se establece el pagar una suma de
dinero y ésta no existe en el patrimonio del deudor, se embargan y venden otros
bienes para entregar su precio al acreedor.
Cabanellas, define el proceso de ejecución como aquel del que “se pretende del
órgano jurisdiccional una manifestación de voluntad o una actitud distinta a la mera
declaración acerca de la pretensión deducida”.

El proceso de ejecución se define por Lino Enrique Palacio, como “. . . aquel cuyo
objeto consiste en hacer efectiva la sanción impuesta por una sentencia de
condena”.

Puede comentarse que las definiciones expuestas presentan de manera efímera lo


que es el proceso de ejecución, pero ambas coinciden en establecer este proceso
como la actuación judicial para hacer efectiva una pretensión.

Es en el proceso de conocimiento en el cual se establece el derecho y en el de


ejecución en el que se conduce al cumplimiento de la sentencia que se emite en el
primero, siendo estas actividades las que abarcan la esfera del proceso civil
contencioso.

La legislación guatemalteca, reconoce en el Código Procesal Civil y Mercantil,


Decreto 107, los siguientes procesos de ejecución.

Procesos de Ejecución Singular

 Vía de Apremio, artículos 294 al 326;


 Juicio Ejecutivo, artículos 327 al 335;
 Ejecuciones Especiales, artículos 336 al 339;
 Ejecución de la obligación de dar;
 Ejecución de la obligación de hacer;
 Ejecución de la obligación de escriturar;
 Ejecución por quebrantamiento de la obligación de no hacer.
 Ejecución de sentencias nacionales, artículos 340 al 343;
 Ejecución de sentencias extranjeras, artículos 344 al 346;

Procesos de Ejecución Colectiva, artículos 347 al 400:

 Concurso voluntario de acreedores;


 Concurso necesario de acreedores; y
 Declaratoria de quiebra.

Para efectos de este estudio, interesan únicamente los procesos de ejecución


singular en la clasificación de Ejecuciones Especiales de los cuales se refiere a
continuación.

Concepto.

Las ejecuciones especiales pueden ser concebidas como: “ Aquellas que se


originan por el incumplimiento de cierto tipo de obligaciones”, es decir, que no tienen
como origen el incumplimiento de una obligación determinada, como la de pagar
una suma de dinero, sino que éstas se traducen en dar, hacer, no hacer alguna cosa
y además se determina independientemente a la ejecución de la obligación de
escriturar que aunque puede considerarse como una obligación de hacer, su
cumplimiento queda ejecutado con el hecho de la comparecencia a otorgar la
escritura correspondiente.

También en este tipo de ejecución se requiere un título ejecutivo que puede ser una
sentencia de condena, consiguiente a la declaración de certeza de la violación de
las obligaciones de hacer o de no hacer.

Clasificación de las Ejecuciones Especiales:

El Doctor Mario Aguirre Godoy,27 citando a Guasp hace un análisis interesante de


cómo pueden clasificarse este tipo de ejecuciones, siendo éstas:

Ejecución Satisfactiva y Ejecución Transformativa.

Ejecución Satisfactiva.

El proceso de ejecución en la vía de apremio y el juicio ejecutivo, se consideran


como verdaderos procesos de ejecución, siendo clasificadas como ejecuciones
ordinarias o expropiativas, porque persiguen la realización de los bienes del deudor
para satisfacción del crédito o deuda que tiene a su favor el ejecutante.

En el caso de las ejecuciones especiales lo que se pretende del acreedor no es la


satisfacción de un crédito dinerario, si no el cumplimiento especifico de una
obligación, que se entregue lo que el deudor se obligó a dar, que puede ser:

 Que entregue un bien mueble o inmueble;


 Que ejecute el hecho debido;
 Que se abstenga el obligado de ejecutar lo que se comprometió a no hacer.

Lo anteriormente expuesto se encuentra claramente establecido en nuestra


legislación en el artículo 1319 del Código Civil, Decreto 106, que dice: “toda
obligación resultante de un acto o declaración de voluntad consiste en dar, hacer o
no hacer alguna cosa”.

Como puede establecerse al ejecutante no le interesa, en primer término que se le


pague una suma de dinero, sino la ejecución de las obligaciones anteriormente
mencionadas, de no lograrse esto, se vera en la necesidad de obtener una
compensación en dinero, lo que conocemos como daños o perjuicios.

La ejecución satisfactiva es en este supuesto por dación (dar), mediante la entrega


de la cosa específica se pretende la obtención de la última y definitiva satisfacción
de su reclamación, de ahí el nombre que puede darse a este tipo de ejecución y que
viene hasta ahora manejándose.

Guasp, 28 citado por Aguirre Godoy, al analizar esta institución establece tres tipos
de requisitos:

Subjetivos, éstos son en referencia al órgano jurisdiccional y a las partes de la


ejecución que serán en este caso el ejecutante (acreedor) y el ejecutado (deudor).

Objetivos, la ejecución satisfactiva debe ser: posible, refiriéndose a que pueda ser
física y moralmente verificable, idónea se vincula a la necesidad de que se articulen
pretensiones de entrega de un objeto en particular que no es el dinero y con
suficiente causa, con respecto a que estas ejecuciones es el fundamento o
justificación de la reclamación o sea el título ejecutivo que será generalmente una
sentencia, pero sin que pueda descartarse la posibilidad de que el titula tenga
naturaleza.

De Actividad, estos son los que se relacionan con el lugar en que la ejecución se
lleva a cabo, el tiempo y la forma.

Ejecución Transformativa.

Ésta surge cuando lo que se requiere al órgano jurisdiccional es una conducta


distinta del dar o entregar una cosa y que en cambio se exija cierta conducta física
de parte de él.

La ejecución transformativa persigue que el Juez haga algo distinto del dar, por lo
tanto, se aleja del concepto propio del proceso de dación y se acerca a otro que ha
sido llamado de transformación por la amplitud de la repercusión que este tipo de
ejecución tiene en el mundo exterior, ya que no se limita al acto aislado de una
dación o entrega, sino que supone, o puede suponer, una conducta más extensa,
realmente transformadora de la realidad material.

Esta ejecución de tipo extraordinaria, toda vez que el proceso común u ordinario,
persigue la entrega de cantidades de dinero, esta es una modalidad de la ejecución
singular, ya que no recae sobre la totalidad de un patrimonio sino sobre bienes
particulares y concretados a los que se refiere o afecta.

Guasp,29 citado por Aguirre Godoy, analiza que esta institución establece tres tipos
de requisitos:

Subjetivos, éstos son en referencia al Juez y a las partes.

Objetivos, la ejecución transformativa al igual que la satisfactiva requiere de la


posibilidad, idoneidad y causa, pues ha de consistir en una conducta distinta del dar,
ya que las reclamaciones de entrega no son adecuadas a este proceso, y han de
contar, en fin con la justificación objetiva que se deriva del título de la ejecución.

De Actividad, en referencia al lugar, tiempo y forma.

Etapas comunes a todos los procesos de ejecución especial.

Durante el desarrollo práctico de los procesos de ejecución especial, puede


encontrarse una identidad de etapas procesales las cuales se presentan
repetitivamente en cada uno de los procesos expuestos, por lo que se considera
pertinente desarrollar su contenido.

Calificación del Título.

En el proceso de ejecución, las pretensiones del actor han de fundarse en un título


que por su sola apariencia, dispense de entrar en la fase de discusión y presente
sin duda alguna, al menos en forma previa, el derecho a obtener la tutela jurídica.

Es por eso que en los procesos de ejecución su finalidad exclusiva, es la de actuar


sobre un derecho ya reconocido, más o menos perfecto, con el propósito de reparar
una violación de determinadas obligaciones por el que las contrajo o fue constreñido
a su cumplimiento.

No puede tramitarse un proceso ejecutivo sin que se acompañe el respectivo título,


la existencia de éste no puede acreditarse en el curso del proceso, la obligación
debe estar preconstituida en forma documental.

Siendo la calificación del título ejecutivo, una actividad exclusiva del juzgador, el
cual teniendo a la vista el documento justificativo, lo estudia, evalúa y
considerándolo suficiente lo reconoce como tal.

En el artículo 297 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, se regula lo
aplicable a la calificación del titulo en la ejecución vía de apremio, el cual regula en
su parte conducente que:
“Promovida la vía de apremio, el juez calificará el título en que se funde y si lo
considera suficiente, despachará mandamiento de ejecución, ordenando el
requerimiento del obligado y el embargo de bienes en su caso…”

Por su parte en el artículo 329 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107,
se regula lo aplicable a la calificación del título para el juicio ejecutivo, estableciendo
lo siguiente: “Promovido el juicio ejecutivo, el juez calificará el título en que se funde
y si lo considera suficiente y la cantidad que se reclama fuese líquida y exigible,
despachará el mandamiento de ejecución, ordenando el requerimiento del obligado
y el embargo de bienes , si este fuere procedente; y dará audiencia por cinco días
al ejecutado, para que se oponga o haga valer sus excepciones”.

Poniéndose de manifiesto el principio de inmediación procesal, que consiste


precisamente en la intervención directa del Juez, en los actos procesales, dando
origen a la necesidad de que el juzgador tenga conocimiento fiel del proceso,
mediante su intervención directa e inmediata.

En el artículo 95 inciso a) de la Ley del Organismo Judicial, establece entre las


atribuciones de los
jueces: “Conocer de los asuntos de su competencia, de conformidad con la ley”. Por
lo que puede
observarse que si ante un Juez competente se plantea un proceso de ejecución, es
una de sus
funciones calificar el título que ampara el proceso y determinar si ésta es
procedente.

Mandamiento Ejecutivo.

Una vez el juez ha calificado el título ejecutivo y considera que éste es idóneo, dando
trámite a la
demanda a partir de este momento, el órgano de justicia ordena las medidas que
correspondan con
arreglo a la idoneidad de la ejecución, prosiguiendo con la siguiente etapa que es el
mandamiento
ejecutivo.

Para Eduardo Pallares,30 define el mandamiento como “el despacho que el Juez
da por escrito en
que ordena ejecutar alguna cosa”.

En el artículo 297 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, se regula lo
aplicable al mandamiento de ejecución en la Vía de Apremio, disposición que puede
interpretarse también para las ejecuciones especiales, regulando lo siguiente
“Promovida la vía de apremio, el juez calificara el título en que se funde y si lo
considerase suficiente, despachará mandamiento de ejecución, ordenando el
requerimiento del obligado y el embargo de bienes, en su caso..”.

Requerimiento.
El requerimiento es la intimación, aviso o noticia que se da a una persona, por orden
del Juez, para que cumpla determinada prestación o se abstenga de llevar a cabo
determinado acto.

Por su parte Manuel de la Plaza,31 lo define diciendo que: “es un acto formal de
intimación, que se dirige a una persona, sea o no litigante, para que haga o deje de
hacer alguna cosa”.

El requerimiento lo ordena el Juez, pero lo lleva a cabo cualquier otro miembro del
juzgado, en la práctica civil guatemalteca se designa a un Notificador y puede
referirse tanto a las partes como a terceros, este requerimiento podría denominarse
“judicial” se realiza, por una solicitud del interesado para que se obligue al deudor
al cumplimiento de la obligación, conjuntamente con la notificación de la demanda.
Establece el artículo 31 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, que “Los
notificadores
son los encargados de hacer saber a las partes las resoluciones y mandatos del
Tribunal, así como
de practicar los embargos, requerimientos y demás diligencias que se les ordene.
Tendrán las atribuciones que fija el Reglamento General de Tribunales”.

El requerimiento se hace desde luego sin previo conocimiento del deudor, nuestra
legislación permite que este acto se realice también a través de la designación de
un Notario, ampliando así la función en el campo notarial, resultando de mucha
utilidad sobre todo por el recargo de trabajo del que padecen nuestros tribunales de
justicia.

Esta función se encuentra amparada en el artículo 33 del Código Procesal Civil y


Mercantil, Decreto 107 el cual dice: “El juez podrá, a instancia de parte, encomendar
a un notario la realización de determinados actos, incluso notificaciones y
discernimientos”.

El requerimiento notarial deberá faccionarse en acta, debiendo constituirse el


Notario en el lugar señalado para notificar al deudor y solicitarle el cumplimiento de
la obligación.

Por otra parte el artículo 298 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107,
también regula la actividad del Ejecutor de la siguiente forma: “El Juez designará un
notario, si lo pidiere el ejecutante, o uno de los empleados del juzgado, para hacer
el requerimiento y embargo o secuestro, en su caso. El ejecutor requerirá de pago
al deudor, lo que hará constar por razón puesta a continuación del mandamiento. Si
no se hiciere el pago en el acto, procederá el ejecutor a practicar el embargo”.
En ocasiones el requerimiento no lleva aparejada sanción alguna y en otras se
agrega a la intimación la prevención de que lo ordenado por el Juez se hará a costa
de la persona requerida o en caso de que ésta no obedezca por un tercero, en su
perjuicio.

Secuestro.
Se contempla el secuestro judicial en nuestro sistema jurídico como una medida
cautelar, por medio de la cual se da el desapoderamiento de la cosa de manos del
deudor, debiendo ser entregada en depósito a un particular o a una institución
legalmente reconocida, con la prohibición de servirse en ambos casos de la misma.

Eduardo Pallares,32 define el secuestro como “el depósito que se hace de una cosa
en litigio, en la Persona de un tercero, mientras se decide a quién pertenece la
cosa”. Continua manifestando Pallares,33 que el secuestro puede ser:

Convencional, éste se hace por voluntad de los interesados, el procedimiento se


efectúa cuando los litigantes depositan la cosa en poder de un tercero que se obliga
a entregarla, concluido el pleito, al que conforme a la sentencia tenga derecho a
ella;

Legal, se hace por mandato de la ley;

Judicial, se hace por orden de un Juez competente.

El artículo 528 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, regula que: “El
secuestro se cumplirá mediante el desapoderamiento de la cosa de manos del
deudor, para ser entregada en depósito a particular o a una institución legalmente
reconocida, con prohibición de servirse en ambos casos de la misma. En igual forma
se procederá cuando se demande la propiedad de bienes muebles, semovientes,
derechos o acciones, o que se constituya, modifique o extinga cualquier derecho
sobre los mismos”.

Tanto en la ley como en la práctica se emplea la palabra secuestro como sinónimo


de embargo, pero con más propiedad puede decirse que el secuestro implica
necesariamente la existencia de un depósito, cosa que no sucede con el embargo;
también debe darse el desapoderamiento de la cosa como ya se ha mencionado y
otra diferencia entre ambas figuras es que el secuestro únicamente puede hacerse
efectivo sobre bienes muebles los cuales permiten generalmente su traslado de un
lugar a otro lo cual no sucede con los bienes inmuebles y en donde el embargo
puede operar indistintamente.

En conclusión, no deben confundirse estas figuras y mucho menos manejarse en


forma indistinta cada una, en virtud de que los efectos y consecuencias son
marcadamente diferentes lo que hace evidente que de cometerse algún error en su
utilización se afecte directamente el patrimonio de las personas y los posibles
resultados del proceso.

El Embargo.

La figura del embargo en nuestro ordenamiento jurídico se distingue como un acto


procesal por excelencia que permite determinar los bienes objeto de la ejecución.
En la rama del derecho procesal, se considera el embargo según Manuel Osorio,34
como: “una medida cautelar adoptada por la autoridad judicial para asegurar el
resultado de un proceso y que recae sobre determinados bienes cuya disponibilidad
se impide”.

Por otra parte Couture,35 expone con referencia a la eficacia del proceso de
ejecución que “el embargo consiste en incautarse materialmente bienes del deudor,
a efecto de asegurar de antemano el resultado de la ejecución”.
El embargo tiene la finalidad de asegurar los bienes durante la tramitación del juicio
o bien cuando su objeto es dar efectividad a la sentencia ya pronunciada.

Este acto procesal tiene un desarrollo de tres fases que son:

La búsqueda y elección de bienes;


La traba de estos bienes; y
La garantía de esta traba posterior en el tiempo.

Como se ve nuevamente el desarrollo en el derecho moderno sobre el proceso de


ejecución a permitido que éste se perfeccione, pues no sólo se pretende el
cumplimiento de la obligación, si no se pueden tomar las medidas correspondientes
para evitar que una vez concluido el proceso, éste sea ineficiente, pues no se cuenta
con bienes que respondan a satisfacción.

Clases de embargo.

Embargo precautorio, el cual consiste en una medida que tiende a asegurar en un


futuro el cumplimiento de una sentencia producida en un proceso de conocimiento
o de ejecución, al evitar la posible enajenación de los bienes que pudiere hacer el
demandado.

Embargo practicado dentro de un proceso de ejecución, cuya medida consiste


en evitar la enajenación hasta la fecha señalada para el remate de los mismos
bienes embargados.
Puede decirse que el primero es una medida cautelar que tiende a garantizar las
resultas de los procesos y el segundo conlleva el remate de los bienes embargados
dentro del proceso de ejecución.

Por otra parte no debe dejarse de mencionar que se ha dispuesto como principio la
embargabilidad, suspendiéndose el proceso de ejecución hasta que aparezcan
bienes específicos sobre los que se hará efectiva la ejecución.

En referencia a lo anterior puede confirmarse con lo establecido en el artículo 589


del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, el cual regula las excepciones al
principio de la caducidad, el que regula en su parte conducente que: “No procede la
caducidad de la instancia en los siguientes casos: 3º. En los procesos de ejecución
singular que se paralicen por ausencia o insuficiencia de bienes embargables al
deudor..”.

Es necesario comentar, lo expuesto en la ley sobre no permitir operar la caducidad


de la instancia en los casos en que el proceso de ejecución no cuente con bienes
que satisfagan la pretensión, lo que sí es importante mencionar es que estas
disposiciones legales y doctrinarias, protegen al acreedor de un posible mal
intencionado deudor.

Inembargabilidad.
El Doctor Mario Aguirre Godoy, 36 explica que como el embargo es la forma de
garantizar las resultas de la ejecución, también existen ciertos bienes que no
pueden ser objeto del embargo por diferentes criterios.

En el caso del derecho guatemalteco, continúa manifestando el autor citado que


existen tres tipos de criterio para justificar la inembargabilidad de ciertos bienes,
como lo son:
Por razones de interés público, entre los que se encuentran:
Los bienes del Estado los cuales no son embargables;
Los ejidos de los pueblos y parcelas concedidos por la administración pública a los
particulares si la concesión lo prohíbe;
Las sumas debidas a los contratistas del Estado.
Por razones de interés social, en este caso se incluyen:
Los salarios y honorarios, los cuales no pueden ser embargados en su totalidad;
Los alimentos y pensiones alimenticias;
El mobiliario y vestido del deudor y su familia;
Los instrumentos de trabajo;
Las pensiones, montepíos y jubilaciones;
Los seguros de vida o de daños y accidentes en las personas;
Los sepulcros y mausoleos.

Por razones de interés privado, entre los cuales se consideran:


Los derechos cuyo ejercicio es meramente personal como los de uso, habitación y
usufructo;
Los derechos derivados del fideicomiso;
Los bienes constituidos en patrimonio familiar.

Con respecto a estos criterios de inembargabilidad presentados por el Doctor


Aguirre Godoy, los cuales fueron extraídos de lo establecido en la ley, se presume
que estas tres clasificaciones tienen en si una justificación que podría ser la
siguiente: en el caso de la inembargabilidad por razones de interés publico, podría
ser porque los bienes que estarían afectados serían los del Estado y éstos no
pertenecen a una persona jurídica particular sino a un ente que representa a la
población.

En el caso de la inembargabilidad por razones de interés social, puede encontrar su


justificación con base en los principios de la ejecución, sobre todo al de sacrifico
mínimo del deudor.

Y por ultimo, la inembargabilidad por razones de interés privado estos derechos


fueron establecidos en conexión a la persona que disfrutaría de ellos y no pueden
ser ejercidos por una persona diferente o bien se constituyeron figuras que protegen
el patrimonio de personas que por cualquier circunstancia no pueden ejercer la
administración de sus propios bienes.

Los bienes que no pueden ser objeto de embargo los encontramos enumerados en
el artículo 306 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107: “No podrán ser
objeto de embargo los siguientes bienes: 1º. Los ejidos de los pueblos y las parcelas
concedidas por la administración pública a los particulares, si la concesión lo
prohíbe; 2º. Las sumas debidas a los contratistas de obras públicas, con excepción
de las reclamaciones de los trabajadores de la obra o de los que hayan suministrado
materiales para ella, pero sí podrá embargarse la suma que deba pagarse al
contratista después de concluida la obra; 3º. La totalidad de los salarios o sueldos
y de honorarios, salvo sobre los porcentajes autorizadas por leyes especiales y, en
su defecto, por el Código de Trabajo; 4º. Las pensiones alimenticias presentes y
futuras; 5º. Los muebles y los vestidos del deudor y de su familia, si no fueren
superfluos u objetos de lujo, a juicio del juez, no las provisiones para la subsistencia
durante un mes; 6º. Los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de
la profesión, arte u oficio a que el deudor esté dedicado; 7º. Los derechos cuyo
ejercicio es meramente personal como los de uso, habitación y usufructo pero no
los frutos de éste; 8º. Las pensiones, montepíos o jubilaciones menores de cien
quetzales al mes que el Estado acuerde y las pensiones o indemnizaciones en favor
de inválidos; 9º. Los derechos que se originen de los seguros de vida o de daños y
accidentes en las personas; 10º. Los sepulcros o mausoleos; 11º. Los bienes
exceptuados por leyes especiales.

Para los casos en que sea aplicable, pueden ser embargados los bienes a que se
refieren los incisos anteriores, cuando la ejecución provenga de la adquisición de
ellos”.

Regulación en el Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107 del Embargo.


En el artículo 301 se establece la manera de designar los bienes sujetos a embargo
y lo regula de la siguiente manera: “El acreedor tiene derecho a designar los bienes
en que haya de practicarse el embargo, pero el ejecutor no embargara sino aquellos
que, a su juicio, sean suficientes para cubrir la suma por la que se decreto el
embargo más un diez por ciento para la liquidación de costas”.
Nuestro Código faculta al acreedor para que haga la designación de los bienes a
embargar, pero a la vez impone la obligación al ejecutor a fin de que este gravamen
guarde la debida relación con el monto del crédito que se hace valer.

En artículo 303 establece los efectos del embargo: “El embargo apareja la
prohibición de enajenar la cosa embargada. Si esta prohibición fuese infringida el
embargante tiene derecho a perseguirla de cualquier poseedor, salvo que el tenedor
de la misma opte por pagar al acreedor el importe de su crédito, gastos y costas de
ley”.

De esta manera el deudor embargado no debe enajenar la cosa objeto de la traba


porque tiene prohibido hacerlo, perdiendo la facultad de disponer de los bienes
embargados.
Pero en el caso de bienes inmuebles y muebles sujetos de registro o bien derechos
reales, pueden enajenarse o gravarse, pero sin perjuicio del derecho de aquel a
cuyo favor se haya hecho la anotación (artículo 1163 del Código Civil, Decreto 106).

Cuando los actos o contratos que documenten la enajenación o gravamen de los


bienes, sean autorizados por Notario se aplica lo establecido en el artículo 30 del
Código de Notariado: “ En todo acto o contrato el otorgante que se obligue hará
constar, de manera expresa, si sobre los bienes que motivan el acto o contrato,
existen o no gravámenes y limitaciones, cuando éstos puedan afectar los derechos
del otro otorgante y el Notario les advertirá las responsabilidades en que incurran si
así no lo hicieren”.
En los bienes muebles, el deudor pierde las facultades de administrar la cosa
embargada ya que ésta debe ser puesta en depósito o en intervención, según sea
el caso, pero es bastante frecuente que el acreedor embargante permita que se
constituya el depósito en el propio deudor.

Continuando con lo establecido en el Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107,


en el artículo 309, define la ampliación del embargo de la siguiente forma “Podrá el
acreedor pedir ampliación del embargo cuando los bienes embargados fueran
insuficientes para cubrir el crédito reclamado y prestaciones accesorias o cuando
sobre dichos bienes se deduzca tercería. La ampliación del embargo se decretará
a juicio del Juez sin audiencia del deudor”.
En el contenido del artículo anterior facilita al acreedor para que extraiga de la esfera
del patrimonio del deudor más bienes, pues los ya embargados se han convertido
en insuficientes para cubrir la obligación reclamada.
También cuando hay existencia de prestaciones accesorias o cuando sobre dichos
bienes se deduzca tercería, en este último sentido no se exige que esta tercería
esté finalizada, basta que se haya planteado y admitido para su trámite porque se
ha justificado documentalmente.

El artículo 310 del mismo cuerpo legal enuncia la reducción del embargo de la
siguiente manera: “A instancia del deudor, o aún de oficio, cuando el valor de los
bienes embargados fuere superior al importe de los créditos y de las costas, el Juez,
oyendo por dos días a las partes, podrá disponer la reducción del embargo, sin que
esto obstaculice el curso de la ejecución”.

Se evidencia como el ordenamiento jurídico trata de actuar con equidad, ya que si


no se permite que la obligación esté garantizada con bienes que no cubran el valor
real de la misma, tampoco el abuso en la figura del embargo es permitida, pues con
ello se afectan las facultades de disposición y administración de los bienes del
deudor, poniéndose en práctica el principio de sacrificio mínimo del deudor, ya que
sólo se embargaran los bienes necesarios para satisfacer las pretensiones del
acreedor, procurando causar el menor daño posible al deudor.

A diferencia a la figura de la ampliación del embargo, en este procedimiento sí se


considera necesario dar audiencia a las partes, para que se pronuncien al respecto.

Para concluir, los bienes objeto de embargo pueden ser sustituidos, el artículo 311
dice: “Cuando el embargo resultare gravoso para el ejecutado, podrá este, antes de
que se ordene la venta en pública subasta, pedir la sustitución para cubrir el monto
de capital, intereses y costas. Esta petición se tramitará en forma de incidente y en
cuerda separada, sin que se interrumpa el curso de la ejecución”.

Puede apreciarse que esta facultad sólo opera cuando se haya trabado embargo
sobre bienes indistintos en sus cualidades o calidades, que únicamente se aprecian
por su valor en dinero, pero no podría efectuarse esta sustitución si estos bienes,
tienen características que los hacen específicamente los necesarios para cubrir la
obligación.

Daños y Perjuicios.
Daño: La palabra daño, proviene del latín dammun, que significa: pérdida, perjuicio,
gasto.
Según el Diccionario de la Real Academia, 37 lo define como “un detrimento,
perjuicio o menoscabo”.

En consecuencia, se produce cuando se da la acción u omisión de una persona en


los bienes de otra. En el caso del incumplimiento de obligaciones, el perjudicado por
ellos tiene derecho a ser indemnizado por el causante.

Características.
* Patrimonial, el daño es generalmente de contenido patrimonial;
* Susceptible de valorización, ya que son resarcibles, es decir, el afectado tiene
derecho a que se le restituya lo perdido o bien se le dé una compensación
económica (dinero) equivalente a lo sufrido;
* Sufrido por terceras personas, el afectado necesariamente debe ser una
persona distinta de quien causa el daño, toda vez que si el daño lo causa una misma
persona sobre su patrimonio, no tiene consecuencia jurídica alguna;
* Debe ser punible, esta característica persigue que el causante de un daño no
quede impune, sino que al contrario se persigue que quien lo haya causado, pague
por el mismo y así se dé conciencia a las personas para ser responsables de sus
actos;
* Puede ser voluntario o involuntario, toda vez que el causante comete actos con
el propósito de efectuar un mal o bien, se cometen actos no teniendo en cuenta los
efectos que a terceros produzcan, actuando se diría por ignorancia;
* De acción u omisión, los daños normalmente se ocasionan por acciones, pero
no obstante ello, también pueden ser resultado de omisiones.

Clasificación de los Daños.


* Daño Emergente, es el que consiste en la pérdida de un valor que sufre el
damnificado por un hecho ilícito, es directo, real y efectivo. Este daño puede recaer
sobre la persona o sobre bienes de la persona, pero el efecto inmediato es que
afecte el patrimonio de la persona disminuyéndolo;
Daño a los derechos de la persona, son aquellos que afectan al individuo en sí
mismo y enun principio no tienen contenido económico.

Daño moral, es aquel que causa angustia o lesiona los sentimientos de una
persona;

Daño Estético, se da en forma directa sobre la persona afectada, altera el estado


original delcuerpo humano, podría ser la pérdida de un miembro, órgano, etc.
Lucro Cesante, éste consiste en la pérdida de una utilidad, ganancia o beneficio de
contenido económico, derivado de un hecho ilícito y como consecuencia el autor del
hecho o responsable civilmente debe repararlo. La utilidad que reclame el
damnificado debe ser licita, cierta, determinada o determinable y la no obtención de
la misma debe forzosamente ser consecuencia delhecho ilícito.

De esa forma el lucro cesante no consiste en la privación de una simple posibilidad


de ganancia, aunque tampoco es necesaria la completa seguridad de que se habría
obtenido la misma, si es necesario que exista un probabilidad cierta y objetiva de
que se había obtenido alguna ganancia, teniendo en cuenta el curso normal de las
cosas y de las circunstancias particulares del caso. El lucro cesante también es
conocido como perjuicio y de esta forma se refiere a él generalmente la ley.

Perjuicio: Se define por Cabanellas,38 “como la ganancia lícita que deja de


obtenerse, deméritos o gastos que se ocasionan por acto u omisión de otro y que
éste debe indemnizarse, a más del daño o detrimento material causado por modo
directo”.
Couture, 39 define el perjuicio como un daño, menoscabo o simplemente la
privación de una ganancia.

Como puede apreciarse para algunos autores, el concepto de perjuicio se encuentra


subsumido en el de daño, o sea, que el perjuicio no es sino una modalidad del
concepto más amplio de daño, criterio el cual se comparte, aunque el Código Civil,
Decreto 106, vigente los diferencia como puede apreciarse.
En el artículo 1434 del Código Civil, Decreto 106, se regulan estas figuras de la
siguiente manera:

“Los daños, que consisten en las pérdidas que el acreedor sufre en su patrimonio,
y los perjuicios, que son las ganancias lícitas que deja de percibir, deben ser
consecuencia inmediata y directa de la contravención, ya que se hayan causado o
que necesariamente deben causarse”.

Clasificación Legal de las Ejecuciones Especiales según el Código Procesal


Civil y Mercantil, Decreto 107.

El Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, regula en el Título III del Libro III
de los artículos 336 al 339, lo referente al las Ejecuciones Especiales.

- Ejecución de Obligaciones de dar, artículo 336 del Código Procesal Civil y


Mercantil, Decreto 107;
- Ejecución de Obligaciones de hacer, artículo 337 del Código Procesal Civil y
Mercantil, Decreto 107;

- Ejecución de Obligaciones de escriturar, artículo 338 del Código Procesal Civil y


Mercantil, Decreto 107;

- Ejecución de Quebrantamiento de la obligación de no hacer, artículo 339 del


Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107.

Las cuales se desarrollan a continuación en forma individual.

Ejecución de Obligación de Dar.

Este tipo de ejecución surge cuando el título ejecutivo contiene una obligación de
dar cosas que no sean dinero, el proceso se ejecuta extrayendo de la esfera de
influencia del deudor la cosa, por medio de actos materiales de desapoderamiento
y poniéndolas en manos del acreedor.
Debe recordarse que las obligaciones de dar son aquellas que tienen por objeto la
entrega de una cosa mueble o inmueble con el fin de constituir sobre ella derechos
reales o de transferir solamente el uso, la tenencia o de restituirla a su dueño.
Concepto.

Guasp, citado por Mario Aguirre Godoy,40 expone que es “Aquel proceso de
ejecución en el que se persigue una dación, pero no una dación de dinero, sino de
cosa diferente, especialmente de una cosa específica, que directamente reclama el
titular de la pretensión”.
El Código Civil, Decreto 106, en su artículo 1320 regula estas obligaciones de la
siguiente manera:

“La obligación de dar cosa determinada comprende su entrega y la de sus


accesorios y pertenencias, así como los frutos que produzca desde que se
perfeccione el convenio. El deudor es responsable, asimismo, de su conservación,
hasta que se verifique la entrega”.

Objeto.

Por medio de un procedimiento especial y breve se trata de obtener de una persona


comprometida a entregar a otra, dentro de un plazo convenido, una cosa
determinada o bien designando la especie de ésta, cumpliendo así con su
obligación. Esto, como vemos, demanda la presencia de un título fundamental de la
ejecución.
Puede darse en esta clase de juicios tres situaciones:

*Que la cosa cuya entrega se demande exista;


*Que la cosa halla desaparecido;
*Que la cosa se halle en poder de una tercera persona.
Regulación y Procedimiento establecido en el Código Procesal Civil y
Mercantil.

Según el artículo 336 del CPCYM, establece: “(Ejecución de la obligación de dar).


Cuando la ejecución recaiga sobre cosa cierta o determinada o en especie, si hecho
el requerimiento de entrega el ejecutado no cumple, se pondrá en secuestro judicial,
resolviéndose en sentencia si procede la entrega definitiva.

Si la cosa ya no existe, o no pudiere secuestrarse, se embargarán bienes que


cubran su valor fijado por el ejecutante y por los daños y perjuicios, pudiendo ser
estimada provisionalmente por el Juez la cantidad equivalente a los daños y
perjuicios.

El ejecutante y el ejecutado podrá oponerse a los valores prefijados y rendir las


pruebas que juzguen convenientes, por el procedimiento de los incidentes”.
De este artículo es necesario efectuar el siguiente análisis en tres puntos:

- Se desprende de la interpretación de este artículo que para que nazca la obligación


de dar es indispensable que la cosa se determine por lo menos en especie, pues de
lo contrario el convenio carecería de un elemento indispensable para su existencia,
como lo es la cosa cierta materia del contrato.

En consecuencia para que este tipo de obligaciones sea satisfecha puede acontecer
lo siguiente:

*Que dicha obligación se concrete con dar cosa cierta y determinada, el


requerimiento puede efectuarse sin ningún trámite previo, o bien;
*Que dicha obligación se concrete designando sola la especie quedando
satisfecha si se eligen cosas de regular calidad, tendrá que procederse antes a
la individualización de la cosa.
Si la obligación resulta de una condena lograda en sentencia, no debe olvidarse que
será ésta la que fijará el término de la entrega. Por otra parte, el mismo artículo 336,
establece que puede darse la entrega voluntaria de la cosa o bien procederse al
secuestro judicial.

- Se contempla el secuestro judicial como una medida por medio de la cual se da el


desapoderamiento de la cosa de manos del deudor, para que sea entregada en
depósito a un particular o a una institución legalmente reconocida, con la prohibición
de servirse en ambos casos de la misma, figura que ha sido desarrollada
anteriormente.

- Por otra parte es importante mencionar que esta ejecución puede resultar
imposible ya sea por razón de hecho o de derecho:

* Sería una imposibilidad de hecho, cuando la cosa que debe entregarse haya
desaparecido o se haya destruido;

* Sería una imposibilidad de derecho, puede darse cuando la cosa existe y se sabe
dónde se encuentra, pero esta ha salido de la esfera del patrimonio del deudor y ha
ingresado de manera real o simulada en el patrimonio de un tercero.

Por lo que en el artículo 336 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107, da
la respuesta a este posible supuesto regulando una autorización para proceder al
embargo de bienes que cubran el valor de la obligación, estos bienes son fijados
por el ejecutante y la determinación provisional del Juzgador de los daños y
perjuicios, vemos cómo se produce de manera inmediata la conversión de la
obligación de dar en una equivalente en dinero, este proceso de ejecución se
transforma en un proceso de ejecución ordinario, puesto que se reclama el pago de
una suma de dinero mediante la realización forzada de los bienes del deudor.

La Ejecución de la Obligación de Dar.


no se refiere solamente al caso de ejecución de sentencias, sino de otros títulos
ejecutivos, puede surgir entonces la interrogante de que estos títulos puedan ser
objeto de una ejecución en la vía de apremio.

La respuesta es muy sencilla ya que la vía de apremio, sólo es procedente cuando


traiga aparejada la obligación de pagar una cantidad de dinero, líquida y exigible,
de modo que hasta el momento en que se produce la conversión de la Obligación
de Dar, en dinero puede atenderse a la naturaleza del título para el efecto de seguir
los trámites de la vía de apremio.

Procedimiento
Habiendo analizado este proceso se determinan las siguientes etapas procesales:

*calificación del título;


*mandamiento ejecutivo;
*requerimiento de entrega;
*secuestro de la cosa, en caso de negativa, si esta todavía existe o se encuentra en
poder del deudor; y
*señalamiento de daños y perjuicios, en la sentencia.

Esquema.
Ejecución de Obligación de Hacer.

Concepto.

Puede definirse esta ejecución como “aquella que consiste en un hacer por medio
del deudor, quien es remiso en satisfacer la obligación, entonces se realiza por su
cuenta y riesgo del acreedor”.
Como este tipo de ejecución se produce por la negativa del deudor a efectuar o
hacer la obra o acción pactada, derivándose dos situaciones:
- Da derecho al acreedor para hacer por sí o por medio de tercero, lo que se hubiere
convenido, si la calidad de ejecutante fuere indiferente, este situación se define en
el artículo 1,323 del Código Civil, Decreto 106, el cual establece que: “En las
obligaciones de hacer el incumplimiento del obligado da derecho al acreedor para
hacer por sí o por medio de tercero, a costa del deudor, lo que se hubiere convenido,
si la calidad del ejecutante fuere indiferente”.

- Da derecho al acreedor si prefiere la prestación por el deudor, pedir que se fije un


termino prudencial para que cumpla la obligación, y si no lo cumpliere, será obligado
a pagar daños y perjuicios, artículo 1,324 del Código Civil, Decreto 106, el cual
establece: “Si el acreedor prefiere la prestación por el deudor, pedirá que se le fije
un termino prudencial para que cumpla la obligación, y si no la cumpliere, será
obligado a pagar daños y perjuicios”.

Objeto.

Por medio de esta ejecución lo que se pretende, es el obtener el cumplimiento de


una obligación de hacer cosa determinada, o pago de los daños y perjuicios
ocasionados por el obligado. Para ello es necesaria la existencia de un título
ejecutivo, en el cual conste, de manera fehaciente la indicada obligación.

El acreedor tiene el título que documenta la obligación, en nuestro sistema este


título debe ser suficiente, puede ser una sentencia o bien cualquier otro instrumento
que tenga carácter ejecutivo.

Regulación y procedimiento establecido en el Código Procesal Civil y


Mercantil, Decreto 107.
Según el artículo 337 del CPCYM, establece: (Ejecución de la obligación de
hacer).
“Si el título contiene obligación de hacer y el actor exige la prestación del hecho para
el obligado, el juez, atendidas las circunstancias, señalara un término para que se
cumpla la obligación; si no cumpliere, se embargaran bienes por los daños y
perjuicios, fijados provisionalmente por el Juez, el monto de ellos. Si alguna de las
partes se opusiere al valor fijado por el Juez, se procederá conforme a lo dispuesto
en el artículo anterior.

El ejecutante puede optar por pedir de una vez la fijación provisional del monto de
los daños y perjuicios, y el embargo consiguiente, o bien que se cumpla la obligación
de hacer por un tercero, si esto fuere susceptible de realizarse, y a costa del
ejecutado. En este último caso, el juez fijara el termino correspondiente”.

La obligación de hacer, es susceptible de realizarse por persona diferente del


deudor (si la calidad del ejecutante fuere indiferente), por otra parte si ocurre que el
hacer solo puede ser ejecutado por el demandado (por ser hechos personales),
necesariamente debe haber cumplimiento de la obligación por equivalente (daños y
perjuicios). Como puede determinarse el artículo 337, antes enunciado se produce
la conversión de la ejecución, facultando al Juez para que fije provisionalmente un
estimado de estos daños y perjuicios a pagar, una vez determinados éstos por
tratarse de una cantidad de dinero, según la naturaleza del título, podría seguirse el
trámite de la vía de apremio o juicio ejecutivo.
Procedimiento.
Puede establecerse el siguiente procedimiento.
*calificación del título;
*mandamiento de ejecución;
*requerimiento del cumplimiento de la obligación de hacer;
*embargo de bienes ante la negativa;
*señalamiento de daños y perjuicios, los cuales se deben hacerse efectivos al dictar
sentencia;
*mandamiento de ejecución de la obligación a cargo de terceras personas a costa
del ejecutado.

Esquema.
(Véase página siguiente)

Ejecución de la Obligación de Escriturar.

Concepto.

Este tipo de obligación puede comprenderse dentro de las que se refieren a un


hacer, pues no se trata más que de documentar en escritura pública un hecho, se
diferencia de las demás ejecuciones especiales en el aspecto de que sólo se admite
el cumplimiento específico (otorgamiento de escritura).
El Juez actúa en lugar del deudor, sustituyéndolo en la voluntad remisa asumida
que ha adoptado.
No esta demás a traer a esta investigación una definición de lo que es una escritura
pública la cual es de más amplio estudio para el derecho notarial.

Por lo que el Licenciado Nery Roberto Muñoz 41 cita a Fernández Casado quien
expresa: “la escritura es el instrumento público por el cual una o varias personas
jurídicamente capaces establecen, modifican o extinguen relaciones de derecho”.

Regulación y procedimiento establecido en el Código Procesal Civil y


Mercantil, Decreto 107.

En el artículo 338 del CPCYM, regula: “(Ejecución de la obligación de escriturar).


Si la obligación consiste en el otorgamiento de escritura pública, al dictar sentencia
haciendo lugar a la ejecución, el Juez fijara al demandado el término de tres días
para que la otorgue.

En caso de rebeldía, el Juez otorgará de oficio la escritura, nombrando para el efecto


al Notario que el interesado designe, a costa de este último”.

En este artículo se encuentran sintetizadas las disposiciones del juicio ejecutivo, ya


que por medio de la sentencia se establece un plazo de tres días al demandado
para que otorgue la escritura pública respectiva.

El procedimiento para obtener el otorgamiento de una escritura pública, se aplica


en aquellos casos en que del título que se presente como ejecutivo, se desprenda
sin lugar a dudas, esta clase de obligación.
Por lo tanto, es concebible que las partes se hayan obligado en un documento que
firmen, que puede ser un documento privado con legalización notarial, al
otorgamiento de una escritura pública, en este caso, si no se cumple con la
obligación, puede acudirse perfectamente al proceso de ejecución plasmado en el
artículo 338 del Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto 107.

Puede resultar más evidente esta obligación, tal es el caso del artículo 1576 del
Código Civil, Decreto 106, el cual regula en su parte conducente que: “Los contratos
que tengan que inscribirse o anotarse en los registros cualquiera que sea su valor,
deberán constar en escritura pública.”.
Por otra parte, el artículo 1577 del mismo cuerpo legal regula que: “Deberán constar
en escritura pública los contratos calificados expresamente como solemnes, sin
cuyo requisito esencial no tendrán validez”. Considerándose como contratos
solemnes el mandato, la sociedad, la donación de bienes inmuebles, el fideicomiso,
la renta vitalicia, transacción y compromiso, así como aquellos en que se
constituyan garantías hipotecarias o prendarias, estas últimas susceptibles de
registro, la compraventa de bienes inmuebles y el arrendamiento.

Procedimiento.
Procedimiento a seguir:
*calificación del título;
*mandamiento de ejecución;
*requerimiento del cumplimiento de la obligación;
*sentencia ordenando el otorgamiento de la escritura en el plazo de 3 días; y
otorgamiento por el Juez en caso de negativa del obligado.

Esquema.
(Véase página siguiente).
Ejecución por Quebrantamiento de la Obligación de No Hacer.

Concepto.

Este tipo de ejecución “es aquella por medio de la cual el deudor tiene una obligación
que se constriñe a abstenerse de realizar algo o de prestar algún servicio o también
se prohíbe entregar una cosa, y que por la contravención de una obligación de no
hacer surge el pago de daños y perjuicios”.

La obligación de no hacer implica un acto negativo, una abstención del deudor, cuyo
incumplimiento se evidencia con el hecho de la contravención, teniendo el acreedor
el derecho a que se destruya lo que se hizo por el deudor mismo o por el propio
acreedor, en contravención de lo establecido en el contrato, sentencia, ley o
disposición administrativa.

Objeto.

En este tipo de ejecuciones el Juez verifica que en caso de que se incumpla la


obligación de no hacer, se deshaga lo indebidamente hecho.

En estas obligaciones, los efectos que produce el quebrantamiento de una


obligación de no hacer, son idénticos a los causados por la de hacer, no cumplida.

Si la obligación es de no hacer, el obligado incurre en daños y perjuicios, por el solo


hecho de la contravención, situación que el Código Civil, Decreto 106 en su artículo
1326 establece de la siguiente manera: “ Si la obligación es de no hacer, el obligado
incurre en daños y perjuicios por el solo hecho de la contravención”.

Por otra parte en el artículo 1327 regula la actitud del acreedor frente a la
contravención de la siguiente manera: “El acreedor tiene derecho para exigir que se
obligue al deudor a destruir lo que se hubiere hecho contraviniendo lo pactado, o a
que se le autorice la destrucción por cuenta del deudor”.

En cuanto a la destrucción de lo hecho, si esta actitud ya no fuera posible de


efectuarse se acude a lo regulado en el artículo 1328: “Si no fuere posible destruir
lo que se hubiere hecho o si la prestación fuere indestructible por su naturaleza,
como la divulgación de un secreto industrial, el acreedor tendrá derecho de exigir
daños y perjuicios por la contravención”.
Regulación y procedimiento establecido en el Código Procesal Civil y
Mercantil, Decreto 107.

Según el artículo 339 del CPCYM, establece: (La ejecución por quebrantamiento
de la obligación de no hacer).
“Si se quebrantare la obligación de no hacer, el Juez fijara un término para que se
repongan las cosas al estado anterior, si esto fuere posible. Si no se cumpliere, se
embargaran bienes por los daños y perjuicios, fijando provisionalmente el juez el
monto de ellos. Si alguna de las partes se opusiere al valor fijado por el Juez, se
procederá conforme a lo dispuesto en el artículo 336.

El ejecutante puede optar por pedir de una vez la fijación provisional del monto de
los daños y perjuicios a que da lugar el quebrantamiento de la obligación de no
hacer y el embargo consiguiente, o bien que se repongan las cosas al estado
anterior por un tercero, si esto fuere susceptible de realizarse, y a costa del
ejecutado.
En este ultimo caso, el Juez fijara él termino correspondiente”.

De este artículo es necesario efectuar las siguientes consideraciones:

- Que el ejecutante puede pedir la destrucción de lo hecho en contravención de la


obligación, si éste puede llevarse a cabo, teniendo que comprobar previamente el
hecho de la contravención.

- Que el ejecutante puede pedir la fijación del monto de los daños y perjuicios, si ya
no fuera viable reponer las cosas a su estado anterior.

Procedimiento.
Podemos señalar el siguiente procedimiento:
*calificación del título;
*mandamiento ejecutivo;
*fijación de un término para que las cosas vuelvan al estado en que se encontraban
antes del quebrantamiento;
*fijación provisional de daños y perjuicios;
*embargo de bienes;
*sentencia en al que se ordene la reposición de las cosas al estado en que se
encontraban antes de la contravención por parte de un tercero y a costa del
ejecutado.

Esquema.
(Véase página siguiente)

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