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Nutrición para el Autismo, ¿es efectiva?

El autismo responde al tratamiento nutricional con una vitamina del complejo B aunque
hay que aclarar que solamente en un subgrupo específico de autistas.

¿Qué es el autismo?
Uno de cada 2.000 niños sufre de autismo infantil, un severo desarreglo cerebral cuyas
víctimas no pueden socializarse normalmente y casi siempre exhiben un
comportamiento caprichoso. A pesar de la severidad del problema, la medicina
nutricional puede ser de mucha ayuda en su tratamiento.

Autismo y vitamina B-6


Son particularmente prometedores los resultados de los estudios en los cuales los
pacientes con autismo fueron complementados con vitamina B-6 natural. La
complementación nutricional con vitamina B6 natural cambia las mediciones
electrofisiológicas y bioquímicas anormales de los niños con autismo hacia
características más normales. Eso significa que la vitamina B6 ayuda a normalizar la
función de las células nerviosas en estos niños.

Magnesio y autismo
El ácido homovanílico es el principal derivado del neurotransmisor dopamina. Mientras
que la complementación nutricional normalmente incrementa la excreción urinaria del
ácido homovanílico, se ha podido demostrar que en el caso de los niños con autismo,
disminuye su excreción.

Generalmente el magnesio se agrega al tratamiento con la vitamina B6 para prevenir


que cause depleción de magnesio. Además también previene la irritabilidad, la
hipersensibilidad al sonido y la enuresis que a veces sucede con la complementación
nutricional de la vitamina B6.

Las dosis recomendadas varían mucho de caso a caso. Pero no hay que olvidar que una
dosis muy alta de esta vitamina por mucho tiempo puede llegar a causar una neuropatía
periférica. Debido a esta toxicidad potencial, la vitamina B6 solamente deberá ser
prescrita por un médico nutricionalmente orientado.
Un estudio cruzado secuencial, doble-ciego encontró que solamente se notaba una
mejoría en el comportamiento cuando se dieron los 2 nutrientes juntos, y entonces
disminuyó la excreción urinaria del ácido homovanílico y el potencial evocado por la
corteza cerebral en el EEG se normalizó.

La combinación de vitamina B6 natural y magnesio no cura el autismo, pero la mejoría


que se obtiene es casi siempre dramática.

Ácido fólico
El ácido fólico juega un papel importante en la síntesis, la reparación y la metilación del
DNA. La deficiencia de folato tisular puede provocar una ruptura cromosómica en un
sitio frágil, mientras que la complementación con folato puede interferir en la detección
de sitios frágiles constitutivos.

Entre más temprano en la vida se inicia la complementación nutricional con el folato, es


más probable que sea efectiva en estos pacientes con autismo. En un estudio, pudimos
notar que muchachos con el síndrome X frágil mostraron mejoría en su comportamiento
lo mismo que en su habilidad motora después de recibir los complementos nutricionales
de folato, mientras que los varones adultos no mostraron cambios. Dosis altas de folato
diariamente, por al menos algunos meses, parecen ser necesarias para alcanzar los
cambios mencionados en el autismo.

¿Pueden los cambios en la dieta mejorar el autismo?


Hemos notado también que algunos pacientes con autismo son sensibles a ciertos
alimentos. Existen varios estudios que confirman cómo una modificación en la
alimentación puede producir cambios benéficos dramáticos en estos casos.

Si esto sucede, se recomienda evitar los alimentos comunes, por lo menos una semana y
ver si su comportamiento mejora. Así que hay que identificar el o los alimentos
inductores.

Beneficios con la vitamina C


Otro nutriente que hemos encontrado útil en los pacientes con autismo, es la vitamina C.
La razón de su beneficio es porque la vitamina C actúa directamente como un
antagonista competitivo en los receptores de la dopamina. También en otros estudios
clínicos se encontró que los complementos de vitamina C atenúan en los autistas la
severidad de los síntomas motores.

Combinación de Calcio y Magnesio para el autismo


Ahora bien, dentro del grupo de los minerales, tenemos que son útiles el magnesio y el
calcio. Se encontró que los pacientes con autismo que se dañaban a sí mismos, dejaron
de hacerlo o al menos redujeron su auto-agresión. Todos los pacientes con autismo
tuvieron niveles bajos de magnesio en sus resultados del examen mineral del pelo.
¿Y el triptófano?
Con respecto a los aminoácidos, ahora sabemos que el aminoácido esencial conocido
como triptófano está involucrado en modular el comportamiento de la ersna con
autismo.

Según los resultados de un nuevo estudio, las dietas bajas en triptófano pueden hacer
que los síntomas del autismo empeoren mucho.

¡Cuidado con los metales pesados!


Aproximadamente el 49 % de todos los pacientes con autismo, que hemos estudiado,
tienen niveles elevados de metales tóxicos. Durante 1988, el Dr. E. Courchesne
encontró que una porción anatómica específica del cerebelo es mucho más pequeña y
menos desarrollada en los niños con autismo que en los niños normales.

¿Y la exposición a los microondas?


Por otro lado, el Dr. Hans-Arne Hannson del Instituto de Neurobiología de la
Universidad de Goteborg en Suecia, reportó que la breve exposición a microondas
resulta en un daño en las estructuras celulares nerviosas después de 2 meses de dicha
exposición.

Se encontró que los cambios anatómicos patológicos fueron producidos específicamente


en los cerebelos de los recién nacidos. Por el momento, no podemos estar seguros si las
lesiones reales en los cerebelos de los niños con autismo igualan a la de los cerebelos de
los animales que fueron expuestos o a campos de frecuencia de poder o a microondas.

Sin embargo, el surgimiento aparente del autismo como un problema clínico, a


principios de los años 40, sí coincide con el incremento marcado en nuestro uso de la
energía electromagnética.

En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro


profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una
función meramente informativa.

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