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“ El hombre ha nacido libre y en todas partes está encadenado ”

-Jean Jaques Rousseau

RAZÓN MODERNA Y SUBJETIVIDAD

El periodo de la Ilustración, surgido en el Siglo XVIII, es también conocido como el Siglo


de las Luces, cuyas luces son, la luz de la lógica y de la inteligencia, las cuales deben
alumbrar a todo el mundo. A partir de esta concepción, el hombre busca nuevas formas de
conocimiento, desecha todo lo que tiene que ver con el pasado, especialmente lo
relacionado con los dogmas de la iglesia y las supersticiones más arraigadas hasta entonces,
tales como la caza y quema de brujas, liberándose de todas las opresiones que le impiden
ser él mismo, atreviéndose a pensar y a valerse por sí mismo y de su propio entendimiento
sin la guía de otro, a esto es lo que Kant denominó: la salida del hombre de la minoría de
edad. Surge entonces el comienzo de la filosofía moderna que emprende el camino hacia la
razón. Pero, ¿Qué es la razón y por qué tal concepción marcó un parte aguas en la historia?
En este breve ensayo, la autora tratará de esbozar este camino y de presentar el impacto que
este pensamiento ha tenido hasta nuestros días.

El camino comienza con Descartes, quien debido a que durante la época no había
surgido una explicación clara a hechos fundamentales de la naturaleza así como de la vida
social y espiritual, emprende la búsqueda hacia el verdadero conocimiento, para lo cual
crea un método en donde considera reglas esenciales que le permitirán llegar al recto
pensar, tales como no admitir como verdadera un cosa sin antes estar seguro que lo era, al
menos antes de ponerlo en duda, para lo cual habrá que comprobar, examinando el objeto
en tantas partes y divisiones sean posibles, aplicando la intuición, la deducción, el análisis y
la síntesis, a esto es lo que él llama la duda metódica. Este método hacía que se cayera en
círculo en el que había que dudar de todo para librarse de toda duda, en el que el único fin
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era la veracidad divina, pues la evidencia probaba la existencia de Dios y Dios validaba la
evidencia.1
Descartes decía que se puede dudar de lo que se ve, imagina o piensa, pero de lo que
no se puede dudar es de que se está pensando y para pensar se tiene que existir. De allí su
célebre frase Pienso, luego existo. Surge entonces un giro antropológico, en el que la auto-
conciencia del hombre se auto-identifica con identidad propia, no sometido a nada ni a
nadie, dándole mayor importancia a la razón, pues a través de ésta, el hombre puede
comprender con su propia inteligencia, es decir, catalogar que algo es real solo si puede ser
entendido por la razón o razonado y todo aquello que no pueda ser razonado, debe ser
rechazado como falso e inútil. Este racionalismo es el que llevó a acabar con las
tradiciones y las supersticiones que carecían de fundamento razonable.
Es aquí donde el hombre encuentra una libertad de pensamiento tal, que pasa del
teocentrismo al antropocentrismo, donde el mundo es contemplado desde la perspectiva del
ser humano y no desde Dios. Esta característica es contraria al pensamiento aristotélico que
decía que el hombre es un ser dado a lo exterior y su bien o felicidad radica en el bien de la
polis. Para Descartes, el ser humano renuncia al cuerpo, huye de la ciudad y se queda solo
ante sí mismo.
El marxismo nos muestra otra perspectiva, que vislumbra al ser humano en su
multidimensionalidad, es decir, su ser individual y colectivo donde destaca su carácter
social y comunitario en que las personas están unidas por experiencias, intereses e ideales
comunes, que se comunican no por la búsqueda de un bien común, al estilo aristotélico,
sino más bien unida por el proceso de trabajo al pertenecer a una clase que está al servicio
del sistema capitalista.
A manera de conclusión, se puede comprobar que lo que comenzó con un anhelo de
libertad de todo tipo de opresión fue generando ciertas contradicciones que aun no han
logrado superarse en el presente siglo. El individualismo ha llegado a extremos de excluir
los derechos de otros, cayendo incluso, como diría el filósofo Enrique Dussel, la falocracia
es concomitante hoy a la plutocracia,2. En el ámbito religioso, se observa aun hoy en día,
como la razón ha negado la religión y cuestiona continuamente sus aportaciones. El

1 Tamayo, Juan. Para comprender la crisis de Dios hoy. Pág. 15


2
Dussel, Enrique. Historia de la Iglesia en América Latina, Pág. 25
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egoísmo y la opresión desmedida de los más débiles en beneficio de unos pocos, sigue
siendo un mal que aqueja a nuestra sociedad en América Latina. La libertad debe ejercerse
respetando límites, de lo contrario se cae en un libertinaje desmedido que desemboca en
males aun mayores para el ser individual como para la sociedad. El secreto, como dijo
Aristóteles es encontrar el equilibrio racional en todo lo que se hace y procurar el bien
común.

INTRODUCCIÓN
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En la actualidad, la apariencia de absoluta felicidad es muy común. A las personas les


importa mucho lo que piensen los demás acerca de ellas y buscan ser aceptadas todo el
tiempo. El miedo al rechazo los hace incluso olvidarse de quien son en realidad. La
apariencia de vivir feliz la consiguen adquiriendo bienes materiales y obteniendo todo lo
que el dinero les permita comprar. Se centran en sí mismos y se olvidan de los demás y
buscan su felicidad a costa de pasarse sobre los demás si así lo consideran necesario. Han
olvidado todas las normas y costumbres que rigen el comportamiento humano en búsqueda
de la satisfacción de sus propios deseos y placeres, lo que nos lleva a pensar: ¿Hemos
perdido el concepto de lo que es vivir con ética? En este breve ensayo trataremos de forma
somera, abordar esta cuestión y evaluar nuestros conceptos de ética y felicidad y si ambos
pueden o no estar ligados entre sí.

ARISTÓTELES, LA VIDA BUENA

Hemos entendido la ética como el conjunto de costumbres y normas que rigen o valoran el
comportamiento humano, es decir, lo relacionado con el término etikov , el cual se refiere a
la moral y en decidir que es lo correcto y lo incorrecto. Hasta cierto punto, hemos
supeditado a la ética a una especie de juicio acerca de si algo es bueno, malo, permitido,
etc. Sin embargo, cuando vemos de cerca el pensamiento filosófico, encontramos que el
concepto de ética va mas allá de un mero juicio moral, y que cada uno de los grandes
pensadores ha abordado el mismo, de acuerdo a sus propias concepciones, lo que nos lleva
a preguntarnos entonces, ¿Qué es la ética?, ¿Cuál es el verdadero concepto? Para fines de
este breve ensayo, nos concentraremos en el punto de vista aristotélico, pues su concepto
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parte de un punto diferente, tan diferente incluso de la postura de su maestro, el gran


Platón.
Para Aristóteles, la ética se construye a partir del fin propio de la vida humana, pues
todas las cosas, incluyendo al ser humano, parecen tender hacia un mismo fin, que es el
bien, así el fin del ser humano, es decir su telov será su propio bien, el cual de manera
indudable es ser feliz. Y es aquí donde se establece la mayor diferencia entre ambos
pensadores, en la idea del bien.
Para Platón, la idea del Bien (con mayúscula), es algo abstracto, es la entidad más
importante del mundo inteligible, es la verdad de todas las cosas, es el principio de todas las
demás ideas, es decir, es el creador de todas ellas3, es algo superior, un conocimiento
supremo, es algo a lo que todo ser humano aspira, pero que no es accesible a todos los
humanos, sino que está reservado para mentes superiores, para los sabios y para las almas
purificadas. Así el que encuentra el Bien encuentra la verdad.
Aristóteles en cambio, concibe el bien (con minúscula) como algo más realista, que
no se limita al desarrollo del conocimiento, sino mas bien en buscar la felicidad, al mayor
estilo hedonista, estar bien con uno mismo. Es preciso recordar que Aristóteles fue un
aristócrata, por lo tanto para él, como para el resto de pensadores de la época, cuyo modus
vivendi era el ocio, la vida buena era placer de pocos, es decir, un privilegio de aquel que
estaba libre de la opresión del trabajo, pues para el pensamiento griego, el trabajo no era
visto como una bendición sino como un agobio exclusivo de los esclavos, artesanos,
labradores, mujeres, etc., siendo ellos quienes no alcanzarían de manera total la verdadera
felicidad pues carecían del tiempo suficiente y de los medios para cultivar y desarrollar lo
mejor de sí mismos, contrario al aristócrata. El único trabajo que ellos aceptaban era aquel
que tuviera que ver con el gobierno o con el servicio de la comunidad, pues el fin era
procurar la felicidad del conjunto social, la poliv. Por lo tanto, la ética estaba relacionada
con la actividad política que él consideraba, era más importante que la del individuo.
Aristóteles, trata de explicar que todo ser humano tiene una finalidad propia y
exclusiva, la cual sería el bien, su propio bien, la felicidad y como ser racional que es, la
encontrará a través de la actividad racional, es decir, actuando por medio de la razón,

1 Platón, La Republica, Libro VI


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educando al carácter para obrar con sabiduría y prudencia en todo lo que hace, procurando
obtener un perfecto equilibrio. De modo que todo aquel que busca y pretende hallar la
felicidad única y exclusivamente en los bienes materiales, en la honra y el éxito, no la
encontrará pues la posesión de riquezas ayuda pero no es el fin, lo que parece contradictorio
a su pensamiento, pues, como ya lo mencionamos, Aristóteles era un aristócrata, que no
carecía de bienes materiales y una vida cómoda, pero al mismo tiempo reconocía que la
felicidad viene más del ser interior que del exterior, por lo tanto hay que cultivarlo para
llegar a ser excelente, aprendiendo a dominar los deseos versus la razón, siendo equilibrado
en la toma de sus decisiones, practicando lo bueno y realizando el bien, viviendo en base a
principios y aprendiendo que lo más importante no es el qué sino el cómo se llegue al fin,
aprendiendo a vivir el camino hacia la felicidad, el cual es, encontrar el justo medio entre
los extremos. Una virtud que no es natural en el hombre sino que se va adquiriendo a través
de la praxis. O sea no es fácil de alcanzar ni se logrará de manera inmediata.

Vemos pues como el concepto etikov no está desligado del concepto aristotélico
acerca de la ética, sino viene a complementarlo pues ayuda a establecer un buen juicio
acerca del comportamiento, no de manera superficial, sino como algo que proviene de
nuestro interior, que ha sido cultivado de manera consciente para no solo actuar ante los
demás proyectando una falsa moral, sino practicando todas aquellas virtudes que nos hacen
ser mejores seres humanos, viviendo en armonía con nosotros mismos, con nuestro prójimo
y con nuestro entorno. Como cristianos, nuestra concepción del Bien, se acerca más al
concepto platónico, ya que podemos decir que le hemos encontrado o Él nos encontró a
nosotros y estamos disfrutando la felicidad de ese camino que nos lleva hacia la plenitud en
Él.
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CONCLUSIÓN

Según el concepto de la ética que propone Aristóteles aplicado a nuestra actualidad,


podemos concluir que la sociedad ha aplicado únicamente una parte, y no precisamente la
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parte que tiene relación con la aplicación de las virtudes y la búsqueda del equilibrio
racional en todo lo que hace, sino lastimosamente se ha quedado con la búsqueda de la
felicidad al estilo hedonista, en procurar un bien personal antes que un bien común. Como
cristianos podemos aplicar el principio de actuar con sabiduría y prudencia, el cual es un
principio bíblico más que filosófico y podemos encontrar varios versículos que nos instan a
aplicar dicho principio a nuestra vida: “El simple todo lo cree, pero el prudente mira bien
sus pasos”. Proverbios 14:15. “La sabiduría del prudente está en entender su camino, mas
la necedad de los necios es engaño”. Proverbios 14:8. Así que, de manera consciente
debemos procurar actuar con prudencia y sabiduría en todo aplicando las normas morales
no por apariencia y costumbre sino como producto del proceso de transformación interna
que deviene del conocimiento de Dios en nuestra vida y de vivir conforme a Sus
ordenanzas.

BIBLIOGRAFÍA
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Platón La Republica, Libro VI


Camps, Victoria Breve Historia de la ética. Pags. 53-78

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