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ALERGIAS GENERALIDADES
La reacción inmediata se presenta desde segundos hasta una hora después del
contacto con el alérgeno, y depende fundamentalmente de la secreción de
sustancias vasoactivas preformadas o primarias como histamina, proteasas
neutras (triptasa o quimasa), heparina, factor quimiotáctico de eosinófilos (ECF-A),
factor quimiotáctico de neutrófilos (NCF-A), GM-CSF y TNFα, y sustancias
sintetizadas ex novo o secundarias, como leucotrienos cisteinílicos (HETE, LTB4,
LTC4, LTD4 y LTE4), factor activador plaquetario (PAF), PGD2 y bradicinina,
almacenadas en los gránulos de los mastocitos. Dependiendo de la cantidad de
alérgeno se puede continuar con una reacción tardía, más o menos intensa, entre
3-8 horas después del contacto alergénico. La reacción tardía se produce por la
síntesis inducida de nuevos mediadores como leucotrienos cisteinílicos, PGD2,
PAF y citocinas como IL-3, IL-4, IL-5, IL-6, IL-8, IL-9, IL-10, IL-13, IL-16, TNFα,
TGFβ, quimiocinas (eotaxinas, RANTES, MIP-1α, MCP-1), etc. que reclutan
eosinófilos, basófilos, monocitos y linfocitos al foco inflamatorio. El infiltrado
inflamatorio rico en eosinófilos y basófilos es característico de las reacciones
alérgicas y de las infecciones por helmintos, estando prácticamente ausente en
otro tipo de infecciones. El control de la migración de las distintas poblaciones
leucocitarias se lleva a cabo por medio de las quimiocinas, que son producidas en
los asmáticos por las células epiteliales y los macrófagos pulmonares, destacando
CCL5, CCL7, CCL11, CCL13, CCL15, CCL24, CCL26 y CCL28, que reclutan
eosinófilos por medio de su receptor CCR3. La quimiocina CCL11, además de
quimioatrayente de eosinófilos, es un potente degranulador de mastocitos. Los
cuadros clínicos que se originan son rinoconjuntivitis, asma, urticaria- angioedema,
dermatitis atópica, alergia a picaduras de insectos, alergia al látex, anafilaxia y
ciertas alergias medicamentosas y alimentarias, incluyendo alergia a Anisakis.
UN POCO DE HISTORIA
En 1919 Ramírez notó que la transfusión de sangre podría transferir asma alérgica
y de una forma pasiva sensibilizar al receptor.
_ Un nivel más alto de IgE específica y un nivel más alto de IgE total en comparación con
monosensibilizado.
HIPERSENSIBILIDAD
2) Reacciones dependientes del complemento (la unión del anticuerpo IgM o IgG
con el antígeno de la superficie celular o de la matriz extracelular activa la cascada
del complemento y se produce fagocitosis por acción de los polimorfonucleares)
3) Reacción de hipersensibilidad antirreceptor (los anticuerpos se dirigen contra
los receptores de la superficie celular, alterando la función de la célula). Los
hematíes y las plaquetas son los elementos más afectados porque tienen escasas
proteínas reguladoras del complemento en su membrana. Las lesiones contienen
anticuerpos, complemento y neutrófilos. Por este mecanismo se producen
algunas alergias medicamentosas, reacciones transfusionales, enfermedad
hemolítica del recién nacido, rechazo hiperagudo de trasplantes, síndrome de
Goodpasture, enfermedad de Graves, enfermedad de Raynaud, miastenia gravis,
diabetes mellitus insulinodependiente, síndrome antifosfolípido, pénfigo vulgar,
pénfigo ampolloso, trombopenia neonatal, granulocitopenia, trombopenia inducida
por fármacos, anemia perniciosa y algunas hemopatías autoinmunes (anemia
hemolítica y púrpura trombocitopénica inducida por anticuerpos).
Dos estudios recientes han mostrado con coherencia, que la reducida diversidad
de alimentos en la dieta de los infantes está asociada con la sensibilización
atópica y enfermedades alérgicas más tarde en la niñez.
CONJUNTIVITIS ALÉRGICA
RINOSINUSITIS (RS)
ECZEMA ATÓPICO
ASMA
Debido a que los genes contenidos en este locus tienen funciones que involucran
el flujo de calcio a través de la membrana y la respuesta de la proteína
desplegada, es posible que alteraciones en estas vías puedan influenciar
adicionalmente la respuesta inmune del huésped a infecciones virales en
momentos críticos del desarrollo del pulmón. Recientemente, se ha notado que
infecciones con HRV-C están asociadas con una enfermedad clínica más
significativa, que pudiera incluso ser de mayor gravedad en niños atópicos. La
relación de la atopia con el desarrollo subsecuente de asma está ampliamente
reconocida. La sensibilización a aeroalérgenos en los primeros 2 a 3 años de vida
ha sido reportada como un factor de riesgo para el desarrollo posterior de asma. El
desarrollo de múltiples sensibilizaciones tempranas no solamente aumenta el
riesgo de desarrollar asma en la infancia, sino también su gravedad clínica en
términos de tasas de admisiones hospitalarias. Las enfermedades productoras de
sibilancias en edad preescolar y el desarrollo de sensibilización alérgica pueden
de manera independiente, aumentar el riesgo de asma. La presencia de ambas
puede influenciar adicionalmente el desarrollo de asma, como es demostrado por
datos generados en dos estudios independientes en dos cohortes de alto riesgo al
nacimiento. En una de las cohortes de alto riesgo al nacimiento, la sensibilización
a aero-alérgenos sin datos documentados de sibilancias inducidas por HRV en
edad preescolar, aumentó el riesgo de asma a la edad de 6 años (OR=3.4). Si
ambos, sibilancias por RV y sensibilización a aero alérgenos estaban presentes a
los 3 años, el riesgo de desarrollar asma a la edad de 6 años estuvo
sustancialmente elevado (OR =80). Jackson y colaboradores, evaluaron
longitudinalmente cuál desarrollo ocurre primero: sensibilización alérgica
predisponiendo a enfermedad sibilante inducida por virus, o lo contrario. Utilizaron
un modelo estadístico de cuatro estadios. El estudio encontró que es más
probable que la sensibilización alérgica preceda a las sibilancias inducidas por
virus. Es más, las enfermedades sibilantes producidas por HRV fueron las
infecciones que más probablemente representaban esta secuencia temporal. La
sensibilización alérgica puede aumentar la inflamación de las vías aéreas bajas y
los síntomas, basados en la capacidad del número de receptores de IgE como su
puenteo, de estar asociado con una producción reducida de interferones tipo I y III
por las células dendríticas, con una disminución de la defensa del huésped a los
virus.
Los estudios de genoma extenso acerca de los riesgos para el asma en la infancia
han revelado un locus de alta sensibilidad en el cromosoma 17q21. La variación
genética en esta región 17q21 ha sido asociada con un incremento del asma en la
infancia pero no con la atopia. Caliskan y colegas de mostraron que esta
asociación está de hecho limitada solamente a niños que tuvieron enfermedad con
sibilancias por HRV en los primeros tres años de vida. De manera importante, este
aumento de riesgo atribuible al tipo de genoma es totalmente independiente de la
sensibilización alérgica (atopia). Al menos dos vías de mecanismos diferentes
pueden predisponer al niño al asma, ambas dependientes de antecedentes de
enfermedades sibilantes. La primera vía, denominada 17q21, parece ser
dependiente de un locus de sensibilidad para asma y totalmente independiente de
la sensibilización alérgica. La segunda vía, denominada FcεRI, es dependiente
del desarrollo de sensibilización alérgica. La continua evaluación de los
mecanismos responsables de estas vías con suerte proveerá de conocimientos
para el desarrollo de nuevas estrategias de prevención y tratamiento de esta
enfermedad.
Los corticoesteroides inhalados son actualmente los medicamentos
antiinflamatorios más efectivos para tratar el asma persistente. Los costos
económicos del asma son considerables, incluyen tanto los costos médicos
directos y los indirectos, estos últimos asociados con el tiempo de trabajo perdido
y las muertes prematuras. Los esfuerzos nacionales para combatir el asma como
un problema de salud pública, como el programa presentado en Finlandia,
producen notables beneficios que se reflejan en una reducción drástica de las
muertes e ingresos hospitalarios.Existen muchas barreras para lograr la reducción
de la carga asociada al asma a nivel mundial. Existe una necesidad de
diagnóstico, tratamiento, educación además de necesidades financieras para
lograr un mejor control del asma en el mundo.Se necesita más esfuerzo para
enfocarse en maneras de mejorar el tratamiento del asma, centrándose en el
control de enfermedad en lugar de tratar los episodios agudos. Este concepto
tiene que incorporarse en los programas de salud.
ALÉRGENOS
GENÉTICA
Genes que con mayor probabilidad pueden estar implicados en el asma, según
el estudio de Rogers y colaboradores
IRAK-3 IL10
PHF11 CHI3LI
IL10 NPPA
ITGB3 CTLA4
ORMDL3 DPP10
IL4R INPP4A
MYLK
PAFAH
GPR154
FCERB1
GSTP1
IRAK-3
PHF11
PTGDR
ITGB3
Por todo ello, resulta esencial la replicación de los resultados de los estudios, es
decir, que otros grupos de investigadores sean capaces de reproducir los
resultados obtenidos previamente por otro grupo de investigación. En este sentido,
es muy significativo lo que sucedió en un estudio en el que se intentó replicar,
mediante otra metodología, la asociación de 39 genes candidatos, de los que se
había descrito previamente su asociación con el asma y cuyos estudios habían
cumplido unos requisitos estrictos de diseño y tamaño muestral y, además, se
habían replicado previamente en al menos otro estudio. Sólo se pudo replicar la
asociación de modo claro en 6 de los 39 genes y de modo limitado en otros 15
genes adicionales.
Asma
6q23 MYB Supervivencia, proliferación y Eosinofilia
diferenciación de células madre
Asma
hematopoyéticas
9q21 TLE4 Diferenciación de los linfocitos B Asma infantil
9q24 IL33 Activación de mastocitos y Eosinofilia
linfocitos Th2
Asma
10q22 CTNNA3 Adhesión intercelular mediada por Asma inducida
la cadherina E por isocianatos
11q13 EMSY Remodelación de la cromatina Dermatitis
atópica
17q12 ORMDL3 Desconocida Asma de inicio
en la infancia
17q21 GSDMB Posiblemente implicada en la Asma infantil
transmisión de señales de TGF-
beta
Aun así, con los más potentes estudios genéticos no se puede explicar el
desarrollo de las enfermedades alérgicas de origen hereditario
Aun así, con los más potentes estudios genéticos no se puede explicar el
desarrollo de las enfermedades alérgicas de origen hereditario.
Esta heredabilidad perdida ha de ser explicada por otros medios. Las
enfermedades atópicas (eccema, asma, rinitis) afectan un número cada vez mayor
de individuos a nivel mundial y representan un problema de salud global. Las
investigaciones epidemiológicas y genéticas han proporcionado evidencia firme
acerca de la existencia de determinantes genéticos de enfermedades atópicas
con una herencia reportada hasta del 80%. Las enfermedades atópicas son
rasgos poligénicos, complejos, influenciados por múltiples genes; como para otros
rasgos complejos, la identificación de los genes causantes se ve obstaculizada por
fenotipos diferentes, locus heterogéneos, penetrancia incompleta e interacción con
factores no genéticos desconocidos, así como la hasta ahora pobremente
entendida interrelación de estas enfermedades entre si y con la IgE.
Recientemente se ha vuelto posible descifrar mediante el mapeo de alta densidad,
la etiología poligénica de algunas enfermedades complejas, permitiendo un
avance en la definición de genes productores de enfermedad y arrojando
resultados con una riqueza sin precedentes, todo esto aunado a un nivel de
reproductibilidad sorprendentemente alto; en cuanto a las enfermedades alérgicas,
los resultados de estos estudios, sugieren que la interacción de la inmunidad
innata con las alteraciones del epitelio por ejemplo las alteraciones heredadas de
proteínas estructurales son los mayores responsables de la patogénesis.
Con la excepción de unos pocos loci individuales que ejercen grandes efectos en
algunos fenotipos, por ejemplo mutaciones de filagrina en dermatitis atópica, la
mayoría de los loci ejercen efectos más modestos cuando son considerados de
manera aislada, y a pesar del gran progreso en el campo, sólo una pequeña
proporción de la herencia total es explicada por factores de riesgo ya conocidos.
Cada vez es más evidente que los factores genéticos en las entidades más
comunes suelen solaparse en lugar de proporcionar discriminadores directos que
sugieran mecanismos moleculares compartidos e ilustrando la necesidad de una
clasificación más precisa de las enfermedades alérgicas en función de su fenotipo